La revuelta democrática catalana y la reacción de Rajoy
Daniel Raventós ,Gustavo
Buster
08/10/2017
Cuarenta y ocho horas
después de la jornada del referéndum del 1 de octubre, Catalunya vivió lo que
unos llamaron huelga general y otros paro cívico, pero que en cualquier caso
movilizó a centenares de miles de personas y en algunas ciudades las concentraciones
fueron de una masividad desconocida hasta ahora. El referéndum del 1 de
octubre, pase lo que pase en los próximos días y semanas, será recordado, y no
sólo en Catalunya, como una de las jornadas más espectaculares de lucha
pacífica de la población por el derecho a la autodeterminación, y en
contrapartida, también como una de las más contundentes represiones de las
fuerzas policiales contra los derechos de reunión, expresión y voto. Incluso en medios políticamente tan moderados
como The Economist podía leerse en un reciente editorial: “Si el señor Rajoy
pensaba que rompiendo cabezas pondrían fin al secesionismo, no podía estar más
equivocado.”
Si bien la participación en el referéndum no llegó al 50%,
lo que resulta memorable es que precisamente votaran más de 2 millones de
personas en las condiciones de represión que hubo. Hacer especulaciones sobre
la gente que hubiera votado en condiciones normales es inútil, pero nadie puede
dudar que el número de participantes hubiera sido mucho mayor. Aventurar que
todas las personas que no votaron eran contrarias al referéndum no puede ser
mantenido con la más mínima plausibilidad. Es más, cuando después de una
intensa campaña los partidos contrarios al referéndum han conseguido movilizar
en Barcelona a la resucitada “mayoría silenciosa” –con autocares traídos de
todo el Reino- las cifras, sin dejar de ser importantes, son las que son:
350.000 personas. La propia “Sociedad Civil Catalana”, la organización
instrumental que ha organizado la manifestación habla continuamente de los
catalanes contrarios a la autodeterminación como de una minoría “acosada”.
Lo hemos dicho muchas veces en Sin Permiso: un referéndum
legal en Catalunya sobre cómo quiere vivir políticamente y cómo quiere
relacionarse con los demás Estados sería el final técnico del régimen de 1978.
Solamente así puede entenderse la intransigente y violenta oposición del
gobierno y partidos dinásticos a la autodeterminación catalana legal y pactada.
La reacción del gobierno Rajoy
sigue ......
http://www.sinpermiso.info/textos/la-revuelta-democratica-catalana-y-la-reaccion-de-rajoy
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