viernes, 19 de junio de 2015

Syriza y la austeridad .









Las “instituciones” europeas están buscando una derrota pública de Syriza y así bloquear cualquier tipo de alternativa
El inminente paquete de austeridad

www.jacobinmag.com


El desarrollo de la negociación sobre la deuda entre Grecia y las “instituciones” europeas se ha acelerado en los últimos días: las propuestas del gobierno griego, las filtraciones de las supuestas contrapropuestas de los prestamistas, el rechazo de éstas por parte del Primer Ministro griego Alexis Tsipras, el debate del orden del día en el Parlamento –donde Tsipras rechazó contundentemente las contrapropuestas– y la negativa de pagar el 5 de junio un vencimiento de la deuda con Fondo Monetario Internacional son ejemplo de ello. Estamos, claramente, en un punto de inflexión. El único partido político capaz de sacar a Grecia hacia delante es, en este momento, Syriza. Nueva Democracia se encuentra en un período convulso por disputas sobre el liderazgo del partido y está electoralmente de bajada. Potami carece de cualquier tipo de credibilidad. El PASOK está moribundo. Lo que proponen en esencia estos tres partidos es la vuelta el régimen del Memorándum. El Partido Comunista Griego (KKE) se ha estancado en un pantano de turbio izquierdismo. El camino escogido por Amanecer Dorado, finalmente, supone un total descarrilamiento para el país, tanto social como nacional.
Syriza sigue siendo la esperanza para el pueblo griego. Esto es lo que han mostrado las urnas. Por tanto, es inmensamente importante que el experimento que supone Syriza salga bien. Por esta misma razón, las discusiones que han transcurrido dentro de nuestro partido han adquirido automáticamente una dimensión nacional.
Ante este momento histórico crucial, es necesario un análisis riguroso de las propuestas del gobierno griego y las contrapropuestas de los prestamistas para sacar algunas conclusiones sobre desarrollo de las negociaciones.


Las propuestas griegas


El texto propuesto por el gobierno griego como base para un entendimiento entre las partes se puede resumir con los siguientes puntos claves.
1. El gobierno proyecta un superávit primario de un 0,6% en 2015, un 1,5% en 2016, 2,5% en 2017 y un 3,5% para los 5 años siguientes. Estas proyecciones son indudablemente más bajas que el quimérico 3% para 2015 y 4,5% para 2016 mencionado en el memorándum. Pero no hay una relajación real en política fiscal. Por el contrario, el tipo de gestión propuesto por el gobierno es muy ajustado, como lo demuestra el abandono de la perspectiva de presupuestos equilibrados. En términos prácticos, habrá austeridad en 2015-16 y por supuesto también después de 2017.
2. Para lograr el superávit mencionado en 2015-2016, que son los únicos años en que puede haber algún tipo de predicción realista, el gobierno se propone aumentar los impuestos. La medida más importante consiste en tres tipos de impuestos al valor agregado (IVA): 6,5%, 11% y 23%. Los medicamentos recibirían el gravamen más bajo, mientras que los productos de alimentación de primera necesidad, la energía y el agua recibirían el gravamen medio.
Estas son las subidas de impuestos indirectos más grandes, pero también se está haciendo algún intento en aplicar políticas redistributivas, con tasas bajas en productos de consumo popular, como la reducción impositiva de la electricidad (del 13% al 11%). Pero inevitablemente, si el IVA aumenta en la escala adecuada para conseguir el superávit necesario, habrá un alza de los impuestos.
3. El gobierno también está proponiendo aumentos de impuestos a los más ricos, un gravamen especial sobre los beneficios de las grandes empresas, un impuesto sobre los anuncios de televisión, pago de las licencias de las televisiones, tasas a los bienes de lujo y otro tipo de medidas. También se propone iniciar una serie de políticas legislativas y administrativas en contra de la evasión fiscal, con la intención de reducir al máximo este problema y así aumentar la recaudación.
4. Aparte de medidas fiscales, el gobierno propone privatizaciones por valor de 3,2 mil millones de euros para 2015-16, 2,1 mil millones para 2017-19, y 10,8 mil millones para el periodo posterior al 2020. Habrá una provisión para inversiones y también protección de los derechos de los trabajadores de las empresas privatizadas, y los ingresos se usaran para financiar la seguridad social y para fortalecer la banca de inversión que se va a crear.
5. En lo que se refiere a la seguridad social, las propuestas incluyen las supresión de la cláusula de déficit cero para 2015-16 y la eliminación gradual de la prejubilación a los 62 años. También se han adelantado una serie de medidas individuales para limitar el trabajo en negro y la evasión fiscal en lo que respecta a las contribuciones a la seguridad social.
6. En el área de relaciones laborales, el gobierno quiere reintroducir los convenios colectivos y, después de que acabe el 2016, restablecer el salario mínimo a los niveles del 2010.
7. Sobre los “préstamos en números rojos”, hay una propuesta para la formación de un grupo de trabajo para que proponga medidas para mitigar gradualmente la situación actual. Además, se suspenderá temporalmente la subasta de primeras residencias.
8. El gobierno también está introduciendo una serie de reformas del sistema judicial, sobre el código de insolvencia, al turismo, al comercio, a las telecomunicaciones, al trabajo por cuenta propia, al registro de la propiedad, a la administración pública, y para el sector energético.
9. Finalmente, el gobierno está proponiendo dos medidas para reestructurar la deuda en 2015-16. Primero, en 2015 no habrá pago de los bonos del Banco Central Europeo que financió a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).
Segundo, en 2015-16 los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) se pagarán, una vez más, con fondos aportados por el MEDE. No se hace referencia al total de las nuevas deudas, pero lógicamente rondará los 50 mil millones de euros. Sobre esta base se estima que Grecia será capaz de volver a los mercados en marzo de 2016. El gobierno también está pidiendo a las “instituciones” que consideren la opción de un programa financiero para el desarrollo del país en el período de 2016-2021. No obstante, todavía no se especifica el tamaño y el carácter del programa.
Las propuestas del gobierno representan un dolorosísimo compromiso, y debe haber una discusión interna en el partido sobre las consecuencias en relación a la implementación del Programa de Salónica, la propuesta electoral de Syriza. Por ejemplo, no hay ninguna mención a la condonación de la deuda y no hay ninguna exención de impuestos, y en su lugar hay nuevos gravámenes en el IVA y otras tasas. Por otro lado, ni una palabra sobre la reducción de la deuda ni de la nacionalización de bancos, etc.
Hay que tener en cuenta que el Programa de Salónica no tiene nada que ver con bolchevismo. Se trata de un keynesianismo moderado. El compromiso propuesto por el gobierno para “las instituciones” genera algunas dudas sobre cómo se podría aplicar.
Es evidente que la estrategia de negociación del gobierno es terminar el proceso de evaluación, asegurando un respiro de liquidez y, al mismo tiempo, intentar hacer comprender a los acreedores los problemas de la deuda y el desarrollo. Syriza está evidentemente saliéndose del Programa de Salónica, pero se esfuerza en mantener vivas las esperanzas en un futuro alternativo.

La propuesta de los prestamistas

¿Cuál ha sido al reacción de nuestros “socios”? A juzgar por el texto que se ha filtrado, la respuesta ha sido brutal.
1. Las “instituciones” piden un superávit primario del 1% para 2015, 2% para 2016, 3% para 2017, 3,5% para 2018 y 3,5 % para los años siguientes. Estos objetivos no son muy diferentes con respecto a la propuesta griega, por lo que hay un reconocimiento implícito de que los objetivos anteriores eran inasumibles. Por tanto, ha habido una concesión de los prestamistas. No obstante, la gestión fiscal sigue siendo muy ajustada. Habrá un régimen de austeridad que durará muchos años.
2. El problema es que la “instituciones” consideran que, según las proyecciones actuales, la economía griega tendrá este año un déficit primario del 0,66%. También es obvio que las “instituciones” no creen en las estimaciones del gobierno entorno a los ingresos que generarían las nuevas medidas detalladas anteriormente. Por tanto, las “instituciones” están diciendo que se deben tomar medidas de “alta y específica calidad” para lograr los objetivos de superávit para 2015-16 y de manera compatible con el “Medium Term Program” (Programa a medio plazo) para el 2016-19. Lo que significa…
3. Primero y ante todo, un aumento adicional del IVA que aportará a las arcas públicas unos 2000 millones de euros más aproximadamente. Habrá dos tarifas, 23% y 11%, la tasa más baja se aplicará a los productos alimenticios, medicamentos y alojamiento en hoteles (la energía pasaría a ser gravada por la tasa alta). Los descuentos fiscales aplicados a las islas serán abolidos.
4. Las “instituciones” están pidiendo muchas otras medidas fiscales draconianas, como la supresión de la exención de impuestos –incluyendo el subsidio al combustible– para los agricultores, y están vetando el subsidio de combustible para la calefacción. También han exigido el ajuste en la valoración objetiva de la propiedad para que produzca los mismos ingresos tanto en 2015 como en 2016, es decir, 2650 millones de euros al año. Por otra parte, las “instituciones” están insistiendo en la eliminación virtual de los acuerdos favorables a las aportaciones con el interés de mitigar la deuda acumulada.
5. Aparte de las políticas impositivas, las “instituciones” están pidiendo la reforma del sistema de pensiones, con un recorte en el gasto del 0,25%-0,5% del PNB en 2015 y un 1% en 2016. Esto significa la introducción de una serie de cambios, incluyendo la eliminación de la concesión de pensiones sociales de solidaridad y la jubilación a los sesenta y siete años para los que empezaron a recibir una pensión después del 30 de enero.
6. Las “instituciones” están proponiendo otra serie de medidas para reformar la administración pública y de justicia y promover la independencia de los mecanismos de recaudación de impuestos, junto con la gestión privada e independiente del sistema fiscal.
7. En cuanto a las cuestiones laborales, proponen un proceso de consulta sobre el salario mínimo, la negociación colectiva, los despidos masivos, y las huelgas en la base a las “mejores prácticas” europeas.
8. También han pedido la desregulación de una serie de mercados, sobre todo entorno a la generación y distribución de energía eléctrica.
9. Además, exigen una continuidad sistemática entorno a las privatizaciones masivas, incluyendo la compañía de ferrocarriles, los aeropuertos regionales, Egnatia Odos, el puerto de El Pireo y el puerto de Tesalónica.
10. Finalmente, las “instituciones” no hacen referencia alguna a la reestructuración de la deuda o de un programa de inversión y desarrollo.
Del texto se entiende, entonces, que los prestamistas están insistiendo en una política impositiva severa y de “alta calidad” con el objetivo de asegurar los superávits primarios “bajos”. Al mismo tiempo están pidiendo unas severas medidas en el sistema de pensiones, reformas laborales dolorosas, y un conjunto de políticas de desregulación.
El supuesto es que de esta manera se completará la evaluación y el país recibirá alguna inyección de liquidez en un futuro inmediato. Pero no proponen ninguna solución para la deuda o algún programa de inversiones. Solo podemos asumir que éstos vendrán más tarde, tal vez después de la negociación “importante” sobre el limbo fiscal en el que se encuentra el país.
¿A dónde nos lleva este camino?
Surgen algunas conclusiones más que evidentes para saber dónde nos dirigimos.
No hay evidencias para pensar que haya serias diferencias entre los acreedores, y que éstas pueden ser utilizadas ventajosamente por el bando griego. La élite europea es amable y educada, pero no tiene a nadie que podamos calificar de amigo. Cuando es la hora de la verdad, los negociadores educados se endurecen, son intransigentes y cínicos. Ésta es la forma como se construyeron los imperios en el pasado.
No hay “política de negociación” en la manera en que esto se suele percibir en Grecia –es decir, con acuerdos personales entre los diferentes líderes. En el contexto europeo las posiciones políticas están mediadas a través de instituciones y mecanismos – en un sentido más amplio que se aplica para el sector público– que tienen su propia lógica. La mediación es generalmente de sentido tecnocrático.
Por ejemplo, hay un claro parecido entre los objetivos de superávit primario entre el gobierno griego y los prestamistas, pero las posturas sobre las medidas que deben aplicarse son muy diferentes. La mediación tecnocrática de las posiciones políticas de los prestamistas son estrictas. Éstas siguen las lógicas del FMI y, en consecuencia, exige medidas severas.
No habrá propuestas de los prestamistas que no impliquen un alto coste político para Syriza y su liderazgo, ya que el partido pone en peligro el status quo en Europa. Los prestamistas quieren demostrar que Syriza ha sido derrotada.
No habrán propuestas de los prestamistas que permitan aplicar a Syriza el Programa de Salónica. El terreno al que los prestamistas están llevando Syriza es cada día está más alejado de sus posiciones preelectorales.
Algunas conclusiones de todo esto:
Si se firma un acuerdo en las condiciones impuestas para los prestamistas, Grecia esencialmente volverá al régimen de los memorándums, lo que significa que no habrá desarrollo sistemático, el desempleo persistirá alto, la desigualdad aumentará, el país envejecerá, y Grecia será transformada en un paria insignificante en la escena internacional. Si se firma un acuerdo de este tipo, el tiempo irá en contra de Syriza. No habrá margen para la “ruptura interna” de la corrupción y la intriga y no habrá ninguna posibilidad de cambio social. Será un desastre tanto para el país como para la izquierda.
En las aspiraciones de este momento no hay terreno común entre las propuestas del gobierno y la de los prestamistas, por la obvia razón de que cualquier acuerdo de este tipo nos llevará aún más lejos del Programa de Salónica. En esencia, los prestamistas han ganado.
Hay poco margen de maniobra en las continuas negociaciones. La prolongada ausencia de liquidez y financiación que ha sido ingeniada por los prestamistas ha llevado a la economía a la recesión. El Estado está suspendiendo pagos y no puede funcionar adecuadamente.
La fuga de depósitos ha adquirido proporciones gigantescas: el sistema bancario está al borde del colapso. Los pagos de la deuda se están acumulando. Hay una paralización del crédito comercial. En los últimos cuatro meses, el gobierno de Syriza ha logrado gestionar la economía mejor que Nueva Democracia o el PASOK, pero los prestamistas están insistiendo en el vicio de ensanchar las grietas de la economía.
La estrategia para el cambio radical en Grecia en el marco de la Unión Europea ha llegado a su fin. Este es el mensaje más básico e importante que han transmitido los prestamistas con sus tácticas de apisonadora.
Si Syriza realmente quiere cambiar la sociedad para evitar el desastre nacional, para llevar la economía a la senda del desarrollo, para asegurar una nueva posición activa para Grecia en el orden internacional, hay que analizar las vías alternativas para seguir adelante.
El análisis, y el conocimiento, están ahí. La voluntad política y de decisión es lo que debemos añadir a esta ecuación.

Traducción: Albert Medina.
Fuente original: https://www.jacobinmag.com/2015/06/syriza-troika-lapavitsas-austerity-tsipras/


NOTA ..
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Costas Lapavitsas   es profesor de economía en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres, y fue elegido como miembro del Parlamento griego para  Syriza  en la elección general de 2015 Ya en 2011, Lapavitsas, así como algunos otros economistas griegos, abogó para Grecia abandonar el euro y volver a su antigua moneda nacional, el dracma , como respuesta a la crisis de deuda pública griega.  El 02 de marzo 2015 Lapavitsas escribió en The Guardian que la liberación de los griegos de la austeridad y evitar al mismo tiempo una importante caída de salida con la zona euro es una tarea imposible para el nuevo gobierno de Grecia.







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