viernes, 2 de abril de 2021

Cataluña crónica de un fracaso anunciado .

 ERC o la incomprensible decisión de votar Borràs como presidenta del Parlamento


Marcel Vidal .

La vía amplia que ERC defendió durante la campaña electoral de las elecciones catalanas se estrechar definitivamente después de que los republicanos votaran Laura Borràs como presidenta del Parlamento. Se le hará difícil la formación de Junqueras seguir abanderando que combate la corrupción y que está "al lado de la gente" cuando la elección de la presidenta de la cámara catalana representa todo lo contrario: la presunta gestión irregular al frente la Institución de las Letras Catalanas y el desprecio a la mitad de la ciudadanía de Cataluña. Y lo peor: la convicción de que puede utilizar el Parlamento como escudo por sus asuntos judiciales.

En su primer discurso como presidenta, Borràs no citó a su antecesor en el cargo y conjurarse para "recuperar la dignidad de la cámara". Pocos minutos más tarde, Marta Vilalta (ERC), aseguraba, como si la elección de Borràs no fuera cosa suya, que la reciente elegida presidenta había quedado "en evidencia" y que la "dignidad no" había "ido nunca".

Las declaraciones de Vilalta muestran, en cierto modo, la actitud de los últimos años de los republicanos: votar a los candidatos de JxCat (y avalar sus políticas y actitudes) y, al mismo tiempo, criticarlos haciendo ver que no tienen nada ver. El rumbo de Cataluña de los últimos años habría sido muy diferente si ERC, sin abandonar sus objetivos políticos, se hubiera plantado en determinadas ocasiones. La investidura de Quim Torra es quizás uno de los ejemplos más claros. Se hace difícil de explicar, por muy independentista que uno pueda ser, que una formación de izquierdas vote un diputado como el ex como primera autoridad de Cataluña.

El ascenso al poder de una figura como Quim Torra muestra que los movimientos populistas y autoritarios no llegan sólo a las instituciones de gobierno. Necesitan el apoyo de otros actores políticos, sociales y mediáticos para acceder. Algo similar sucede en la Comunidad de Madrid: sin el apoyo de Vox y Ciudadanos (parece que se han dado cuenta con quienes han gobernado hasta ahora), Isabel Díaz Ayuso no habría llegado nunca a la presidencia de la región.  

En el caso del Parlamento, pero, ERC prefirió evitar que los socialistas lograran la presidencia por encima de cualquier otra consideración. Tanto era que la diputada propuesta por JxCat estuviera salpicada por un presunto caso de corrupción. La cuestión importante para los republicanos era votar la candidata que quisieran los post convergentes para que estos, a cambio, terminen facilitando su acceso a la presidencia de la Generalitat. Todo lo demás eran elementos sin importancia. Pero sí, había y aún hay una cuestión no menor: JxCat aún no ha dicho que votará favorablemente a la investidura de Pere Aragonés como presidente. En otras palabras, si ERC y JxCat no llegan a un pacto de gobierno y hubiera que repetir las elecciones,

En cualquier caso, aunque los partidos de Puigdemont y de Junqueras terminen acordando un ejecutivo, este será la continuidad de los dos últimos: una lucha constante y permanente por la hegemonía del espacio independentista.

Sin embargo, lo peor de todo es que no será un gobierno progresista que priorice la agenda social y la recuperación económica. El objetivo utópico de ERC de sumar los comunes en una fórmula de gobierno donde también fueran JxCat y la CUP era, simplemente, un buen titular para hacer ver que el Ejecutivo sería de izquierdas y para tapar que este será continuista y mal venidos entre sus miembros, y que responderá a los intereses de la clase política que ha gobernado durante casi toda la etapa democrática en Cataluña.

 Fuente .

https://www.eixdiari.cat/opinio/doc/94821/erc-o-la-incomprensible-decisio-de-votar-borras-com-a-presidenta-del-parlament.html#.YFygVDvZfUc.whatsapp


 Y ver  un fracaso anunciado

 https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/democracia-medida_129_7351019.html

 Nota del blog   . Que en la mesa del Parlament  el  51%  acapare el 70%   no indica nada muy democrático sino bien  lo contrario .

Teniendo en cuenta el número de votos, del total emitidos, resulta lo siguiente: Pacto de izquierdas (PSC, ERC, ECP): 74 escaños, 51,19% de votos y 417.769 votos perdidos. Pacto independentista (ERC, JxCat, CUP): 74 escaños, 48,05% de votos y 718.644 votos pérdidos.

Es obvio que, a igualdad de escaños, el pacto de izquierdas tiene más legitimidad democrática: supera en más del 3% en votos al pacto independentista, e incorpora a la formación ganadora de las elecciones, el PSC. Des del punto de vista tendencial, pierde 300.000 votos menos que la segunda opción y ofrece más oportunidades para resultar exitosa y estable por estar en sintonía con el pacto que existe en el gobierno de España. La otra, en cambio, insiste en repetir lo que ya fue un fracaso y es difícil obtener estabilidad entre socios antisistema alejados ideológicamente, cuyo nexo es la independencia, pero con visiones encontradas de cómo llevarla a término y con un modelo de futuro sin concretar.

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