lunes, 6 de septiembre de 2021

La derrota de la guerra tecnológica americana.


 

                                                               

 Dos ideas derrotadas en Kabul

Occidente creía que se puede exportar la democracia y que los militares de EE UU son los mejores del mundo

Moisés Naím

En Afganistán no solo fue derrotado el Ejército más costoso y tecnológicamente avanzado del planeta. También fueron derrotadas dos ideas que, hasta ahora, habían tenido gran influencia en el mundo occidental. Una es que la democracia se puede exportar y que los militares de Estados Unidos son los mejores del mundo.

Desde que colapsó la Unión Soviética, una de las políticas más permanentes y populares en los países ricos y democráticos ha sido la de promover la democracia en naciones que no la tienen o donde es precaria y disfuncional. Lamentablemente, los esfuerzos diplomáticos, el dinero, la tecnología y las intervenciones militares no han arrojado resultados satisfactorios.

Las transiciones de dictaduras a democracias han tenido más éxito cuando valientes y talentosos líderes políticos locales juegan un rol protagónico y logran que el pueblo tome calles y plazas y paralice el país. Y cuando hay escisiones dentro de la dictadura y los militares se rehúsan a masacrar y reprimir a sus compatriotas.

En el mejor de los casos, el apoyo extranjero a las transiciones democráticas ha tenido impactos secundarios. En otros casos, la intervención extranjera, en vez de acelerar las transiciones a la democracia, las frena o hasta las descarrila. La exportación de la democracia no es solo una idea abstracta, una obligación moral o una promesa política. También se ha convertido en un gran negocio que mueve ingentes cantidades de dinero. Se estima que EE UU, la Unión Europea, Canadá, Australia, los países escandinavos y otros le dedican cerca de 10.000 millones de dólares al año al apoyo de programas que buscan fortalecer la democracia en países donde es aún incipiente o donde no funciona bien.

Este inmenso monto de dinero es solo una fracción de lo que EE UU le ha dedicado a Afganistán. En los pasados 20 años, y solo en ese país, el Gobierno de EE UU gastó 145.000 millones de dólares en actividades de “reconstrucción”, lo cual no incluye, entre otros, los costos de la guerra. Un estudio de la Universidad de Brown encontró que entre el 2001 y el 2021 el Gobierno estadounidense gastó en Afganistán un total de 2,2 billones de dólares. El caso de Afganistán ilustra de manera muy dolorosa cómo dos décadas de intervención militar multinacional, apoyo político mundial, cientos de miles de muertos e inimaginables cantidades de dinero no fueron suficientes para afianzar la democracia.

Otra idea que, a la luz de lo que pasó en Afganistán, resultará difícil defender, es que Estados Unidos cuenta con las Fuerzas Armadas más competentes y poderosas del mundo. Es, sin duda, el Ejercito más tecnológicamente sofisticado del planeta. Y el más costoso. Pero no el más exitoso.

Ver a un talibán en sandalias, turbante y ametralladora y compararlo con un marine con chaleco antibalas, equipos de comunicación, lentes de visión nocturna, explosivos especiales, múltiples armas y apoyo de drones, helicópteros artillados, aviones y satélites no puede ser más revelador. Equipar al talibán debe haber costado unos cientos de dólares. Pertrechar al marine cuesta 17.500 dólares sin contar los costos del apoyo aéreo, cibernético y logístico. Que el talibán en sandalias y sin mucha tecnología de apoyo haya sido quien derrotó al bien pertrechado y super entrenado marine es un resultado que será estudiado por mucho tiempo en las escuelas militares del mundo.

Es interesante notar que estas dos ideas derrotadas en Kabul tengan en común el exceso de dinero como un factor que en vez de ayudar a alcanzar el objetivo deseado distorsionó el esfuerzo y, en última instancia, contribuyó a su derrota.

Es muy importante que se saquen las lecciones correctas de estas derrotas. Sería un error concluir que los países que son el baluarte de la democracia mundial deben cesar sus esfuerzos por proteger y fortificar las democracias débiles que hoy proliferan. Lo importante es entender cuáles son las áreas donde la ayuda extranjera puede ser más útil y qué forma debe tener esa ayuda. Es obvio que la manera como se ha instrumentado la promoción de la democracia no está funcionando.

Lo mismo vale para los militares estadounidenses. Claro que deben disponer de la mejor tecnología disponible y que sus efectivos deben tener el mejor entrenamiento y equipo. Pero ¿cuesta eso 740.000 millones de dólares? ¿Debe superar el gasto militar estadounidense a la suma de todo el gasto militar de los 11 países que más gastan en sus Fuerzas Armadas? ¿No son estos presupuestos prácticamente ilimitados una fuente de errores estratégicos? ¿Hubiese durado dos décadas la guerra en Afganistán si los militares hubiesen tenido más limitaciones presupuestarias? ¿Mi respuesta a todas estas preguntas? No .

 https://www.moisesnaim.com/columna .                                                                

                                                                                

                                                                             
Nota del blog  .-

No solo  el Pentágono americano  sino que “Es la mayor debacle de la OTAN desde su creación”, concluyó Armin Laschet, el hombre que Angela Merkel desearía que le sucediera al frente de la cancillería alemana. (1) Efectivamente, la guerra de Afganistán supuso la primera intervención de la Alianza Atlántica en aplicación de los términos del artículo 5 de su carta fundacional: un Estado miembro había sido atacado el 11 de septiembre de 2001 (aunque no por afganos); los demás firmantes del tratado acudieron en su ayuda .

 El experimento servirá para recordar que cuando Washington y el Pentágono dirigen las operaciones militares, sus aliados son tratados como vasallos a los que su señor les concede el derecho de luchar –y ­morir–, no el de ser consultados sobre el cese de las hostilidades. Hasta Londres, habituado a esa clase de desaires, se revolvió contra tanto desprecio. Ahora, hay que confiar en que el fiasco afgano no conduzca a la OTAN a reforzar sus temblorosas filas para seguir a Estados Unidos a nuevas aventuras. Aunque, visto el resultado, más bien se apunta a que se trató de una operación de respuesta al 11-S, a la necesidad de recuperar imagen hegemónica por eso se  involucró  la OTAN , y de paso, utilizar el virtual “estado de guerra” para legitimar las prácticas criminales de todo el complejo de seguridad y "la máquina de guerra caníbal"  . Nada nuevo en el imperialismo , presente y pasado .   Lo ocupo yo para que no lo haga otro . Pues bien , han fracasado.

 La pregunta final sería como es que los talibanes ganaron el apoyo de la población afgana . En realidad el fracaso es político. Porque  los talibanes  fueron capaces  reconstruir el estado  con el islamismo . Una nación afgana . Un estado afgano .Mientras los ocupantes con un gobierno , ladrón y corrupto con los señores de la guerra  y del opio , intentaban dividir y utilizarle el antiguo sistema tribal ,   con mentiras tras mentiras a los suyos. Solo daban las buenas noticias (2) . Pero recordemos que esto WikiLeaks  si lo publicó por eso lo pagaron caro .

 Los talibanes se convirtieron primero en el  partido de los  pastunes y luego en el  partido de los afganos. En realidad, el Ejército afgano había sufrido pérdidas veintisiete veces más elevadas (66.000 soldados abatidos) que las del Ejército estadounidense (2.443 muertos)  . Como les  pasó  a los franceses en Argelia y antes en  Vietnam. Si la voluntad  hegemónica sobrevivió al desastre de Vietnam .  Y  volviendo al artículo de Naim . "Occidente creía que se puede exportar la democracia y que los militares de EE UU son los mejores del mundo" .

 Tampoco desaparecerá  tras la lección afgana .

 Recordemos eso sí  que los marines ahora no es de leva como  era  cuando Vietnam ,sino mercenarios y está formado por  americanos blancos de las zonas pobres y  emigrantes chicanos  y afroamericanos  similares pero urbanos . Utilizados como  carne de cañón .¿ Quién llora por ellos ? 

 La  explicación real si la queremos  buscar es preguntarte cómo es que el islam se convirtió en identidad desde Afganistán hasta  África. Y  como es que las intervenciones  occidentales y americanas  lo favorecieron . y destrozaron estados tolerantes y más bien laicos  como  Irak  , Libia,  u otros , ¿Que fue  de aquellos regímenes árabes    naseristas y no alineados  y más  desintegrada la URSS ?  Creando en Afganistán el talibanismo contra los soviéticos  y al igual  luego barriendo  los otros y apoyando el  fundamentalismo islámico saudí . Pero la expansión del islamismo radical es una identidad  contra la intervención exterior . No es  cosa que venga de ahora . Recordemos a Gordon y su derrota  por los derwiches en Kartum en 1885  . El componente  nacionalista ni aqui ni en  Vietnam  ni en Corea  nunca lo han intentado  entender .Ni en su patio trasero tampoco .Como los toros solo ven el trapo , sea rojo  o no . Lo de ahora es como una venganza de la historia  que les estalló en su cara .20 años 200.000 muertos . Nunca lo dirán .  Recordemos además estas palabras de Joe Biden, el actual presidente del régimen estadounidense, al anunciar la inminente retirada de Afganistán después de veinte años de guerra imperial contra ese país: «Nuestra misión en Afganistán nunca tuvo como objetivo construir una nación. Nunca apuntó a crear una democracia unificada y centralizada.». Mas claro agua . Eso que normalmente en esta cita se saltan  lo de nación  y es fundamental . También  Naim  se lo salta .

 Nota (1).-https://mondiplo.com/el-camino-de-kabul

 Nota  (2) .https://mondiplo.com/por-que-han-vencido-los-talibanes

 

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