Y Ayuso sigue en el cargo, ¿por qué?
Sin rastreadores ni medios suficientes, sin potenciar el
transporte público, los sanitarios, los profesores. La gestión de Ayuso ha sido
y es caótica, pero en Madrid el PP y su entramado libran una batalla política
desplegada sobre la salud y la vida de las personas
Rosa María Artal
El Diario .es .18 de
septiembre de 2020
Por fin, y tras larga intriga, ha salido la lotería de
confinamientos decretados en la Comunidad de Madrid tras el enorme avance de
los contagios por coronavirus. Con tono serio y denso, la presidenta, el
vicepresidente y el consejero de Sanidad han hablado del momento preocupante
que se vive y de las restricciones que se van a poner en marcha. Son 37 zonas
de Madrid, como pueden ver en este documento, no exactamente barrios o
distritos, en donde por ejemplo queda fuera del confinamiento de Alcobendas, el
barrio de lujo de La Moraleja, a pesar de ser el municipio el tercero con más
contagios de España. O los típicos contrasentidos como poder ir al bar pero no
a los parques. Salir a trabajar o consumir pero quedarse en la casa, muchas
veces de dimensiones reducidas en los barrios con menos recursos que están
entre los más afectados. Han asegurado que los centros de atención primaria
están a pleno funcionamiento tanto de forma telefónica como presencial, algo
que no se ajusta a la verdad ya que se encuentran a medio gas desde hace meses,
desde el principio, desde marzo.
La incidencia del coronavirus en Madrid es cuatro veces
mayor que en el resto de España. De las diez ciudades europeas con mayor porcentaje
de contagios, nueve están en Madrid, con la capital ocupando el primer lugar
del continente. La Atención Primaria ahora parece ir en caída libre, y vuelven
a entrar en saturación los hospitales y las camas de UCI que andan ya ocupando
el 60% de las disponibles. Por más que hablen de colaboración ahora y se
autoexculpen, la gestión del gobierno de Madrid ha sido caótica, sin
paliativos, y no tenía que haberse producido. De hecho, cuesta entender cómo se
puede mantener aún a Isabel Díaz Ayuso como presidenta de la Comunidad a pesar
del caos provocado, sin parangón con lugares que fueron muy problemáticos, como
Nueva York, en donde no hay segunda oleada de la COVID-19 al menos por ahora.
Saber por qué sigue Ayuso en el cargo es clave, atañe al
funcionamiento del país, incidiendo una y otra vez en sus fallos estructurales.
Se han ido dando los pasos que componen la crónica de una muerte anunciada,
pero las víctimas se han desplegado entre la población y la credibilidad de la
política salvaguardando en buena parte a los ejecutores. La gestión de Ayuso ha
sido y es caótica, pero en Madrid el PP y su entramado libran una batalla
política desplegada sobre la salud y la vida de las personas.
Pablo Casado pasando revista a la sociedad civil en Madrid
el 2 de mayo
Basta mirar la foto del 2 de mayo de 2020 cuando Pablo
Casado, presidente del PP, se permitió pasar revista en la Puerta del Sol a la
sociedad civil en esa festividad madrileña. Desde el principio, Casado se
planteó Madrid como el feudo con el que confrontarse al gobierno de España,
tras haber sufrido una sangría de votos. Y cabe pensar cuántos mecanismos de la
lógica fallaron para que fuera Isabel Díaz Ayuso la que ocupara ese lugar.
Con la "experta en comunicación" que había llevado
la cuenta de Twitter de Pecas, el perro de Esperanza Aguirre, el PP perdió en
mayo de 2019, 184.794 votos. Un 32% de votos se dejó desde los comicios de
2015. No llegaría a la presidencia de la Comunidad hasta agosto de 2019, tras
largas negociaciones. Lo hizo con los votos de PP, Cs y Vox. El Régimen de
Madrid, S.A., había decidido al parecer quien fuera su gestora. Da la impresión
que solo basta carecer de escrúpulos y manifestarlo con osadía para ocupar ese
tipo de puestos. Cualidad extensible también al escalafón de poder de España,
S.A. El periodismo la recibió con calor, al punto de apodarla "La nueva
Dama de Hierro del PP", ella que llora en las fotos cuando se disfraza de
Santa Isabel de la COVID. Por los empresarios, por supuesto.
Es evidente que por más que la situación sea insostenible en
Madrid, para los ciudadanos, el entramado ha decidido mantener a Ayuso. Todavía
al menos. Ciudadanos es decisivo y así lo quiere. Ignacio Aguado, el
vicepresidente, pidió ayuda al gobierno central ante el caos desatado pero culpándole
de haberlos dejado solos, en la misma línea que ella. Y el remedo de periodismo
que apoya esta gestión –que ellos sabrán a quién y qué beneficios aporta- lo
secunda, a pesar de una hemeroteca plagada de despropósitos.
No les importa quedar en evidencia, con que trague el número
suficiente para mantenerse, sobra. De todo lo hablado, escrito, insultado,
sobresale quizás cuando Ayuso enarboló las cacerolas con sus afines ideológicos
contra el gobierno de Sánchez y el mando único, porque querían libertad,
libertad de contagio incluida. Y, en esa línea, lo más patético hoy aquella
amenaza de mayo: "Lo de Núñez de Balboa va a ser una broma". Y en efecto sus fieles ultras nos atronaron
los oídos durante semanas. ¿Lo harán ahora contra Ayuso?
Madrid, sin rastreadores, ni medios suficientes, sin
potenciar el transporte público, los sanitarios, los profesores, habiendo
esfumado en algunas otras partidas los 3.400 millones de euros que les entregó
el Ejecutivo para afrontar la situación, dicen que no pueden hacerlo solos.
Nunca han estado solos, siempre han pisado la mano del gobierno central porque
querían desestabilizarlo a su favor y al de los beneficiarios de las políticas
ultraliberales que defienden. Ahora piden ayuda a Sánchez para que aporte un
despliegue policial sin precedentes. Solución policial en la más pura esencia
ultraderechista.
Lo primero es la salud, pero para cuidarla hay que disponer
de medios y de una gestión que prioriza a las personas. La apuesta de Ayuso, de
Madrid S.A, de PP S.A., de España S.A. ha sido lo que llaman economía: la bolsa
sobre la vida. Cuando combatía el estado de alarma, cuya supresión podría
causar más muertes respondió: "Todos los días hay atropellos y no por eso
prohíbes los coches". Ella es muy fría con esto de las víctimas ajenas, no
hay más que ver lo sucedido en los geriátricos a su cargo.
Pablo Casado también salía a la palestra este viernes. A
defender territorio con uñas y trampas: "Las pandemias son responsabilidad
exclusiva de los gobiernos estatales, por mucho que la coalición de PSOE y
Podemos pretenda derivar su negligencia a las comunidades autónomas". Con
las competencias transferidas, tras un cuarto de siglo de privatizaciones y
recortes, devolviendo "la libertad" de gobernar la comunidad que
presiden y que con tanto ahínco reclamaban. Ellos solo están para repartir el
presupuesto como les plazca, según se deduce.
Pablo Casado ha unido su destino al de Ayuso, que le dio la
ilusión de parecer presidente. Presidente de un partido enjuiciado por una
corrupción insuperable de larga trayectoria, ejerce una oposición tabernaria,
en la que no tiene empacho en utilizar mentiras y la mayor mezquindad. De
tierra batida, arrasada, caiga quien caiga en la sociedad.
En Madrid tenemos un problema serio, de supervivencia
incluso, con esta gestión. En España completa con semejante derecha, unida en
piña para defender su poder. La reunión con Pedro Sánchez difícilmente mejorará
la confrontación política. Los medios del clan ya crean ambiente. Todos son
culpables, todos han de colaborar, que sí pero sabiendo el terreno que se pisa,
se ha pisado y sigue estando, y las minas enterradas en él.
6.600.000 personas dependen de esas variables. Con la salud
en peligro, la estabilidad económica y hasta los humores. Esta historia
interminable no tendrá siquiera alivio hasta que la derecha española no haga
una cura de honestidad y piense siquiera un poco en el bienestar de los
ciudadanos. O los ciudadanos les obliguen a hacerlo.
No se entiende que
Ayuso siga gestionando Madrid. En realidad, no se entiende tampoco que este PP
y sus cómplices continúen más o menos impunes ante la ciudadanía. Millones de
ciudadanos están muy preocupados. Y no se merecen semejante gestión y semejante
desbarajuste. No viene de hoy. Las heridas que ha venido dejando esta situación
son profundas, aunque las encubran los medios del clan. La situación de Díaz
Ayuso es insostenible desde hace mucho tiempo.
Nota del blog .Según las cifras del Ministerio de Sanidad, de los 90 hospitales que hay en la Comunidad, 49 son privados y 3 concertados. Entre los años 2010 y 2018, la plantilla del Servicio Madrileño de Salud cayó en 3.300 trabajadores, un millar de los cuales sanitarios. Según la Estadística de Gasto Sanitario Público del 2018, realizada por el Ministerio de Sanidad, la Comunidad de Madrid es la comunidad que menos recursos dedica a la sanidad pública: un 3,6% de su PIB, o lo que es lo mismo, 1.274 euros por habitante. Catalunya dedica 1.432 euros y el País Vasco 1.753 euros. También se encuentra por debajo de la media española en remuneración del personal, muy a menudo en situación de temporalidad. Ha habido recortes hasta hace nada, aunque encubiertos: el pasado noviembre, Lasquetty renunció a ejecutar 145 millones de euros en sanidad, educación y vivienda. La semana pasada, con la sanidad pública faltada de recursos, la presidenta madrileña llegó a prometer una rebaja generalizada de impuestos: medio punto menos para todos los tramos de IRPF.
Y VER ...
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