Protesta contra el gobierno en Madrid en Nuñez de Balboa
La Venezuela de Génova 13
Toni Mejías
La oposición española ha adaptado las estrategias de la
venezolana. Han sido ellos los que han sucumbido a asemejar sus políticas a las
que hace la derecha del país latinoamericano.
Otra sesión de control al Gobierno donde la derecha nombra
Venezuela. Semana tras semana no fallan. Ya no sorprende a nadie. Desde hace
años se ha convertido en la provincia 51 de España. No es nada nuevo si señalo
que sabemos más sobre si Maduro se ha puesto una camiseta del Barça que de las
políticas sanitarias del Gobierno de Portugal, nuestro país vecino. Los medios
hace ya tiempo que establecieron sus prioridades por motivos políticos y/o
económicos. En la vida parlamentaria española Venezuela se utiliza como
insulto, como arma arrojadiza. La oposición se empeña en señalar que el
Gobierno de coalición quiere convertirnos en la nueva Venezuela. Parece difícil
que eso suceda. En cambio, lo que sí ha pasado es que la oposición española ha
adaptado las estrategias de la venezolana. Finalmente han sido ellos los que
han sucumbido a asemejar sus políticas a las que hace la derecha del país
latinoamericano. Analicemos.
PONER EN DUDA LA LEGITIMIDAD DEL GOBIERNO
Aunque la derecha española no llega tan lejos como la
venezolana y considera las elecciones limpias, desde el primer momento se han
encargado de generar dudas sobre si el Gobierno de coalición es legítimo.
Primero utilizaron el argumento de que Pedro Sánchez llegó a presidente a
través de una moción de censura, como si esta herramienta no fuera válida y
constitucional. También han utilizado desde entonces el término “Gobierno
Frankenstein”, aludiendo a la necesidad de apoyarse en otros partidos para
sacar adelante la legislatura. Algo que también es totalmente válido e,
incluso, en muchos términos, es positivo para un Congreso que ha vivido muchos
años preso del bipartidismo.
Aunque sea falso que el Gobierno de coalición sea un
gobierno ilegítimo y lo sepan, ya han conseguido generar dudas y que parte de
la población lo entienda así
También sus acuerdos con ERC o EH-Bildu han levantado
ampollas en la derecha, cuando son partidos totalmente legales y que han
obtenido sus escaños a través de los votos. Este cúmulo de hechos, sumados a
las relaciones pasadas de parte de Unidas Podemos a Venezuela y algunas
decisiones políticas, ha hecho que, desde el PP, VOX y, en menor medida,
Ciudadanos, se hable de Gobierno ilegítimo. Aunque sea falso y lo sepan, ya han
conseguido generar dudas y que parte de la población lo entienda así. Otra vez
el maldito relato.
LAWFARE
Ante la imposibilidad de ganar en las urnas y ante los
miedos de las consecuencias de promover una intervención armada, la derecha
venezolana decidió hace tiempo intentar tumbar el Gobierno por una guerra no
convencional: el golpismo judicial o lawfare. La estrategia más sonada fue la
de Juan Guaidó autoproclamándose presidente y buscando el respaldo de la
comunidad internacional. Pese a contar con el apoyo del presidente de EE UU y
de numerosos países europeos, no se consiguió el objetivo de agotar al Gobierno
venezolano mediante esta vía. No ha sido la única. Las acusaciones de
narcoterrorismo o de lavado de dinero, entre otras, hacia el presidente Nicolás
Maduro por parte del Gobierno estadounidense, son otras de las artimañas
judiciales que buscan conseguir el poder en Venezuela sin pasar por las urnas.
Dado que las urnas no les dieron los votos para llegar al
poder, intentarán boicotear toda decisión del Gobierno en busca de su
inestabilidad e intentarán limitar su toma de decisiones
En el Estado español la derecha también ha decidido utilizar
esta táctica para desestabilizar al ejecutivo. Sabiendo que tienen una minoría
parlamentaria, sólo les queda la opción de judicializar cada decisión que no
les interese. Saben que no tienen el poder político, pero sí siguen teniendo
gran influencia en el poder judicial y comprenden que muchas de las leyes que
lleven hasta los tribunales serán tumbadas. Al menos conseguirán que sean
cuestionadas, pero saben que tienen mucho que ganar en ese terreno. Conocen de
primera mano que la separación de poderes no existe y los jueces, muchas veces,
se extralimitan de sus funciones para influir en determinados conflictos
políticos. Dado que las urnas no les dieron los votos para llegar al poder,
intentarán boicotear toda decisión del Gobierno en busca de su inestabilidad e
intentarán limitar su toma de decisiones.
GUERRA MEDIÁTICA
En este apartado se da un hecho curioso. La derecha, tanto
venezolana como española, denuncia la falta de libertad de expresión en
numerosos medios. Son famosas las fotografías de los opositores a Maduro
acusando de vivir en un Estado dictatorial rodeados de micrófonos de distintas
televisiones y radios. Es una especie de paradoja de Schrödinger donde no se
tiene libertad de expresión y sales en todos los medios a la vez. No pasa nada,
la derecha nunca ha tenido problemas en lidiar con numerosas contradicciones.
Pese a lo que se dice, la oposición venezolana goza del
apoyo de la mayoría de los medios de comunicación venezolanos. De hecho, el
fallido golpe de Estado en 2002 contra el Gobierno de Hugo Chávez no podría
entenderse sin el apoyo y la participación de parte de los medios privados.
Tras ese intento frustrado, se dieron cuenta de que no hacía falta una
intervención militar, sino que mediante lo llamado “golpe blando” se puede
derrocar un poder legítimo. Es más lento, pero se puede. Y saben que, si se
consigue, los mandatarios recordarán qué prensa estuvo de su lado.
En España sucede lo mismo. La mayor parte de medios están a
favor de las políticas de derecha. El ascenso de VOX no podría entenderse sin
el papel de los medios y su blanqueamiento. Además están sirviendo de voceros
para las otras estrategias (Gobierno ilegítimo y lawfare) que la derecha lleva
a cabo. De las cuatro cabeceras principales de diarios a nivel nacional, tres
respaldan la estrategia del PP y sus aliados. Día tras día sus portadas son ataques
al Gobierno por una cosa u otra. Además el otro diario importante de tirada
nacional (El País) tampoco está cómodo con que Unidas Podemos esté en el
Gobierno y también ayuda a cuestionar mediáticamente algunas decisiones
gubernamentales.
Es más, programas de magacín como Espejo Público o de
supuesto entretenimiento como El Hormiguero se han puesto al servicio de esta
guerra mediática contra el Gobierno y sus socios. Entre sus otras secciones
donde tratan otros temas variados, con entrevistas a personajes de actualidad o
cotilleos, introducen el argumentario de la derecha consiguiendo, de este modo,
intervenir en el ideario colectivo de un modo más sutil. Según el PP y sus
aliados vivimos, prácticamente, en una dictadura. Extraño totalitarismo en el que
día tras día vociferan mentiras y calumnias en todos los canales y radios
posibles.
¿ Estrenando traje ?
LA PRESIÓN EN LAS CALLES
Otra de las estrategias calcadas por ambas derechas es la de
manifestarse sin motivo alguno, salvo el de recuperar el poder. Ni siquiera en
medio de una pandemia han decidido hacer marchas para exigir más rastreadores o
pedir mejoras en la sanidad. Su único motivo es que le devuelvan lo que sienten
como suyo. Disfrazan esas peticiones en nombre de la libertad a veces, otras en
amparo de la Constitución y el jefe del Estado y, mayoritariamente, en defensa
del país. Significantes vacíos para justificar su protesta callejera que carece
de argumentos sólidos.
En las calles de Caracas o las de Madrid convocan a cientos
de personas con el único fin de que no gobiernen los otros. Para ornamentar su
marcha callejera suelen recurrir a vídeos de personales de la farándula más
casposa y de estómagos agradecidos. Finalmente, toda la caverna mediática les
da un empujón en sus crónicas donde hablan de éxito rotundo. Son capaces,
incluso, de escribir la crónica antes de la manifestación.
Pero tanto el Venezuela Aïd Live como la manifestación en
Colón, ambas convocatorias vendidas como marchas históricas de las derechas de
ambos países, fueron realmente un fracaso. Con todo a su favor, con autobuses
para llevar asistentes, con grandes figuras mediáticas detrás… con todo, la
afluencia no fue masiva. No es real que exista un pueblo echado a las calles
pidiendo un cambio de Gobierno. Pero sí es verdad que se busca vender esa
imagen. Muchas veces se consigue.
INTERNACIONALISMO NEOLIBERAL
Son más las estrategias que comparten. Como es lógico, la
guerra económica es la que más practican. Cuando más se empobrezca el país
mientras gobierna la izquierda, mejor para ellos. Para esa tarea tienen a los
empresarios y a la patronal de su lado. Además, desde siempre nos han vendido
que la derecha gestiona mejor. De tanto repetirlo, muchas personas se lo han
tragado y en momentos de crisis los votan buscando que los salven.
También en la pandemia han demostrado su discurso
camaleónico. O cómo tener más cara que principios, vaya. Culpan al Gobierno de
ocultar las cifras reales de muertos a la vez que piden más libertades (otra
vez) para salvar la economía. Tampoco son enemigos de los magufos. Les sirven
mientras les ayuden a deslegitimar y poner en duda las acciones sanitarias. No
es la primera vez que hacen política con las víctimas. No tienen escrúpulos
para ello y una pandemia, sumada a una crisis económica, saben que es terreno
fértil para volver a gobernar. Lo único que juega en su contra es el tiempo. Si
llega la recuperación antes de lo previsto, lo tendrán difícil. Necesitan al
Gobierno fuera ahora que el ambiente está crispado y la situación es límite.
Cuando os digan que vamos camino de ser Venezuela podéis
responder que ya lo somos, al menos en términos de tener una oposición salvaje,
golpista y reaccionaria
Así que cuando os digan que vamos camino de ser Venezuela
podéis responder que ya lo somos, al menos en términos de tener una oposición
salvaje, golpista y reaccionaria. No hay diferencia entre Guaidó y Pablo
Casado. En sus cabezas se ven presidentes. Cada vez cuentan con menos apoyos,
cada vez son menos creíbles, pero piensan que el poder les pertenece y que,
tarde o temprano, lo recuperarán. Cueste lo que cueste. Nunca se ha hablado
sobre ello, pero sí parece haber un Internacionalismo Neoliberal. Una
cooperación entre las derechas del mundo para compartir estrategias de
desestabilización en pos de recuperar el poder. Ellos sí tienen claro que de la
unión nace la fuerza. Ya verán cómo se reparten el pastel, pero tienen claro
que lo quieren y que las diferencias ya se lavarán en casa.
¡Golpistas del mundo, uníos!
Toni Mejías. @ToniElSucio
Fuente:
https://www.elsaltodiario.com/extrema-derecha/toni-mejias-venezuela-genova-13
No hay comentarios:
Publicar un comentario