Operación de propaganda armada en Siria, claves tácticas y
consecuencias estratégicas
Publicado el 2 de diciembre de 2024 / Por La Idea
Pablo Sapag M. (autor de Siria en perspectiva)
Lo que ocurre estos días en Siria y muy especialmente en
zonas de la ciudad y el Capo de Alepo, está esencialmente relacionado con una
operación de propaganda armada de los grupos islamo-yihadistas contrarios al
Estado sirio y sus estructuras políticas. Esas instituciones protegen y
garantizan la multiconfesionalidad de una sociedad en la que hay cristianos y
musulmanes de distintas denominaciones y que a lo largo de los siglos ha
desarrollado una cultura social común de tipo multiconfesional.
Las operaciones de propaganda armada como la de Alepo son
propias de organizaciones que no tienen la suficiente fuerza política y por
tanto militar para lograr sus objetivos estratégicos políticos y militares.
Para obtener algún resultado táctico, utilizan la relativa fuerza militar o
armada con la que cuentan para proyectar la idea de que poseen una capacidad
mayor de la que realmente tienen. Con ello buscan que un tercero cuyos intereses
políticos coincidan con los suyos piense que esa fuerza es realmente relevante
y termine apoyándolos directamente. Obviamente, son operaciones que provocan
daños humanos y materiales y que a veces pueden desencadenar un conflicto
armado mayor. Ejemplo clásico de una operación de propaganda armada que deviene
en conflicto armado mayor son los golpes de estado fallidos seguidos de una
guerra interna. También lo que ocurrió en Siria a partir de 2011 tras una
revuelta parcial que se militarizó sin la capacidad política y militar
suficiente para imponerse, generando largos bloqueos en ciudades y pueblos.
Para que las operaciones de propaganda armada sean
efectivas, previamente debe estar asegurada la cobertura mediática, en este
caso internacional. BBC, CNN, Al Jazeera, El País, The New York Times, Le
Monde, etc. son medios de gran capacidad de penetración caracterizados, en
connivencia con los intereses de los estados a los que sirven, por su sostenido
apoyo a grupos que practican el terrorismo en Siria pero que son calificados
por ellos como “insurgentes”, “rebeldes moderados” o “freedom fighters”,
“opositores” e incluso “sirios”, teniendo en cuenta que una parte muy relevante
de los mismos está compuesta de extranjeros.
La conexión israelí con lo de Alepo
Las operaciones de propaganda armada suelen realizarse en el
momento en el que pueden tener la máxima proyección mediática y servir también
a fines de terceros. En este caso ha coincidido con la retirada israelí del
Líbano sin haber eliminado por completo a Hezbolá, que era el objetivo fijado
por el Gobierno israelí. Por lo mismo en el propio Israel el alto fuego se
considera una claudicación (véase, por ejemplo, la lectura nada triunfalista
que hacen los medios y los analistas israelíes en medios como Jerusalam Post,
The Times of Israel, Jediot Ahronot, por no mencionar Haaretz).
La operación en Alepo fue precedida el miércoles 27 de
noviembre por sendos bombardeos israelíes sobre los pasos fronterizos
sirio-libaneses de Arida y Jisr Qmar –totalmente destruídos-y maniobras
israelíes en el Golán sirio ocupado en las proximidades de la Gobernación de
Quneitra. Ello concentró la atención militar siria en el centro y sur del país
lo que pudo haber facilitado la operación yihadista en el norte. Todo ello ocurrió
cuando ya había entrado en vigor el alto el fuego en Líbano, lo que ha
permitido que no se hable ya de esa retirada israelí y de las implicaciones que
tiene. También ha coincidido con la aproximación del fin de la fase álgida del
conflicto en Ucrania debido al colapso de las fuerzas ucranianas y al inminente
cambio de política en EEUU por la llegada a la presidencia de Donald Trump,
quien ya ha dejado claro que quiere cerrar o al menos congelar ese conflicto en
Ucrania cuanto antes.
¿Por qué ahora?
Además de con la retirada israelí del Líbano, cabe destacar
también que la operación se ha orquestado para coincidir con el fin de semana
en Siria, que comienza en viernes, lo que permitió a los grupos armados
yihadistas liderados por Hayat Tahrir al Sham (antes Jabhat al Nusra), la marca
de Al Qaeda en Siria, avanzar por calles desiertas, lo propio de una mañana de
domingo en otros lugares. Ello proyectó la imagen de vacío de poder e
inoperancia a varios niveles del Estado sirio.
A la proyección de esa imagen durante al menos 24 horas
también contribuyó la ausencia por descanso semanal de funcionarios públicos
sirios de muchos servicios, por ejemplo, de los medios de comunicación. De esa
forma se magnificaron los supuestos o reales avances de los grupos armados, a
lo que contribuyó el relativo silencio informativo sirio de las primeras horas.
Ello disparó la desinformación alentada por redes sociales y los medios de
comunicación internacionales aliados de los grupos armados. Se creó así una
sensación de pánico en lugares de Siria alejados de Alepo, alimentado a su vez
por lo que les llegaba desde fuera, ya sea por redes sociales o por medios de
comunicación. Ese temor en lugares alejados de Alepo y otros puntos de acción
armada se disparó igualmente por el hecho de que hace ya mucho tiempo fue
disuelta o quedó con carácter apenas latente la Defensa Nacional, fuerza
auxiliar y de retaguardia del Ejército Árabe Sirio. Ello se debió a la
pacificación en 2018 de buena parte del territorio sirio.
En ese sentido, la operación de propaganda armada ha estado
perfectamente planificada, cumpliendo sus objetivos inmediatos, al lograr
incluso que quienes están en contra de esos grupos, reprodujeran su relato. La
cosa ha empezado a cambiar sustancialmente el domingo 1 de diciembre, primer
día completamente laborable en Siria. Frente a los comunicados sobre
impresionados en la pantalla del viernes y el sábado, imágenes en directo de
normalidad en buena parte de Siria y del despliegue militar en Hama y en
lugares del norte del país.
En todo caso, propagandísticamente, para Siria el coste ha
sido temporalmente bastante oneroso por las imágenes que los yihadistas y sus
aliados difundieron el sábado, imágenes que, sin embargo, no indican control
real ni posibilidades de consolidación en el tiempo en Alepo por parte de los
grupos liderados por Hayat Tahrir al Sham, la marca de Al Qaeda en Siria.
Están efectivamente en 6 varios barrios del oeste de la
ciudad de Alepo y se han hecho fotos en el centro de la misma pero al no contar
con el favor de la población esto no puede arraigar más allá de una efectiva
operación de propaganda armada, salvo que además de política y económicamente
los occidentales (incluido Israel) y Turquía los ayuden implicándose directa y
decididamente en un enfrentamiento directo contra el Ejército Árabe Sirio, lo
cual no parece factible por la presencia de Rusia en Siria y otros factores,
tanto internos sirios como internacionales.
El que esta vez sean barrios del oeste de la ciudad de Alepo
y no del este, como en 2012, los que ocupan los yihadistas revela que ni ahora
ni entonces han contado con una base política de apoyo real que les permita
convertir ganancias temporales en permanentes ni ofrecer una alternativa de
gobierno y mucho menos de régimen (sistema) político distinto al que los sirios
se dieron en 1919 y cuyo desarrollo y consolidación llegó con la Independencia
en 1946. Entran por donde pueden y se quedan donde pueden. Ello no presupone
respaldo político, solo sentido de la oportunidad.
En realidad, el verdadero objetivo de estos grupos ha sido
presionar al Estado sirio para que afloje la presión militar sobre el norte de
Idlib y complicar las negociaciones iniciadas con Turquía para resolver los
focos que escapan al control del Estado sirio en el norte del país. No por nada
los grupos armados yihadistas han bautizado esa operación como “Disuasión de la
Agresión” (del Ejército sirio en Idlib).
De lo táctico a lo estratégico. De lo inmediato a lo real
En todo caso, los yihadistas ya han logrado un objetivo
propagandístico táctico, es decir, han conseguido agitar a la opinión pública
siria e internacional en el corto plazo. Habrá que ver si cuando el Ejército
sirio termine de reagruparse, recibir nuevo material ruso ya en camino y escale
sus acciones, esos grupos yihadistas puedan, además, extraer réditos en Idlib y
algún otro frente, que es su verdadero objetivo.
Para la imagen de Siria es negativo. Con o sin razón se ha
proyectado en el corto plazo una imagen de inoperancia de los servicios de inteligencia,
de la capacidad de reacción de las fuerzas armadas y de otros actores
estatales, por ejemplo los mediático-propagandísticos. Esa sensación se ha
proyectado sobre todo entre un gran público local e internacional que desconoce
la diferencia entre una operación militar defensiva y otra ofensiva, los
tiempos de adaptación de una a otra y la necesidad de limitar al máximo las
bajas propias y las civiles. Desconocen también las rutinas mediáticas y
propagandísticas, claves en una operación que es esencialmente de propaganda
armada.
Estaba claro, en todo caso, que algún precio elevado pagaría
Siria en esta larga crisis que vive Medio Oriente desde el 7 de octubre de
2023. No ha habido invasión israelo-sionista en Siria pero sí esto de Alepo.
Por ahora, el daño es menor en vidas, infraestructuras y la soberanía del
Estado sirio pero importante, al menos temporalmente, en términos
propagandísticos, de imagen y de confianza entre una parte de la población
siria. Después de 14 meses la crisis regional parecía cerrarse y en tiempo de
descuento los occidentales, israelo- sionistas y yihadistas han hecho este
movimiento para que el actor más importante de la región, Siria, también pague
un precio y se debilite, incluso desde el punto de vista de la imagen que los
ciudadanos tienen del Estado y de sus capacidades de anticipación y respuesta.
Los últimos hechos confirmados por varias fuentes solventes
y abundantes imágenes que no se vieron el viernes y el sábado, indican que
sobre el terreno el Ejército Árabe Sirio ya ha blindado la Gobernación de Hama
para que los yihadistas no se infiltren desde la Gobernación de Alepo. En los
próximos días los yihadistas quedarán cercados en Alepo. La idea es que no haya
combates en la ciudad, en buena medida reconstruida desde 2016, y que se
retiren al norte de Idlib y a sus países de origen (Uzbekistán, China, Turquía,
Ucrania, Francia, Reino Unido, EEUU, etc.) a través de Turquía. Si no hay
acuerdo para eso mediado por terceros, puede haber combates en esos barrios de
Alepo en los que están, como ocurrió entre 2012 y 2016 en el este.
Sí hay combates muy intensos en frente abierto en Idlib,
extremo noroccidental de la provincia de Hama y Campo de Alepo. Han muerto ya
al menos 823 yihadistas, decenas de soldados sirios y unos 35 civiles. Tramos
cortos de autopistas y carreteras estratégicas y varias localidades de la zona
de desescalada y de mayor o menos importancia estratégica han cambiado varias
veces de manos, casos de Saraqueb o Abu Duhur u otros pueblos de las
gobernaciones de Idlib, Hama y Alepo. Por otro lado, se ha producido una
renovada coordinación entre el Ejército Árabe Sirio y algunas milicias kurdas
del noroeste y noreste del país ante el enemigo común, grupos yihadistas y
otros apoyados por Turquía.
Es posible que en esas zonas las operaciones militares se
prolonguen varias semanas porque en esta ocasión Siria se plantea eliminar ese
foco de desestabilización de Idlib o al menos debilitar a los grupos yihadistas
de manera decisiva para lograr su erradicación a través de un acuerdo político
con Turquía. A diferencia de otras ocasiones, ahora Rusia, que junto a Turquía
también es garante de los acuerdos de desescalada en el noroeste de Siria ahora
rotos, ha dado ya su visto bueno y apoyo a Siria para terminar con esos grupos.
De hecho, la aviación rusa ya apoya a la Siria en sus ataques a los yihadistas
desplegados en distintos ejes. En tal caso, y de acuerdo al desarrollo futuro
de los acontecimientos, una ganancia táctica, temporal y propagandística de los
grupos armados yihadistas y quienes les apoyan (EEUU, la Unión Europea-Israel,
Reino Unido, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y algún estado latinoamericano)
se puede convertir para Siria y sus aliados en una ganancia estratégica, es
decir, de largo plazo.
Pablo Sapag M.
y ver .. https://rebelion.org/terroristas-o-rebeldes-como-los-medios-occidentales-israelies-y-arabes-moldean-la-narrativa-de-la-guerra-en-siria/
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