jueves, 27 de julio de 2023

Los negocios de la guerra.

 

 El grano ucraniano se exporta con 'empresas fantasma' que roban al país en plena guerra

Omana Puiulet (RISE Project), Elena Loginova (OCCRP) y Karina Shedrofsky (OCCRP)

Una investigación de la red de medios OCCRP, a la que pertenece infoLibre, desvela que algunos nombres que figuran como propietarios y directores de las empresas son pacientes de psiquiátricos

 Las filiales rumanas de grandes sociedades agroalimentarias internacionales –COFCO International, Bunge, Viterra y Ameropa Holding– importan grano a través de firmas ucranianas bajo investigación

El pasado abril, cientos de agricultores rumanos bloquearon con tractores el paso fronterizo de Halmeu con Ucrania, en protesta por la avalancha de grano barato procedente de su vecino devastado por la guerra. "Queremos ayudar, pero no a cualquier precio", coreaban. "Las importaciones de Ucrania son una gran pérdida para nosotros", afirma David Gheorghe, un agricultor que también es alcalde de la cercana ciudad de Moftin. "Han llenado el país de grano ucraniano, para nosotros esto es competencia desleal". Con los puertos de Ucrania bloqueados desde la invasión de Rusia el año pasado, el número de camiones de grano que cruzan Halmeu se ha disparado: de apenas diez al mes en los primeros días de la guerra a 1.600 en otoño. En respuesta a las protestas de los agricultores, Rumanía y otros países prohibieron temporalmente las importaciones de grano ucraniano. Una decisión que ha provocado la reacción del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, que criticado las restricciones por considerarlas una amenaza para la economía de su país.

Pero lo cierto es que el sector agrícola ucraniano también se ha visto perjudicado por la propia corrupción del país.

Así lo revela esta investigación del OCCRP y el RISE Project. Los datos comerciales obtenidos por los periodistas muestran que, en los primeros siete meses de la invasión a gran escala de Rusia, gran parte del grano que pasaba por Halmeu y otros pasos fronterizos era exportado por dudosas empresas ucranianas acusadas de evasión fiscal y otros delitos. Estas empresas figuran entre las más de 300 investigadas por las autoridades ucranianas desde septiembre. Según la fiscalía, sólo el año pasado defraudaron al Estado al menos 140 millones de dólares, algo más de 127,5 millones de euros. En el marco de la investigación, las autoridades se han incautado de decenas de miles de toneladas de grano de algunas de las empresas, según consta en documentos judiciales consultados por los periodistas. Algunas han impugnado estas incautaciones y los procesos judiciales siguen su curso. Varios altos funcionarios están acusados de abusar de sus cargos para ayudar a establecer el sistema de evasión fiscal, entre ellos altos responsables de aduanas que trabajan en los puertos de la región de Odesa.

Para comprender mejor cuánto maíz, cebada, trigo y otros cereales exportan estas empresas a la Unión Europea –y quién los compra–, los periodistas cruzaron sus nombres con datos aduaneros del agregador de datos comerciales ImportGenius e información de la Dirección de Seguridad Alimentaria de Rumanía. Los datos disponibles, que abarcan los siete primeros meses de la guerra, incluyen 80 empresas ucranianas sospechosas. Entregaron al menos 1,7 millones de toneladas de grano, por valor de 495 millones de dólares –451 millones de euros–, a empresas de Rumanía, Hungría y Chequia durante ese periodo. En comparación, Ucrania exportó a Rumanía algo más del doble de esa cantidad de grano, por valor de unos 1.000 millones de dólares, durante el mismo periodo. "La mayor parte de las exportaciones de grano que se realizan actualmente ni siquiera están cerca de reportar a Ucrania los beneficios que deberían", afirma Maryan Zablotskyy, legisladora ucraniana que emprendió su propia investigación sobre el mercado del grano hace cuatro años.

Los periodistas descubrieron que entre los compradores del grano había empresas offshore, empresas húngaras que habían sido disueltas por no presentar la documentación, empresas apoderadas en Hungría y la República Checa, empresas con un historial de evasión fiscal, empresas propiedad de personalidades con conexiones políticas, así como grandes comerciantes internacionales, como COFCO International, Bunge, Viterra y Ameropa Holding. Un hombre que aparecía en la documentación como propietario de una de estas importadoras declaró a los periodistas que había estado internado en un hospital psiquiátrico y que alguien le había pagado para que pusiera su nombre a la empresa. Señaló a otros pacientes que habían sido usados de la misma manera.

Un campo de trigo se extiende hasta el horizonte bajo el cielo azul en la región de Zaporizhzhia, al sureste de Ucrania.

No fue posible recabar respuesta de ninguna de las empresas ucranianas sospechosas con las que el OCCRP y sus socios intentaron ponerse en contacto a través de sus números de teléfono registrados. COFCO International declaró que no tenía constancia de transacciones con las empresas ucranianas sospechosas que figuraban en los datos. Viterra dijo que no tenía constancia de "relaciones comerciales directas" con ninguna de ellas. Bunge y Ameropa no respondieron."Hay cero, cero impuestos" La investigación ucraniana comenzó cuando los agentes se percataron de que un gran número de empresas, muchas de ellas de reciente creación, evadían impuestos mientras comerciaban con cereales. Los documentos presentados por los fiscales muestran que cientos de empresas están siendo investigadas por estar supuestamente registradas por "personas no identificadas", mostrar signos de "comportamiento ficticio" y eludir el pago de impuestos. Las personas que estaban detrás de la trama "transferían productos de una empresa fantasma a otra [...] para confundir las cadenas comerciales y evitar los pagos obligatorios al presupuesto", declaró en enero el Servicio de Seguridad de Ucrania.

La Oficina de Seguridad Económica del país dijo a los periodistas que no podía facilitar más información sobre la investigación, ya que seguía en curso. Pero en un informe publicado en abril por una comisión parlamentaria se ofrecen más detalles. Según el informe, el servicio no comprobó adecuadamente más de 600 empresas exportadoras de grano sospechosas de las que había sido informado por la agencia tributaria. Estas empresas "presentaban riesgos de evasión fiscal, de no devolver sus ingresos en divisas a Ucrania como exige la ley de blanqueo de dinero".

Estos son los factores que hacían que el grano ucraniano "negro" fuera tan barato en el mercado europeo, declaró el jefe de la comisión y diputado Yaroslav Zhelezniak. Estos delitos también provocan enormes pérdidas al presupuesto ucraniano, añadió. "Hay cero, cero, cero impuestos", dijo Zhelezniak, nombrando varias agencias policiales que, según él, tienen presencia en los puestos aduaneros ucranianos. "¿Para qué están ahí esos cuerpos de seguridad de mierda, si no lo ven?".

Según el informe de la comisión, las empresas no fueron inspeccionadas sistemáticamente. En algunos casos, dijo, los funcionarios de aduanas entrevistaron a sus directores sólo por teléfono o videochat y no verificaron sus identidades. La comisión descubrió que más de la mitad de los exportadores no habían presentado ninguna declaración de aduanas, y que la mayoría de las que se presentaron se tramitaron en los 90 minutos siguientes a su recepción. Una declaración tardó sólo nueve minutos.

El exportador más prolífico, Talstaktiv

Para saber quién importa "grano negro" de Ucrania y en qué cantidad, los periodistas cotejaron los datos aduaneros con la lista de empresas ucranianas acusadas de infracciones, los nombres de varios conocidos importadores rumanos, checos y húngaros de grano ucraniano y varias empresas offshore que importan grano ucraniano.

El exportador ucraniano más prolífico de la lista es Talstaktiv, una empresa que, según los fiscales, "legalizó ingresos obtenidos por medios delictivos", no pagó el impuesto sobre la renta y no devolvió sus ganancias en moneda extranjera.

La empresa se fundó en febrero de 2021, un año antes de la invasión a gran escala de Rusia. En algún momento de este año, mientras estaba siendo investigada, Talstaktiv cambió su dirección y adoptó el nuevo nombre de Technotrade Supply. A lo largo de su corta existencia, los propietarios registrados de la empresa cambiaron tres veces. Según los datos de aduanas, la empresa exportó grano en 2021 y 2022 por valor de más de 150 millones de dólares, cerca de 137 millones de euros, a dos empresas húngaras a las que un tribunal húngaro ordenó liquidar por no presentar documentos financieros ni información de contacto precisa.

El tribunal también prohibió a estos importadores húngaros –llamados The Mark Global y Borko Trade– realizar cualquier otra actividad. A pesar de ello, The Mark Global siguió comerciando. Entre sus tratos con Talstaktiv y otras empresas, la compañía importó entre 2021 y 2022 283 cargamentos de grano por valor de 157 millones de dólares, algo más de 143 millones de euros.

De las ventas de grano realizadas sólo a Borko Trade –que importó grano por valor de unos 336 millones de dólares entre 2020 y 2022–, el Estado ucraniano perdió unos 20 millones de dólares –más de 18 millones de euros– en impuestos no pagados, según los documentos de los fiscales. Las autoridades húngaras se mostraron incapaces de establecer quién estaba realmente detrás de la empresa. Según la dirección de impuestos y aduanas del país, tanto el sucesor legal de Borko Trade como la información de contacto del contribuyente eran desconocidos. El correo enviado a la empresa fue devuelto debido a un código postal falso.

Del psiquiátrico a la empresa

Cuando los periodistas investigaron quién estaba detrás de The Mark Global, Borko y otras dos empresas asociadas, encontraron a varios jóvenes que figuraban como accionistas o directores actuales o anteriores y que parecían ser apoderados, entre ellos un aspirante a influencer en TikTok. Uno de ellos dijo a los periodistas que él y otros habían sido contactados para poner su nombre en la empresa mientras recibían tratamiento en una institución psiquiátrica. El rastro hasta estos hombres conducía, a través del director de The Mark Global en el momento de su disolución, a un lituano llamado Sergiejus Kolobovas. Kolobovas no tiene constancia de propiedades ni negocios en su país de origen.

También fue director general de otro importador húngaro, Supstan, que compró aceite de girasol a Ucrania por valor de más de 56 millones de euros en 2020 y 2021 antes de que las autoridades ordenaran su disolución en 2022. El hombre que figura como propietario de la empresa antes que Kolobovas –mientras se realizaban estas transacciones– es Ondrej Stana, un ciudadano checo de 27 años que hace vídeos de desarrollo personal en TikTok. Stana dijo a los periodistas que estaba recibiendo tratamiento para el trastorno bipolar en la ciudad checa de Brno hace varios años cuando un hombre llamado Albert se acercó a él y a otros pacientes y les pidió que se "unieran" a las empresas. "Todo esto por 400 euros al mes, que recibí unas siete veces a lo largo de dos años, como mucho", cuenta. "Muy pronto me di cuenta de que era un error, pero no sabía qué hacer. Les pedí que eliminaran mi nombre".

Un ucraniano llamado Albert Yanishevskiy, que apenas tenía 23 años cuando se crearon estas empresas en 2019, parece estar detrás de la dirección de correo electrónico utilizada por The Mark Global en el registro mercantil húngaro. Contactado por la prensa, Yanishevskiy declaró que anteriormente dirigía un bufete de abogados en la República Checa que abría empresas a cambio de una comisión. Afirmó que The Mark Global era una de esas empresas, pero dijo que él no tenía ningún papel en ella. Negó haberse puesto en contacto con nadie en una clínica psiquiátrica para abrir una empresa. En cambio, dijo que se había puesto en contacto con ciertas personas para que firmaran formularios después de que quienes creaban las empresas le dijeran que "esta persona será el director de esta empresa."

El director general de The Mark Global era Matej Bartík, un ciudadano eslovaco de 30 años. Según Stana, él también había estado en el hospital psiquiátrico y Yanishevskiy se había puesto en contacto con él. Pero cuando los periodistas se pusieron en contacto con Bartik, este negó que The Mark Global fuera su empresa y dejó de responder. Los periodistas descubrieron que el rastro de Bartik se remontaba a supuestas actividades delictivas en Ucrania. En varios momentos, fue director general y accionista de una empresa checa de servicios informáticos y tecnológicos que anteriormente había sido propiedad de un ucraniano llamado Viktor Holovchyk.

Desde 2019, las empresas de Holovchyk han sido investigadas en varios casos de presunto blanqueo de capitales, uno de los cuales contó con la ayuda de funcionarios del Banco Nacional de Ucrania. En uno de estos casos, los fiscales dijeron que una empresa de Holovchyk blanqueó dinero de origen ilícito. En su defensa, un abogado de la empresa dijo que el dinero representaba

anticipos de la venta de grano. El caso sigue abierto. Los periodistas no pudieron ponerse en contacto con Holovchyk para hacer comentarios.

Un tercer hombre mencionado por Stana como paciente psiquiátrico al que se había pedido que pusiera su nombre a una empresa era Lukáš Neradílek. Stana envió a los periodistas una foto suya con Neradílek; otra foto de Neradílek parece mostrarle en el hospital psiquiátrico. Su nombre aparece en dos empresas que compraron grano a Ucrania: Resale Consult, en Eslovaquia, y GD Delivery Consult, en Hungría.

Resale Consult importó grano de la región ucraniana de Mykolaiv por valor de casi 40 millones de euros entre 2019 y 2021, y GD Delivery Consult compró soja por valor de 1,8 millones en 2019. Entre todas, estas cinco empresas –The Mark Global, Borko, Resale Consult, GD Delivery Consult y Supstan– compraron a Ucrania grano y aceite de girasol por unos 550 millones de euros entre 2019 y 2022. Luego vendieron estos productos a empresas de Turquía, Corea, Bélgica, Rumanía y varios países africanos.

COFCO sigue adelante

El diputado ucraniano Zablotskyy, que emprendió su propia investigación sobre el mercado de cereales hace cuatro años, declaró a los periodistas que los grandes comerciantes internacionales estaban detrás de los actuales negocios clandestinos, y que la mejor forma de detenerlos era intentar que se les impusieran multas fuera de Ucrania. "Como ha demostrado la práctica, es muy difícil perseguir esto en Ucrania con el sistema de aplicación de la ley que tenemos y la corrupción que hay", afirmó.

Los periodistas descubrieron que COFCO International Romania, filial de la multinacional agrícola china COFCO International, era una de las empresas que había importado grano a través de empresas ucranianas investigadas. La filial rumana de COFCO importó a Rumanía semillas de girasol por valor de 2,1 millones de euros a través de Talstaktiv, pagando sólo 0,36 euros por kilogramo en mayo de 2022, cuando el precio en las bolsas internacionales de cereales era de 0,61 euros por kilogramo. En total, COFCO International Rumanía importó en el país grano por valor de más de 132 millones de euros en los siete meses comprendidos entre febrero y septiembre de los que se dispone de datos. De esta cantidad, unas 145.500 toneladas de grano, por valor de más de 33 millones de euros, llegaron a través de empresas ucranianas ahora investigadas.

De ellos, el mayor de los proveedores de COFCO International Romania, que le exportó grano por valor de unos 11 millones de euros, es Greenprime, con sede en Odesa. Al menos en algunos envíos, el precio de compra fue mucho más bajo de lo normal: en agosto y septiembre de 2022, Greenprime exportó colza a COFCO International Rumanía por 0,35 euros el kilo, frente a los 0,58 euros del mercado internacional. Greenprime, fundada en mayo de 2021, también suministró a una empresa rumana llamada Hércules, controlada por el hijo de Gheorghe Bunea Stancu, antiguo jefe del consejo del condado de Braila. Bunea Stancu fue condenado a tres años de cárcel por abuso de poder y por su implicación en la financiación indebida de una campaña política.Greenprime también exportaba grano a Bunge Rumanía, filial local del gigante estadounidense del agronegocio.

COFCO International Romania no respondió a las solicitudes de comentarios. Su empresa matriz, COFCO International, declaró que la filial rumana "no tiene constancia de ninguna transacción con las empresas que usted ha mencionado, ni la ha realizado". "Le recomendamos encarecidamente que cuestione las fuentes y registros que ha utilizado para determinar las afirmaciones que hace en su carta, que no son correctas", declaró.

 

Cuando los periodistas enviaron un correo electrónico de seguimiento explicando que sus conclusiones procedían de datos aduaneros agregados y proporcionando ejemplos, la empresa escribió que su declaración anterior "sigue siendo válida" y cuestionó si los datos se referían a "vendedores" o "expedidores", sin dar más detalles [los datos de ImportGenius utilizados por los periodistas indican el exportador o "expedidor" de cada envío de grano, pero esto no implica necesariamente una relación comercial directa con el destinatario].

 

Las filiales rumanas de otros dos grandes comerciantes internacionales –Viterra (antes conocida como Glencore Agriculture) y Ameropa Holding– también importaban grano a través de dudosas empresas ucranianas. Tres filiales de Viterra importaron grano por valor de 8,47 millones de euros a través de empresas ucranianas dudosas. En 2022, Viterra Rotterdam importó soja y aceite de girasol a través de Тalskativ por valor de 3,19 millones de euros. Viterra Rumanía importó grano y semillas de girasol por valor de algo más de 4 millones de euros a través de las empresas ucranianas durante el mismo período. Y Viterra Hungría importó semillas de girasol por valor de 1,28 millones de euros a través de otra sociedad ucraniana ahora investigada.

 

En respuesta a las preguntas, Viterra dijo que había "llevado a cabo una revisión interna exhaustiva y puede confirmar que, a nuestro leal saber y entender, no tenemos constancia de ninguna relación comercial directa con ninguno de los terceros mencionados en su consulta". La firma añadió que "tiene una política de tolerancia cero para las prácticas comerciales ilegales o corruptas de cualquier tipo". "En todo nuestro negocio, Viterra cuenta con amplias políticas y procedimientos para garantizar que todas las contrapartes con las que trabajamos no tienen ningún historial de actividades corruptas, incluyendo pero no limitado a la evasión de impuestos", dijo la firma. No respondió a tiempo para su publicación a un correo electrónico de seguimiento de los periodistas que explicaba el origen de los datos.

 

Mientras tanto, de julio a septiembre de 2022, Bunge Rumanía importó cereales por valor de 5,1 millones de euros a través de las dudosas empresas ucranianas, incluida Greenprime, según documentos aduaneros vistos por los periodistas. Alrededor de 1,37 millones de euros se importaron a través de Pretset, una empresa cuyo certificado de IVA ha sido revocado por las autoridades ucranianas. Bunge no respondió a las peticiones de comentarios.

 

Una filial rumana de Ameropa Holding importó cereales por valor de 1,55 millones de euros a través de empresas acusadas de infracciones. La empresa no respondió a las solicitudes de comentarios.

 

Un comprador relacionado con un exministro moldavo

Un comprador rumano de granos, relacionado con un exministro moldavo caído en desgracia, parece haber comenzado un comercio dinámico de granos ucranianos después de la invasión de 2022. La mayoría de sus importaciones durante el periodo del que los reporteros tienen datos provinieron de empresas ucranianas bajo investigación. La empresa, Damalio RO, no tuvo actividad comercial en 2021 pero facturó 12,75 millones de euros al año siguiente. Según el sitio web de Damalio RO, la seguridad de la empresa corre a cargo de Alexandru Pînzari, exministro de Defensa de Moldavia y exjefe de la Policía Nacional. Hace dos años, Pînzari fue arrestado por abuso de autoridad y otros cargos.

 

El dueño de Damalio es un hombre rumano-moldavo sin perfil público y que además es copropietario de otra empresa con el hijo de Pînzari. Entre junio y septiembre de 2022, Damalio importó 971 envíos de cereales valorados en 3,1 millones de euros desde Ucrania. De estos, 785 envíos, consistentes en 19.556 toneladas y por un valor de 2,55 millones de euros, procedían de empresas investigadas.

 

El mayor de los proveedores de Damalio es Podillya Agroservis, una empresa fundada en enero de 2022 que también está siendo investigada, en otro caso, por presuntamente violar las normas aduaneras al intentar ocultar el origen de las semillas de girasol. Sólo en agosto y septiembre de 2022, Podillya Agroservis realizó 692 envíos de granos por un total de más de 3,6 millones de euros. Muchos de estos envíos fueron a Damalio.

 

El proveedor más barato de Damalio, a uno de los precios más bajos vistos por los reporteros en esta investigación, fue Raikomia. En julio de 2022, Damalio importó maíz de Raikomia a solo 0,0764 euros el kilogramo, cinco veces menos que el precio internacional. Raikomia comparte un número de teléfono con otra empresa, creada en octubre de 2022, de la que los fiscales ucranianos incautaron unas 65.000 toneladas de trigo y maíz en la región de Odesa como parte de su investigación por evasión fiscal. Posteriormente, un tribunal ordenó la devolución del grano. Mihai Pătraș, director comercial de Damalio, confirmó que la facturación de la empresa consiste en transacciones de granos de Ucrania. Dijo que compró granos de "intermediarios" que habían sido sugeridos por los granjeros, pero no dio más detalles. 

 https://www.infolibre.es/politica/grano-ucraniano-exporta-traves-empresas-fantasma-roban-pais-plena-guerra_1_1545218.html

 

martes, 25 de julio de 2023

La crisis migratoria africana.

 

Magreb: Desplazados sin permiso para soñar con ser felices

 

Por Guadi Calvo |

 20/07/2023  

 La Unión Europea (UE) sigue intensificando sus operaciones en el Mediterráneo para evitar la llegada de más refugiados al continente, imprime mayor presión política y aporta millones de euros para que los países emisores contengan en sus territorios a los miles de desplazados que sueñan con la oportunidad de llegar finalmente a algún punto de la costa europea. Más allá de estos esfuerzos, que representan miles de millones de euros, el 2022 ha sido el año que mayor cantidad de migrantes llegaron desde 2016.

 Estos refugiados alcanzan la costa sur de Mediterráneo a riesgo de absolutamente todo, de ello son testigos los muertos que con frecuencia son descubiertos en las dunas del Sáhara. Muchos de ellos después de haber transitado miles de kilómetros desde sus países de origen, en muchos casos a un alto precio económico y de seguridad, poniéndose en manos de traficantes que, frente a cualquier contingencia, los abandonan con escasa oportunidad de sobrevivencia en medio del desierto, alejados de las rutas más transitadas, dado que lógicamente los carteles del tráfico humano buscan escapar del control de las autoridades locales.

 Ignorando esta realidad, la UE solo se preocupa de evitar la llegada de más refugiados a sus costas, prueba de esto son los mil millones de euros que acaba de otorgar a Túnez para “luchar contra el tráfico y apuntalar la economía en crisis del país” tras haber fracasado, apenas unos días atrás, otro acuerdo entre el cada vez más díscolo presidente tunecino Kais Saïed y la UE. (Ver: Túnez, naufragios en el mar y en la arena).

 Túnez en estos últimos meses, y en particular el puerto de Sfax, se convirtió en el principal centro de irradiación del tráfico de personas de todo el Magreb -superando incluso a Libia- a donde han llegado millones de desplazados debido al desorden provocado por la guerra civil como resultado del “éxito” de las operaciones occidentales contra el coronel Gadafi, guerra que desde 2011 no se acalla.

 En el marco de la crisis migratoria lejos de apaciguarse se incrementa cada día con el correspondiente aumento de naufragios y obviamente de muertos y desaparecidos, de los que es prácticamente imposible calcular una cifra cierta. Aunque oficialmente se reconocen más de 27.000 desde que se inició la crisis en 2014, solo calculado los producidos en las tres grandes rutas del Mediterráneo: el eje Marruecos a España o ruta occidental, la central: Libia o Túnez hacia Italia -la más transitada- y finalmente la ruta del este: hacia Grecia desde Turquía.

 Estos números parciales tampoco tienen en cuenta la cada vez más frecuente travesía desde el sur de Marruecos, Mauritania y Senegal hacia el archipiélago español de las Canarias, ruta donde se vienen produciendo constantes naufragios que van dejando cientos de muertos. El último de estos accidentes se registró el 1 de julio por el hundimiento de una embarcación que había partido desde el puerto de Tan-Tan, en el sur del reino alauita, que produjo una cincuentena de muertos cuyas nacionalidades todavía se ignoran. En otros dos hechos similares habían desaparecido, el 11 del mes pasado, unos 50 marroquíes provenientes de la ciudad de Agadir. Y el día 21 de ese mismo mes otro naufragio del que fueron rescatados dos cuerpos y otros 40 viajeros siguen desaparecidos. El 4 de julio fueron rescatadas 159 personas que habían partido una semana antes desde Mbour (Senegal) rumbo al archipiélago canario, las que de no ser por el rápido accionar de las autoridades isleñas, estaríamos hablando de una nueva tragedia.

 A esta cuenta atroz de muertes hay que sumar el número insondable de los desaparecidos en las arenas del Sáhara, perdidos y abandonados por los cárteles de traficantes.

 Respecto a las cifras del Mediterráneo son extremadamente discutibles, ya que si bien el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registra hasta fines de junio unos 25.000 muertos en los naufragios, estos datos se basan en cifras oficiales de entidades europeas ignorando en verdad el número real. Al ser, obviamente, esta actividad ilícita, no existen precisiones de las embarcaciones ilegales que parten de los diferentes puertos o incluso de playas desoladas a escondidas de las autoridades, por lo que se desconoce también el número que transportan y tampoco se reportan los posibles naufragios de esos viajes.

 Así, el número de muertos y desaparecidos sólo en el Mediterráneo podría ser ostensiblemente superior al dado por la OIM, ya que en muchos casos esos cuerpos nunca se encuentran o las propias autoridades disimulan las cifras para evitar mayores cuestionamientos. Hasta el punto de que se ha registrado, en más de una oportunidad, que las naves destinadas a controlar los desplazamientos ilegales en el Mediterráneo se han negado a contestar los pedidos de ayuda frente a un inminente naufragio, como se cree que sucedió el pasado junio en cercanías de las costas griegas, donde murieron 73 personas tras hundirse una embarcación que había partido del puerto libio de Bengasi con cerca de 200 pasajeros.

 Argelia se suma a la campaña del desprecio

 Negada la posibilidad de continuar los viajes ilegales hacia Europa de los que muchos funcionarios locales se benefician dejando hacer a los traficantes con los obvios “agradecimientos”, ya que según se presente la oportunidad cada pasaje en algunas de esas naves puede cotizarse entre 800 y 5.000 euros, cifras para las que los interesados deben trabajar durante años o embargar a sus familias en préstamos usureros que demorarán años en terminar de pagar devastando las economías familiares.

 Con el intento de evitar la llegada de más refugiados y para “sacarse de encima” a los que ya se encuentran en sus países, los gobiernos magrebíes han iniciado campañas de mayor control fronterizo y redadas y expulsiones masivas de refugiados, concentrado sus acciones fundamentalmente en ciudadanos subsaharianos.

 Al igual que Túnez, también Argelia se encuentra resolviendo la cuestión migratoria de manera brutal. Mientras tanto aumenta el racismo contra los negros alentada desde los medios de comunicación y convertido en una política de Estado por los gobiernos locales. La vida de los refugiados, especialmente la de los subsaharianos, se ha convertido en una pesadilla todavía peor de la que tenían, sabiéndose blanco de hordas xenófobas que nada tienen que envidiar a las camisas pardas o Sturmabteilung (S.A.) de Ernst Röhm.

 En el distrito de Safsafa, en los suburbios del sur de Argel -la capital del país- donde se han instalado miles de refugiados, las razzias policiales, que van en constante aumento, ya ha desmantelado gran parte de los refugios improvisados donde miles de personas viven hacinaban, sin ninguna posibilidad de acceder a controles médicos mientras sus condiciones de salud se agravaban, dadas paupérrimas condiciones sanitarias, sin baños ni agua potable, mientras están a la espera de poder continuar su viaje o conseguir algún trabajo.

 En estos sitios viven miles de malíes, nigerianos y burkineses, entre otras nacionalidades, que han llegado escapando fundamentalmente de la violencia terrorista de sus países, que tiene a la población masculina joven como un objetivo clave, para ser reclutados a la fuerza, por las poderosas khatibas terroristas que operan en esos países,  como Jama’at Nasr al-Islam wal Muslimin o GSIM (Grupo de Apoyo al Islam y a los Musulmanes) tributario de al-Qaeda en el Estado Islámico para el Gran Sahara, o los nigerianos Boko Haram o el Estado Islámico en África Occidental (ISWAP), entre tanto otros grupos que se extienden en una gran cantidad de países del continente.

 Los migrantes, recién expulsados de Safsafa, han vuelto a instalar sus chabolas en Hasnaoua, en los suburbios del sur de Tizi-Ouzou, sabiendo que la próxima relocalización, muy posiblemente, sea a Tamanrasset, en el extremo sur de Argelia, y desde allí llevados a la frontera con Níger, desde donde para llegar al primer sitio poblado, que es Assamakka, tendrán que caminar unos 15 kilómetros en medio de la nada, con temperaturas ecuatoriales, donde serán clasificados y a continuación deportados a sus países, ya que Argelia no discrimina por nacionalidades y expulsa sin ningún orden a cualquier inmigrante hacia Tamanrasset. (Ver: Níger: Los fantasmas de Assamakka)

 Por un acuerdo entre Argel y Niamey Argelia ya ha devuelto a Níger a más de 11.000 personas entre enero y abril de 2023, operaciones que se venían realizando desde 2018, a un transporte semanal y que, dada las presiones europeas, estos traslados se han reactivado de manera exponencial.

 De todas formas muchos de los expulsados, pasado un tiempo intentan, llegar primero a Assamakka para seguir rumbo al norte. En junio último en esa ciudad nigerina ya se contabilizaban cerca de 10.000 subsaharianos con la intención de volver a Argelia, una vez más, para intentar conseguir el permiso de soñar con la felicidad.

 Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC.

https://rebelion.org/magreb-desplazados-sin-permiso-para-sonar-con-ser-felices/

sábado, 22 de julio de 2023

Entrevista a José Manuel Naredo .

                                                                      


Entrevista a José Manuel Naredo

| 22/07/2023  
Fuentes: Viento sur






José Manuel Naredo es un veterano economista español, su obra combina el análisis con propuestas, huelga decirlo, bastante radicales. En pocas palabras, Naredo es prolífico, riguroso y combativo. En cuanto a lo primero, sólo en la última década Naredo publicó y reeditó (en ediciones corregidas y ampliadas) seis libros como autor, sin contar las compilaciones, artículos académicos o de divulgación. Su rigor conceptual y metodológico se evidencia en cada página de sus escritos que, tal vez, justamente por ello se tornan un poco arduos para lectores ignotos. La combatividad del autor es explícita y notoria, su compromiso con un ecologismo radical choca contra variantes más indolentes, así como critica sin disimulo a distintas variantes de la izquierda que, a su entender, han pisado todas las trampas teóricas y prácticas que los defensores del capitalismo han puesto a su paso.

La crítica agotada. Claves para el cambio de civilización (Siglo XXI, 2022) es un llamamiento a una izquierda maniatada y timorata, presa de sus propias galimatías conceptuales y debilidades empíricas. El libro es directo en sus críticas e intenta derivar de ellas una propuesta, abonando una mirada radical desde el rigor y la factibilidad. La transformación que propone es total y, en gran medida, civilizatoria, ataca algunos de los cimientos conceptuales y teóricos más arraigados en nuestro tiempo, comenzando por la valoración acrítica y reverencial de la «producción» como parámetro indiscutido de prosperidad.

La crítica agotada es una diatriba contra los pseudo-conceptos y las idolatrías que componen significantes inútiles para la querellas más urgentes. Muñecos de paja en la disputa política e intelectual contemporánea como el «neoliberalismo», concepto cargado de connotaciones pero muy débil e impreciso. Un enemigo invisible y escurridizo, tan poderoso en su indefinición que nos condena a la impotencia y el pasmo. La batalla conceptual que delinea Naredo va mucho más allá que una simple discusión de nombres o definiciones, implica asumir cierta derrota cultural e intentar revertirla, volver a pensar en adversarios concretos y en la materialidad de nuestra existencia. Su propuesta ecointegradora insta a volver a pensar la cuestión ecológica y la economía en conjunto, no como un mero control de daños o sostenibilidad en el tiempo. Sobre todas esas cuestiones, recogemos esta entrevista José Manuel Naredo para La Vanguardia

Fuente: https://vientosur.info/entrevista-a-jose-manuel-naredo/

miércoles, 19 de julio de 2023

La devastación del macronismo

 

Francia: La devastación que provoca el macronismo (Dossier)

Aurélie Trouvé Fabien Escalona

 11/07/2023

 Lo que el macronismo hace a los jóvenes de los barrios Populares

 Aurélie Trouvé

 Durante noches escuché los fuegos artificiales y tranquilicé a mis hijos. De madrugada, descubrí los comercios devastados. Es una paradoja que sentimos aquí en Seine-Saint-Denis: lamentamos los saqueos que se vuelven contra los que luchan, contra el propietario del pequeño estanco, contra los padres de una guardería incendiada. Pero para comprender la rabia y las razones de la ira que se está desatando.

 Cinco días de revuelta en los barrios populares. Cinco días que no fueron los primeros. 2005. 1983, 1991, 1995, 1997... En París, Rouen, Vaux en Velin, Laval, Sartrouville... Cinco días que no serán los últimos. Porque, como en ocasiones anteriores, no se analizan, y mucho menos se tienen en cuenta, los motivos para actuar. Peor aún, la realidad del descenso se niega, se borra en las palabras de los más altos responsables políticos.

 Se niega la realidad de la violencia policial y del perfil racial diario al que se ven sometidos los jóvenes que viven en estos barrios. Se niega el racismo sistémico en las fuerzas policiales. Se niegan las inaceptables 13 muertes del año pasado en nombre de la "negativa a obedecer".

 Negada la pobreza creciente en estos barrios, la inflación que mata de hambre y agota a las familias tras dos años de encierro. Se menosprecia a las cajeras, limpiadoras y guardias de seguridad, que a veces trabajan de 5 de la mañana a 9 de la noche con la esperanza de ganar un poco más del salario mínimo. Culpadas, acusadas de no cuidar bien a sus hijos, estas madres solteras obligadas por la ley y la pobreza a trabajar los domingos o por la noche.

 Negada, la nada a la que se enfrentan muchos de estos jóvenes. Las tasas de desempleo son colosales -casi 3 veces la media nacional en los barrios de la "Política Urbana"-, debido sobre todo a la discriminación demostrada en la contratación. También se niega la impotencia de las escuelas públicas para responder a las necesidades urgentes, debido a la falta de recursos.

 También se nos niega el aislamiento geográfico y la segregación espacial asociados a un transporte urbano deficiente y a la ausencia casi total de limitaciones para los municipios que se niegan a promover una población mixta. La principal distracción que ofrecen las opciones urbanísticas es el "mall" a la americana, que crea tentaciones, seguidas de frustraciones: en el barrio Londeau de Noisy-le-Sec, el primer contacto inmediato con el mundo exterior es la visita al centro comercial Rosny 2.

 Por último, se niega la responsabilidad del Estado, ya que toda la culpa se achaca a los padres, a los videojuegos e incluso a la France insoumise. Nada se dice del debilitamiento de los lugares que educan, reúnen y orientan. Nada se dice de la disminución de la financiación de asociaciones, centros sociales, centros de barrio, etc. Como escribe el sociólogo François Dubet, "los jóvenes atacan a los símbolos: el del Estado, que les reprime, y el del consumismo, que les frustra". Los símbolos de la República, que sienten que les ha traicionado.

 Como todo el mundo, a pesar de los ministros que nos acusan de fomentar el caos contra toda evidencia, aspiro a la paz y a la concordia. Pero para que haya paz y armonía duraderas, es necesario que haya comprensión y reconocimiento de las razones de la cólera. El alcalde de Noisy-le-Sec, Olivier Sarrabeyrouse, me dijo el viernes: "Nos piden que apaguemos un incendio con palanganas". "Nosotros" se refiere a los concejales de estos municipios, que han tenido que arreglárselas durante tantos años con retazos. Y una vez más se encuentran en primera línea. Sin ninguna respuesta colectiva duradera.

 Jean-François Bayart lo analiza en su reciente post: a la policía se le ha confiado "una misión imposible: la de mantener la paz social en un estado de injusticia social". Así pues, no puede haber una salida duradera de la crisis sin un plan masivo de apoyo a los barrios populares y una amplia lucha contra todas las discriminaciones que sufren sus poblaciones.

 Empezando por la reforma de la policía. Bajo los golpes de una ley Cazeneuve de 2017 y de otras múltiples leyes liberticidas, bajo la presión de sindicatos policiales agresivos y provocadores camino de la extrema derecha, la doctrina policial, basada en la represión brutal, se ha convertido en un problema de fondo en este país.

 Pero desde hace varios días, repito una pregunta: ¿qué hay de nuevo que no podamos entender de las revueltas que se están produciendo desde hace una semana? ¿Y si es la Macronie, ese elemento nuevo? Porque la generación de 12-18 años ha crecido en la Macronie: es, más que ninguna otra anterior, la generación de las promesas incumplidas.

 ¿Cuál es su memoria? Es una disociación total entre lo que oyen y lo que ocurre en realidad: no existe la violencia policial, el paro disminuye... cosas todas ellas muy alejadas de la experiencia cotidiana.

 Es también un discurso de gerentes de cartón piedra, de individualismo, de apología del éxito personal, del "cruzo la calle y te encuentro un trabajo", del mandato permanente de mostrarse excepcional, de "merecer" más que el vecino, de demostrar la propia determinación para "salir adelante".

 Un espejismo de sociedad ideal y esperanzas de éxito personal que chocan constantemente con la realidad. Las realidades del encierro, las multas arbitrarias a los niños que se retiraban brevemente de su décimo piso para tomar un respiro diario, el abandono escolar de miles de ellos durante meses. Hubo un exceso injusto de muertes en los barrios pobres, en las familias cuyos empleos no permitían el teletrabajo, pero donde las vacunas y las mascarillas no eran una prioridad. Las colas para la ayuda alimentaria de urgencia, en las que a veces los padres tenían que pasar horas.

 Es también la represión policial y judicial de todas las formas de protesta organizada: chalecos amarillos, manifestaciones sindicales, protestas por el clima y por la vida... manos arrancadas, ojos sacados, una anciana que muere cerrando sus persianas, cuerpos asfixiados, palizas una y otra vez... Finalmente, se externaliza como la mejor perspectiva para los jóvenes no cualificados.

 El macronismo también significa que el Plan Borloo ha sido relegado al olvido. La humillación oficial de las "banlieues" y de todos sus habitantes. Es el exceso de poder de Darmanin, calificado por Marine Le Pen de demasiado laxo, la impunidad absoluta de los sindicatos policiales que insultan a la justicia y se manifiestan contra la aplicación de la ley. Es una violencia apagada, un deslizamiento represivo y autoritario que sufre el país y sobre todo los jóvenes de los barrios populares. Así lo confirman las primeras condenas dictadas contra las personas detenidas en los últimos días.

 El macronismo nos maltrata a todos, pero eso ya lo sabíamos.

 En cambio, lo que hace a los jóvenes y a los barrios populares marca nuestro futuro. Si queremos cambiar el curso de las cosas, si queremos sanar las grietas que el macronismo ha agravado, necesitamos un cambio sistémico y global en nuestras opciones colectivas.

¿Macronismo? Una promesa de modernización feliz convertida en un campo de ruinas políticas

 

Fabien Escalona

 La promesa inicial de Emmanuel Macron era superar las viejas divisiones en favor de una "revolución democrática". El abismo entre esto y el país desafiante y polarizado de hoy es inmenso. Porque bajo el macronismo, el apaciguamiento es estructuralmente imposible.

 "Nuestro país está carcomido por la duda, el paro, las divisiones materiales pero también morales. Sobre este campo desolado pasan en ráfagas los movimientos de una opinión desorientada y las declaraciones interesadas de los políticos que viven de ello. Me resulta imposible resignarme". Estas frases fueron escritas en 2016 por Emmanuel Macron, en su panfleto de campaña titulado Révolution (XO éditions).

 Casi siete años después, el panorama es igual de sombrío, si no más. Y la culpa no la tiene tanto la dimisión del Jefe del Estado como su papel activo en el asunto. Cuando irrumpió en la escena política, Emmanuel Macron se presentó ciertamente como un liberal, deseoso de ir más allá de las estériles disputas en las que estaban sumidos los dos antiguos partidos gobernantes.

 Su ambición declarada era la de una "revolución democrática" que permitiera a Francia adaptarse con éxito a las "revoluciones digital, ecológica, tecnológica e industrial que se perfilan en el horizonte". Sin embargo, es difícil identificar un ejecutivo de la V República que haya tenido que hacer frente a tal serie de crisis en tan poco tiempo, con una polarización tan marcada de la sociedad y tan pocas intenciones y recursos para resolverlas.

 Apenas un año después de su elección, Emmanuel Macron tuvo que enfrentarse a un movimiento social sin precedentes, los "chalecos amarillos"[1]. Posteriormente, sus ofensivas sobre las pensiones generaron protestas que alcanzaron récords históricos en cuanto a duración y número de personas movilizadas. Mientras tanto, el movimiento verde buscaba desesperadamente la manera de influir en la acción pública. Y la semana pasada, los mayores disturbios urbanos desde 2005 se desencadenaron por la muerte del joven Nahel[2].

 Ante los problemas planteados, el gobierno ha optado generalmente por la represión en lugar de soluciones duraderas y convincentes. El resultado ha sido un inmenso resentimiento, que no ha sido ajeno a la desconfianza de los ciudadanos hacia el poder político, especialmente masiva en comparación con otros países europeos. El profesor de Ciencias Políticas Rémi Lefebvre señala que "la visión de Emmanuel Macron era la de una vida política más tranquila y una sociedad más relajada. Hoy sólo podemos observar los bloqueos del juego político e incluso el disgusto que suscita".

 ¿Cómo explicar un desfase tan grande entre la promesa inicial y el macronismo "realmente existente"? El método de gobierno elegido, la estrategia política adoptada y los intereses sociales favorecidos forman parte del sistema, y todos desempeñan su papel en la situación actual. Parece difícil de corregir, al menos con los mismos actores en el poder.

 Falta de comprensión de las cuestiones "sociales" y uso de la fuerza

 La propia forma de dirigir el Gobierno ha demostrado estar reñida con la madurez y el dinamismo colectivos que algunos esperaban para el periodo posterior a 2017. La expresión presidencial ha sido regularmente despectiva y excluyente. Varias frases han pasado a la historia como condescendientes: "gente que no es nada", el llamamiento a "cruzar la calle" para encontrar trabajo... También recordamos al Jefe del Estado encargándose de querer "cabrear" a las personas que no se habían vacunado, hasta el punto de decretar que ya no eran ciudadanos. 

 La tensión y la provocación, más que el apaciguamiento y la empatía, han caracterizado así el estilo macronista. Pero, sobre todo, este estilo se ha reflejado en las tomas de poder institucionales. La reforma de las pensiones fue la culminación de la tendencia del ejecutivo a barrer cualquier obstáculo a su voluntad. Las promesas de apertura, como la introducción de la representación proporcional, fueron abandonadas. Y el uso de mecanismos participativos se ha convertido en una cortina de humo, sobre todo en lo que respecta al clima.

 En una contribución académica sobre el tema[3], los politólogos Guillaume Gourgues y Alice Mazeaud han identificado "los contornos de una forma de participación aceptable para el ejecutivo: la que implica la producción de arriba abajo de mecanismos controlados, desarrollados bajo los auspicios de instituciones y "metodólogos" cualificados. En el mejor de los casos, se presenta como un recurso potencial de propuestas, en el peor, como un vasto escenario de "pedagogía" [...]. En este sentido, el participacionismo busca menos reformar y profundizar la democracia que reforzar la gobernabilidad de la acción pública".

 Los últimos seis años han demostrado hasta qué punto eran oportunistas las críticas del candidato Macron a las élites en 2017. La liberación de las energías de la sociedad nunca se entendió como un ejercicio ampliado de soberanía popular, sino como el florecimiento de un espíritu de innovación y de empresa indispensable en la competencia económica globalizada. Si los "galos refractarios" se resistían a este proyecto, el líder modernizador no dudaba en utilizar todas las armas del régimen para acabar con ellos.

 Para explicar la facilidad con la que Macron hizo uso del potencial de "forzamiento" democrático de la V República, el politólogo Luc Rouban apunta a la cultura de liderazgo específica que impregna al Jefe del Estado. "Su red de toma de decisiones está formada en gran parte por personas procedentes del sector privado, en proporciones que no tienen nada que ver con las de sus predecesores", señala el investigador del Cevipof (Sciences Po). "Su pensamiento está impregnado de un modelo de gestión macroeconómica, lo que significa que comprende poco o nada el funcionamiento interno de la sociedad francesa".

 En resumen, el Elíseo está imbuido del tipo de pensamiento típico de los altos ejecutivos de una gran empresa monopolística, más que de un frío razonamiento tecnocrático o de un auténtico pragmatismo empresarial. Sin embargo, según Luc Rouban, esta cultura empresarial es incapaz de comprender los problemas del país: "Los chalecos amarillos, las pensiones, los disturbios urbanos... todo apunta a una profunda crisis social, que no es tanto una crisis de redistribución económica como un sentimiento de injusticia en las reglas del juego. El mal funcionamiento de la escuela y del mercado laboral desbarata las redes de lectura economicista".

 Prioridad a las clases altas

 Según el politólogo, sería necesaria "una gobernanza más sofisticada, inspirada en la socialdemocracia", para mejorar las condiciones de trabajo, el acceso a la formación y las trayectorias profesionales sin cualificación. Del mismo modo, una auténtica descentralización sería un sustituto útil de "las actuales fábricas de gas". Sin embargo, advierte Rouban, estos procesos prometen ser largos y complejos, y tienen poco interés para el "estrato dirigente de la sociedad" al que está vinculado Macron, en la medida en que "su apoyo procede sobre todo de los grandes accionistas, de la escena internacional y de los inversores extranjeros".

 Si hay una agenda que se mantiene desde 2017, cualesquiera que sean las vicisitudes (pandemia, inflación, etc.), es la de la contención del gasto social y la aplicación de reformas estructurales que debiliten la posición de los asalariados. Pero esta agenda es socialmente restrictiva: los ganadores son minoría, mientras que los perdedores son numerosos y saben que lo son. "Puede que Macron haya tenido la fantasía giscardiana de unir a "dos franceses de tres"", comenta Rémi Lefebvre, "pero el resultado es una división del electorado en tres tercios irreconciliables."

 Al igual que la cultura de liderazgo de Macron ha demostrado estar desfasada con respecto a la sociedad, su orientación neoliberal ya no tiene la fuerza propulsora que tenía incluso hace dos décadas. Debido a la "fatiga" y a las contradicciones del capitalismo contemporáneo, la hegemonía política que se busca sobre esta base sólo puede ser limitada, y ya no expansiva como en los años ochenta y noventa. No es posible conciliar "al mismo tiempo" los imperativos de rentabilidad y las exigencias de solidaridad.

 Christophe Bouillaud, profesor de Science Po-Grenoble, lo dice sin rodeos: "El principal objetivo de Macron es no subir los impuestos a los más ricos y permitir que prospere el sector financiero. Esto limita los recursos para responder al fracaso de muchas políticas públicas y al aumento de las necesidades sociales, en términos de educación, cuidados, reconversión industrial..."

 En su opinión, la transición ecológica que debe realizarse ilustra este callejón sin salida. En 2018, el impuesto sobre el carbono era una forma de recaudar fondos de todo el cuerpo social, pero el Ejecutivo se encontró con la explosión de los chalecos amarillos. "Desde entonces, está bloqueado", señala Christophe Bouillaud. El tratamiento del informe encargado a Jean Pisani-Ferry y Selma Mahfouz es sintomático. Defienden la compatibilidad del capitalismo y la ecología, pero dicen que hay que quitar recursos a los más ricos. La reacción de los gobernantes fue inmediata: "Eso está fuera de discusión".

 La destrucción de empleos subvencionados en los barrios populares al comienzo de los cinco primeros años de mandato, seguida de una falta de inversión en bienestar social a la altura, forman parte del mismo problema. Emmanuel Macron había ensalzado las virtudes de la subcontratación como medio de emancipación económica y de acceso a la sociedad de consumo. Pero esto mostró rápidamente sus límites, ya que la vulnerabilidad de los trabajadores afectados ha sido a la vez explotada y reproducida por este "capitalismo de plataforma racial", según la expresión de la socióloga Sophie Bernard.

 La lógica del derechismo

 Por tanto, la economía política del macronismo sigue siendo fundamental para establecer el vínculo entre el entusiasmo modernista de 2017 y la brutalidad de las políticas aplicadas. Sin embargo, ¿no había cuestiones que abordar de forma progresista, sin necesidad de dedicarles grandes sumas de dinero?

 Un verdadero liberal habría querido democratizar la V República. Pero eso habría exigido un gran sacrificio personal. Como hemos visto, el régimen actual proporciona armas insospechadas para aplicar una política que favorece a los círculos empresariales y a las rentas más altas. El "desarme institucional", forzando una toma de decisiones más inclusiva, sería potencialmente contradictorio con el paradigma económico en el que opera Macron.

 Un auténtico liberal también podría haber abordado el veneno de la discriminación estructural que socava la cohesión social y los excesos de la policía francesa que degradan la relación entre la población y la policía. Estas dos realidades han sido ampliamente documentadas. Pero aunque existiera la voluntad, esta vía también se ha visto bloqueada por el resto de las políticas aplicadas, y por la estrategia electoral resultante.

 Frente a las protestas populares fuertemente apoyadas por la opinión pública, el gobierno se encontró dependiente de su aparato represivo y de las posiciones maximalistas en su seno. No hay más que ver hasta qué punto la reforma de la policía es un tabú entre las huestes macronistas, y cómo la negación de cualquier problema roza ya lo grotesco, como cuando la presidenta de la Asamblea Nacional considera "maravillosa" la forma en que las fuerzas del orden llevan a cabo su misión.

 Ante la imposibilidad de ampliar su base de apoyo en la izquierda, el Presidente ha optado también por succionar la savia de la derecha postgaullista, comprometida a su vez en un giro identitario y de seguridad desde la era Sarkozy. Así, ha dejado en libertad de acción a sus ministros más conservadores. Jean-Michel Blanquer ha alimentado la polémica sobre el laicismo y la supuesta ofensiva "wokista" en las universidades. Gérald Darmanin ha señalado sucesivamente la "blandura" de Marine Le Pen, ha criminalizado el movimiento ecologista y ha hecho comentarios amenazadores sobre la Liga de Derechos Humanos.

Sin salvavidas

 Para conservar parte de la base de centro-izquierda en la que se apoyó Emmanuel Macron en 2017, demonizar cualquier salida alternativa era lógicamente necesario. De ahí el aporreo de críticas contra La France insoumise (LFI), rebotando por extensión en toda la unión de la izquierda, hasta el punto de cuestionar su pertenencia al "arco republicano", incluso con más vigor que para la extrema derecha (cuando a esta última no se le conceden, directamente, patentes de republicanismo).

 No es de extrañar, pues, que el "apaciguamiento" oficialmente buscado por el ejecutivo no se haya hecho realidad. Bajo el macronismo, está estructuralmente fuera de alcance. Si la mayoría fuera la única en sufrir, podríamos vivir con ello. Pero es el conjunto del país el que se ve sometido a tensiones de larga duración, con una vulnerabilidad que crece ante las tentaciones autoritarias, a fuerza de confusión y frustraciones acumuladas.

"El problema es que no veo ninguna fuerza de revocación", afirma Christophe Bouillaud. El partido fundado por Emmanuel Macron, concebido desde el principio como un vehículo personal, no dispone de los relevos en la sociedad ni de los canales de influencia sobre el poder que necesitaría para desempeñar este papel. "Se ve que el macronismo es solo Macron", resume Rémi Lefebvre, que admite que le llama la atención la ausencia de un "fermento de superación" en el seno del bando presidencial, comparable al que inició Nicolas Sarkozy durante el segundo mandato de Jacques Chirac.

Ya sea por adhesión ideológica, interés de clase o falta de competencia política, ninguna figura o corriente organizada dentro del macronismo parece en condiciones de dar la voz de alarma ante el bulevar abierto a la extrema derecha. En este contexto, las demás fuerzas de la oposición y el movimiento social sólo pueden contar consigo mismos.

[1] Ver https://www.mediapart.fr/journal/france/dossier/notre-dossier-gilets-jau. ..

 [2] Ver https://www.mediapart.fr/journal/france/dossier/apres-la-mort-de-nahel-l. ..

 [3] Ver https://www.pug.fr/produit/1969/9782706151613/l-entreprise-macron-a-l-ep ..

 Aurélie Trouvé  diputada de LFI-NUPES por Seine-Saint-Denis. Miembro de ATTAC y de la Fundación Copernic.

  Fabien Escalona  Periodista en Mediapart  ..Mediapart, 5 y 9 de julio de 2023

Traducción:Antoni Soy


https://www.sinpermiso.info/textos/francia-la-devastacion-que-provoca-el-macronismo-dossier

lunes, 17 de julio de 2023

La oscuridad que se avecina .

 

La oscuridad que se avecina: hacia dónde se dirige la guerra en Ucrania

John Mearsheimer

 

05/07/2023

 

 

Este artículo muy reciente de John Mearsheimer reúne los argumentos clave de los discursos públicos recientes y próximos del gran erudito estadounidense. Es difícil sobreestimar su importancia. Acompañado de un extenso conjunto de notas y documentos, contiene los elementos esenciales de la situación en Ucrania y de su probable evolución futura. Como es habitual, Mearsheimer los expresa con la mayor sencillez y claridad, en un esfuerzo de objetividad y perspicacia que le honra.

 

* * * * *

https://www.sinpermiso.info/textos/la-oscuridad-que-se-avecina-hacia-donde-se-dirige-la-guerra-en-ucrania     

y ver  .. nota  del blog 

 https://www-nytimes-com.translate.goog/2023/07/15/us/politics/ukraine-leopards-bradleys-counteroffensive.html?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=sc .



domingo, 16 de julio de 2023

Una guerra para entrar en la OTAN .

 

Una guerra para entrar en la OTAN

 

JUANLU GONZÁLEZ

Todo va cuadrando, aunque quizá más rápido de lo que esperaba. Los puntos se unen hasta conformar un mapa de la realidad que concuerda perfectamente con todo aquello que llevamos denunciando desde 2014. Ha sucedido ya con Irak, con Libia o con Siria y pasará una y otra vez hasta que dure la menguante hegemonía de EEUU. Ahora le toca a Ucrania. Occidente dio un golpe de estado para derrocar a Yanukovich. Instauró un gobierno neonazi (sí, lleno de ministros nazis, del partido Sbovoda), organizó una masacre en el Donbass y la limpieza étnica y cultural de la población rusa del estado anteriormente conocido como Ucrania, para construir allí una plataforma desde la que cercar y atacar a Rusia.

Claro que lo sabíamos todo, de sobra. Los hechos son irrefutables. Con ellos construimos un relato geopolítico y estratégico que hemos defendido a capa y espada en contra de las corrientes de opinión mayoritarias. Hemos sido criticados, vejados, censurados, relegados al ostracismo… por supuestos pacifistas e izquierdistas que habían comprado desde el minuto uno el discurso de la OTAN. Sí, por esos mismos de «la guerra de Putin» que ahora prefieren presentarse como equidistantes ante el conflicto, a pesar de la avalancha de datos que desmintieron su versión, no desde hoy, sino desde hace muchos años.

¿Qué es lo que ha cambiado estos días? Sobre el terreno se va consumando la derrota de la contraofensiva ucraniana apoyada por la Alianza. Pero no me refiero a eso, ha sido por las declaraciones del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en la cumbre de la Alianza que se celebra en estos días en Vilna. Este individuo ha hecho dos declaraciones jugosas, la primera la profirió cuando daba la bienvenida a los representantes de los países pertenecientes de la OTAN, agradeciéndoles

“…el apoyo militar que los aliados han proporcionado (a Ucrania) durante meses, en realidad empezando en 2014 y, desde la invasión plena en febrero del año pasado, aumentando sustancialmente la ayuda.”

Muy elocuente, ya solo falta que reconozca cómo entrenaron a las fuerzas de choque del golpe de Maidan, en Polonia y Bulgaria, y las dotaron de armamento, pero eso será dentro de algún tiempo…

Las otras palabras tienen más chicha. Stoltenberg dijo así:

“… A menos que gane Ucrania, no se discute nada de su membresía”

Puede parecer una obviedad, las reglas internas de la OTAN impiden que un país pueda ingresar en la Alianza si mantiene vivo un conflicto bélico. Si Ucrania pierde, puede que ni haya país para entrar en ninguna organización internacional. Sin embargo, esas palabras encajan a la perfección con otras declaraciones que realizó el entonces asesor de Zelensky, Oleksiy Arestovych, en 2019 y que aún pueden consultarse en Youtube:

“La entrada de Ucrania en la OTAN implica una posibilidad del 99,9% de una guerra contra Rusia. Pero esa es la mejor opción, tras nuestra victoria, entraremos en la OTAN.”

Esta declaración encaja como un guante con otras manifestaciones, en este caso efectuadas por Alexei Danilov, responsable del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa de Ucrania. Fueron bastante rompedoras en su día:

“Kiev condujo deliberadamente a la guerra con Rusia desde 2019 saboteando los acuerdos de Minsk y las propuestas de paz”.

El abandono deliberado del proceso de paz también ha sido reconocido públicamente por Merkel, Macron o Poroshenko. Vamos, que la OTAN y Ucrania han montado deliberadamente una guerra para derrotar a Rusia, tras la cual se materializaría la entrada de Kiev en la Alianza Atlántica.

No hay más preguntas, señoría.

  https://www.bitsrojiverdes.org/wordpress/?p=22000..


Es curioso este  relato es bien diferente al  oficial en la prensa española   eso que el medio es o era  pro Kiev.. 

https://www.elnacional.cat/ca/videos/bea-talegon-zelenski-cada-vegada-mes-sol_1062006

jueves, 13 de julio de 2023

Los judíos de Lituania.

 

Cumbre de la OTAN en Vilnius: en el escenario de un crimen.

Por Clara Weiss y David North (Traducido de la Web WSWS)

Hoy, los líderes de la OTAN se reunen en Vilnius, Lituania, a sólo unos cientos de kilómetros del campo de batalla de la guerra en Ucrania, que ya se ha cobrado cientos de miles de vidas.

No faltarán las denuncias de la brutalidad rusa. Sin duda, al gobierno lituano en particular se le agradecerán sus esfuerzos por encabezar la guerra de la OTAN o, como la llaman los obedientes lacayos de los medios de comunicación, la lucha por defender la «democracia.»

Joe Biden, que acaba de aprobar la entrega de bombas de racimo a Ucrania, una de las armas más brutales y criminales de la guerra moderna, denunciará la inhumanidad de Vladimir Putin. Olaf Scholz, cuyo gobierno está llevando a cabo el mayor rearme desde Hitler y está a punto de estacionar 4.000 soldados alemanes en Lituania, volverá al escenario de algunos de los peores crímenes del imperialismo alemán, escupiendo propaganda de guerra bien preparada.

De lo que no se hablará es de la historia de la ciudad en la que se reúnen: Vilnius, antaño conocida como la «Jerusalén de Europa», fue escenario de algunas de las mayores y más bárbaras masacres de la historia de la destrucción de la judería europea dirigida por los nazis. Con el 95 por ciento de su población judía de antes de la guerra, unos 210.000 judíos asesinados, Lituania registró una tasa de mortalidad más alta que casi cualquier otro país de Europa. Los nacionalistas lituanos estuvieron entre los principales autores de aquel crimen histórico.

Al igual que sus homólogos ucranianos, la burguesía lituana combinó históricamente una tradición de amargo anticomunismo con un vil antisemitismo. Tras la ocupación soviética de Lituania en 1940, nacionalistas y generales de extrema derecha huyeron a Alemania, donde fundaron, en colaboración directa con el régimen nazi, el Frente Activista Lituano (LAF).

Casi simultáneamente a los pogromos que lanzaban los nazis y la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN) en Ucrania Occidental, el LAF y los ocupantes alemanes iniciaron una orgía de matanzas masivas en Lituania. En menos de tres años, una comunidad de 800 años de antigüedad, que desempeñó un papel central en el desarrollo de la cultura judía y mundial, fue aniquilada casi por completo.

De los aproximadamente 210.000 judíos que vivían en Lituania antes de la invasión nazi del 22 de junio de 1941, 195.000 habían sido asesinados al final de la guerra en 1945. La inmensa mayoría había muerto a finales de 1941.

La característica más horrible del Holocausto en Lituania fue la participación abierta y desvergonzada de importantes sectores de la población en la caza, tortura y asesinato de judíos. La historiadora Masha Greenbaum ofrece un relato desgarrador de la matanza que asoló el país en los días previos e inmediatamente posteriores a la invasión nazi.

La entrada de los nazis en Lituania, que había sido anexionada por la Unión Soviética en 1940, fue acogida con entusiasmo por las fuerzas nacionalistas, anticomunistas y violentamente antisemitas. Entre sus principales figuras se encontraba el embajador lituano en Berlín, el coronel Kazys Skirpa, que era ampliamente conocido por ser un ferviente admirador de Adolf Hitler. Antes de la invasión alemana, Skirpa dirigía una importante red de fascistas lituanos. Greenbaum escribe en The Jews of Lithuania: A History of a Remarkable Community 1316-1945:

“Estas células de fascistas lituanos, simpatizantes nazis y nacionalistas lituanos eran componentes importantes del LAF, Lietuvos Aktyvistu Frontas (Frente Activista Lituano), el mayor y mejor organizado de los grupos nacionalistas. Pero había muchas otras facciones, como el Lobo de Hierro, el Ejército Lituano de la Libertad, los Halcones y el Frente Lituano de Restauración. Penetraron en las universidades, la función pública, las profesiones, incluso en los institutos. Según fuentes lituanas, el número de miembros de estos grupos clandestinos y unidades antisoviéticas alcanzó los 100.000”.

Tres días antes de la invasión, Skirpa -en contacto permanente con la Gestapo (policía secreta) y la Wehrmacht (ejército) nazis- publicó el folleto nº 37 para su distribución masiva por toda Lituania. Era un llamamiento no disimulado a la destrucción total de los judíos lituanos. Decía:

“Por fin ha llegado el día crucial para los judíos. Lituania debe ser liberada no sólo de la esclavitud bolchevique asiática, sino también del yugo judío de larga data.

En nombre del pueblo lituano, declaramos solemnemente que el antiguo derecho de santuario concedido a los judíos en Lituania por Vytautas el Grande queda abolido para siempre y sin reservas.



Los judíos culpables de perseguir a los lituanos serán juzgados. Los que logren escapar serán encontrados. Es deber de todos los lituanos honestos tomar medidas por iniciativa propia para detener a tales judíos y, si es necesario, castigarlos. El nuevo Estado lituano será reconstruido sólo por lituanos. Todos los judíos quedan excluidos de Lituania para siempre. … Que los judíos sepan la sentencia irrevocable dictada contra ellos; ni un solo judío tendrá derechos de ciudadanía. Los errores del pasado y los males perpetrados por los judíos serán corregidos, y se establecerá una base firme para un futuro feliz y la obra creativa de nuestra nación aria. Preparémonos para la liberación de Lituania y la purificación de la nación
”.

Esta diatriba desató un desenfreno de violencia homicida. Es difícil leer el relato de Greenbaum sobre los monstruosos crímenes perpetrados contra los judíos por las turbas lituanas, azuzadas por los antisemitas y anticomunistas nacionalistas. Greenbaum escribe:

El 25 de junio, los partisanos lituanos que se definían a sí mismos como luchadores por la libertad comenzaron una matanza de tres días contra los judíos de las ciudades y pueblos más pequeños, durante la cual pereció toda la población de más de 150 comunidades judías. Algunos judíos fueron expulsados de sus hogares y quemados vivos, después de haber sido salvajemente golpeados y hacinados en sinagogas, escuelas y otros lugares públicos que luego fueron incendiados. En otros casos, familias judías enteras fueron conducidas a bosques o cauces de ríos cercanos, donde se habían preparado fosas o trincheras, y luego fusiladas. En varias localidades, como Reiniai y Geruliai en la zona de Telsiai, en Meretz (Merkine), Plungian (Plunge), Sakiai (Shaki) y Kelm (Kelme), los judíos fueron obligados a cavar sus propias tumbas. Prácticamente todos los judíos de Ukmerge fueron hacinados en la sinagoga y quemados vivos. En Seirijai, los judíos fueron arrastrados desnudos por las calles y luego brutalmente asesinados en presencia de una multitud que vitoreaba. En Panevezys, judíos, entre ellos varias mujeres jóvenes que habían sido violadas, fueron arrojados a cal ardiendo.

Sólo en Kovno, los partisanos lituanos asesinaron a casi 4.000 judíos durante los dos días que transcurrieron entre la invasión y la llegada de las fuerzas alemanas a la ciudad. Una atrocidad especialmente brutal tuvo lugar más tarde en el garaje de la cooperativa Lietukis, en el centro de Kovno. Unos 60 hombres judíos, elegidos al azar en las calles por los partisanos, fueron llevados al garaje y salvajemente golpeados y torturados mientras una gran multitud observaba. Mientras los judíos yacían heridos y gimiendo en el suelo, sus torturadores continuaron, para diversión de la multitud, golpeándolos sin piedad hasta que murieron. Otro grupo de judíos fue arrastrado para limpiar el garaje y llevarse a las víctimas para enterrarlas.

En Slobodka (Wiliyampole), los partisanos iban de casa en casa buscando judíos. Sus víctimas eran arrojadas al río Viliya: los que no se ahogaban morían a tiros mientras nadaban. Las casas judías eran incendiadas y sus ocupantes quemados vivos mientras los partisanos bloqueaban el paso a los bomberos que se acercaban. Gamberros que se hacían llamar luchadores por la libertad masacraron a judíos indiscriminadamente. En muchos casos, arrancaron miembros de los cuerpos y los esparcieron por todas partes.

El 25 de junio, los partisanos decapitaron al rabino jefe de Slobodka, Zalman Ossovsky, y exhibieron su cabeza cortada en la ventana principal de su casa. Su cuerpo sin cabeza fue descubierto en otra habitación, sentado cerca de un volumen abierto del Talmud que había estado estudiando.

La mayoría de estas 150 localidades se convirtieron en Judenrein (libres de judíos) 24 horas antes de la llegada de las fuerzas de ocupación alemanas. Esto dio a la población local una breve oportunidad para abalanzarse sobre las casas y negocios de sus antiguos vecinos judíos en un frenesí de pillaje y saqueo. Muchos de los asesinatos y saqueos se llevaron a cabo a plena luz del día en medio de testigos aquiescentes, a menudo vitoreando. Cuando asistían a misa en la iglesia, los partisanos eran alabados por los sacerdotes por su valor y patriotismo
”.

Las atrocidades de la última semana de junio de 1941 no cesaron hasta el final de la guerra. Los judíos fueron las principales víctimas, pero no las únicas. El lugar más notorio de los asesinatos en masa en Lituania fue el bosque de Ponary, en las afueras de Vilnius. Ponary | Holocaust Encyclopedia (ushmm.org) Se calcula que entre 1941 y 1944, hasta 100.000 personas, entre ellas unos 70.000 judíos, 20.000 polacos y 8.000 prisioneros de guerra soviéticos, fueron asesinados aquí por los Einsatzgruppen de las SS alemanas y sus colaboradores lituanos. La mayoría de los asesinatos fueron llevados a cabo por una unidad de 80 hombres de los Ypatingasis būrys, voluntarios lituanos organizados en las SS. La matanza sólo terminó con el avance del Ejército Rojo soviético.

Después de la guerra, muchos de los peores colaboradores nazis y cómplices de asesinatos en masa continuaron sus vidas ilesos. Kazys Škirpa, fundador de la LAF, trabajó en el Trinity College de Dublín y en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Murió en Washington D.C. el 18 de agosto de 1979 a la edad de 84 años.

Aleksandras Lileikis, jefe de la Policía de Seguridad lituana en Vilnius, uno de los principales organizadores del asesinato de la comunidad judía de Vilnius, encontró empleo en la CIA y obtuvo permiso para emigrar a Estados Unidos. Se instaló en Massachusetts y adquirió la ciudadanía estadounidense. No fue hasta 1994 cuando las investigaciones sobre sus crímenes, largamente retrasadas, condujeron a su desnaturalización. Regresó a Lituania, que no pudo eludir las demandas para su procesamiento por el cargo de genocidio. Pero Lileikis murió en septiembre de 2000 a la edad de 93 años antes de que se llegara a un veredicto.

Tras la disolución de la Unión Soviética, la nueva burguesía lituana promovió la rehabilitación de sus antepasados colaboradores del nazismo. El gobierno y los principales partidos minimizaron y encubrieron la magnitud de los crímenes cometidos entre 1941 y 1945, al tiempo que emitían ocasionalmente, por razones de conveniencia política, declaraciones pro forma e insensibles de pesar oficial por el exterminio de los judíos lituanos.

Como uno de sus primeros actos, el nuevo parlamento lituano rehabilitó a los lituanos condenados por colaboración con los nazis por el gobierno soviético. Se bautizaron calles con nombres de líderes de la LAF, como Škirpa. Nazi collaborator monuments in Lithuania (forward.com) La Academia Militar estatal de Lituania, afiliada a otras academias militares de la OTAN, recibió el nombre de Jonas Žemaitis, otro infame colaborador nazi. Mientras tanto, los supervivientes del Holocausto que lucharon con los partisanos soviéticos contra los nazis y sus aliados lituanos fueron juzgados por «colaboración» y «crímenes de guerra». Lithuania and Nazis: The country wants to forget its collaborationist past by accusing Jewish partisans of war crimes. (slate.com)

El caso del fascista lituano Jonas Noreika adquirió notoriedad internacional. Ejecutado en la Unión Soviética tras la guerra, fue celebrado póstumamente por el régimen lituano posterior a 1991 como luchador contra la «tiranía comunista». Se cambiaron los nombres de las calles en su honor, y Noreika fue condecorado con la Cruz de Vytis, el más alto honor concedido por Lituania a una persona fallecida. Pero en el año 2000 la nieta de Noreika encontró documentos familiares ocultos durante mucho tiempo que revelaban que había «ordenado reunir a todos los judíos de su región de Lituania y enviarlos a un gueto donde fueron golpeados, hambrientos, torturados, violados y luego asesinados». (Artículo de opinión publicado el 27 de enero de 2021 en el New York Times, «No More Lies. My Grandfather Was a nazi, por Silvia Foti).

A pesar de estas revelaciones, Noreika sigue siendo honrado en Lituania como un héroe nacional. En la Academia Lituana de Ciencias sigue habiendo una placa conmemorativa que honra su memoria. Recientemente se ha terminado un documental que denuncia esta parodia de la verdad histórica, titulado J’Accuse, que se pudo ver en diciembre de 2022 en el Festival de Cine Judío de Miami.

J’ACCUSE Trailer | Miami Jewish Film Festival 2023 – Bing video

La primera ministra lituana, Ingrida Šimonytė, y el ministro de Asuntos Exteriores, Gabrielius Landsbergis, con quienes Biden, Scholz, el francés Macron y el británico Rishi Sunak discutirán la conveniencia de la adhesión de Ucrania a la OTAN y el despliegue directo de tropas, son miembros del partido gobernante Unión Patria, cuyos diputados tienen un sórdido historial de exabruptos antisemitas.

En 2019, la única sinagoga judía que quedaba en el país, en Vilnius, tuvo que ser cerrada indeterminadamente debido a las persistentes amenazas de la extrema derecha. Según una declaración de la comunidad judía lituana, el partido Unión Patria no solo se negó a intervenir, sino que alentó a las fuerzas de extrema derecha al exhibir «el continuo y creciente deseo expresado públicamente… de reconocer a los perpetradores del asesinato en masa de los judíos de Lituania como héroes nacionales y la demanda de que estas personas sean honradas con placas conmemorativas y por otros medios.» Lithuanian Jewish Community Shutters Vilnius’ Only Synagogue Over Antisemitic Threats – Algemeiner.com

Biden, Scholz, Macron y Sunak no ignoran esta historia. Pero consideran que cualquier exposición de los crímenes de los nazis y sus colaboradores revela verdades incómodas que chocan con sus agendas geopolíticas y, por lo tanto, deben ser blanqueadas y suprimidas.

La guerra por poderes que se está librando en Ucrania ha sido impulsada y justificada por mentiras. La falsificación de la historia y la rehabilitación de los nazis y sus colaboradores en Ucrania, Polonia, Lituania y Alemania son componentes esenciales de la agenda de la OTAN.

En la reunión de los conspiradores de la OTAN en Vilnius está en juego una grotesca lógica histórica. Los líderes del imperialismo mundial actual traman sus nuevos crímenes contra la humanidad bajo las oscuras sombras de los cometidos hace 80 años.

(Reproducido de WSWS) 

https://kaosenlared.net/cumbre-de-la-otan-en-vilnius-en-el-escenario-de-un-crimen/