sábado, 17 de marzo de 2018

La legitimización del nacional colonialismo español .

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Santiago mata indios

Anónimo cuzqueño(1)

El nacionalismo español recupera a los "conquistadores"

Gustau Nerín
 
Desde hace ya algún tiempo las librerías del Estado español se han llenado de libros de historia que legitiman el colonialismo español o glorifican la expansión española por Flandes. Algunos de estos libros se han convertido en grandes éxitos de ventas. Por este motivo se ha querido preguntar a algunos especialistas en historia colonial española qué valoración hacen de este tipo de libros y de su éxito editorial.


Pervivencia del franquismo

Gonzalo Álvarez-Chillida, profesor de Historia de la Universidad Complutense de Madrid y especialista en el colonialismo español en Guinea Ecuatorial, apunta que las raíces directas de este fenómeno se encuentra en la bibliografía franquista. Afirma que las tesis sobre las bondades del colonialismo español: "No supone ninguna novedad, sobre todo para los que nos educamos en tiempo de Franco. El nacionalismo español, no sólo con Franco, sino desde mucho antes, siempre intentó combatir la leyenda negra, a veces con el curioso argumento de que los anglosajones y franceses fueron más brutales y racistas, como si 'el libro negro del colonialismo francés o británico' sirviera para blanquear el español". Para Antonio Espino, catedrático de historia moderna de la UAB y especialista en historia de América, estos libros sólo mostrarían "un desconocimiento profundo de aquello que hablan" y en algún caso se podrían tildar "de indigencia intelectual" (en cambio Pilar García Jordán, catedrática de Historia de América de la Universidad de Barcelona, cree que estas teorías reflejan, simplemente, diferentes visiones de la sociedad).


Tiempo para elogiar el colonialismo

José Antonio Piqueras, profesor de Historia en la Universitat d'Alacant, cree que el contexto mundial no es ajeno a esta producción bibliográfica: "La revisión del papel del colonialismo cotiza al alza en una Europa derechizada", afirma, y pone como ejemplo lo que pasa en Francia. Piqueras explica que esto todavía es más grave en el Estado español, porque "el nacionalismo español conservador, hegemónico, se construyó en el XIX con la reivindicación del imperio (civilización y religión)". Esta reivindicación de imperio fue la base del franquismo y "le ha sobrevivido y sigue impregnando cultura, educación y valores..." (recuerda, en este sentido, que la "fiesta nacional" sigue celebrándose el 12 de octubre). Por su parte Marta Sofía López, profesora de Filología Moderna de la Universidad de León, especializada en estudios postcoloniales, apunta que el resurgir de la nostalgia de los imperios perdidos está relacionada con "las muchas incertidumbres que genera el mundo contemporáneo, en el que sólo hay un imperio global: el capitalismo sin fronteras".

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Nada de positivo

Las supuestas bondades de la colonización española despiertan mucho escepticismo entre los historiadores consultados. Álvarez-Chillida afirma que como historiador, más que valorar hechos y personajes, él intenta comprenderlos y explicarlos, pero afirma que eso no excluye que "como ciudadano, me parece claro que una sociedad como la colonial, basada en la explotación del trabajo, esclavo y forzado en la mayoría de los casos, para producir riquezas en beneficio de los colonizadores y de la metrópoli, en la segregación y la discriminación racial, y en la destrucción de las culturas de las sociedades colonizadas, no me parece que presente un balance positivo". Y aclara que eso es extensivo a cualquier colonización europea. Espino y Piqueras coinciden completamente con González-Chillida en que ningún colonialismo fue positivo para los colonizados: "Sólo una ideología conservadora, nacionalcatólica, españolista... nos permite decir que un colonialismo como el español tuvo aspectos positivos", argumenta Espino; Piqueras, además, apunta que el colonialismo construyó "estados autoritarios y violentos" y no estados de derecho. Lisa Surwillo, profesora de Culturas Ibéricas y Latinoamericanas en la Universidad de Stanford, recuerda que la empresa colonial española ya fue cuestionada por los españoles a lo largo de los siglos. Y Marta Sofía López apunta que los que realmente tendrían que valorar hoy en día la experiencia colonial son los descendientes de los colonizados. En cambio, Pilar García Jordán prefiere interpretar el fenómeno sin entrar en valoraciones, y argumenta que las sociedades excedentarias tienden siempre a la expansión, un fenómeno que acaba dando lugar al colonialismo y a la sujeción de los colonizados a los colonizadores.


Libros para sentirse superiores

Lisa Surwillo considera que no es extraño que estos tipos de libros se conviertan en grandes éxitos de ventas: "Hay una recepción positiva de cualquier libro o producto cultural que sugiera que el pasado del imperio español fue correcto". Piqueras afirma que eso no pasa sólo en España y apunta que esta bibliografía refuerza el "sentimiento de superioridad occidental" e incluso podría relacionarse con las "actitudes xenófobas actuales". Espino considera que el hecho de que este tipo de obras, que él considera de baja calidad, tenga tanto éxito, se debe a que en nuestros tiempos no podemos "formarnos críticamente". Espino reflexiona al respecto y afirma que es un signo de los tiempos: "Nadie lee estos libros para aprender alguna cosa, sino para reafirmarse en lo en que cree". Marta Sofía López no encuentra nada extraño este éxito de ventas, y lo valora con mucha ironía: "También el Cinquanta sombras de Grey es un best-seller y no deja de ser una apología de las relaciones de poder más insanas y tóxicas, pero fascina a millones de personas (tristemente, mujeres en su mayoría)".

Indios y catalanes

Los expertos tienen opiniones divergentes sobre si el boom de la historiografía colonialista tiene que ver o no con el proceso soberanista catalán. Lisa Surwillo lo niega, mientras que Marta Sofía López no tiene la menor duda de la relación. José Antonio Piqueras argumenta que este tipo de legitimación del colonialismo español sería "anterior a la reivindicación soberanista catalana". Pero también apunta que "se ve impulsada por el nacionalismo catalán que cuestiona no sólo el presente, sino el pasado de España y la función, autoatribuida por el nacionalismo tradicional español, de justificarse a través del imperio." También Pilar García Jordán explica que si estos libros han llegado a ser best-sellers se debe al actual contexto político: "un nacionalismo siempre necesita a otro". Espino cree que pese a que el enaltecimiento del colonialismo español ha existido desde hace mucho tiempo, la situación actual "ayuda a vender más libros", aunque también critica que "desde ciertos sectores independentistas y/o catalanistas han escuchado en los últimos años todas las tonterías que se han dicho sobre la catalanidad de Colón, etc.". Álvarez-Chillida también apunta que el "momento de euforia nacionalista por todas partes" explica el éxito de los libros de historia "del más rancio nacionalismo español". Y apunta que en Catalunya y en España se organizan los que quieren que se difunda (o se imponga) "su visión nacionalista de la Historia". Y recuerda que en la "negra historia del imperialismo español" participaron todos los pueblos de la España actual.







La prensa española reivindica a los militares genocidas
LAS RAÍCES DEL PATRIOTERISMO ESPAÑOL: DEFENDIENDO EL IMPERIO PERDIDO (VÍDEO)





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SANTIAGO MATAINDIOS: LA CONTINUACIÓN DE UN DISCURSO ...

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Manifiesto contra la prisión permanente revisable .



Manifiesto contra la prisión permanente revisable

 


En relación con la proposición parlamentaria en curso para la derogación de la pena de prisión permanente revisable y a propósito de la propuesta del Gobierno de aumentar los delitos merecedores de tal pena, los abajo firmantes, Catedráticas y Catedráticos de Derecho Penal, desean manifestar a la opinión pública lo siguiente.
1. La prisión permanente revisable debería ser derogada porque sin aportar eficacia a la evitación de los delitos más graves compromete algunos de los valores fundamentales que nos configuran como sociedad democrática. 


2. No disuade de la comisión de los delitos más graves en mayor medida que las ya severas penas preexistentes (hasta treinta años de prisión por un delito; hasta cuarenta años por la comisión de varios delitos). Tampoco se ha constatado la necesidad de esta pena para evitar la reiteración delictiva del condenado. Los estudios existentes muestran que este efecto preventivo sobre el delincuente lo despliega suficientemente el tratamiento penitenciario y la posibilidad posterior de adopción de medidas de libertad vigilada. 
3. La prisión permanente revisable suscita poderosos reparos desde los principios penales que expresan los valores de justicia propios de una sociedad democrática.
A. Compromete seriamente la prohibición de penas inhumanas del artículo 15 de nuestra Constitución en la medida en que posibilita un encierro de por vida y sitúa en todo caso el horizonte de libertad en un momento siempre muy lejano (al menos 25, 28, 30 ó 35 años, según los supuestos), incierto y que no depende del comportamiento del penado.
B. Compromete seriamente el mandato de reinserción social del artículo 25.2 de nuestra Constitución por sus elevadas exigencias de prolongación del encarcelamiento efectivo (la revisión de la condena se realizará como pronto a los 25, 28, 30 ó 35 años, según los supuestos), retardando en exceso tal inserción y dificultándola como efecto del deterioro personal que produce una situación tan vasta de privación de libertad.
C. Compromete seriamente el principio de legalidad (art. 25.1 CE) y el valor de la seguridad jurídica (art. 9.3 CE). Se trata de una pena doblemente indeterminada que hace que el penado no pueda saber en qué momento recobrará su libertad: su encarcelamiento no tiene un límite fijo, sino que está sometido a condición, y esa condición es a su vez de contenido vago: “la existencia de un pronóstico favorable de reinserción social”. Diversas experiencias han demostrado la imprecisión de los pronósticos de peligrosidad, lo que supondrá la inútil permanencia en prisión de condenados que podrían vivir en libertad plenamente reinsertados.
4. En el debate público en torno a la prisión permanente revisable se ha argumentado en favor de su mantenimiento que es una pena existente en muchos ordenamientos democráticos y que no ha sido declarada contraria al Convenio Europeo de Derechos Humanos por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. En relación con estos dos supuestos avales deseamos manifestar lo siguiente. 
A. La prisión permanente revisable se incorporó al Código Penal español en el año 2015, pasando así nuestro ordenamiento a ser un caso excepcional de incorporación de esta pena de cadena perpetua después de haberla suprimido históricamente (en España, en 1928). El periodo mínimo español de condena (25 años) es harto superior, por ejemplo, al sueco (10 años), al inglés (12 años), al alemán (15 años) o al francés (18 años).
B. La hipotética conformidad de nuestra cadena perpetua al Convenio Europeo de Derechos Humanos no impediría su inconstitucionalidad, como el propio Convenio se encarga de subrayar, pues las Constituciones pueden incorporar estándares de protección de los derechos más exigentes que los del Convenio. En todo caso, merece la pena subrayar que nuestra prisión permanente revisable podría ser contraria al Convenio por dos razones: por los casos de prohibición de revisión por encima de los 25 años (a los 28, 30 ó 35 años) (STEDH Vinter y otros c. Reino Unido, de 9 de julio de 2013) y, en todos los supuestos, por la inexistencia de programas penitenciarios específicos de resocialización (STEDH James, Wells y Lee  c. Reino Unido, de 18 de septiembre de 2012). 
C. En cualquier caso, y más allá de su disconformidad con la Constitución, la prisión permanente no es una buena ley. No hace de la nuestra una sociedad mejor: no añade eficacia en la evitación de los delitos más graves y sí comporta un significativo deterioro de nuestros valores básicos.
  ver firmas al final ...http://cort.as/-2tYT



 Nota. Cuelgo esto viendo el montón de mentiras que estoy harto de oír ya. Apoyando el demagogo populismo punitivo del pp y el cs.

jueves, 15 de marzo de 2018

El Partido conservador y los oligarcas rusos .

Lo que es un escándalo son los vínculos del Partido Conservador británico con Rusia y Arabia Saudí

Olvídate de "Corbyn el espía": los tories reciben millones de euros de regímenes que respaldan el extremismo sin que los medios se inmuten
 
 
Al Partido Conservador lo tienen en el bolsillo las grandes potencias que representan una amenaza hacia la seguridad nacional del Reino Unido. Es un escándalo nacional que ha tenido una repercusión grotescamente escasa y se ha perdido en medio de la campaña conservadora para deslegitimar al partido laborista con falsas acusaciones de traición.
Si el laborismo hubiera  recibido casi 925.000 euros de oligarcas y empresas vinculadas a Rusia en los últimos 20 meses -–y 3,4 millones de euros desde 2010–, los medios de comunicación estarían enloquecidos con el tema. Pero como se trata del Partido Conservador, nadie grita "¡Traición a la Patria!" ni los acusa de pactar con potencias extranjeras ni de amenazar la seguridad nacional.
Cuando se le preguntó por las donaciones rusas al partido conservador, el ministro de Hacienda Philip Hammond se negó a devolver el dinero. "Hay personas en este país que son ciudadanos británicos de origen ruso", argumentó. "No creo que debamos mancillarlos ni ensuciarlos relacionándolos con Putin". Mirad qué nobleza: un conservador luchando contra la demonización de los inmigrantes.
Pero antes de sacar los banderines, examinemos una donación a modo de ejemplo. En 2014, Lubov Chernukhin, esposa del exviceministro de Hacienda de Rusia, pagó la espléndida suma de  180.000 euros por jugar al tenis con David Cameron y Boris Johnson. En total, desde 2012, cuando la Comisión Electoral la declaró inicialmente "donante no permitida", antes de que finalmente le permitieran donar, esta mujer entregó a los conservadores 580.000 euros.
Propongo pensar qué pasaría si el Partido Laborista recibiera más de medio millón de euros de la esposa de un ministro cubano. Ni siquiera se discutiría que esto representa una escandalosa relación económica con el régimen de Cuba. Otros ejemplos incluyen 450.000 euros de Gérard Lopez, un empresario que es miembro de la junta directiva de una empresa relacionada con bancos rusos que han recibido sanciones durante la crisis de Ucrania.
Pero la cosa va aún más lejos. Hasta octubre pasado, diputados conservadores habían recibido cuatro veces más dinero proveniente de la cadena televisiva estatal rusa Russia Today que los parlamentarios del Partido Laborista: se agradece que el portavoz socialista de Haciend, John McDonnell, haya dicho que sus colegas no deberían volver a salir en esa cadena de televisión.
Es conocida la dependencia del Partido Conservador de las donaciones de la industria financiera. Las decenas de millones de euros que caen en los fondos de financiación de los conservadores no son meros actos de caridad o generosidad.
Por ejemplo, en 2011, el   Financial Times informó de que "incluso los donantes confiesan que el deseo de los parlamentarios conservadores de bajar el tope del impuesto a la renta se debe a la cercanía de estos donantes del sector financiero al partido".
Este mismo sector financiero londinense está atiborrado de dinero sucio proveniente de Rusia. No sorprende entonces que en 2014 un documento secreto del Gobierno reveló los planes de impedir cualquier sanción contra Rusia que  perjudicara al sector financiero.
El laborismo ha intentado  que se aprueben leyes que impidan que ciertos rusos entren al Reino Unido o al menos bloquear sus activos: qué misterioso parece ser que los conservadores hayan rechazado esa ley por " razones técnicas".
Luego están los vínculos con otros regímenes que combinan el desprecio por los derechos humanos con amenazas a nuestra seguridad nacional. Por ejemplo, Arabia Saudí, con un régimen totalitario y fanático que corta la cabeza a los homosexuales y los disidentes, que trata a las mujeres de una forma que sólo puede llamarse bárbara, y que exporta extremismo internacional. Más o menos en los dos años siguientes a que comenzaran los bombardeos sobre Yemen –con armas británicas–, los parlamentarios conservadores recibieron 112.000 euros del régimen de Arabia Saudí, disfrazados como regalos, gastos de viajes y pagos por servicios de consultorías. Hammond fue uno de los beneficiados: recibió un reloj valorado en 2.200 euros de parte del embajador saudí.
Además, en los últimos cinco años, Arabia Saudí y otras autocracias gastaron más de 790.000 euros en viajes de lujos para parlamentarios británicos, de los cuales el 80% pertenecían al Partido Conservador. De ese dinero saudí, 225.000 euros fue destinado a pagar excursiones para 41 parlamentarios británicos, de los cuales 40 eran conservadores.
¿Por qué habrían de hacer eso? ¿Podría ser que –dado que nuestros parlamentarios no reciben nada de parte de nuestros aliados democráticos para este tipo de viajes– esto sea una clara ofensiva de relaciones públicas, un intento de asegurarse la influencia sobre el Gobierno conservador?
De hecho, Rehman Chishti –el recientemente nombrado vicepresidente para comunidades en el Partido Conservador– recibió  2.250 euros al mes del Centro de Investigación y Estudios Islámicos Rey Faisal, con base en Riad, entre marzo de 2016 y enero de 2018. Aunque la Comisión de Ética Parlamentaria no vio razones para investigar, vale la pena mencionar su ferviente simpatía por el régimen saudí.
Su actividad en Twitter incluye alardear de haber sido felicitado por el dictador saudí al ser reelegido como parlamentario en 2015,  presentar charlas ofrecidas por funcionarios saudíes, y encabezar la delegación parlamentaria conservadora a Arabia Saudí.
Su colega, Daniel Kawczynski, sale en televisión para justificar el sangriento ataque saudí contra Yemen, se jacta de haber escrito "el libro más a favor de Arabia Saudí jamás escrito por un político británico", pero luego amenaza con iniciar acciones legales cuando se relaciona su libro con un viaje que costó 7.500 euros y que pagó el régimen saudí.
Y luego está el corazón financiero de los conservadores. La dictadura de Qatar tiene tres veces más propiedades en Londres que la reina, y más que el Ayuntamiento. De hecho, la  Autoridad de Inversión Catarí es dueña de Canary Wharf, el rascacielos Shard y Harrods. Hablemos claro: el régimen catarí ha apoyado a organizaciones extremistas y terroristas, y lo mismo han hecho personas muy ricas que viven en ese país.
Como dijo Paddy Ashdown en 2015, David Cameron no presionó a Qatar y Arabia Saudita para que dejen de financiar al terrorismo, lo cual hizo que Ashdown se preguntase "sobre los estrechos vínculos del Partido Conservador con personas muy ricas del Golfo Árabe". Tengamos en cuenta la negación de Theresa May a publicar un informe sobre la financiación extranjera del extremismo. Eso no habría sentado bien a los países del Golfo, que son tan cercanos a los conservadores, ¿verdad?
Qué farsa. Organizan una campaña de desprestigio contra Jeremy Corbyn, pintándolo como un traidor, basándose en el testimonio de un única fuente de la antigua Checoslovaquia. Y mientras tanto, los conservadores están envueltos en una red manejada por los regímenes ruso y del Golfo.
En Salisbury, cientos de personas están en este momento lavando sus pertenencias después de que se encontraran restos de un agente tóxico en un restaurante del que se sospecha que fue el lugar donde un exespía ruso, su hija y un policía británico fueron envenenados.
¿Cómo es que es aceptable que los conservadores acepten dinero de Rusia o Arabia Saudita? ¿Cuáles son las implicaciones prácticas de esto? ¿Y cómo es que los medios de comunicación no se escandalizan por esto? Las respuestas a esas tres preguntas nos obligan a denunciar esa realidad.
Traducido por Lucía Balducci