El BCE advierte de que el paro ‘real’ de España roza casi el 30%
El paro ‘real’ de la eurozona es prácticamente el doble que la tasa oficial, de acuerdo con un informe del Banco Central Europeo
(BCE) que incluye también a las personas que tienen un empleo pero
buscan trabajar más horas. En el caso de España, el porcentaje
ascendería casi al 30%, frente al 18,4% que reflejan las estadísticas
oficiales.
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Las últimas cifras macroeconómicas sugieren una
recuperación económica de la eurozona, pero todavía hay síntomas de que
la situación está lejos de ser la ideal. En ese sentido, el último
Boletín mensual del BCE arroja luz sobre uno de los principales
quebraderos de cabeza de los economistas: el escaso aumento de los salarios.
A pesar de que la eurozona se ha situado en su cota más baja en ocho años –la tasa de paro ha caído del 12% que llegó a alcanzar hasta el 9,5% en abril- y más de cinco millones de personas han encontrado trabajo desde 2013, la presión alcista sobre los salarios no está llegando, con un aumento trimestral de apenas un 1,6% a cierre del año pasado.
La subida de los salarios es una métrica clave para el BCE a la hora de calcular las dinámicas inflacionistas, ya que suele ir de la mano de un aumento en el coste de la vida. En ese sentido, una caída del paro debería contribuir a subir los sueldos, debido a que la los trabajadores tienen una mejor posición negociadora con las empresas ante la menor mano de obra disponible.
Sin embargo, el BCE constata que esta relación entre la caída del paro y el aumento de los salarios se está rompiendo. Una explicación puede ser el alto grado de ‘capacidad no utilizada’ que todavía se esconde en el mercado laboral de la eurozona.
“A pesar de una clara mejora en muchos indicadores del mercado laboral, los mercados de trabajo en la mayoría de los países de la zona del euro -con la notable excepción de Alemania- parecen estar sujetos todavía a un grado considerable de infrautilización”, señala el servicio de análisis del BCE.
“Según la definición de desempleo de la Organización Internacional del Trabajo (en la que se basa la tasa de desempleo de la zona euro), los demandantes de empleo se consideran desempleados si: no trabajan; están disponibles para comenzar a trabajar en un plazo de dos semanas; y buscan activamente trabajo”, explica el BCE. “Sin embargo, definiciones más amplias también pueden ser relevantes para evaluar el grado general de ‘holgura’ del mercado de trabajo, siendo dos grupos particularmente dignos de consideración: primero, aquellos que están sin trabajo pero que no cumplen uno de los otros dos criterios; y, en segundo lugar, los que están empleados a tiempo parcial, pero quieren trabajar más horas”.
El número de personas que se describen como desempleadas ha aumentado en un millón desde la crisis de 2010 hasta alcanzar los siete millones de personas y no ha disminuido mucho a pesar de la creación de empleo en los últimos dos años. Según los cálculos del BCE, el número de personas sin trabajo o que querrían trabajar supone alrededor del 18% del mercado de trabajo.
“Si bien estas medidas más amplias no pueden tomarse enteramente a su valor nominal, los mercados de trabajo de la zona del euro parecen estar sujetos a un mayor grado de ‘holgura laboral’ que el que sugiere la tasa de desempleo”. “Los ajustes a las medidas más amplias deduciendo los desempleados de muy larga duración y teniendo en cuenta el tiempo que los trabajadores ‘subempleados’ pasan trabajando, resulta una estimación de ‘holgura’ del mercado de trabajo del 15% en el cuarto trimestre de 2016”.
En el caso de España, el porcentaje roza el 30% del mercado laboral, si bien en 2013 llegó a superar el 35%. La situación contrasta sobre todo con Alemania, donde teniendo en cuenta también a las personas en situación de ‘subempleo’, el porcentaje de desempleo es de apenas el 10%.
A pesar de que la eurozona se ha situado en su cota más baja en ocho años –la tasa de paro ha caído del 12% que llegó a alcanzar hasta el 9,5% en abril- y más de cinco millones de personas han encontrado trabajo desde 2013, la presión alcista sobre los salarios no está llegando, con un aumento trimestral de apenas un 1,6% a cierre del año pasado.
La subida de los salarios es una métrica clave para el BCE a la hora de calcular las dinámicas inflacionistas, ya que suele ir de la mano de un aumento en el coste de la vida. En ese sentido, una caída del paro debería contribuir a subir los sueldos, debido a que la los trabajadores tienen una mejor posición negociadora con las empresas ante la menor mano de obra disponible.
Sin embargo, el BCE constata que esta relación entre la caída del paro y el aumento de los salarios se está rompiendo. Una explicación puede ser el alto grado de ‘capacidad no utilizada’ que todavía se esconde en el mercado laboral de la eurozona.
“A pesar de una clara mejora en muchos indicadores del mercado laboral, los mercados de trabajo en la mayoría de los países de la zona del euro -con la notable excepción de Alemania- parecen estar sujetos todavía a un grado considerable de infrautilización”, señala el servicio de análisis del BCE.
“Según la definición de desempleo de la Organización Internacional del Trabajo (en la que se basa la tasa de desempleo de la zona euro), los demandantes de empleo se consideran desempleados si: no trabajan; están disponibles para comenzar a trabajar en un plazo de dos semanas; y buscan activamente trabajo”, explica el BCE. “Sin embargo, definiciones más amplias también pueden ser relevantes para evaluar el grado general de ‘holgura’ del mercado de trabajo, siendo dos grupos particularmente dignos de consideración: primero, aquellos que están sin trabajo pero que no cumplen uno de los otros dos criterios; y, en segundo lugar, los que están empleados a tiempo parcial, pero quieren trabajar más horas”.
El número de personas que se describen como desempleadas ha aumentado en un millón desde la crisis de 2010 hasta alcanzar los siete millones de personas y no ha disminuido mucho a pesar de la creación de empleo en los últimos dos años. Según los cálculos del BCE, el número de personas sin trabajo o que querrían trabajar supone alrededor del 18% del mercado de trabajo.
“Si bien estas medidas más amplias no pueden tomarse enteramente a su valor nominal, los mercados de trabajo de la zona del euro parecen estar sujetos a un mayor grado de ‘holgura laboral’ que el que sugiere la tasa de desempleo”. “Los ajustes a las medidas más amplias deduciendo los desempleados de muy larga duración y teniendo en cuenta el tiempo que los trabajadores ‘subempleados’ pasan trabajando, resulta una estimación de ‘holgura’ del mercado de trabajo del 15% en el cuarto trimestre de 2016”.
En el caso de España, el porcentaje roza el 30% del mercado laboral, si bien en 2013 llegó a superar el 35%. La situación contrasta sobre todo con Alemania, donde teniendo en cuenta también a las personas en situación de ‘subempleo’, el porcentaje de desempleo es de apenas el 10%.
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