domingo, 18 de enero de 2015

Alexis Tsipras . Entrevista .


La troika lo destruye todo, la perseguiremos hasta penalmente. Entrevista
Alexis Tsipras · · · · ·
18/01/15


En las próximas tres semanas, el líder de Syriza, será protagonista indiscutido de la campaña electoral griega. Su partido goza de una ventaja de entre un 3 y un 5% sobre su más directo competidor, el centroderecha de Nueva Democracia. El Huffington Post [en su edición italiana] adelanta un fragmento del libro entrevista del periodista Teodoro Andreadis Synghellakis, Alexis Tsipras, La mia Sinistra, que estará en librerías a partir del 15 de enero editado por Bordeaux con prólogo de Stefano Rodotà.

El líder cuarentón de la izquierda griega confirma su estilo directo y nada reticente, declarando que “la izquierda no pasa a primer plano para servir a los intereses de los poderosos sino para apostar por la equidad social”, prometiendo, al mismo tiempo, mostrarse capaz de mantener las cuentas en orden. Alexis Tsipras quiere “despertar a  Europa”, para conseguir “despertar al sonámbulo que se dirige hacia el precipicio”.

Además, el líder de Syriza dice estar asombrado de la postura de Eugenio Scalfari que había hecho votos – aunque en un caso extremo – por una posible intervención de Italia por parte de la Troika. “Se trata de funcionarillos mediocres, con una cultura económica de medio pelo”, subraya Tsipras, que no duda en revelarse convencido de que debe perseguirse, también a efectos penales, a este órgano extra-institucional.

Nos han dicho que Syriza no tiene la intención de volver a las políticas de de creación de déficit del pasado, a pesar del hecho de que en el programa hacen ustedes hincapié en la política social y en el apoyo a quienes se encuentran en los márgenes, sin ninguna otra seguridad, a causa de la crisis. ¿Llegar a conjugar estos dos objetivos constituye el desafío principal y más difícil para la izquierda? 

Lograr proseguir teniendo como punto final equilibrar el presupuesto constituye realmente el punto crucial de nuestra estrategia, porque nos da la posibilidad de trabajar desde una posición de fuerza. A pesar de esto, debemos decir, no obstante, que equilibrar el presupuesto no significa tener que recurrir forzosamente a la austeridad. Lo substancial de nuestra política se encuentra en una justa división de los diversos pesos, en una verdadera redistribución, en el sostenimiento de los más débiles. Es una cuestión de prioridades y de opciones políticas. La izquierda no pasa a primer plano para servir a los intereses de los poderosos sino para ser capaz de llevar a cabo una política socialmente justa. También coincido en que el gran desafío al que nos enfrentamos consiste en que todo lo que estamos diciendo con palabras estemos dispuestos a realizarlos con hechos. Y a este desafío estamos dispuestos a responder.  

Miembros del actual gobierno griego han declarado que si Syriza llegase al poder, sólo tendría dos opciones: o establecer nuevos impuestos o pedir nuevos empréstitos. ¿Qué tienen pensado para intentar desmentirlo? ¿No teme una subida repentina de la prima de riesgo?  

Partamos de este último punto: sabemos que los mercados no van a batirse por nosotros y que existe la posibilidad de que en un principio muestren una cierta agresividad respecto a un gobierno de la izquierda. Pero esto no nos infunde ninguna clase de temor. Los mercados te conceden préstamos a intereses tanto más altos cuanta más necesidad tienes de dinero. La respuesta a todo esto, por lo tanto, se encuentra en unos presupuestos equilibrados, de modo que se limite fuertemente la necesidad de recurrir a préstamos. Más allá de eso, por lo que respecta a la actitud de los mercados, tiene una importancia fundamental la cuestión de la negociación de la deuda.

En todo caso, lo que constriñe a una economía a buscar continuamente nuevos préstamos o establecer nuevos impuestos, es el círculo vicioso de la austeridad en el que hoy estamos entrampados. Los miembros del gobierno al que se está usted refiriendo, están hablando de una vía sin salida, la de su política, que substrae continuamente liquidez a la economía y a la sociedad, en nombre de políticas presupuestarias con objetivos insensatos. Nosotros mantenemos que tiene que suceder exactamente lo contrario. Que la prioridad principal debe centrarse en conseguir poner en marcha la economía, ligando a este resultado los objetivos de la política presupuiestaria. Una política de este tipo dispone de espacios de autonomía mucho mayores, ya se trate de los impuestos o de la petición de empréstitos.  

Una parte de la prensa italiana ha escrito que mientras que declara usted, oficialmente, que quiere una Conferencia sobre la Deuda, en el curso de encuentros reservados con líderes europeos amenaza con que el país puede en realidad salir del euro, una medida que puede arrastrar en su efecto dominó a España e Italia. ¿Existe de verdad un escenario de ese tipo? ¿Y cómo pretende reaccionar si con todo siguiera reproduciéndose en la prensa europea e internacional?  

Grecia se encuentra ya en vísperas de un gran cambio político y es normal que haya escenarios e hipótesis diversas. Esto confirma, por otro lado, la valoración de que este cambio tendría un impacto muy fuerte a escala europea. No es posible, con todo, ir corriendo detrás de cada artículo que se publica, se escriba o no con buena fe. Hemos aclarado que no tenemos intención de chantajear a nadie y no tenemos intención de presentarnos en las negociaciones con un cinturón de explosivos. Nuestras cartas están todas bien a la vista sobre la mesa, y por clara voluntad nuestra. Consideramos que la Conferencia Europea sobre la Deuda constituye hoy el único camino de salida para nuestro continente de la ruinosa y desventurada política de austeridad. Tratemos de dejarla atrás, creando alianzas que habrán de ser lo más amplias posibles. Estamos convencidos de que una iniciativa que vaya en esta dirección tendrá una importante colaboración, bien a escala gubernamental, o por parte de la sociedad europea.  

Creo que se escogió a Grecia como cobaya de la crisis, pero todo esto se ha producido porque quienes se encontraban al frente del gobierno en los momentos más delicados han permitido que pudiera convertirse en una cobaya. Si no hubiera estado Grecia, acaso habrían tenido que inventarla para poder encontrar un espantajo para otros pueblos.  Para utilizarla como ejemplo negativo y poder decir: “fijaos en lo que os puede suceder si tampoco os adaptáis vosotros”. Pero todo esto ha sido posible gracias a una dirección política que no era consciente de lo que estaba sucediendo – es decir, llena de incapaces – o que no tenía el valor de defender intereses sociales y nacionales de fundamental importancia para nuestro país.

¿Y qué haría si llegase al gobierno?

Si llegáramos al gobierno, como ha dicho el filósofo Slavoj Zizek, despertaríamos a Europa.

¿Se atrevería a responder a la canciller Merkel?

Europa es como un sonámbulo que se dirige hacia el precipicio, y seremos nosotros los que despertemos al sonámbulo. Daremos a todos los pueblos la oportunidad de comprender que no sólo no estamos saliendo de la crisis sino que estamos cayendo aun más abajo. Y este despertar puede ofrecer la ocasión para un recorrido alternativo más general, lo que no sólo tiene que ver con Grecia sino con toda Europa. Y esto porque, cuando se hace una valoración global, creo que el modelo que he descrito antes  – el Sur con déficit y el Norte con superávit – no constituye un ejemplo atractivo ni siquiera para los pueblos del Norte de Europa. Presupone, de hecho, que los sueldos deben dejar de crecer durante un tiempo bastante prolongado. Al mismo tiempo, esta lógica de hiperacumulación de la  riqueza (que se acumula en ahorros, pero no se invierte) constituye un peligro enorme para la economía europea y para la de todo el mundo. Acumulando la riqueza, se acumula la crisis que estará destinada a estallar mañana.  

Con esta estrategia, Europa está destinada a no esquivar su senda recesiva, la recesión volverá pronto, y esto quiere decir que llega envenenada el agua de la economía de todo el mundo. Vemos, en realidad, que Europa exporta recesión al resto de la economía mundial y creo que es justamente esto lo que pone nerviosos a los norteamericanos. No debemos olvidarnos de que para poder arrostrar la crisis, los norteamericanos han seguido una política totalmente distinta, una política expansiva. Pero el problema es que Norteamérica se encuentra ante sí con los costes de un continente inmóvil, el europeo, que, exactamente igual que un escollo, bloquea la posible recuperación mundial.

En Italia se ha desarrollado una gran discusión pública sobre la oportunidad o no de una intervención del país por parte de la Troika. Todo empezó con un editorial del fundador de La Repubblica, Eugenio Scalfari, que escribió hace meses que hay que mantener esta vía casi inevitable, puesto que la economía no logra recuperarse. ¿Qué le diría a los italianos?  

Hay muchos que no tienen un conocimiento profundo de lo que significa la Troika, y hay quien sostiene lo que inicialmente se podía escuchar también en Grecia: “que vengan, que por lo menos pondrán las cosas en orden”. Me asombra que Scalfari haya adoptado esta postura. Precisamente debido a que no se ha recuperado la economía italiana, no debe llegar la Troika a establecerse en vuestro país. La Troika lo destruiría todo, pues se trata de funcionarillos de medio pelo, con una cultura económica mediocre, que en el ámbito de la empresa privada podrían como mucho disponer de autorización para encender y apagar el ordenador...Los he conocido y es una idea que me he formado directamente.  Han adoptado esta postura y se dan estos humos sólo por el hecho de que han tomado el papel de acreedor, porque nos prestan dinero. Creen, por lo tanto, que cualquier estupidez que se les ocurra puede considerarse un dogma.

Han arruinado a Grecia e insisten en aplicar sus recetas destructivas. Soy del parecer de que en un momento dado debería llevarse a cabo una ingente investigación, a escala mundial, relativa a las consecuencias y repercusiones de estas decisiones económicas. Creo asimismo que nuestros países deberían pedir  – en los foros internacionales más importantes  – que se nos resarza. Me refiero a un resarcimiento en primer lugar moral, pero también material, por el comportamiento y la acción criminal de un órgano extrainstitucional que ha impuesto sus absurdas recetas a gobiernos democráticamente elegidos. Aunque se trate de gobiernos que hayan dado, de todos modos, su asentimiento. Cuando en un determinado momento tratemos en Grecia de pasar a una fase de atribución de responsabilidades, no nos limitaremos a las del gobierno sino que llegaremos hasta las de quienes han insistido e impuesto – de manera chantajista – que se aplicaran recetas desastrosas.

Así pues, manda a los italianos un mensaje de “no a la Troika”…

Evidentemente. Pero no sólo digo que no, digo que debemos perseguirla penalmente incluso...


Alexis Tsipras es el presidente del partido unificado de la izquierda radical griega Syriza, la novedad sin duda más interesante, programática y organizativamente, de las izquierdas europeas de las últimas décadas. Es candidato a la presidencia del Gobierno heleno en las elecciones del próximo 25 de enero.

Traducción para www.sinpermiso.info: Lucas Antón

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