Algo está saliendo mal en Occidente
Alejandro Marcó del Pont
10/06/2024
El asunto más básico no es qué es lo mejor, sino quién debe
decidir qué es lo mejor (Thomas Sowell)
Tres noticias han captado la atención del mundo económico en
las últimas semanas, reflejando cambios significativos en la dinámica global.
Los últimos datos de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) han
evidenciado una disminución en la participación de las economías occidentales
en la economía global, fenómeno que podría estar relacionado con las ideas
presentadas en el libro «La derrota de Occidente» de Emmanuel Todd. El autor
analiza el declive de la hegemonía occidental en el ámbito económico y político
mundial. Este descenso acentúa la creciente influencia de las economías
emergentes y plantea desafíos estratégicos para las potencias tradicionales de
Occidente.
Paralelamente, Beijing ha advertido que tomará represalias
si la Unión Europea sigue adelante con la imposición de nuevos aranceles a los
vehículos eléctricos chinos. Esta situación es una muestra más de las tensiones
comerciales y del proteccionismo en la economía global. Aunque esta dinámica no
es nueva, recalca cómo el capitalismo contemporáneo funciona en una estructura
que, aunque se presenta como un mercado libre, en realidad está fuertemente
influenciada por economías planificadas y controladas por grandes monopolios
respaldados por el Estado. Esta idea está bien desarrollada en el libro
«Capitalismo buitre» de Grace Blakeley, que describe cómo las grandes
corporaciones y las políticas estatales se entrelazan para controlar el mercado
a su favor.
Por último, el Banco de Reserva de la India ha trasladado
más de 100 toneladas de oro desde el Reino Unido a sus bóvedas nacionales. Este
movimiento puede interpretarse como el preludio de la nueva moneda respaldada
con oro de los BRICS+, si es que se vuelva realidad que estas economías
emergentes pueden desafiar el dominio del dólar estadounidense y establecer una
alternativa sólida en el sistema financiero global. El traslado de reservas de
oro es una señal de la creciente autonomía financiera de los países BRICS y su
intención de fortalecer sus posiciones en la economía mundial.
Estas noticias reflejan un panorama económico global en
constante evolución, donde el equilibrio de poder se desplaza y las estrategias
de los Estados y las grandes corporaciones adaptan sus tácticas para mantenerse
competitivos en un entorno cada vez más complejo y multipolar.
La publicación de Eurostat mencionada, que incluye
estadísticas sobre el peso de la UE en la economía mundial, llama poderosamente
la atención, sobre todo por la pérdida de participación tanto de EE.UU. como de
la UE. En el año 2000, la economía estadounidense representaba el 20,18% del
total de la economía mundial. Era un porcentaje algo menor al de 1980-1990 (en
ambos casos, alrededor del 21,5%). Y se intuía que la tendencia seguiría siendo
a la baja, ya que, al parecer, los demás lo estaban haciendo mejor,
especialmente en Asia. De esta manera, en el año 2023 la cifra había pasado a
ser del 15,56%. Un descenso notable del 23%.
Pero si lo de EE.UU. es llamativo, una mirada a Europa hace
que las cosas se vean significativamente peor. En el año 2000, la economía de
la UE (en realidad, la suma de los países que ahora forman la UE) suponía el
20,12% de la mundial. En 2023, esa cifra había caído al 14,46%. Lo llamativo es
que, en los años 2000, la participación UE era casi la misma que la estadounidense,
una especie de empate técnico. Lo más llamativo es que la crisis financiera de
2007-2008 golpeó especialmente a EE.UU. Es decir, no estamos hablando de unos
años mágicos de la economía estadounidense, sino más bien al contrario. Pues
bien, Europa ni siquiera mantiene ese ritmo y desde 2022 ha acelerado su
destrucción. Alemania, la locomotora de la UE, ha pasado de representar el
4,72% del PBI de la economía mundial al 3,15%, una caída del 33%. Italia, del
3,27% al 1,85%, un descenso del 43%.
Gran parte de esta caída estara relacionada con el
alineamiento europeo a EE.UU. Todd da una serie de razones posteriores al 24 de
febrero de 2022, cuando Vladimir Putin apareció en las pantallas de televisión
de todo el mundo. “La continua expansión de la infraestructura de la Alianza
del Atlántico Norte y el desarrollo militar del territorio de Ucrania son
inaceptables para nosotros”. Se había cruzado una “línea roja”; no se trataba
de permitir que se desarrollara una “anti-Rusia” en Ucrania; era una cuestión,
insistió, de autodefensa.
Entre las sorpresas enumeradas en el libro se encuentra la
resistencia económica de Rusia. “Nos habían dicho que las sanciones, en
particular la exclusión de los bancos rusos del sistema de intercambio
interbancario Swift, pondrían al país de rodillas” y eso no pasó, pero Europa
sintió el golpe de la falta de energía y de su costo. También fue sorpresa que
Estados Unidos, la potencia militar dominante, manifestara oficialmente en
numerosos informes y artículos, en junio de 2023, que la industria militar
estadounidense es deficitaria; la superpotencia mundial es incapaz de
garantizar el suministro de proyectiles -o de cualquier otra cosa- a su
protegido ucraniano.
La última sorpresa se materializa ahora, en la actualidad y
con cualquier indicador a la vista: la derrota de Occidente. Tal afirmación
puede resultar sorprendente cuando la guerra aún no ha terminado. Pero esta
derrota es una certeza porque Occidente se está destruyendo a sí mismo en lugar
de ser atacado por Rusia.
El juego de castigar el comercio con China, tanto de Europa
como de EE.UU., es una muestra de las magnitudes del problema puntualizado con
anterioridad. No sólo ha agudizado la guerra de comercialización con China, si
no que muestra su dependencia. El “proteccionismo” será la moneda de cambio de
Occidente y no la cooperación con China en el futuro cercano.
El retraso del anuncio de la UE para imponer aranceles
demostró que la advertencia de represalias de China ha tenido sus efectos. El 8
de mayo, altos ejecutivos de BMW y Volkswagen advirtieron contra la imposición
de derechos de importación de la UE a los vehículos eléctricos chinos. Dijeron
que los aranceles adicionales conducirán a represalias por parte de China y
alimentarán el proteccionismo en el comercio global. “Podrías pegarte un tiro
en el pie muy rápidamente«, dijo el director general de BMW. La fábrica importa
Mini EV de fabricación china y el iX3 fabricado en China por BMW para Europa.
Al igual que sus rivales alemanes, Volkswagen y
Mercedes-Benz, BMW está fuertemente vinculado a los ingresos de su negocio en
China. Y el país asiático es el segundo mercado más grande de BMW, después de
Europa, y representa casi el 32% de las ventas en el primer trimestre. Estas
idas y venidas por beneficios queda reflejado en el libro «Capitalismo buitre» de Grace Blakeley.
El capitalismo actual, sostiene Blakeley, es en realidad una
economía planificada, controlada por grandes monopolios y respaldada por el
Estado. Los monopolios planifican estrategias e inversiones en conjunto con los
gobiernos; y las pequeñas empresas y los trabajadores deben obedecer: “en
realidad, las economías capitalistas existentes son sistemas híbridos, basados
en un cuidadoso equilibrio entre mercados y planificación. Esto no es un
problema técnico resultante de la implementación incompleta del capitalismo o
de su corrupción por parte de una élite malvada y todopoderosa. Así es
simplemente como funciona el capitalismo”.
Entiendo que esto significa que los grandes monopolios, las finanzas y
el Estado ahora planifican el mundo y evitan el impacto de los altibajos de los
mercados (libres o no), que ahora son básicamente irrelevantes.
Michael Roberts lo deja claro en su blog: “Las grandes
empresas pueden, en gran medida, ignorar la presión ejercida por el mercado y,
en cambio, actuar para moldear las condiciones del mercado por sí mismas».
Si algo sale mal y hay una crisis, los grandes monopolios y
el Estado trabajan juntos para resolverla, con poco impacto para ellos mismos.
“Dentro del capitalismo realmente existente –un híbrido de mercados y
planificación central– las instituciones más grandes y poderosas de los
sectores público y privado pueden trabajar juntas para salvar su propio
pellejo. En lugar de soportar las consecuencias de las crisis que han creado,
estos actores trasladan los costos de su codicia a aquellos con menos poder:
los trabajadores, particularmente aquellos en las partes más pobres del mundo… así los monopolios se combinan con el Estado
para resolver este tipo de crisis. Esta idea, no madura en Argentina, donde una
“democracia corporativa” mata al Estado en vez de compartir un papel clave para
que éste sea la solución de los problemas de acción colectiva del capital.
Por otro lado, y en un avance estratégico significativo, el
Banco de India trasladó 100 toneladas de oro del Reino Unido a la bóveda de su
país, movimiento que no se había realizado desde 1991 y, al parecer, según el
periódico The Times of India, podrá efectuarse nuevamente en pocos meses. La
pregunta sería ¿cuáles son las razones? La respuesta técnica brindada en
principio por las autoridades encierra una parte de la verdad. Quieren un
almacenamiento diversificado del oro, una parte queda en custodia en
Inglaterra, banco al que se paga por la tenencia y otra parte, en la India,
como mecanismo de gestión de reservas.
En principio se ahorran la tarifa de almacenamiento, pero
también es verdad que India, desde el 2018 en adelante, al igual que China y
Rusia, están acumulando oro. Esta idea está siendo una estrategia de los bancos
centrales para salvaguardar los intereses de cada nación dados los riesgos
geopolíticos. En tiempos de incertidumbre, donde las potencias occidentales
congelan activos de los países y disponen de sus intereses, tener reservas en
los países occidentales no parece una buena medida, mantener activos tangibles
en oro dentro de cada país resulta un régimen más conservador y acertado.
Pero hay en el aire otra mirada teórica relacionada con el
movimiento de oro. Es sabido, y confirmado a partir de agosto del 2023, que los
BRIC+ quieren lanzar una moneda para competir con el dólar americano. También
es conocido que las especulaciones están a la orden del día. Si la moneda será
virtual, si era sólo para comercio, si es el renminbi (yuan) y por qué no, qué
respaldo tendría. Bueno, lo que se sabe es que al menos tendría un 50% de
respaldo en oro, y el resto en una canasta de monedas de los países integrantes
del grupo.
Se sabe que incluir una nueva moneda no es un tema sencillo,
se necesitan otros activos para que los países ahorren en ella, bonos, por
ejemplo, y estos bonos necesitan una calificación y en el mundo sólo hay tres
calificadoras líderes: son Moody’s, Standard & Poor’s y Fitch Ratings. Por
lo tanto, también habría que crear una y confiable, amén de poner el valor del
Nuevo Banco de los BRICS+.
En caso de darse en el mediano plazo, éste será el mayor
trastorno en las finanzas internacionales desde 1971. Está apuntando
directamente al dólar. Sencillamente, el mundo no está preparado para esta onda
de choque geopolítica. Como dijimos parece probable que la nueva moneda BRICS+
esté vinculada al oro. Esto aprovecha las fortalezas de Rusia, China e India
miembros del BRICS. Estos países son los que cuentan con mayores reservas de
oro del mundo y ocupan el quinto, sexto y octavo lugar, respectivamente, entre
las 100 naciones con reservas de dicho metal.
Muchos creen realmente que la única manera de medir el valor
del dólar es sabiendo cuánto cuesta el oro, y esto resolvería cualquier enigma
de valoración de la siguiente manera:
1. La fortaleza del dólar sólo puede medirse adecuadamente
en oro.
2. El oro es dinero, pero también es una mercancía.
3 Los BRICS son pobres en dólares pero ricos en materias
primas.
Lo cierto es que desde el inicio de la operación rusa a
Ucrania, el oro ha subido más de un 30%, todos los compradores y almacenadores
de oro se están beneficiando Aun así, el impacto sobre los inversores no
terminará cuando se lance la nueva moneda BRICS+. Las implicaciones para el
mercado de una nueva moneda agitarán los tipos de cambio y los mercados de
capital en los próximos años. Así que el colapso del dólar realmente produciría
una inflación más alta y un precio en dólares mucho más alto para el oro. Eso
significa que los precios de otras materias primas aumentarán al mismo tiempo.
En términos generales, un auge de las materias primas favorece a los BRICS.
Como se ve, Occidente esta en apuros y haciendo todo al
revés de lo que indican los libros. Las elecciones en Europa y en EE.UU. quizás
pongan a pensar a sus líderes que las hipótesis barajadas no han salido muy
bien. Pérdida de capacidad económica, caída industrial, deterioro del PBI y del
poder de compra y la creación de una guerra europea, no son buenos
indicadores.
Fuente: https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2024/06/09/algo-esta-saliendo-mal-en-occidente/
No hay comentarios:
Publicar un comentario