viernes, 9 de enero de 2015

El oscurantismo de las corporaciones eléctricas












09-01-2015

Reseña de “Cómo nos engañan las eléctricas” (Akal), del periodista Carlos Corominas
Luz contra el oscurantismo de las corporaciones eléctricas



A la hora de escribir se puede elegir entre el trazo grueso, la redacción de grandes titulares, de manera que el lector pueda hacerse una idea general del contenido. O se puede optar por la escritura elaborada y de detalle, con el riesgo de caer en una excesiva especialización y así extraviar al lector poco avezado. En “Cómo nos engañan las eléctricas”, libro publicado por el periodista Carlos Corominas en la colección “A Fondo”, de Akal, se combinan las dos metodologías. Lo que permite dos lecturas, una más sencilla y general, y otra más pormenorizada. Esto no es fácil, requiere oficio y dominio de la materia, más todavía en un asunto tan deliberadamente enrevesado como el funcionamiento en el estado español de las grandes corporaciones eléctricas.

A resolver con buena nota el expediente, contribuye la experiencia de un periodista especializado en medio ambiente, que ha trabajado en Efe-Verde, tomado parte en el consejo de redacción de El Ecologista, en la organización Ecooo, que trabaja por la soberanía energética, y sobre todo para el presente libro, participó en el trabajo de investigación “Energía Oscura” (en colaboración con eldiario.es). De este modo el autor, Carlos Corominas, arroja luz al arcano que plantea Pascual Serrano en la misma presentación del libro: “Peajes de acceso, tarifa de último recurso, costes de transición a la competencia, precio voluntario para el pequeño consumidor, peaje de respaldo, ingresos regulados, subastas, déficit de tarifa, garantía de potencia, casación de precios… Todo con el objetivo de que no les comprendamos y así poder instalarse en el abuso y el atropello”.

¿En qué consistiría la lectura “gruesa” del texto? En informarse de que, a partir de la “liberalización” del mercado eléctrico en 1997, las “cinco” grandes eléctricas (Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, E.On España y EDP), han obtenido unos beneficios de más de 60.000 millones de euros. Se esgrime, al tiempo, que el déficit de tarifa (la deuda de los ciudadanos con este oligopolio empresarial) ronda los 30.000 millones de euros, mientras la pobreza energética en el estado español causa 10.000 muertos anuales. Para completar el paisaje a grandes rasgos, España es el país con la electricidad más cara de Europa sólo por detrás de Irlanda y Chipre (con el matiz agregado de se trata de dos islas).

“Cómo nos engañan las eléctricas” entra en el detalle, pero de manera accesible, sin apabullar al lector, en aspectos de contexto que se descuidan con el grito y la queja por las tarifas. Así, Corominas explica cómo antes de 1997 Endesa fue asegurándose “una posición muy fuerte en la futura liberalización”, y cómo –al concluir el proceso- el acceso a la electricidad ya no sería un “servicio público” para el ciudadano, al que se pasaba a considerar un mero “consumidor”. En cuanto a los Costes de Transición a la Competencia (CTC), señala el autor, “se idearon para compensar las inversiones que habían hecho las empresas en el marco regulado anterior a la liberalización”.

Para el lector que no se quiera perder en las subastas CESUR y las tarifas de último recurso, el periodista plantea ideas nítidas y de fondo: “El reparto del pastel está bastante claro, al menos para los dos más grandes. Endesa tiene el control sobre las islas que le reporta ingentes beneficios e Iberdrola domina la mayoría de las centrales hidráulicas. Fuentes del sector aseguran que existe un pacto tácito para que Iberdrola no entre a cuestionar la situación en las islas y Endesa no toque los embalses. En el ámbito nuclear, Endesa e Iberdrola se reparten la titularidad de las plantas con una escasa participación de Gas Natural”. Además, en relación con las centrales nucleares, “es conocido que en pleno proceso de transición a la democracia el sector público hubo de rescatar financieramente a las empresas eléctricas del país, que se habían embarcado en un proceso de inversión faraónico”, reconocía el exministro de Industria y Energía, Juan Manuel Eguiagaray en Cuadernos de Energía.

Otro aspecto de suma importancia que aborda el autor, y que posiblemente entre la barahúnda pase inadvertido para el gran público, es la llamada “burbuja del gas”, que condujo a la construcción de centrales de ciclo combinado (producción de energía eléctrica a partir de la quema de gas) por encima de las necesidades reales en la primera década de 2000. Actualmente están infrautilizadas, pero las compañías eléctricas han pedido compensaciones al estado por las inversiones realizadas. Y, para satisfacerlas, se inventó otro concepto sibilino, el “pago por capacidad”.

Tampoco se suele hablar del Plan del Carbón, suscrito en septiembre de 2013 por el gobierno, la patronal y los sindicatos, en el que se garantizaba una cuota de carbón nacional para la producción eléctrica, al tiempo que se estipulaba una reducción del uso y también de la plantilla en las minas. Aquello quedó, como titulaba un reportaje de El País, firmado por Rafael Méndez y Patricia Peiró, en “un pozo sin fondo” (en relación a los proyectos “alternativos” en las comarcas mineras). Un apartado especial merece en este asunto “el rey del carbón”, Victorino Alonso, denunciado por fraude, delitos fiscales, daños ambientales y la desaparición de medio millón de toneladas de carbón público. Asimismo, Carlos Corominas explica las “triquiñuelas” de las eléctricas para importar carbón del exterior, que les resulta más barato.

“Cómo nos engañan las eléctricas” analiza detenidamente el frenazo a las energías renovables, después de su auge, las causas judiciales abiertas contra el estado español por este motivo y el “cerrojo al autoconsumo”, que no deja de ser otro modo de primar a las grandes eléctricas. En este caso el gobierno no sólo innova otro concepto –el “peaje de respaldo”- sino que muestra un discutible equilibrio sancionador. Mientras, recuerda Carlos Corominas, no registrar una planta de autoconsumo puede suponer una multa entre seis y 60 millones de euros, la multa por una fuga radiactiva asciende a 30 millones de euros.

Otro asunto insoslayable, casi rutinario, cuando se trata el fraude de las eléctricas son los sueldos de presidentes y directivos de las compañías, y las “puertas giratorias”. Son números que tal vez expliquen otros guarismos, como los de la “pobreza energética”. El presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, cobró en 2013 la cantidad de 7,4 millones de euros entre salario y complementos. A las “puertas giratorias” Carlos Corominas dedica 11 páginas (capítulo III) muy bien documentadas, pero le llegaría para una tesis doctoral, con una exuberante nómina que incluye a Felipe González (Gas Natural Fenosa), José María Aznar (Endesa), Luis de Guindos (Enel), Elena Salgado (filial chilena de Endesa). Pero el periodista no se queda en la conocida onomástica, sino que va un punto más allá: “José María Aznar fue el presidente que empujó a España al mercado liberalizado. Bajo su mandato se idearon los Costes de Transición a la Competencia (CTC) y Endesa entró en el mercado liberalizado como la gran eléctrica española”.

El libro, realmente un reportaje de 127 páginas, es la prueba de que con buena capacidad de síntesis puede reducirse la complejidad de un asunto y, además, abordarlo en su integridad. En los apartados finales Carlos Corominas amplía la perspectiva y, citando a Erika González, investigadora del Observatorio de las Multinacionales en América Latina (OMAL), recuerda que el 80% de la inversión extranjera en el estado español está controlada por siete empresas, de las que cuatro corresponden al sector de la energía (Gas Natural Fenosa, Endesa, Iberdrola y Repsol). Otro hecho que pone de manifiesto el poderío de las eléctricas españolas es su desembarco en América Latina al calor de las privatizaciones. Gas Natural Fenosa, Endesa o Iberdrola se hicieron en los años 90 con empresas públicas previamente saneadas por los estados, y a un módico precio. Hoy operan sus filiales Electricaribe (Colombia), Chilectra (Chile) o Elektro (Brasil), entre otras muchas.

La colusión entre el estado español y las grandes corporaciones pudo fácilmente comprobarse cuando Evo Morales anunció, en 2012, la expropiación de Transportadora de Electricidad (filial de Red Eléctrica Española) o la nacionalización por parte del gobierno argentino de YPF, controlada mayoritariamente por Repsol. Reacciones airadas que no distinguían entre negocios privados e interés público. Pero el fenómeno cobra dimensión mayor a medida que Corominas va aumentando la lente y apuntando a otros sectores, como el hídrico. “Uno de los grandes negocios de las multinacionales españolas en América Latina es la construcción y gestión de presas hidroeléctricas”, sostiene el periodista. Endesa construye en Colombia la presa de El Quimbo y las centrales de Pangue y Ralco en Chile, donde también se ha embarcado en la iniciativa HydroAysén para la implantación de cinco centrales en dos ríos de la zona. Iberdrola, remata Carlos Corominas, forma parte del conglomerado de empresas que está detrás de la presa de Belo Monte, en Brasil.

jueves, 8 de enero de 2015

La alteridad imaginada .







El pánico moral y la construcción de lo musulmán en España y Francia
Autor: Ángeles Ramírez 

Este libro analiza los procesos de subordinación de las poblaciones musulmanas, así como la respuesta por parte de éstas. A través de una alteridad imaginada, de la construcción estigmatizante de lo musulmán (y lo árabe) como inasimilable, incivilizado, temible y anti-social, se naturaliza en el discurso dominante de las sociedades europeas la falta de derechos básicos de musulmanes y musulmanas: el derecho a la educación, a un juicio justo, a la libertad de circulación o a la libertad de conciencia.
Los mecanismos por medio de los cuales estos procesos tienen lugar, están insertos en un sistema de dominación más amplio. Los ataques del neoliberalismo a los derechos y a la vida se apoyan en bases diversas, de las cuales la islamofobia tan solo es una más. Pero se han despertado nuevas formas de resistencia, cuyo análisis está presente en este trabajo. Entre ellas se cuentan la construcción de una ciudadanía musulmana por parte de la juventud, la renuencia de las chicas con pañuelo a reproducir el modelo «emancipatorio» que la escuela les impone, la negativa a encajar en las categorías que la sociedad dominante reserva para musulmanes o las alianzas feministas entre musulmanas y no musulmanas. La cuestión de las mujeres es especialmente relevante en este contexto, puesto que tanto la islamofobia como sus resistencias, se han feminizado.
        » Documento adjunto
 http://www.ed-bellaterra.com/uploads/pdfs/LA%20ALTERIDAD%20IMAGINADA.pdf

miércoles, 7 de enero de 2015

Se desvaneció el éxito griego en cuanto se hicieron inevitables las elecciones

Entrevista a Yanis Varoufakis es profesor de política económica en la Universidad de Atenas
"La salida del euro no es una idea que Syriza vaya a contemplar en ningún momento"

L'Antidiplomatico


Yanis Varoufakis es profesor de política económica en la Universidad de Atenas, consejero del programa económico del partido griego de la izquierda Syriza y autor de El Minotauro global. La revista Sin Permiso publicó esta entrevista el domingo 4 de enero, después de que se conociera la fecha de las elecciones en Grecia del próximo 25 de enero.

Los medios de comunicación europeos hablan de la “recuperación griega” y el aumento de la competitividad del país para intentar persuadir a la opinión pública de la eficacia de la austeridad y las reformas estructurales impuestas por la Troika. Sin embargo, si se consideran los datos macroeconómicos, encontramos un desempleo juvenil de cerca del 50%, una tasa de inflación negativa y una espiral incontrolada de deuda-deflación. ¿Cómo es posible hablar de “recuperación” cuando tres de cada cinco ciudadanos griegos viven por debajo del umbral de pobreza?En los dos últimos años, la máquina propagandística de la UE no ha dejado que se interpusiera ningún dato en su marcha, y hace aproximadamente dieciocho meses, funcionó a pleno rendimiento en un intento de apuntalar al gobierno de Samaras, aterrada por la perspectiva de un nuevo gobierno en Atenas que porfíe en cantarle al poder las verdades. ¿Se han dado cuenta de cómo se desvaneció el relato del “éxito griego” en cuanto se hicieron inevitables las elecciones? ¿Qué clase de recuperación era esa que se deshizo en una nube de humo en el momento en que asomaron las elecciones en el horizonte?
La respuesta es que la ‘recuperación’ sólo existió en el reino de la propaganda. Una ‘recuperación’ que se maquinó mediante dos nuevas burbujas, una en el mercado de bonos y la otra en el mercado de acciones bancarias griegas, burbujas que reventaron en el momento en que pareció que los griegos iban a tener la oportunidad de expresar lo que opinaban de esa llamada ‘recuperación’ en las urnas. Una ‘recuperación’ que se ha puesto de manifiesto en un crecimiento positivo del PIB de un cuarto (igual a 0,7%), tras siete años de declive continuo, lo que se debió al triste hecho de que cayó el PIB nominal, pero cayó por primera vez menos de lo que cayó la media de los precios medios.
Así que, puestos a ser francos, no ha habido recuperación. Lo que hemos tenido es una monstruosa negación que resultaba funcional para la historia que la señora Merkel quería transmitir a los ciudadanos europeos: si la austeridad ha funcionado hasta en Grecia, tiene que ser la cura correcta para cualquier entorno europeo, y deben aceptarlo sin pensar todos los europeos, sobre todo... los italianos.
Habrá elecciones generales en Grecia el 25 de enero de 2015. Según los últimos sondeos, Syriza, principal partido de la oposición crítico con las medidas de austeridad impuestas por la Troika, podría resultar vencedor. Pero la victoria en las urnas podría verse precedida de ataques especulativos de los mercados a la prima de riesgo, destinados a crear un clima de terror entre la opinión pública. ¿Qué queda de democracia en este régimen oligárquico de la Unión Europea? Y ¿podría repetirse esa misma hipótesis en otros países con aquellos partidos críticos con la arquitectura institucional de la UE?La amenaza a un gobierno de Syriza no vendrá de los mercados. Recordemos que Grecia está en bancarrota y no pide prestado a inversores privados. ¡Y cuando no pides prestado, no te preocupas de la tasa de interés! No, la amenaza viene para Syriza del BCE, de la UE y de Berlín. Pasados unos días de las elecciones, hay grandes probabilidades de que los funcionarios de nuestros socios europeos, violando los principios más básicos de la democracia – y de la lógica – amenacen al nuevo gobierno de Atenas con clausurar el sistema bancario griego mientras no se pliegue a su voluntad y a menos que lo haga. Esto es mucho, pero que mucho peor, y moralmente más censurable que ser aterrorizado por los mercados. Los inversores tienen todo el derecho a exigir altas tasas de interés si van a prestarte dinero. Los demás gobiernos democráticos y los banqueros centrales no elegidos no tienen derecho a amenazar con el Apocalipsis a un gobierno recién elegido si se atreve a pedir una renegociación de un acuerdo insostenible de préstamos con la UE, el BCE y el FMI.
En su programa, Syriza preconiza la anulación del Memorándum, la completa reestructuración de la deuda pública, la negativa a pagar intereses hasta que se produzca una verdadera recuperación económica (suspensión del pago de la deuda) y, por último, que el BCE se convierta en prestamista en última instancia con el fin de garantizar una porción de la deuda griega. Considerando las actitudes hostiles de Berlín, Bruselas y Frankfurt, ¿cómo reaccionaría Syriza frente a una nueva negativa absoluta de las autoridades europeas a sus demandas? ¿Sería el pretexto para contemplar una salida unilateral de la eurozona?La salida del euro no es una idea que Syriza vaya a contemplar en ningún momento o a utilizar como estrategia negociadora. Si bien está claro que Grecia no debería haber entrado nunca en la zona euro (y, desde luego, que la eurozona nunca debería haberse diseñado del modo en que lo fue), salir de ella causaría ingentes daños a todo el mundo. Al mismo tiempo, la ‘lógica’ del actual acuerdo funciona afanosamente rumbo al desmantelamiento de la eurozona. La economía social italiana, por ejemplo, resulta insostenible con políticas inspiradas en aquellos que primero las ensayaron en Grecia en 2010. Para salvar la eurozona y, ciertamente, para salvar la integridad y el alma de Europa, necesitamos un New Deal para Europa. Syriza está decida a hacer arrancar el diálogo sobre lo que debería ser este New Deal. Naturalmente, el resultado de ese debate será un compromiso. Esto lo sabe Alexis Tsipras, el líder de Syriza: cuando entras en una negociación, tienes como objetivo un compromiso con el que puedan subsistir todas las partes. Para llegar a ello, tienes que tienes que apostar por tu posición inicial, –que es lo que establece el programa del partido– y trazar finas líneas rojas que, en caso de ser rebasadas por la otra parte, hagan que desistas. Una de esas líneas, en el caso de Grecia, debe referirse a la demanda de que Grecia pida prestado, entre otros, al BCE para reembolsar… al BCE los bonos que el BCE compró en 2010 y 2011. Si Berlín sigue insistiendo en transacciones tan ilógicas, el gobierno de Syriza debe decir simplemente que ‘No’ y negarse a hacerlo. Sean cuales fueren las amenazas.
En estos tres años y medio de régimen de la Troika, Grecia ha perdido partes importantes de terreno público y zonas de interés estratégico nacional en un programa de privatización salvaje. ¿Está pensando Syriza en una nueva intervención del Estado para nacionalizar al menos los servicios públicos esenciales que han de proporcionarse a los ciudadanos? ¿Y no constituiría en ese caso una violación del principio de no intervencionismo consagrado por el Tratado de Maastricht?El programa de privatización ha fracasado de modo espectacular. Hay, desde luego, algunos activos que se han entregado a particulares sospechosos (por ejemplo, la lotería nacional y el sitio de Hellenikon) y a los que el nuevo gobierno debería echar otro vistazo, al menos en lo que se refiere a su legalidad, pues la renacionalización será imposible debido a la falta de liquidez del Estado. Dicho esto, las mayores privatizaciones tuvieron lugar, no entre 2010 y 2014 sino entre 2000 y 2009, implicando bancos, el monopolio de telecomunicaciones del Estado, etc.Respecto a los servicios públicos, el problema no es que los privatizaran. El problema es que los desmantelaron o los estrangularon con la austeridad y unos recortes espantosos.
Sin embargo, la respuesta a la crisis europea sigue siendo clara y se resume en la reducción del gasto público, el aumento de la imposición fiscal y las llamadas reformas estructurales destinadas a rebajar el precio del trabajo, única forma de compensar la brecha de competitividad entre países. Frente a esto, Syriza plantea propuestas muy interesantes, pero se trata de medidas que habían sido rechazadas en el pasado por Bruselas, pues violan las reglas de los tratados existentes, como los eurobonos y el control político de los estados europeos sobre el Banco Central Europeo. ¿Cree usted que es hora de superar Maastricht e inaugurar una nueva fase constituyente que pueda satisfacer las exigencias de los estados con modelos económicos intervencionistas y ya no neoliberales, capaces de garantizar el pleno y el bienestar social, dejando a un lado la independencia del Banco Central Europeo.Nuestras propuestas se han calibrado de manera que no violen ninguno de los tratados. Por ejemplo, nuestra propuesta de una conversión en bonos europeos con la mediación del BCE para la parte de la deuda que cumpla con Maastricht de cada Estado miembro, que excedan el 60%, sin monetización por parte por parte del BCE o garantías de deuda por parte de los países con superávit. O, para dar otro ejemplo, la propuesta de una forma de facilitación cuantitativa [Quantitative Easing] en la que el BCE compre grandes cantidades de bonos del Banco Europeo de Inversiones con el propósito de financiar un programa de recuperación europeo promovido mediante inversiones. Estas son una serie de ideas que pueden aplicarse mañana mismo, voluntad política mediante. Una vez que estabilicemos Europa por medio de esas medidas políticas, podemos hablar entonces todo lo que queramos de una federación, de futuros tratados, etc. Pero cualquier intento de alterar hoy los tratados, mientras se extiende la crisis, no será más que algo contraproducente.
En caso de que los países del Norte, como ya se ha corroborado en el pasado, se opongan a estos escenarios de cambio necesarios para superar la crisis, ¿deberían los países del Sur, sobre todo aquellas partes críticas con la actual arquitectura institucional, empezar a pensar en una nueva forma de integración basada en la solidaridad económica y social, fundada en el respeto de la soberanía nacional? Debido a las graves condiciones de sus respectivas economías, ¿hay tiempo todavía para redactar un nuevo Tratado basado en esos principios?No, no lo creo. Tal como he sostenido antes, no es momento de cambiar el tratado. En primer lugar, debemos detener la fragmentación y sólo entonces discutir la consolidación. Dicho esto, los actuales tratados permiten la llamada ‘cooperación reforzada’ – que permite a nueve estados miembros o más llevar a cabo por su cuenta la aplicación de políticas de la Unión Europea que no serán vinculantes para los demás. Quizás el ‘Sur’ de Europa podría hacer uso de este instrumento institucional.
En el actual contexto geopolítico de profundos cambios, Europa parece encaminarse muy rápidamente por una senda contraria a la delineada por Syriza. Esto resulta claro sobre todo después de las sanciones a Rusia y las interferencias políticas de la OTAN en Ucrania,la inevitable adopción del TTIP, la zona de libre comercio con los Estados Unidos, que las élites europeas quieren aprobar en 2015. ¿Podría una nueva mayoría de Syriza detener la ratificación del TTIP en el Parlamento nacional?La idea del libre comercio con los Estados Unidos es espléndida. El problema con el TTIP es que en absoluto tiene que ver con el libre comercio sino, más bien, con entregar exorbitantes derechos de propiedad sobre regulaciones medioambientales y propiedad intelectual a grandes empresas multinacionales. De modo semejante, respecto a la cuestión de la seguridad, debería estabilizarse Ucrania y democratizarse Rusia. Por desgracia, el actual punto muerto con Rusia no se refiere a esto sino que forma parte más bien de un sórdido forcejeo geopolítico en el que saldrán perdiendo los ciudadanos de Europa, del Atlántico a los Urales.
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/global/25237-la-salida-del-euro-no-es-idea-syriza-vaya-contemplar-ningun-momento.html

.....................

La deuda de Alemania



06/01/2015 - Fermín Bocos
Europa vuelve sus ojos hacia Grecia. Es una mirada inquisitiva. Los poderes económicos que determinan el rumbo político de la UE alertan acerca del signo del futuro Gobierno de Grecia. Según la prensa afín a la señora Merkel, Alemania considera inevitable el abandono del euro por parte de Grecia si en las elecciones del próximo día 25 gana Syriza, la coalición de la izquierda que lleva en su programa la reestructuración de la deuda (300.000 millones de euros). Es una intromisión en los asuntos internos de un país soberano, pero es lo que se despacha en el desmemoriado Berlín oficial que estrenó siglo olvidando unas cuantas cosas. La más cercana -años 90-, que pese a los retrasos en el cumplimiento de compromisos financieros con la UE, nadie atosigó a Helmut Kohl en el trance de acoger a los 16 millones de ‘osis’ -entre otros la propia Angela Merkel- que tras la caída del muro llegaban al mundo democrático con una mano detrás y otra delante. Puestos a olvidar, en Berlín también han olvidado la deuda contraída con Grecia por la invasión y ocupación (1941-1944) sufrida durante la II Guerra Mundial. 300.000 muertos: miles de asesinatos, deportaciones a los campos de exterminio, exilio, destrucción de infraestructuras y el sarcasmo de haber obligado al Gobierno títere impuesto por Hitler en Atenas ¡a conceder préstamos al III Reich, el invasor!
Hace un par de años un informe confidencial encargado por el Ministerio de Economía griego establecía que sin contar los intereses de los 70 años transcurridos, la deuda contraída por Alemania se elevaba a 162.000 millones de euros. 108.000 corresponderían a la reconstrucción de las infraestructuras destruidas y el resto a los préstamos suscritos por el Banco de Grecia para sufragar los suministros y pagas de las fuerzas de ocupación. En una entrevista publicada por el semanario alemán Der Spiegel, el profesor Albrecht Ritsch de la London School of Economics afirmaba que la deuda podría elevarse a 72.000 millones de euros. Pese a ser una víctima de la agresión alemana, Grecia fue excluida del club de países que (caso de Japón o Alemania) se beneficiaron de las ayudas del plan Marshall. Una injusticia de la que nadie quiere acordarse. Y menos que nadie la Alemania de hoy, que ha olvidado su deuda de guerra con Grecia.
Sin contar los intereses de los 70 años transcurridos, la deuda contraída por Alemania con Grecia en la II Guerra Mundial se elevaría a 162.000 millones de euros.
http://elprogreso.galiciae.com/nova/383343-deuda-alemania

martes, 6 de enero de 2015

España , los fantasmas de la nación .


España , los fantasmas de la nación .

No se puede obviar que en la Transición se reinvento la nación, en la Constitución habla de los pueblos de España ,en el preámbulo. Luego en el articulado solo es un pueblo en singular, un pueblo una nación , y habla de la nación española y de las nacionalidades, sin especificar cuales son las segundas, de ahí viene un follón ,pero los partidos utilizan los términos a conveniencia, nación de individuos, nación de ciudadanos , patriotismo constitucional, nación de   naciones por ejemplo cuando el PSOE en minoría tiene que pactar con nacionalistas vascos , catalanes o gallegos . Y así  según pactan en la periferia o en el centro , la calificación varia.
 En el País  Vasco , los nacionalistas , le dicen pueblo vasco, la nación vasca son los siete territorios, en Cataluña al revés,  Cataluña es la nación y los otros son países catalanes y en los últimos estatutos todos quisieron ser nacionalidades o incluso nación unos por tener competencias similares y otros más ..
O sea que todo es política electoralista depende del territorio electoral , inventando , si eso lo unimos al federalismo que es  de dos tipos , unos lo dicen de una forma y otros de otra, unos como descentralización del Estado que es como  esta en la Constitución y que es como un semi federalismo  y otro como Estados federales desde abajo que necesita una proclamación previa ,como dice ICV , por ejemplo y que se unen luego  . El caos está servido. Pero reinventado todo , es real y operativo y utilizado como ariete para reventar al contrario. Compitiendo con quien es más antiguo , para unos como el PP la nación tiene 500 años y para otros Cataluña 800 y ya no digamos el País Vasco,, cuando el termino nación como se utiliza ahora es del siglo XVIII y XIX aunque la palabra ya existiera aplicada a las áreas religiosas. Si hubo término popular que se aplicara era el de . " tierra" como campesinos que eran la mayoría . Y la mayoría de las veces , como lo dicen suena al mito  de la edad de oro perdida o a una comunidad imaginaria del pasado que da legitimación al presente reinventado.

 (Texto del autor del blog)

lunes, 5 de enero de 2015

2014 o la antesala de la tercera recesión

Reino de España: El año 2014 o la antesala de la tercera recesión
Alejandro Inurrieta · · · · ·
 
04/01/15
 


Hacer un balance económico de la economía española durante 2014, y no estar cerca del poder establecido, es simplemente una herejía, si nos atenemos a las trompetas eufóricas de los últimos Consejos de Ministros. El Gobierno de Rajoy ha dado por superada la crisis y ya anuncia cifras de empleo, producción o rentas que, salvo que mantenga el ritmo de manoseo de las estadísticas oficiales, solo caben entre los propagandistas que tanto abundan en España.

La realidad económica, pero sobre todo financiera, es otra bien distinta. España no es inmune a los shocks exógenos, aunque las revelaciones que tienen Rajoy y De Guindos así lo pudieran aparentar, por lo que España se dirige hacia una tercera recesión. Las bases están puestas, un stock de deuda pública y privada impagable, unos mercados financieros sobrevalorados que han vuelto a inflar burbujas especulativas, un déficit de capital notable de una gran parte del sistema financiero europeo y una demografía que sin duda marcará el devenir de los sistemas públicos de pensiones.

Con estas premisas, entrar en una guerra artificial de cifras resulta poco edificante, puesto que las interpretaciones y, sobre todo, la cada vez más controvertida Contabilidad Nacional hace muy complejo y estéril el debate económico. Simplemente, se puede analizar dónde estábamos en 2007 y dónde estamos ahora en la posición del ciclo, en riqueza o pobreza, en empleo indefinido, en salarios, o en PIB per cápita. Especialmente interesante es estudiar los indicadores de igualdad o desigualdad para comprender qué estrategia se ha seguido en estos años y cómo encaramos los próximos. El resultado es demoledor. Hemos perdido algo más de nueve puntos de PIB, si las cuentas estuviesen bien calculadas y las revisiones se hiciesen con rigor serían más, los salarios se han dejado más del 20% en media, la pobreza ha seguido creciendo a ritmos acelerados, los desahucios en 2014 cierran con un aumento del 7%, los hogares sin recursos son más de dos millones y las personas desempleadas que no ingresan nada se acercan a los 3 millones.

Este sería el cuadro grueso de la situación macroeconómica que muestra una economía en fase de estancamiento, fundamentalmente por deflación debido a la deuda, como ya revelan los últimos datos del IPC de diciembre de 2014, un -1,1%, un valor no conocido en mucho tiempo. Las expectativas de recuperación del consumo y la inversión no se vislumbran, por más que algunos indicadores coyunturales mejoren desde casi el pozo donde habían caído, especialmente las ventas minoristas. La buena noticia que puede ser el abaratamiento de los combustibles, fruto posiblemente, entre otros factores, de la escasa demanda internacional, puede ensombrecerse por las consecuencias geopolíticas que conlleva las turbulencias financieras a nivel internacional. La caída de Rusia y algunas economías emergentes ligadas a materias primas podría desencadenar una crisis financiera internacional similar a la de 1998.

La actual crisis sistémica de la economía española se encuadra dentro de lo que técnicamente se denomina una recesión de balances. Bajo este análisis, la dinámica actual de nuestra deuda es insostenible. Tenemos un volumen de deuda -privada, pública y externa- que no se va a poder pagar, salvo que se pretenda un estancamiento prolongado en el tiempo de nuestra economía, más allá de dos décadas. Obviamente quien concedió la mayor parte de esa deuda, nuestro sistema financiero, presentaba claros problemas de solvencia y la manera en que se ha tratado de restablecer la misma ha afectado ya no solo a la situación real de nuestro sector bancario, sino también a la economía y ciudadanía en su conjunto.

Lo que empezó siendo un problema de deuda privada ha acabado contaminando definitivamente a la deuda pública. Detrás de la enorme expansión de nuestra deuda soberana no se encuentra en absoluto el interés de quienes nos gobiernan de mejorar nuestras condiciones de vida –educación, empleo, pensiones, sanidad, dependencia, vivienda–. La mitad del incremento de la deuda pública se ha destinado a financiar a terceros, concretamente al sector bancario, algo cuyos responsables son igualmenteZapatero y Rajoy.

Por un lado, la situación de los balances bancarios y el déficit de capital siguen siendo preocupantes. Los cálculos recientes del Banco Central Europeo presentan tremendas deficiencias, especialmente en la definición del escenario extremo negativo contemplado de cara a analizar su impacto en la cuenta de resultados y balances bancarios, así como en el tratamiento final de las carteras de deuda soberana española y de los créditos fiscales. Por otro, sigue sin entenderse la naturaleza endógena del dinero, y una máxima que introdujo el profesor Amir Sufi, coautor del libro House of Debt, en una reciente comparecencia, el 17 de septiembre de este mismo año, ante el Comité del Senado de los Estados Unidos sobre Banca, Vivienda y Asuntos Urbanos, donde afirmó que “el crecimiento del crédito sin crecimiento de la renta es una receta para el desastre”. La combinación de estas dinámicas contrapuestas en el sector privado está detrás del hundimiento del crédito en nuestro país. Las empresas y familias tratan de reducir deuda a toda costa, y por lo tanto no demandan nuevos crédito; la banca, en pleno proceso de reestructuración, apenas ha reducido su deuda, síntoma de que en sus balances bancarios sigue habiendo activos tóxicos, y, por lo tanto, no presta. Como consecuencia se produce la mayor restricción de crédito de nuestra historia moderna.

Según el último dato disponible, cierre del segundo trimestre del año en curso, ladeuda externa asciende casi a 1,1 billones de euros, cifra que representa cerca del 107% del PIB español. Esta cantidad significa el 26% de la deuda en su conjunto de la economía española. El resto es deuda entre sectores residentes. La cifra es muy parecida a 2008, pero la composición ha variado drásticamente. El 47% de la deuda externa corresponde ahora al sector público, prácticamente la mitad, frente al 20% de 2008. Por el contrario, las deudas que nuestras entidades financieras deben al exterior representan “solamente” el 31% del total de nuestra deuda externa, frente al 54% en 2008.

Lo que estos datos confirman es el porqué desde el exterior, con el apoyo entusiasta de las élites bancarias, se impuso una política de austeridad. Se trataba de disponer de recursos públicos para destinarlos a financiar a terceros, a ellos. El rescate al sistema financiero español consistía únicamente en proporcionar recursos al sistema financiero para que pudiera hacer frente a sus deudas, aplicando duros procesos de reestructuración interna con el fin de liberar recursos, por si acaso. En realidad, no se trataba de un rescate al sistema financiero español, sino a los sistemas financieros alemán y francés, manteniendo en sus sillas a la gerencia bancaria que ha dilapidado muchos recursos públicos y privados.

Un segundo aspecto complementario de este análisis es el fracaso de las denominadas reformas estructurales, destinadas aparentemente a mejorar nuestra competitividad. El “repentino” e intenso empeoramiento de nuestro sector exterior durante los últimos trimestres ha incrementado la deuda externa neta de España hasta alcanzar un nuevo récord histórico. Aún no hemos salido de la crisis y una nueva crisis de balanza de pagos se cierne sobre nuestra economía. Está claro que el objetivo era otro, proteger a acreedores foráneos y a nuestra gerencia bancaria.

En conjunto, las ayudas públicas al sector bancario español, medidas de capitalización, adquisición de activos, garantías y avales, préstamos y líneas de liquidez oscilan entre los 730.000 millones y los 1,4 billones de euros, según se incluya o no el aval implícito del Estado a los depósitos bancarios. No todas estas ayudas son deuda pública, pero sí una cuantía relevante, entre 300.000 y 400.000 millones de euros, como ha calculado el Inspector de Hacienda, Carlos Sánchez Mato. Si a esto añadimos en el caso de la banca española los principales puntos débiles en las pruebas de resistencia del BCE son, por un lado, la laxitud en la definición de los escenarios adversos y, por otro, el tratamiento final de los créditos fiscales y las carteras de deuda pública. Ello nos obliga a ser prudentes y presentar cálculos alternativos más pesimistas, concretamente los del Centre for Risk Management HEC, ubicado en Laussane, cuyas cifras para los cuatro de los cinco bancos más grandes implicaría un déficit de capital alrededor de los 34.000 millones de euros.

Estos son los problemas de fondo en el sector financiero que claramente nadie comenta en los cenáculos próximos a Moncloa. La supuesta recuperación es incompatible con este fondo, máxime porque los agentes económicos están condenados a repagar un volumen de deuda que, en muchos casos, no han generado ellos. Desaparecidas las medidas de estímulo nacional, salvo la quita de deuda a las Comunidades Autónomas del día de los Santos Inocentes, todo se deja al albur del fondo de inversión de Junker, que claramente apenas dejará unas migajas al crecimiento español, si es que finalmente se lleva a cabo. Por tanto, el balance del 2014, y casi de la legislatura, es realmente sombrío para trabajadores, para la clase media, para los sectores públicos de sanidad, educación o dependencia y en general para los derechos y libertades públicas y privadas. Esperemos que en 2015, la marea democrática ciudadana pueda devolver parte de lo sustraído a tantos y tantos trabajadores y trabajadoras, empresas, jubilados y al sistema democrático en general.

Alejandro Inurrieta es economista y director de Inurrieta Consultoría Integral

Publicado en Sin Permiso..

sábado, 3 de enero de 2015

Financiación de la Iglesia en España .

 






Ruiz-Domènec: "España ha sufrido una amarga derrota conceptual"
El historiador publica 'Sucesión o secesión', un libro de apenas 150 páginas que diagnostica la tensión entre los gobiernos de Catalunya y España

 Ruiz-Domènec:



La trama del pasado
José Enrique Ruiz-Domènec es catedrático de historia en la Universitat Autònoma de Barcelona. Después de publicar hace menos de un año La trama del pasado en Librosdevanguardia, con momentos clave de la historia, se atreve ahora con un análisis -Sucesión o secesión (RBA)- sobre el presente catalán, donde en apenas 150 páginas –quiere que se le lea, y que el volumen no sea un impedimento– ofrece un agudo y ameno diagnóstico –aparecen el Barça, Francisco Candel, Podemos, Faulkner...– de cómo y por qué la tensión entre los gobiernos de Catalunya y de Madrid ha llegado hasta el punto actual.


Este libro da pleno sentido a la profesión de historiador, ¿no? Entre otras cosas, la historia sirve para analizar el presente.
Haré una confidencia. Yo me siento deudor de la escuela los anales. Georges Duby perteneció a ella, un poco herético, pero lo era, y yo también lo soy. Nuestro referente fue Marc Bloch, Y, como él, que en junio de 1940, en un momento crítico, tomó la decisión de escribir sobre el presente. El resultado fue La amarga derrota, modélico texto sobre el oficio de historiador. En 2014 España ha sufrido una amarga derrota conceptual. En esto coincido con amigos como Enric Juliana y otros. Ha habido una derrota profunda del concepto España. Y esa derrota debía ser abordada. Y qué mejor manera que con el estímulo que a mí me viene de Marc Bloch. Esto lo puedo hacer sin tener ninguna adscripción política ni de partido, y esto no es retórica. Mi compromiso con el país en su complejidad es sin adscripción porque creo que España ha recibido una derrota conceptual seria.

¿Su motivación es únicamente intelectual?
Nace de una conversación con el mundo de la edición y con amigos que me estimularon a responder qué decía un historiador a lo que está pasando. Tantas veces me han hecho esa pregunta que he pensé: ‘Voy a decirlo’. Este problema tan serio no ha sido abordado con la seriedad que merece, ni desde conceptos serios que sólo da la historia. Desengañémonos, hay otras disciplinas magníficas pero que no pueden ofrecer un diagnóstico, porque este es un problema histórico.

¿Uno de los problemas es que ha habido demasiadas visiones parciales?
Claro. Una gran historiadora a la que admiro mucho, Margaret McMillan, escribió un librito, Usos y abusos de la historia, donde dejaban claro que hay historia de primera calidad e historia de mala calidad, igual que en literatura y otras disciplinas. La historia de mala calidad domina.

¿La fe ha suplido al rigor? ¿Desdeña a quien no le cuenta la historia como usted quiere oírla?
Se prima la carencia de una lectura plural. Eso es muy propio de nuestro país, cosa que no pasa en otros de nuestro entorno como Francia, Inglaterra, Alemania y ni siquiera en Italia. Igual que con la lectura de periódicos. En este país si quieres hacerte una buena idea de lo que ocurre tienes que leer tres o cuatro periódicos, contrastar las cosas con aquellos que están en las antípodas.

Escribe desde un compromiso que no implique una adscripción, ¿no le parece que la obligatoriedad de adscripción es una de las consecuencias inmediatas y principales de todo este proceso?
Sí. El compromiso intelectual se ha ido diluyendo, figuras estelares de nuestra ciudad se han decantado, quizá precipitadamente, sin una lectura más crítica del problema su conjunto. Y eso viene de la adscripción. No es tan mezquino como se suele decir, es consecuencia del factor humano.

Advierte de que hay que estar bien informado sobre el pasado, ¿lo estamos? ¿Qué nota daría a nuestro nivel de conocimiento de la historia de Catalunya?
Suspenso radical. Pondría un 2, que ni siquiera con la ayuda de la cocina pudiera convertirse en un 5. España cuenta con historia de mala calidad que se lee muchísimo, pero también cuenta con un desconocimiento profundo de la historia, incluso de la que se hace en la actualidad: tendencias metodológicas, argumentaciones, modelos interpretativos, figuras estelares, referencias intelectuales. Si se hiciera una encuesta sobre quiénes son los grandes historiadores del momento, el resultado sería muy decepcionante. La industria editorial sin que genera ese producto y del mercado acepta, has tenemos muy buenas librerías, con buenos fondos, el problema no está en el mercado.

En el apéndice detalla una serie de hechos históricos que nunca han sido investigados, todos ellos relevantes para todo este proceso. ¿Podría cuantificar las lagunas historiográficas en lo que atañe a toda esta cuestión? ¿Conocemos suficientemente bien la historia como para utilizarla?
Fue una bonita idea de los editores abrir un tweet, al que llegaron infinidad de preguntas, muchas de ellas alocadas. Pero había otras muy acertadas, algunas de las cuales fueron adecuadamente reformuladas, lo cual no es manipular sino dirigirlas bien. Había allí cuestiones capitales. Cuestiones que en cualquier otro país estarían sobradamente investigados, incluso con cátedras. Así no se puede avanzar en la construcción de un futuro, sobre todo un futuro que se dice que se asienta en valores del pasado.

Utiliza a menudo la expresión “ya hemos estado aquí”, remarcando lo cíclico de la historia. Sin embargo ¿no es inédito el momento actual?
Es inédito en su totalidad, y por otro lado la historia no se repite jamás salvo en forma de farsa, como decía Marx, lo cual era una broma para decir que no se repita jamás. La historia es un referente, un espejo donde te puedes mirar. Cuando digo que ya hemos estado aquí me refiero a situaciones concretas. Por ejemplo, en una España asaltada por la corrupción ya hemos estado. El duque de Lerma se parece tanto a Bárcenas que alarma. Yo creo que la historia debe ofrecer ejemplos concretos, no vaguedades o grandes conceptos que sólo generan confusión. Saco ejemplos concretos del más remoto pasado. ¿Significa eso que tenemos que seguir pasivamente la historia? No. Pero sí que debemos conocer nuestros referentes del pasado. El experimento soberanista que propone parte de la ciudadanía de Catalunya es una innovación completa. No tiene ni siquiera nada que ver con lo que Paul Claris planteó en 1640 para separarse del imperio de los Austrias y coligarse a Francia. Eso planteaba un acuerdo internacional. Lo de ahora es más complejo y más serio.

También aparece a menudo la expresión “derrapar”. ¿Derrapamos?
La expresión me viene de Talleyrand, que fue un perro de presa de la política, capaz de sobrevivir a la revolución francesa y estar en los dos lados al mismo tiempo. No pretendo ser Talleyrand, pero la expresión me gusta, en la medida en que hay un momento determinado que la estructura del estado se descompone y en este momento se descompone. Lo hemos visto en otras ocasiones, como se descompuso al final del franquismo, pero final del franquismo se descompuso una estructura del estado que nadie quería. Ahora se descompone una estructura que muchos quieren, y es por una desidia. De ahí el derrape. Hace 40 años fue el asalto legítimo ante un poder autoritario. Son cosas muy diferentes.

El estado atiende problemas como la deuda o el paro, pero no atiende o ignora los sentimientos de una parte de la ciudadanía catalana. ¿Es un gobierno falto de inteligencia emocional?
Yo creo que gobierno central actual ignora la historia. Y más concretamente, algo aún más cruel: la historia de España, a la que paradójicamente dice defender. Es difícil que puedas defender algo que ignoras. Puedes decir que lo haces. Ignora que la de España es una historia compleja, que no ha tenido nunca esa mitografía que ellos han creado o en la que han crecido, con malas lecturas. La formación de malas lecturas impide reaccionar a las buenas. La leen con descuido, y tratan por todos los medios de evitarla en sus pensamientos y decisiones. Por tanto en una situación así es grave ignorar los sentimientos y emociones y sensaciones de un pueblo como el catalán, que puede leer o interpretar la historia a veces sesgadamente, cosa que está en su derecho de hacer... En todo caso el debate estaría en este punto, en evitar el sesgo. Pero no negarse a todo. Esa negación del diálogo parte de un punto que ignora la historia de España, que ha sido más dialogante de lo que parece, incluso en etapas mucho más duras que la nuestra políticamente hablando. Había más diálogo en los años 50 que ahora. Que se dice pronto.

Por contra, aquí se ha utilizado la efeméride de los 300 años de 1714 como uno de los ejes centrales de la reclamación. ¿Hasta qué punto tiene sentido esta efeméride como arma política?
La fecha es real, las circunstancias de la fecha también. las lecturas sobre la fecha, pues como todas las lecturas, es objeto de debate. Pero el significado de la fecha realmente se ha tergiversado en muchísimas ocasiones. Aquí aparece el problema fundamental: hemos perdido una ocasión de oro para debatir en serio el significado de esa fecha. Historiadores para ello tenemos, tanto aquí como fuera. Hay muchos historiadores en el extranjero interesados en la historia de Catalunya. Pero aquí no se han elegido los adecuados, ni los marcos conceptuales adecuados. No se ha permitido el debate, eso es evidente. Por poner una comparación odiosa para nosotros, el debate que hizo Francia en el segundo centenario de la Revolución Francesa, en 1989, fue espectacular, porque convocó a todas las posturas y ahora conocemos mucho mejor aquella efeméride. Qué pena, ya que teníamos recursos y una tradición historiográfica como la que tiene Barcelona, que hubieran dado un juego extraordinario, hubiera dado calidad internacional. Qué le vamos hacer.

¿Se atrevería a concretar qué hechos del Tricentenari se han manipulado o tergiversado?
El error en historia desencadena inmediatamente la fantasía. Esta es una máxima que viene de Marc Bloch. Cuidado con los errores en historia. Por ejemplo, el error de convertir la guerra de sucesión –que fue una guerra dinástica y fue una guerra internacional entre dos dinastías que querían dominar Europa, la Borbón y la de Habsburgo– en una guerra de clara tonalidad catalana. Se olvida, entre otras cosas,que la gran batalla se produjo en el reino de Valencia, donde se jugaron las cosas. El gran problema que se encontró Barcelona es que no se enteró de los acuerdos internacionales a que habían llegado ingleses y austríacos. Si se hubiesen enterado con todo detalle no hubieran defendido numantinamente la ciudad. Careció de sentido porque no tenían el apoyo angloholandés, y sin ese apoyo que ya no tenían no podían ganar la guerra. Estas cuestiones, que no son meros detalles, se han tergiversado. Del error viene la fantasía. Desde ahí se introduce la idea de que en los siguientes trescientos años Catalunya ha sido casi un campo de concentración provocado por el estado. Eso es un insulto entre otras cosas a la propia Catalunya, especialmente de los últimos 150 años, que forjaron la Renaixença, el Modernisme y la revolución industrial. Es una exageración fantasiosa. Y para finalizar la parte grotesca, porque la cosa va en crescendo, algunos llegan a convertir en catalanes a personajes de la historia mundial. La sonrisa inicial se hiela al comprobar que eso tiene una proyección política. Que no toquen las narices con que Cervantes es un señor catalán porque eso... Cuatro indocumentados cuestionan al cervantismo internacional. Está asentado en todas las grandes universidades del mundo quién fue Cervantes. ¿Cómo nos miran? Mal. Como decir que Santa Teresa de Jesús no era de Ávila sino catalana...

También se están catalanizando Vespuccio, Magallanes...
¡También! Américo Vespucci es un señor que está muy bien estudiado. Toda la historiografía florentina sabe dónde nació y todos los detalles. Por ese camino in crescendo se puede llegar al delirio... Algunos utilizan la novela y mira, bajo la capa de la ficción, si cuela, cuela. Si quieres hacer historia escribe un libro y con notas al pie y a ver si aguanta.

También dice que los momentos en que Catalunya planteó su independencia son otros de los que habitualmente se enarbolan. ¿Cuál fue el más parecido?
Es difícil de decir, pero sí hubo un momento en la Edad Media en que Catalunya se cuestiona su ajuste o adscripción a una corona que no fuera específicamente la suya. Primero hay que remarcar que cuestionó el principio de unión de la corona de Aragón, pero no la unidad de España porque España en la Edad Media no existía. Planteó si la unidad dinástica con el reino de Aragón le era favorable o no, si el triángulo político creado por Jaume I entre el principado de Catalunya y los reinos de Aragón y Valencia, era eficaz o no. Eso se planteó seriamente, pero más seriamente otras cosas, por ejemplo si Barcelona tenía que ser o no una ciudad estado, como Génova, Venecia, Ferrara, Florencia... se lo planteó seriamente y por tanto se planteó seriamente una cierta idea de independencia.

Esa idea de ciudad estado pervive en muchos barceloneses.
Sí. Ahí aparece una cosa que no se ha querido estudiar, Catalunya es un inmenso país soportado por una ciudad extraordinariamente viva. No hay comparaciones posibles con esos países con los que se compara porque no tiene una ciudad como Barcelona.

Usted distingue como máxima expresión de la democracia el hecho de votar del hecho de respetar la ley.
La democracia es un estado de derecho que elige a sus representantes, aunque no elige otras figuras de la construcción del Estado, como los catedráticos, los jueces o los fiscales. En algunos países sí se eligen. En Estados Unidos por ejemplo. Las leyes que tenemos incluyen posibilidades como el referéndum, que para casos excepcionales se puede utilizar. Subvertir ese hecho sosteniendo que es principal uno u otro es como el huevo y la gallina. Se crea una tautología falsa. Primero es falso, cuenta con el silencio absurdo del gobierno central y del estado general. No nos dejan votar, votar en concreto este referendo. Por lo demás claro Que se puede votar. Es una afirmación un poco frívola, pero en ella caen mucho las personas. No se puede refrendar cada decisión.

“Nadie sabe qué opina la mayoría silenciosa”, dice usted.
Se planteaba que la consulta era para esto, pero prepararon una pregunta enrevesada, barroca, que no estaba consensuada con la gente, con lo cual la gente no estaba preparada para responder. Yo soy profesor, y si hago una pregunta que se me puede responder es perverso, es que quiero suspenderle. Lo primero que debía haber hecho la Generalitat era enseñar el contenido de la pregunta y sus consecuencias: a qué llevaba el doble SÍ, en qué situación estamos el día después... Todo eso la gente no lo sabe. Otra cosa es que la gente está desengañada, harta de todo.

Tampoco los medios hemos analizado en profundidad cuáles habrían sido las secuelas de cada cosa.
Totalmente de acuerdo. Ni han expuesto la pluralidad de la cuestión. No es todo tan maniqueo. Yo me siento bastante soberanista pero muy poco independentista, y eso cómo lo gestiono. Tengo muchos amigos partidarios del derecho a decidir que dudan del paso a la independencia. Todo eso, ¿cómo se cuece?

“En una generación, la idea dominante es que Catalunya era una nación diferente a España. Para que triunfara esa idea fue necesario demoler el espíritu crítico y el valor de la historia”.
Eso es una constatación notarial. Se practica una historia de baja densidad, de poca implicación, poco estructurada, salvo excepciones muy notables que no serían más de diez. Se ha desplazado la historia a planos marginales. Se han estudiado microorganismos de la historia, se ha especializado gente y se la ha hecho ascender... Yo qué sé: cómo era un trocito de tierra en el Alt Pallars desconociendo quién era el Duque de Olivares. Es una demolición de la historia.

También se plantea si esa Catalunya independiente, y lo plantea sin condicionales, querrá pertenecer al mundo del talento o al mundo de la mediocridad.
Apunto al indicio que tengo. Soy profesor en Barcelona y me moriré siendo profesor en Barcelona, no tengo intención de moverme. Pero me gustaría que mi universidad o alguna cercana estuviera entre las, digamos, 50 principales. Por qué no. Catalunya tiene todos los argumentos para serlo, especialmente Barcelona, Tiene capital social, intelectual económico, creatividad... Tenemos probablemente los mejores equipos médicos en trasplantes, en oftalmología... De repente cuando todo eso se desplaza a la enseñanza o al sistema universitario resulta que los buenos se van fuera. El otro día Rajoy lo negaba.

En el subtexto se lee que Catalunya será independiente: lo plantea en futuro, sin condicional.
Es que yo creo que Catalunya tarde o temprano será un estado independiente. Otra cosa es cómo estará eso en su realidad con España. Cuando una masa de población tan crecida lo piensa, uno tiene que ser demócrata. La democracia es aceptar lo que indica la mayoría. Hay que plantear qué tipo de mayoría, claro. Pero hay que ser claro con el modelo, no vale decir “el día que seamos independientes seremos de tal manera”. Eso valía al final del franquismo, porque se construyó un estado nuevo. Pero en Catalunya han gobernado todos, no vale decir que mañana serán diferentes, o decir que con más recursos todo será distinto.

¿Cómo explica que el soberanismo haya crecido de este modo siendo una de las regiones más autónomas de Europa?
Catalunya ha crecido dentro del estado de las autonomías y España lo ha hecho sin darse cuenta de lo que estaba haciendo. No ha sido una simple distribución administrativa de roles, eso quizás podría ser en otras zonas. Uno de los problemas es que se han duplicado administraciones. Para qué un ministerio de sanidad se está transferido. Para qué un Senado si no es una cámara de representación territorial. Se hizo un estado federal sin el nombre.

¿La idea de federalismo está acabada?
Hubiera estado muy bien cuando el estado generaba garantía. El problema es que ahora no la genera, y eso es casi contraproducente. El sistema federal funciona cuando hay una garantía detrás, como en Estados Unidos: cuando hay un problema serio está el Tribunal Supremo y lo resuelve, o acude la policía Federal y lo resuelve. Pero en España el estado está completamente desacreditado.

¿Habla de 39 años desperdiciados, pero tanto como desperdiciados, no es más bien que en 39 años se han ido haciendo las cosas cada vez peor...?
Cierto, en la historia nada se desperdicia. Ahora vienen por los arcenes movimientos como Podemos. Hay muchas cosas que recuerdan a 1976: cortes constituyentes, ruptura del candado, empezar desde cero... En los momentos de bonanza económica se debía haber hecho una reforma del estado de aquello que no funcionaba, aquello que estaba corrompido. Como la universidad, que todos sabemos que lo está. Es más fácil hacerlo en tiempos de bonanza. Reparas el barco cuando no hay tormenta. Ahora es más difícil.

Pero “desperdiciar” es en función del destino... Si eres independentista, estos 39 años han sido provechosos...
Claro. Si Catalunya se independizara sería un fracaso para España. Mi libro es una reflexión sobre España y el papel que Catalunya juega en ella. Catalunya reta al concepto de España, incluso con consignas como “España nos roba”. Sería impensable por ejemplo en Francia que cualquier territorio dijera “Francia nos roba”. Es impensable. Aquí una parte importante no siente que pertenezca a España.

Desde luego que hay partes de Catalunya que viven completamente ajenas a España en todos los sentidos.
Es verdad. La independencia, desde el punto de vista emotivo o sentimental, está operativa. Y reconstruir eso es ya imposible. Incluso cuando hablamos de Catalunya y España... Ya constatamos dos realidades. La clave de todo es la derrota conceptual de España. ¿Cómo es posible que el ataque de un grupo soberanista que era marginal hace 10 años esté ahora dónde está? España ha reaccionado muy torpemente, hasta el punto de dejar el discurso dominante a la derecha más carca, esa que aún cree que va a volver Arias Navarro.

Pero el discurso de la izquierda se ha mimetizado con el de la derecha. Cuando lo ha habido, claro.
Es que la izquierda pensaba que el conflicto territorial estaba resuelto.

¿Puede ser árbitro Felipe VI?
Yo aposté por la sucesión. Creo que la función de Juan Carlos I ya había concluido, tenía motivos sobrados para abdicar en el hijo, antes de que la oportunidad fuera nula. El hijo, como suele suceder, como era su obligación, permanecía en silencio. No ha sido muy bien tratado por este gobierno: se le han encomendado misiones que de antemano sabían que eran fracasadas. Jamás un presidente de gobierno inteligente envía a su futuro jefe de estado a defender una causa perdida, como eran las olimpiadas de Madrid, que sabían a todas luces estaban perdidas. Lo sabía y aún así mandan al futuro rey a defenderla. Eso demuestra que al gobierno no le gustaba el cambio de rey. En el propio acto de coronación del rey hay una distancia enorme entre la sutileza del rey en su discurso diciendo ‘yo soy el primer rey elegido por el parlamento, soy Rey porque ustedes me eligen, porque han pactado elegirme’... Es un hombre con muy buena audiencia en el extranjero. habla bien las lenguas con sus interlocutores, tiene pedigrí en el mundo alemán, por ejemplo, porque parte de su familia viene de ahí... Yo creo que puede hacernos mucho bien si naturalmente le permiten ejercer las pocas atribuciones que tiene. Alguien tiene que mediar. Que lo hiciera el jefe del estado sería un acierto para el país. Mucho más que si media alguien foráneo, porque eso sería decir que no nos creemos a nosotros mismos. Cosa que hacemos a menudo.

¿Se atrevería a hacer una predicción a un año o cinco?
2015 depende demasiado de un problema que al historiador se le escapa, que es el calendario electoral, aunque yo mismo estoy cada vez más interesado en buscar una metodología para ello. 2015 está marcado por tres elecciones sucesivas. Y los próximos cinco años estarán muy marcados por este 2015.

Se ha dicho que el decisivo era 2014...
En 2014 hemos practicado la toma de conciencia de que tenemos un problema muy serio. Ha sido un año decisivo. Lo que debemos tener clarísimo es que no podemos salir de Europa. Eso es el desastre.


Leer más: http://www.lavanguardia.com/libros/20150103/54422323644/ruiz-domenec-espana-derrota-conceptual.html#ixzz3NlwlqXke