Lucrarse con el genocidio
Chris Hedges
El genocidio requiere de una vasta red y miles de millones
de dólares para sostenerse. El régimen sionista no podría llevar a cabo su
matanza masiva de palestinos sin este ecosistema
La guerra es un negocio. El genocidio también. El último
informe presentado por Francesca Albanese, Relatora Especial sobre los
Territorios Palestinos Ocupados, enumera 48 empresas e instituciones, entre las
que se encuentran Palantir Technologies Inc., Lockheed Martin, Alphabet Inc.,
Amazon, International Business Machine Corporation (IBM), Caterpillar Inc.,
Microsoft Corporation, CAF, Sidenor y el Instituto Tecnológico de Massachusetts
(MIT), junto con bancos y empresas financieras como Blackrock, aseguradoras,
empresas inmobiliarias y organizaciones benéficas, que, en violación del
derecho internacional, están obteniendo miles de millones de dólares gracias a
la ocupación y el genocidio de los palestinos.
El informe, que incluye una base de datos de más de 1.000
entidades corporativas que colaboran con Israel, exige a estas empresas e
instituciones que rompan sus vínculos con el régimen de Netanyahu o que rindan
cuentas por su complicidad en crímenes de guerra. Describe la «ocupación
eterna» de Israel como «el campo de pruebas ideal para los fabricantes de armas
y las grandes empresas tecnológicas, ya que proporciona una oferta y una
demanda significativas, poca supervisión y cero responsabilidad, mientras que
los inversores y las instituciones públicas y privadas se benefician
libremente».
Los juicios a los industriales tras el Holocausto y la
Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sudáfrica sentaron las bases
legales para reconocer la responsabilidad penal de las instituciones y empresas
que participan en crímenes internacionales. Este nuevo informe deja claro que
las decisiones de la Corte Internacional de Justicia obligan a las entidades a
«no participar y/o retirarse total e incondicionalmente de cualquier acuerdo
relacionado, y a garantizar que cualquier compromiso con los palestinos permita
su autodeterminación».
«El genocidio en Gaza no ha cesado porque es lucrativo,
porque es rentable para demasiadas personas», me dijo Albanese. «Es un negocio.
Hay entidades corporativas, incluso de Estados amigos de Palestina, que durante
décadas han hecho negocios y obtenido beneficios de la economía de la
ocupación. Israel siempre ha explotado la tierra, los recursos y la vida de los
palestinos. Los beneficios han continuado e incluso aumentado a medida que la
economía de la ocupación se ha transformado en una economía de genocidio».
Además, dijo, los palestinos han proporcionado «campos de
entrenamiento ilimitados para probar tecnologías, armas y técnicas de
vigilancia que ahora se utilizan contra personas de todo el mundo, desde el Sur
Global hasta el Norte Global».
El informe critica duramente a las empresas por
«proporcionar a Israel las armas y la maquinaria necesarias para destruir
hogares, escuelas, hospitales, lugares de ocio y culto, medios de vida y
activos productivos, como olivares y huertos».
El territorio palestino, señala el informe, es un «mercado
cautivo» debido a las restricciones impuestas por Israel al comercio y la
inversión, la plantación de árboles, la pesca y el agua para las colonias. Las
empresas se han beneficiado de este «mercado cautivo» al «explotar la mano de
obra y los recursos palestinos, degradar y desviar los recursos naturales,
construir y abastecer de energía a las colonias y vender y comercializar los
bienes y servicios derivados en Israel, el territorio palestino ocupado y en
todo el mundo».
«Israel se beneficia de esta explotación, mientras que a la
economía palestina le cuesta al menos el 35 % de su PIB», señala el informe.
Los bancos, las empresas de gestión de activos, los fondos
de pensiones y las aseguradoras han «canalizado financiación hacia la ocupación
ilegal», denuncia el informe. Además, «las universidades, centros de
crecimiento intelectual y poder, han sostenido la ideología política que
sustenta la colonización de los territorios palestinos, han desarrollado
armamento y han pasado por alto o incluso respaldado la violencia sistémica,
mientras que las colaboraciones de investigación a nivel mundial han ocultado
la desaparición de Palestina tras un velo de neutralidad académica».
Las tecnologías de vigilancia y encarcelamiento «han
evolucionado hasta convertirse en herramientas para atacar indiscriminadamente
a la población palestina», señala el informe. «La maquinaria pesada que antes
se utilizaba para demoler casas, destruir infraestructuras y confiscar recursos
en Cisjordania se ha reutilizado para arrasar el paisaje urbano de Gaza,
impidiendo que las poblaciones desplazadas regresen y se reconstituyan como
comunidad».
El asalto militar contra los palestinos también ha
«proporcionado un campo de pruebas para capacidades militares de vanguardia:
plataformas de defensa aérea, drones, herramientas de localización de objetivos
impulsadas por inteligencia artificial e incluso el programa F-35 liderado por
los Estados Unidos de América. Estas tecnologías se comercializan luego como
'probadas en combate'».
Desde 2020, Israel es el octavo mayor exportador de armas
del mundo. Sus dos mayores empresas armamentísticas son Elbit Systems Ltd y la
empresa estatal Israel Aerospace Industries Ltd (IAI). Cuenta con una serie de
asociaciones internacionales con empresas armamentísticas extranjeras, entre
ellas «la del avión de combate F-35, liderada por la empresa estadounidense
Lockheed Martin».
«Los componentes y piezas fabricados a nivel mundial
contribuyen a la flota israelí de F-35, que Israel personaliza y mantiene en
colaboración con Lockheed Martin y empresas nacionales». Según el informe,
desde octubre de 2023, los aviones F-35 y F-16 han sido «fundamentales para dotar
a Israel de un poder aéreo sin precedentes para lanzar unas 85.000 toneladas de
bombas, en su mayoría no guiadas, con las que han matado y herido a más de
179.411 palestinos y arrasado Gaza».
«Los drones, hexacópteros y cuadricópteros también han sido
máquinas de matar omnipresentes en los cielos de Gaza», se lee en el informe.
«Los drones, desarrollados y suministrados en gran medida por Elbit Systems e
Israel Aerospace Industries, llevan mucho tiempo volando junto a los aviones de
combate, vigilando a los palestinos y proporcionando información sobre los
objetivos. En las últimas dos décadas, con el apoyo de estas empresas y la
colaboración de instituciones como el Instituto Tecnológico de Massachusetts,
los drones utilizados por Israel han adquirido sistemas de armas automatizados
y la capacidad de volar en formación de enjambre».
Las empresas japonesas FANUC venden productos de
automatización y «suministran maquinaria robótica para líneas de producción de
armas, entre otras a IAI, Elbit Systems y Lockheed Martin».
«Empresas navieras como la danesa A.P. Moller-Maersk A/S
transportan componentes, piezas, armas y materias primas, lo que mantiene un
flujo constante de equipo militar suministrado por Estados Unidos desde octubre
de 2023».
Hubo un «aumento del 65% en el gasto militar israelí entre
2023 y 2024, que ascendió a 46.500 millones de dólares, uno de los más altos
per cápita del mundo». Esto «generó un fuerte aumento de sus beneficios anuales»,
mientras que «las empresas armamentísticas extranjeras, especialmente los
fabricantes de municiones y artillería, también se beneficiaron».
Al mismo tiempo, las empresas tecnológicas se han
beneficiado del genocidio «al proporcionar infraestructura de doble uso para
integrar la recopilación y vigilancia masiva de datos, al tiempo que se
benefician del singular campo de pruebas para la tecnología militar que ofrece
el territorio palestino ocupado». Mejoran «los servicios carcelarios y de
vigilancia, desde redes de televisión en circuito cerrado (CCTV), vigilancia
biométrica, redes de puestos de control con tecnología avanzada, 'muros
inteligentes´y vigilancia con drones, hasta la computación en la nube, la
inteligencia artificial y el análisis de datos que dan apoyo al personal
militar sobre el terreno».
«Las empresas tecnológicas israelíes suelen surgir de la
infraestructura y la estrategia militar», se lee en el informe, «como lo hizo
el Grupo NSO, fundado por exmiembros de la Unidad 8200. Su software espía
Pegasus, diseñado para la vigilancia encubierta de teléfonos inteligentes, se
ha utilizado contra activistas palestinos y se ha utilizado a nivel mundial
para atacar a líderes, periodistas y defensores de los derechos humanos.
Exportada en virtud de la Ley de Control de Exportaciones de Defensa, la
tecnología de vigilancia del Grupo NSO permite la 'diplomacia del software
espía' al tiempo que refuerza la impunidad del Estado».
IBM, cuya tecnología facilitó a la Alemania nazi la
generación y tabulación de tarjetas perforadas para los datos del censo
nacional, la logística militar, las estadísticas de los guetos, la gestión del
tráfico ferroviario y la capacidad de los campos de concentración, vuelve a ser
cómplice del genocidio actual.
Opera en Israel desde 1972. Imparte formación a las agencias
militares y de inteligencia israelíes, especialmente a la Unidad 8200,
responsable de operaciones clandestinas, la recopilación de inteligencia de
señales y el descifrado de códigos, junto con la contrainteligencia, la guerra
cibernética, la inteligencia militar y la vigilancia.
«Desde 2019, IBM Israel ha gestionado y actualizado la base
de datos central de la Autoridad de Población e Inmigración, lo que ha
permitido la recopilación, el almacenamiento y el uso gubernamental de datos
biométricos sobre los palestinos, y ha respaldado el régimen discriminatorio de
permisos de Israel», señala el informe.
Microsoft, presente en Israel desde 1989, está «integrada en
los servicios penitenciarios, la policía, las universidades y las escuelas,
incluidas las colonias. Microsoft lleva desde 2003 integrando sus sistemas y
tecnología civil en el ejército israelí, al tiempo que adquiere empresas
emergentes israelíes de ciberseguridad y vigilancia».
«A medida que los sistemas de apartheid, militares y de
control de la población de Israel generan volúmenes cada vez mayores de datos,
ha aumentado su dependencia del almacenamiento y la computación en la nube», se
lee en el informe. «En 2021, Israel adjudicó a Alphabet Inc. (Google) y
Amazon.com, Inc. un contrato de 1.200 millones de dólares (Proyecto Nimbus),
financiado en gran parte con fondos del Ministerio de Defensa, para
proporcionar infraestructura tecnológica básica».
Microsoft, Alphabet Inc. y Amazon «conceden acceso a
prácticamente toda la administración pública israelí a sus tecnologías de nube
e inteligencia artificial, mejorando el procesamiento de datos, la toma de
decisiones y las capacidades de vigilancia y análisis».
El ejército israelí, señala el informe, «ha desarrollado
sistemas de inteligencia artificial como 'Lavender', 'Gospel' y 'Where's
Daddy?' para procesar datos y generar listas de objetivos, remodelando la
guerra moderna e ilustrando la naturaleza de doble uso de la inteligencia
artificial».
Según el informe, hay «motivos razonables» para creer que
Palantir Technology Inc., que mantiene una larga relación con Israel, «ha
proporcionado tecnología policial predictiva automática, infraestructura de
defensa básica para la construcción y el despliegue rápido y a gran escala de
software militar, y su plataforma de inteligencia artificial permite la
integración de datos del campo de batalla en tiempo real para la toma de
decisiones automatizada».
El director ejecutivo de Palantir respondió en abril de 2025
a las acusaciones de que Palantir mata palestinos en Gaza diciendo: «En su
mayoría son terroristas, eso es así».
«Las tecnologías civiles han servido durante mucho tiempo
como herramientas de doble uso para la ocupación colonial», se lee en el
informe. «Las operaciones militares israelíes dependen en gran medida de
equipos de los principales fabricantes mundiales para 'desalojar' a los
palestinos de sus tierras, demoler viviendas, edificios públicos, tierras de
cultivo, carreteras y otras infraestructuras vitales. Desde octubre de 2023,
esta maquinaria ha sido fundamental para dañar y destruir el 70% de las
estructuras y el 81% de las tierras de cultivo en Gaza».
Caterpillar Inc. lleva décadas proporcionando al ejército
israelí equipos utilizados para demoler hogares, mezquitas y hospitales
palestinos, así como para «enterrar vivos a palestinos heridos», y ha matado a
activistas como Rachel Corrie.
«Israel ha convertido la excavadora D9 de Caterpillar en un
arma básica automatizada y controlada a distancia del ejército israelí,
desplegada en casi todas las actividades militares desde el 2.000, despejando
líneas de incursión, 'neutralizando' el territorio y matando palestinos», se
lee en el informe. Este año, Caterpillar «consiguió otro contrato
multimillonario con Israel».
«La empresa coreana HD Hyundai y su filial parcialmente
propiedad de Doosan, junto con el grupo sueco Volvo y otros importantes
fabricantes de maquinaria pesada, llevan mucho tiempo vinculados a la
destrucción de propiedades palestinas, ya que cada uno de ellos suministra
equipos a través de distribuidores israelíes con licencia exclusiva», se lee en
el informe.
«Las empresas han contribuido a la destrucción de la vida
palestina en los territorios palestinos ocupados, pero también han ayudado a
construir lo que la sustituye: colonias y su infraestructura, extrayendo y
comercializando materiales, energía y productos agrícolas, y atrayendo
visitantes a las colonias como si se tratara de un destino vacacional normal».
«Se han construido más de 371 colonias y asentamientos
ilegales, que han sido abastecidos y comercializados por empresas que facilitan
la sustitución por parte de Israel de la población indígena en los territorios
palestinos ocupados», concluye el informe.
Estos proyectos de construcción han utilizado excavadoras y
maquinaria pesada de Caterpillar, HD Hyundai y Volvo. Hanson Israel, una filial
de la alemana Heidelberg Materials AG, «ha contribuido al saqueo de millones de
toneladas de roca dolomítica de la cantera de Nahal Raba, en terrenos
confiscados a pueblos palestinos de Cisjordania». La dolomita extraída se
utiliza para construir colonias judías en Cisjordania.
Empresas extranjeras han «contribuido también al desarrollo
de carreteras e infraestructuras de transporte público fundamentales para
establecer y ampliar las colonias y conectarlas con Israel, al tiempo que
excluyen y segregan a los palestinos».
Empresas inmobiliarias internacionales venden propiedades en
asentamientos coloniales a compradores israelíes e internacionales. Entre estas
empresas inmobiliarias se encuentra Keller Williams Realty LLC, que «ha tenido
sucursales en los asentamientos» a través de su franquiciado israelí KW Israel.
El año pasado, a través de otro franquiciado llamado Home in Israel, Keller
Williams «organizó una gira inmobiliaria en Canadá y Estados Unidos,
patrocinada conjuntamente con varias empresas que desarrollan y comercializan
miles de apartamentos en los asentamientos».
Plataformas de alquiler, como Booking.com y Airbnb, incluyen
en sus listados propiedades y habitaciones de hotel en colonias judías ilegales
en Cisjordania.
La empresa china Bright Dairy & Food es propietaria
mayoritaria de Tnuva, el mayor conglomerado alimentario de Israel, que utiliza
tierras confiscadas a los palestinos en Cisjordania.
En el sector energético, «Chevron Corporation, en consorcio
con la israelí NewMedEnergy (una filial del Grupo Delek, que figura en la base
de datos de la OACDH), extrae gas natural de los yacimientos de Leviathan y
Tamar; en 2023 pagó al Gobierno de Israel 453 millones de dólares en concepto
de regalías e impuestos. El consorcio de Chevron suministra más del 70% del
consumo energético de Israel. Chevron también se beneficia de su participación
en el gasoducto del Mediterráneo Oriental, que atraviesa el territorio marítimo
palestino, y de las ventas de gas a Egipto y Jordania».
BP y Chevron son también «los mayores contribuyentes a las
importaciones israelíes de petróleo crudo, como principales propietarios del
estratégico oleoducto Azeri Baku-Tbilisi-Ceyhan y del Consorcio del Oleoducto
del Caspio de Kazajistán, respectivamente, y de sus yacimientos petrolíferos
asociados. Cada conglomerado suministró efectivamente el 8% del crudo israelí
entre octubre de 2023 y julio de 2024, complementado con envíos de crudo
procedentes de los yacimientos petrolíferos brasileños, en los que Petrobras
tiene la mayor participación, y combustible para aviones militares. El petróleo
de estas empresas abastece a dos refinerías en Israel».
«Al suministrar carbón, gas, petróleo y combustible a
Israel, las empresas están contribuyendo a las infraestructuras civiles que Israel
utiliza para afianzar la anexión permanente y que ahora utiliza como arma para
destruir la vida de los palestinos en Gaza», se lee en el informe. «Las mismas
infraestructuras a las que estas empresas suministran recursos han prestado
servicio al ejército israelí y a su destrucción de Gaza, impulsada por un uso
intensivo de energía y tecnología».
Los bancos y las empresas financieras internacionales
también han sostenido el genocidio mediante la compra de bonos del Tesoro
israelíes.
«Como principal fuente de financiación del presupuesto del
Estado israelí, los bonos del Tesoro han desempeñado un papel fundamental en la
financiación del actual asalto a Gaza», se lee en el informe. «Entre 2022 y
2024, el presupuesto militar israelí pasó del 4,2% al 8,3% del PIB, lo que
provocó un déficit del 6,8% en el presupuesto público. Israel financió este
presupuesto cada vez mayor aumentando la emisión de bonos, incluidos 8.000
millones de dólares en marzo de 2024 y 5.000 millones de dólares en febrero de
2025, junto con emisiones en su mercado nacional del nuevo shekel».
El informe señala que algunos de los bancos más grandes del
mundo, entre ellos BNP Paribas y Barclays, «intervinieron para reforzar la
confianza del mercado suscribiendo estos bonos del Tesoro internacionales y
nacionales, lo que permitió a Israel contener la prima de interés, a pesar de
la rebaja de la calificación crediticia». Las empresas de gestión de activos
-entre ellas Blackrock (68 millones de dólares), Vanguard (546 millones de
dólares) y la filial de gestión de activos de Allianz, PIMCO (960 millones de
dólares)- se encontraban entre los al menos 400 inversores de 36 países que los
compraron».
Las organizaciones benéficas religiosas «también se han
convertido en facilitadores financieros clave de proyectos ilegales, incluidos
los del territorio palestino ocupado, y a menudo reciben deducciones fiscales
en el extranjero a pesar de los estrictos marcos normativos que regulan dichas
organizaciones», se lee en el informe.
«El Fondo Nacional Judío (KKL-JNF) y sus más de 20 filiales
financian la expansión de los asentamientos y proyectos vinculados al
ejército», se lee en el informe. «Desde octubre de 2023, plataformas como
Israel Gives han permitido la financiación colectiva deducible de impuestos en
32 países para unidades militares y colonos israelíes. La organización
estadounidense Christian Friends of Israeli Communities, Dutch Christians for
Israel y sus filiales globales enviaron más de 12,25 millones de dólares en
2023 a diversos proyectos que apoyan a las colonias, incluidos algunos que
entrenan a colonos extremistas».
El informe critica a las universidades que se asocian con
universidades e instituciones israelíes. Señala que los laboratorios del MIT
«llevan a cabo investigaciones sobre armas y vigilancia financiadas por el
Ministerio de Defensa israelí». Estos proyectos incluyen «el control de
enjambres de drones -una característica distintiva del ataque israelí a Gaza
desde octubre de 2023-, algoritmos de persecución y vigilancia submarina».
El genocidio requiere de una vasta red y miles de millones
de dólares para sostenerse. El régimen sionista no podría llevar a cabo su
matanza masiva de palestinos sin este ecosistema. Estas entidades, que se
benefician de la violencia a escala industrial contra los palestinos y del
desplazamiento masivo, son tan culpables de genocidio como las unidades
militares israelíes que están diezmando a la población de Gaza. También son
criminales de guerra. También deben rendir cuentas.
The Chris Hedges Report
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Texto completo en: https://www.lahaine.org/mundo.php/lucrarse-con-el-genocidio
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