sábado, 23 de febrero de 2019

USA y el intento de golpe de Estado ‎contra Venezuela .





Estados Unidos viola el derecho internacional ‎con su intento de golpe de Estado ‎contra Venezuela


RED VOLTAIRE
Amy Goodman: En momentos en que el presidente Trump anuncia que Estados Unidos ‎reconoce al jefe de la oposición Juan Guaidó como nuevo presidente de Venezuela, el Presidente ‎en ejercicio Nicolás Maduro, rompe las relaciones con Estados Unidos. Interrogamos a un ‎ex experto independiente de la ONU cuya convicción es que Estados Unidos está organizando un ‎golpe de Estado en Venezuela. ‎
Alfred de Zayas, quien estuvo en Venezuela como representante de la ONU en 2017, declara: ‎‎«Los medios de difusión masiva han sido cómplices de este intento de golpe de Estado. […] ‎Eso recuerda los preparativos de la invasión contra Irak, en 2003.»‎
Interrogamos también a Miguel Tinker Salas, profesor en el Pomona College y autor de ‎‎The Enduring Legacy: Oil, Culture and Society in Venezuela [“La herencia duradera: el petróleo, ‎la cultura y la sociedad en Venezuela”] y de Venezuela: What Everyone Needs to Know ‎‎[“Venezuela: Lo que todo el mundo debe saber”].‎
Así que seguimos conversando sobre la situación en Venezuela. ¿Es un golpe de Estado?
Alfred ‎de Zayas se une a nosotros desde Ginebra. Estuvo en Venezuela en 2017, enviado por las ‎Naciones Unidas. Era entonces el Experto Independiente de la ONU para la Promoción de ‎un Orden Internacional Democrático y Equitativo. Y sigue con nosotros Miguel Tinker Salas del ‎Pomona College, en California. ‎
Alfred de Zayas, bienvenido a Democracy Now! Háblenos de lo que sucede actualmente ‎en Venezuela. ¿Estamos viendo un golpe de Estado? ‎
Alfred de Zayas: Primeramente, Amy, es para mí un honor participar en su programa. Apoyo ‎todo lo que acaba de decir mi colega, el profesor Tinker Salas, un experto en la materia.‎
En cuanto al golpe de Estado, no se trata de un golpe de Estado consumado. Es un intento de ‎golpe de Estado. Todos creemos en la democracia. Esta programa se llama Democracy Now! ‎No hay nada más antidemocrático que un golpe de Estado y el boicot de elecciones. ‎
Como ustedes saben, desde la elección de Chávez –en 1998– ha habido 26 o 27 elecciones ‎en Venezuela. Por consiguiente, si usted quiere jugar el juego, usted debe participar en las ‎elecciones. Y si la oposición se niega a participar en las elecciones, entonces es responsable de la ‎situación provocada. ‎
Por otro lado, quiero apoyar las declaraciones del secretario general [de la ONU] Antonio ‎Guterres llamando al diálogo. He respaldado mucho la mediación que realizó –de 2016 a 2018– ‎José Luis Rodríguez Zapatero, ex primer ministro español. Su mediación había llevado a un ‎compromiso razonable. El acuerdo estaba encima de la mesa, listo para la firma. En el último ‎momento, el 6 de febrero de 2018, [el jefe de la oposición] Julio Borges se negó a firmarlo. ‎
Amy Goodman: ¿Se trata entonces de un golpe de Estado?‎
Alfred de Zayas: Es sólo una cuestión de semántica. Estamos ante una situación ‎inconstitucional, donde el legislador usurpa competencias que pertenecen al ejecutivo y a la ‎justicia. El poder judicial ya declaró que todos los actos y declaraciones de la Asamblea Nacional ‎son inconstitucionales. ‎
Yo no soy un estudioso de la Constitución de Venezuela pero, cuando estuve en ese país, en ‎noviembre de 2017, pude hablar con todos los diferentes actores, con miembros de la Asamblea ‎Nacional, de la Cámara de Comercio, con PROVEA [1], Amnistía International, Human Rights Watch, con el ‎representante local de la OEA, etc. y, por supuesto, con todos los ministros. ‎
La función de un relator no es hacer demagogia. La función de un relator no es denunciar ‎ni condenar. La función de un relator es escuchar, estudiar después toda la documentación ‎pertinente y lograr proposiciones constructivas, proposiciones que formulé en el informe que presenté al Consejo de Derechos Humanos, el 10 de septiembre de 2018. En ese informe formulé ‎numerosas recomendaciones y el gobierno ya puso en práctica cierta cantidad de esas ‎recomendaciones poco después de mi visita –porque también entregué al ministro de Exteriores ‎de Venezuela, el señor Arreaza, una nota confidencial de 6 páginas antes de irme. Mi informe ‎reflejaba parte de esas recomendaciones. ‎
Mi preocupación, y creo que es también la de todos los que creemos en la democracia y en el ‎predominio del derecho, es calmar los ánimos, es evitar una guerra civil. ‎
Una cosa que dije a los diputados de la oposición fue: ustedes no pueden simplemente derrocar ‎el gobierno y Maduro no va simplemente a abandonar su función.
Voy a explicar lo que quiero ‎decir: hay 7, 8 o 9 millones de chavistas comprometidos y ustedes tienen que tenerlos en cuenta. ‎‎¿Qué harán ustedes derrocando el gobierno con un golpe de Estado? ¿Qué harán con toda esa ‎gente? Ellos, probablemente van a luchar. No queremos que haya combates. No queremos ‎derramamiento de sangre. Por consiguiente, la única vía lógica es hoy llamar al diálogo. Y yo ‎espero que el Vaticano, México y Uruguay van a mostrar el camino. ‎
Amy Goodman: ¿Cuál es el papel tienen los medios en lo que está sucediendo en Venezuela? ‎Si miramos los canales de televisión de Estados Unidos –no hablo sólo de Fox News, hablo ‎también de CNN y de MSNBC–, si usted los ve con regularidad no tiene idea alguna de lo que ‎realmente sucede. ‎
Alfred de Zayas: Sí, es verdad. ‎
Amy Goodman: Lo que sucede muestra el nivel de implicación de Estados Unidos, hasta este ‎video que el vicepresidente [Mike] Pence difundió justo antes de que Juan Guaidó anunciara en ‎plena calle que se proclamaba presidente, él, el jefe de la Asamblea Nacional, el equivalente de ‎Nancy Pelosi. ‎
Alfred de Zayas: Los grandes medios de difusión han sido cómplices en este intento de golpe ‎de Estado. Los medios de difusión masiva han creado, mediante gran cantidad de noticias falsas, ‎una atmósfera para que el público acepte ese cambio de régimen que Estados Unidos impone al pueblo de Venezuela, porque a fin de cuentas se supone que es en interés de los venezolanos. ‎
Eso nos recuerda el periodo que precedió la invasión de 2003 contra Irak. Los medios masivos de ‎difusión apoyaron todas las mentiras y manipulaciones de George W. Bush y Tony Blair para ‎convencer al mundo de que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva. Y con ese ‎subterfugio se engañó a la opinión pública mundial para invadir Irak y eliminar su gobierno por la ‎fuerza. Pero, de hecho, aquello no fue sólo un crimen de agresión, una guerra ilegal, como el ‎ex secretario general [de la ONU] lo explicó en más de una ocasión. ‎
Aquello fue una revuelta de 43 Estados, la «coalición de voluntarios», contra el derecho ‎internacional. Si hay un principio claramente expresado en la Carta de la ONU, que es el ‎‎jus cogens, que es el derecho internacional imperativo, ese principio es la prohibición del uso de ‎la fuerza. Y aquel ataque contra Irak fue perpetrado por 43 Estados, todos cómplices, violando ‎todas las reglas del derecho internacional. ‎
Y aquellos hechos estuvieron precedidos por toda una campaña mediática, un océano de mentiras ‎y de verdades a medias –similar a lo que pasó con Libia, con Siria y ahora con Venezuela. ‎
Hace años que venimos observando, en efecto, una campaña mediática contra Venezuela. Y yo ‎conozco la situación particularmente bien porque, antes de viajar a ese país, tuve que leer todos ‎los informes –no sólo lo que publicaban el Washington Post y el New York Times– sino ‎también los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de Amnistía ‎Internacional, de Human Rights Watch, etc., que insinuaban que había una crisis humanitaria en ‎Venezuela. ‎
Cuando fui a Venezuela aproveché nuevamente la oportunidad para entrevistar a representantes ‎de Amnistía Internacional, de PROVEA y de otras ONGs de la oposición y también estudié y ‎comparé los documentos, analicé las estadísticas, etc. ‎
En aquella época no había ciertamente ninguna crisis humanitaria. Es cierto que había hambre, ‎había zozobra [2], como se dice en español. Había sufrimiento, había ‎malnutrición, etc. Pero no se trata de decir sólo que hay una crisis económica. Eso no es ‎lo fundamental. Lo fundamental es saber cuáles son las causas de esa llamada «crisis ‎humanitaria». Y los que ahora dicen querer resolver la crisis humanitaria son en parte ‎los mismos que la provocaron. ‎
Existe un principio del derecho internacional llamado ex injuria non oritur jus [“el derecho ‎no puede nacer de un hecho ilícito”]. Por lo tanto hay que impedirles exigir un cambio de ‎régimen ya que son ellos mismos quienes agravan la situación, causada inicialmente por la caída ‎dramática de los precios del petróleo. ‎
Yo quiero referirme a la profesora Pasqualina Curcio, de la Universidad de Caracas. Cuando estuve ‎allí tuve la oportunidad de reunirme con ella durante varias horas. La profesora Pasqualina ‎Curcio ha publicado un libro titulado The Visible Hand of the Market [“La mano visible del ‎mercado”].‎
Es un libro que informa sobre el bloqueo financiero, sobre toda la compleja guerra económica ‎contra Venezuela, recordando la guerra económica desatada [en Chile] contra Salvador Allende. ‎Y lo interesante es que, después de 3 años de guerra económica contra Allende, sin lograr ‎derrocarlo, tuvieron que organizar el golpe de Estado del general Augusto Pinochet, que impuso ‎al pueblo chileno 17 años de dictadura. ‎
Nosotros tendríamos que preguntarnos: ¿Queremos un golpe de Estado en Venezuela? ‎‎¿Qué legitimidad tendría un gobierno de Guiadó? Como ya dije, en Venezuela ha habido 26 o 27 ‎elecciones desde 1998. Y el presidente Jimmy Carter y el Carter Center estuvieron varias veces ‎en Venezuela para vigilar esas elecciones. Carter tenía una opinión muy buena del sistema y de ‎las garantías de las elecciones en Venezuela. ‎
Por lo tanto, si la oposición se considera verdaderamente democrática debe jugar el juego ‎democrático y participar en las elecciones. Pero en estos últimos años han optado por boicotear ‎las elecciones. ‎
Otra cosa más que me parece importante mencionar es que los medios masivos de difusión ‎siempre han presentado a la oposición como manifestantes pacíficos. ¡Esa no es la verdad!‎
Existen gran cantidad de videos y fotos de los actos de violencia perpetrados por las llamadas ‎‎«guarimbas» [3] en Venezuela desde 2014 y principalmente en 2017. En Venezuela entrevisté ‎no sólo a víctimas de brutalidad policial sino también a víctimas de las guarimbas –personas ‎que simplemente trataban ir del punto A al punto B, y que se encontraban alguna vía bloqueada ‎y eran asesinadas o gravemente heridas o quemadas. Yo interrogué a esas personas cuando ‎estuve allá. ‎
Por lo tanto tengo que decir audiatur et altera pars, “escuchemos a los dos bandos” y no nos ‎concentremos –como hacen los medios masivos de difusión en Estados Unidos– sólo en los ‎argumentos de la oposición. También hay que tener en cuenta a los 7, 8 o 9 millones de ‎venezolanos, que son seres humanos con derechos democráticos y que han expresado esos ‎derechos democráticos en las urnas. Ustedes simplemente no pueden ignorar a esas personas. ‎
Amy Goodman: Voy a dar la última intervención a Miguel Tinker Salas. ‎
‎¿Cómo va a evolucionar la situación? ¿Qué cree usted? En el pasado ya vimos que casi hubo un ‎golpe de Estado contra el Presidente Chávez. El ejército se lo llevó, fue liberado. Lo mismo ‎sucedió en Ecuador con [el Presidente] Correa, que también pudo liberarse y mantenerse como ‎Presidente. ‎
Por otro lado, también tenemos el caso del Presidente Aristide, en Haití, con vínculos ‎comprobados entre Estados Unidos y el golpe de Estado. Y el caso del Presidente Zelaya, ‎en Honduras, que también fue forzado a dejar su cargo. No pudo quedarse en el poder. ‎
‎¿Qué piensa usted que va a suceder, profesor Tinker Salas?‎
Miguel Tinker Salas: Pienso que parte de lo que Estados Unidos y la oposición están tratando ‎de hacer es ver si hay fallas fundamentales en el seno del ejército que puedan facilitar su ‎estrategia. Eso también podría llevar a un golpe de Estado. ‎
En mi opinión eso no sería la mejor solución para Venezuela. Insisto en el hecho que si seguimos ‎reforzando esta política de la cuerda floja, corremos el peligro de exacerbar esta crisis y esta ‎violencia obscena. Pienso que tendríamos que tratar de evitar la violencia. Pienso que la mejor ‎solución consiste en encontrar un proceso que permita negociar y conversar. ‎
Podemos intentar dialogar con la cabeza fría, aceptando la existencia del otro. Porque si hay ‎elecciones mañana y si gana el gobierno, la oposición no va a reconocerlo. Y si gana la ‎oposición, los partidarios del chavismo no la reconocerán. Es un callejón sin salida. Tenemos que ‎eliminar esos obstáculos y desarrollar soluciones con las cuales, a largo plazo, los venezolanos ‎podrán aceptar la presencia del otro en la sociedad, reconocer cada cual la humanidad del otro ‎y hallar mediante el diálogo una solución pacífica a esta crisis. ‎





[1] Siglas de Programa Venezolano de Educación-‎Acción en derechos humanos.
[2] En español en el texto.
[3] Las guarimbas eran manifestaciones violentas orquestadas contra el gobierno ‎del Presidente Nicolás Maduro después de las elecciones cuyos resultados fueron rechazados por ‎la oposición.

viernes, 22 de febrero de 2019

Fake news , sobre el votante de Podemos que se pasa a Vox .


El falso mito del votante de Podemos que se pasa a Vox

  • La tesis de que la ultraderecha ha penetrado en el caladero de la izquierda no es cierta: sólo el 2% de los votantes de Podemos en 2016 aseguran ahora que piensan apoyar a Vox
  • La formación de Abascal se alimenta esencialmente de antiguos votantes del PP y, en menor medida, de Ciudadanos



"Sois unos traidores. Los obreros votan a Vox por algo". Con ese argumento, entre otros, un grupo de jóvenes pertenecientes al pequeño grupo Frente Obrero increparon al candidato de Más Madrid a la presidencia autonómica, Íñigo Errejón, que durante la conversación que mantuvo con este grupo fue acusado de ser uno de los responsables "de que haya partidos fascistas". Pero lo cierto es que los datos estadísticos desmienten su tesis: según diferentes sondeos y encuestas, el voto a Vox se nutre fundamentalmente de exvotantes de PP y Ciudadanos, y la parte que procede de Unidos Podemos es meramente anecdótica.

Desde que la ultraderecha certificó su avance y su entrada a las instituciones en las elecciones autonómicas de Andalucía, celebradas el pasado diciembre, la tesis de que buena parte de sus votantes procedían de feudos tradicionales de la izquierda se ha debatido ampliamente. No solo los jóvenes que increparon este miércoles a Errejón la han difundido: en columnas de opinión e incluso análisis periodísticos se ha tratado esta teoría, que recuerda a lo ocurrido en países como Francia, donde Agrupación Nacional –el antiguo Frente Nacional– sí ha sido capaz de penetrar con fuerza en distritos tradicionalmente obreros. Pero, al menos con los datos demoscópicos en la mano, es imposible dar por válida esta argumentación en el caso español.

El barómetro del CIS hecho público tras las andaluzas hace unos días es muy claro en este sentido. En la encuesta se pregunta a los andaluces por el partido al que votaron en las elecciones generales de junio de 2016 y también por la papeleta que eligieron en las autonómicas del pasado diciembre. Y lo cierto es que, de quienes afirman que optaron por la coalición liderada por Pablo Iglesias en las generales, solo el 1,6% dice haber cambiado radicalmente de opción y haber votado a Vox en Andalucía hace un par de meses.

Una tendencia casi calcada es la que muestra el último barómetro del CIS centrado no en Andalucía, sino en toda España. El sondeo, cuyo trabajo de campo tuvo lugar en enero, refleja que solo el 2% de quienes votaron a Unidos Podemos en 2016 dicen que votarán a Vox en las próximas generales del 28 de abril, lo cual supone que la transferencia a la ultraderecha es de apenas 100.000 votos de los más de cinco millones que eligieron la papeleta de la coalición morada o sus confluencias.

Y, pese a las diferencias que están mostrando en los últimos tiempos a la hora de realizar proyecciones de voto, las casas demoscópicas privadas van en la misma línea que el instituto público en lo relativo a las fugas de Unidos Podemos a Vox, que consideran casi inexistentes. Por ejemplo, la última encuesta realizada por Metroscopia para el grupo Henneo, publicada el pasado 18 de febrero, refleja una transferencia de voto de apenas el 2%, la misma que estima el barómetro del CIS. Sociométrica, la empresa que realiza encuestas para El Español, asegura que la fuga es aún menor, del 1,4% (lo que supone unos 71.225 votos). Y GESOP, en su sondeo para El Periódico, sitúa la cifra en un escaso 1,3%, lo que se traduciría en poco más de 66.000 papeletas.

De hecho, tal y como muestran estas encuestas, los votantes que dicen que abandonarán a Unidos Podemos en las próximas elecciones van fundamentalmente a dos lugares: el PSOE y la abstención. El CIS cifra la fuga hacia los socialistas en un 13,1% (unos 666.000 votos) y hacia la abstención en un 5,7% (otras 290.000 papeletas). Y para las empresas privadas, la sangría es aún mayor: GESOP refleja una pérdida de hasta el 26,2% de los apoyos hacia el PSOE (1,3 millones de votantes), Sociométrica la cifra en un 17,5% (más de 900.000 votos), y para Metroscopia la transferencia de Unidos Podemos a los socialistas será del 19% de sus votantes (en torno a 966.000). 


Hasta un cuarto de los votantes del PP se va a Vox

Pero entonces, si los votos de Vox no proceden de Unidos Podemos, ¿de dónde vienen? Pues, fundamentalmente, de PP y Ciudadanos. En el barómetro elaborado por el CIS tras las andaluzas para analizar los resultados de esas autonómicas, un 15% de quienes votaron al PP y un 11,8% de quienes escogieron la papeleta de Ciudadanos en las generales de 2016 aseguran haber votado en diciembre a Vox, que además tiene otro importante caladero en quienes se abstuvieron en 2016: el 13,2% de los andaluces que no fue a votar en las últimas generales sí que escogió la papeleta de la ultraderecha en las autonómicas.

El CIS a nivel nacional refleja la misma tendencia. Aunque Vox solo se haría con el 3% de los votos de aquellos que aseguran que no fueron a votar en 2016 –lo que implica que ganaría unas 367.000 papeletas–, sus principales fuentes son los exvotantes de PP y Ciudadanos, ya que conseguirían convencer al 14,1% y el 10,3% de ellos, respectivamente. La cuantía es importante: el 14,1% de los votantes del PP de 2016 suponen casi 1,12 millones de personas, mientras que el 10,3% de los votantes de Ciudadanos se traduce en otros 323.500 electores.

Las casas demoscópicas privadas son aún más tajantes al atribuir el auge de Vox a su capacidad de robar votos a los otros dos partidos de la derecha. Sociométrica asegura que la fuga del PP a la ultraderecha sería del 22,4% de sus votantes de 2016 (casi 1,8 millones de personas), mientras que el 16,2% de los votantes de Ciudadanos (en torno a medio millón) elegirían ahora a Vox. Las cifras de Metroscopia son similares, ya que su encuesta refleja que el 21% de los votantes del PP y el 13% de los de Ciudadanos votarían ahora a la ultraderecha. Y el sondeo de GESOP es el más esperanzador para Vox: según esa encuesta, el 25,8% (más de dos millones) de los votantes del PP se pasarían a la formación de Santiago Abascal, mientras que otros 500.000 de Ciudadanos seguirían el mismo camino.

jueves, 21 de febrero de 2019

El plan Trump-Guaidó fracasó


Iván Lira

WSJ: el plan Trump-Guaidó fracasó


"Muchos seguidores de la oposición de Venezuela y sus patrocinadores estadounidenses pensaron que el gobierno del presidente Nicolás Maduro se derrumbaría rápidamente después de que Washington apoyara un plan diseñado para socavar su apoyo militar y estimular su salida", reseñó el influyente periódico estadounidense The Wall Street Journal.
Los periodistas David Luhnow y Juan Forero, aseveraron en el WSJ que hay duras críticas hacia quienes “vendieron” el plan con la promesa de que sería una operación de 24 horas y que tres semanas después de la autoproclamación de Juan Guaidó, reina la normalidad en Venezula.
“Las personas que lo diseñaron en Caracas y lo vendieron aquí (en Washington), lo vendieron con la promesa de que si Guaidó hiciera un movimiento y (los países de América del Sur) y Estados Unidos entraran por detrás, los militares darían la vuelta y Maduro se iría”, dijo un exalto funcionario estadounidense, citado por el WSJ.
El diario sostiene que cuanto más tiempo permanezca Maduro en el poder, mayor será la probabilidad de un largo estancamiento. “(Esa situación) aumentará los riesgos de una confrontación violenta y una crisis regional a medida que las nuevas sanciones económicas de los Estados Unidos profundicen el colapso económico del país”.
Más adelante, el diario sostiene que hay grandes riesgos para la oposición venezolana en su afán de ingresar la “ayuda humanitaria” a Venezuela, pues recordaron que las agencias internacionales, incluida la Cruz Roja, han señalado que no pueden ayudar a distribuirla porque se consideraría que toman partido en la situación política de Venezuela.
Mientras, el diario de Londres, Financial Times, publica este 18 de febrero un trabajo en el que señala que “Juan Guaidó quiere establecer vínculos diplomáticos con los aliados más poderosos de Nicolás Maduro”, China y Rusia. ¿Distracción, manotón de ahogado?

Para leer el artículo completo , aquí


 y ver ..

 Las fake news  sobre
   


 Nota  del blog .- Esperemos que no creen un incidente de falsa bandera .

miércoles, 20 de febrero de 2019

La derechización del Cs le hunde

La derechización de Rivera coincide con su caída en los sondeos y la irrupción de Vox como principal destino de sus exvotantes

La mayoría de los votantes que planean abandonar la formación naranja eligen la papeleta de la ultraderecha
El abandono del ideario centrista y la decisión de compartir escenario con Vox en la plaza de Colón tratan de frenar esa sangría escorando el partido hacia la derecha

Fernando Varela

La decisión de Ciudadanos de ce rrar las puertas a cualquier acuerdo con el PSOE después de las elecciones del 28 de abril, hecha pública el lunes tras la reunión semanal de su ejecutiva, fue inmediatamente interpretada como un intento de limitar la fuga de votos de la formación naranja hacia el PP de Pablo Casado en la pugna que ambos partidos mantienen por la hegemonía de la derecha. Si la derecha y la ultraderecha suman escaños suficientes en el Congreso después de las elecciones, el líder de la formación que mande en este bloque político tendrá todas las papeletas para convertirse en el próximo presidente del Gobierno.

Rivera quiere ese puesto. Y Pablo Casado ha interpretado así la decisión de Ciudadanos de someter al PSOE a un cordón sanitario y dejar claro antes de ir a las urnas que los votos que los ciudadanos entreguen al partido naranja no serán utilizados para que Pedro Sánchez sea investido presidente del Gobierno. En 2015, recordó, Rivera selló el “pacto del abrazo” en el Congreso con Pedro Sánchez para investir al candidato socialista presidente del Gobierno e incluso solicitó el apoyo a Pablo Iglesias para esa investidura, declaró Casado en una entrevista emitida por Telecinco. Un comportamiento que, subrayó Casado, pone en duda la credibilidad del compromiso de Rivera.

El líder de Cs, por su parte, repitió el mensaje que está intentando fijar en la mente de los disputados electores de la derecha: “Hay que echar a Sánchez. Cada voto a Ciudadanos va a ser un voto para que Sánchez se vaya a la oposición”, proclamó en una reunión de su grupo parlamentario.

Sin embargo, el retroceso electoral que sufre Ciudadanos y reflejan las encuestas publicadas desde que el pasado verano Pedro Sánchez se convirtió en presidente del Gobierno no se está produciendo en favor del PP de Casado sino que es producto esencialmente de la fuga de votantes hacia la ultraderecha, lo que explicaría en última instancia la decisión de Rivera de someter al PSOE a un “cordón sanitario”.

Tendencia a la baja

La encuesta de Metroscopia para el diario 20 Minutos publicada hace pocos días revela que Ciudadanos está en su peor momento desde las generales de 2016 con un 15,4% de intención de voto y en una tendencia claramente a la baja (20,5% en diciembre y 17,8% en enero).

De ahí la importancia de los datos de transferencia de voto entre partidos, que revelan cómo la formación de Rivera es, con el PP, la que tiene menos fidelidad de voto, hasta el punto de que más de la mitad de los que le apoyaron en 2016 (un 57%) se está planteando o ya ha decidido dejar de hacerlo. Y la mayoría de los votantes que abandonan Cs por otros partidos se dirigen a Vox (el 13%). Un 8% prefiere al PSOE y un 5% dice que votará PP, siempre según la encuesta de Metroscopia. Ciudadanos, en cambio, sólo capta voto de forma significativa del PP (un 11% de los votantes que el partido de Casado tuvo en 2016).

De ser ciertas estas cifras, Ciudadanos estaría captando 810.000 antiguos votos del PP, pero se les estarían a su vez escapando entre los dedos una cifra similar entre quienes votaron a Cs  con destino a Vox (408.000), PSOE (250.000) y el propio PP (157.000).

Que Ciudadanos necesita frenar la sangría de voto que beneficia a los ultraderechistas de Santiago Abascal es un hecho que corroboran también los datos de transferencia de voto de otros estudios de intención de voto publicados recientemente, como el CIS de enero, la encuesta de Celeste-tel para Eldiario.es, la de Gesop para El Periódico o la de Sociométrica para El Español.

El. Centro de Investigaciones Sociológicas calcula esa fuga de votos en un 10%. Un porcentaje que, de acuerdo con los datos del resto empresas dedicadas a realizar estudios de opinión, se mueve entre un 10,2 y un 16,2% y constituye, en todos los casos, el principal agujero por el que se están marchando los electores que en 2016 dieron su apoyo a Ciudadanos. Un fenómeno que coincide en el tiempo con la derechización del discurso de Rivera y la renuncia a los mensajes de moderación que en el pasado pronunciaba con el objetivo, hoy aparcado, de convertir a su partido en una referencia del espacio centrista.

Los datos de fidelidad de voto también son alarmantes para Rivera porque, con alguna excepción que confirma la regla, revelan que la mitad aproximadamente de sus antiguos votantes tienen otros planes para el 26 de abril. Y que los votos que llegan de otras formaciones —sobre todo del PP— no compensan las pérdidas.
Nota del blog ..
  El Cs cayó en el activismo , irse a Venezuela , o irse a montar una provocación en Alsasua o Amer  o la Ciudadela para sacar lazos amarillos o irse con Vox a Colón o en Andalucía dejarse votar por ellos  eso de liberal no tiene nada , o que en Cataluña era el más votado pero no presento una moción de censura y en Valencia y Baleares ferozmente anti catalanistas sin más programa , Entre bandazos y cambios se ha perdido ya no sabe ni lo que es  , en un partido de ciudadanos - individuos/as libres y soberanos- o sea anti nacionalista en Cataluña , pasar a ser nacionalista español ,   cuando el nacionalismo español actual   es culturalmente franquista , y  no  olvidemos que su promesa de regeneración ya falló cuando mantuvo su apoyo al gobierno del PP un partido condenado en firme por corrupción , apostar   con el trío de Colón   todo a un solo número: el 155  es mucho  apostar (cuya aplicación de carácter indefinido es, por cierto, inconstitucional) . Y difícilmente tendrán una mayoría en el Senado para hacerlo. Al estar divididos en tres .


martes, 19 de febrero de 2019

El autoritarismo de Emmanuel Macron.





Los orígenes económicos del autoritarismo de Emmanuel Macron


MEDIAPART


La tentación de un régimen más autoritario en la Francia de 2019 ya hundía sus raíces en la visión económica del candidato Macron. Sin embargo, esta sumisión a la exigencia neoliberal de circulación del capital se define como una exigencia transcendente, que sobrepasaría el marco nacional que se impondría al país. La evolución autoritaria del quinquenio de Emmanuel Macron solo se puede comprender partiendo de la fuente de ese poder: la economía. El actual presidente de la República construyó su candidatura y su existencia política sobre una certeza: la de que Francia estaba en decadencia y que esta decadencia se explicaba por su rechazo a someterse a la “modernidad”. Ahora bien, si Francia ha sido incapaz de someterse, es porque tenía un sistema político que era incapaz de adaptar el país a la “realidad” de la globalización y al orden económico que supone. En su obra Révolution, Emmanuel Macron lo dice claramente: “Nuestra vida política está hoy anclada en un marco antiguo que no permite responder a los desafíos del mundo”.
La verdad según Emmanuel Macron, por tanto, la identidad política del huésped del Elíseo, puede entenderse como la idea de que conviene romper con los compromisos del pasado y someter el país, por “su bien”, al orden económico. El último Primero de mayo, en una entrevista concedida a la revista estadounidense Forbes,, Emmanuel Macron ya reivindicó esta visión del mundo; los inversionistas eligen los países que serán destinatarios de sus favores y la función de los Estados es ser “atractivos”(el presidente lo dijo explícitamente en ese texto). Esto es claramente una política neoliberal.
Como destaca el autor Quinn Slobodian en su reciente obra Globalist (aparecida en Presses Universitaires de Harvard en 2018), el “neoliberalismo” es una corriente de pensamiento que intenta antes que nada favorecer la libertad de circulación del capital. Sin embargo, la principal condición de esta libertad reside en la competencia entre los Estados, competencia que se apoya ella misma, en la capacidad de estos últimos de ofrecer “los mejores costes”, por tanto, menos impuestos y un precio del trabajo bajo. Esas son las famosas “reformas estructurales” que firman la piedra angular del programa de Emmanuel Macron y las que el ejecutivo no admite revertir a ningún precio. Por una razón evidente: la visión política del jefe del estado está basada en la realización de esas reformas.
Sin embargo, esta sumisión a la exigencia de neoliberal de circulación de capitales está definida como una exigencia transcendental, que sobrepasaría el marco nacional y se impondría al país. Es así porque la ciencia económica le permite serlo. Durante una treintena de años, se ha creado, como lo explica el economista de la OFCE Francesco Sarraceno, un acuerdo entre las mentes neokeynesianas y neoclásicas, que ha revalorizado los beneficios de la competencia. Todo lo que se encuentra fuera de este acuerdo, lo que se llama la “heterodoxia”, se ha colocado fuera del campo científico.
Esto es lo que llegaba oportunamente: las reformas, que apuntaban a reforzar el orden competitivo a todos los niveles, se han convertido desde entonces en la realización concreta de una visión racional del mundo que se opone al “oscurantismo” por retomar las palabras de los economistas Pierre Cahuc y André Zylberger en su panfleto contra el negacionismo económico”. A partir de entonces, esta política se convierte no ya en una simple sumisión sino en un reconocimiento de la verdad del mundo y de lo real. Y la tarea de la política debe ser hacer entrar el país en esta realidad a la que se oponía. “Nuestros partidos políticos están muertos por no haberse confrontado con lo real, explicaba el futuro presidente en Révolution. Para remachar el clavo, presenta algunos ejemplos edificantes, siempre aislados y fuera del contexto general que prueban el éxito de este reconocimiento de la verdad: Alemania para el mercado laboral, Suecia para los intereses del capital, Canadá para las finanzas públicas, Reino Unido para la administración, Suiza para la innovación...
Entonces la solución deja de ser política. El debate no opone ya la derecha y la izquierda, sino a defensores de la verdad, rebautizada como “real” o “modernidad” y a los del error. La función del jefe del estado solo es hacer entrar al país en esta verdad. Ese era el sentido de esta “transcendencia” que le llevaría a presidente de la república y de la que hablaba Emmanuel Macron en la entrevista de septiembre de 2016. Su misión es llevar a Francia desde las tinieblas a la luz. Y solo la aceptación de este orden neoliberal permitirá hacer renacer el país de su supuesto declive. “El destino francés es abrazar la modernidad no para hacer tabla rasa o para adaptarse al mundo servilmente sino para conquistarlo mirándolo de frente” escribía Emmanuel Macron. La sumisión al orden económico se convierte así en la salud del país. Esta función sacerdotal se encuentra hoy en las solemnes misas del “gran debate” en las que el presidente predica las palabras de Dios ante la multitud.
El imposible acuerdo social
En Francia semejante pensamiento reivindicado con decisión, ha podido parecer “revolucionario como pretendió el pomposo título del libro-programa del actual presidente de la república. El economista Bruno Amable, profesor de la universidad de Ginebra, permite entender mejor el porqué en una obra publicada en inglés en 2017 (Structural Crisis and Institutional Change in Modern Capitalism: French Capitalism in Transition, publicado en Presses universitaires d’Oxford). Según él, Francia ha conocido bien, especialmente después del “giro de rigor” de 1983, “sustanciales cambios institucionales” hacia el ideal neoliberal. Pero precisa, “la transformación del modelo francés refleja la adaptación de las instituciones neoliberales a la estructura institucional francesa preexistente cuyos elementos se remontan en su mayoría al periodo fordista de la posguerra”.
Este modelo que Amable califica de “híbrido” no es una forma degenerada o incompleta sino que tiene su propia coherencia y su propia justificación. De hecho, corresponde a la realidad social y política del país. Los diferentes gobiernos desde 1983 se esforzaron en introducir elementos neoliberales, pero de forma progresiva para preservar equilibrios que permitían conservar sus propios anclajes en la sociedad.
“Las instituciones son el resultado de los compromisos sociopolíticos”, recuerda Bruno Amable. Francia, país marcado hasta la Primera Guerra Mundial fuertes desigualdades y una gran libertad para el capital, había quedado atado al modelo salido de la posguerra. Y como ese modelo fue creado por elementos de izquierda y de derecha, los dos campos debieron preservar partes enteras. Sin embargo, es justamente contra esta “hibridación” a la que se ha definido Emmanuel Macron. Puesto que no se transige con la verdad, no se puede aceptar el compromiso. El rechazo a este “enfoque derecha izquierda” del actual Presidente de la República es el rechazo a ese compromiso permanente , es la promesa de una pureza de la política, encarnada en una verdad tecnocrática. En esto, ese enfoque es de un verdadero radicalismo: el que aspira a una política que quiere más “verdadera”, pero rechaza cualquier resistencia de la realidad social. Lo real soñado por los tecnócratas toma la delantera sobre lo real concreto, social, político. Hay que hacer entrar esta última realidad en la ideal, si es necesario con forceps puesto que es por el bien de la sociedad.
Por lo tanto, la política de Emmanuel Macron arroja una nueva luz: ejecutar un acuerdo sobre las “reformas”, sería volver a los métodos políticos precedentes, sería aceptar hibridación y rechazar que la verdad triunfa. Es completamente imposible. Esta intransigencia, que se ha manifestado en la forma de organizar el “gran debate” solo puede llevar a la “bajada de impuestos y “las economías que hay que llevar a cabo.
Además, para superar las resistencias, solo queda el autoritarismo
Pero, la sociedad francesa resiste. La hibridación del sistema francés correspondía a un equilibrio social. Destruirlo da lugar, necesariamente, al conflicto. Más aún cuando Emmanuel Macron para llevar a cabo su “revolución” o más bien para destruir este sistema, sobrestimó la amplitud de su apoyo valiéndose de las elecciones presidenciales y legislativas de 2017. Pero estos dos escrutinios no dieron un apoyo claro a sus opciones económicas. El 5 de mayo, de entrada, fue un voto contra la extrema derecha, mientras que las legislativas están, a menudo, marcadas por una legitimidad a favor del jefe de Estado elegido, que no ha sido desmentida nunca desde 2002 y por una fuerte abstención.
La realidad es que la base de apoyo a esta política económica presidencial se reduce a lo que Bruno Amable y Stefano Palombarini llaman el “bloque burgués. Un bloque que no es mayoritario, a diferencia de lo que se observa en los países del norte de Europa pero que, sistema electoral obliga, puede ganar habida cuenta de la división del bloque contrario. Salvo que este bloque contrario pueda hacer frente para oponerse a la política de destrucción del modelo francés. Por otra parte, es ahí donde estamos: un cara a cara violento y sin acuerdo posible porque la esencia misma del sistema francés está en juego y el régimen electoral no ha podido explicitar claramente la opción de la mayoría sobre este tema.
Pero para Emmanuel Macron ceder es imposible. No solo sería renunciar a su identidad política, sino también fracasar en una prueba esencial, una forma de “bautismo neoliberal”. “Los neoliberales ponen en eviencia la necesidad superar además las decisiones populares cuando contravienen lo que se considera un principio superior”, escribe Quinn Slobodian. Asumir su impopularidad , es mostrarse capaz de defender la verdad hacia y contra todo.
Hay en ello una forma de fanatismo en el que se prueba su capacidad de oposición a su propio pueblo. Se han visto posturas de este tipo en toda Europa durante la crisis de la deuda: en Portugal, en Italia o en España. Para Emmanuel Macron es una forma de construir su imagen internacional de demostrar que puede “reformar” esos galos irreformables. Era lo que impresionaba tanto a los medias anglosajones al comienzo de su quinquenio.
Pero si ceder es imposible, ¿cómo “pasar por encima” de la resistencia de la sociedad francesa? Quinn Slobodian describe cómo, a partir de los años de 1980, se construyeron estructuras internacionales capaces de someter a los Estados al orden neoliberal: la OMC, el FMI, la UE, los mercados financieros. Cuando un Estado decide cambiar de política, esta presión externalo trae a razón. Pero Francia apenas se adapta a este tipo de presión. Francia no teme a sus acreedores. Los mercados han sostenido su modelo híbrido y apenas se inquietan por el movimiento de los chalecos amarillos, lo que convierte cualquier amenaza de la UE en poco creíble, a diferencia del caso italiano. En resumen, esta opción no funciona.
Además, Emmanuel Macron apenas puede apoyarse en una pretendida eficacia de sus recetas económicas. Ninguna de sus reformas, no mucho más que las precedentes, han estado en situación de hacer a Francia más sólida económicamente, muy al contrario. Al romper el sutil equilibrio entres Estado, consumidores y empresas y haciendo un mal diagnóstico, centrado en la atracción y la competitividad de los costes, más bien la ha debilitado. Por eso, la política de “compensaciones” llevada a la práctica apenas ha dado frutos, menos aún porque ha sido tímida. Y los 10.000 millones de euros anunciados en diciembre no cambiarían mucho los datos en la medida de que las “reformas” tocan el corazón mismo del sistema francés y por tanto la confianza de la gente: el empleo, la jubilación, el paro, la vivienda. Se puede pretender, como hacen los neoliberales, que es necesario “aún más”, que, por otra parte, es lo que pretende e Presidente de la República. Pero esta estrategia de huida hacia adelante permanente es poco convincente.
Incapaz de probar la eficacia de su política, Emanuel Macron ya solo tiene una carta para imponer su “verdad”: la del abuso de autoridad. Una carta que el régimen actual, régimen personalista cuya cuna es una guerra sangrante, le permite actuar cómodamente. Porque el Presidente de la República conoce la verdad, sabe cuál es el buen camino para Francia, tiene el deber, por el bien de Francia, de llevar al país por este camino, incluso contra el deseo del mismo. Y esto bien vale sacudirlo mediante una limitación del derecho a manifestarse, por una tentativa de controlar la neutralidad de la prensa (es decir, la aceptación de la verdad neoliberal) y mediante la represión de los movimientos de oposición. La certeza de Emmanuel Macron de actuar por el bien del país y de estar guiado por una verdad transcendental es motivo fundamental para inquietarse. El neoliberalismo está actualmente a la defensiva. La crisis de 2008 y sus consecuencias, su ineficacia para relanzar el crecimiento y gestionar la transición ecológica tienden a cuestionarlo.
Las grandes organizaciones internacionales ponen en cuestión algunos de sus dogmas como la liberalización del mercado laboral, la “teoría del goteo”, la libertad de los capitales... Lo que se juega hoy en día, es una crisis del régimen económico, como la que se conoció en los años de 1930 y 1970. En este contexto, la tentación autoritaria del neoliberalismo se refuerza.
En el último febrero, Dani Rodrik, el economista estadounidense de origen turco, profesor en Harvard, señalaba que las democracias liberales no estaban amenazadas únicamente por el deslizamiento hacia la “democracia iliberal” “peligro agitado a menudo. Existe otro: “los liberalismos no democráticos”. Esta idea ha sido desarrollada por otro investigador de Harvard, Yascha Mounk en un capítulo de su obra El pueblo contra la democracia, Se trata de un sistema en el que las verdaderas decisiones están sometidas a reglas no elegidas, salidas de principios no democráticos definidos por el orden económico y donde el poder debe asegurarse la obediencia de los estados a sus leyes, si es necesario, al precio de las libertades fundamentales. Francia parece dirigirse hacia semejante destino a partir de ahora.
Artículo original en francés: https://www.mediapart.fr/journal/france/040219/les-origines-economiques-de-l-autoritarisme-d-emmanuel-macron
Traducción: viento sur
Fuente: https://vientosur.info/spip.php?article14596

lunes, 18 de febrero de 2019

Gana el Régimen del 78 .


Elecciones Generales del 28A

Gana el Régimen del 78



Estos días las redes sociales arden por la convocatoria de elecciones generales anticipadas el próximo 28 de abril. He leído diferentes análisis. Desde que las elecciones se convocan por una alianza táctica entre la derecha y ultraderecha española con los independentistas catalanes al no aprobar ninguno de estos bloques los Presupuestos Generales del 2019 presentados por Pedro Sánchez y apoyados por Unidos Podemos, a que si el novedoso trifachito (PP, CIUDADANOS y VOX) han atacado al PSOE para no aprobar los “mejores” presupuestos de la historia, uno presupuestos del “Estado del Bienestar”. 
En definitiva, una suma de afirmaciones que posicionan las piezas del ajedrez, desde culpabilizar al independentismo catalán de adelantarse las elecciones a situar al PSOE como un partido progresista, cuando hace unos años una gran parte de la opinión pública salió a las calles calificándolo de ser parte de la casta y un peón más de los recortes del pre-caduco Régimen del 78. Pero, ¿Qué hay detrás de todo esto y que poco habla de ello la opinión pública en sus redes sociales, ya enfocadas en la pre-campaña electoral?
La primera pregunta que nos debemos hacer como ciudadanos es por qué ha convocado elecciones el PSOE, con solo 8 meses de gestión, al no aprobarse los Presupuestos Generales cuando no es obligatorio hacerlo. Desde la aprobación de la Constitución en 1978 no se han aprobado los presupuestos anules 6 veces (en 1978, 1982, 1995, 2011, 2016 y 2017) y no siempre ha llevado a convocar elecciones.
 Según el artículo 134.4 de la Constitución Española "Si la Ley de Presupuestos no se aprobara antes del primer día del ejercicio económico correspondiente, se considerarán automáticamente prorrogados los Presupuestos del ejercicio anterior hasta la aprobación de los nuevos”.
Además, aunque no se hayan aprobado los presupuestos de 2019 muchas de las medidas “estrellas” del PSOE, medidas a veces llevadas a cabo por la presión de su aliado, no socio de gobierno, Unidos Podemos, como el salario mínimo de 900 euros, subida de pensiones, u otras no económicas como la exhumación de Franco, podrían llevarse a cabo. 
Sin aprobación de los presupuestos podría seguir gobernando el PSOE mediante Decretos Ley. ¿Entonces qué hay detrás de su convocatoria a elecciones?
El PSOE tiene ahora un socio incómodo que le hace girar demasiado a la izquierda e incluso a veces entrar en temas de Cataluña que no agradan, y los barones del PSOE como Felipe González a pesar de ser derrotados, y en gran parte desprestigiados, han seguido batallando tanto contra todo lo que huela a Cataluña o lo que huela a morado. Esto se sabía pero era parte de la estrategia de la casta del PSOE. 
Realizar un pacto temporal entre PSOE y PODEMOS, por eso la moción de censura inesperada contra Rajoy, con dos estrategias de fondo: la Comunicativa con el fin de volver a ganarse el PSOE la etiqueta social de partido de izquierdas y alejarse de la imagen del bipartidismo del Régimen del 78 dados los pactos con el PP (entre ellos la reforma neoliberal del artículo 135 de la Constitución o la aplicación del artículo 155 para suspender la autonomía de Cataluña), y la Política, neutralizar y menguar a Unidos Podemos como alternativa quincemayistas al Régimen del 78, llegando a generar en Podemos una crisis interna entre los que ven al PSOE como un aliado, antigua estrategia de IU con Frutos, o los que lo ven como un enemigo.
Según los últimos sondeos electorales - los públicos como los del CIS o de algunos medios de comunicación son muy dudosos por su falta de precisión en las últimas elecciones pero también hay sondeos privados y ocultos que realizan consultoras que trabajan para los partidos - dan al PSOE una subida de votos considerable, pudiendo ser incluso la primera fuerza más votada.
 Y por el contrario, Unidos Podemos en algunos de los sondeos le hacen perder más del 30% de los escaños, pasando de 71 a 50-48 y siendo superada por Ciudadanos1
De esta manera, Unidos Podemos en crisis interna organizativa, con la marcha de Iñigo Errejón y Ramón Espinar, y en supuesta crisis electoral deja de ser una amenaza de “sorpasso” para el PSOE, y en definitiva para el Régimen del 78. Es el momento de unas Elecciones Generales para que el bipartidismo PP y PSOE, y otras fuerzas monárquicas constitucionalistas como VOX y Ciudadanos, nacionalistas españolas, contra no solo el derecho de decidir Cataluña su futuro democráticamente sino de cualquier diálogo, sin proyecto de una Europa Social, dóciles con la economía política diseñada por el IBEX35, y con el respeto a un ejército franquista y una iglesia católica con privilegios, vuelvan a controlar en la suma más de 2/3 partes de las cámaras. Y además hacer resurgir un falso binomio izquierda y derecha, no porque no exista la izquierda o derecha como dicen los posmodernistas, sino porque la izquierda en el PSOE brilla por su ausencia. Un falso conflicto entre izquierda y derecha, que finalmente el creciente Ciudadanos, según encuestas, y la hegemónica derecha oportunista vasca, PNV, decidirían si gobierna el PP o PSOE, los dos socios políticos del IBEX35.
Otro aspecto a analizar es que lo esencial para haberse aprobado los presupuestos era la negociación del gobierno del PSOE con partidos independentistas catalanes, y justamente unos días antes de la votación de los Presupuestos el gobierno de Sánchez rompió la mesa de diálogo, incoherentemente sin sentarse antes a dialogar. 
Una estrategia incoherente si desde un inicio se pretende negociar. 
Si el PSOE hubiera querido aprobar esos presupuestos y seguir en el gobierno seguro que la mesa de negociación como mínimo se hubiera llevado a cabo. Finalmente, al anularse toda negociación, donde fue más polémico la insignificante etiqueta de relator que cualquier contenido en la mesa, y al no aprobarse los presupuestos, el PSOE podrá utilizar el mismo discurso de la derecha española; criminalizar a los independentistas como el principal problema de gobernar en España, la causa del fracaso de los “mejores” presupuestos de la historia. Ni siquiera el PSOE ha utilizado el discurso de la Pinza que tanto usaron ellos mismos contra Julio Anguita en los años 80 y 90 para descalificar ciertos pactos entre IU y PP, en un momento que la derecha española y los independentistas han coincidido para tumbar los Presupuestos. Posiblemente porque la derecha y ultraderecha no sean tan enemigas para el PSOE como lo puede ser una izquierda más incómoda. 
En definitiva, con este proceso el PSOE vuelve a situarse en su sitio originario desde el felipismo, un partido españolista constitucionalista monárquico y neoliberal, que vuelve a insertar en la opinión pública la imagen de ser la principal fuerza de izquierdas y así conseguir devaluar a una izquierda crítica, como Unidos Podemos, que pueda afectar la unidad monárquica española del Régimen del 78 y llevar a cabo pactos de negociación de conflicto con independentistas.
Los 8 meses del gobierno del PSOE no han sido más que una estrategia del Régimen del 78 para reconfigurar las neuronas políticas de la sociedad española. Iniciándose con una inesperada y propulsa moción de censura a Rajoy que llevó a Sánchez a la presidencia del gobierno con toda facilidad, cuando el PP podría haberse resistido proponiendo a otra persona de su partido ya que la moción era contra Rajoy, no contra el gobierno o el PP. Seguidamente, el PSOE consiguió la carta blanca de Unidos Podemos por dar un falso guiño de volver a ser una clásica socialdemocracia, como ya hizo Zapatero, con gestos como la exhumación de Franco, el salario mínimo a 900 euros, hablar de la Ley de Dependencia, subida de pensiones, con el único fin de que un votante que perdió el PSOE y fue a unidos Podemos, vuelva de Unidos Podemos al PSOE. 8 meses que no solo han dado oxigeno al bipartidismo, sino que incluso han dejado salir del cascarón para saltar al parlamento a fuerzas de extrema derecha con la legitimidad de decir otro partido del “Régimen del 78” lo que otros no pueden decir por no ser políticamente correcto.
El 28 de abril no importa si gana el PP o el PSOE las elecciones, y los pactos que habrá entre los principales partidos. El 28 de abril quién ganará será el Régimen del 78. Ahora le toca al pueblo pensar, autocriticar y actuar.
Nota:


 ver más encuestas .
. y ver 

Algunas lecciones de las elecciones andaluzas


domingo, 17 de febrero de 2019

Ucrania y la OTAN .

Ucrania: la OTAN en la Constitución


por Manlio Dinucci



Alejándose cada vez más de los principios democráticos, el parlamento ucraniano ha ‎ilegalizado los partidos políticos y personalidades que se oponen a la incorporación ‎de Ucrania a la OTAN y a la Unión Europea. ‎




RED VOLTAIRE
Resultado de imagen de Andriy Parubiy

Andriy Parubiy en la  foto ( ver nota del blog abajo) .
Al día siguiente de la firma del protocolo de adhesión que convierte a Macedonia del Norte en el ‎miembro número 31 de la OTAN, Ucrania hizo algo sin precedente al inscribir en su Constitución ‎el compromiso de convertirse oficialmente en miembro de la alianza atlántica y de la Unión ‎Europea. ‎
El 7 de febrero, a propuesta del presidente Petro Porochenko –oligarca enriquecido gracias al ‎saqueo de las propiedades públicas y ahora nuevamente proclamado candidato a la presidencia– ‎el parlamento ucraniano aprobó, por 334 votos contra 35 y 16 ausentes, la modificación de la ‎Constitución en ese sentido. ‎
El Preámbulo enuncia «la marcha irreversible de Ucrania hacia la integración euro-atlántica». ‎Los artículos 85 y 116 decretan que el parlamento y el gobierno tienen como deber ‎fundamental «obtener la plena membresía de Ucrania en la OTAN y la Unión Europea». ‎El artículo 102 estipula que «el presidente de Ucrania es el garante del rumbo estratégico del ‎Estado hacia la obtención de la plena membresía en la OTAN y la Unión Europea.»‎
La inclusión en la Constitución ucraniana del compromiso de entrar oficialmente en la OTAN ‎comporta consecuencias muy graves.‎
En el plano interno, somete el porvenir de Ucrania a ese objetivo, excluyendo toda alternativa, y ‎pone fuera de la ley a todo partido o persona que se opongan al «rumbo estratégico del ‎Estado». Ya en este momento, la Comisión Electoral Central de Ucrania prohíbe a Petro ‎Simonenko, dirigente del Partido Comunista, participar en la elección presidencial prevista para el ‎mes de marzo.
 ‎Andriy Parubiy (en un círculo) mira a los paramilitares de Maidan salir del hotel Ukraina con sus rifles de francotirador ocultos, febrero de 2014
Andriy Parubiy (en un círculo) mira a los paramilitares de Maidan salir del hotel Ukraina con sus rifles de francotirador ocultos, febrero de 2014 . ( Ver nota del blog abajo)

El “mérito” de haber introducido en la Constitución el compromiso de que Ucrania se convierta en ‎miembro de la OTAN recae principalmente en el presidente del parlamento, Andriy Parubiy ‎‎ [1]. Este personaje, cofundador del ‎Partido Nacional-Social ucraniano –creado en 1991 según el modelo del Partido Nacional ‎Socialista de Adolfo Hitler–; jefe de las formaciones paramilitares neonazis utilizadas en 2014 para ‎perpetrar el putsch de la Plaza Maidán –bajo la dirección de Estados Unidos y de la OTAN– y la ‎masacre de Odesa [2]; jefe del Consejo de Defensa y de Seguridad ‎Nacional, que, con el Batallón Azov [3] y otras ‎unidades neonazis, ataca a los civiles ucranianos de nacionalidad rusa en el este del país y con sus ‎escuadrones comete feroces abusos, saqueos de sedes de organizaciones políticas e incluso ‎organiza verdaderos autos de fe al estilo nazi. ‎
En el plano internacional, hay que tener en mente que Ucrania ya está de hecho dentro la OTAN, ‎como país asociado. Por ejemplo, el Batallón Azov, cuyo identificación con el nazismo está ‎expresada en su emblema, similar al de la unidad SS Das Reich, ha sido transformado en ‎regimiento de operaciones especiales, equipado con vehículos blindados y entrenado por ‎instructores estadounidenses miembros de la 173 División Aerotransportada de Estados Unidos ‎que llegaron a Ucrania desde la base de Vicenza (en Italia). ‎
Como la OTAN acusa a Rusia de haber anexado ilegalmente Crimea y de realizar acciones militares ‎contra Ucrania, si esta última entrara en la alianza atlántica los otros 30 miembros de la OTAN ‎estarían obligados –en virtud del artículo 5– a «asistir a la parte o las partes atacadas iniciando ‎de inmediato, tanto por separado como conjuntamente con las demás partes, las acciones que ‎juzgue necesarias, incluyendo el uso de la fuerza militar». ‎
En otras palabras, tendrían que entrar en guerra contra Rusia. ‎
Pero en Europa se observa un total silencio‎, tanto en los medios políticos como en la prensa, sobre esas peligrosas ‎implicaciones de la modificación de la Constitución de Ucrania –seguramente orquestada por los ‎estrategas de Estados Unidos y la OTAN. Ese silencio incluye al parlamento italiano, que ‎en 2017 estableció un documento de entendimiento con el parlamento ucraniano, documento ‎que suscribieron Laura Boldrini y Andriy Parubiy. ‎
Se fortaleció así la cooperación entre la República Italiana –nacida de la resistencia contra el ‎fascismo y el nazismo– y un régimen que ha creado en Ucrania una situación similar a la que ‎condujo al surgimiento del fascismo en los años 1920 y del nazismo en los años 1930. ‎
   
  [1] «¿Quiénes son los nazis en el gobierno ucraniano?», ‎por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 3 de marzo de 2014.
[2] «Crimen en Odesa», por Thierry ‎Meyssan, Red Voltaire, 7 de mayo de 2014.