lunes, 21 de diciembre de 2015

20-D ..El puzzle y los fantasmas.

Gana la España plural.


El descalabro del PP deja a Rajoy a merced de una incierta abstención del PSOE.

 Posibles opciones: pacto PP-PSOE, o difícil alianza de las izquierdas con apoyo del PNV..

 El Gobierno está en el aire, España se italianiza, vascos y catalanes con fuerza de bloqueo


ENRIC JULIANA, Madrid   21/12/2015  

 La Vanguardia .


Las elecciones generales en las que la sociedad española debía evaluar la gestión de la crisis económica y la terrible erosión del viejo sistema de partidos se saldan con un fuerte descalabro del partido gubernamental, que pierde más de sesenta diputados y ve seriamente reducido el margen de maniobra para la investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. El rostro triste de Pedro Passos Coelho, primer ministro portugués recientemente destronado, se apareció anoche en la planta 7 de la calle Génova de Madrid.

Con los números en la mano –a la espera del voto en el extranjero y del escrutinio definitivo–, el candidato del Partido Popular tiene ante sí una infranqueable muralla de 178 votos negativos (las izquierdas y los soberanistas catalanes). Mariano Rajoy Brey sólo podría ser investido presidente con la abstención del Partido Socialista Obrero Español, en el marco de una política de “gran coalición”, que seguramente obtendría la bendición de Bruselas y Berlín, y otros centros de poder. En estos momentos, el Gobierno de España está en el aire.

No hay una mayoría clara y serán necesarias muchas horas de negociación para que aflore una solución estable, si es que esta es posible en los próximos dos meses. España se italianiza. Italia, sin italianos. (Aforismo cuyos derechos de autor pertenecen al expresidente socialista Felipe González, al que pronto veremos trabajando en pos de la gran coa-lición.) Los dos partidos tradicio-nalmente hegemónicos superan por muy poco la mitad de los votos emitidos, evidenciando un tremendo desgaste sistémico. El PP pierde 63 diputados. El Partido Socialista Obrero Español, primera fuerza de la oposición en la legislatura socialmente más dura de los últimos cuarenta años, pierde 20 escaños. Dos nuevos partidos de fuerte sesgo generacional, Podemos y Ciudadanos, irrumpen en el Parlamento con 109 diputados, con ventaja para los partisanos de Pablo Iglesias, triunfadores morales del 20-D.


El zarandeo es espectacular y especialmente intenso en las grandes ciudades. Estamos ante un cambio estructural de complejo, incierto y tortuoso recorrido. Aflora políticamente el malhumor y la indignación de amplios sectores de la sociedad española. Y gana la España plural. Gana en términos estratégicos, sea cual sea el resultado de las negociaciones para la investidura, España no puede seguir siendo gobernada contra las periferias. Esta es una de las grandes verdades del 20 de diciembre del 2015.

De acuerdo con los parámetros convencionales –demasiado convencionales en esta ocasión–, las derechas y las izquierdas salen de las urnas prácticamente empatadas. El hipotético bloque de centroderecha (PP y Ciudadanos) sumaría 163 diputados. El hipotético bloque de izquierdas, a la portuguesa manera (PSOE, Podemos e Izquierda Unida) su-maría 161 diputados. Desde esta perspectiva, la investidura del presidente del Gobierno podría quedar en manos del Partido Nacionalista Vasco, que con seis diputados estaría en condiciones de inclinar la balanza en favor del socialista Pedro Sánchez, si este también obtuviese el concurso de Podemos e Izquierda Unida.

Recordemos que Ciudadanos ha acudido a las elecciones generales con la propuesta de proceder a una gradual extinción del concierto foral vasco y del convenio navarro. La paradoja es deliciosa. Los foralistas vascos tienen en su manos la posibilidad de cerrar el paso a Rajoy y de bloquear a Albert Rivera. Las relaciones del Euskadi Buru Batzar (órgano de dirección del Partido Nacionalista Vasco) con Pedro Sánchez son buenas.

La paradoja no se acaba con los vascos. Las fuerzas soberanistas catalanas también pueden tener un papel importante en el Congreso de los Diputados si los nueve diputados de Esquerra Republicana y los ocho representantes de Democràcia i Llibertat (CDC), deciden reconectarse a la política española y tener un papel activo en las negociaciones para la investidura del presidente del Gobierno. Sumados a los seis escaños del PNV, los 17 soberanistas catalanes pueden impedir, con creces, la investidura de un candidato del bloque PP-Ciudadanos. La investidura requiere la mayoría absoluta (176 votos) en la primera votación). En las sesiones siguientes son necesarios más votos positivos que negativos. La aleación PP-Ciudadanos, más Coalición Canaria, podría alcanzar un máximo de 164 votos. El bloque de izquierdas más el PNV y los soberanistas catalanes, más los diputados de Bildu, podrían emitir 184 votos negativos. Sin la oposición del PNV, el candidato del PP seguiría topando con 178 votos negativos. Más votos negativos que positivos. La vía Ciudadanos es aritméticamente imposible. Mariano Rajoy puede correr la misma suerte que su colega Passos Coelho si no consigue encontrar en las próximas semanas la senda alemana, nunca explorada en España.

“España necesita estabilidad”, clamó el presidente anoche desde el balcón de la calle Génova. Era su primera llamada a la gran coalición con el PSOE, o a un pacto de investidura, que podría tener como gran telón de fondo la reforma de la Constitución. Abstención socialista, a cambio de un programa pactado y una legislatura corta. Los resultados colocan al desgastado PSOE en el centro del tablero. Puede intentar una alianza de izquierdas a la portuguesa manera, muy difícil de articular con un Podemos triunfante en las grandes ciudades. Y puede abrirse a una política de colaboración programática con el Partido Popular –con el objetivo principal de la reforma de la Constitución–, que podría llegar a tener como precio la cabeza de Rajoy. Conviene recordar que la Constitución española no exige como requisito obligatorio que el presidente del Gobierno sea diputado o senador.


España se italianiza y elegir presidente será tanto o más difícil que en Catalunya.

 Y VER ...
El puzzle del 20-D: opciones y fantasmas

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