Olga Rodríguez
09/11/2016 -
La política neoliberal que ha dado la espalda a la gente y empobrecido a la clase trabajadora pierde fuelle en las urnas.
Ante eso, la ciudadanía busca alternativas útiles y honestas, pero si no las hay, si no las encuentra, el rumbo puede girar a la extrema derecha, como en EEUU.
Hay una urgencia que debe ser contemplada. Para que cuando despertemos no sea tarde; para que los Trump de turno que ya están en Europa no crezcan.
Ante eso, la ciudadanía busca alternativas útiles y honestas, pero si no las hay, si no las encuentra, el rumbo puede girar a la extrema derecha, como en EEUU.
Hay una urgencia que debe ser contemplada. Para que cuando despertemos no sea tarde; para que los Trump de turno que ya están en Europa no crezcan.
Los estadounidenses han entregado la Casa Blanca a
Donald Trump, un candidato imprevisible, de discurso fascista, machista,
con ideas y propuestas xenófobas en las que criminaliza a los nuevos
inmigrantes, identificándolos con "bandas, droga y violencia" y con un
carácter inestable y narcicista.
¿Cómo ha podido
pasar?, se preguntan en la sede del Partido Demócrata, en la prensa, en
los mercados, hoy con caídas en la Bolsa. Donald Trump es un síntoma
claro de los tiempos que vivimos, con ciudadanos cada vez más
decepcionados con las políticas que se les aplican, con sectores que
sienten rechazo hacia las elites, con un aumento de la desigualdad y de
la pobreza que ha generado desafección y hartazgo en importantes
porcentajes de la población.
El Brexit fue buen ejemplo de ello.
También en Estados Unidos, el país del primer mundo con
más pobres, donde millones de personas han sufrido el aumento de la
precariedad laboral, mucha gente ha percibido la insensibilidad de
políticas que llevan años dando la espalda a los intereses de la
ciudadanía y trabajando solo para las minorías privilegiadas. Que hoy
Trump sea presidente es consecuencia de ello.
El Partido Demócrata no pudo o no quiso entender esto y apostó por lo de siempre,
sin entender que no estábamos en el momento de siempre. En Estados
Unidos personas de procedencias muy diversas me han repetido a menudo en
estos meses que a Hillary Clinton "la conoce demasiado bien todo el
mundo". Ser mujer era probablemente la mayor baza electoral de la
candidata demócrata, pero ante la retina y la memoria de los
estadounidenses representaba claramente al establishment político
millonario aferrado a la vieja política y empeñado en el continuismo.
De hecho, fue Bill Clinton, con el apoyo público de Hillary, quien
desmanteló buena parte del sistema de ayudas -el conocido como welfare-
para las personas más desfavorecidas del país. Dicha asistencia cubría
en 1995 a 14 millones de personas; hoy solo llega a 4,2 millones.
El momento político estadounidense decía a gritos que sus ciudadanos
querían elegir como presidente a alguien lejos de las esferas del poder
de Washington, capaz de reconducir el descontento hacia posturas
netamente demócratas en las que los intereses de la mayoría social
fueran el centro de la toma de decisiones. Por eso Bernie Sanders era el
candidato idóneo para el Partido Demócrata.
Pero el
aparato del partido no comprendió el momento y siguió apostando por
Hillary Clinton. Sanders perdió las primarias y el resultado arrojó un
escenario poco alentador para esa población que buscaba votar por un
cambio real, por algo diferente, por una alternativa que no representara
más de lo mismo. Muchos se quedaron en casa, prefiriendo no votar,
atrapados por la desafección.
El Partido Republicano
siguió una senda diferente, a pesar de la resistencia de un sector
importante del aparato. Hubo una batalla entre élites, con personajes
como Bush contrarios a Trump. Pero éste fue ganando en todas las
votaciones y finalmente, en vez de tener un candidato clásico como Cruz,
salió elegido un empresario millonario excéntico y ególatra que,
paradójicamente, se presentaba como un outsider a pesar de formar parte del corazón mismo del sistema. Su disfraz le ha funcionado.
Tomemos buena nota de ello, porque aquí en Europa tenemos a políticos
de tendencias fascistas dispuestos a encajarse disfraces similares. (Ojo
en 2017 a las elecciones en Alemania, Austria, Francia o Países Bajos).
La política neoliberal que ha dado la espalda a la gente, que ha
empobrecido a la clase trabajadora y desmantelado una estructura de
modelo de sociedad pierde fuelle en las urnas.
Ante eso, la ciudadanía
busca alternativas útiles y honestas, pero si no las hay, si no las
encuentra, el rumbo del barco girará hacia la extrema derecha y el
fascismo como representación de "lo diferente", de "lo nuevo".
No solo ha ocurrido en Estados Unidos.
Está pasando ya en Europa, donde
han crecido los discursos xenófobos sin que, por cierto, ni medios ni
ciertos políticos ni mercados pongan el grito en el cielo (ni con eso,
ni con el maltrato a los refugiados). Quienes desde el poder esperan que
el curso de la política prosiga ajeno a la realidad, como si la gente
no sufriera el aumento de la desigualdad y la falta de oportunidades,
siguen sin comprender nada.
Es cada vez más urgente
la construcción de una alternativa al fascismo. Y esta no pasa ni por
trampantojos electorales ni por las representaciones políticas
responsables de habernos traído hasta este punto. La alternativa tiene
que contemplar los intereses de la gente, la igualdad, la justicia
social, la honestidad. Para que cuando despertemos no sea tarde; para
que los Donald Trump de turno no estén ya aquí. Es mucho lo que nos
estamos jugando.
http://www.eldiario.es/zonacritica/despertamos-Donald-Trump_6_578552155.html
¿Por qué millones de trabajadores estadounidenses votan al multimillonario Trump? Respuestas al apoyo del magnate: http://www.eldiario.es/theguardian/millones-americanos-corrientes-Donald-Trump_0_492401514.html …
Nota ..No olvidemos que Trump también dijo esto...
.."Los últimos 15 años, en Estados Unidos, más de 60.000 fábricas tuvieron que cerrar y casi cinco millones de empleos industriales bien pagados desaparecieron".«El TPP sería un golpe mortal para la industria manufacturera de Estados Unidos». "bajar el precio de los medicamentos, ayudar a resolver los problemas de los «sin techo», reformar la fiscalidad de los pequeños contribuyentes y suprimir el impuesto federal que afecta a 73 millones de hogares modestos"."restablecimiento de la Ley Glass-Steagall. Aprobada en 1933, en plena Depresión, esta ley separó la banca tradicional de la banca de inversiones " ."aumentar significativamente los impuestos de los corredores de hedge funds, que ganan fortunas," ."alianza con Rusia para combatir con eficacia al Daesh." ..«No habrá nunca más garantía de una protección automática de los Estados Unidos para los países de la OTAN»."Estados Unidos ya no dispone de los recursos necesarios para conducir una política extranjera intervencionista indiscriminada"." invertir en infraestructuras para crear empleo" " abaratar medicamentos ".."aumentar las tasas de todos los productos importados".
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