viernes, 30 de octubre de 2015

Reunión Consejo Ejecutivo de Convergencia . "Pero ¿esto qué es?".

Relato del debate en el Consell Executiu sobre la resolución de desobediencia | Jané, Vila, Puig y Rigau se suman a la crítica de la resolución pactada con la CUP

El titular de Economia, Andreu Mas-Colell, se sube las gafas a la cabeza y se sumerge en el texto. Al cabo de unos instantes, rompe el silencio y suelta en tono airado: "Pero ¿esto qué es?"
 ---------------http://cort.as/YfX-
Si lo interpretan , como este constitucionalista , además catalán, no veas..


http://politica.elpais.com/politica/2015/10/27/actualidad/1445980909_504461.html

jueves, 29 de octubre de 2015

La ley de Seguridad Nacional y el artículo 155 de la Constitución.

La ley de Seguridad Nacional, una alternativa más eficaz que el artículo 155 de la Constitución.


La norma otorga al presidente el poder para asumir el poder en un territorio "con el nombramiento de una autoridad funcional y la determinación de sus competencias"



Cuando Rajoy insiste en que ante el desafío independentista de Catalunya no le temblará la mano, "con proporcionalidad", a la hora de hacer cumplir la Constitución y las leyes, va quedando claro que en el caso de la Carta Magna, el artículo 155 es el arma definitiva para impedir que el plan secesionista siga adelante en caso de ser pilotado por las máximas autoridades políticas de la comunidad. La suspensión de la autoridad del Govern y del Parlament sería el último recurso político que debería recibir el permiso de la Cámara Alta. Sin embargo, entre las filas independentistas temen sobre todo las medidas coercitivas y judiciales en aplicación de leyes concretas, en particular, de la ley de Seguridad Nacional, una norma aprobada el pasado 22 de julio, con tanta premura como la reforma del Tribunal Constitucional. La citada ley tiene el objetivo de "garantizar la defensa de España y sus principios y valores constitucionales" y otorga al presidente del Gobierno la autoridad para declarar la situación de Seguridad Nacional mediante real decreto, definir el ámbito geográfico afectado y asumir el poder en dicho territorio "con el nombramiento, en su caso, de una autoridad funcional".
Según Josep Maria Reniu, politólogo y miembro del Consell Assessor per a la Transició Nacional, la aplicación de la ley de Seguridad Nacional para intervenir la autoridad autonómica de Catalunya sería "el nivel máximo que creo que no pasará", pero puestos a contemplar escenarios, la desobediencia a las sentencias del TC o la decisión de no aplicar el artículo 155 de la Constitución para frenar el proceso secesionista por la lentitud del trámite, pueden obligar a tener al alcance otras medidas legales más veloces que obliguen a cumplir. Por tanto, la ley de Seguridad Nacional emerge como una herramienta para sancionar un comportamiento en Catalunya contrario a la Constitución sin que el Govern tenga medios legales para frenar esta potestad.
Reniu sostiene que esta ley es una herramienta más potente que el artículo 155 de la Constitución a la hora de actuar contra el proceso soberanista si de lo que se trata es de intervenir la autoridad autonómica de Catalunya. En el 155 se otorga la autoridad al Gobierno a "adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella (autonomía) al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones", pero Reniu cree que procedimentalemente, la aplicación de este artículo "es mucho más complicado y lento" que en el caso de la ley se Seguridad Nacional, aplicable con independencia de que el TC pueda usar o no las medidas coercitivas que ya dispone.
Esta ley ampara la "acción del Estado dirigida a proteger la libertad y el bienestar de sus ciudadanos, a garantizar la defensa de España y sus principios y valores constitucionales". En este sentido, si de lo que se trata es de proteger los valores constitucionales, el inicio de un proceso de independencia estaría claramente al margen de ellos, por tanto, la aplicación de esta norma estaría justificada.
Por su parte, la experta en derecho constitucional Mar Aguilera, profesora de Derecho Constitucional de la UB, advierte de que el artículo 155 de la Constitución es "una regla clara" y "contundente" que en absoluto es difícil de aplicar. En él se dice que el Gobierno tendrá en su mano todas las medidas necesarias para mantener el orden constitucional, con lo que se le otorga la capacidad de "ejecución" y de dar "instrucciones a todas las autoridades" pertinentes a tal fin. Además, Aguilera advierte de que el artículo no ofrece ni plazos ni más indicaciones para la ejecución y ni siquiera se dice qué se entiende por violación del interés nacional; queda a criterio del Gobierno. La profesora también quita hierro al hecho de que en el procedimiento de aplicación de este artículo entre en juego el Senado, si bien admite que la ley de Seguridad Nacional es más fácil de aplicar, en el sentido de que es más detallada que el artículo 155.
Aguilera apunta que la citada ley no tiene el apoyo constitucional que sí tiene el 155 u otras leyes que también pudieran aplicarse, como la ley orgánica 4/1981 de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio, que deriva directamente del artículo 116 de la Constitución. Para la profesora, esta última ya "va muy allá" y permite controlarlo todo en caso de verse alterada la "integridad territorial"; de hecho permite una intervención de la autoridad para una parte del territorio nacional.
Aguilera también admite que en la práctica, la ley de Seguridad Nacional está elaborada con el objetivo de servir de recordatorio de que hay una potestad absoluta por parte del Gobierno para hacer cumplir el ordenamiento territorial y legal vigente. "Es como las vacunas", señala, puesto que ya existen leyes suficientes y con el amparo constitucional suficiente para intervenir en Catalunya. Sin embargo, reconoce que la clave la da el artículo 2 de la ley de Seguridad Nacional, en el que se señala que "esta ley será de aplicación a las diferentes Administraciones Públicas y, en los términos que en ella se establecen, a las personas físicas o jurídicas", mientras que en el siguiente punto se indica que "los estados de alarma y excepción se rigen por su normativa específica". Para Aguilera, esta especificación deja claro la finalidad de esta norma.
La ley de Seguridad Nacional otorga al presidente del Gobierno la autoridad para designar lo que es un problema para la Seguridad Nacional y poner en marcha las medidas adecuadas para solucionarlo a través de la creación de un Consejo de Seguridad Nacional creado a partir de una reunión del Consejo de Ministros. La autoridad del presidente del Gobierno es máxima puesto que le permitiría tener el control de las instituciones catalanas en caso de desobediencia y nombrar una autoridad competente para que lleve a cabo las funciones directivas. "La situación de interés para la Seguridad Nacional se declarará por el presidente del Gobierno", y el presidente del Gobierno convocará al Consejo de Seguridad Nacional para que ejerza las funciones de dirección y coordinación de la gestión de la situación", señala el texto legal.
La ley está en vigor y a disposición del Gobierno y, aunque sea recurrida ante el TC, así seguirá. Cabe recordar que sólo los recursos de anticonstitucionalidad presentados por el Ejecutivo español habilitan al Alto Tribunal a suspender la norma recurrida en el momento de su admisión a trámite, mientras que cuando el Govern aplica un recurso, la ley sigue en vigor hasta el momento en que el TC emite sentencia. En el caso de la reforma del TC, la Generalitat de momento sólo la han enviado al Consell de Garanties Estatutàries y el PSOE ni siquiera ha dado un paso a pesar de criticar con dureza la reforma. En el caso de la ley de Seguridad Nacional, la norma no ha sido recurrida por el Govern ni por otra comunidad autónoma y fue aprobada en el Congreso con el apoyo del PP, el PSOE y UPyD, y el rechazo de los nacionalistas, que ya denunciaron que con ella se pretendía frenar el proceso catalán y se ponía en entredicho el Estado autonómico.


 y ver …


miércoles, 28 de octubre de 2015

¿Una República catalana virtual ? .

Huida hacia adelante


La resolución exprés -que se saca de la manga una 'República' catalana-, es la expresión de dos fuertes angustias en CDC: el férreno 'no' de la CUP a la investidura de Artur Mas y la intensificación del cerco judicial

 Enric Juliana .



En la ciudad de Milán, siempre hermanada con Barcelona, se produjo en 1947 un acontecimiento recordado en los anales como un buen ejemplo del eterno dilema entre el realismo político y la fuga hacia adelante.
Derrotado el fascismo, los partisanos habían entregado las armas, siguiendo la consigna del comité de liberación nacional. Dueños de no pocas ciudades del norte y del centro del país, las brigadas dominadas por los comunistas podían haber intentado proclamar una república socialista independiente, pero pisaron el freno para evitar una casi segura guerra civil. Optaron por la integridad de Italia, a cambio de un papel relevante para la izquierda en la nueva constitución.
Eran meses de pacto y de intensa pugna. A la Democracia Cristiana no le bastaba con el desarme de las brigadas partisanas. También quería que sus comandantes dejasen de ocupar puestos de mando administrativo con unidades de policía a sus órdenes. En noviembre de 1947, el ministro del Interior destituyó al prefecto (gobernador civil) de Milán, Ettore Troilo, jefe partisano de brillante historial. Hubo protestas y un grupo de militantes comunistas ocupó la prefectura de Milán, en señal de desobediencia y desconexión con el nuevo poder blanco.
Ocupado el palacio gubernamental, el jefe los comunistas milaneses, Gian Carlo Pajetta, llama a Roma: "Compagno Togliatti, te comunico que tenemos la prefectura de Milán en nuestras manos". Silencio en la línea. Palmiro Togliatti, glacial, responde: "¿Y qué piensas hacer con la prefectura de Milán?". Ligero carraspeo del joven Pajetta, que esperaba un ¡bravo! desde el otro extremo de la línea. Consigna del secretario general: "Mira de salir cuanto antes, sin hacer el ridículo".
2015. En la Barcelona posmoderna, turística, gestual, teatral y fuertemente radicalizada por la crisis económica, los principales dirigentes de la amplia pero fragmentada corriente independentista acaban de tomar la decisión de asaltar la autoridad del Estado español con un papel.
Posmodernidad es simulación constante. No es nada extraño que una de las primera decisiones de la nueva presidenta del Parlament de Catalunya y de sus amigos, después del brioso vítor en favor de la República catalana, fuese hacerse una selfie como recuerdo de un día tan señalado.
Una selfie premonitoria. Autorretrato del año de las emociones fuertes, mientras desahucian a los primos convergentes. Ese es el estilo que viene. Esa es la primera y más verídica declaración de intenciones de la futura clase dirigente catalana, llamada a sustituir a quienes estas semanas son objeto de registro policial.
La posmodernidad admite ironías que eran casi inimaginables en los momentos más dramáticos del siglo XX. Un parlamento que no se pone de acuerdo para elegir al nuevo presidente del Ejecutivo, después de unas elecciones que han dividido en dos la sociedad catalana, se propone aprobar de manera inmediata una moción de desobediencia al Tribunal Constitucional y a las principales leyes vigentes, anunciando la próxima instauración de una República catalana, sobre la que la mayoría de los electores no se ha pronunciado, puesto que no figuraba en el programa de la coalición vencedora.
No se sabe si habrá presidente -o presidenta- en los próximos setenta días, y ya se plantea un programa de ruptura, con una República que no constaba en el programa electoral vencedor. Una República no es poca cosa, incluso en la posmodernidad. Estamos ante una situación verdaderamente insólita en las democracias europeas. Fuga hacia adelante a toda castaña.
En paralelo a esta nueva aceleración táctica del independentismo exprés -insisto, no apoyado de manera explícita por el mandato de las urnas-, la policía registra el domicilio del hombre político más relevante en Catalunya en los últimos cincuenta años y el de diversas personas directamente relacionadas con el partido gubernamental, en busca de pruebas que demuestren el cobro de comisiones por la concesión de obras públicas; el famoso 3%, inscrito ya de manera indeleble en la cultura popular.
Mientras la declaración de independencia exprés entra en el registro del Parlament, las televisiones difunden imágenes de la colección de coches de lujo de uno de los principales investigados. El trallazo en la opinión pública es fenomenal. En Catalunya y en toda España.
Cuando la política se complica sugiero siempre un ejercicio: intentar explicar lo que está pasando a un amigo extranjero. Voz alta, distancia y traducción. Ayer lo hice y llegué a la conclusión de que el grupo dirigente catalán ha decidido la fuga hacia adelante, preso de una doble angustia: la enorme resistencia de la CUP a la investidura de Mas y el temor a una posible desintegración de CDC, ante el salto de cualidad de la investigación judicial, que podría estar contando con nuevos e insospechados informantes.
La situación catalana cambia de rasante. Y el Partido Popular no desaprovechará ni un minuto para reafirmarse como Partido Alfa. El voto catalán derrotó al PP en el 2004 y el 2008. Esta vez, la angustia del partido gobernante catalán podría servirle en bandeja la campaña electoral.
La fría pregunta de Togliatti aún tiene sentido: ¿Y qué pensáis hacer después de la declaración?.
Aunque también podría plantearse en Madrid: ¿Y qué pensáis hacer después del artículo 155?



 
Leer más: 
http://www.lavanguardia.com/politica/20151028/54438429824/huida-adelante-enric-juliana.html#ixzz3prBRJ0Ej 

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Nota del blog ..

Para mantener vivo el Procés han de mantener “calentitos” a sus seguidores. Lo que calienta al catalanismo es el PP. Luego conviene que en España siga gobernando el PP. Luego se hace esta declaración para que el PP gane las elecciones. Los extremos se retro alimentan. Igual que el PP echó un capote a Mas con la querella.  Nada que se vaya del guión ya dijo la CUP , que había que montar un buen pollo político jurídico, se supone además que es a ver si el gobierno pica con alguna reacción desproporcionada y así se justificarían.

Mas ha medido mal las fuerzas y los tiempos . Se pensó que Rajoy estaba al borde del abismo, apunto del rescate, España en el precipicio. Creyó ser buen momento para ofrecer no meter más problemas si a cambio le daba un concierto fiscal. Dos pájaros de un tiro: calmar a los irritados ciudadanos a los que él mismo dijo quén era el culpable y ofrecer que con más dinero haría más política social.Pero su arrogancia de no rectificar conforme España ha salido de estar al borde del precipicio a estar a 5 pasos, le ha hecho estar inmerso en su propia voragine. Todo esto ni lo han previsto ni saben como acabará. Se decía el mismo ser el "alemán del sur" por ser un gran líder metodista, organizador, inteligente,....... pero esta demostrando improvisar más que un payaso de semáforo en la Diagonal. Su improvisación, nuestra incertidumbre. Su imaginación, el fin de CDC. Su desafío, la unidad de la UE con Rajoy.
Se ve la propia debilidad cuando esperan que la UE intervenga, cuando es un asunto interno y puede hacerlo por ley. Como hicieron en Irlanda el gobierno inglés.

 La legalidad catalana que dicen, se basa en la Constitución sin ella no habría, ni Parlament , ni Estatut. Ni elecciones .

ARTICLE 1. CATALUNYA

Catalunya, com a nacionalitat, exerceix el seu autogovern constituïda en comunitat autònoma d'acord amb la Constitució i amb aquest Estatut, que és la seva norma institucional bàsica
















lunes, 26 de octubre de 2015

España .- Ante el 20-D .


Reino de España: 20-D ¿Y Europa?

G. Búster


 25/10/2015
  

“Usted miente, Sr. Rajoy”. Esta fue la frase más utilizada en la última sesión de control al gobierno de la X Legislatura. En medio de una tensión bronca, con los diputados del Grupo Popular aplaudiendo de pie cada una de las respuesta de Rajoy, nunca fue más patente su aislamiento político. Si se mantiene la tendencia  de las últimas encuestas -que parecen confirmar el fin del bipartidismo y la necesidad de coaliciones para alcanzar una mayoría absoluta en un parlamento dividido entre seis fuerzas significativas y otra serie de grupos menores- Rajoy es parte del problema de la derecha conservadora para mantener su actual hegemonía.

Pero la futura campaña electoral del PP fue desvelada, ahora que Arriola, el asesor áulico de Rajoy, ha vuelto a recuperar el timón tras purgar el fracaso de las elecciones municipales y autonómicas: “ustedes dejaron un país al borde del rescate, al borde de la quiebra, en recesión y en paro. Eso lo hemos arreglado nosotros una vez más y, por tanto, lo mejor que le puede ocurrir a España es que ustedes sigan ahí en la oposición durante muchos años”. La estrategia del miedo se ha convertido en la solución de Bruselas a la pregunta que Rajoy no supo responder hace unas semanas: ¿Y Europa?

La respuesta, lejos de ser un farol, responde a la naturaleza misma del “arreglo” del que se vanagloria Rajoy. Con una deuda soberana del 100%, un paro real del 24% -que no se prevé que caiga por debajo del 20% en la próxima legislatura- con una tasa de pobreza del 29%, y un mercado laboral corroído por la precariedad y la temporalidad involuntaria, el equilibrismo macroeconómico de Rajoy depende básicamente de dos variables externas: la política de “flexibilización cuantitativa” del Banco Central Europeo y la caída de los precios de los hidrocarburos. La actual tasa de crecimiento, superior al 2,7% del PIB, no ha sido capaz de recuperar los niveles de 2011 y pende sobre ella la amenaza de una nueva recesión internacional.  Por si faltaba algo, la advertencia de la Comisión europea de que el presupuesto aprobado agotando la legislatura necesitará nuevos recortes de 10.000 millones de euros para cumplir los objetivos del déficit fiscal en 2016, muestra hasta que punto, a pesar de contar con la mayor cuota de poder institucional desde 1978, el Partido Popular ha fracasado en sus objetivos.

Además de las malas políticas pro-cíclicas del Consenso de Bruselas que el Gobierno Rajoy ha aplicado con saña de alumno ejemplar, las raíces de su fracaso se hunden en la crisis del régimen del 78. La ruptura del pacto social ha provocado una erosión rápida de la capacidad de representación de los pilares políticos del régimen: el PP, el PSOE, pero también CiU en Cataluña. Ha bloqueado las posibilidades de reforma constitucional, llevándolo a un callejón sin salida institucional, como ha señalado Javier Pérez Royo. La crisis autonómica (tanto fiscal como soberanista) tampoco parece tener otra salida que una confrontación de legitimidades, aplazada por el momento por las crisis de hegemonía de los principales sujetos políticos que la dirigen: Rajoy y Mas. La corrupción, con su retahíla de juicios y procedimientos, en manos de un sistema judicial moldeado en el mismo sistema de cuotas del bipartidismo, parece desembocar en estos meses en un ajuste de cuentas del “capitalismo de amigüetes” que necesita de la ley del silencio y de las agradecidas puertas giratorias entre la gestión de lo público y lo privado. Hasta la válvula de seguridad del régimen que es la monarquía, a pesar de su renovación generacional,  sigue cuestionada, como demuestran las manifestaciones en los Premios "Princesa de Asturias".

El momento álgido de la crisis y de la resistencia social, 2012 y 2013, plantearon con fuerza la disyuntiva de “reforma o ruptura” del régimen del 78. El pulso entre la “reacción desconstituyente”, con una mayoría absoluta conservadora y con el apoyo de la UE, y las aspiraciones a un cambio en la correlación de fuerzas que abriese la posibilidad de “procesos constituyentes”, con una izquierda política desarbolada y unos movimientos sociales partidos por las propias consecuencias de la crisis, fue canalizado electoralmente en un largo ciclo en el que las esperanzas de plasmar una alternativa de cambio han ido mermando, a golpe de imposición de las estrategias del miedo.

El “asalto al Consenso de Bruselas” del gobierno de Syriza duró siete meses y acabó en la firma de un tercer memorándum humillante que obliga a Tsipras a gestionar las políticas de la Troika. Su resultado reforzó  a favor de las oligarquías neoliberales la correlación de fuerzas en la UE. Pero el fracaso de sus políticas para salir de la crisis y las consecuencias sociales de su aplicación han llegado a ser tan insostenibles en la periferia de la UE, que solo dos mes más tarde de la traición del referéndum griego, en Portugal se ha abierto la posibilidad de un gobierno socialdemócrata que, presionado por su izquierda, cuestione de nuevo la lógica del Consenso de Bruselas. La reacción institucional, tanto de la derecha portuguesa como de la europea es intentar volver a subordinar la democracia y la soberanía nacional al chantaje del Consenso de Bruselas. Pero al hacerlo, rompe abiertamente con el consenso social y político de postguerra, hasta el punto que el listón de la democracia se sitúa en el derecho a decidir si se continua o no en la UE.

La crisis social y política va para largo, tanto en el Reino de España como en Europa. Y pueden agravarse como consecuencia de una nueva recesión que amenaza en el horizonte. Este largo recorrido de la crisis se convierte en un factor determinante de polarización, que puede permitir una acumulación de experiencias sociales, la reorientación táctica y estratégica ante errores y dificultades, la paulatina acumulación de fuerzas y la construcción de nuevos sujetos políticos. Hemos vivido de manera trepidante parte de este recorrido desde el surgimiento del 15-M, las crisis del PSOE y de IU, la constitución de Podemos y la victoria de las candidaturas municipales por el cambio.

El espectacular ascenso de Podemos tras las elecciones europeas de 2014 ha puesto de manifiesto todas las ilusiones y limitaciones de la irrupción en la vida política de cientos de miles de nuevos actores sociales surgidos del 15-M y de la dura resistencia de los movimientos sociales de 2012-2013. La dirección de Podemos supo articularla verticalmente a través de los medios de comunicación social, movilizarla desde ellos, como en la Marcha del Cambio, pero ha encontrado enormes dificultades para articularla democrática, ideológica y organizatívamente. De hecho, en buena medida, el desarrollo de las iniciativas municipalistas para el cambio, que obtuvieron un éxito tan significativo en mayo del 2014, puso de manifiesto la tensión existente entre el núcleo organizativo de Podemos  y los núcleos de dirección políticos existentes (IC-V, IU, Anova, Compromís) o surgidos de movimientos sectoriales (Mareas, PAH..). El debate sobre la "democracia participativa" y la "unidad popular" se vio en buena medida cortocircuitado por las negociaciones entre aparatos por el control de las listas. Solo parcialmente, como en Barceloná en Comú, hubo una política de frente único de izquierdas que permitiese combinar la ampliación de la democracia participativa de base con unas negociaciones entre las distintas organizaciones de izquierda más transparentes y dependientes de sus bases.

El declive de Podemos en las expectativas de voto a partir del verano del 2015 –de ser la primera opción directa de voto a caer a la cuarta- es paralela a la progresiva rigidez organizativa, a la moderación de su programa electoral (en especial social, económico y su ambigüedad ante el derecho a decidir en las elecciones catalanas), y a la adaptación de sus objetivos estratégicos. Los decepcionantes resultados de la coalición Catalunya, Si que es Pot (CSQEP) en las elecciones autonómicas catalanas, han acentuado aún más este giro. De "asaltar los cielos" se ha pasado a "sacar más votos que el PSOE", hasta "consolidar Podemos para la guerra de trincheras". Esta última perspectiva -justificado en nombre del “realismo" y de las decisiones de la Asamblea de Vistalegre, que fueron adoptadas cuando se trataba de "asaltar los cielos"-  explica la ruptura de las negociaciones con IU. Es verdad que IU se encuentra en una crisis estructural y que carga con una "mochila" de conflictos fraccionales propios y del PCE que se hubieran trasladado a Podemos. Pero el fracaso de las negociaciones y la competencia electoral entre la "unidad popular" de Podemos y la "unidad popular" de la IU de Garzón suponen aceptar de antemano que ambas fuerzas se situarán electoralmente por detrás del PSOE con mucha menos capacidad para condicionar su política (el ejemplo de Portugal es clarividente en este sentido).

En este escenario (al que habría que añadir la zizagueante crisis de un PSOE escorado por su derecha hacia un "regeneracionismo" del régimen del 78), sectores importantes del "municipalismo del cambio" y de la izquierda de los movimientos sociales, empezando por Barcelona en Comú, además de organizaciones como Anova e IPV (más tras la negativa experiencia del desembarco de la dirección central de Podemos en CSQEP), están intentando constituir un tercer punto de referencia, apoyándose en la especificidad de sus mapas políticos autonómicos y la necesidad de dar respuestas diferenciadas a la cuestión nacional. Pero hay que señalar el fracaso de iniciativas unitarias en Euskadi y Navarra y que no se hayan ni planteado en Canarias.

El resultado del 20-D está aun abierto a dos meses de campaña y al balance de los votantes de tal cúmulo de experiencias en tan corto período de tiempo. Al inició de la campaña, el único partido en ascenso es Ciudadanos, que espera ser determinante en la formación de un gobierno de "cambio regeneracionista", términos que intentan definir el objetivo de un cambio de hegemonía en los marcos del régimen del 78. Prioritariamente con el PSOE, pero sin cerrarse al PP si así lo exigen los resultados electorales y el PSOE se desploma. El programa de cualquier gobierno de coalición, sin descartar que la única mayoría absoluta implique la suma de los diputados del PP y el PSOE, será cumplir los objetivos fiscales impuestos por la UE, moderando sus ritmos de aplicación y hacer de la "regeneración unitaria de España" su prioridad. El PP inicia la campaña en clara caída del 15-17% de sus votos, con el liderazgo de Rajoy cuestionado internamente (y por la UE), pero con expectativas de ser la fuerza más votada a pesar de todo. La crisis del PSOE continuará acentuándose en estos meses (fichaje de la ex UPyD Irene Lozano, cuestionamiento de Pedro Sanchez..). E IU entra en la campaña tras fracasos y crisis múltiples, apoyándose en una "unidad popular" ficticia y con Garzón como único referente de una apuesta en la que se juega su supervivencia contra el voto útil a Podemos, por lo que necesitará una dura diferenciación en la campaña. Su único aliado, tras perder en la práctica sus referencias gallegas y catalanas, son sectores de Comisiones Obreras.

Cualquiera que sea finalmente la fórmula de coalición gubernamental tras el 20-D, será incapaz de abordar desde la estabilidad política la aplicación-negociación de los ritmos de las políticas del Consenso de Bruselas o el desafío de un Parlament de Catalunya con mayoría soberanista, además de una larga lista de temas pendientes que deja en herencia el gobierno Rajoy (y que afecta a prácticamente todas las instituciones del estado). Con un bloqueo de la reforma constitucional por falta de las mayorías necesarias, el “regeneracionismo” por real-decreto puede dar un segundo aliento a las aspiraciones de ruptura y procesos constituyentes.

El 20-D abrirá por lo tanto una fase de transición –no una segunda Transición- en el pulso social, económico y político que se inició en mayo de 2010 con la sumisión de Zapatero al Consenso de Bruselas y que ha continuado el “cuatrienio negro” de Rajoy. La izquierda entrará en ella dividida socialmente –con un movimiento sindical desangrado en su capacidad de negociación colectiva por la contra-reforma laboral- y en abierta competencia, aunque con distinto peso, por su dirección política entre cuatro grandes sectores: PSOE, Podemos, las izquierdas municipalistas y nacionalistas, e IU. El primer problema práctico será como articular esos espacios políticos entrecruzados en grupos parlamentarios frente a una derecha, española y nacionalista, igualmente dividida. Y como reactivar y establecer lazos con unos movimientos sociales de resistencia a los nuevos recortes del estado de bienestar, anunciados por la Comisión europea antes mismo de las elecciones.

Los requisitos para ello serán un programa de emergencia para salir de la crisis social, una alternativa política al régimen del 78, unos mecanismos democráticos para articular unitariamente la diversidad de experiencias e identidades políticas, propuestas de gobiernos de izquierda capaces de cuestionar el Consenso de Bruselas y hacer renacer un movimiento de solidaridad europeo.


Nadie dijo que iba a ser fácil, aunque sea imprescindible. Pero esa debe ser nuestra respuesta a la amenazante pregunta ¿y Europa?






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 Una entrevista que da más tela ...

La desigualdad en España.

 LA DESIGUALDAD EN ESPAÑA EN 2014




 LA DESIGUALDAD EN LA UNIÓN EUROPEA




domingo, 25 de octubre de 2015

Las falacias del PP.

Las mentiras económicas de Rajoy




Si hay algo que ha sorprendido llamativamente del gobierno de Rajoy en estos cuatro años, ha sido el empleo de la mentira como arma política para conseguir sus objetivos.

Esto ha sido posible por el uso abusivo de los medios de comunicación públicos, que se han acabado convirtiendo en los voceros políticos del Partido Popular y con unos medios de comunicación privados muy dóciles y nada críticos, con lo que está pasando social y políticamente.

Como mejor podemos analizar estas mentiras es en el campo de la economía, de la que tanto le gusta hablar a Rajoy y de la que es un ignorante. Vayamos pues a la economía que le gusta a Rajoy.

Nos habla de que España durante su gobierno siempre ha cumplido el techo de déficit ¿Es verdad? NO.

Presupuesto de 2012, déficit presupuestario previsto el 5,8% del PIB, el déficit real fue de 6,7%. En julio se revisó y se puso al 6,3% y aun así no se cumplió.

Presupuesto de 2013, el déficit debía ser del 4,5%, posteriormente se revisó y se llevó al sorprendente 6,5% y aun así no se cumplió, pues llegó al 6,6%.

Presupuesto de 2014, el déficit previsto era del 5,8%, pero el PP se comprometió a bajarlo al 5,5%, la realidad fue del 5,9%.

Presupuesto de 2015, el déficit previsto es del 4,2%. Bruselas prevé que será de 4,5% y previsiblemente se quede corto.

La herencia, que dejará Rajoy al próximo gobierno, tendrá un agujero fiscal de 15.000 millones de euros, que ya se lo está reclamando Bruselas.

Otro de los mantras de Rajoy es que somos la economía europea que más crece. Es una nueva mentira. Veamos: En el año 2014, crecieron por encima de España, los siguientes países: Bulgaria, Chequia, Suecia, Rumania, Eslovenia, Polonia, Malta, Hungría y Luxemburgo.

En el año 2015, la virtuosa economía española según Rajoy, tampoco es de las que más crece, la superan los siguientes países: Eslovaquia, Chequia, Luxemburgo e Irlanda.

Las políticas desarrolladas por Rajoy en sus cuatro años de gobierno han hecho, que la deuda pública haya aumentado en nada menos que 291.000 millones de euros, rozando el 99,3% del PIB de deuda pública y constituirá una pesada losa sobre el futuro de nuestra economía.

¿No decíamos, que la crisis mundial y española era una crisis de deuda? Los resultados de Rajoy, en este aspecto, han sido catastróficos. Si miramos el conjunto de la deuda del país, es decir, la suma de la deuda privada más la pública, podemos decir que no hemos mejorado nada. A finales de 2011, el conjunto del país debía un 320% del PIB y ahora seguimos en el 320%. La única diferencia es que el sector privado debe menos y el sector público más, como consecuencia de la socialización de parte de las deudas bancarias.

Otra de las mentiras obsesivas de Rajoy es la de la creación de empleo, y mes tras mes nos va comunicando, que el número de parados va bajando y su gran logro habrá sido tener algún trabajador menos, que cuando llegó en diciembre de 2011 al gobierno. Es decir, toda esa maravillosa política económica de Rajoy solo ha sido capaz de reducir el paro en unas decenas de miles de puestos de trabajo en cuatro años. Si analizamos seriamente estos números veremos, que el cómputo de horas que se trabaja en España en diciembre de 2011, son bastantes superiores a las que se trabajan en diciembre de 2015 ¿Qué ha sucedido? Que se ha creado trabajo temporal y parcial y por supuesto con menos calidad económica y social.

Veamos un dato para rebatir los datos que da Rajoy. Desde finales de junio de 2014, a finales de junio de 2015, se crearon 523.501 nuevos puestos de trabajo, es decir, un crecimiento del 3,2%, que está muy bien, siempre que esos puestos hubieran sido de cuarenta horas semanales. Sin embargo, el horario de esos 523.501 solo suponen el horario de 310.000 trabajadores a cuarenta horas semanales. Es decir, nos mienten y no nos dicen cual es la calidad del empleo, que se crea, consecuencia de su reforma laboral, que ha sido un fracaso absoluto. Nos dicen, que durante su gobierno siempre han pagado las pensiones ¿Es esto cierto? SI, pero lo que no nos dicen, que ha sido a costa de comerse más de 34.000 millones de euros del Fondo de Reserva de las Pensiones y esto es debido a lo erróneo de sus políticas económicas.

No nos dicen que a finales de diciembre de 2016 según sus presupuestos habrá un agujero de 15.000 millones de euros en la Seguridad Social, eso significara nuevos recortes.

¿Ha sido exitosa la política económica de Rajoy? NO. Sí para los ricos, que cada vez son más ricos. Para el resto de los españoles NO. Pregúntese ¿Tienen más ingresos ahora que en 2011? ¿Sus familiares y vecinos están mejor o peor que cuando llegó Rajoy? ¿Sus condiciones laborales y sociales han mejorado?

Una cosa sí que hay que decir de Rajoy y es que ha tenido suerte en los últimos dos años, lo que le ha permitido adecentar sus datos ¿Por qué ha tenido suerte Rajoy? Porque se ha producido, lo que se conoce como la Santísima Trinidad económica. Veamos:

Ha bajado el precio del petróleo de los 110 euros barril a los 45 dólares actuales, con un ahorro estimado para el país de 12.000 millones.

Los tipos de interés del BCE han caído al cero por ciento, con lo que nuestra prima de riesgo está muy baja, pero esta bajada no es consecuencia de la política de Rajoy. Esto nos permite ahorrarnos otros 12.000 millones en intereses de la deuda pública. ¿Qué pasará cuando el Estado tenga que pagar la ingente deuda pública generada por el PP, cuando los tipos de interés suban?

La devaluación del euro, que ha caído del cambio de 1,38 dólares/euro a los actuales 1,10 dólares/euro, que ha permitido, que nuestro sector exportador haya sido muy competitivo y en consecuencia que haya repuntado la industria.

Los economistas serios hablan de que el 75% de nuestro crecimiento actual se deben a estos tres factores, pues de otro modo no llegaríamos a un crecimiento del 1%.

Las mentiras siempre deben de tener un castigo y este debe pasar porque usted y su PP se vayan a la oposición por muchos años. Se puede ser mejor o peor gestor, pero en la vida pública la mentira y la falta de ética no deben de tener cabida.



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http://www.rebelion.org/noticia.php?id=204875


















viernes, 23 de octubre de 2015

El destrozo del mercado laboral en España.