La ilegal y odiosa deuda griega.
El economista Leonidas Vatikiotis explicó en Atenas por qué el gobierno de
Tsipras no debería ceder ante las presiones del FMI y la Unión Europea.
El ágora de los movimientos antisistema de Atenas, la plaza
Exarchia, es el lugar elegido por Leonidas Vatikiotis para explicarnos en detalle por qué Grecia no
debería pagar su deuda al FMI, al Banco Central Europeo (BCE) y a los estados
miembros de la Unión Europea (UE). Periodista especializado en política
exterior, doctor en Economía, asesor del reconocido documental Debtocracy
(Deudocracia) y uno de los impulsores de la Comisión por la Auditoría de la
DeudaGriega, Vatikiotis tiene pruebas más que suficientes para demostrar que el
endeudamiento millonario del Estado griego es«ilegal» y «odioso».
Desde este mes de abril, el Parlamento heleno ha puesto en
marcha un Comité internacional presidido por el experto belga Éric Toussaint
para auditar la deuda griega y dirimir qué parte es ilegítima- y, por tanto,
debería ser cancelada- y qué responsabilidades tienen en ello quienes
obtuvieron beneficio de la situación. El grupo está compuesto por quince economistas,
constitucionalistas y abogados del ámbito internacional y otros quince
auditores griegos, completamente independientes de los aparatos estatales. La
investigación que llevan a cabo no tiene un papel vinculante pero sí que podría
servir al Gobierno como instrumento de presión ante las negociaciones con el
Eurogrupo, si el gabinete de Tsiprasse decide a utilizarlo.
En cualquier caso, Leonidas Vatikiotis tiene muy claro que
buena parte de la deuda contraída con la Troika no tiene quepagarse, dado su
carácter ilegal. «Los dos antiguos gobiernos firmaron acuerdos por 255 mil
millones de euros que no fueron ratificados por el Parlamento griego ni
avisados de ello a sus votantes en sus programas electorales», explica Vatikiotis.
«El entonces primer ministro socialista, Yorgos Papandreu, firmó un memorándum
en 2010 por el cual los bancos alemanes y franceses fueron progresivamente
desplazados por la Troika como acreedores de Grecia.
Antes de 2010 la deuda era hacia entidades privadas y ahora
el 60 % pertenece a la UE, el 10 % al FMI y el 8 % al BCE,es decir el 78 % le
corresponde a la Troika», advierte.
El rescate recibido por el Estado heleno en 2010- que
permitió salvar a la banca centroeuropea tras la devaluación de los bonos
griegos en 2009- produjo un traspaso de la deuda de manos privadas a manos
públicas, y es esa transferencia uno de los puntos que la Auditoría se propone
investigar. «El 92% de esos 250 mil millones de euros del rescate no volvió a
los bancos griegos, que previamente habían sido salvados con dinero del pueblo,
sino a las entidades financieras privadas internacionales y a la Troika. ¿Por
qué entonces somos los ciudadanos los que tenemos que pagar la deuda?», alerta Vatikiotis.
«Las instituciones deberían rendir cuentas acerca de ese movimiento en el que
el BCE y el FMI libraron del riesgo a la banca y volcaron una responsabilidad
que era del sector privado en la sociedad».
El segundo memorándum firmado en 2012, por el cual se
establecía una quita de la deuda que, según el entonces gobierno de Lukás
Papadimos, iba a suponer la reducción de la deuda pública en un 50 %, también
está bajo la lupa de la Comisión impulsada por Vatikiotis. «Lo cierto es que la
deuda griega se disparó en coincidencia con los planes de rescate, pasando del
113% del PIB en la víspera de la reestructuración del 2012 al 185% en 2015» ,
apunta.
Una vez expuestos los principales argumentos para no ceder ante
las presiones de la Troika, la siguiente cuestión es cómo puede afrontar
Grecia- un Estado al borde de la suspensión de pagos- no recibir más fondos de
la Unión Europea. Leonidas Vatikiotis responde, sereno, que su país «desde
agosto del 2014 no recibe ni un euro de la Troika porque los acreedores no han
respetado sus obligaciones, mientras que Grecia sí que lo ha hecho, con el
dinero de sus contribuyentes». «Los griegos piensan que si desde Europa no nos
dan dinero, no tendremos fondos para las pensiones y servicios públicos pero
deben entender que los millones que les estamos pidiendo no van al Estado, sino
que vuelve a ellos mismos», puntualiza.
«Grecia debe afirmar que solventará su sistema público con
la recaudación de sus impuestos y hacer como Argentina, no pagar ni un centavo
a los fondos buitre», sostiene Vatikiotis, aunque duda de que el actual primer
ministro pueda llevarlo a cabo porque, dice, «la táctica de la otra parte
siempre es la misma: te asfixio y un segundo antes de morir te doy el dinero necesario
para seguir discutiendo y obligarte a hacer más concesiones».
En su opinión, Grecia debería abandonar la Unión Europea y
mantenerse, por un lado, con el dinero de los contribuyentes y, por otro, con
la autarquía. «Estamos hablando de países como los mediterráneos, en los
cuales, donde quieras que plantes, en una semana tienes tu ensalada», anima
Vatikiotis. «Para llevar a cabo en un 100 % el autoabastecimiento con nuestras
propias tierras, todo lo que necesitamos es períodos cultivables y agua. Yo sé
que esto suena increíble en Rusia o Escandinavia pero en Grecia no lo es».
Contemplando también el problema energético, el economista explica que su país
cuenta con grandes reservas de carbón y, si ahora importa petróleo de países
amigos de Estados Unidos con los peores términos del mercado, al pasar a
adquirirlo de
Irán o Rusia, los precios serán más baratos y las
condiciones mucho mejores.
Todo pensado en el caso de un «grexit». Leonidas Vatikiotis
está convencido de que es mejor ser un Estado con moneda independiente que
seguir en un país con un 27 % de desempleo en el que, además, uno de cada tres
de los que trabajan, no está ahora recibiendo sueldo. «Vivimos en una sociedad
en la que solo el 15 % de la población tiene dinero y el resto está esperando
vivir de eso. Es una locura y, sin embargo, ese 85 % quiere pertenecer a la
Eurozona porque cree en el súper poder de la banca. Los griegos quieren estar en Europa porque
piensan que les hace vivir mejor y porque, claro, ¡es muy incómodo tener que
cambiar dinero si viajas!», ironiza Vatikiotis.
Pero no solo los helenos prefieren seguir dentro de la Unión
Europea, la propia Alemania- su principal «enemiga» y acreedora- presiona,
según Vatikiotis, para que Grecia no se vaya. «Merkel quiere mandar un mensaje:
nuestra moneda común solo sube y nunca baja, porque de esa estabilidad depende
su crecimiento». El economista explica que la estrategia que Alemania lleva
desde hace décadas se basa en el euro, ya que si tuviera una moneda nacional
estarías obrevaluada en un 50 % y no podría exportar a todo el mundo, como lo
hace actualmente. «En cambio, teniendo el euro los alemanes gozan de muchos
privilegios. Primero que nada, disponen de un mercado interno de millones de
personas; segundo, pueden exportar a cualquier país porque tienen la moneda
devaluada; y tercero, esa sólida red deconsumidores les permite reducir los
salarios sin demasiado problema».
En este sentido es que Vatikiotis cree que Grecia tiene la
sartén por el mango y debe plantarse ante Alemania en las negociaciones.
«Cuando le digamos que si no aceptan nuestros propios términos, nos iremos del
euro, Merkel hará todo lo que tenga a su alcance para impedir esa opción».
( texto sin referencia de publicación enviado por un amigo)
1 comentario:
se sabe dónde y quién tiene el dinero de la deuda ilegalmente, pues a parte de decir que es ilegal que se lo haya dado quien no tenía autoridad o legitimidad para ello, también se podrá recuperar, no? con lo cual no hay que tomar ninguna medida que no sea recuperar el dinero de quienes lo obtuvieron ilegítimamente, nuestros amigos los banqueros, y meter en la cárcel a los que se lo dieron sin derecho alguno, nuestros amigos los políticos corruptos. Y lo que hay que promover y dotar, dado que es un problema a nivel europeo, es un tribunal de justicia europeo, porque si no, los que lo pagamos somos todos los europeos, en lugar de sólo los griegos o sólo los ciudadanos del sur de europa, lo que no puede servir de consuelo a nadie. otra cosa es mal de muchos consuelo de tontos.
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