sábado, 31 de octubre de 2020

La pandemia del franquismo y la antiespaña.


La pandemia del franquismo y la antiespaña

Hay que abrir espacios constituyentes que acaben con la hegemonía cultural de la derecha derivada del pacto de la Transición.

Juan  Antonio Molina .

Decía Manuel Azaña del cordobés de Priego, Niceto Alcalá Zamora, que el sentido católico lleno de dramatismo del primer presidente de la República estaba motivado por ser su origen una tierra de buen aceite donde, por tal motivo, se tenía una idea plástica del infierno. Existen representaciones psicológicas que se convierten en doctrinarias por esas analogías que nos acercan a una presunta verdad, aunque esa verdad en realidad no exista. El conservadurismo español es el resultado de unas cuantas analogías. Entramos en el caliginoso mundo del lenguaje orwelliano, donde el escritor británico George Orwell en su novela “1984” recrea la manipulación del lenguaje como forma de dominación en virtud de lo cual cambiando el nombre de las cosas se cambian las ideas que se tienen de ellas. De este modo, en ese mundo orwelliano el Ministerio de la Verdad se encargará de falsificar datos y estadísticas, el de la Paz se encargará de dirigir la guerra y el del Amor a torturar a presos y disidentes. Las palabras no se utilizan para transmitir significado sino para ocultarlo.

 Son las peripecias mentales sobre la singularidad morbosa no verbalizable del origen de una derecha a contracorriente sumamente antitética de las europeas de nuestro entorno ya que el conservadurismo continental luchó por la democracia en contra de los totalitarismos que azotaron el siglo XX y la derecha española combatió por los totalitarismos en contra de la democracia. Esto no es un sedimento demodé del pasado sino un músculo ideológico que configura y define al conservadurismo que constituyó la metafísica del caudillaje y articuló la Transición para tener continuidad con todas las acotaciones de subjetividades y prejuicios propios que se sustancian en una baja consideración de la política (el formato político de la vida pública es una debilidad cuando nuestro concepto de nación es el único posible y patriótico). En este contexto, los problemas políticos dejan de estar en el ámbito de la política y la vida pública entra en una espiral de descomposición democrática donde las relaciones de poder sólo se plantean en términos de vencedores y vencidos, de uniformidad ideológica y abolición de la disidencia.

 Se concentra, de este modo, el régimen político en una etapa histórica en la que ya es imposible la reconstrucción de la convivencia en parámetros de pluralismo y tolerancia. A ello hay que añadir, para que la decadencia sea total, que es un régimen, por si lo habíamos olvidado, que ha ejecutado una devaluación de salarios y expectativas sociales bajo una lluvia constante de escándalos de corrupción. Y como instrumento de resistencia sistémica, las analogías tóxicas donde performativamente se limita la democracia en nombre de la democracia, se empobrece a la gente en nombre del bienestar de la gente, donde la violencia la ejercen las víctimas y que sirve a las minorías dominantes y su aparato político y mediático para delimitar los asuntos no opinables ni sujetos a formato polémico.

 Los excesos verbales, la agresividad argumental con modelos de los años treinta del pasado siglo, el maniqueísmo excluyente entre buenos y malos españoles, la consideración de enemigos de España a los que no comparten las ideas derechistas, la manipulación de los poderes del Estado, singularmente el poder judicial, para criminalizar al adversario político, la estimación del franquismo y su acto inaugural del 18 de julio como fuente legitimadora del actual poder constituido, configuran un artefacto ideológico tendente a vaciar la vida pública mediante espacios de autoritarismo predemocrático. La misma división especializada de la derecha de hogaño, es equivalente a la que actuaba en el tardofranquismo, con Vox ejerciendo como los viejos azules, con una fuerte carga ideológica y agresividad guerracivilistas; el PP en el círculo caucasiano de los tecnócratas y Ciudadanos en las hechuras de aquel añejo fascismo catalán emboscado en las diputaciones y los gobiernos civiles.

 Lo compartido es tanto, y tan medular en lo constituyentemente ideológico, que el viaje al centro de Pablo Casado no deja de ser una mala analogía.  Y, sobre todo, cuando el centro político es un invento del pacto de la Transición al que nadie puede llegar porque no existe. La extremada agresividad por parte del conservadurismo contra la mayoría parlamentaria de la investidura y el gobierno nacido de ella, en momentos de gravísima  crisis, se fundamenta en realidad en que en esa mayoría se encuentra todo aquello que la derecha considera como antiespañol y, por consiguiente, digno de ser excluido de la vida de la nación. Y, precisamente por ello, dicha mayoría es la que expresa mejor la realidad española y la que mejor puede afrontar los graves problemas que padece la nación. Por este motivo, también este gobierno y esta mayoría deberían abrir espacios constituyentes que acabaran con la hegemonía cultural de la derecha derivada del pacto de la Transición, redefinir el régimen de poder para devolver la soberanía plena a los ciudadanos y acabar con el poder absoluto de una Corona inviolable en todos los términos.

Porque hay que sobresanar la advertencia que nos hacía Azorín de que vivir en España era hacer siempre los mismo. Cuando los intelectuales de la Agrupación al Servicio de la República en los años 30 -no es fácil encontrar tanta inteligencia junta-, redactan su manifiesto, aluden al factor determinante de la permanente decadencia española: “La monarquía no ha sabido convertirse en una institución nacionalizada... ha sido una asociación de grupos particulares que vivió, parasitariamente sobre el organismo español, usando del poder público para la defensa de los intereses parciales que representaba...” Siempre lo mismo .

https://www.nuevatribuna.es/opinion/juan-antonio-molina/pandemia-franquismo-antiespana/20201030104834180723.html

Nota del blog  .-Como último ejemplo de la pandemia franquista..Ver un video de RT burlandose  de la operación Volhov https://youtu.be/kpBZfOJnZNI

viernes, 30 de octubre de 2020

Venezuela .- La larga disolución del efecto Guaidó .

 

La larga disolución del efecto Guaidó: ¿qué esperar ante la encrucijada electoral?

Ociel Alí López .

 El interinato de Guaidó parece estar en descomposición terminal en lo legal, en la política interna de Venezuela y también en el plano geopolítico.

 En términos legales, el período legislativo del que sostiene tiene fecha de caducidad. La Constitución limita por 5 años el lapso para el cual fue elegido, en diciembre de 2015, y dicta una fecha fija para la instalación del nuevo período legislativo: 5 de enero. Como el diputado ha decidido no postularse de nuevo, perderá irremediablemente su curul.

 Pero su disolución final como intento de interinato puede llegar antes de la instalación de la nueva Asamblea Nacional, incluso el mismo 3 de noviembre, fecha de las presidenciales en EE.UU.

 Más debilidades que fortalezas

En términos de política interna, Guaidó se muestra impotente para capitanear un levantamiento. Ha sido ignorado cuando intenta tomar una iniciativa política. Sus convocatorias no tienen la menor resonancia, como ha ocurrido el pasado lunes, cuando llamó a una protesta nacional después de dos semanas agitadas debido, sobre todo, a los graves problemas en el suministro de gasolina y gas doméstico, que generaron movilizaciones y bloqueos de vías en varios estados del país. A pesar de esta situación general, el llamado de la oposición no tuvo eco alguno, más allá de alguna tendencia en Twitter.

 En términos de política interna, Guaidó se muestra impotente para capitanear un levantamiento. Ha sido ignorado cuando intenta tomar una iniciativa política y sus convocatorias a movilización no tienen la menor resonancia.

Ciertamente ya se conocía esta debilidad interna de Guaidó. Lo novedoso es que en el exterior también está teniendo serios problemas para mantener con vida su ruta, que contempla como único propósito despojar del poder al actual presidente.

 Esta semana, un tribunal británico anuló el fallo que le daba acceso a Guaidó al oro que el Banco Central de Venezuela  (BCV) resguardó en el Banco de Inglaterra, (1)con lo cual segeneran dudas sobre el reconocimiento mundialdel interinato, especialmente por tratarse de Reino Unido, un país estrechamente aliado de EE.UU. y que además ha sido un entusiasta impulsor de la figura del diputado opositor, al punto de haber sido recibido por su primer ministro, Boris Johnson, a principios de este 2020.

Pero su fundamental debilidad resulta notable en la campaña electoral de EE.UU.

 Como sabemos, el interinato de Guaidó existe porque fue una imposición del gobierno de EE.UU. —no solo al gobierno venezolano sino también a su oposición—, y especialmente de sus halcones, que desde el despido en septiembre del asesor de seguridad John Bolton en 2019 y sus posteriores críticas a la Casa Blanca, han perdido peso en estos asuntos.

 En la medida que el presidente Trump ha restado importancia a Guaidó, al considerar que ha "perdido cierto poder" —después de que lo catapultara en el discurso del Estado de la Unión, en febrero de este año—, y al excluirlo de manera total de su discurso cuando se ha referido a Venezuela, las posibilidades del diputado opositor de lograr sus objetivos vienen también cediendo.

 Y el problema no es solo Trump, sino también su adversario Joe Biden, cuyo discurso tampoco rescata la figura de Guaidó, a pesar de haber enfilado baterías contra Maduro en un reciente discurso en Florida.

 Después del 3 de noviembre, quien resulte presidente seguramente tomará decisiones en torno a este tema sin la presión de la campaña electoral, y es bastante probable que dichas decisiones terminen de apostar por una vía diferente al interinato de Guaidó que ya no se sostiene sino como un simulacro.

 Después del 3 de noviembre, quien resulte presidente de EE.UU. seguramente tomará decisiones en torno a Venezuela sin la presión de la campaña electoral, y es bastante probable que estas terminen de apostar por una vía diferente al interinato de Guaidó.

En definitiva el proyecto Guaidó no ha podido entrar en las ofertas electorales de la campaña estadounidense.

Y también se debilita en torno a los gobiernos europeos.

 Unión Europea, una extraña demanda

El presidente Nicolás Maduro ha rechazado en múltiples oportunidades la posibilidad de suspender las elecciones del 6 de diciembre y aplazarlas, como ha pedido la Unión Europea y el sector opositor liderado por Henrique Capriles.

 Tanto el responsable en asuntos exteriores de la UE, Josep Borrell, como el grupo de contacto que incluye a varios países europeos y latinoamericanos, han intentado explorar una vía diferente que puede incluir la participación en las elecciones, y que ha sido atacada por la administración estadounidense.

 Por los momentos, está vía parece estar congelada, pero la visita de una comisión enviada por Borrell a Venezuela reflejó un debate en Europa sobre cómo abrir otros escenarios fuera de la tutela de Trump y la ruta de Guaidó.

No obstante, aunque no se haya advertido por ningún sector, la demanda de aplazar las elecciones resulta, cuando menos, extraña.

El desconocimiento de algunos países a Maduro porque supuestamente es un "impostor" o "dictador" no guarda relación lógica con el pedimento europeo de que posponga unas elecciones fuera del plazo constitucional.

Lo lógico sería hacerle exigencias en la transparencia del escrutinio y negociar un seguimiento estricto del proceso electoral. Lo que define a un dictador es justamente su perpetuación por la fuerza (en contra de las elecciones).

Si bien resulta lógico que se exijan mejoras en las condiciones electorales, debido a denuncias y situaciones que generan rechazo a los comicios por parte de un grueso de la oposición, también puede resultar lógico que Maduro dude de este pedimento concreto de aplazamiento porque quienes lo piden reconocen a Guaidó, quien prolongaría automáticamente su período como diputado o presidente de la Asamblea Nacional, según el lugar desde donde se mire.

La intervención europea exploró otras opciones de diálogo que pueden ser estériles, pero también terminó de desatar la pugnacidad interna en la oposición venezolana porque, de manera implícita, reconoció una estrategia diferente, la electoral, y con ello otro liderazgo, el de Henrique Capriles.

En todo caso, la intervención europea exploró otras opciones de diálogo que pueden ser estériles, pero también terminó de desatar la pugnacidad interna en la oposición venezolana porque, de manera implícita, reconoció una estrategia diferente, la electoral, y con ello otro liderazgo, el de Henrique Capriles, un excandidato presidencial que ha rechazado de manera abierta la ruta de Guaidó.

Se profundiza la división  opositora

Si el auge de Guaidó unió temporalmente a la oposición venezolana, su declive está revelando la profunda división interna.

Primero con un sector más radical aún que pide única y exclusivamente salida militar internacional, ejecutada por los EE.UU., y que está dirigida por María Corina Machado. 

 Luego está ala más moderada de Capriles, que quiere participar en las elecciones pero aún no termina de decidirlo de manera consistente, a pesar de haber inscrito candidatos para todos los curules que se elegirán este 6 de diciembre.

 Si Capriles decidiera participar, la oposición intentará recomponerse desde la política electoral y Guaidó quedaría totalmente ausente de este escenario.

 Y si, finalmente Capriles decide no participar y se  arrima a la oposición rupturista que quiere elecciones solo si Maduro entrega el poder, entonces serán varios los políticos desunidos peleando por el liderazgo, tanto a lo interno como cara a los países del mundo que apuestan a la salida del chavismo y parecían apostar por Guaidó.

 Así, Guaidó tendría competencia no solo en la oposición sino también entre sus aliados y su sector particular.

 Oposición radical en Venezuela se divide entre la abstención o la prórroga electoral, mientras se mantiene el 6-D como fecha de las legislativas (2)

  Un hipotético triunfo de Biden podría fortalecer el liderazgo de Capriles, más potable y menos dogmático en el obstinado uso del mantra, según el cual, para tomar la iniciativa política primero Maduro debe dejar el poder.

 A fin de cuentas, se acerca el momento electoral del 6 de diciembre y, en paralelo, se desdibuja al extremo el interinato de Guaidó. En enero habrá seguramente una nueva Asamblea Nacional y varios sectores de la oposición venezolana, así como los Gobiernos del mundo, ratificarán que cada vez que el antichavismo radical asume una política abstencionista, el partido de gobierno avanza en su hegemonía institucional.

Pero todavía cabe la posibilidad de que se abran nuevos escenarios si sectores opositores toman posiciones importantes dentro de la Asamblea Nacional, y además cambia la política del gobierno estadounidense con relación al impulso de una salida violenta.

 Para todo ello habrá que esperar ambos procesos electorales y las implicaciones que sus resultados puedan tener.

https://actualidad.rt.com/opinion/ociel-ali-lopez/369411-larga-disolucion-efecto-guaido-esperar

 Y mientras   USA   https://actualidad.rt.com/actualidad/371526-eeuu-vender-millon-barriles-petroleo-venezuela

 Nota .- (1) https://www.voltairenet.org/article211077.html

   .....................

Y aquí siguen apoyando  a la extrema derecha 

https://www.naiz.eus/eu/hemeroteca/gara/editions/2020-10-27/hemeroteca_articles/el-pnv-tambien-acosa-a-venezuela

  y ver ...

 https://rebelion.org/leopoldo-lopez-escapado-otra-estrella-opositora-venezolana-que-se-apaga/

 Nota final .-  Con  las elecciones el mandato de Guaido se acaba. ¿ Qué inventará  luego el Imperio ?

Como los sionistas derribaron a Jeremy Corbyn .

 



Basado en cargos falsos de antisemitismo, surgen detalles del complot para derrocar a Corbyn o dividir al Partido Laborista del Reino Unido (1)

Por Chris Marsden

Global Research, 12 de agosto de 2018

 En medio de una ola de histeria mediática coordinada que calumnia a Jeremy Corbyn y sus partidarios como antisemitas, están surgiendo detalles del complot para destituirlo como líder del Partido Laborista o dividir el partido para evitar que alguna vez lidere un gobierno.

El 7 de agosto, el Daily Express informó que los parlamentarios laboristas de alto nivel "han estado guardando días en secreto en una lujosa propiedad de vacaciones de 12 acres en Sussex para hacer planes para derrocar a Jeremy Corbyn".

Las reuniones se han celebrado durante meses mientras los "parlamentarios laboristas moderados" planifican la caída de Corbyn, encabezados por un grupo central de 12 y un grupo más amplio de "más de 20".

The Express incluye a la ex candidata a liderazgo Liz Kendall , a los ex miembros del gabinete en la sombra Chuka Umunna y Chris Leslie, Stephen Kinnock y Gavin Shuker como presentes, junto con John Woodcock , quien dejó el Partido Laborista para convertirse en un diputado independiente.

Una fuente citada por el periódico dijo:

“En algún momento el liderazgo de Corbyn va a fallar y colapsar, solo necesitamos ver qué está sucediendo con el problema del antisemitismo, y debemos estar listos para intervenir, ganar el liderazgo, reconstruir el partido como una fuerza creíble y reparar el daño que se ha hecho ".

Reparar el "daño" significa reafirmar la agenda abiertamente neoliberal y militarista perseguida por los laboristas bajo Tony Blair y Gordon Brown , incluso si esto significa mantener a los conservadores en el cargo.

The Express informa,

"Entre los temas discutidos ha habido planes para recuperar el liderazgo y formar un nuevo partido ... una propuesta presentada fue esperar la victoria electoral de Corbyn y luego utilizar el gran grupo de parlamentarios laboristas moderados para evitar que se convierta en primer ministro". Uno de los involucrados afirma que si los conservadores pierden las próximas elecciones, entonces "nos separaremos y formaremos un Partido Laborista separado dentro del parlamento o un nuevo partido".

Otro agregado,

"Hay diputados conservadores y demócratas liberales [restantes] que están interesados ​​en unirse a nosotros si formamos un nuevo partido debido al Brexit".

Entre los posibles retadores de liderazgo de Corbyn figuran Yvette Cooper, Umunna, Leslie y Kinnock. Pero el Express también anticipa un "desafío de izquierda" a Corbyn por parte del canciller en la sombra John McDonnell, junto con los "candidatos de compromiso", la secretaria de Relaciones Exteriores en la sombra, Emily Thornberry, y el secretario del Brexit en la sombra, Sir Keir Starmer.

El sitio web de Electronic Intifada publicó un artículo el mismo día de Asa Winstanley del grupo Lobby Watch. Señaló que una aplicación “operada como parte de una campaña de propaganda del gobierno israelí emitió una 'misión' para los usuarios de las redes sociales” para hacer comentarios acusando a Corbyn de antisemitismo.

El antisemitismo es una tapadera para una división mucho más profunda en el Partido Laborista británico

La aplicación Act.IL "pide a los usuarios que comenten en Facebook en respuesta a una historia del Huffington Post UK sobre los supuestos 'comentarios anti-Israel'" de Corbyn, indicándoles que hagan clic en "Me gusta" en un comentario del usuario de Facebook "Nancy Saada" antes de agregar comentarios haciéndose eco de sus críticas.

Winstanley agrega que la aplicación Act.IL es un producto del ministerio de asuntos estratégicos de Israel, que “dirige los esfuerzos encubiertos de Israel para sabotear el movimiento de solidaridad con Palestina en todo el mundo. Su principal funcionario es un ex oficial de inteligencia del ejército y el ministerio está integrado por veteranos de varias agencias de espionaje cuyos nombres están clasificados ".

Posicionándose en la campaña de desestabilización está el diputado laborista Tom Watson, quien escribió en el periódico Observer el domingo que el partido se enfrentaba a desaparecer en un “vórtice de eterna vergüenza” a menos que abordara el antisemitismo en sus filas. Incluso el periódico Times de Rupert Murdoch se vio obligado a reconocer que "sus comentarios no están diseñados para ayudar al Partido Laborista de Corbyn, están destinados a desestabilizarlo".

La oposición a la ofensiva de la derecha es generalizada, con los hashtags de Twitter #WeAreCorbyn y #ResignWatson como tendencia en el número uno en Gran Bretaña e internacionalmente, y los llamamientos generalizados para que los golpistas sean expulsados. En cambio, surge el patrón familiar de Corbyn buscando apaciguar a sus oponentes quienes luego redoblan su ofensiva.

La diputada millonaria Margaret Hodge, quien llamó a Corbyn, en su cara, "un jodido racista y antisemita", tuvo una acción disciplinaria en su contra en medio de reclamos de que ella había "expresado arrepentimiento". Una carta de sus abogados de primer nivel, Mishcon de Reya, publicada en Twitter por Hodge, acusó a la secretaria general del Trabajo, Jennie Formby, de un intento "totalmente falso" de salvar las apariencias, y agregó que "nuestro cliente no se disculpará por su conducta o palabras, como ella no hizo nada malo ".

Hodge, junto con el igualmente malhablado derechista Ian Austin, se quejan de una campaña para expulsar a los oponentes del antisemitismo laborista. “El nuevo estilo de política es el acoso y la intolerancia, no gentil e inclusivo”, dijo al Express sin sonrojarse.

Corbyn ha emitido una declaración al Guardian y un video adjunto, cediendo mucho terreno a quienes calumnian a la izquierda como antisemitas.

Había "un problema continuo" de antisemitismo en el Partido Laborista, que él "erradicaría", incluso acelerando el procesamiento de los casos disciplinarios y lanzando "un programa de educación y capacitación en todo el partido".

Luego califica las "diferencias reales" sobre la negativa de los laboristas a aceptar los 11 ejemplos adjuntos a la definición de antisemitismo de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto (IHRA) como "muy pequeñas".

La "pequeña" diferencia de Corbyn se debe a la oposición laborista a un ejemplo de la IHRA que afirma que es antisemita describir la fundación del Estado de Israel como un "esfuerzo racista". Adoptar esto proporcionaría una excusa general para cazar brujas a los críticos izquierdistas de las acciones represivas de Israel contra los palestinos que se mostraron una vez más en el bombardeo de Gaza de esta semana.

Corbyn hizo un llamado a sus oponentes para que reconozcan que "este ha sido un año difícil en el Medio Oriente, con el asesinato de muchos manifestantes palestinos desarmados en Gaza, y la nueva ley del estado-nación de Israel que relega a los ciudadanos palestinos de Israel a un estatus de segunda clase". Oponerse a esto "no debería ser motivo de disputa", suplicó.

Sin embargo, esta es precisamente la fuente de la presente disputa.

Manchester Jewish Action for Palestine escribió correctamente que las pautas de definición de antisemitismo "están diseñadas por propagandistas israelíes para ayudar a sus muchos intentos de cabildeo masivo para detener la solidaridad internacional con los palestinos y negar a los palestinos el derecho a expresar la naturaleza de los 70 años de violencia de Israel". y racismo hacia ellos ".

Corbyn va detrás de muchos de sus antiguos partidarios en sus esfuerzos por apaciguar a la derecha, supuestamente preservar la unidad del partido y lograr que los laboristas sean elegidos.

McDonnell fue uno de los que pidieron que se retirara la acción disciplinaria contra Hodge y, según se informa, apoya la adopción total de la definición y los ejemplos de la IHRA. Lo acompañan Jon Lansman, que ejerce un control casi total del grupo pro-Corbyn Momentum, Tim Roache, secretario general del sindicato GMB, y Dave Prentis de Unison.

Todas esas afirmaciones de que las divisiones laboristas pueden enmendarse con el simple recurso de adoptar la definición de la IHRA en su totalidad son mucho aceite de serpiente. Una operación de cambio de régimen está nuevamente en marcha en el Partido Laborista. Y si esto falla, se organizará una división. El apaciguamiento de la derecha por parte de Corbyn et al solo desmoviliza a la clase trabajadora frente a las conspiraciones políticas que se organizan en su contra.

En el proceso, la insistencia de Corbyn en que el laborismo podría transformarse en un partido que se oponga a la austeridad y la guerra se está probando hasta la destrucción, lo que confirma la advertencia hecha por el Partido Socialista por la Igualdad en su primera declaración tras la elección de Corbyn como líder del partido en septiembre de 2015:

“Nadie puede proponer seriamente que este partido —que, en su política y organización y la composición social de su aparato, es conservador en todo menos en el nombre— pueda transformarse en un instrumento de lucha de la clase trabajadora. El Partido Laborista británico no comenzó con Blair. Es un partido burgués con más de un siglo de trayectoria y un instrumento probado del imperialismo británico y su maquinaria estatal. Ya sea dirigido por Clement Attlee, James Callaghan o Jeremy Corbyn, su esencia permanece inalterada ".

La fuente original de este artículo es World Socialist Web Site

Copyright © Chris Marsden , Sitio web de World Socialist , 2018

 Nota del blog .- Ver este articulo y las notas finales a  partir de la nota 15 y las conclusiones ......https://vientosur.info/el-partido-laborista-y-la-cuarta-trinchera/

  

Para poner al final a un sionista Stamer al frente del Partido Laborista .."En estas circunstancias, la reciente declaración de Starmer, “Apoyo el sionismo sin ninguna reserva” (I support Zionism without qualification) es y debería ser un motivo de preocupación, incluso de consternación, por varios motivos: bien Starmer considera que no hay que tener ninguna reserva (por encima de cualquier consideración histórica, por otro lado) sobre la fascinante huida hacia delante de Netanyahu y Trump en Oriente próximo, ni tener ninguna reserva ante el hecho de que la gran mayoría de los y las dirigentes de la derecha y la extrema derecha en todo el mundo estén alineados en esta posición; o bien Starmer se ha dejado convencer de que la credibilidad electoral del partido, pase lo que pase, depende de tal alineamiento; en ese caso, ya ha ofrecido la derrota mediática y política antes incluso de tomar posesión del cargo".

Y   encima vengativos ,

https://elpais.com/internacional/2020-10-29/el-partido-laborista-suspende-de-militancia-a-jeremy-corbyn-por-su-fracaso-en-acabar-con-el-antisemitismo.html

jueves, 29 de octubre de 2020

El caso Volhov .¡ Que vienen los rusos !



Un juez y la Guardia Civil derrotan por goleada a Ian Fleming y Frederick Forsyth

 Iñigo Sáenz de Ugarte

Uno de los fracasos más evidentes del procés independentista fue la ausencia de apoyo exterior. El listón estaba muy alto. Carles Puigdemont intentó convencer a los catalanes de que EEUU y la Unión Europea no tendrían más remedio que reconocer la independencia de Catalunya si triunfaba el referéndum. Nada de eso ocurrió después del 1-0, a pesar de que los medios de comunicación de Madrid estaban muy alarmados por los esfuerzos de la Generalitat por vender su mensaje en el extranjero. Al final, lo que llegó del exterior fue el previsible apoyo de los gobiernos europeos al Gobierno español –sólo debilitado por las imágenes de cargas policiales a votantes del 1-O– y mucho ruido. Como el procés tiene una vertiente jurídica posterior que es poco menos que una historia interminable, quizá no deban sorprendernos los argumentos aparecidos en un auto de un Juzgado de Instrucción de Barcelona. Más que ruido, es un espectáculo.

La detención de tres pesos pesados del procés, aunque sin cargos públicos en el momento de los hechos, ha vuelto a sacar a la luz los trabajos de la Guardia Civil como policía judicial en distintas investigaciones. Los oficiales que aportaron informes a las causas y testificaron en las vistas correspondientes, como el teniente coronel Baena, vieron ignoradas varias de sus conclusiones en el juicio del Tribunal Supremo y sufrieron una rotunda derrota con la absolución de Josep Lluís Trapero en la Audiencia Nacional. Ahora vuelven a la carga y, a tenor de sus aportaciones que aparecen en el auto del juez Joaquín Aguirre, corren el riesgo de quedarse en materia prima de titulares escandalosos en la prensa.

El contenido del auto no debe hacer prejuzgar una investigación que lleva declarada secreta desde hace un año y de la que no se sabe lo suficiente. Se investiga un presunto fraude en subvenciones de la Diputación de Barcelona, pero en ese árbol han crecido ramas tan diferentes como la financiación de la estancia de Carles Puigdemont en Bélgica y las actividades de Tsunami Democràtic. Sin embargo, no se debe considerar irrelevantes los "indicios de criminalidad" con los que el auto justifica los registros realizados el miércoles en varios domicilios. Ahí es donde empieza un relato de los hechos que combina las andanzas de un personaje estrafalario del procés con la fantasía aportada por la Guardia Civil.

El protagonista es Víctor Terradellas, el Willy Fog convergente, una persona con la energía, falta de cualificación y contactos oscuros suficientes para no desentonar en la constelación de amigos y asesores con que la Administración de Donald Trump ha poblado la política exterior de EEUU en los últimos años. En una época en que la Generalitat buscaba ayuda del exterior, cualquiera servía.

Con una desbordante capacidad de moverse por varios países, Terradellas es el presunto arreglatodo que conocía a gente, pero que al final cumplió mucho menos de lo que había prometido a los arquitectos del procés. De hecho, casi no cumplió nada. Eso no impide al juez explotarlo a tope. El auto se refiere a "un grupo de Rusia creado en la época de Gorbachov para el desarrollo de esa plataforma de criptomonedas" con el que supuestamente estuvo en contacto Terradellas.

Dejando a un lado el hecho de que en los tiempos del ex secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética no existían las criptomonedas y al pequeño detalle de que la URSS ya no existe, lo más llamativo es la rapidez con que ese grupo de composición desconocida se adapta a otras funciones en sólo tres párrafos del auto. En el primero, se hace referencias a las ciberdivisas. En el segundo, el grupo pasa a estar interesado en tareas de "información" (pongamos que habla aquí de propaganda). No sólo eso, sino que está dispuesto a aportar entre 100 y 300 millones. En el tercero, la trama pasa a cobrar aires militares con un titular fantástico por el que "el jefe" de ese grupo había ofrecido enviar a Catalunya "diez mil soldados y pagar toda la deuda catalana".

Más allá de que esta revelación proceda o no de la imaginación calenturienta de Terradellas, un 007 con licencia para fardar, el juez –que suponemos que no ha visto la película 'Amanecer rojo'– o la Guardia Civil aportan una explicación de su cosecha: "Es decir, en otoño de 2017 Rusia habría ofrecido apoyo a Carles Puigdemont si hubiese declarado la independencia hasta el punto de haber trasladado a Catalunya a 10.000 soldados. (1) De haber aceptado, probablemente los acontecimientos habrían sido trágicos y habrían desencadenado un conflicto armado en el Estado con un incierto número de víctimas mortales".

(Imagen de la película  Que vienen los rusos, que vienen los rusos!, la comedia de Norman Jewison)

Más que incierto, elevado. En este punto, conviene aclarar que nunca ha habido una invasión rusa de Europa Occidental desde 1945. Antes, tampoco. Lo raro no es que el juzgado haya autorizado los registros en varios domicilios, sino que no haya declarado la guerra a Rusia, aunque, como el invierno se acerca, la historia nos dice que no es la mejor época.

La fantasía apocalíptica que el juez Aguirre ha hecho suya supone un evidente desconocimiento de la historia reciente de Rusia. El Gobierno de Vladímir Putin intervino con tropas en la guerra civil ucraniana y se anexionó Crimea. También en la guerra de Siria para apoyar al Gobierno de Asad. Además, una empresa privada de mercenarios propiedad de un empresario cercano al Gobierno ruso ha enviado fuerzas militares a la guerra de Libia. Esas intervenciones tenían una lógica desde el punto de vista de la política exterior rusa. Una invasión rusa de Catalunya, no. Evidentemente, Putin estaba muy interesado en que los países de la UE aceptaran la anexión rusa de Crimea, así como en continuar con la exportación de gas ruso a Alemania, no en causar una guerra en el Mediterráneo.

Pero la mezcla de la imaginación de Terradellas y el misterioso "grupo de Rusia" llevan al juez a decretar que "Rusia habría ofrecido apoyo a Carles Puigdemont". Y no hay más que hablar.

Dos nuevos personajes en la película

La visita que hizo Oriol Soler para reunirse con Julian Assange en Londres es conocida, así como la defensa del proceso independentista que hizo el fundador de WikiLeaks a través de Twitter. Pero eso no es suficiente para el juez Aguirre, que mete también a Edward Snowden en la novela de espías. En ese momento, el auto se inventa literalmente una conexión que no existe. Afirma que Margarita Simonián, directora de la cadena pública RT –antes Russia Today– es "la editora, precisamente, de Julian Assange y Edward Snowden".

 

Por editora, la gente pensará que Assange y Snowden estaban a las órdenes de Simonián. Es falso. Assange hizo un programa de entrevistas para RT en 2012 cuando estaba asilado en la embajada ecuatoriana en Londres. Snowden nunca ha trabajado para RT por mucho que viva en Moscú.

La estrategia de propaganda del Gobierno ruso pasa por diferentes vías. Su prioridad reside en la opinión pública rusa, lo que no es extraño. De cara al exterior, el canal RT y otros medios públicos se ocupan de destacar las crisis y conflictos internos de los países europeos como forma de cuestionar las críticas que recibe el Gobierno ruso en los medios de comunicación de Europa. En un plano más clandestino, pero escasamente secreto por ser bastante conocido, empresas rusas con conexiones con el Gobierno generan contenidos de desinformación destinados al extranjero, cuya eficacia es cuestionable o muy difícil de medir. El referéndum del Brexit fue un éxito para los partidarios de la salida de la UE gracias a décadas de desinformación originadas en Gran Bretaña, los errores del Gobierno de Cameron y la división interna del Partido Conservador. No por las posibles interferencia rusas. Lo mismo se podría decir del procés catalán.

El juez Aguirre ha optado por la alternativa de la conspiración. De cara a colocar su contenido en los medios de comunicación, la clave siempre es elegir el titular de más impacto. En eso, el juez realmente ha estado insuperable.

 https://www.eldiario.es/politica/juez-guardia-civil-derrotan-goleada-ian-fleming-frederick-forsyth_129_6369738.html

 Nota del blog.-(1)  Lo increíble es , que la nombraran la operación con el nombre Volhov . Una acción de guerra  o golpe  de mano de la división azul  en Rusia, el 18 de octubre de 1941  que no fue una batalla sino cruzar  un rio hacía Leningrado. La embajada rusa ha sacado un tuit  de humor diciendo.”Hace falta añadir dos ceros al número de soldados (1 millón) y lo más impactante de toda esta conspiración: las tropas tendrían que ser transportadas por aviones Mosca y Chato ensamblados en Catalunya durante la Guerra Civil y escondidos en un lugar seguro de la Sierra Catalana hasta recibir a través de estas publicaciones la orden de actuar", suelta la embajada recordando la ayuda rusa al frente republicano en los años treinta.  Tampoco , pienso que sea ajeno a ello el tenienet coronel Baena que llevaba la investigación, despues de salir Trapero inocente y cuando además el gobierno  necesite  aprobar los presupuestos .

Ahora bien, poco después de que la policía militarizada española difundiera el nombre de la operación, una aclaración no oficial intentó parar la oleada de críticas por el espíritu fascista del operativo y dio una excusa de mal pagador. El nombre del operativo no sería Volhov sino Voloh, una divinidad de la mitología eslava, protectora de la tierra. La  culpa ahora es de quien la tecleo . Sin embargo ese   nombre se utilizó hace un año en una operación muy similar, en la que se investigaba el desvío de fondos públicos a entidades próximas a la antigua Convergència, poco después de las acciones de protesta contra la sentencia del procés lideradas por Tsunami Democràtic. .

 Avión Mosca , el Polikárpov I-16  Viquipedia Alvaro Getafe



 Avión Chato el Polikárpov I-15 Viquipedia Kogo


Ver un video de RT  burlandose https://youtu.be/kpBZfOJnZNI

Chile y los "dueños del poder real".

 Chile y los "dueños del poder real"

 CARLOS FERNÁNDEZ LIRIA 

 Profesor de Filosofía de la UCM. 


Centenares de personas celebran en las calles de Valparaiso el resultado del referendum en Chile por la reforma de la Constitución. REUTERS/Rodrigo Garrido

 A mis alumnos siempre les digo que para comprender en general la historia del siglo XX, para hacerse cargo de la relación entre ciudadanía, democracia y capitalismo, para entender, en suma, las dificultades a las que siempre se ha enfrentado el proyecto político de la Ilustración, desde que la burguesía logró derrotarlo imponiendo su contrarrevolución francesa en 1794, incluso para entender a Carl Schmitt y a Hannah Arendt, o para que Habermas o Savater no te empujen a decir demasiadas tonterías, para todo esto y más, conviene que vean La batalla de Chile, la famosa película de Patricio Guzmán.

 Este 25 de octubre, el pueblo chileno ha conquistado, por fin, el derecho a romper con el legado de Pinochet. Han pasado casi 50 años desde el golpe de Estado que, en 1973, acabó con la democracia chilena y con la vida de su presidente Salvador Allende. Es verdad que, ya en 1990, Pinochet había aceptado el resultado de las elecciones que él mismo se había visto obligado a convocar, y había traspasado el poder a Patricio Aylwin, que sería así, según nos dice la Wikipedia, el "primer presidente democráticamente elegido" tras la dictadura. Así más o menos se le quiere recordar. La verdad es que este señor, un senador demócrata cristiano, aplaudió, apoyó y vitoreó el golpe de Estado de Pinochet. La verdad es que la democracia cristiana había perdido las elecciones, porque las ganó Allende. Y no estaban acostumbrados a eso. Esa gente trabajó sin descanso para dar cobertura a un golpe de Estado militar que pusiera remedio a tan grave equivocación de los votantes chilenos. Una vez corregido este desliz popular, una vez escarmentado el electorado con miles de torturados, desaparecidos y represaliados, estos vampiros que se autodenominaban cristianos, empezaron a tomar posiciones más equidistantes, distanciándose hipócritamente de la dictadura y preparándose para el futuro que finalmente llegó. En 1990 ganaron por fin las elecciones, que habían perdido en 1970. Y encima, había que celebrarlo como la resurrección de la democracia.

 Esto es lo que, en otros sitios, he llamado "la ley de hierro de la democracia en el siglo XX". No la descubrió Habermas, ni tampoco Hannah Arendt, ni mucho menos Fernando Savater. La formuló al desnudo Augusto Pinochet cuando, el  17 de abril de 1989, declaró que "estaba dispuesto a respetar el resultado de las elecciones con tal de que no ganaran las izquierdas". Al contrario de lo que dijo el editorial de El País al día siguiente, tales declaraciones no tenían nada de "pintorescas". Era la lógica Aylwin, la lógica del que finalmente ganó las elecciones, y la lógica general que presidió la democracia durante todo el siglo XX: las izquierdas tuvieron derecho a presentarse a las elecciones, pero no a ganarlas. Lo mismo que ocurrió en España en 1936. Aquí tardamos 40 años en pagar el crimen de haber votado a la izquierda. Y luego hemos cargado con las consecuencias. Tras 40 años de represión no se vuelve a ser el mismo. En 1978 no se devolvió el poder a la República y al Frente popular, sino que se convocaron elecciones y, naturalmente, las ganó la centroderecha, como era de esperar tras cuatro décadas de escarmiento. Lo que pasó en Chile. Tras década y media de torturas, el pueblo ya había sido suficientemente aleccionado: ya no se podía devolver el poder a Allende y a la Unidad Popular, se votó sobre un campo de cadáveres. Y ganaron, por supuesto, los moderados, los mismos demócratas cristianos que habían alentado el golpe de Estado cuando perdieron las elecciones en los años setenta. Jamás se hará un mejor retrato de esta gente que el que hizo la Polla Records: "Hinchado como un cerdo, podrido de dinero, ¡cómo hueles! / Hiciste nuestras casas al lado de tus fábricas / Y nos vendes lo que nosotros mismos producimos / Eres demócrata y cristiano, eres un gusano/ ¡Cristo, Cristo, qué discípulos!"

 Esta "ley de hierro de la democracia", antes que Pinochet, ya la había formulado el gran jurista del siglo XX Carl Schmitt, que era un nazi, pero que no tenía un pelo de tonto y, además, precisamente porque era un nazi, no tenía muchas ganas de disimular y de mentir, como no han parado de hacer nuestros apologetas de la democracia y el Estado de derecho (siempre que no ganen las izquierdas, por supuesto). Lo dijo en 1923: "Seguro que hoy ya no existen muchas personas dispuestas a prescindir de las antiguas libertades liberales, y en especial de la libertad de expresión y de prensa. Pero seguro que tampoco quedarán muchas en el continente europeo que crean que se vayan a mantener tales libertades allí donde puedan poner en peligro a los dueños del poder real." Estaba hablando del parlamentarismo. ¿Quién va a estar en contra del parlamentarismo? Seguro que nadie… ¿pero habrá alguien tan ingenuo de pensar que las libertades parlamentarias se van a mantener si algún día osan legislar contra "los dueños del poder real", contra los poderes económicos, en definitiva? Ah, claro que sí, el 90% de nuestros intelectuales funcionan así, con esa insensata ingenuidad oportunista. Mientras no ganen las izquierdas (o mientras las izquierdas no estén dispuestas a tocar los intereses de los que detentan el poder económico), da gusto declararse progresista y de izquierdas. Si ganan las izquierdas, no tanto, porque entonces te torturan, te matan y te desaparecen.

 Esta es la terrible realidad del siglo XX. Así fue todo el rato. Nos lo había advertido un nazi: la democracia se tolera con tal de que no sirva para nada, si no… se acabó lo que se daba. Y nos lo confirmó ese gran filósofo político que fue Augusto Pinochet: los comunistas tenían derecho a presentarse a las elecciones, pero si las ganaban, así lo expresó con todas sus letras, "¡se acabó la democracia!". Y lo más divertido es que luego no ha parado de repetirse que los socialistas y los comunistas nunca hemos tenido respeto por la democracia. Que allí donde hemos gobernado nunca hemos sido democráticos.  Que el "socialismo real" nunca fue democrático. Pues sí, eso es cierto, sólo que se podría haber añadido: cuando el socialismo intentó ser democrático, cada vez que intentó llegar al poder mediante unas elecciones, cada vez que intentó conservar todas las garantías constitucionales y trabajar parlamentariamente por el socialismo, siempre vino a ocurrir lo mismo: que un golpe militar acabó con la democracia, el parlamentarismo, la división de poderes y la libertad de expresión. Estos son los límites de la democracia bajo condiciones capitalistas, un paréntesis entre dos golpes de Estado, en el que ganan las derechas (o las izquierdas de derechas).

 Hubo una inmensa excepción que confirma la regla. Lo que ocurrió en Europa tras la segunda guerra mundial, lo que se ha venido en llamar "el espítitu del 45" (por recordar la excelente película de Ken Loach). En realidad, la guerra había sido gestionada de forma socialista. Y si el socialismo había permitido ganar la guerra, podía también ganar la paz. Y así pareció que podía ser durante algunas décadas, hasta que, a partir de 1979, Reagan y Thatcher acabaron con ello. El Estado del Bienestar europeo fue, sin duda, un experimento socialista de primer orden. Fue la demostración fáctica innegable de que el socialismo es mucho más compatible con la democracia y el Estado de derecho que el capitalismo y el libre mercado. Hasta que lo asesinaron, el primer ministro de Suecia Olof Palme no dejó de luchar por un modelo económico que hoy en día sería considerado muy a la extrema izquierda del de Unidas Podemos. Un modelo que estaba resultando más exitoso cuanto más se lo radicalizaba.

 

Pero este éxito no es una excepción a la citada ley de hierro del siglo XX. Es más bien su confirmación a escala más amplia. Para comprobarlo, hay que comenzar por desmentir algunas leyendas. Para empezar, la de que Hitler ganó las elecciones en 1933. No, Hitler nunca ganó las elecciones, como tantas veces se pretende cuando quiere alertarse de los peligros de que ganen las izquierdas. Me limito a citar un espléndido artículo que Andrés Piqueras publicó en este mismo periódico hace ya años: "Hitler fue aupado políticamente y en enero de 1933 nombrado a dedo canciller por la gran industria y Banca alemana (los Bayer, Basch, Hoechst, Haniel, Siemens, AEG, Krupp, Thyssen, Kirdoff, Schröder, la IG Farben o el Commerzbank, entre otros), utilizando para ello la figura del presidente de la República, Hindenburg. Apenas un mes después el nuevo canciller provocó el incendio del Reichstag y acusó a los comunistas de haberlo hecho para conseguir que se dictara el estado de excepción, a partir del cual desató una fulminante represión contra las organizaciones de los trabajadores, cuyos partidos políticos juntos (KPD -comunistas- y SPD –socialistas-) le habían superado con creces (unos 13 millones de votos contra 11 y medio). Ilegalizó al KPD y prohibió toda la prensa y la propaganda del SPD. Después, el 6 de marzo, convocó unas elecciones y entonces ya sí, claro, las ganó". Luego, se autoproclamó Jefe del Estado.  En resumen: cuando "los dueños del poder real" vieron que podían perder las elecciones, decidieron recurrir a los nazis, para que les quitaran de encima a esos "comunistas". Y provocaron una guerra mundial, durante la cual, aprovecharon para exterminarlos en campos de concentración, junto a los judíos y a los gitanos.

 La otra leyenda que conviene desenmascarar es la de que fueron los aliados comandados por EEUU los que ganaron la segunda guerra mundial. No, ocurre que fueron precisamente los comunistas los que la ganaron en toda Europa. Tanto por el avance de las tropas soviéticas, como por la resistencia interna, que en casi todos los países fue protagonizada por los comunistas. Fueron los comunistas los que salvaron la democracia contra los nazis. Se entiende así que, al acabar la segunda guerra mundial, estaban en muy buenas condiciones para negociar una paz acorde, como hemos dicho, con el "espíritu del 45", que era contundentemente socialista.

 De modo que el socialismo, el de verdad, no el que tenemos ahora, dio muy buenos resultados democráticos cuando pudo sostenerse sin guerras ni golpes de Estado. Esta es la tercera leyenda que hay que desmentir, la de que el socialismo "real" siempre ha sido incompatible con la democracia. En la fórmula "socialismo real" no sólo habría que incluir a los países que, como Cuba, lograron defender el socialismo por la fuerza de las armas, sino a los países que, como Chile, lo intentaron por la fuerza de la democracia y fueron castigados por ello acabando con la democracia. Hay varias decenas de casos en el siglo XX que son ejemplos de ello, sin ir más lejos, España en 1936.

 Así pues, la historia de Chile puede muy bien instruirnos para sopesar los pilares sobre los que se asienta nuestro propio sistema democrático, y alentarnos a hacer una pregunta crucial: ¿realmente hemos logrado constitucionalizar, es decir, someter a legislación, a los "dueños del poder real", es decir, a los poderes económicos que serían capaces de suspender el orden constitucional y acabar con la democracia si se vieran amenazados por el Parlamento? Muy al contrario, les hemos dado carta blanca introduciendo en nuestra Constitución el artículo 135. Ahora, los golpes de Estado financieros ya no necesitan de los tanques, como dijo Yanis Varoufakis, cuando en 2015 se le forzó a dimitir como ministro de economía. Una historia parecida a la que ocurrió en Alemania en 1990, cuando una insensatez de los votantes había logrado que nombraran ministro de hacienda a Oskar Lafontaine, una inmensa victoria para la izquierda. El sueño no duró ni un mes. El presidente de la Mercedes Benz amenazó con trasladar toda su producción a los EEUU si no se le destituía de ipso facto y en seguida quedó claro quiénes eran "los dueños del poder real". Como decía Carl Schmitt, el nazi, el poder no lo detenta quien lo ejerce, sino quien te puede cesar por ejercerlo.

Si las democracias europeas no logran encontrar la vía para constitucionalizar la vida económica, nuestros parlamentos estarán siempre secuestrados y amenazados. Continuaremos viviendo en un nuevo Antiguo Régimen, sometidos al arbitrio de corporaciones privadas, verdaderos poderes feudales, capaces de anonadar cualquier espacio público, a los que la vida parlamentaria no se atreverá a enfrentarse jamás. Una situación premoderna y preilustrada, que indica todo lo contrario de lo que se proclama como soberanía popular. La democracia continuará siendo un paréntesis entre dos golpes de Estado.

 https://blogs.publico.es/dominiopublico/34967/chile-y-los-duenos-del-poder-real/


 Nota del blog  .- Como nos han ocultado la movilización en Chile. Ver video.

 https://youtu.be/I8_KDLmAn94



miércoles, 28 de octubre de 2020

El campechano.

 


Video ..

https://youtu.be/w5hb500Cvks

Y  digo yo

Vamos a ver , eso de criticar la mon-arquía por que le suban el sueldo  500 millones  no es  de  ser agradecidos , la mon -arquía en nuestra divina Providencia , que nos otorgó la democracia por  divina gracia en la que vivimos,   y con enorme  sacrificio por  España , véase  el supremo esfuerzo en cama del rey emérito por ejemplo , teniendo que  mantener a tantas amantes y sacar a pasear  a la  Marca España y  al  IBEX 35 y encima tener que aceptar regalos , que si  yate , que si uno o dos  Maseratis  e incluso tener que comprar una maquinita para contar billetes y tener   que llevar  o pagar el trasporte  a paraísos fiscales fuera  de España. ¡Qué sacrificio ¡!¿Y como  se iba  a pagar su retiro actual en el  Golfo? , sino  le suben el sueldo el 7%  con IVA y el de su mujer y sus hijas y sus nietos ..Y ya es el colmo encima que tenga que aguantar las críticas  de desagradecidos.. que ni gritan, ¡ Viva el Rey ¡!..con lo mucho que se ha entregado años y años   por todos nosotros .. y con la gracia que lo hacía  y lo campechano que era  .



Las mentiras que destrozaron Libia.

 

Tres mujeres, una sarta de mentiras y la destrucción de Libia

 

Por Dr. Mustafa Fetouri  

 


Fuentes: Middle East Monitor [Foto: la entonces Secretaria de Estado estadounidense Hillary Rodham Clinton (D) habla con Susan Rice (I), entonces embajadora de Estados Unidos ante la ONU. Michael Nagle/Getty Images North America)] .Foto del texto original

Traducido del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos

Hillary Clinton, Susan Rice y Samantha Power fueron las tres principales defensoras de la guerra contra Libia en 2001 que provocó desde entonces la caída libre de esta nación norteafricana. En febrero de 2011 hubo manifestaciones en algunas ciudades libias contra el gobierno del difunto Muammar Gadafi en lo que se conocería como la “Primavera Árabe” que se extendió por la zona. Sin embargo, la prometida primavera de Libia se convirtió en un otoño destructivo durante el cual Gadafi fue asesinado el 20 de octubre de 2011 y Liba quedó sumida en el caos por cortesía de las tres mujeres.

 La Secretaria de Estado Hillary Clinton desplegó todo cuanto disponía el Departamento de Estado para emprender la guerra pasando por encima tanto del Pentágono como de los servicios de inteligencia estadounidenses. Los altos cargos del Pentágono y el legislador demócrata Dennis Kucinich desconfiaban tanto de Hillary Clinton que incluso abrieron un canal oculto de comunicación con el gobierno de Gadafi para tratar de detener esa innecesaria guerra contra Libia. Sin embargo, Hillary Clinton gozaba de la confianza de Barak Obama y le estaba llenando de historias infundadas sobre el conflicto en Libia para convencerle de que autorizara la actuación del ejército estadounidense. En un momento dado el presidente Obama hizo que cualquier persona que quisiera hablar sobre Libia acudiera a Hillary Clinton.

 En su campaña a favor de la guerra y el cambio de régimen Hillary Clinton utilizó primero todos los medios de los que disponía en su condición de Secretaria de Estado para que otros aliados de Estados Unidos apoyaran la intervención con el pretexto de “proteger a los civiles y las zonas habitadas por civiles” de Libia que supuestamente estaban bajo el asedio del gobierno. Encargó a Susan Rice, la representante permanente de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de la ONU, que hiciera campaña para asegurarse los votos necesarios en el Consejo y garantizar la aprobación de la Resolución 1973 que autorizaba vagamente el uso de la fuerza. El Consejo de Seguridad aprobó la Resolución con diez votos a favor y cinco abstenciones, incluidos los de Rusia y China. Al mismo tiempo, Samantha Power, que ostentaba un alto cargo en el equipo de seguridad del gobierno de Obama, se ocupó de vender la guerra dentro del gobierno como una “intervención humanitaria” .

Para Hillary Clinton, que había fracasado en casi todos los trabajos que había desempeñado, promover la guerra contra Libia en 2011 significaba utilizar sus habilidades no sólo como la diplomática de más alto rango de Estados Unidos, sino también como mentirosa prolífica. Mintió al menos dos veces, al pueblo y a los legisladores estadounidenses, simplemente al falsear cuál era la situación sobre el terreno en Libia en aquel momento y al afirmar que el cambio de régimen en Libia no era desde un principio el verdadero objetivo de la intervención militar. Incluso después de que la OTAN empezara a bombardear, cerró la puerta a cualquier mediación o a que el gobierno libio explicara su posición.

 Tres años más tarde Hillary Clinton siguió tergiversando lo ocurrido en Libia, incluso cuando ya no era Secretaria de Estado. En sus memorias Hard Choices, [Elecciones difíciles] publicadas en 2014, Hillary Clinton omitió el papel que había desempañado la OTAN en el cambio de régimen al afirmar que los rebeldes libios habían tomado Tripoli “para finales del verano de 2011”, sin mencionar la intervención de la OTAN. En aquel momento de la guerra en Libia los bombardeos de la OTAN sobre este país se había expandido de forma generalizada, más allá de la misión declarada de “proteger a los civiles” como exigía la Resolución de la ONU. El cambio de régimen se convirtió en el objetivo final. El propio presidente Obama mintió o fue engañado por su propia Secretaria de Estado para que mintiera. En el discurso sobre Libia pronunciado el 23 de marzo Obama afirmó que la tarea que se había asignado al ejército estadounidense era la de “proteger al pueblo libio de un peligro inmediato” estableciendo una zona de exclusión aérea, que no pretendía ampliar esa misión e incluir el “cambio de régimen” puesto que, según Obama, sería un “error”.

 

 

Foto: El Secretario de Estado John Kerry habla con la embaladora estadounidense ante la ONU Samantha Power en una reunión del Consejo de Seguridad sobre antiterrorismo en la sede de la ONU el 30 de septiembre de 2015 en la ciudad de Nueva York. [Spencer Platt/Getty Images]. Foto del texto original .

Susan Rice, la diplomática estadounidense en la ONU, trató de matizar las mentiras de Clinton en el Consejo de Seguridad pronosticando una masacre en el este de Libia. El caso es que el gobierno libio estaba respondiendo en aquel momento a la rebelión armada como habría hecho cualquier gobierno. Ni siquiera a día de hoy existen pruebas que apoyen la afirmación de que Gadafi estaba planeando, y mucho menos ejecutando, masacre alguna en ninguna parte de Libia.

 La mayoría de los libios todavía recuerdan a Susan Rice, una vez que el Consejo de Seguridad adoptó la Resolución 1973, abrazando al representante de Libia, que había desertado previamente. Esta escena, en la que se ve a un lloroso Abdurrahman Shalgham abrazar a una Rice de aspecto sombrío, se convirtió en objeto de sarcasmo y ridículo. Algunos partidarios de Gadafi incluso la interpretaron como una prueba más de la “conspiración” contra Libia.

 Cuando Samantha Power vendió la guerra entre las filas del gobierno Obama, utilizó la baza de la historia para el presidente Obama tuviera miedo de no actuar y fracasar. Exageró lo que estaba ocurriendo en Libia e incluso lo comparó con el genocidio de Ruanda de 1994 en que fueron asesinadas casi un millón de personas. El objetivo de mencionar la experiencia de Ruanda era provocar la más firme reacción en Obama, un demócrata, lo mismo que Bil Clinton, bajo cuya mirada se llevó acabo la masacre de Ruanda. El mundo descubrió más tarde que Bill Clinton sabía lo que estaba ocurriendo en Ruanda, pero eligió ignorarlo. Al parecer, lo que quería Samantha Power al comparar Libia con Ruanda era advertir a Obama de que no ignorara Libia y fuera acusado de mentir, algo que de todos modos hizo en el caso de Libia.

 Cinco años después, en 2016, Obama admitió en una entrevista que intervenir en Libia había sido su “peor” error y culpó a los británicos y a los franceses en vez de a sus propios asesores. Nunca se ha pedido a ninguna de sus tres asesoras que asumiera responsabilidades y respondiera a graves acusaciones por el fiasco de Libia. En vez de ello Samantha Power fue nombrada posteriormente embajadora de Estados Unidos ante la ONU antes de incorporarse a una de las principales universidades estadounidense, nada menos que Harvard. Susan Rice es investigadora en la American University de Washington, mientras que Hillary Clinton aspiró a la presidencia de Estados Unidos y perdió frente a Donald Trump en 2016.

 Mustafa Fetouri es un académico libio y periodista independiente. Ha sido galardonado con el premio Libertad de Prensa de la Unión Europea.

 Fuente original : https://www.middleeastmonitor.com/20201015-three-women-loads-of-lies-and-the-destruction-of-libya/

Fuente de traducción  ..https://rebelion.org/tres-mujeres-una-sarta-de-mentiras-y-la-destruccion-de-libia/

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

martes, 27 de octubre de 2020

El fracaso de la moción de censura .

Reino de España: a toro pasado, el fracaso de la moción de censura

Gustavo Buster Daniel Raventós Miguel Salas

A toro pasado, decían los clásicos, todos los análisis aciertan. En el caso de la moción de censura de Vox (1 y 2), el partido de la ultraderecha española, el resultado no puede ser más evidente: el fracaso más absoluto, el ridículo de su portavoz Abascal, la fractura parlamentaria del “trifachito” de la Plaza de Colón y la consolidación del bloque mayoritario que apoyó la formación del Gobierno de Coalición Progresista (GCP) en el momento decisivo del debate de los presupuestos del 2021.

Un pulso por la hegemonía de una derecha radicalizada

¿Por qué presentó entonces Vox su moción de censura? Más allá de la teleología de su fracaso, la respuesta a esta pregunta puede recomponer el espejo roto de la situación política en el Reino de España. La estrategia de Vox, como la del resto del arco parlamentario, comienza por una interpretación de las encuestas y, en su caso, de las de GAD-3, como ha recordado Mariano Guindal. La consultora de Michavila viene apuntando desde el mes de abril dos importantes tendencias: un aumento del doble de los encuestados (47,8%) que consideran que la gestión del Covid-19 es mala, cuando no peor; y una caída importante en las expectativas de escaños, en caso de elecciones, del PP (menos 18), frente a una subida paralela de Vox de 13 escaños. Vox creía saber donde pisaba. El 44% de lo votantes del PP quería que su partido apoyase la moción de censura de Vox. Y el 43% que se abstuviese.

Aunque la encuesta del CIS de septiembre no avala la fuerza de la tendencia de intercambio de votos entre la derecha extrema del PP y la extrema derecha de Vox, sí la recoge de manera más matizada, añadiendo la recuperación paulatina de Ciudadanos tras el cambio de orientación de Arrimadas alejándose del “trifachito”.

Mientras que la hegemonía del PSOE de Pedro Sánchez se ha ido consolidando sobre el conjunto de las fuerzas políticas -con una distancia creciente sobre el PP que ya suma 12 puntos y de más de 19 puntos sobre Unidas Podemos-, lo que estaba en liza en la moción de censura era la hegemonía de la derecha radicalizada y la correlación de fuerzas interna en el bloque que constituye frente al GCP.  Si era evidente al comienzo, se hizo patente en el debate y acabó en “mascletá” fallera con el demoledor discurso de Casado contra un Abascal ya abatido y el descalificativo voto negativo del PP. Vox solo pudo recoger los 52 votos de sus escaños como tercera fuerza parlamentaria.

Pero es muy probable, como señaló Pablo Iglesias en su intervención, que el distanciamiento de Casado de Vox haya llegado tarde y que no existan fronteras entre sus electorados, como defiende la defenestrada portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, en una situación de radicalización del conjunto de los votantes de la derecha por el efecto devastador sobre las llamadas clases medias de la crisis del Covid-19. En este caso es el CIS el que recoge que el 79% de los encuestados consideran que la situación económica es mala o muy mala. Y ello ha agravado la tensión social  en una competencia por el acceso a los subsidios públicos en los que una débil y precaria pequeña burguesía sustenta su status de clase a través de un acceso privilegiado a la educación (1)y la sanidad concertadas, frente a la pública. Esa es la base material que sustenta las “guerras culturales” que han ido acentuando la enorme polarización política en medio de la crisis estructural del Régimen del 78 y alienta a Vox como movimiento político-social. Y lo que sin duda explica la referencia de Iñigo Errejón al análisis del fascismo en los años 1930 de Joaquín Maurín. Al fin y al cabo Vox tiene una cierta base social, pero es especialmente fuerte en la gran cantidad de franquistas que siguen medrando en las instituciones: poder judicial, aparatos policiales, ejército, iglesia católica -que sigue gozando de privilegios incluso mayores que con el régimen franquista aunque pueda parecer inverosímil- y, por supuesto, la misma monarquía.

Una cierta conciencia del peligro que representa Vox estuvo presente en las intervenciones de los partidos de izquierdas. La réplica de Pedro Sánchez, concentrada en los seis puntos del documento de solicitud de la moción de censura de Vox, fue demoledora. Las intervenciones de las diputadas de Unidas Podemos una barrera feminista contra la avalancha reaccionaria contra sus derechos en la crisis del Covid-19. Los sarcasmos del portavoz de ERC, Gabriel Rufián, desplumaron el pollo franquista que representa la unidad impuesta de la monarquía española.

El PP como partido alfa de la derecha extrema

Pero el mérito de la ridiculización del personaje correspondió al portavoz del PP, Casado, rozando la venganza personal por poner en cuestión su liderazgo en el conjunto de la derecha. Se trataba mucho más de este liderazgo que de diferencias de fondo: el franquismo de buena parte del PP está fuera de toda duda incluso para el más despistado. Viniendo de Casado, sus efectos fueron devastadores en Abascal y las filas de Vox. Que el candidato al gobierno -y cada vez se hacía más insostenible esa denominación repetida una y otra vez cada vez que volvía a la tribuna para las réplicas- confesara estar “desconcertado” por la intervención llena de desprecio de Casado fue seguido por la humillación de asegurar el apoyo “por responsabilidad” de Vox a los gobiernos autonómicos del PP y Ciudadanos.

Su electorado, sobre todo en Madrid y Andalucía, no lo entendería de otra manera. De la misma forma que reconoce a Vox un papel destacado en las protestas callejeras de los barrios de clase media y las caravanas de coches con banderas españolas que circulan como una provocación por los barrios populares, sigue identificándose con la representación institucional del PP que hoy encarna la presidenta de Madrid Isabel Díaz Ayuso en su insumisión frente al GCP. La consolidación de Casado como líder de la oposición se hace por la derecha extrema, no en un giro hacia el centro. Es importante esta cuestión porque desde ciertos medios de comunicación se presenta como un giro al centro y no lo es. Desde las izquierdas no hay que bajar la guardia ni tranquilizarse, al contrario, debe perseverar en su denuncia y en la movilización contra la extrema derecha y contra esa derecha extrema que representa Casado y sus políticas antidemocráticas y antisociales.

Dos maniobras políticas nos lo recuerdan estos días. Por un lado, su pertinaz bloqueo de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), a pesar de los enormes costes en términos de legalidad y legitimidad que ello supone para el Régimen del 78, como ha vuelto a señalar Javier Pérez Royo. Por otro, su obstina actuación como el “Partido Holandés”, acudiendo a la Comisión europea para condicionar y bloquear las ayudas  acordadas para el Plan de Reconstrucción, alegando la pretensión del GCP de violar el estado de derecho con su proyecto de reforma del sistema de designación de los miembros del CGPJ.

El bloqueo de la renovación largamente aplazada del CGPJ es un reflejo directo de la crisis del bipartidismo dinástico del Régimen del 78. El PP de Casado exige para acometerla una vuelta a los “pactos de estado” PSOE-PP, excluyendo de la negociación a Unidas Podemos, imponiendo su veto en la gestión de los pilares institucionales de la segunda restauración borbónica. Todo ello en medio de los escándalos en los que esta envuelto el poder judicial en su actuación frente a los casos corrupción del PP, la pirámide de causas contra Villarejo y las cloacas del estado, y las decisiones sobre la represión judicial contra el independentismo catalán., que tras el mencionado  juicio y la absolución de Trapero y Soler, claman al cielo.

En pleno debate parlamentario de la moción de censura se conoció la sentencia que absolvía a Trapero, Soler, Puig y Laplana de los delitos que eran acusados por la fiscalía por su intervención en el referéndum  catalán por la autodeterminación del 1 de octubre de 2017. Una sentencia con 20 folios de hecho probados y 70 de fundamentos jurídicos.  La tesis de la Guardia Civil queda contestada completamente. La sentencia es una carga de profundidad contra la actuación represiva de la Policía Nacional y la Guardia Civil el mencionado 1-O. Al parecer de Gonzalo Boye: “Obviamente, la absolución de Trapero, Laplana, Soler y Puig no producirá consecuencias inmediatas en los condenados [independentistas]; afirmar lo contrario sería engañar, pero sí las está produciendo desde ya en relación con la construcción judicial montada para reprimir a los independentistas, y eso ya es muy positivo.” Y más adelante: “El 1-O no fue una conjunción de delitos, sino un amplio, masivo y colectivo ejercicio democrático, que sólo quienes viven anclados en un pasado, del que hay que desprenderse cuanto antes, pueden concebir como criminal, y esto ya no sólo lo ven en Europa. Seguramente esta es la aportación más importante de una sentencia que, como digo, es justa, no por las absoluciones, que también, sino porque respeta los derechos fundamentales y los principios democráticos básicos.”

El proyecto de reforma de la Ley orgánica del Poder Judicial del GCP abre la vía para una solución institucional a la crisis constitucional forzada por el bloqueo del PP, al reducir en segunda vuelta la mayoría cualificada de tres quintos a una mayoría simple la designación de los miembros del CGPJ. Pero supone una ruptura con el bipartidismo PSOE-PP que ha sostenido durante décadas el “pacto de estado” de reparto del poder judicial. De ahí la exigencia del PP de excluir de la negociación a Unidas Podemos, en un paralelismo de su voto negativo a Vox en la moción de censura. Que el PSOE haya aparcado el proyecto de reforma, como una concesión tras la decisión de voto de Casado puede contentar a sectores del PSOE como los que están detrás del editorial de El País de 15 de octubre, pero envía un mensaje sobre los límites del Régimen del 78 que no está dispuesto a traspasar. Unos límites que, como en el caso de la Monarquía, son los de la hegemonía social de las clases dominantes.

La UE y los presupuestos 

Más allá de la gestión de la crisis del Régimen del 78, la cuestión central de este inicio de curso político sigue siendo el presupuesto de 2021. La propuesta de techo de gasto del GCP de 196.000 millones de euros, casi un 50% más, con una caída del PIB del 11,2%, supone un cuadro macroeconómico inédito, que solo es sostenible e imaginable gracias a la inyección de los 27.400 millones de euros de subvenciones anunciadas por el Consejo europeo para 2021 y, posteriormente para 2022 y 2023.

Los problemas de gestión administrativa de casi dos puntos del PIB, centralizada en una oficina de Moncloa presidida por el Presidente de Gobierno Sánchez abren más de una duda. La administración europea no ha sido capaz de administrar mas que 1 de cada 3 euros de los paquetes de las ayudas europeas. Y, en las condiciones del Covid-19 y la situación de las administraciones autonómicas y locales, es difícil que pueda hacer frente a un volumen de gestión de estas dimensiones, cuando la mera tramitación del 10% del Ingreso Mínimo Vital ha bloqueado el sistema y lo ha convertido en un esperpento respecto a las previsiones que hicieron sus apologistas más encendidos. Se trata de uno de los subsidios condicionados para pobres con unos resultados cinco meses después de su instauración menos eficaces, como cada vez se reconoce desde los más diversos ámbitos políticos y sociales. Una vez más, la crisis del Régimen del 78, en este caso concretada en la aplazada modernización de las administraciones, se convierte en un obstáculo.

En estas circunstancias, no resulta tan complicado comprender la posición del GCP de no recurrir a los 70.000 millones de euros previstos de créditos europeos. Desde sus inicios, esta partida de las ayudas para la reconstrucción despertó recelos entre los estados miembros del sur europeo, en especial Italia, Portugal y el Reino de España. Se objetaban las condiciones y el mecanismo de vigilancia que querían imponer acreedores como Países Bajos, más allá de los establecidos por el Pacto Fiscal europeo. Este, a pesar de la moratoria hasta 2023 de los techos de déficit por el carácter excepcional de la crisis del Covid-19, conviene recordar que sigue estableciendo un marco de medidas neoliberales de estabilización económica, aplicables también en el caso de las subvenciones europeas no retornables.

Lo que parece evidente a estas alturas, con nuevos retrasos del ciclo de aprobación presupuestaria, es que el GCP cuenta con la mayoría parlamentaria de la moción de confianza para la aprobación de los presupuestos. A ella se ha sumado la derecha social -y ha sido evidente en las posiciones alrededor de la moción de censura- , activamente implicada en el diálogo social que dirige la ministra de trabajo Yolanda Díaz. Un “diálogo social” que ha frenado el desplome empresarial y el paro por la crisis a través de la extensión de los ERTES pero también trasladando al presupuesto y a la deuda pública la supervivencia de un gran número de “empresas zombies”. Esa presión sobre el Boletín Oficial del Estado de una buena parte del sector empresarial espera sus compensaciones en el proceso de reestructuración y transición a una economía verde sostenible, con la amenaza de un rápido crecimiento del paro. Se traslada así al debate mismo del presupuesto y de la gestión de las ayudas europeas el modelo económico que consolidar, no mediante la competencia descarnada del mercado sino mediante el pacto de las políticas industriales. El “diálogo social”, término que encubre esta encarnizada dinámica, debe al menos asegurar la capacidad de representación colectiva de los sindicatos y su capacidad de presión autónoma en defensa de los intereses de los trabajadores y los pensionistas. El carácter “progresista” del gobierno PSOE-UP depende en última instancia de ello y de la derogación urgente en la práctica de los efectos de la contra-reforma laboral del PP.

Quedan aun muchas interrogantes por despejar. El viernes 23 de octubre se ha cerrado el informe sobre las pensiones del Pacto de Toledo, tras cuatro años de reuniones y está por ver su recorrido, sobre todo cara a las exigencias de la Comisión europea. Las elecciones autonómicas catalanas del 14 de febrero, que deben tener lugar después de la aprobación del presupuesto, volverán a situar al GCP ante el mayor desafío de la crisis constitucional, que es el movimiento soberanista catalán. Y por encima de todos ellos, la gestión de la pandemia del Covid-19, después de la convocatoria este mismo domingo 25 de un Consejo de Ministros extraordinario para establecer el estado de alarma, con la oposición de las comunidades autonómicas gobernadas por el PP y Ciudadanos con el apoyo de Vox.

Seguimos estando muy lejos de la estabilidad política que reclaman las clases dominantes, pero igualmente de articular una alternativa republicana y socialista en defensa de los intereses de la mayoría. La movilización social es la base para darle empuje. A pesar de las dificultades debidas a la pandemia son muchas las movilizaciones que salen a la calle: todo el sector sanitario exigiendo inversiones en la sanidad pública y mejora de sus condiciones laborales; los de Alcoa y muchas otras empresas defendiendo el empleo y el futuro de sus empresas; las mareas de pensionistas que siguen ocupando las plazas públicas para defender las pensiones; más de 9.000 organizaciones pidiendo al gobierno que regule los alquileres; los universitarios defendiendo la universidad y la investigación pública…  

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https://www.sinpermiso.info/textos/reino-de-espana-a-toro-pasado-el-fracaso-de-la-mocion-de-censura

Nota (1).-No se  puede obviar lo siguiente  que es la bendición judicial para la expansión de la concertada: la Iglesia logra el blindaje del dinero público para sus colegios. Dos fallos del Supremo, con el juez vinculado al Opus José Luis Requero como ponente, rechazan un recorte de conciertos de la Generalitat valenciana .El Tribunal Supremo rechaza la revocación de conciertos para enseñanzas no obligatorias, aunque el Govern pueda cubrir las necesidades con la red pública Los fallos se suman a otro del Constitucional, con el apoyo de otro juez de la Obra, que avaló la financiación pública a los centros que segregan por sexos.