Josetxo Ezcurra en Rebelión.
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Greenpeace Holanda acaba de hacer públicos los documentos secretos del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) entre Europa y EE.UU. Los documentos está publicados en la web www.ttip-leaks.org para que todo el mundo pueda acceder a ellos y se cumpla el principio de transparencia innato a la democracia.
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Greenpeace Holanda acaba de hacer públicos los documentos secretos del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP) entre Europa y EE.UU. Los documentos está publicados en la web www.ttip-leaks.org para que todo el mundo pueda acceder a ellos y se cumpla el principio de transparencia innato a la democracia.
No al TTIP
: Los peligros del acuerdo transatlántico de comercio entre
Europa y EE.UU.
Europa y Estados Unidos están negociando el Acuerdo
Transatlántico para el Comercio y la Inversión, conocido como TTIP por sus
siglas en inglés. Este acuerdo supone la armonización a la baja de las
regulaciones de ambos bloques, lo que para la UE supondría debilitar los controles
de calidad y seguridad de los productos importados. En nombre del “libre
comercio” se está poniendo en riesgo estándares de calidad y seguridad
relevantes para la producción agrícola, la alimentación y la salud de los
ecosistemas.
En las altas instancias de la Unión Europea, representantes
europeos y de EE.UU. están discutiendo un acuerdo de libre comercio denominado
Transatlantic Trade and Investment Partnership o Acuerdo Transatlántico para el
Comercio y la Inversión (TTIP). Este acuerdo comenzó a negociarse a comienzos
de 2013 y gira en torno a tres áreas fundamentales:
Eliminación de las
barreras arancelarias actuales para liberalizar el mercado.
Cooperación
destinada a eliminar las denominadas barreras no arancelarias, es decir, aquellas
normas, reglas y leyes que puedan limitar la libre competencia entre ambos
mercados.
Creación de
mecanismos para evitar la creación de barreras al libre mercado en el futuro.
Para que este acuerdo pueda tener lugar, es necesaria la
armonización a la baja de las regulaciones de ambos bloques, regulaciones que
para la UE supondría debilitar los controles de calidad y seguridad de los
productos importados. En nombre del “libre comercio” se están poniendo en
riesgo estándares de calidad y seguridad relevantes para la producción
agrícola, la alimentación y la salud de los ecosistemas. Por ejemplo, los
estándares de calidad europeos impiden la utilización de determinadas
sustancias químicas, hormonas y fármacos en la producción de carne y sólo
permiten el cultivo de una variedad de transgénico. Sin embargo, la regulación
de Estados Unidos es mucho más flexible.
Otro de los motivos de preocupación es la falta de
transparencia y acceso privilegiado a las negociaciones por parte de las
grandes corporaciones: en un primer momento, el mandato del Parlamento Europeo
para las negociaciones se consideró secreto y no se hizo público salvo un
resumen de las tres áreas de negociación. La Comisión Europea ha tenido que
responder a estas críticas publicando parte de los documentos, pero a la mayor
parte de ellos todavía no tienen acceso ni siquiera los eurodiputados y
eurodiputadas del Parlamento Europeo.
Además de la desregulación y pérdida de soberanía, también
preocupa la posible pérdida de derechos laborales y el aumento de la
desigualdad en la competencia entre las grandes corporaciones y las pequeñas y
medianas empresas. Pero el aspecto más criticado del tratado es la creación del
Investor State Dispute Settlements (ISDS), un tribunal de arbitraje independiente
que permitiría a los inversores demandar a las leyes y regulaciones de los
estados que fuesen en contra de sus beneficios o de la competencia económica.
Esto podría provocar que un tribunal externo a los estados anulara leyes
aprobadas por los parlamentos nacionales.
Por último, mientras que es ahora cuando el fracking se está
empezando a implantar en Europa, en Estados Unidos comenzó a utilizarse de
forma masiva en los años 80. La desregularización del TTIP puede afectar a esta
técnica de extracción de gas directamente en su articulado o a través del
mecanismo de arbitraje. Otras actividades, como la concesión de licencias para
la realización de prospecciones petrolíferas, son también objeto de interés por
los defensores de este acuerdo.
Debido a estos riesgos, Greenpeace solicita el rechazo del
Parlamento Europeo a cualquier futuro acuerdo comercial o de inversión que no
esté al servicio de los intereses públicos, la salud y el medioambiente, sea en
la UE o en EE.UU.
¿Qué puedes hacer tú?
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