La fiesta de la democracia zombi en Catalunya
Nadie podrá negar el impacto político del resultado de las
elecciones catalanas, pero eso no quiere decir que vaya a servir para la
formación de un Gobierno que esté en condiciones de gobernar
Iñigo Sáenz de Ugarte
No se lo van a creer pero antes de que se vote en Catalunya
ya hay mucha gente pensando que es muy posible que no sirva para nada y que
haya que convocar elecciones anticipadas dentro de algún tiempo. Es una forma
innovadora de fomentar la participación electoral. Por otro lado, no se trata
de un enfoque nihilista de la política catalana, sino que proviene de un examen
realista sobre las posibilidades de que los diputados elegidos puedan cumplir
su primer propósito: elegir un Gobierno que tenga mayoría parlamentaria y la
capacidad de hacer lo que hacen los gobiernos, sacar adelante leyes y decretos,
ese tipo de cosas. A los ciudadanos sólo se les pide que fichen en la 'fiesta
de la democracia' con un poco de cuidado para no acabar en la UCI. Esperar algo
más de ese rito se considera una extravagancia propia de gente poco informada.
Todo esto no quiere decir que no haya incógnitas por
despejar, algunas muy significativas. Saber si Esquerra alcanzará la mayoría de
edad y podrá superar en votos a los herederos de Jordi Pujol en unas elecciones
autonómicas. Comprobar si Salvador Illa conseguirá que el PSC se convierta en
la fuerza más votada, algo que sólo se podría prever hace cinco años si se
tenían las facultades mentales seriamente perturbadas. Ver si Vox puede empatar
o incluso superar al PP, lo que supondría una derrota catastrófica para la
dupla Casado-Díaz Ayuso.
¿Pero lo de formar un Gobierno de coalición que gobierne de
forma estable y coherente durante un mandato de cuatro años? Eso ya sería
ciencia-ficción.
"La política en Catalunya vive un desfondamiento
brutal. Hay algo de realidad zombi: pensar que el procés está muerto y está
medio vivo, pensar que hay una alternativa al independentismo, cuando en
realidad no hay una alternativa parlamentaria mayoritaria al
independentismo", explica el escritor Jordi Amat en una entrevista en El
Salto.
Es un empate permanente con dos bloques bastante definidos
que se neutralizan entre sí. Pero las diferencias internas dentro de cada
bloque les impiden utilizar su fuerza en favor de una estrategia común.
Son bloques zombis en un panorama político zombi congelado
por vetos cruzados. Se mueven con dificultad hacia ninguna parte. O en
círculos, siempre volviendo a la casilla de salida.
JxCat y ERC aspiran a repetir la mayoría independentista,
para lo que necesitarán a la CUP, una ayuda que no tienen garantizada y que en
el pasado les ha costado algunos disgustos. Hace unos meses, se daba como
probable que la gestión o falta de ella de Quim Torra iba a dar una vuelta a
ese orden y colocar por delante al partido de Oriol Junqueras. Ninguna encuesta
ponía por delante a Carles Puigdemont en los anteriores comicios y eso fue lo
que pasó. Ahora algunos sondeos indican que ambos partidos se encuentran en un
empate técnico. Los de ERC no se pueden creer que les vaya a pasar lo mismo.
Esquerra siempre ha dicho que el independentismo debe armar
una nueva estrategia después del 1-O con la que aumentar apoyos en la sociedad
y superar así el veto del Estado a un nuevo referéndum. En JxCat, les miran
divertidos. Ellos nunca han necesitado estrategias ni conceptos tan rebuscados.
Les vale con seguir apostando por la lógica de la confrontación y la
desobediencia, porque la independencia llegará por sí sola.
Es lo que en ERC llaman "independentismo mágico".
Sólo hay que apretar los puños y desearlo para que suceda.
El temor de ERC a ser adelantado una vez más por el partido
de Puigdemont es tan grande que ha accedido a firmar un documento con sus
aliados/enemigos por el que se compromete a vetar al PSC en un acuerdo de
gobierno. Cada partido pacta con quien quiere, así que por ahí no hay mucho que
reprochar. Lo malo es que suscribir ese texto es como reconocer que nadie se
puede creer las decenas de veces en que ellos habían descartado de todas las
formas posibles gobernar con Illa, incluidas frases nada ambiguas de Junqueras.
Cuando un partido acepta que se dude de la palabra de su máximo líder, es que
está muy asustado.
La candidata de JxCat, Laura Borràs, está imputada por un
delito de corrupción en el Tribunal Supremo por ser aforada. La Fiscalía le
acusa de beneficiar a un amigo con 18 contratos por valor de 260.000 euros
cuando presidía la Institució de les Lletres Catalanes. Preguntarle sobre ese
asunto en la campaña ha sido una misión ardua para los periodistas. Borràs
considera intolerable que le cuestionen por eso: "¿Está dando credibilidad
a los informes de la policía patriótica? Porque yo no se los doy".
Entre las pruebas recogidas en el sumario, hay correos
escritos por ella con su amigo de destinatario. Buena suerte si Borràs cree que
la CUP no va a tener ningún inconveniente en apoyarla para elegirla presidenta.
Quizá piense que si le funcionó a Jordi Pujol con Banca Catalana, ¿por qué no a
ella?
Al final, Salvador Illa sí ha confirmado que existía el
efecto con el mismo nombre. Si hay que creer a los sondeos, permitirá al PSC
llegar a un porcentaje de votos que antes estaba fuera de sus posibilidades.
Otra cosa es que el rechazo tajante de ERC a cualquier pacto con los
socialistas en Catalunya puede hacer que le sirva tanto como a Ciudadanos en
las elecciones anteriores. Moncloa podrá cantar victoria, de esas que a la
semana no han dejado ningún rastro.
En los márgenes de la tarta electoral quedan los partidos
que aspiran a frenar a Illa haciéndose con los restos del siguiente naufragio
de Ciudadanos. Tanto le ha preocupado al PP la aparición del exministro que ha
terminado por crear su propia teoría de la conspiración sobre el candidato
socialista. No que haya nacido en Kenia, como Barack Obama, sino que se vacunó
en secreto.
Los diputados del PP se lanzaron en masa a exigir a Illa que
demostrara que es inocente. Ellos no se sentían obligados a presentar pruebas
de lo contrario. En la línea de lo que se cocina en la derecha trumpiana, un
exasesor de Toni Cantó ha difundido un certificado falsificado que quería
demostrar que Illa había dado positivo en una prueba PCR. Cada día, la política
española se parece más a la norteamericana por el lado chungo.
Hablando de falsificaciones, Pablo Casado ha sorprendido en
la campaña presentándose como el político del PP que ya estaba en contra de la
debilidad del Gobierno de Rajoy en el tema catalán en 2017, aunque tuvo el
detalle de no contárselo a nadie entonces. El líder del PP se las prometía muy
felices al estar seguro de que continuaría con su objetivo de quedarse con los
votos de Ciudadanos. Se llevó varias veces a Isabel Díaz Ayuso a Catalunya para
no tener problemas por el flanco de la extrema derecha. Pero ya se sabe que los
platos regionales no siempre cruzan bien las fronteras.
Ahora, las encuestas señalan que Vox no sólo entrará en el
Parlament, sino que podría igualar o quizá hasta superar al PP en número de
escaños. Es difícil imaginar una humillación mayor para el líder de la
oposición, al que se le puede poner cara de zombi, pero de los que acaban
hechos puré bajo las ruedas del vehículo que conducen los protagonistas de la
película. El estilo de ataques incendiarios en política no carece de
limitaciones. Siempre hay alguien que lleva un cóctel molotov más grande.
https://www.eldiario.es/politica/fiesta-democracia-zombi-catalunya_129_7214399.html
NOTA DEL BLOG .- Si las cosas son así
incluso veo difícil que lleguen a
formar gobierno como ya paso al inhabilitar a Torra por eso además quisieron
aplazar las elecciones y por fin alguien aquí habla de las debilidades de
ERC desde ya aquella lista conjunta con la
derecha y Puigdemont a firmar ahora ese
frente independentista que hunde la
estrategia de ERC . Veremos
que fuera de resultados sorpresa el papel como bien dice que puede jugar la CUP apoyando un gobierno ERC y la
derecha con Puigdemont y menos con su actual
cabeza de lista.
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