jueves, 3 de septiembre de 2020

¿Cuánto cambió la apropiación global de riqueza?

 

Desarrollo desigual e imperialismo hoy, una discusión con David Harvey

  Esteban Mercatante  

Fuentes: La izquierda diario

Un dato característico de las últimas décadas viene siendo el débil crecimiento económico de los países desarrollados, que contrasta con el dinamismo que muestran China y otros países de la periferia. ¿Qué nos dice eso sobre las relaciones que caracterizan al sistema mundial capitalista?

¿Cuánto cambió la apropiación global de riqueza?

Aquellos de nosotros que pensamos que las viejas categorías del imperialismo no funcionan demasiado bien en estos tiempos, no negamos para nada todos los complejos flujos de valor que expanden la acumulación de riqueza y poder en una parte del mundo a expensas de otra. Simplemente pensamos que los flujos son más complicados y están siempre cambiando de dirección. El histórico drenaje de riqueza de Oriente hacia Occidente durante más de dos siglos, por ejemplo, se revirtió en gran medida durante los últimos treinta años [1].

David Harvey, autor de esta afirmación, destaca que la reconfiguración de la división internacional del trabajo durante las últimas décadas, asociada a la internacionalización productiva que hemos analizado en otras oportunidades, ha producido en algunos países esta reversión de los patrones de polaridad desarrollo/subdesarrollo característicos del capitalismo imperialista desde finales del siglo XIX. Este planteo de Harvey suscitó tiempo atrás una polémica con John Smith, autor del libro Imperialism in the Twenty-First Century (El imperialismo en el siglo XXI).

Como ya hemos señalado en oportunidad de esa polémica, si la tomamos en un sentido estricto, la aseveración Harvey no se confirma. Si tomamos como bloque al conjunto de los países dependientes (catalogados habitualmente por las agencias multilaterales como países “emergentes” y “en desarrollo”, o “de ingreso medio” y “pobres”, etc.), estos siguieron “drenando” riqueza hacia los países ricos durante las últimas décadas. Nos basábamos para esto en el estudio “Financial flows and tax havens: combining to limit the lives of billions of people” (Flujos financieros y paraísos fiscales: combinándose para limitar las vidas de miles de millones de personas) que reconstruye el resultado neto de flujos financieros globales lícitos e ilícitos –“ayudas al desarrollo”, remesas de salarios, saldos comerciales netos, servicios de deuda, nuevos préstamos, inversión extranjera directa (IED), inversiones de cartera y otros flujos–. El estudio calculaba que entre 1980 y 2012, los “países emergentes y en desarrollo” perdieron 3 billones de dólares en trasferencias netas hacia los países ricos. En promedio, desde los años 2000, las transferencias representaron al año más de 8 % del PBI de los países afectados. China representa nada menos de 1,9 billones de dólares del total transferido durante esos años. Para que nos demos una idea, la economía de China alcanza hoy los 12,5 billones de dólares. A este resultado negativo de transferencias netas, habría que sumar otro “drenaje” que consideraba el estudio: la salida de capitales (la “fuga” que en la Argentina conocemos bien), que durante el período fue de 13,4 billones de dólares, que se reducen a 10,6 billones excluyendo a China. Esto muestra que no ocurrió una reversión

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Fuente: https://www.laizquierdadiario.com/Desarrollo-desigual-e-imperialismo-hoy-una-discusion-con-David-Harvey?utm_source=newsletter&utm_medium=email&utm_campaign=Newsletter



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