Un bunker monárquico en la Diagonal
Vicent Partal
VilaWebb
«Si el estado cree tan sólo en la violencia pero con esta violencia no tiene capacidad de frenar el país, entonces la crisis está llamada a crecer"
Desde el 14 de octubre el país ha hecho un gran cambio, cuyas consecuencias se irán viendo más claras de día en día. La sentencia contra los dirigentes políticos del proceso independentista y la ola represiva desatada con las detenciones, primero de miembros de los CDR y después de jóvenes manifestantes, han acabado la paciencia de la gente y han abierto paso a una confrontación nunca vista. Las imágenes de ayer, con miles de personas condenando la presencia del Borbón en Barcelona e impidiendo que pudiera hacer con normalidad un acto de propaganda, lo dicen todo. Hace un mes eran poco imaginables. Ahora, en cambio, sabemos que serán el panorama habitual, hasta que la situación haga el giro definitivo.
En todo esto que ha pasado, hay un factor determinante: España ha perdido el control de la calle; y más en concreto, quien lo ha perdido es su policía -tenga el escudo que tenga. Los ciudadanos ya no les tienen miedo y la violencia, sin miedo ni capacidad real de ejercerla, es muy poco eficaz. Este es, hoy por hoy, el resultado más importante de lo que algunos han llamado 'la batalla de Urquinaona'. Cuando, después de cinco noches de enfrentamientos, la policía se retiró y renunció, impotente, a continuar enfrentándose a unos manifestantes que no podía dominar a la fuerza, todo cambió de orientación.
De hecho, allí se cerró el ciclo que se había abierto el 20 de septiembre de 2017, cuando las autoridades españolas abrieron unilateralmente una fase nueva del proceso hacia la independencia. Una etapa caracterizada por el uso de la violencia del estado, es decir, por la priorización de la respuesta violenta del poder español en el intento de someter la sociedad catalana.
Sin embargo, la renuncia al diálogo y la negociación ha abocado España a un callejón sin salida exigente, donde se ha encontrado finalmente atascado. Si el estado cree tan sólo en la violencia pero con esta violencia no tiene capacidad de frenar el país, entonces la crisis está llamada a crecer. Simplemente porque la gente se envalentona ante la impotencia policial. Se hace mayor. Vea, si no, las imágenes de ayer. No veréis paso extremistas, anarquistas italianos ni vascos peligrosos -utilizando alguna de aquellas descripciones delirantes que quieren agitar algunos para explicar todo este cambio.
No. Ayer, dignamente plantados ante el rey de España, había ciudadanos normales de toda clase y condición. Y contra eso poco tiene que hacer, ya, el estado. Inmediatamente después de la sentencia, en el aeropuerto de Barcelona, España confió en que los golpes frenarían la respuesta y usó la violencia. Si lo hubieran conseguido, si hubiesen doblado la gente, es probable que ayer no hubiéramos visto la protesta que vimos ante el Palacio de Congresos de la Diagonal, un palacio que se convirtió durante unas horas en un búnker donde los happy few monárquicos que pudieron entrar se regalaban los oídos, inquietos. Pretendían hacer ver que vivían en normalidad. Pero no había, de normalidad. Y se volvió a demostrar que la pérdida de control del territorio determinará el final del proceso hacia la independencia, seguramente mucho más que no nos podemos llegar a imaginar hoy.
Especialmente porque, paralelamente, la crisis institucional es inmensa y lo seguirá siendo después de las elecciones del domingo. No habrá ningún gobierno puede que no sea PSOE-PP. Y este gobierno incluso ellos saben que hunde la transición y todos sus mitos. Y sólo les faltaba eso. Sin control de la calle y con la gente que ha perdido el miedo, las semanas y los meses que vienen se harán muy largos para un España impotente que verá crecer y crecer la protesta, que verá aumentar la capacidad de la gente, que verá avanzar la autoorganización popular, sin tener ninguna herramienta eficaz para frenarla, sin saber cómo detener este tsunami democrático que, en su incapacidad crónica de ver la realidad, la corte borbónica aunque se piensa que es un grupo o una organización.
PS. Si han tenido ustedes la moral de seguir el debate entre los candidatos españoles suponga que ya son conscientes de algo muy importante. Que no sólo van a seguir equivocándose respecto a Cataluña sino que van a equivocarse aún mucho más. Teniendo en cuenta la evidencia de que el principal motivo del crecimiento del independentismo son sus errores desde el 2010 la verdad es que reconforta. Calle por un lado y errores de la otra. A partir del domingo esto se pondrá muy interesante.
Nota del blog .--
1 .-
El publicar este articulo, no quiere decir que el blog apoye la postura de su autor. Simplemente porque explica bien su visión desde el otro lado. Lo cuales es cierto, no es una cuestión de jueces y policías sino de política .Y menos se puede reducir a un problema de orden público. El bloqueo político actual no lo hacen solo los partidos sino la cuestión de Cataluña como si el problema fuera formar gobierno y no gobernar; . Hay bloqueo porque no hay acuerdo sobre qué hacer, no al revés. De ahí la repetición y repeticion . La impotencia y no solo en esto. Y el tiempo , por el camino que van está a favor de mantener la tensión - hay por delante un periodo largo de recursos judiciales- , si no logran dividirlos. El estado ya está en la fase de hacerlos callar y no lo logran y acaban de aprobar una ley de control de comunicaciones al igual en ello a Rusia, China, Arabia Saudí o Corea del Norte. Una digital mordaza .O el TC prohíbe al Parlament que intente debatir sobre la autodeterminación. y así se cargan la libertad de expresión . Ya se cargaron con la sentencia otros derechos , como el de reunión y manifestación .Hoy en Cataluña mañana en el resto del Estado . Paso igual con la ley antiterrorista modificada contra el yijadismo y luego aplicada a quien sea . De todos modos la actual resistencia es un proceso que ni siquiera los dirigentes independentistas son capaces de controlar. En culo de saco también esta el independentismo por eso necesitan estímulos mutuos como el perro de Paulov. Como si en las elecciones ganara la derecha en España les justificaría mas .
Eso sí , sabemos que la complejidad será penaliza en las urnas. De ahí que la vacuidad semántica de la oferta política se enmascara tras el velo del lenguaje emotivo subido de tono.
2.-El Palacio de Congresos de Cataluña, es un espacio privado propiedad de Turki bin Nasser Al Saud . Un saudí de 71 años que, según The Guardian, es 'El hombre que lo tiene todo': 200 coches de época, jet privado valorado en más de 200 millones de euros, y casas en Barcelona , Londres, Riad y Dahran. Vendedor de armas entre el Reino Unido y Arabia, hace dos años que el hombre fue arrestado acusado de corrupción en su país. .
https://www.theguardian.com/world/2007/jun/07/bae19 .. y ver
https://en.wikipedia.org/wiki/Turki_bin_Nasser_Al_Saud
La quema de fotos del rey en la manifestación , sacada del mismo artículo
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