domingo, 20 de diciembre de 2020

Los paraísos conspiranoicos .

Redes y medios, el paraíso de los conspiranoicos

Como no comprenden el mundo, no comprenden la ciencia, no comprenden los razonamientos políticos e ideológicos, comienzan a ver oscuras y ocultas intenciones y poderes

Pascual Serrano

Que si las vacunas llevan un chip, que si el coronavirus se transmite por la red 5G, que si los demócratas estadounidenses son pedófilos satánicos, que si Soros anda moviendo los hilos a favor del independentismo catalán y Putin desestabilizando las elecciones de Estados Unidos. Grupos de taraos obsesionados con paranoias absurdas siempre los ha habido, pero hemos de reconocer que nunca como hoy han tenido tanta capacidad y poder para convencer y movilizar, incluso a manifestarse por miles. Nunca las instituciones y la ciencia han debido hacer tanto esfuerzo para explicar hechos científicos o desmontar fabulaciones tan absurdas. ¿Cuál es el motivo actual de su éxito y constante presencia? Sin duda la existencia de un nuevo ecosistema comunicacional idóneo para ellos.

Los llamados conspiranoicos surgen desde cualquier parte del espectro ideológico. Por eso coinciden ultraderechistas y ácratas en manifestaciones contra las mascarillas y las vacunas. Todos contra el Estado opresor y controlador (precisamente el Estado que otros pedimos que incremente su capacidad de acción para ofrecer sanidad, educación o pensiones). Las dos posiciones se arrogan lo rebelde, lo políticamente incorrecto, el creerse orgullosamente distintos del rebaño. Pero, como en toda campana de Gauss, uno se puede salir por la orilla de los listos o por la orilla de los imbéciles. Ellos, claro, siempre se consideran de los listos.

La prepotencia y soberbia que les impide percibir algo fuera de su orejeras suele ser su mecanismo de defensa ante una sociedad y un ambiente que no comprenden o en el que no saben desenvolverse, ello les lleva a reivindicar opciones peregrinas con tal de ubicarse fuera de la información oficial y de las instituciones. Al igual que sucede con los dogmas religiosos, ellos no soportan las deficiencias de la ciencia y necesitan vivir con certezas, aunque para ello deban expulsar la razón. Les ocurre como con los nacionalismos, en tiempos de incertidumbres y complejidades lo mejor es reivindicar la tierra, los orígenes y los ancestros, ahí no puede haber error ni nada malo. Si para el nacionalista su terruño es la Arcadia feliz que le ofrece las seguridades, para el conspiranoico lo es su teoría en torno a la cuál giran todas sus certezas.

Como no comprenden el mundo, no comprenden la ciencia, no comprenden los razonamientos políticos e ideológicos, comienzan a ver oscuras y ocultas intenciones y poderes. La necesidad de mantener una mínima dignidad ante el exterior les lleva a optar por reafirmarse en su ideas por absurdas que sean, y como tampoco soportan que directamente se les ignore, creen que sufren una persecución organizada y la censura de sus ideas, lo que aumenta su orgullo y sensación de poder. Son peligrosos.

Como decía anteriormente, estos perfiles mentales siempre fueron anecdóticos e irrelevantes en cualquier sociedad. Pero ahora, la llegada de internet, pero sobre todo con las redes sociales que les han abierto toda una ventana de protagonismo. Ellos, que nunca tuvieron a más de dos personas escuchándoles, ahora pueden dirigirse a toda la humanidad desde su Facebook o a los 20 miembros de su grupo de Whatsapp del trabajo o de la familia, toda una multitud para alguien al que nunca nadie le hizo caso. Mi abuela decía que era mentira que el hombre hubiera llegado a la luna, que todo era un montaje. Evidentemente, ninguno le hacíamos caso, pero ahora tendría cientos de seguidores en Facebook y seguro le llamarían en alguna televisión.

No es solo esto lo que les permiten las redes. Gracias a los algoritmos y a los filtros creamos una burbuja ideológica en nuestras redes donde solo nos relacionamos a los que piensan como nosotros. El conspiranoico, que antes se sentía solo en el pueblo o en el barrio, ahora se encuentra con sus iguales y todos ellos se reafirman en su verdad de la buena y la persecución a la que se ven sometidos por su rebeldía e incorrección.

También nuestro ecosistema mediático opera a su favor. Si en nuestros medios se premia lo espectacular, lo curioso, lo extravagante, qué mejor noticia que unos tipos que dicen que las vacunas llevan un chip, que las antenas 5G transmiten el coronavirus o que Putin está detrás del procés catalán. Si lo espectacular termina siendo la noticia con la que se consigue más éxito, más audiencia, más clicks, más likes, lo verdaderamente importante es que sea espectacular, no que sea verdad, que la protagonizan unos descerebrados o que sea irrelevante. Doscientos terraplanistas manifestándose en la Gran Vía madrileña, con el aspecto, la indumentaria, las pancartas y los slogan que ustedes se puedan imaginar, dan para una buena noticia de televisión. Nada comparable a lo aburrido de dos mil trabajadores con banderas sindicales gritando contra un cierre de la empresa.

Lo grave de todo esto es lo peligroso que pueden ser corrientes de iluminados en tiempos de pandemia, en tiempos de amenazas de populismos fascistas que embisten contra las instituciones de convivencia, iluminados que se dicen rebeldes pero que tienen como enemigos a la ciencia pero no a la banca que usura o multinacionales que saquean recursos naturales y explotan trabajadores. Y que están aprovechándose de lo peor de un sistema de redes sociales que ha democratizado la inseguridad informativa y el caos, y un sistema de medios tradicionales que están abandonando el rigor y la investigación para premiar la espectacularidad y el sensacionalismo.

 https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/redes-medios-paraiso-conspiranoicos_129_6515723.html

Nota del blog .-- No  olvidemos , que  se ha producido  un cambio en lo que llamamos gran capitalismo, pasó de una economía material productiva  a una economía digital , inmaterial  financiarizada que ya no  vive de los medios de que antes producía,  ni de fábricas , ni de la capacidad de convertir el dinero en capital , ¿de qué manera puede extraer beneficios? ,   pues extrayendo valor de nuestra relaciones personales en espacio del procomún  . Airbnb , Uber, Blabla-Car. Wallapop ,Deliveroo ,Glovo......etc  Han trasladado la realidad física a una pantalla virtual controlando nuestras relaciones cooperativas . Para a continuación mercantilizarlas y sacar los beneficios de su intermediación. Y  a  esto se le  llama capitalismo avanzado. y como  ya estableció la posmodernidad   la verdad no existe , ni la de la ciencia impirica tampoco,  Termina por crear una sociedad  atomística de bombardeos mutuos  y caos general e inseguridad en el futuro , por eso la reacción es volver al principio y  buscarse una identidad , las  neo religiones fundamentalistas por ejemplo o  como esto está muy secularizado  ,en vez  de Dios por ejemplo , la nación y no el estado democrático soberano que defiende lo colectivo . Lo importante es lo individual como absoluto y no sincronizarlo  con  los  derechos colectivos. Y así lo pueden manejar globalmente  mejor. Y es un perfecto caldo del neo  o nuevo fascismo además .Que ya no le llaman así . Y no cabe duda que ese camino aunque seria necesario analizarlo y debatirto ,  lo abrio USA y  la americanización global , ahora en crisis . Como dijo una vez el antropólogo francés Levi Strauss lo que está pasando en Occidente ya había pasado antes en Oriente. Supongo que además la pandemia lo favorece , no tienen sobre quien descargar  la culpa .¿No se  sino sería en este caso mucho mejor darles a leer el Tao?. Y ni así .

sábado, 19 de diciembre de 2020

Clarice Lispector cumple 100 años.

 

Clarice Lispector, fiel a su esencia salvaje


Fuentes: Rebelión


La gran Clarice Lispector cumple 100 años.

La escritora extraordinaria que nunca se lo  creyó, demasiada pureza en su alma  como para caminar por la vida con el ego de la intelectualidad. Sus textos se abrían paso entre la vida diaria, con la máquina de escribir sobre sus piernas en lo que cuidaba a sus hijos pequeños. La habitación propia de la que habla Virginia Woolf fue para Clarice esa máquina de escribir que la salvó del vacío. 

Clarice, que creció en la pobreza, emigrante desde niña que hablaba el portugués con un acento raro, luego pudo viajar por el mundo y probar las mieles de la holgura económica nunca olvidó su origen.  Pero, ¿cómo alguien que conoció lugares espectaculares, que se codeaba con personas de alto abolengo en el mundo de la política, la cultura y las artes, le escribió un texto a una gallina? Sí, al sentimiento de una gallina que huía para no convertirse en el caldo del día para una familia. 

Que pudo escribir de rascacielos, de vinos caros, de vistas sorprendentes, de casas con alfombras persas, le escribió un texto a un hombre invidente como muchos de los que viven en las calles y son invisibles para la sociedad. Y  qué decir de la historia de la niña malvada que se burlaba de la pobreza de su amiga cuando fingía que le prestaría un libro para leer, solo para verla llegar todas las tardes a su casa y tocar la puerta con ilusión para luego arrebatársela diciéndole que ese día no. 

Clarice escribía para respirar, eso eran las letras para ella, su oxígeno. Por eso la profundidad y consistencia de las mismas. Alejada del bullicio de la fanfarrea que secunda a muchos escritores gloriosos, Clarice  en soledad creó un volumen impresionante de textos, todos importantes, esenciales, con las emociones a flor de piel. 

Una sola línea de cualquiera de sus textos deja al lector en un éxtasis, ido, sumergido en las profundidades de su propia alma. Esa capacidad tiene Clarice, un talento extraordinario para traspasar todas las capas de la piel y llegar directo al espíritu humano. Sus textos no caducan son atemporales porque muestran la realidad de la vida en infinidad de circunstancias. Su aplomo para relatar el día  a día de una mujer, que será excluida por el mundo de hombres creado para ellos mismos. Eso no ha cambiado o ha cambiado pero muy poco en estos últimos 100 años. 


Alejada de las normas lingüísticas, Clarice crea su propio lenguaje, su propia forma de expresión y de escritura. Rompe con todo lo impuesto, navega sin radar lanzándose a las aguas del mar sin salvavidas, camina sin medir los pasos, sin temor, solo avanza y se adentra en las hondonadas del alma. De Clarice Lispector no se vuelve jamás. 

También pintora, la niña de origen ruso, Chaya Pinkhasovna Lispector dio a Brasil la mayor de las glorias en literatura. Y a nosotros sus lectores en todas partes del mundo, la alegría de poder disfrutar de su talento sobrenatural y de  la  esencia salvaje en los mismos. 

Por haberse atrevido a ser ella misma, roto con las normas impuestas en literatura, por haber creado su propio lenguaje y mundo, por haber sido fiel a su esencia humana, Clarice Lispector es una insurrecta. Y yo la celebro en el centenario de su nacimiento  y siempre. Porque con su ímpetu abrió puertas para generaciones de escritoras no solo en Latinoamérica. 

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado

Estados Unidos.  —
Ilka Oliva Corado.Blog: Crónicas de una Inquilina Editorial: https://ilkaeditorial.com
 y ver  ...https://es.wikipedia.org/wiki/Clarice_Lispector

Caso Beteragune . -Si esto no es prevaricación...

 Si esto no es prevaricación...

No se puede justificar lo injustificable. El Supremo pudo hacerlo cuando resolvió el recurso de casación. Pudo corregir el vicio de la sentencia de la AN y ordenar la repetición del juicio, como le solicitó la defensa de Otegi. Pero no lo hizo. Tampoco el TC

 Javier Pérez Royo

El miércoles publiqué un artículo (Vicio insubsanable) al tener conocimiento de la sentencia del Tribunal Supremo (TS) por la que se ordenaba la repetición del juicio de Arnaldo Otegi por el caso Bateragune. Únicamente conocía el comunicado del TS, pero no la fundamentación jurídica de la sentencia, que ha sido hecha pública este jueves.

 Tras haber leído la sentencia, no solamente me reafirmo en lo que publiqué el pasado miércoles, sino que pienso que puedo ir más lejos de lo que entonces sostuve. La sentencia es un caso de libro de prevaricación.

 Hay una contradicción en la sentencia entre el relato de los hechos y la fundamentación jurídica de la decisión. En el relato de hechos se reconoce que la sentencia inicial fue de la Audiencia Nacional (AN), pero que a continuación, en la sentencia del TS en el recurso de casación interpuesto por la defensa de Arnaldo Otegi por falta de imparcialidad de la Sala de la AN, se dice textualmente: "Mantenemos el pronunciamiento de la sentencia dictada por la Sala de lo Penal de la AN...".

 La falta de imparcialidad en la condena de Arnaldo Otegi no es atribuible, por tanto, a la AN exclusivamente, sino que es atribuible también al TS. Arnaldo Otegi solicitó en su escrito de casación que el TS anulara la sentencia de la AN por falta de imparcialidad y ordenara la repetición del juicio, pero el TS no atendió dicha petición y confirmó la sentencia de la AN. Hizo suya, por tanto, la falta de imparcialidad de la AN. Lo mismo ocurriría a continuación ante el Tribunal Constitucional (TC) al no otorgar el amparo solicitado por Otegi.

 La falta de imparcialidad no ha afectado exclusivamente a la Sala de lo Penal de la AN, sino también a la Sala de lo Penal del TS y al TC. Los tres órganos jurisdiccionales han vulnerado el derecho de Otegi a un juez imparcial.

 El concurso de esas tres ausencias de imparcialidad han sido necesarias para que se cumpliera la condena impuesta  y Otegi pasara seis años privado de libertad. Sin el concurso del TS y el TC no hubiera sido posible. Seis años en prisión, siendo inocente, ya que su presunción de inocencia no había sido destruida de manera constitucionalmente aceptable. Se vulneró su presunción de inocencia al imponérsele la condena por un juez parcial y al confirmarse dicha condena por el TS y el TC.

 Estos son hechos incontrovertibles. Figuran así en el la propia sentencia 682/2020 del TS mediante la cual se ordena la repetición del juicio contra él por el caso Bateragune. Ha estado seis años privado de libertad por la decisión de la AN, del TS y del TC, es decir, por todos los órganos judiciales que podían tomar una decisión respecto de su conducta. Estos tres órganos judiciales son, en lo que al caso Bateragune se refiere, el PODER JUDICIAL DEL ESTADO ESPAÑOL. Por eso, a quien condena el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) es al Estado español.

 Es obvio que los miles de jueces y magistrados que integran el Poder Judicial no han tomado la decisión, como también lo es que hubo votos particulares tanto en el TS como en el TC, pero la decisión del poder judicial del Estado fue la que fue. Y se hizo cumplir como tal. Seis años en prisión.

 En diciembre de 2020 los 16 magistrados que integran la Sala de lo Penal del TS, en la sentencia mediante la que ordenan la repetición del juicio contra Arnaldo Otegui en la AN, advierten en el Fundamento jurídico segundo "que el Estado de Derecho no puede permanecer impasible ante una privación de libertad cuya justificación se ignora..." y decide, en consecuencia, que hay que repetir el juicio para que "se conozca" la justificación de dicha privación de libertad.

 En esta frase está el núcleo esencial de la sentencia 682/2020. Otegi ha estado seis años en prisión sin que se sepa muy bien por qué, vienen a decir los 16 magistrados que firman la sentencia. Ahora habrá que explicar por qué ha sido así. 

 Esto simplemente no es verdad. El TS no puede desconocer que la AN "justificó" por qué condenaba a Otegi. La sentencia de la AN fue una sentencia "motivada". No puede desconocer que el TS "justificó" por qué confirmaba la decisión de la AN. La sentencia del TS también fue "motivada". Y tampoco puede desconocer que el TC "justificó" por qué entendía que ambas decisiones no habían supuesto vulneración de los derechos fundamentales de Otegi. Su sentencia también fue "motivada".

 No es verdad, en consecuencia, que "se ignore la justificación de la privación de libertad" de Otegi. Se conoce perfectamente la justificación. Está en la fundamentación jurídica de las tres sentencias dictadas por la AN, el TS y el TC. El problema es que tal justificación se produjo con vulneración del derecho fundamental a un juez imparcial, vulneración imputable a los dos máximos órganos de la justicia ordinaria y al órgano de la Justicia Constitucional.

 No se puede justificar lo injustificable. El TS pudo haberlo hecho en la sentencia mediante la que resolvió el recurso de casación. Pudo corregir el vicio de la sentencia de la AN y ordenar la repetición del juicio, como le solicitó la defensa de Arnaldo Otegui. Pero no lo hizo. Tampoco lo hizo el TC, que pudo corregir el vicio de la AN y del TS. Este era el momento procesal en que podía haberse corregido el vicio de falta de imparcialidad.

 Ahora ya no puede hacerse. Ni por la AN, ni por el TS, ni por el TC. ¿Puede haber mayor prueba de falta de imparcialidad que intentar corregir unilateralmente a posteriori la propia falta de imparcialidad previa? Porque la falta de imparcialidad ya no es de unos órganos judiciales, sino de todo el Poder Judicial. Para acudir  al TEDH se ha tenido que “agotar” la vía judicial en España. El TEDH no constata que ha errado la AN, el TS o el TC, sino que ha errado el poder judicial del Estado español. Como consecuencia de ese error, Arnaldo Otegui ha estado seis años en prisión, sin haber debido estarlo. ¿Puede el TS absolver a la AN, a sí mismo y al TC de haber vulnerado el derecho fundamental de Otegi a un juez imparcial después de haberlo mantenido seis años privado de libertad? ¿Puede el Estado de derecho permanecer impasible ante un acto tan inequívocamente prevaricador?

 Al dictar la sentencia 682/2020 en los términos en que lo han hecho los 16 magistrados de la Sala de lo Penal del TS han levantado un acta de acusación contra ellos mismos.

 

 NOTA . .Otegi , se  separó de ETA e intento reconvertir el movimiento aberzale y sacarlo del síndrome de Estococolmo  a que los sometía   ETA , cuando ETA se disolvió , toda la prensa  dudaba si no quedarían  comandos autónomos , que se ascenderían de nuevo y  seguirían cometiendo atentados , el papel de  Otegi fue fundamental para que  no sucediera llevando el aberzalismo a un movimiento político  pacífico . Desde el 1998 Otegi participó en la firma del Pacto de Estella, el cual proponía, para solucionar el conflicto, el inicio de un proceso de diálogo sin «condiciones previas infranqueables» con una segunda fase que exigiría una «ausencia permanente de todas las expresiones de violencia»; propuestas que propiciaron una tregua de ETA. Y Bateragune fue la última de ellas apostaba por «la utilización de vías exclusivamente políticas y pacíficas». . En 2012 pidió «sus más sinceras disculpas» a las víctimas de ETA y afirmó que sentía «de corazón» si desde su posición política había añadido «un ápice de dolor, sufrimiento o humillación a las familias de las víctimas».   Y tanto Zapatero como otros políticos vascos manifestaron la importancia de  Otegi en la disolución de ETA . Durante su última reclusión se sucedieron diversos actos de apoyo para reclamar su puesta en libertad en una campaña internacional a la que se sumaron destacadas personalidades, como los expresidentes José Mujica (Uruguay), Fernando Lugo (Paraguay) y José Manuel Zelaya (Honduras), los premios nobel de la paz Mairead Maguire, Adolfo Pérez Esquivel y Desmond Tutu, el filósofo Noam Chomsky, el sociólogo James Petras, la ganadora del Premio Pullitzer Alice Walker, la activista afroamericana Angela Davis, el escritor y cineasta Tariq Ali, el oscarizado actor Haskell Wexler, el exfiscal general de Estados Unidos William Ramsey Clark, y muchos otros . El realidad muchos lo consideran a Otegi , el  Gerry Adams vasco . Recordemos que ETA  tuvo su origen en el franquismo y que no acabo con ella y se tardó -+  35 años  de democracia acabar con ella .




viernes, 18 de diciembre de 2020

Golpe de toga ( Lawfare) en el caso Bateragune .

 El Supremo justifica el nuevo juicio a Otegi porque lo considera culpable

Gemma Liñán

  El Tribunal Supremo ordena repetir el juicio a Arnaldo Otegi porque "tras la sentencia del TEDH procede dar respuesta en derecho a defensas y acusaciones sobre el fondo del ‘caso Bateragune’", dice el alto tribunal.

  El Pleno de la Sala II del Tribunal Supremo, en la sentencia en la que ordena repetir el juicio a Arnaldo Otegi y otras cuatro personas por el ‘caso Bateragune”, considera que tal decisión es obligada ante la nulidad de la primera sentencia condenatoria dictada por la Audiencia Nacional por falta de imparcialidad del tribunal, de acuerdo a lo establecido por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Añaden que la consecuencia de dicha nulidad debe ser la celebración de un nuevo juicio ya que de otro modo no existiría una resolución válida sobre el fondo del asunto, es decir, sobre la existencia de los hechos, la participación de los acusados en los mismos, y sobre su carácter delictivo, lo que es un derecho tanto de las defensas como de las acusaciones.

 La sentencia explica que los acusados fueron condenados como autores de unos hechos y han cumplido la pena, y “el Estado de Derecho no puede permanecer impasible ante una privación de libertad cuya justificación final se ignora”. Por otro lado, “las acusaciones no han decaído y quienes las sostienen tienen derecho a una resolución motivada respecto de sus pretensiones debidamente formuladas”.

 El tribunal afirma que los precedentes de la Sala, en casos en los que se apreció una vulneración del derecho a un juez imparcial, “han conducido, sin excepción, a la declaración de nulidad del juicio y de la sentencia y a la necesidad de la celebración de un nuevo juicio con un tribunal de diferente composición”. En ningún caso se acordó -añade la Sala- que la vulneración de aquel derecho, si no venía acompañada de otras vulneraciones distintas, supusiera la absolución del acusado.

 Los magistrados explican que, al ser imprescindible la declaración de nulidad de la sentencia de la Audiencia Nacional, debe decidirse a continuación el alcance de dicha nulidad, ya que la constatación de que los acusados tenían razones objetivas para dudar de la imparcialidad del tribunal no supone una resolución válida sobre el fondo de la cuestión.

 Para el tribunal, la inexistencia de una resolución expresa tendría dos consecuencias inmediatas. De un lado, que “no existiría un pronunciamiento definitivo de la justicia” sobre la realidad de los hechos, la participación de los acusados, y su carácter delictivo.  Y de otro lado, que los acusados recurrentes “han cumplido una pena, en el caso privativa de libertad, como consecuencia de hechos sobre los cuales no existe ese pronunciamiento definitivo”.

 La Sala, sin embargo, rechaza que la consecuencia de tal declaración de nulidad sea la absolución por la que se inclinan los recurrentes de forma implícita. “Los acusados fueron condenados como autores de unos hechos determinados y han cumplido la pena. Ante una situación tal, por un lado, el estado de derecho no puede permanecer impasible ante una privación de libertad cuya justificación final se ignora. Y por otra, ha de tenerse en cuenta que las acusaciones no han decaído, y quienes las sostienen tienen derecho a una resolución motivada respecto de sus pretensiones debidamente formuladas”, subraya el Pleno de la Sala Segunda.

 Con absolución no se repite el juicio .

 La Sala cita ocho precedentes de sentencias del Supremo, referidos a otros tantos casos en los que se había acordado la absolución en la instancia y recaía condena en apelación o casación sin haber oído al acusado, por lo que la sentencia de revisión derivada de resolución del TEDH supuso la vigencia den las absoluciones acordadas en la instancia, y no fue necesaria una nueva resolución. También menciona otra sentencia de la Sala II, en un caso en el que el TEDH había condenado por vulneración al derecho a la libertad de expresión, lo cual inevitablemente conducía a entender la procedencia de la absolución.

 La Sala precisa que “en el caso presente, sin embargo, los recurrentes fueron condenados en la instancia, de manera que la declaración de nulidad de la sentencia dictada en casación no podía implicar, ni expresa ni implícitamente, la vigencia de la dictada en la instancia”.

El Pleno indica en su sentencia, ponencia del magistrado Miguel Colmenero, que existen razones formales y materiales para que la nulidad de la sentencia de instancia, derivada de la estimación de la queja de los recurrentes, suponga la reapertura del proceso. Así, explica que desde el punto de vista formal, la anulación de la sentencia de la Audiencia Nacional exige el dictado de una nueva que resuelva adecuadamente el recurso de conformidad con la doctrina del TEDH aplicada al caso, es decir, estimando el motivo en el que se alegaba vulneración del derecho a un juez imparcial y acordando, consecuentemente, la nulidad de la sentencia de instancia.

Para la Sala, la anulación supone que las acusaciones, que, en principio, subsisten, no han obtenido una respuesta válida a sus pretensiones. Señala que esto enlaza con el aspecto material de la cuestión, ya que “los acusados han sido privados de libertad en ejecución de una pena impuesta en una sentencia que ha sido declarada nula, y tienen derecho a una respuesta en Derecho acerca de la vigencia de su presunción de inocencia respecto de los hechos que les fueron imputados, así como respecto al carácter no delictivo de los mismos”. Por su parte, “las acusaciones, asistidas del derecho a la tutela judicial efectiva, tienen igualmente derecho a que sus pretensiones, debida y oportunamente formuladas, sean resueltas por una resolución motivada”, concluye el tribunal.

 Juzgado dos veces por el mismo delito?

Los recurrentes sostenían que la celebración de un nuevo juicio atentaría contra la prohibición de ser juzgado dos veces por el mismo hecho. Sin embargo, los dieciséis magistrados rechazan que la reapertura de la causa suponga una vulneración del principio non bis in ídem en la medida en que el primer juicio ha sido declarado nulo en atención a la protección de un derecho fundamental del acusado.

Por tanto, indica que la pretensión de los recurrentes no tiene acomodo en la jurisprudencia de la Sala ni en la del Tribunal Constitucional. Añade que tampoco encuentra apoyo en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) que, en aplicación del artículo 4.2 del Protocolo 7 del CEDH, admite la reapertura de la causa siempre que esté justificada por el descubrimiento de defecto fundamental del procedimiento anterior que puede afectar a la sentencia dictada, así como por la aparición de hechos nuevos o recientemente revelados.

 De igual modo, rechaza la tesis de los recurrentes relativa a que de acuerdo con la doctrina del TEDH la reapertura del proceso solo puede acordarse a instancia de los propios acusados. Sobre esta cuestión, la Sala resalta que la estimación de la vulneración de su derecho al juez imparcial no puede extender sus efectos a conceder al acusado una disponibilidad sobre el proceso que el derecho interno no le reconoce, dados los bienes jurídicos afectados por el delito del que se le acusaba.

 La sentencia de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, de 2011, que ha sido anulada, condenó a Arnaldo Otegi y a Rafael Díez Usabiaga por un delito de pertenencia a organización terrorista, en grado de dirigentes, a diez años de prisión e inhabilitación especial para empleo o cargo público durante el mismo tiempo. También condenó a Miren Zabaleta, Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto por el mismo delito, sin grado de dirigentes, a ocho años de prisión y a inhabilitación especial por igual tiempo. En 2012, el Tribunal Supremo rebajó las penas a un máximo de seis años y medio de prisión. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró en 2018 que se había vulnerado el artículo 6.1 del Convenio Europeo de Derechos Humanos (CEDH) en relación al derecho a ser enjuiciado por un tribunal imparcial. Los recurrentes presentaron recurso de revisión ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, que en julio de 2020 anuló su sentencia.

 https://www.elnacional.cat/es/politica/supremo-ordena-juicio-otegi_566475_102.html 

Nota del Blog

La solicitud de la fiscalía  se produjo, además, en contra del propio criterio de los compañeros de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, que en septiembre y octubre habían emitido dos informes donde se mostraban contrarios a volver a celebrar el juicio.  O sea que la fiscalía es de las que afina sola  .Y, es más, la propia Audiencia Nacional  también se manifestó al respecto y se opuso, ya que consideró que “la legitimación para solicitar la reapertura y celebración de nuevo juicio corresponde a los ya penados, como demandantes-perjudicados que han visto violados sus derechos a ser juzgados por un tribunal imparcial” ..  Que por otra parte  ya lo había dicho el  TEDH .. pero como siempre no entra en el fondo del asunto sino en las garantías  No  es la fiscalía quien puede abrirlo y menos aceptar la demanda de Vox .Por otro parte el  presidente de jueces para la democracia dijo lo mismo ...Y estos van y lanzan una "resolución  motivada "  con un razonamiento enrollado sobre si mismos , como una deconstrucción  de paradojas que tiene más de teología  y  mala conciencia que  de  razonamiento jurídico  . Es como si  fuera  que Otegi  y los otros hubiera cometido un pecado mortal y hay que darle un castigo ..en plan de Tribunal de la Santa Inquisición .Y como siempre primero los acusaron de  terrorismo para meterlos en la AN  ,  como en el caso Alsasua o en la operación Judas  u otras . Da la impresión   de no ser ajeno a ello que sean jueces  de mayoría nacional católicos del OPUS DEI. El caso Bateragune  fueron condenados por intentar resolver el conflicto. A lo mejor no es eso , sino que se han vuelto de un cursillo de postestructuralismo.

 El estado español les acusó de tratar de reconstruir Batasuna siguiendo órdenes de ETA. Pero tanto la izquierda abertzale como diferentes partidos políticos vascos se apresuraron a desmentir estas acusaciones y confirmar que este grupo de gente estaba preparando las bases para un importante debate, una nueva oportunidad para la paz. Un debate sobre el futuro de la estrategia de la Izquierda Abertzale.

 La acusación del gobierno estuvo basada en la interpretación de documentos realizada por policías considerados expertos en la investigación de la Izquierda Abertzale y su historia. Esta es la única prueba presentada por el Gobierno.  El único elemento acusatorio fue  la interpretación de documentos por parte de los agentes de policía y miembros de la fiscalía.   El Estado español detrás de cualquier documento de la organización hay una "conspiración terrorista". La corte había rechazado la presencia de diversos testigos nacionales e internacionales que querían testificar sobre el debate que estas personas estaban tratando de llevar adelante en el seno del a Izquierda Abertzale.

En realidad es el segundo golpe de toga en caso Bateragune y serán juzgados dos veces por el mimso delito..si el sentido común , que es menor sentido  común, no  lo impide ,  

jueves, 17 de diciembre de 2020

Feminismo , literatura y exilio .

 


Pedagogía, periodismo y lucha

Pese a todas las trabas sociales y a su ideología conservadora, María de Maeztu fue una renovadora en las cuestiones que tuvieron que ver con la formación de la mujer

Este volumen cuenta con un ensayo introductorio de Carmen de Urioste, que hace también una selección de artículos publicados en el exilio latinoamericano

Carmen  Canet

La presente edición Feminismo, literatura y exilio presenta a través de un estudio introductorio y de un compendio de artículos periodísticos la faceta y la lucha pedagógica de la escritora María de Maeztu (1881-1948). Su actitud ante la vida tuvo toda la fuerza en unos tiempos muy difíciles. Fue una mujer incansable y una de las figuras más destacadas y avanzadas del panorama pedagógico español, además de reconocida en este ámbito. También fue la directora de un proyecto de educación femenina sin precedente, que dirigió un plan innovador, el más moderno de la España de principios del siglo XX. Difundió e impartió conferencias en torno al tema “La mujer, sus derechos y responsabilidades” o sobre la “Actitud de la mujeres sobre la crisis del mundo”, entre otras. Su personalidad, su gran sensibilidad y su enorme cultura hicieron posible que esta labor por la pedagogía y educación de la mujer permaneciese como trabajo incesante durante toda su vida, iniciado en España y que continuaría en América hasta el final de sus días.

Este volumen, cuya edición, introducción y notas corren a cargo de Carmen de Urioste Azcorra, catedrática de literatura española en la Universidad Estatal de Arizona, en donde imparte clases de literatura contemporánea, cultura del siglo XX y crítica literaria. Es autora de numerosos libros sobre novela y cuentos, especializada en literatura española contemporánea. Destacar sus publicaciones dedicadas a mujeres. Así, es responsable de la edición crítica de La casa de enfrente (2013), novela de la poeta del 27 Ernestina de Champourcin, también editora de la antología sobre textos de Victoria Kent, y co-autora del epistolario Preciadas cartas. Correspondencia entre Gabriela Mistral, Victoria Ocampo y Victoria Kent, publicados en Renacimiento. Ahora presenta este libro con un estudio preliminar sobre la figura excepcional de María de Maeztu y en donde recoge una extensa y valiosa selección de artículos periodísticos comprendidos entre 1937-1945.

El libro está estructurado en dos partes, por un lado un interesante estudio introductorio en donde defiende que aunque se haya escrito y hablado bastante sobre su vida y su obra, de su feminismo y de su importante labor pedagógica, sin embargo los últimos años de su vida en tierras americanas son prácticamente desconocidos. Nos cuenta Carmen de Urioste que “tal vez esta situación se deba a las especiales circunstancias de su salida de España, a su condición de exiliada de derechas, porque Maeztu no tuvo ninguna razón para salir de España, así como tampoco la tuvo para no volver. Y cuando decidió que su lugar estaba en Madrid, la muerte la sorprendió de manera fortuita a los 66 años en Mar del Plata (Argentina)”. Y por otro, esta edición recopila y selecciona magistralmente sus artículos periodísticos escritos durante su exilio americano en los siguientes periódicos: El Hogar, La Prensa y Revista de Pedagogía, que apoyan su lucha incansable por la educación de la mujer. En la última parte del libro recoge entrevistas periodísticas concedidas por María de Maeztu que tuvieron un gran éxito.

En sus artículos periodísticos (1937-1945) escritos durante el exilio americano aparecen ensayos, reportajes y estudios críticos. Así, entre estas publicaciones se encuentran los de la revista El Hogar: aquí reivindica el trabajo de la mujer fuera de casa, sobre sus derechos y deberes, y de la importancia y la urgencia de la formación obligatoria a partir de la adolescencia, del papel del bachillerato, y el valor esencial que tienen los aprendizajes. En otra publicación, La Prensa, estudia la repercusión de algunos mitos literarios, como don Quijote, don Juan o La Celestina, y la función esencial que tienen en la realidad cotidiana. Sus análisis y comentarios en los distintos números la llevaron a acercarse a otros autores y personajes literarios trascendentales e influyentes. En otros escritos, nos traslada sus investigaciones sobre el papel de la universidad y la mujer. También nos acerca a la vida de escritoras como Teresa de Cepeda, Emilia Pardo Bazán o Cecilia Böhl de Faber, y las enmarca dentro de la historia femenina de las letras españolas y su influencia. También analiza a autores como Galdós, Unamuno…, y entre ellos a su hermano Ramiro. Diserta sobre la formación del hombre moderno, de la realidad argentina y la cultura americana que está viviendo. Aporta distintos artículos únicos, ya que sólo conociendo estas publicaciones americanas salen a la luz estos materiales desconocidos, como el dedicado al pensamiento de Virginia Woolf y al feminismo en Inglaterra. Abre las puertas a la nueva educación y la efectividad que conllevan a las escuelas y a las universidades públicas. En otra, Revista de Pedagogía, ya postula sobre la nueva educación moderna, sus principios pedagógicos y filosóficos, y su fundamentación científica. Finaliza el libro con entrevistas periodísticas concedidas en donde se recoge su lucha feminista por una educación nueva y moderna para las mujeres.

La Editorial Renacimiento está sacando a la luz facetas de escritoras que pasaron por la historia sin conocerse su obra. Existen cada vez más editoriales que están rescatando obras importantes de mujeres que fueron olvidadas. Justicia histórica.

Pese a todas las trabas sociales y a su ideología conservadora, fue una feminista y una renovadora en las cuestiones que tuvieron que ver con la formación y la educación femenina. Fue una mujer cultísima, catedrática que aparte de su trabajo y de su propia obra, supervisó, prologó y editó la de su hermano Ramiro de Maeztu.

Así este libro nos desvela el destino americano de esta figura tan excepcional como fue María de Maeztu. Su relación de amistad con Victoria Ocampo y Gabriela Mistral. El intercambio de cartas con su amigo Ortega y Gasset para contarle sus proyectos y ponerle al día del ambiente tan negativo y duro que vivía. El estudio preliminar y la selección tan valiosa e interesante que recoge Carmen de Urioste nos lleva al conocimiento de la tarea tan importante que llevó a favor de la formación de las mujeres. No se rindió nunca, llevando su actividad y entusiasmo primero a España y luego a América.

https://www.infolibre.es/noticias/los_diablos_azules/2020/12/11/pedagogia_periodismo_lucha_114305_1821.html

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Carmen Canet es crítica literaria y aforista. Su último libro es Olas (La Isla de Siltolá, 202

miércoles, 16 de diciembre de 2020

Francia en la paranoia anti musulmana .

 Francia regresiva, racista y neocolonial

 Pedro Costa Morata  

 De conflicto en conflicto, de sobresalto en sobresalto, la Francia de Macron se revela cada vez más inerme frente a sus grandes contradicciones como sociedad, y no digamos como símbolo de libertades políticas y consuelo de perseguidos. Francia añade ahora, a la protesta duradera de los “chalecos amarillos”, el rechazo callejero al nuevo proyecto de Ley de Seguridad Global, que anuncia duras restricciones a libertades públicas esenciales, como las de información, expresión y manifestación.

 Una ley que pretende responder a los últimos atentados de índole islamista, aportando mayor seguridad a los ciudadanos franceses (como suelen alegar todas las leyes que conculcan libertades), pero sin ir al fondo del asunto ni poner el dedo en la llaga, es decir, sin reconocer que, en las relaciones con los otros, hay libertades inaceptables (es el sempiterno desafío de l’autrui, bien tratado por la filosofía francesa cuando ha reparado, lealmente, en los defectos del pensamiento eurocéntrico).

Ningún código deontológico de índole informativa consiente o justifica el insulto, la burla o el menosprecio hacia los sentimientos religiosos de nadie. Y tampoco lo permiten –sino todo lo contrario– las declaraciones universales sobre los derechos humanos, que se explayan en el respeto debido a las diferencias. No existe, en la actualidad, ningún marco de libertades civiles o políticas que haya de justificar o proteger a quienes ignoran estas prescripciones tan universales como elementales, civilizadas y reflexivas. Tampoco es admisible que esas transgresiones sean contestadas con la violencia, desde luego, pero cuando esta se produce debe quedar clara la atribución de las responsabilidades de quienes generan el conflicto, máxime si son reincidentes y les anima un impulso xenófobo o racista.

Este es el caso de las provocaciones contra el Islam que algunos medios informativos franceses gustan de practicar, sabiendo bien a lo que se exponen. El caso del profesor Samuel Paty, exhibiendo unas caricaturas de Mahoma en clase de Libertad de Expresión es el epítome de la afrenta a la libertad de expresión, con fundamento eurocéntrico y explicación xenófoba. El castigo infligido, tan extremado, no deja de evidenciar el necio enfrentamiento de dos fundamentalismos implacables.

 Es esta una etapa francesa de más y más profunda involución social y política a manos de gobiernos que no cejan en sus políticas reaccionarias ni en su rotunda incomprensión de las relaciones con el Islam, optando por la guerra interna y externa. Y tiene de protagonista de excepción a Emmanuel Macron, un producto oportunista, pero químicamente puro, de las élites económicas francesas, educadas en las Grands Écoles parisinas y seleccionadas desde la cuna para asumir el poder por delegación de los intereses de las grandes empresas y de los suyos propios. Un personaje afiliado a la ideología más cruda de las derechas económicas, encriptada en los códigos de un poder económico indiscutido, invasivo e insaciable; y con un estilo arrogante y cuasi monárquico que recuerda al de Sarkozy, Chirac, Giscard y por supuesto De Gaulle, sin dejar fuera a Mitterrand (que no rompió esa tradición personalista y que, pasando por socialista, pronto acabó practicando políticas tan de derechas como los demás).

 No parece querer salir Francia de la paranoia antimusulmana en la que a sí misma se encerró desde que invadió Argelia (1830) y pretendió apropiársela eternamente al declararla un departamento más (España hizo lo mismo con su “provincia” del Sáhara, por cierto, aunque llegado el momento del conflicto no tuvo inconveniente alguno en desprenderse de tan amada parcela de territorio nacional). De hecho, la espina clavada en ambos países por la cruenta guerra colonial de 1954-62, que tan pavorosos crímenes produjo a cuenta de Francia, sigue sangrando del lado argelino y hace imposible una auténtica “normalización” de relaciones, sobre todo por el tratamiento netamente racista que se sigue dispensando a los emigrados y sus descendientes, cuyo número se acerca al medio millón.

 En realidad, no se acaban de concretar los signos de reconciliación que desde las antiguas potencias coloniales despuntan en los escasos momentos de reconocimiento de culpa, resistiéndose a llegar hasta el final todo el armazón reaccionario de la tradición colonial, bien construido por los intereses económicos que siguen dominando la vida y la política de numerosos países africanos, todos ellos influidos en mayor o menor medida, por el Islam. Ni lo hace Francia ni, mucho menos, el Reino Unidos, las dos grandes potencias que mantienen la esencia del colonialismo (que es la explotación de recursos naturales y de mercados emergentes) con el control por sus empresas, de tantas economías nacionales. Como si ignoraran el odio que todavía se les dirige por las consecuencias de sus exacciones, por la dependencia neocolonial que imponen y por el racismo –de pensamiento, palabra y obra– que se respira en las antiguas metrópolis. Un odio plenamente justificado, al que no apaga la insistencia en un comportamiento denigrante, que es una patente destacadamente francesa. (Algo han hecho los Países Bajos y Bélgica recientemente, apelando al refugio del lenguaje para esconder su hipocresía reconociendo los “errores” de su pasado colonial. Como si los crímenes cometidos por Holanda en Indonesia, Surinam y otras colonias, o por Bélgica con su infamante dominio en el Congo, fueran un accidente involuntario.)

 Francia, por su parte, somete en su círculo de sujeción económica a una docena de países africanos mediante la presencia absorbente de sus empresas, así como por el franco CFA, que los engancha y vincula, desde las independencias políticas, al franco de la ex metrópoli. Unos países en los que se permite intervenir militarmente cuándo y cómo le viene en gana, siguiendo sus estrictos intereses económico-políticos: así hace actualmente en Mali (con la cobertura nominal de Naciones Unidas y el apoyo, entre otros Estados, de España) y ha hecho antes en Costa de Marfil, República Centroafricana, Chad… sin contar con los bombardeos sobre Libia y Siria, pretendidamente antiterroristas pero en realidad ciegos y caprichosos, con objetivos de mera exhibición y con mucho de “recordatorio colonial”.

 Francia tiene un verdadero problema con el Islam, y aunque sabe cómo resolverlo, se deja arrastrar por el peso de la historia y sus iniquidades, a cambio de las cuales obtuvo y obtiene pingues beneficios. En esa misma línea, otros Estados europeos, como España, parece que han abandonado todo intento de entendimiento, por las exigencias que para ellos supondría el diálogo y la renuncia a toda superioridad, así como a desterrar las operaciones militares de corte imperial.

 Ante esta realidad, y esta tarea pendiente que es apremiantemente política, pero también histórica y cultural, mejor no desviar la inmensa deuda contraída, tanto en el pasado como en la actualidad, hacia una cruzada por la libertad de expresión cuando ésta implica reiterar un mensaje de superioridad y una recaída en resabios inaceptables. Ni la libertad de expresión carece de límites ni hay que sostenerla a cualquier precio; muy al contrario, debe someterse, en concreto, al respeto universalmente reconocido de las creencias religiosas. Obsérvese con qué cuidado los medios satíricos franceses se abstienen de zaherir (como hacen con Mahoma) a los más significativos símbolos del cristianismo y –más todavía– al judaísmo y sus profetas.

https://www.cuartopoder.es/ideas/opinion/2020/12/14/francia-regresiva-racista-neocolonial-costa-morata/

Nota del Blog .-De todos modos el trasfondo es   más amplio ... ..https://www.lahaine.org/mundo.php/neocolonialismo-occidental-en-africa-de

lunes, 14 de diciembre de 2020

Una ‘Patria’ amnésica .


Una ‘Patria’ amnésica.

La construcción de esta obra coral se mueve básicamente en el plano privado de las emociones que sacuden a sus protagonistas. Y ahí no hay debate ideológico

Paco Roda 

Leí Patria por si dentro de esas 642 páginas encontraba algún enigma por descubrir más allá de lo que uno ya sabía. Y lo que uno sabía era que había que poner a funcionar la memoria. Y entonces sonaron los ecos de los disparos, que diría Edurne Portela, y los llantos y entierros y torturas negadas y cárceles vejatorias y viajes de norte a sur y los sicarios a sueldo de los presupuestos, y un relato enfangado y la sangre y las iras y las maneras de entender el mapa y los odios taladrándonos como chispas en el corazón. Y sufrimos los usos y abusos de un conflicto que se eternizó como un fruto extraño. Conflicto que, lejos de sedimentarse, algunos siguen empeñados en resucitar y rentabilizar hasta el asco, porque fue y sigue siendo el pecado del que comen caliente cada día.

Llegó la serie Patria y la vi por ver si me había perdido algo. Y siento que la novela ha pasado por una UCI terapéutico-asistencial. Pero es el mercado, amigo. Porque la serie ha reblandecido hasta el merengue lo que la novela, hasta donde pudo, fue capaz tensionarnos. Y ese es el triunfo de Patria, que ha conseguido tranquilizar muchas conciencias confirmando a los malos, pero también a los buenos. Como una epopeya definitiva que nos explicara todo. Sin fisuras.

Sin embargo, antes de Patria hubo vida. El conflicto vasco ha sido una de las tradiciones de la literatura vasca: El eco de los disparos de Edurne Portela , Los turistas desganados de Katixa Agirre, Como si todo hubiera pasado de Iban Zaldúa, Twist de Harkaitz Cano, Ehun metro de Ramón Saizarbitoria, El comensal de Gabriela Ybarra, Agua turbia de Aingeru Epaltza, o El amigo armado de Raúl Zelik, son solo algunos ejemplos que no han logrado eso que alguien ha denominado ”el rompehielos contra el trauma de ETA”. Pero igual tampoco hacía falta.

Personalmente, ni el libro ni la serie me han hecho vibrar. Y eso es lo grave. No porque uno esté corrompido por el escepticismo bastardo, ni porque reniegue de la palpitación de cierto músculo, sino porque Aramburu tira de emotividad para hacerte de los suyos. Como ocurre con la superstición del antibiótico.

Porque en Patria todo transcurre por dirección obligatoria. Y Aramburu te lleva a una calle cerrada en el que las víctimas de ETA te atrapan en un universo emocional de muy difícil salida. Eso o dejas de leer. Y ahí explotas. Como si se te abriera una costura melodramática en el alma. Porque sí o sí solo puedes emocionarte con el dolor de las principales víctimas, las de ETA. Con las otras también, sí, pero por obligación del guion.

Porque la construcción de esta obra coral se mueve básicamente en el plano privado de las emociones que sacuden a sus protagonistas. Y ahí no hay debate ideológico. Como si ellos y ellas se enfrentaran  a su infinita negrura y descomposición en una sociedad que les ha robado la tensión pública y política. Como si esas violencias que hemos vivido no tuvieran espacio de reflexión en Patria. Porque en esa Patria de Aramburu nadie indaga la razón última de sus actuaciones. Y como ya dijera Ramón Zallo: “Se cierra el círculo narrativo de la novela con la figura del arrepentimiento (y la ambigüedad sobre el perdón) simbolizado en las consecuencias de la violencia y en la vida fracasada de Joxe Mari (el militante de ETA). La cárcel cumple su función redentora-destructora personal y su objetivo político de vencedores y vencidos. Michel Foucault lo tenía claro”.

Aramburu circunvala así el conflicto. Quizás respondiéndose a sí mismo.

Y no digo que lo privado no interese resolverlo. Faltaría más. Pero la trascendencia pública de la reparación y reconciliación ha de ser socialmente prioritaria. Para construir un relato compartido. Porque no vale pasar página desde lo privado sin politizar el gesto. También.

Desde 1977 la sociedad vasca, compleja que no acomplejada, se movilizó a un lado y otro de ETA. Euskadi no fue un pesebre silencioso

Por otro lado, Aramburu presenta a la gente de ETA y el entorno abertzale de manera simplista, como deficientes, o con alguna tara psicológica, como si la inteligencia y la intelligentsia nunca hubiera estado cerca de ETA. Y no es verdad. Los principios de ETA estuvieron absolutamente intelectualizados: Txillardegi, Federico Krutwig, Emilio López Adán, Beltza, Joxe Azurmendi e incluso Oteiza diseñó una página de la revista Zutik. Aramburu casi caricaturiza y ridiculiza a los perpetradores y sus seguidores. Y ojo, con esto no pretendo justificar a ETA. Trato de explicar algo que falta en Patria. Algo que debería ir más allá de un relato literario. Porque tanto en literatura, como en el cine, la cosa va de eso. De sentir que no necesitas ni brújula, ni mapas ni puntos cardinales para estrellarte contra la realidad. Y en este sentido, Aramburu crea una Patria amnésica. Algo más evidente en la serie televisiva.

Porque Euskadi parece un territorio arrasado por la uniformidad, la inmovilización y acobardamiento de sus gentes. Como si Euskadi durante tiempos hubiera sido una dirección prohibida. Y no. Desde 1977 la sociedad vasca, compleja que no acomplejada, se movilizó a un lado y otro de ETA. Euskadi no fue un pesebre silencioso. Las luchas contra Lemoiz, la movilización de Lurraldea contra la autovía A15, el esfuerzo de Elkarri por su mediación en el conflicto o Gesto por la Paz, activo durante años, marcaron un tiempo tenso y de alta socialización. Otra cuestión es cómo se gestionó todo ese conglomerado y los cortocircuitos que generó. Asimismo parte del PNV y el socialismo guipuzcoano, especialmente, se movilizaron contra ETA. Así que no hubo cobardía comunitaria como muestra Patria.

 Hubo sí, dificultades impuestas por un tiempo absolutamente envenenado, pero no ese avestruzamiento que nos muestra Patria. Como hubo intentos para salir de aquel atolladero: Lizarra 1998, y Loioa 2006 fueron ensayos de desbloqueo. Otra cosa es que se llegara tarde, que alguien mirara para otro lado o que ciertas certezas se empezaran a venir abajo.

 Hoy Patria triunfa como producto tranquilizador en un tiempo temeroso y pandémico. Costará recuperar aquel punto y seguido donde dejamos de vernos. Y cuando esto sea, habrá que volver a politizar nuestras vidas frente a la sanitarización actual. Porque como diría Walter Benjamin los lugares de la memoria son reliquias, pero hay que redimirlos.

 Paco Roda es trabajador social e historiador.

https://ctxt.es/es/20201201/Firmas/34399/patria-aramburu-serie-hbo-eta-pais-vasco-critica-paco-roda.htm

  y ver  . https://www.sinpermiso.info/textos/un-titulo-tendencioso-patria