domingo, 15 de diciembre de 2019

Reino Unido: Brexit .

Antonio Rodríguez en Rebelión

Reino Unido: Brexit y la peor de las derrotas electorales. Dossier
Sin falsos consuelos
Richard Seymour
Esta es nuestra derrota, y tenemos que hacerla nuestra. Como si tuviéramos opción. Y sabemos lo que esto significa. El recuento de las víctimas de la austeridad y el ambiente hostil se multiplicarán. Una sociedad ya bastante horrible va a ser más brutal aún. Y es difícil que ello no alimente el racismo y el odio a los extranjeros en una competencia étnica de suma cero.
El voto laborista se ha reducido a poco más que el total de Ed Miliband, pero, gracias a la barrida en el norte y los efectos distorsionadores del sistema mayoritario, ha conseguido menos escaños que Michael Foot. Hay muchos falsos consuelos si queremos. Un poco más de 10 millones de votos es aproximadamente lo que Tony Blair obtuvo en 2001, y más de lo que consiguió en 2005. A pesar de todos los ataques a Corbyn, obtuvimos más votos que Miliband. Muchos de los escaños los perdimos por márgenes muy pequeños y se pueden recuperar. Los desertores centristas se han ido. Jo Swinson se ha ido. Ganamos Putney y mantuvimos muchas circunscripciones marginales. Habríamos ganado más si no hubiera sido por la perdida de votos de los Lib Dems y los Verdes. Y quedan siempre "las calles".
Si nuestro enemigo fuera un Partido Conservador debilitado que buscase el centro del país, los 10 millones de votos laboristas no serían un desastre. Pero nuestro enemigo es un Partido Conservador girado hacia la extrema derecha racista por los “faragistas” y que, como consecuencia, disfruta de un resurgimiento electoral. Y, después de la práctica desaparición de los laboristas en Escocia en 2015, esta es la segunda pérdida importante de los núcleos históricos por una cuestión nacional. El Laborismo lo ha hecho mal en ambos casos. Y las consecuencias son históricas, incluso si es posible reparar el daño y recuperar muchos de los escaños perdidos. En este contexto, el hecho de que el centro político haya sido aplastado por el mismo enemigo es un consuelo raquítico.
Tampoco sirve de nada argumentar que los liberales demócratas y los verdes dividieron el voto. Eso es lo que hacen. Tienen sus propios candidatos, porque son partidos independientes. Los liberales fueron particularmente mentirosos en estas elecciones. Pero nuestro trabajo es persuadir a un sector de sus votantes para que nos apoyen. Nunca es una buena señal cuando la gente comienza a defender el “voto útil" en tiempo de elecciones. Una señal aún peor si en circunscripciones como Blaenau Gwent acusamos a los liberales de nuestra derrota. Al fin y al cabo al menos 3 millones de personas que votaron laboristas en 2017, simplemente no repitieron su voto en 2019. Ese fue el gran cambio. Esos votos fueron a los Tory, no a los liberales demócratas, ni a los Verdes, ni siquiera al partido pro-Brexit. Y perdimos millones por la abstención.
Pensamos que la “campaña puerta a puerta" sería decisiva. Pensamos que teníamos datos bastante buenos, y la campaña sobre el terreno fue prometedora al final. Pensamos que a las encuestas se les escapaba un voto oculto importante. De hecho, la gran campaña puerta a puerta parece haber ayudado en Londres y en algunos de los escaños marginales que ganamos en 2017. Conservamos lugares que normalmente no tendríamos si fuéramos perdiendo, como Enfield Southgate, Canterbury y Bedford. Mantuvimos Battersea y ganamos Putney. Sin embargo, en otros lugares fue el derrumbe. Si hubo “tsunami juvenil", probablemente solo ocurrió en las grandes ciudades y ciudades universitarias. Lo preocupante es lo que podría haber sucedido incluso en esas ciudades si no hubiera habido la campaña puerta a puerta. Sí, camaradas, puede ser peor.
Este es el resultado electoral que hubiéramos tenido hace dos años y medio, si no fuera por el éxito de nuestra campaña y el manifiesto laborista. El laborismo era débil en su corazón histórico, donde ha perdido terreno durante décadas. New Labor no hizo nada para detener una erosión que tiende hacia el colapso de la industria local, los sindicatos, el empleo y los ingresos. El voto pro-Brexit se había reanimado por completo y la derecha reconstruyó su apoyo popular. El voto combinado Tory-Ukip en el viejo cinturón industrial en crisis habría sido superior al 50%. A pesar de lo que concluyeron algunos comentaristas equivocados, el aumento de Jeremy Corbyn en 2017 no fue la prueba de que otro líder hubiera ganado con una ventaja de 20 puntos. Fue una gran excepción de la tendencia establecida de voto de los trabajadores desde 2001, y ahora hemos visto una reversión a esta tendencia política.
Estas elecciones, aunque los centristas detestarán lo que esto significa, no supuso un renacimiento del centro político. Fueron aplastados por el mismo gigante de un nacionalismo catastrofista que atacó brutalmente a la izquierda. Quieren quieren un giro al centro tienen poco de sustancia que defender. No presentarán respuestas coherentes de cómo se puede derrotar al nacionalismo catastrofista, y no ser destrozados por las guerras culturales del Brexit, si no por alguna variación de la fórmula de 2017. Pero todos estarán de acuerdo en considerar las elecciones como un referéndum sobre el liderazgo de Corbyn y, por extensión, de la mayoría de izquierda entre los afiliados laboristas.
No hay duda que "Corbyn", como objeto de los medios, ha sido un problema para algunos votantes dudosos. Sin embargo, eso simplemente devuelve la pelota. ¿Por qué "Corbyn" fue más problema esta vez? ¿Qué hizo cambiar a las personas que no se preocuparon por las acusaciones de haber simpatizado con el IRA y el "riesgo de seguridad" que supondría Corbyn de hace dos años, y que ya habían votado por un programa de izquierda, y que parecían estar de acuerdo con la mayoría de las propuestas políticas? ? ¿Qué había cambiado en el contexto político más amplio? ¿Qué había cambiado en su forma de dirigir a los laboristas? ¿Por qué algunos de estos votantes repentinamente tuvieron problemas a la hora de comprender lo que representaba Corbyn? Predigo que no habrá una respuesta convincente de quienes quieren que el laborismo gire a la derecha. Repetirán los mismos lugares comunes y prejuicios que han estado impulsando desde 2015. No aprenderán nada.
¿Qué lecciones debemos aprender? Para la mayoría de la izquierda laboristas, la línea principal de análisis es que nos equivocamos en el Brexit. Al optar por un segundo referéndum, abrimos con demasiada facilidad un flanco a la acusación de traicionar un mandato democrático. Tras varias semanas de campaña, se notó que personas como Grace Blakeley enviaban mensajes de advertencia sobre el colapso del apoyo de los trabajadores en el norte. Me atrevo a decir que la campaña del partido pro-Brexit ayudó a los conservadores en este tema. No consiguiendo muchos votos laboristas per se, sino amplificando los mensajes tory: a saber, que los laboristas habían traicionado el Brexit.
Deberíamos tener cuidado. No había una posición "correcta" en relación al Brexit. No porque haya un problema significa que hay una solución al mismo. O que hay una a mano. Parte del problema parece ser que las victorias parlamentarias contra Theresa May y Boris Johnson, consideradas como “éxitos sin costes" por los expertos, fueron mal recibidas por muchos votantes pro-Brexit. Entendieron que establishment político quería boicotear el Brexit. La retórica antiparlamentaria iniciada por May, y convertida en un continuo exabrupto por Johnson, se apoyaba en un descontento real. Pero, ¿cómo habría justificado el Laborismo un apoyo al acuerdo de May con la UE? ¿Cuánto apoyo habría perdido? ¿Cuántas personas habrían quedado completamente desmoralizadas y “desengañadas para siempre con Corbyn" en ese momento? ¿Cuántos votantes se habrían ido a los liberales demócratas o los verdes? ¿Nos hubiera salvado el “voto útil"?
Además, esta el tema de cómo se ha comunicado la política. En cierto punto, con respecto al Brexit, la ambigüedad constructiva dejó de ser constructiva. Era necesario diseñar una agenda definida para el Brexit. Los laboristas llegaron a las elecciones europeas casi sin hacer campaña y con la idea reagrupar a un país dividido. Y ese no era el estado de ánimo. Luego fuimos a las elecciones generales defendiendo un segundo referéndum, decidido abruptamente después de tres años de asegurar que no habría un segundo referéndum. Y nos contentamos en aclarar que Corbyn sería neutral, a mitad de campaña. Varios parlamentarios se negaron a decir, cuando se les preguntó, de qué lado estarían, sabiendo que cualquiera de las respuestas sería una trampa.
No hay una solución obvia en relación con el Brexit, que no sea considerada una "traición" por alguien. Por eso los laboristas no querían unas elecciones centradas en el Brexit. Y han tenido éxito hasta cierto punto. A pesar de lo que algunos afirman, la austeridad no ha "terminado". Hay una crisis económica en curso. Y solo el tipo de programa que los laboristas defendían podía socavar las bases sociales del nacionalismo pro-Brexit. El problema es que se convocaron elecciones porque el parlamento no podía tomar una decisión sobre el Brexit, después de tres años de radicalización del voto pro-Brexit. El nacionalismo es un guión tan establecido en Inglaterra que sus abstracciones pueden ser acogidas como concretas subjetivamente. Mientras que las políticas defendidas en el ambicioso manifiesto laborista, cuidadosamente redactado y cuidadosamente presupuestado, que ofrece ayudas específicas, estaban tan alejadas de la experiencia cotidiana, que para muchos votantes parecían abstractas y utópicas.
El nacionalismo catastrofista se acabó imponiendo en los viejos feudos del laborismo y frente a él no existe una solución obvia. Las pérdidas de escaños pueden ser reversibles. Cómo sugiere Momentum en un correo electrónico a sus simpatizantes, los márgenes de la victoria tory son pequeños. Pero las consecuencias han sido enormes, y la ruptura es histórica. Para reconstruir cualquier tipo de izquierda en estos distritos electorales, después de décadas de negligencia y de gobiernos laboristas locales bastante inútiles, hará falta, desgraciadamente, más de un ciclo electoral de seis semanas y una apasionada campaña de heroicos voluntarios movilizados. No es ningún consuelo que probablemente tengamos diez años de gobierno conservador radical para llevar a cabo esa reconstrucción.
Para leer el resto del Dossier   picar aquí


http://www.sinpermiso.info/textos/reino-unido-brexit-y-la-peor-de-las-derrotas-electorales-dossier

 No  del Blog .-
Dos días  antes de las elecciones leía un artículo en la  Vanguardia de desesperación de votantes laboristas  jóvenes y como veían a la personas  de su familia   demás edad  ,  iban votar  Brexit , incluso apoyando  Mikel Farage y  volviéndose xenófobos  y que habían sido votantes laboristas de  toda  la vida  ; pero no guarde el artículo era de un corresponsal en  Inglaterra .




   Del Brexit hacia el paraíso fiscal
https://www.lavanguardia.com/economia/20191215/472233174289/el-brexit-hacia-el-paraiso-fiscal.html



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