sábado, 29 de septiembre de 2018

La responsabilidad de los historiadores



Josep Fontana, en 2002 en su despacho de la sede del Institut Jaume Vicens Vives.


La responsabilidad de los historiadores
La relación de Josep Fontana con el polémico simposio 'Espanya contra Catalunya' nació de una manipulación y derivó en un malentendido
GONZALO PONTÓN

Con la excepción de Julián Casanova, no vi en la prensa escrita en castellano a ningún otro historiador no catalán que haya recordado a Fontana en el momento de su desaparición. Me parece extraño: no hace tanto que muchos de ellos lo subían a los cuernos de la luna. En cambio, algún medio electrónico sí le ha recordado como “un gran historiador y, al tiempo, como un gran manipulador”, porque “se había convertido en un vulgar propagandista político volcado en chuscas labores de agitación al servicio de los patronos del procés”. Y se ha mencionado “aquel congreso presidido (sic) por Fontana que llevó por lema España contra Cataluña: la más destilada elaboración magistral de eso que se llama pedagogía del odio”.



Tengo la convicción de que ni uno solo de los grandes historiadores españoles, a los que creo conocer bien, escribiría jamás un texto tan deleznable. Pero no estoy tan seguro de que la defensa de la identidad catalana que siempre hizo Fontana no le haya pasado factura en el justiprecio de algunos de esos historiadores que hoy no tienen nada que decir sobre él. En el artículo citado se alude al simposio Espanya contra Catalunya: una mirada històrica (1714-2014), que tuvo lugar en Barcelona en diciembre de 2013. Entonces, algunos de esos historiadores amigos no se callaron: me llamaron escandalizados. Les expliqué lo que había pasado, que aclaro ahora públicamente, porque es relevante para lo que sigue.

 



 SIGUE...
 


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