El negocio con esclavos de Antonio López, al detalle: cómo
amasó su primera fortuna el gran empresario español .
El historiador Martín Rodrigo actualiza su biografía sobre
uno de los españoles más poderosos del siglo XIX y documenta su papel en la
compraventa de esclavos en Santiago de Cuba y su participación en el tráfico
ilegal
La estatua de Antonio López y López, el primer Marqués de
Comillas, fue retirada de su pedestal en Barcelona el 4 de marzo de 2018. El
gobierno de Ada Colau, que lo llevaba en su programa electoral, recogía la
demanda de algunas entidades que defendían que un hombre que se había
enriquecido con el comercio de esclavos en Cuba, incluso con el tráfico ilegal,
no podía tener símbolo público alguno. Algunas voces, por contra, tacharon ese
gesto de revisionismo histórico sobre una figura que ellos loaban como la de un
exitoso emprendedor indiano fruto de su tiempo, que emigró sin nada y volvió
para construir un todopoderoso imperio empresarial desde la capital catalana.
A estas alturas, no hay dudas de que López (1817-1883) amasó
en su primera fortuna, o buena parte de ella, con la compraventa de esclavos
desde Santiago de Cuba. Pero, ¿cómo lo hizo? ¿En qué consistía exactamente su
negocio? Y, una de las preguntas más difíciles de responder.
¿Qué se sabe sobre
su participación en la trata atlántica desde África, una práctica para entonces
ilegal pero muy extendida en la colonia?
En medio de la polémica por la
estatua, el historiador Martín Rodrigo, profesor titular de Historia
Contemporánea en la UPF, se sintió interpelado. Él había investigado años antes
para su tesis la vertiente empresarial del personaje, e incluso publicó una
biografía en el año 2000, hoy descatalogada. Pero en ellas apenas ahondaba en
sus andanzas cubanas.
“Decidí trabajar en profundidad las notas que en su momento
no había usado porque no me parecían relevantes”, explica Rodrigo, movido
también por sus más recientes investigaciones sobre la trata de esclavos en las
colonias españolas y su acceso a algunas fuentes británicas. El resultado es: Un
hombre, mil negocios. La controvertida historia de Antonio López, marqués de
Comillas (Ariel), un pormenorizado repaso a la vida del naviero y financiero
barcelonés del siglo XIX, el que fue Marqués de Comillas, amigo del rey Alfonso
XII y uno de los empresarios más ricos e influyentes de Catalunya y España.
En el capítulo cubano, proporciona nuevos detalles y
documentos sobre su empresa dedicada a la venta de esclavos y añade toda la luz
posible a su papel como negrero, con numerosos indicios que le vinculan a una
actividad que, pese a estar prohibida desde 1821, supuso hasta 1867 el
desembarco ilegal de cientos de miles de personas en Cuba. De los 900.000 que
se estima que desembarcaron en la isla, según Rodrigo, 600.000 lo hicieron en
ese período, con una notable participación de capitales catalanes en esas empresas.
López nació en 1817 en el seno de una familia pobre de
Comillas y pronto emigró a América, primero a México y después a Cuba, donde se
abrió paso en el mundo de los negocios empezando en un almacén cuyo
propietario, Andrés Bru, acabaría siendo su suegro y su socio. El dinero de la
familia política dio mayor impulso a su empresa, Antonio López y Hermano
–fundada con su hermano Claudio–, que se dedicó entre otras cosas a explotar
líneas marítimas regulares dentro de la isla. Aquella actividad les sirvió de
base para su negocio con los esclavos, que consistía en comprarlos en Santiago
y venderlos a otros puntos de la isla, desde Matanzas a Cienfuegos o la Habana,
donde servían de mano de obra forzada en cafetales y los campos de azúcar.
Un anuncio en el periódico El redactor de Santiago de Cuba,
de junio de 1852, da un vistoso testimonio de ello. “Compran negros de ambos
sexos [sic] en partidas o sueltos al contado; los Sers. Antonio López y
Hermano, calle de la Marina, 38”. Durante más de una década, entre 1844 y 1956,
en su treintena de edad, hay constancia de que el futuro Marqués de Comillas
hizo negocio con la intermediación comercial de decenas de esclavos, cada año
más que el anterior, según documenta Rodrigo a partir de actas notariales y de
los archivos de las escribanías de Santiago. Si en 1848 su empresa vendió 34
esclavos y recibió poderes para hacer lo propio con otros 23, en 1851 la cifra
llegó a alcanzar las 399 personas esclavizadas. “Era una de las grandes
compañías que se dedicaba a ello, jugaba con las diferencias de precio, y
estableció una importante red de poderes en distintos puntos de la isla”,
apunta Rodrigo.
Todo aquello era legal. Aunque el tráfico de esclavos desde
África a América estaba prohibido desde 1821, por un acuerdo bilateral entre
España y el Reino Unido, la esclavitud estuvo permitida en Cuba hasta 1886.
También las transacciones con esclavos dentro de la colonia. Sobre ese trabajo
forzoso se asentaron las fortunas de numerosos grandes apellidos españoles,
muchos de ellos catalanes, que coincidieron con López en Cuba o ya en
Barcelona. Samà, Xifré, Vidal-Quadras, ( Y Sama y Güell y más , nota del blog )Goytisolo son algunos de los que se
entrecruzan de forma recurrente en el libro, a veces en forma de matrimonios,
operaciones inmobiliarias, consejos de administración o lobbies esclavistas.
Interrogatorios y otros indicios de tráfico
En paralelo a aquella actividad para entonces legal, el
libro Un hombre, mil negocios enumera algunos episodios que le permiten al
autor afirmar que también estuvo involucrado en el tráfico ilegal, un aspecto
mucho más complicado de acreditar, puesto que la propia irregularidad del
negocio hace que no se conserven fuentes documentales. “Para esconder las
pruebas no solo se quemaban todos los papeles, sino que a veces se quemaban
incluso los barcos”, sostiene. Si Rodrigo describe la trata atlántica como una
cadena en la que durante años operaron cientos de personas (desde los
financieros a los capitanes), López integraba el eslabón encargado de recibir
en las playas los alijos de los llamados bozales, los futuros esclavos.
El primero que lo denunció, a los dos años de fallecer López
en Barcelona, fue su cuñado, Francisco Bru, en el libro La verdadera vida de
Antonio López López por su cuñado Francisco Brú. Enfrentado a su pariente, el
cuñado quiso responder con su versión de la historia a las hagiografías y
homenajes que se sucedían sobre empresario indiano. “Traficaba con carne
humana; sí, lectores míos. Era comerciante negrero. López se entendía con los
capitanes negreros, y a la llegada de los buques, compraba todo el cargamento”,
dejó escrito Bru. El resentimiento que desprende su publicación de, sin
embargo, ha servido hasta hoy a los herederos de López para tratar de
desacreditar esas acusaciones.
Pero Rodrigo recaba más fuentes. Entre ellas están los
archivos de la administración británica, en los que consta una investigación
–de las tantas que hubo– sobre la goleta Deseada, que en 1850 desembarcó a 280
africanos en la ensenada de Juragua. López y su socio Vinent fueron
interrogados por considerarse que habían embarcado al menos a quince de esos
esclavos hacia Batabanó. El cántabro negó conocer la operación y declaró que
había transportado no 15, sino 79 “negros, los cuales no eran sin embargo
bozales”. Es decir, que aseguraba que eran criollos, tal como se denominaba
entonces a los esclavos regularizados en la isla. En su declaración
exculpatoria dejó constancia también de que su empresa se dedicaba al “tráfico
de este tipo de negros” desde hacía años “enviándolos a aquellas partes de la
Isla donde sacaba más provecho”.
Las pesquisas como aquella raramente llegaban a buen puerto,
aunque la información de la que disponían los cónsules británicos solía ser
buena, apunta Rodrigo. El motivo responde a que una vez en tierra cubana, la
investigación de los hechos correspondía a los funcionarios españoles. “Algunos
capitanes querían hacer cumplir los tratados, pero eran pocos. En la mayoría de
casos pasaba que se daba carpetazo al asunto, como se vio con López”, resume.
La llegada de decenas de miles de esclavos durante la época en la que estuvo
prohibido –y su necesaria regularización– sólo se explican, añade, por la
colaboración de los funcionarios de un Estado que se beneficiaba de ese modelo.
El historiador desgrana en Un hombre, mil negocios uno de
los procedimientos con los que se solía legalizar a esas personas: “Un
individuo (diríamos que en calidad de testaferro del propio López o de sus
socios) acudía ante un notario y otorgaba poderes primero a favor de la razón
Valdés y López (o de la firma Antonio López y Hermanos, después) para que, en
su nombre, pudieran vender esclavos supuestamente de su propiedad. De aquella
manera, con una sola escritura notarial se podían legalizar desde un solo
esclavo bozal hasta varias decenas de africanos esclavizados recién
descargados”. Rodrigo enumera más episodios, como la alianza de López con un
conocido negrero de A Coruña, Eusebio da Guarda, y unas expediciones fallidas
que financiaron entre ambos y cuya mercancía no se especificaba, cuando lo
habitual era hacerlo.
Por todo ello, el historiador defiende la participación de
López en el tráfico ilegal. Pero lo que es todavía más complicado de calibrar
es hasta qué punto el negocio de los esclavos le catapultó en su carrera
empresarial, puesto que en Cuba se dedicó también a la venta de ropa y acabó
comprando varios ingenios antes de volver a la península. “La etapa cubana es
fundamental para la acumulación originaria de capital; el peso que tuvo el
comercio de esclavos solo lo sabríamos si tuviésemos los libros de
contabilidad, pero lo que sí sabemos es que sus actividades estuvieron marcadas
por la esclavitud, eso es impepinable”, resume el historiador.
El hombre más rico de Catalunya
A su vuelta a España, López se afincó en Barcelona, uno de
los principales puertos coloniales de la península y la ciudad de su mujer,
Luisa Bru Lassús. A partir de ahí, la historia de ese indiano y tratante de
esclavos es mucho más conocida, y consiste en un fulgurante ascenso hasta lo
más alto de la élite barcelonesa y española. A su muerte, en 1883, y más allá
del multitudinario funeral en la Catedral de Barcelona, López se podía
considerar el hombre más rico de Catalunya. Según el inventario de bienes patrimoniales,
los capitales de su casa de comercio y los títulos de deuda, Rodrigo estima que
la fortuna acumulada por el empresario era superior a la que legaron otros
prohombres de su generación como Joan Güell –su consuegro–, el naviero José
María Serra, el indiano Agustín Goytisolo o el financiero, político y exalcalde
de la capital catalana Manuel Girona.
Las numerosas empresas en las que se embarcó López desde su
llegada a España, además del éxito, tuvieron casi siempre dos nexos en común.
“La vertiente colonial y la dependencia del Estado”, describe Rodrigo. Con su
firma naviera Antonio López y Compañía (que luego sería la Compañía
Transatlántica) logró contratos para prestar el servicio de correos y de envío
de soldados hacia las Antillas. La fundación en 1876 del Banco Hispano
Colonial, que él presidió, nació de un préstamo al Gobierno para financiar la
guerra de Cuba. Su última gran empresa, la considerada primera multinacional
española, fue la Compañía General de Tabacos de Filipinas.
No es de extrañar, en este sentido, que el Marqués de
Comillas participase activamente en todas las iniciativas anti abolicionistas
que lideraron las grandes fortunas españolas y catalanas. “Uno de los hechos
diferenciales de España respecto a otros países europeos es que la cronología
de la abolición de la esclavitud es más tardía, y uno de los factores que lo
explica es sin duda la fortaleza de los pro esclavistas, ya fueran los de
Madrid, Barcelona o la Habana”, argumenta Rodrigo. La esclavitud en la colonia
española de Cuba no se abolió hasta 1886, cuando solo era ya legal en Brasil.
Más allá de la faceta empresarial, muy complicada de
discernir de las demás, López fue también un mecenas y un hombre que quiso y
pudo entrar en los círculos más exclusivos de la alta sociedad. Prueba de ello
es su relación con Alfonso XII, que veraneó con él en Comillas y le dio primero
el título de marqués y luego de grande de España. En el pueblo cántabro, López
llevó a cabo múltiples obras benéficas, a menudo ligadas a la iglesia, y de su
papel como mecenas de las artes se recuerda sobre todo la financiación de la
obra del poeta Jacint Verdaguer, que fue el párroco de la familia.
Rodrigo no quiere entrar a valorar la decisión del
Ayuntamiento de retirar la estatua de López, pero sí defiende que el legado y
representación de los grandes apellidos españoles que levantaron sus fortunas
sobre la mano de obra esclava es un todavía un melón por abrir en España. “Es
una asignatura pendiente que requeriría una actitud valiente por parte de los
poderes públicos, que deberían encargar estudios”, opina. Desde Sitges a
Santander, desde Cádiz hasta Madrid, y por supuesto en Barcelona, este
historiador cree que se debería inventariar el legado de los negreros y, a
partir de ahí, decidir qué se mantiene y qué no.
Mientras tanto, en la capital el busto de Antonio López
permanece en el Centro de Colecciones del Museo de Historia de Barcelona,
desprovisto de su función de ejemplaridad pero con su valor patrimonial y
artístico. El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, le pidió a Colau
que lo donasen a Comillas, donde aseguraba que sí iban a quererlo, pero la
alcaldesa se negó. El primer Marqués de Comillas, a pesar de la defenestración
de la estatua, sigue dando nombre a la plaza donde se ubicaba el monumento, la
Plaça Antonio López. Varios colectivos lograron incluir en el proyecto de
multiconsulta ciudadana del mandato pasado el cambio de nombre del espacio.
Querían renombrarla como Plaça Idrissa Diallo, en honor al joven guineano que
falleció en enero de 2012 en el CIE de Barcelona, pero la votación no prosperó
en el pleno del consistorio.
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Nota del blog .-Hombre y tanto que Antonio López era amigo de Alfonso XII , los Borbones participaron del tráfico de esclavos o de sus beneficios desde Felipe V en participación con la corona Inglesa . El tratado Utrech y el Navío de permiso . La abuela de Alfonso XII , María Cristina y su marido , tenían grandes plantaciones en Cuba . El general O´Donell era el brazo armado en Cuba de ella .Aplastando sangrientamente rebeliones de esclavos en Cuba .Y de Isabel no sé si era su cornudo marido también el que se encargaba de ello . Prim luego quiso vender Cuba a los americanos y lo mataron ..
Amadeo apoyo la abolición y tuvo que dimitir .Existia una Liga esclavista presidida por prohombres de Cataluña . Y cuando vuelve Alfonso XII a España para primero en Barcelona y duerme en el Palacio Güell de junto a las Ramblas ,antes de ir a Madrid . El segundo Güell , Eusebio , luego financio a la Lliga Regionalista y con un despacho jurídico con el primo de Verdaguer y allí empezó Cambo a trabajar ..Güell era el jefe del Somaten .. Cambó cuando el “tancament de caixas” también salió con el escopetón en una esquina de Gran Vía . Luego recordemos la alianza con Maura que había sido ministro de Ultramar y quien redacto el Estatuto de Autonomía cubano que no se aplicó , pero Cambo consiguió la Mancomunidad y luego fracaso en el primer Estatuto de 1918 . Cuando Primo de Rivera dio el golpe 1923 el hijo de Eusebio , Juan ,estaba en su despacho y Alfonso XIII acepto el golpe y luego Primo aplico el Somaten a toda España.. Pero ¡Oh sorpresa! , suspendió la Mancomunidad . Con cabreo de la Lliga regionalista . En los años anteriores cuando las huelgas en Barcelona , los industriales pedían ¡ Que venga Weyler ¡! El General de los campos de concentración en Cuba en la guerra del 95 al 98 , pero que ya en la primera guerra de independencia cubana había creado los Voluntarios de Valmaseda contra los mambises de Céspedes temibles en sus cargas a machete . El hijo de Juan luego , hizo la guerra con Franco .
Al igual con Compañía Transatlántica con las guerras de Cuba se forró al transportar tropas y pertrechos .
Por supuesto los Güell fueron de los grandes industrializadores de Cataluña . Maquina de Vapor . Vapor Vell . Colonias industriales. Maquinaria terrestre marítima. Se puede explicar la industrialización de Cataluña con sus biografías ..Sama otro esclavista del Maresme hizo el primer tren español . Barcelona-Mataró . Imitando el de Matanzas en Cuba , para llevar la caña de azúcar a las fabricas y destiladoras .Aunque este era para llevar mercancías de Barcelona al Maresme pero fracasó , luego fue al revés .
El tráfico de esclavos tenía un circuito triangular , los barcos cargaban armas y ferralla en Cataluña , las intercambian por esclavos con reyezuelos del golfo de Guinea. Vendían los esclavos en Cuba ,por ejemplo , Cargaban de azúcar , lo vendían en USA , cargaban de algodón y volvían a Cataluña a veces pasaban por Londres y traían carbón inglés y maquinaria así sin materias primas montaron la industria textil , eso fue el milagro .. Muy similar al inglés , pero este tenia carbón y el algodón americano . La esclavitud en Cuba fue abolida en 1886 , con indemnizaciones del Estado y crearon con ello mucha de la Banca Española.
Todo esto que explico no deja de ser aun tema tabú y más si lo intentas conectar con la política . Y conectar la monarquía borbónica con el trafico de esclavos y eso que hay investigaciones académicas y claras sobre ello...
y ver
http://www.unidadcivicaporlarepublica.es/index.php/monarquia/casa-irreal/17090-la-corona-espanola-y-el-trafico-de-negros-el-gran-negocio-de-los-borbones
LDM .