Dani Mateo, again
“¡Cómicos! Duermen vestidos/viven desnudos/beben la vida a tragos./Son
adorados/son calumniados/como dioses de barro”
Victor Manuel San José
Dani Mateo, otra vez, sí. Las batallas son duras y largas y
no todas las mata el general invierno. Son batallas necesarias. Batallas que
sólo libran los valientes y Dani lo es. Quizá un poco por inconsciencia, como
casi todos, pero es que nadie dijo que el coraje fuera cosa de seres perfectos.
En el último año hemos coincidido ambos aquí y allá para clamar contra la
ofensiva evidente y organizada contra la libertad de expresión de unos, siempre
los mismos, por parte de otros, también bien identificados. Durante los últimos
años se produjo una tormenta perfecta represora que engarzaba a una policía que
salía en búsqueda prospectiva -operaciones Araña-, una Fiscalía dirigida de
forma tenaz contra determinados sectores y unos tribunales politizados
-Audiencia Nacional y Tribunal Supremo- que cerraban el círculo. Dani Mateo fue
atrapado por la borrasca con su broma sobre el Valle de los Caídos y, después
de un periplo judicial, todo terminó en nada.
Cambiadas las tornas, los jefes de las policías, los jefes
de los fiscales y los tribunales, todavía queda la posibilidad de que te
imputen (te investiguen, según la reforma de neolenguaje del PP) por un chiste.
Sí, por un puto chiste. Un sarcasmo de dimensiones planetarias, porque si de
algo se reía Dani, otra vez, en ese sketch era de los que consideran que la
bandera es el valor a defender y no el símbolo de los valores. Un error que
amenaza con convertirse en radicalmente divisor.
Sinarse la napia con el trapo haciendo una coña. He ahí el
problema. Lo cierto es que una asociación policial que no tiene claras
referencias políticas en la progresía precisamente ha encontrado quien le
compre el material averiado. Y Dani está otra vez jodido, es decir, imputado. Un juez de Madrid con historia, Adolfo
Carretero, le ha llamado a declarar en calidad de investigado, aunque debería
saber que no hay delito en su conducta. No encaja en el tipo, un tipo que
además no debería existir. Leo a magistrados varios en las redes sociales
recomendarle que no se queje ya que no habrá condena “sería disparatada, por
ahora lo que hay es incomodidad para alguien que optó por colocarse en ese
ámbito porque lo consideró oportuno a sus intereses y a los de su cadena”. Sí,
ese disparate disparatado lo dice una magistrada. Afirma sin pudor que no habrá
condena, pero le resulta adecuado que un juez de instrucción incomode a un
cómico que hizo un chiste por arriesgarse en un terreno resbaladizo. Lo
justifica porque le iba bien a él y a La Sexta para ganar audiencia. Bien les
está a ambos, parece predicar. Así son las cosas. El poder omnímodo del juez
instructor, un poder irresponsable la mayor parte de las veces y que no hay que
dejar de denunciar, sobre todo cuando sus propios compañeros están de acuerdo
en que se ha abierto una causa que no prosperará.
No es la primera vez que Adolfo Carretero hace una de estas.
También mantuvo imputada a la periodista que difundió el video sobre el
espionaje a Ignacio González y sus bolsas en Cartagena de Indias para al final
tener que sobreseer por orden de la Audiencia Provincial. No contaba nada que
su hermano Agustín fuera director general de Justicia de la CAM, nombrado
precisamente por Nacho González. Lo de la periodista de la SER era atípico, pero
no se libró ni del mal trago ni de pagar abogados. Supongo que le estaría bien
empleado por incordiar, como parece que ahora le pasa a Mateo. El poder
omnímodo del juez de instrucción. ¿Qué pasa si te imputa y te hace pasar las de
Caín y luego resulta que, desde el principio, era obvio que los hechos no se
ajustaban al tipo penal? Pues nada. Sale gratis. Así que no desestime Dani
Mateo que le hagan pasar un mal rato, y a la libertad de expresión con él,
durante una temporada. Lo cierto es que el juez sabe o debería saber que
Estrasburgo ya nos dio un palo por pretender que quemar banderas fuera delito
¡cuanto menos dejarles unos moquitos!
No sé si se contempla en esta locura represiva del acto
liberador y catárquico que es el humor, que no hay nada que contribuya más a
esa desafección por los símbolos que muchos españoles tienen y que nos aleja
cada vez más a unos de otros. No sé si salvarán sus trapos y sus notas
musicales, pero puede que pierdan en el camino la posibilidad de unión de los
ciudadanos que dicen que representan. Algo que los talibanes se deberían
preguntar. No lo harán, claro, porque no es eso lo que les interesa. Lo de la
unión es pura literatura. Lo de la uniformidad es puro objetivo.
Quizá el problema
inicial parta también de esa sacralización de los símbolos nacionales que
responde a la experiencia pasada con el terrorismo de ETA y con todo lo
derivado de él. Desde entonces se justifica bien esgrimirlos como garrotes. No
es buena idea. Terminará por serlo peor. El hecho de incluir como delictivas
“las ofensas y ultrajes” a España, a sus comunidades autónomas y a sus símbolos
es de hecho un absurdo. En primer lugar, porque ambas palabras, ofender y
ultrajar, sólo se refieren en puridad del lenguaje a personas y no a cosas u
conceptos. El mero hecho de referirlas a símbolos es de por sí una toma de
posición restrictiva o un tomar la parte por el todo que está en el origen de
mucha de las diatribas que ahora nos ocupan. Dejaré aparte el hecho de que una
organización sindical cuyo objetivo es defender las mejoras profesionales de
policías se convierta en la guardiana de las esencias patrias. Todo forma parte
del mismo mejunje sectario que consiste en asimilar una y otra vez la bandera
con unas esencias, con unas ideas, con una política. Ese mismo que hace que se
insulte, se menosprecie, incluso se amenace envuelto en unos colores que se
pretenden de todos.
Son batallas simbólicas que esconden fallas profundas. Están
secuestrando un símbolo que tenemos todo el derecho incluso a no usar. Eso no les
concede el poder para darnos con él en la cabeza. Contra el vicio de imponer,
la virtud de resistir. Eso es lo que ha hecho Dani Mateo, otra vez. Y no lo ha
hecho sólo por él
Nota .- La razón de titular "las esencias patrias" , está citado en el texto , pero además es este excelente libro , sobre la construcción del nacionalismo español..y de su identidad aplicado a la historia antigua española en este caso .Lo que hizo Dani fue
una sátira donde muchos se vieron reflejados,
no es el que se limpie con la bandera,
solo es el espejo, no solo de los políticos, sino en aquel momento de algún juez. El lee un prospecto farmacéutico sobre un antigripal y estornuda... y se limpia con la bandera y se suena la nariz al final , Es una sátira de los que se
envuelven en la bandera , por eso lo tomaron
como una provocación y se picaron . Fue como si comieran un ajo crudo . Además van buscando odio a la bandera por todas partes .Como lo del metro que golpearon a uno no se sabe quien , pero la culpa se la llevo los indepes sin saber quien fue y dijeron porque llevaba una bandera y la camiseta nazi la taparon al dar la noticia .
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