domingo, 2 de octubre de 2022

El gas ruso sigue llegando a pesar de las sanciones

 

Empresas europeas se lucran con el transporte de combustibles fósiles rusos pese al anuncio de sanciones


C. Matthews (Investigate Europe), S. Sideris, N. Leontopoulos, T. Chondrogiannos, K. Maltepioti (Reporters United), M. Rico (infoLibre)

La UE ha dependido durante mucho tiempo de los combustibles fósiles de Rusia para abastecer al continente. Sin embargo, a medida que se agrava la guerra en Ucrania, Europa está frenando las compras. Y mientras los volúmenes de importación se hunden, una vasta red de barcos europeos sigue ayudando a mantener a flote la economía petrolera de Vladímir Putin. Los buques europeos han transportado millones de toneladas de petróleo, gas y carbón desde los puertos rusos en los seis meses transcurridos desde el inicio de la invasión, según un análisis de Investigate Europe y Reporters UnitedinfoLibre colabora como único medio español con el consorcio internacional Investigate Europe.

El 2 de septiembre, Francia, Alemania, Italia y el G7 anunciaron planes para limitar los precios de las exportaciones de petróleo ruso. Y este miércoles, 28 de septiembre, la Comisión de la UE aseguró que también propondrá una limitación de los precios del petróleo ruso. La medida, respaldada por el comisario de Energía de la UE, es de momento la última planteada por Occidente para intentar desestabilizar la maquinaria bélica rusa. La propia UE tardó meses en actuar, pero tras semanas de indecisión sobre cómo frenar el flujo de miles de millones de euros hacia el Kremlin, los legisladores de la UE dieron un paso al frente a finales de mayo, cuando acordaron el sexto paquete de sanciones.

En virtud de las medidas, el embargo de los envíos de crudo y productos asociados empezará a aplicarse íntegramente el próximo año. Pero desde el 10 de agosto ya se prohibieron todas las importaciones de carbón. La UE sostiene que reducirá las importaciones de gas ruso en dos tercios en el plazo de un año, pero no introducirá una prohibición total. Y aunque el mayor banco ruso, el Sberbank, y otras entidades financieras están ya fuera del sistema de pagos Swift, el verdadero impacto de las sanciones no se dejará sentir en Moscú hasta dentro de algún tiempo.

Hundimiento de las importaciones de la UE

La lenta respuesta europea sobre la energía rusa refleja lo esencial que era para el continente. De Rusia procedían aproximadamente el 45% de las importaciones de carbón y gas de la UE (principalmente a través de oleoductos) y el 25% de las de petróleo. El año pasado, Rusia recibió alrededor de 400.000 millones de euros de la UE en concepto de exportaciones energéticas.

Entre el inicio de la invasión y finales de agosto, el 40% de las exportaciones marítimas de combustibles fósiles de Rusia se destinaron a la UE (75 millones de toneladas de peso muerto, o TPM, medida que determina la capacidad total de un barco incluida su carga).

Esta cifra se basa en el análisis de los datos del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) y de Equasis. El comercio marítimo es el más rentable para Rusia, aunque el gas transportado por gasoducto también es esencial para la UE. Estas importaciones de gas han caído más de un 80% desde el año pasado y es probable que se vean aún más afectadas después de que la empresa estatal Gazprom dijera que iba a desconectar el suministro del Nord Stream.y del aparente sabotaje de precisamente de los dos gasoductos rusos que transcurren por el Mar Báltico.

Los Países Bajos son el mayor importador de la UE desde que se inició la guerra, con envíos a sus puertos de petróleo, gas y carbón en buques con un total de 20,71 millones de TPM. Italia (9,06 millones de TPM), Francia (6,48 millones de TPM) y Alemania (5,28 millones de TPM) también fueron grandes receptores. En el caso de España, la cifra se situó en 3,92 millones de TPM. Los expertos han calculado que las compras europeas pueden aportar 285 millones de dólares (279 millones de euros) al día al Estado ruso.

Las importaciones, no obstante, han caído de forma significativa durante los últimos meses. Las salidas de julio y agosto hacia los puertos de la UE se redujeron casi un 50% en comparación con enero y febrero. El hueco que deja Europa está siendo cubierto de forma creciente por Asia y Turquía. Sin embargo, ante la inminencia de las sanciones y la incógnita sobre las futuras fuentes de combustible, un puñado de países de la UE sigue importando ante un invierno marcado por la subida de los precios y la crisis del coste de la vida.

Puertos y barcos españoles

Sin embargo, es la amplia red de buques europeos la que sigue apuntalando el comercio internacional. Un análisis de Investigate Europe y Reporters United estima que buques europeos de petróleo, gas y carbón salieron de Rusia 1.513 veces entre el 24 de febrero y el 31 de agosto. Dichas embarcaciones tenían una capacidad de 101,59 millones de TPM, lo que equivale al 55% del total exportado desde Rusia.

En ese periodo llegaron a puertos españoles 53 buques con combustibles fósiles rusos. De ellos, 24 venían cargados con petróleo, 16 con gas y 13 con carbón. Ninguno de esos transportes lo realizó una compañía de propiedad española. Los dueños de los buques eran sociedades de países de la UE en 24 casos –14 de ellas de Grecia y 5 de Alemania–, mientras que eran del Reino Unido en otros 8. También destaca el número de compañías navieras asentadas en Turquía, que realizaron siete atraques en puertos españoles.

Aunque no trajo combustibles rusos a España, sí hay una importante empresa española que transportó dichas materias primeras desde Rusia a otros puertos europeos. Se trata del grupo Ibaizabal, cuyo buque Monte Ulia realizó cinco transportes de petróleo ruso desde el puerto de Ust-Luga, en tres ocasiones con destino a Gdansk (Polonia) y en dos con llegada a Rotterdam (Holanda). Ibaizabal, con sede en el País Vasco y ligado al negocio marítimo desde hace 160 años, es propiedad de Alejandro Aznar Sáinz y su familia.

El Monte Ulía fue botado en el verano de 2019 y, entonces, se informó de que sería explotado por la compañía francesa Total para el transporte de crudo por el canal de Suez. Ibaizabal no ha querido responder a ninguna de las preguntas de infoLibre e Investigate Europe sobre los transportes realizados en los últimos meses desde Rusia.

Alejandro Aznar fue uno de los empresarios que ayudó al rey emérito español, Juan Carlos de Borbón, a pagar una cuantiosa multa a Hacienda para regularizar uno de sus fraudes fiscales. Juan Carlos de Borbón abonó 4,4 millones en 2021, una cantidad que le donaron entre una docena de empresarios, entre los que estaba el dueño de Ibaizabal.

En 2019, Alejandro Aznar y su mujer, la empresaria Mónica Oriol, también fueron noticia al sufrir un revés judicial cuando el Tribunal Supremo confirmó una multa de 200.001 euros impuesta al matrimonio por realizar obras ilegales en una vivienda de la que son propietarios en el Parque Nacional de Cabañeros. Los Aznar-Oriol construyeron una mansión de forma irregular en ese espacio altamente protegido, lo que llevó a grupos ecologistas a presentar una denuncia judicial. Estos hechos fueron desvelados por infoLibre en 2014.

Alejandro Aznar y familia llevan tiempo figurando en las listas de los más ricos españoles, desde hace años siempre entre los 200 primeros, con un patrimonio estimado que supera los 350 millones de euros.

Los magnates griegos del mar

El análisis de los datos de CREA y Equasis revela que los buques de propiedad griega representaron el 35% del total mundial, con 799 viajes realizados en buques con 64,84 millones de TPM de capacidad. Los buques chinos fueron los siguientes en importancia (20,89 millones de TPM).

En total, más de la mitad de los envíos de petróleo se realizaron en buques vinculados a la UE, por su propiedad o su gestión.

Incluso tras el anuncio del paquete de sanciones en mayo, los barcos europeos realizaron 570 viajes en los tres meses siguientes. Alemania, con envíos vinculados a más de 20 empresas diferentes, fue el segundo mayor transportista europeo.

La alemana Oldendorff se encuentra entre las mayores empresas de transporte a granel del mundo. En junio, la empresa de Hamburgo celebró un acto por su centenario en el que su máximo responsable, Henning Oldendorff, presumió de que habían ayudado a "muchos familiares" de sus empleados ucranianos a establecerse en Alemania. Pero entre finales de febrero y agosto, al menos 20 barcos de Oldendorff exportaron carbón ruso a nivel internacional. Durante ese periodo, los buques de Oldendorff realizaron 43 viajes. La empresa no respondió a las preguntas enviadas por los periodistas.

Otra dinastía marítima implicada en el comercio es la noruega Viken Shipping. Controlada por el multimillonario Tom Steckmest y su familia, desde que comenzó la invasión cuatro buques de la empresa con sede en Bergen han completado más de 20 viajes desde puertos rusos.

En un correo electrónico enviado a Investigate Europe, el presidente Hans Olav Lindal dijo que tres de estos barcos han sido alquilados a largo plazo al gigante energético francés Total desde 2018 y 2019. La firma también alquiló buques a Litasco, propiedad de la empresa rusa Lukoil, pero Lindal dijo que estos acuerdos no se renovaron después de mayo de 2022. Viken ha instado previamente a sus clientes a no navegar desde Rusia. "Con la excepción de Total, nuestros otros clientes han cumplido con nuestra petición de no enviar buques a los puertos rusos", destacó.

Total declaró a Investigate Europe que la empresa ha "expresado constantemente su condena rotunda de la agresión militar de Rusia contra Ucrania". En un comunicado, Total sostiene que ya ha acordado poner fin a sus compras de petróleo y productos petrolíferos rusos y que está en proceso de vender sus acciones en dos proyectos de gas y petróleo en el país. "Antes de que se promulgaran las sanciones de la UE, TotalEnergies había decidido unilateralmente que ya no celebrará ni renovará contratos de compra de petróleo y productos petrolíferos rusos, con el fin de poner fin a todas sus compras de petróleo y productos petrolíferos rusos lo antes posible y a más tardar a finales de 2022". 

Los magnates griegos del transporte marítimo

Pero es la poderosa industria naviera griega la que facilita la mayor parte del comercio. Los buques de TMS Tankers, propiedad del mulimillonario de 69 años George Economou, que tiene una galería de arte con su nombre en la Tate Modern de Londres, realizaron 78 viajes desde que comenzó la invasión.

Otros magnates relevantes son la familia Alafouzos y Vardis Vardinoyannis. Entre ambos controlan tres de las televisiones nacionales privadas de Grecia y, mientras sus medios de comunicación condenan regularmente la "brutal invasión rusa", sus empresas siguen beneficiándose del transporte de combustibles fósiles.

La influencia griega en el sector, con un 30% de la flota mundial de petroleros en sus manos, contribuyó a diluir los planes de la UE de imponer un embargo parcial al petróleo ruso y ningún embargo al gas. Según el periódico heleno Vima, los Gobiernos de Grecia, Chipre y Malta se opusieron al plan de embargo. Los esfuerzos de los grupos de presión, apoyados por Hungría, funcionaron y la UE suavizó su postura permitiendo que continuase el transporte de petróleo a países no pertenecientes a la UE.

Ucrania ha presionado al sector desde los primeros días de la guerra. A principios de julio, el presidente ucranio, Volodímir Zelensky, criticó a los transportistas de petróleo procedente de Rusia, con un mensaje muy directo para los influyentes operadores griegos: "Estoy seguro de que esto no responde a los intereses de Europa, Grecia o Ucrania".

Las navieras griegas son las que más combustibles fósiles transportan al resto del mundo
Volumen de toneladas de peso muerto de los buques que salen de Rusia hacia otros países desde el 24 de febrero. Los totales se calculan por nacionalidad del propietario o de la empresa gestora de los buques.
Carbón
Petróleo
Gas
0
70 millones Toneladas de Peso Muerto (TPM)
1Grecia
64,8
2China
20,9
3Emiratos Árabes Unidos
14,3
4Alemania
9,2
5Singapur
9,1
6Turquía
7,2
7Japón
7,1
8Rusia
5,3
9Mónaco
5,1
10Reino Unido
4,8
El volumen total por empresa se calcula sumando las toneladas de peso muerto de todos los buques de una compañía que transportan combustibles fósiles desde Rusia a puertos internacionales. Se desconoce el volumen exacto de combustibles fósiles que transporta cada barco.
Datos: CREA & Equasis / Gráfico: Investigate EuropeReporters UnitedTagesspiegel Innovation Lab

Las aseguradoras en el punto de mira

El Gobierno ucraniano instó en marzo al Grupo Internacional de Clubes de Protección e Indemnización (IGP&I, por sus siglas en inglés), proveedores de cobertura de responsabilidad para el 90% de la carga marítima mundial, a "cortar el flujo de dinero que está financiando el asesinato en masa de personas inocentes".         

Los datos de CREA muestran que de los 3.176 envíos que salieron de Rusia a nivel internacional desde el comienzo de la guerra hasta el 31 de agosto, en 2.583 ocasiones figuraba el nombre de una compañía aseguradora. 13 miembros de la IGP&I se encargaron de asegurar el 99% de esos viajes. Preguntado por el papel que desempeñan en la ayuda a la financiación del Estado ruso, un portavoz de la asociación señaló: "Cumplimos con las sanciones que se aplican en todo momento. Al mismo tiempo, por supuesto, seguimos de cerca los acontecimientos y realizamos constantemente evaluaciones relacionadas con este tema".

El grupo de campañas medioambientales Global Witness estima que los miembros de la IGP&I, con sede en el Reino Unido, permitieron la exportación de 40 millones de barriles de petróleo en el primer mes de la guerra. "Sin ese seguro, sería casi imposible que Rusia mantuviera sus actuales exportaciones de combustibles fósiles, las mismas que financian la guerra en Ucrania", señaló la investigadora principal Lela Stanley a Investigate Europe. "Los facilitadores del comercio de petróleo, gas y carbón de Rusia están apuntalando un régimen que asesina a civiles inocentes incluso mientras impulsa la crisis climática".

Las últimas sanciones establecen que las empresas de la UE tendrán prohibido asegurar el comercio de petróleo ruso a terceros países. Según los planes del G7, las dominantes empresas británicas sólo podrá asegurar las exportaciones marítimas de petróleo si la compra se realiza dentro del límite de precios. El viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, advirtió de que se negarían a negociar con los países que adopten límites de precios.

¿Funcionarán las sanciones de la UE?

A pesar de las sanciones, la Agencia Internacional de la Energía afirmó en agosto que se ha producido "un descenso de la oferta rusa más limitado de lo previsto". Las exportaciones a los principales mercados se han desplomado en casi 2,2 millones de barriles diarios desde febrero, pero dos tercios se han desviado a otros lugares.

El desvío, así como las sospechosas transferencias de barco a barco –en las que los buques descargan la carga en otro barco en el mar y desconectan los sistemas de seguimiento para eludir la detección y las sanciones de los países– son cada vez más frecuentes en el caso de los combustibles fósiles rusos.

Adnan Vatansever, experto en política rusa del King's College de Londres, afirma que, aunque Europa adoptó inicialmente un "enfoque cauteloso", es posible que en el próximo año se produzcan importantes cambios en el mercado que podrían hacer mella en la capacidad económica del Kremlin.

"La forma en que se han propuesto las sanciones probablemente conducirá a una reorientación significativa del petróleo ruso", indica. "El petróleo fluirá allí donde haya alguien dispuesto a pagar dinero. En el caso del petróleo, la tarea de Rusia es más fácil porque tiene una enorme capacidad excedente en términos de su infraestructura de exportación, por lo que reorientar el petróleo para Rusia no es realmente una tarea difícil".

Vatansever afirma que el éxito de las sanciones dependerá de lo que ocurra con los precios mundiales del petróleo y de si las naciones en desarrollo apoyan los planes de limitación de precios o siguen comprando a precios más altos. "El objetivo de la sanción del tope de precios no es frenar las exportaciones de petróleo ruso, sino frenar los ingresos petroleros rusos", afirma el autor del libro Oil in Putin’s Russia (El petróleo en la Rusia de Putin). "Si las cantidades rusas siguen siendo las mismas pero ganan significativamente menos, ese es en realidad el resultado deseado".

¿Cuestión de moral?

Puede que los destinos de los cargamentos cambien, pero sigue habiendo una cuestión moral: ¿pueden los transportistas seguir facilitando a Rusia un negocio de miles de millones de euros que le sirve para financiar la guerra y, al mismo tiempo, lucrarse por supuesto con dicho negocio?.

Estibadores del Reino Unido, Suecia y los Países Bajos se han negado a descargar petróleo ruso en los últimos meses, pero puede ser una cuestión más complicada para los operadores, ya que algunos tienen fletamentos acordados a largo plazo antes de que comenzara la guerra, mientras que otros transportan carga con fletamentos al contado –una sola ruta– que se decidieron después del 24 de febrero.

Sin embargo, no parece existir gran preocupación entre los armadores griegos. Melina Travlou, presidenta de la Unión de Armadores Griegos, dijo en una conferencia en junio que su organización condenaba las acciones de Rusia en Ucrania, pero añadió: "Los armadores griegos no están haciendo nada ilegal, no están rompiendo ningún embargo".

En el caso de Viken, el mayor armador noruego durante el periodo analizado, su presidente respondió a Investigate Europe que es poco lo que pueden hacer, aparte de aconsejar a sus clientes que no entren en los puertos rusos. "Hoy en día, nuestros clientes no están en ninguna lista de sanciones, y el petróleo ruso es una mercancía legal", destacó. "Los contratos de arrendamiento se firmaron mucho antes de la invasión rusa de Ucrania".

Al adoptar una postura contra Rusia, aumentan las preocupaciones energéticas de la propia Europa. "Tenemos que entender que la situación anterior a la guerra, con combustibles fósiles abundantes y baratos, no va a volver", señaló el vicepresidente de la Comisión, Frans Timmermans, a mediados de septiembre. "Los próximos inviernos, no sólo éste, serán difíciles".

A pesar de las protestas públicas, las sanciones pendientes y la incertidumbre mundial, las lucrativas travesías marítimas persisten. En el momento de publicar este artículo, múltiples barcos propiedad de compañías europeas navegaban cargados con oro negro, llenando una vez más las arcas de Putin.

Energía rusa para todo el mundo
El mapa muestra los transportes registrados de petróleo y gas a puertos de todo el mundo que partieron de Rusia desde la invasión de Ucrania. Las líneas muestran la ruta aproximada de cada barco. Los círculos muestran la cantidad total de envíos por puerto.
Puerto
de salida
Puerto
de destino
El tamaño del círculo es proporcional al volumen total de combustibles fósiles transportados desde la invasión rusa.
1
50
millones de toneladas de
peso muerto
RUSIA
China
España
Francia
Ucrania
Turquía
India
Kazajistán
Mongolia
Alemania
Noruega
Suecia
Finlandia
Argelia
Libia
Egipto
Arabia
Saudí
Irán
Irak
Nigeria
Rumanía
Indonesia
Japón
EAU
Las rutas no siempre se difunden con claridad y, en ocasiones, suelen ser ligeramente diferentes de las rutas reales de los barcos. Se corrigieron los errores evidentes y se excluyeron del conjunto de datos las rutas poco claras.
Datos: CREA analysis based on MarineTraffic and Datalastic, Natural Earth / Gráfico: Investigate EuropeReporters UnitedTagesspiegel Innovation Lab

IBAIZABAL NO RESPONDE

infoLibre se puso en contacto con el grupo Ibaizabal, para recabar su versión, el pasado 22 de septiembre. Tras solicitar que el periódico enviase un correo electrónico con las preguntas, no contestó a ninguna de ellas, a pesar de las reiteradas peticiones por parte de este periódico para que respondiese.

Las preguntas no contestadas por la empresa vasca son las siguientes:

1. ¿Realizaba Ibaizabal antes de la guerra de Ucrania transporte de crudo desde Rusia?

1.a. En caso afirmativo, ¿cuáles fueron las principales cifras de transporte de crudo desde Rusia en 2021 (barcos implicados, número de fletes…).

1.b. En caso negativo, ¿por qué ha empezado a realizar dicho transporte tras la invasión rusa de Ucrania?

2. Los cinco transportes desde Rusia, ¿los realizó Ibaizabal para el grupo Total o para otra compañía?

3. ¿Considera Ibaizabal que el traslado de combustibles fósiles rusos tras la invasión de Ucrania plantea algún problema legal y/o ético? 

4. ¿Piensa Ibaizabal interrumpir el transporte de crudo ruso a causa de la guerra en Ucrania? En caso afirmativo, ¿cuándo?

5. ¿Apoya Ibaizabal la introducción de sanciones por parte de la UE? 

sábado, 1 de octubre de 2022

El sabotaje de los oleoductos Nord Stream .

 

Alemania y la UE han recibido una declaración de guerra 

Pepe Escobar


 El Imperio anglosajón se ha quitado los guantes. Ha prohibido la independencia energética de la Unión Europea. La cooperación con China también será impedida

El sabotaje de los oleoductos Nord Stream 1 (NS1) y Nord Stream 2 (NS2)en el Mar Báltico ha llevado ominosamente al ‘Capitalismo del Desastre’ a un nivel completamente tóxico.

Este episodio de Guerra Híbrida en la forma de un ataque terrorista contra la infraestructura energética, señala el colapso absoluto del derecho internacional, ahogado por el llamado “orden basado en reglas” o, lo que es lo mismo, “hacemos las cosas a nuestra manera”.

El ataque a ambos oleoductos consistió en múltiples cargas explosivas detonadas en ramales separados cerca de la isla danesa de Bornholm, en aguas internacionales.

Fue una operación sofisticada, llevada a cabo sigilosamente en las aguas poco profundas del estrecho danés. En principio, este dato descarta el uso de submarinos (los barcos que ingresan al Báltico están limitados a un calado de 15 metros). En cuanto a los posibles barcos supuestamente "invisibles", estos solo pueden circular con el permiso de Copenhague, ya que las aguas alrededor de Bornholm están repletas de sensores, una medida tomada hace mucho tiempo, ante el temor a los submarinos rusos.

Los sismólogos suecos registraron dos explosiones submarinas el lunes, una de ellas estimada en 100 kg de TNT. Sin embargo, es posible que se hayan utilizado hasta 700 kg para volar tres nodos de tuberías separadas. Tal cantidad no podría haber sido facilitada en un solo viaje por los drones submarinos de las naciones vecinas.

La presión que necesitan estos oleoductos cayó exponencialmente. Las tuberías ahora están llenas de agua de mar. Las tuberías de NS1 y NS2 se pueden reparar, por supuesto, pero sólo antes de la llegada el Invierno. La pregunta es: ¿Gazprom, que está dirigiendo su producción a los clientes de Eurasia, se molestaría en repararlos? Especialmente ahora que los buques de Gazprom podrían estar expuestos a un posible ataque naval de la OTAN en el Báltico.

Los funcionarios alemanes ya están lamentando que NS1 y NS2 pueden quedar fuera de servicio "para siempre". La economía de la UE y los ciudadanos de la UE necesitaban con urgencia ese suministro de gas.

Sin embargo, la Eurocracia en Bruselas, que gobierna sobre los estados-nación, ha manifestado querer eliminar totalmente el suministro gas desde Rusia. Ante esta situación más de algún ciudadano europeo puede pensar que esta Euro-oligarquía debería ser juzgada algún día por traición.

Tal como están las cosas, la irreversibilidad estratégica es evidente; la población de varios países europeos pagará un precio tremendo y sufrirán graves consecuencias derivadas de este ataque, a corto, medio y largo plazo.

¿Cui bono?

La primera ministra sueca, Magdalena Andersson, admitió que fue “un sabotaje”. La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, explicó: “no fue un accidente”. Berlín está de acuerdo con los escandinavos.

En agudo contraste, el ex ministro de Defensa polaco (2005-2007) Radek Sikorski, un rusófobo casado con la “analista” estadounidense Anne Applebaum, alegremente tuiteó “Gracias, EEUU”.

La trama se vuelve más descifrable cuando sabemos que simultáneamente al sabotaje se abrió parcialmente el “Baltic Pipe” desde Noruega a Polonia, un “nuevo corredor de suministro de gas” que da servicio a “los mercados danés y polaco”: en realidad es un ducto pequeño, considerando que ambos países siguen teniendo problemas para obtener gas, y ahora lo obtendrán a costos mucho más altos.

NS2 ya había sido atacado durante su construcción. En febrero, los barcos polacos intentaron evitar que el buque, que colocaba las tuberías, terminara el gasoducto NS2. Las conductos se estaban colocando al sur de Bornholm.

Mientras tanto, la OTAN ha estado muy activa en la construcción de drones submarinos y los estadounidenses exigieron acceso a los drones submarinos de Noruega. Buzos profesionales podrían haber sido empleados en el sabotaje, incluso cuando las corrientes de marea alrededor de Bornholm son un asunto serio.

Una visión panorámica desvela que el Occidente colectivo está en pánico. Sus "élites" atlantistas están dispuestas a recurrir a cualquier arma (mentiras escandalosas, asesinatos, terrorismo, sabotaje, guerra financiera, apoyo a los neonazis) para evadir su descenso a un abismo geopolítico y geoeconómico.

La desactivación del sistema NS1 y NS2 constituye el cierre definitivo de cualquier posibilidad de un acuerdo entre Alemania y Rusia sobre el suministro de gas, con un beneficio adicional: relega definitivamente a Alemania al estatus de vasallo de EEUU.

Esta nueva situación nos lleva a una pregunta clave ¿qué servicio de inteligencia occidental diseñó el sabotaje? Los principales candidatos son, por supuesto, la CIA y el MI6, con Polonia como chivo expiatorio y Dinamarca jugando un papel muy dudoso (es imposible que Copenhague no haya sido al menos "informada" sobre el sabotaje).

Previsores como siempre, ya en abril de 2021, los diplomáticos rusos se hacían preguntas sobre la seguridad del sistema Nord Stream .

El tema es muy delicado. Podemos estar ante el caso que un miembro de la UE/OTAN este implicado en un acto de sabotaje contra la economía número uno de Europa; la economía alemana. Eso es un casus belli. Más allá de la espantosa mediocridad y cobardía de la administración actual en Berlín, está claro que el BND (inteligencia alemana), así como la Marina alemana y los industriales informados, tarde o temprano conocerán la verdad, si no la conocen ya.

Estamos muy lejos de haberse perpetrado un ataque aislado. El 22 de septiembre, saboteadores de Kiev atentaron contra el Turkish Stream. El día anterior, se encontraron en Crimea drones navales ingleses, sospechosos de ser parte del complot. Helicópteros norteamericanos han sobrevolando durante semanas los nodos del NS1 Y NS2 que explotaron; un barco de "investigación" del Reino Unido ha merodeando las aguas danesas desde mediados de septiembre; y la OTAN ha tuiteado con orgullo que cuenta “con nuevos sistemas no tripulados en el mar”.

Es Europa la que pierde con el sabotaje

El Ministro de Defensa danés se reunió este miércoles de urgencia con el Secretario General de la OTAN. Después de todo, las explosiones ocurrieron muy cerca de la zona económica exclusiva (ZEE) de Dinamarca. Exactamente el mismo día, la Comisión Europea (CE), la oficina política de facto de la OTAN, adelantó su irracional obsesión: más sanciones contra Rusia, incluido “un tope” a los precios del petróleo.

Mientras tanto, los gigantes energéticos de la UE se ven obligados a perder con el sabotaje. La lista incluye a las alemanas Wintershall Dea AG y PEG/ E.ON; la neerlandesa NV Nederlandse Gasunie; y la francesa ENGIE. Luego, están los que financiaron NS2: Wintershall Dea y Uniper, el OMV austriaco, y la British-Dutch Shell. La Wintershall Dea y ENGIE son copropietarios y acreedores. Hoy sus furiosos accionistas exigen respuestas serias de una investigación seria.

El tema se pone aún peor: ya no hay restricciones en el terrorismo contra los gasoductos. Rusia está en alerta roja no sólo por el Turk Stream sino también por Power of Siberia. Lo mismo harán los chinos y su laberinto de oleoductos que llegan por Xinjiang.

Cualquiera que sea el responsable directo, esta es una venganza, por adelantado, por la inevitable derrota colectiva de Occidente en Ucrania. Y una cruda advertencia al Sur Global de lo que EEUU está dispuesto a volver hacer. Sin embargo, la acción siempre genera una reacción: a partir de ahora, también podría sucederle “cosas divertidas” a los oleoductos de EEUU y el Reino Unido en aguas internacionales.

La oligarquía de la UE está en un proceso de desintegración a la velocidad del rayo. Su ventana de oportunidad para intentar un rol como actor geopolítico autónomo está ahora cerrado.

Los Eurócratas se enfrentan a un grave conflicto. Una vez que esté claro quiénes son los perpetradores del sabotaje en el Báltico y que comprendan todas las consecuencias socioeconómicas, el “kabuki” tendrá que parar. Que “Rusia haya hecho estallar su propio oleoducto” es imposible de creer. Hay una verdad incuestionable: Gazprom puede cerrar fácilmente las válvulas para impedir que llegue el gas ruso a Europa.

El asunto se pone cada vez más serio: Gazprom amenaza con demandar a la empresa energética ucraniana Naftogaz por facturas impagas. Eso conduciría al final del tránsito de gas ruso por Ucrania hacia la UE.

Como si todo esto no fuera lo suficientemente malo, Alemania está obligada, por contrato, a comprar al menos 40 mil millones de metros cúbicos de gas ruso al año hasta 2030.

Si no lo hacen, Gazprom tiene derecho legal a que le paguen incluso sin enviar gas. Esta es “la letra” del contrato a largo plazo. Y ya está sucediendo: debido a las sanciones, Berlín no tiene el gas que necesita, pero así y todo debe pagar.

Todos los demonios están aquí

Ahora está dolorosamente claro que el Imperio anglosajón se ha quitado los guantes. Ha prohibido la independencia energética de la Unión Europea. La cooperación con China también será impedida. Cualquier relación comercial independiente con Asia: “verboten”.

El siguiente paso es subyugar económicamente a los europeos: una remezcla de mal gusto de 1945-1955. Con un perverso giro neoliberal: seremos dueños de su capacidad industrial y ustedes no podrán hacer nada.

El sabotaje del sistema NS1 y NS2 es parte del “sueño húmedo” imperial que desea romper la masa terrestre de Eurasia en mil pedazos para evitar una consolidación de un corredor económico trans-eurasiático entre Alemania (que representa a la UE), Rusia y China: son 50 billones de dólares en PIB, según la paridad del poder adquisitivo en comparación con los 20 billones de dólares estadounidenses.

Debemos volver a Mackinder: para su “geopolítica“, el control de Eurasia constituye el control del mundo. Las élites estadounidenses y sus caballos de Troya en Europa harán lo que sea necesario para no ceder el control de esos territorios.

En este contexto las élites estadounidenses abarcan la "comunidad de inteligencia straussiana” (infestada de neoconservadores, https://lahaine.org/lW4) y las grandes empresas energéticas, farmacéuticas y financieras que les pagan y que se benefician no solo de las guerras eternas del Estado Profundo, también quieren el Gran Reinicio (https://lahaine.org/dD9e) inventado por gerifaltes de Davos.

Los 'Raging Twenties' (furiosos años veinte, pero de este siglo) comenzaron con el asesinato del general iraní Soleimani. Volar tuberías es parte de esta secuela. Habrá una carretera al infierno hasta el 2030. Sin embargo, tomando prestado de Shakespeare, el infierno está definitivamente vacío, y todos los demonios (atlantistas) están aquí.

thecradle.co / observatoriocrisis.com 

Nota del blog   .-  Según el profesor de economía de la Universidad de Columbia, Jeffrey Sachs, existen evidencias de que helicópteros militares estadounidenses que tienen su base en Gdansk, estaban sobrevolando la zona.

Estados Unidos puede ser responsable de los daños de los gasoductos Nord Stream y Nord Stream 2, dijo este lunes en un programa en vivo en Bloomberg TV el profesor de economía de la Universidad de Columbia, Jeffrey Sachs  ..

El profesor de economía de la Universidad de Columbia, Jeffrey Sachs, asegura que EEUU está tras el sabotaje del Nord Stream • (kaosenlared.net)


jueves, 29 de septiembre de 2022

Agitadores por la paz .

 Agitadores por la paz 

No parece entendible que haya personas que prefieran la paz a un mal acuerdo, aunque sean conscientes de la injusticia, que prioricen la detención de la muerte, la destrucción, y la miseria, ante cualquier consideración política 

 

José Enrique de Ayala  

 

Recientemente Pilar Bonet, acreditada periodista que conoce muy bien Rusia, ha publicado en El País un artículo titulado “Rusia no quiere la paz”, que contiene una dura crítica a los que piden —pedimos— la paz en Ucrania. Ya el título adelanta una opinión contundente y absoluta, que solo se justificaría con un conocimiento preciso de las intenciones actuales de la cúpula política rusa, pero en la entradilla lo justifica porque le correspondería a Rusia dar la señal para comenzar las negociaciones de paz. No dice que Moscú siempre se ha mostrado dispuesta a sentarse a la mesa de negociaciones, ni que fue Kiev la que abandonó las conversaciones de Estambul, en marzo, cuando se había llegado a principios de acuerdo importantes, y la que se negó a un encuentro entre los dos líderes. Ninguna mención a que el Kremlin entregó a Ucrania a mediados de abril un proyecto de acuerdo que nunca fue contestado, ni a las veces que los dirigentes rusos han expresado su deseo de una solución negociada sobre la base de los preacuerdos de Estambul, como hizo el 13 de agosto el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, y confirmó en una entrevista con la revista Stern el excanciller alemán Gerhard Schröder, cuya proximidad a Rusia le convierte en un portavoz oficioso. Todo sería falso. 

Ninguna referencia a que fue el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, el que dio un giro absoluto a sus primeros deseos de negociación —posiblemente asesorado y animado por otros gobiernos que no tienen ningún interés en que acabe la guerra—, rechazando en agosto unas conversaciones que ambas partes esperaban retomar, hasta que Rusia abandone todos los territorios ocupados. Ni tampoco a que fue el mismo Zelensky el que dijo el 25 de agosto que no quiere la paz, sino la victoria. Para la periodista, la demostración de que Rusia no quiere la paz sería la movilización que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha decretado, y la celebración de referéndums ilegales en los territorios ocupados, obviando que ambas medidas han sido una reacción ante la contraofensiva ucraniana, que amenazaba con una derrota inaceptable para círculos rusos muy poderosos. Retomando la posición de Zelensky, sostiene que si Rusia quisiera la paz debería retirarse inicialmente, como muestra de buena voluntad, de los territorios ocupados desde el 24 de febrero... ¡antes de negociar! O sea, primero la rendición y luego la negociación. Hay una frase en el artículo en la que se dice que no se deben confundir los deseos con las realidades. ¿Es esto realista? 

Afirma que son los ucranianos quienes deben decidir si están dispuestos a ceder territorio a cambio de la paz, y esta sería una de las pocas aseveraciones del artículo con la que estaríamos de acuerdo, aunque tal vez habría que sustituir la palabra “deben” por “deberían”. Porque no están solos, ni son libres de decidir, considerando la enorme dependencia que tienen de otros países para poder continuar la guerra, incluso para su supervivencia económica. El gobierno de Kiev está sujeto a enormes presiones, internas y externas. La articulista señala solo una: la que estarían haciendo algunos políticos e intelectuales de Occidente en favor de la negociación. Pero no es difícil evaluar esa presión como insignificante frente a otras —que no se citan— de personas con mucho más poder, como el anterior premier británico, Boris Johnson, que se expresó reiteradamente en contra de una negociación, diciendo que alentar un “mal” acuerdo sería repugnante. El ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavusoglu, que asiste a las reuniones de la OTAN, declaró el 23 de agosto que varios países miembros de esta alianza, incluido Estados Unidos, quieren que la guerra entre Rusia y Ucrania continúe. Hay muchos intereses y muy poderosos en que Rusia se desangre y la Unión Europea se debilite, y para eso la guerra tiene que seguir, sin considerar los muertos que aún habrá que contabilizar. La pregunta fundamental es esta: ¿podría decidir Ucrania unilateralmente llegar a un acuerdo con Rusia sin tener la luz verde de sus principales valedores? 

No conviene, según la autora, entrar a juzgar la cadena de errores de unos y otros que precedió a la invasión, eso no la justifica (en lo que estamos de acuerdo, nada puede justificar una agresión), ni juzgar con clichés de otros tiempos. Por lo tanto, ninguna mención a la expansión de la OTAN, ni a la intención —Bucarest 2008— de integrar en ella a Ucrania, ni a la rusofobia feroz de la revolución de Maidán, que llegó a prohibir el idioma ruso, ni a los ocho años de guerra civil en el Donbás con miles de muertos, ni al incumplimiento de los acuerdos de Minsk II; nada de eso importa. Pero sí le parece interesante retrotraerse más en el tiempo para aludir al concepto zarista de Novoróssiya, siglo XVIII, que Putin quiere resucitar, aunque al parecer en este territorio la identidad cultural y étnica rusa nunca existió. 

La periodista escribe que lo que necesitan de entrada los llamamientos a Rusia y Ucrania para que negocien y lleguen a una paz es distinguir entre el agresor y el agredido. Claro, es sabido que los que piden la paz ponen a ambos en pie de igualdad, no saben quién empezó la guerra ni qué territorio ha sido invadido, si el de Rusia o el de Ucrania. No saben que el régimen ruso es un régimen autoritario en lo político, conservador en lo social, ultranacionalista y expansionista, próximo al neofascismo que predica Aleksandr Dugin. No saben que Rusia violó —ya en 2014— las fronteras de Ucrania que había aceptado en el memorándum de Budapest (1994) y en el Tratado de Amistad y Cooperación entre ambos países (1997), ni que firmó acuerdos internacionales como la Carta de Naciones Unidas o el acta final de Helsinki, que convierten en ilegal e ilegítima cualquier agresión. O tal vez sí lo saben, y a pesar de ello apuestan por la paz. En opinión de esta periodista, seguramente los llamamientos a la paz en Occidente serán bienintencionados, pero se basan en motivos diversos, entre ellos la ingenuidad, el escapismo, el egoísmo material y el miedo a una catástrofe nuclear (¡incomprensible!). Eso si no se trata de agentes seducidos por las prebendas de Moscú (¡el oro de Moscú!) que actúan como agitadores por la paz. 

Esto último es lo más bonito de todo el artículo: “agitadores por la paz”. Sería un buen nombre para una ONG o un movimiento que promoviera el fin de la guerra, no solo de esta sino de todas. Pero claro, estaría formado por ingenuos, cobardes, malvados o ignorantes, al menos en las circunstancias actuales. No parece entendible que haya personas que prefieran la paz a un mal acuerdo, aunque sean conscientes de la injusticia, que prioricen la detención de la muerte, de la destrucción y de la miseria ante cualquier consideración política. Que reclamen iniciativas, movimientos, propuestas, acciones, incentivos en favor del alto el fuego y la negociación, sin perjuicio de que se apoye al agredido mientras la agresión persista. Que agiten, y estén agitados —nunca tranquilos—, hasta que finalmente se consiga la paz.  

 

 

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Votación bajo bombas en el Donbass


Por: Alejandro Kirk, enviado especial a Donbás

Fuente Telesur 

Hurto desvergonzadamente el título de una gran película soviética (Moscú no cree en lágrimas), porque resume maravillosamente la vida en Lugansk y Donetsk desde 2014. Como la película, la del Donbás es una historia de amor, pero colectiva y heroica. De amor propio, que está culminando de manera lenta y sangrienta, hacia un final que no puede ser feliz, pero sí anhelado: la pertenencia definitiva a Rusia.

Orgullo es la palabra que define a los ciudadanos del Donbás cuando acuden a votar en el referéndum sobre la incorporación a la Federación Rusa, pese al ataque constante de la artillería ucraniana. Por seguridad, votan en los patios, en las escaleras de los edificios, en los lobbies de los hoteles, en sus propias casas.

Valientes son también las funcionarias electorales, la mayoría mujeres -los hombres están en el frente-, que recorren la ciudad con sus cajas selladas y un guardia, sabiendo perfectamente que son blanco obligado de los nazis que acechan a pocos kilómetros de aquí con sus cañones de la OTAN, y que han hecho de todo por impedir el voto.

Este lunes se han ensañado con el distrito Kirovsky: dos misiles Huracán desparramaron las diminutas minas antipersonales bautizadas aquí como "pétalos", porque se confunden con el follaje. Si ya es criminal el solo hecho de lanzarlas, se vuelve doblemente cruel hacerlo en otoño, cuando el suelo está lleno de hojas. Más de 50 personas -civiles- han sido víctima de estas trampas camufladas en los últimos dos meses.

El sábado 24, atacaron el patio de un edificio en pleno centro de la ciudad. Buscaban asesinar votantes, pero derribaron un árbol en el jardín de juegos infantiles.

El lunes, en el distrito Kuybishevsky, 13 personas cayeron muertas tras un ataque de artillería al mediodía en una zona comercial de alto tráfico. El jueves, fue el turno del mercado central de Donetsk, una hermosa estructura cupular, en que un bus fue impactado de lleno. Seis muertos más.

En Jersón, al oeste de aquí, un misil Himars norteamericano impactó el hotel donde se alojaban periodistas y funcionarios: dos muertos, uno de ellos un exdiputado ucraniano. Por avatares del destino, se salvaron los periodistas de la cadena RT que dormían en el cuarto contiguo; el camarógrafo quedó sepultado, pero ileso, entre los escombros.

En Zaporozhye atacaron la ciudad de Energodar, vecina a la planta nuclear, y lanzaron ocho drones suicidas contra la propia instalación atómica, que fueron derribados fuera de la zona de peligro por la defensa antiaérea.

Se suman coches bomba en Melitópol y Jersón, que estallan en las calles, y que la prensa occidental describe como "partisanos", para igualarlos a los guerrilleros soviéticos que combatieron la ocupación fascista alemana entre 1942 y 1945. Prensa que, por cierto, nunca informa del Donbás: aquí, para ellos, si pasa algo es culpa de los rusos.

Pese a todo eso, y a las amenazas de prisión para quienes voten, en tres de las cuatro regiones rusoparlantes- las dos del Donbás, más Jersón y Zaporozhye en el sur de Ucrania- el referendum ya alcanzó el domingo quórum mínimo de 50 por ciento de participación para ser válido. En Donetsk llegaba a 77 por ciento y en Lugansk a 76. En Zaporozhye iba por el 51 por ciento, y Jersón 48,1.

Se espera que los resultados se publiquen el miércoles, y que en la misma semana los nuevos territorios de la Federación Rusa sean reconocidos por la Duma (Parlamento) rusa y por el Gobierno. El presidente Vladímir Putin será el encargado de anunciarlo al mundo: el mapa de Europa central sufrirá una importante modificación: ya este viernes, probablemente estaremos en Rusia sin movernos de aquí.

A partir de ahí entramos en territorio ignoto.

Lo que se sabe es que la Federación Rusa está apresuradamente agrupando una fuerza de al menos 300 mil soldados para garantizar la seguridad de los territorios y consolidar así sus avances en la Operación Militar Especial iniciada el 24 de febrero, y que representan casi un cuatro del antiguo territorio de la ex República Socialista Soviética de Ucrania.

También se sabe que la OTAN -el verdadero adversario de Rusia- no reconocerá el referéndum, y a juzgar por su comportamiento desde febrero, multiplicará sus entregas de armas al régimen de Kiev, para extender la guerra.

El jefe en funciones en Kiev, Volodymir Zelensky, está sacrificando miles de soldados para por lo menos hacer el mayor daño posible y recuperar territorios en la zona Járkov (Este de Ucrania), hacia donde han lanzado todo lo que tienen, antes de que lleguen las tropas rusas.

Fuentes rusas ubican en más de 10 mil las muertes de soldados, militantes nazis y mercenarios en la  reciente "contraofensiva" de Jarkov, que se encuentra estancada por la resistencia de los pequeños contingentes rusos y de milicianos del Donbás, y los ataques de la aviación y la artillería rusas.

Otra arremetida similar, en Jersón, culminó en una derrota estrepitosa.

El arribo de un número importante de tropas frescas y con experiencia de combate -el tipo de reservistas convocado por el mando ruso- cambiará esta situación. Hasta ahora el Ejército ruso no ha tenido como tal un papel de vanguardia en los combates terrestres; han sido milicianos y formaciones especiales como el grupo Wagner o la Guardia Nacional.

Lo que no se sabe es qué hará la OTAN ante este escenario. Y tampoco lo que hará Moscú para detener el flujo ilimitado de armas de la OTAN, para sostener una guerra que Ucrania no puede ganar, y en que su papel es poner los muertos y asesinar civiles.

Como hemos sido testigos y también víctimas directas de esta política, aprendimos por qué aquí siempre nos dicen que con esa gente -los ultranacionalistas- no se puede hacer otra cosa que eliminarlos. Porque si se les deja intactos, agregan, seguirán haciendo lo mismo que en los últimos ocho años, en que han matado cerca de 14 mil personas, rehuyendo el combate y atacando impunemente a la población civil.

Muchos recuerdan que en 2014 también hubo plebiscitos -en toda la zona rusoparlante del sur de Ucrania- y también ganó abrumadoramente la propuesta de incorporarse a Rusia. Pero Moscú sólo reconoció a Crimea y quienes pudieron hacerlo -Lugansk y Donetsk- se declararon independientes. En las otras zonas, la revuelta se aplacó con sangre y represión sistemática al estilo Pinochet: secuestros, torturas, desapariciones forzadas, asesinatos. Sólo en Mariúpol, la comisión investigadora que dirige el periodista Maxim Grigoriev, ha certificado más de mil casos de desaparición forzada.

Por todo eso, y más, el pueblo orgulloso del Donbás no cree en lágrimas. Cree en sus votos y en las balas.

( Este  periodista   de Telesur había sido herido por una bomba de Kiev)


Nota  del blog ..El Gobierno de Ucrania acusó a Brasil, Venezuela y Uruguay, entre otros países, de cometer un "crimen colectivo" debido a la presencia de observadores independientes de esos países en los referendos de adhesión a Rusia en las repúblicas de Donetsk y Lugansk y los territorios de Jersón y Zaporiyia.

A través de un comunicado, el denominado 'Ministerio de Reintegración de los Territorios Temporalmente Ocupados de Ucrania' aseguró que "los socios en el crimen también son criminales" y amenaza con que los actores a los que considere en esa situación "serán castigados".  La declaración cuestiona la presencia de observadores extranjeros en los referendos de adhesión a Rusia y explicita la lista de países de donde provienen esos observadores: Bielorrusia, Siria, Egipto, Brasil, Venezuela, Uruguay, Togo y Sudáfrica.

Ucrania adelantó que todos los observadores que arribaron para presenciar los referendos son seguidos de cerca por las autoridades ucranianas. "El Ministerio de Integración y todos los organismos interesados, incluyendo los cuerpos policiales, ya saben sus nombres", comunicaron. 

Para Kiev, los observadores de esos países que se presentaron en los referendos "participan en un crimen colectivo contra el estado soberano e independiente de Ucrania".

El Ministerio ucraniano insta a las "fuerzas del orden" del país a "investigar" la presencia de estos observadores en las repúblicas independientes del Donbás, buscando poner en cuestión "la legitimidad de la entrada, permanencia y realización de cualquier actividad" de los observadores.

El comunicado culmina con un tono amenazador hacia los extranjeros que llegaron a presenciar un acto democrático. 

MIENTRAS   los observadores denuncian que Kiev usó el Ejército para presionar a los votantes en referendos

Los observadores extranjeros independientes que llegaron al Donbás para los referendos confirmaron que la elección transcurrió con normalidad y libertad, sin presencia militar o control de Moscú, como afirman los detractores.

Si bien Ucrania solo mencionó a ocho países, los referendos de adhesión a Rusia contaron con observadores de 45 Estados.