AstraZeneca nos da nuestra propia medicina
Por Marta Nebot
Que AstraZeneca esté dando a la UE de su propia medicina no
es buena noticia para los europeos, pero quizás nos cure la soberbia y mejore
la enfermedad más vieja del mundo.
Como europeos, lo primero que nos sale ante el
incumplimiento de la farmacéutica británica es darnos muchos golpes de pecho
mientras nos hacemos preguntas retóricas de primer mundo: ¿cómo puede hacernos
esto? ¿Cómo no va a entregar un 75% de las vacunas prometidas para ahora? ¿Una
empresa plantando a 27 países de un continente poderoso? ¿Pero esto qué es?
¿Pero qué se han creído? Y en esta protesta, por una vez, pareciera que nos
unimos todos.
En una tertulia en Mediaset en la que coincido con Carlos
Cuesta, subdirector de OKDiario, él se preguntaba cómo permite esto la UE y el
Gobierno de España. Y desarrollaba un monólogo inflamado sobre lo mal que lo
gestionan nuestras autoridades y lo que se ha pitorreado de nosotros
AstraZeneca. Yo metí baza recordándole que cuando se propone legislar para
evitar los abusos, como este, de las grandes multinacionales, los suyos no
están de acuerdo. Carlos contestó encendido: no me vengas con «el mantra de
intervengamos la economía». «Hablamos de AstraZeneca y Pfizer; no me hables de
nacionalizar Endesa. Yo les ponía cuatro genéricos y vas a ver como
rectificaban», seguía con su relato de negociaciones machitas.
Luis Rendueles, periodista de El Periódico de Cataluña que
también estaba, le respondía: «Pues como se pongan a estrangular la llegada de
vacunas a España, a ver qué hacemos». A lo que Cuesta manifestaba, como
sorprendido: «O sea que somos una birria». Y Rendueles le apostillaba tan
tranquilo: «Sí, Carlos, no pintamos nada. Estamos vendidos».
Pensando y revisando la escena en internet no puedo evitar
que se me pinte una mediosonrisa en la cara, aunque también sea una especie de
mueca retorcida. Y es que el capitalismo y el libre mercado siempre están bien
cuando te toca del lado del que tiene el dinero. A Israel y a Emiratos Árabes
Unidos que, por lo filtrado, pagan a Pfizer y a Moderna mucho más que los
europeitos, en estos momentos les debe parecer fenomenal. Allí no solo no les
faltan vacunas; en Dubai, incluso, ya se las ponen a turistas de súper lujo.
La buena noticia es que esos países son ejemplos piloto que
confirman que vacunar salva muchas muchas vidas y que para el contagio en seco.
La mala es que Europa no es el mejor postor y, visto lo
visto, las farmacéuticas seguirán, como siempre, haciendo negocios; solo que
esta vez nos toca estar del lado de los damnificados de la búsqueda inexorable
del máximo beneficio.
Después de la tertulia (siempre son demasiado rápidas e
intensas como para pensar mucho) me acordé de que España, junto a la Unión
Europea, se opuso recientemente en la Organización Mundial del Comercio a
liberar ciertas patentes de tecnología, medicinas y vacunas contra el Covid, dada
la emergencia mundial y brutal en la que estamos. Lo solicitaron la India y
Sudáfrica y les respaldaron una larga lista de 99 países, de los que llamamos
pobres. Europa se alineó con los ricos; quizás no pensó que podría pasar
necesidad.
Lo más paradójico de este mercado persa de las vacunas
Covid, en el que las relaciones internacionales y el dinero lo son todo, es que
el virus no entiende de nada de eso y si no vacunamos también a los presuntos
pobres, que son muchos, seguirá circulando y mutando, con el peligro que eso
implica de quitarle efectividad a las vacunas de ricos.
Esta vez parece que ha llegado el momento de entender o
quizás, más bien, de imponer, que o nos salvamos todos o nos vamos todos al
mismo sitio. La situación, los gurús económicos, incluido el FMI, y la historia
por fin tienen un diagnóstico común: hay que poner freno al mercado y al
capital porque o gobernamos a las empresas de las que dependen nuestras vidas o
serán ellas las que sigan gobernándonos.
Porque ¿qué otra cosa es, que no sea gobernarnos, que la UE,
con el dinero de casi 450 millones de europeos, esté firmando contratos
millonarios leoninos con cláusulas confidenciales que estas multinacionales se
atreven a pasarse por el arco del triunfo? En esto, estoy de acuerdo con Carlos
Cuesta: es una genuflexión en toda regla. Pero, Carlos, ¿no es esto, una vez
más, postrar la democracia, la salud y la vida a los pies del dinero? ¿No ha
llegado el momento de poner puertas a lo que ellos creen que es su campo?
Fuente: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/44622/astrazeneca-nos-da-nuestra-propia-medicina/
Y ver ...
hhttps://blogs.publico.es/juantorres/2021/01/29/los-culpables-no-son-las-farmaceuticas-sino-la-comision-el-parlamento-y-los-gobiernos-europeos/
Nota del blog .- Como si en Bruselas no hubiera poderosos lobbys de las farmacéuticas y como descalificaban y se reían de la vacuna rusa y a Hungría por comprarlas y que ahora ellos mismos demuestran que tiene una eficacia de más del 92%
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