miércoles, 30 de julio de 2025

El capitalismo nihilista .

                                                                      


Nihilismo /neoliberalismo   /  


Iñaki Urdanibia

 

«El nihilismo, que en términos más actuales se puede nombrar neoliberalismo, es la captura de la vida por el resentimiento hacia todo lo que pueda evocar el deseo de construir una posibilidad nueva sin destruir el legado»

Ambos términos empiezan con ene al igual que la editorial, NED, que acaba de publicar un libro del ensayista y psicoanalista argentino Jorge Alemán (Buenos Aires, 1951): «Ultraderechas: Notas sobre la nueva deriva neoliberal». Cuarenta y seis iluminaciones componen la primera parte de la obra, Ultraderechas, y tres conferencias, Tres intervenciones, que son reunidas en la segunda, Ley, Ateísmo, Inteligencia Artificial.

El ensayista hilvana, con instrumental marxista, lacaniano y freudiano, diferentes niveles que confluyen en su caracterización de nuestro tiempo, caracterizado por el ascenso global de las nuevas derechas radicalizadas. No es solamente, como indicaba en la primera línea, que el nihilismo coincida con el neoliberalismo por la letra inicial, sino que su parentescos es tan estrecho que llegan a conformar un uno en estos tiempos de dominio de los Bolsonaro, Milei, Trump acompañados de los tecnoligarcas de Silicon Valley, no siendo estos últimos más que síntomas de una época en la que el neoliberalismo, carece de cualquier proyecto colectivo creíble; no son fruto solamente de la decadencia del modelo capitalista, que ha subsistido por medio de tanteos y pruebas de diferentes hábitos, sino que es el propio deterioro del sistema el que ha provocado esta situación de nihilismo total. Sobre tres ejes, entreverados, gira su interpretación de la época: la política, el psicoanálisis y la filosofía.

No hace falta ni decirlo, que la visión que ofrece Alemán no se basa en las esfera económica, sino que otorga esencial importancia, y cabida, a los aspectos del deseo, de la subjetividad, de los procesos de subjetivización que llevan a interiorizar en cada sujeto, una serie de valores -por calificarlos de algún modo- hasta el punto de considerarlos suyos, necesarios, suponiendo una incertidumbre en los ciudadanos acerca de la vida que desean llevar, en una carrera en la que el deseo acabe respondiendo, en su desbrujule, a la voz del amo…con la bandera, solapada, de la pulsión de muerte, que castra a los ciudadanos, imbuidos por los canto de sirena del único mundo real y posible, que embiste y trata de anular cualquier visión que contradiga la permanencia del sistema en curso y que proponga propuestas de cambio y emancipación. La ultraderecha es la expresión de este estado en declive, primando en sus postulados el odio (a los migrantes, a las mujeres, a la gente de izquierda…) hacia los no iguales, y alardeando también desde desprecio de la política, que traduce un miedo y un rechazo frontal del Otro, haciendo que con el propósito de anular a éste, al Otro, en sus diferentes expresiones y representaciones (el comunismo, Venezuela, los extranjeros, las vacunas, el populismo, las mujeres de gran personalidad política, el movimiento LGTBI), se someta ella misma en ese camino de destrucción, de sí misma; con el recurso a un darwinismo social apenas disimulado. Se diferencia el fascismo actual del clásico, en la medida en que el segundo cifraba sus objetivos en una recuperación del orden perdido, el posfascismo muestra sin ambages su carácter destructivo y nihilista; la motosierra de Milei, adoptada por otros personajes de diferentes lares, es la descarada exhibición de cortar con todo, llegando en su verborrea, al igual que el rubio superempresario que dirige caóticamente el país de las barras y estrellas, a predicar el vaciamiento del Estado, y embestir, al menos de boquilla, contra éste como si fuera un aparato de dominio absolutamente independiente de los grandes propietarios, etc. Esta verborrea contra todo, les conduce hasta pervertir el término libertario que lo emplean con pudor como expresión de sus posturas y modo de actuación. Funciona una maquinarias que tritura las relaciones de los individuos en el ágora, que queda disuelta en lo que hace al intercambio de ideas y a debate, dándose la circunstancia de hay ciertos dispositivos que funcionan como poderes con capacidad de subvertir los gobiernos, al convertir lo político en procesos judiciales por medio del acusaciones falsas, de mentiras e insultos repetidos una y otra vez, aireadas por los medios de esparcir odio; y los ciudadanos convertidos en sus propios esclavizadores al ofrecer sus datos de consumo, y otros, que servirán para su consiguiente formateo. Establece Alemán distinciones entre goce y el deseo, entre maquiavélico y maquiaveliano, masa y pueblo, deseo y pulsión, revolución clásica y actual y sus relaciones con el reformismo, insultos e insultos, diferentes populismos, explotación y opresión,y otras nociones, etc.

Si el capitalismo en su fase actual nada puede ofrecer como proyecto, esta carencia afecta igualmente a la izquierda a la que lanza un severa crítica, en la medida en que ha centrado sus esfuerzos transformadores y de lucha, en lo social y lo estructural, no tomando en cuenta los aspectos relacionados con el inconsciente del malestar que les invade, siendo en el terreno en que el deseo contacta con el miedo, y el narcisismo con la frustración, en donde echa sus raíces el odio político. En sus propuestas asoma el cruce entre Marx y Foucault Alemán sugiere que una política emancipadora que se precie ha de tomar en cuenta que el sujeto es moldeable y al ser como una esponja aprehende las coplas con las que se le bombardea a través de los diferentes medios, lo que hace que aún sin abandonar las luchas feministas, antirracistas y otras, vuelva a recuperar el concepto de hegemonía, que respete la pluralidad y la diversidad de ideas y propuestas siempre que estén encaminadas a la liberación, a sanear la relación con los otros, creando lazos de amistad y de preocupación por lo común. Señala en este orden de cosas la que el denomina la izquierda difícil que conlleva la emancipación difícil. Sus propuestas van por el camino de reivindicar una  izquierda lacaniana, un psicoanálisis que no persiga la domesticación (para ello ya están las terapias cognitivas, la autoayuda y el coach), convirtiéndose en un dogma, sino que persiga la construcción de un sujeto en todas sus potencialidades, el psicoanálisis como herramienta de la subversión….incidiendo en que «la verdadera lucha no es sólo económica sino libidinal», que se oponga al sometimiento y haga posible la emergencia del deseo, en este escenario – en que las redes se convierten nen pantallas de insultos permanentes- en que el neoliberalismo ha conseguido crear una depresión generalizada

Si lo que he presentado lo realiza el ensayista con una habilidad de ir entrelazando los diferentes flashes, los cuarenta y pico señalados, para componer el mapa de nuestro hoy en la primera parte, en la segunda, se presentan tres conferencias: en la primera, recurriendo a El proceso kafkiano, el autor señala que hoy nos encontramos con una versión más perversa de ese poder y esa ley, al darse una absorción por parte de la maquinaria de los sujetos, convirtiéndoles en responsables de su propia miseria. La segunda, se hurga en la situación creada por el monoteísmo, en la que se daba una visión de la verdad en términos de un fundamento último, lo que garantizaba el orden simbólico, tal garantía hoy, en la era neoliberal, el mercado ha ocupado el lugar con el horizonte de una acumulación permanente y en la promesa de satisfacción total. La irrupción de la Inteligencia Artificial, es el objeto de la tercera conferencia, incidiendo en que si el capitalismo ha encontrado en la digitalización una nueva frontera de explotación, con la IA, la automatización del deseo se vuelve posible. Echando mano de la crítica de la técnica de Martin Heidegger.

Y Jorge Alemán señala el propósito de su libro, advirtiendo que «no es solo un análisis, sino una advertencia. La ultraderecha es un síntoma del fracaso de las democracias neoliberales y de la incapacidad de construir un horizonte alternativo. Pero no basta con denunciarlo: es necesario pensar cómo salir de este tiempo, cómo sostener un deseo que no quede capturado por la lógica del goce mortífero»

 

https://kaosenlared.net/nihilismo-neoliberalismo/



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