El régimen de guerra en Europa
Sandro Mezzadra
11/06/2023
Se llama ASAP, Act in Support of Ammunition Production, y va puesto en práctica ASAP, As Soon As Possible. La aprobación por el Parlamento Europeo del plan para incrementar la producción de armas, consintiendo a los países miembros utilizar parte de los fondos del “Next Generation EU” para ello, muestra cuan profundamente el régimen de guerra ha penetrado al interior de las instituciones y de las sociedades europeas. La tendencia es clara: por una parte, se precisa reconstituir los arsenales vaciados por el envío de armas a Ucrania; por la otra –sobre tiempos más largos- el rearme debe constituir una prioridad estratégica para los gobiernos europeos, coherentemente con lo que sucede en otras partes del mundo. Están los campeones, partiendo por Polonia que ha llevado los gastos militares al 4% del PBI (contra el 2% reclamado por la OTAN), más no hay país europeo que se haya abstenido de aumentar las inversiones en armamentos. El Stockolm International Peace Reaserch Institute calcula para el 2022 un gasto conjunto europeo de 345 mil millones de dólares, más que el PBI de un país como Pakistán.
En su intervención ha aclarado un par de cosas, por si fuese necesario. En primer lugar, que lo que importa de verdad es la OTAN, y que “todos los países que tienen una frontera con Rusia” deben formar parte de ella. La guerra, luego, no puede más que concluir con la victoria ucraniana, por lo que la única opción es la rendición incondicional de Rusia (esto y no otra cosa es el “Plan ucraniano” de diez puntos). Ucrania, en el fondo, se propone como modelo para la nueva Europa: como ha escrito Volodymyr Ischenko en la New Left Review, “con su voluntad de combatir y con su disponibilidad al sacrificio los ucranianos han demostrado no solo ser como los occidentales, sino mejores que ellos”. La “política de la identidad” que de ello deriva sigue la lógica de un riguroso nacionalismo.
“No hay una Europa de serie A y otra de serie B”, ha declarado la inefable Giorgia Meloni en Chisinau. Se la entiende. En aquella que hemos definido hace un tiempo como la Europa única “a tracción polaca”, se encuentra muy bien. Y la Ucrania de Zelensky también puede ser un modelo para ella. En visita en Kiev el pasado febrero, declaró que la guerra de resistencia ucraniana a la invasión rusa es como el Risorgimento italiano. Echa mano al recurso de la leyenda del Piave, si bien readaptada para defender Crimea, parte del sacro suelo patrio de Ucrania. Pero hay poco con qué bromear: el punto es que Meloni interpreta correctamente la tendencia en acto en Europa después de la invasión rusa de Ucrania.
El régimen de guerra se manifiesta en primer lugar a través de la reposición, al centro, del proceso mismo europeo de la nación y el nacionalismo, que tiene en el eje entre Kiev y Varsovia su motor, y está lejos de implicar solamente a estos dos países. ¿De verdad creemos que los resultados de las recientes elecciones en Grecia y en España (pero también de las administrativas italianas) están exentos de las presiones del régimen de guerra? En el horizonte, mirando a las elecciones europeas del próximo año, se perfila un neto giro de la Unión Europea en sentido “confederal”, hacia aquella Europa de los pueblos y las naciones soñada de hace mucho por las derechas, y hoy en cualquier medida impuesta por los desarrollos de la guerra en Ucrania. ¿Que la consecuencia será una acentuada dependencia de los Estados Unidos y la irrelevancia de Europa en el nuevo mundo multipolar? Poco parece importarle a Zelensky, Duda, Meloni y sus pares.
Fuente:
http://www.euronomade.info/?p=15590
Traducción:Diego Ortolani Delfino
https://www.sinpermiso.info/textos/el-regimen-de-guerra-en-europa
No hay comentarios:
Publicar un comentario