viernes, 15 de diciembre de 2023

Las mentiras del 7 de octubre

                                                                         




 Un grupo de ‘rescate’ israelí salpicado de escándalos alimenta las mentiras del 7 de octubre

 Max Blumenthal (The Grayzone)

13/12/2023

 

En una sesión del Senado de EEUU celebrada el 31 de octubre sobre la guerra de Israel en Gaza, el secretario de Estado, Antony Blinken, dio sus razones para rechazar un alto el fuego. Poniéndole todo el sentimiento que un adusto miembro del Partido Demócrata es capaz de exteriorizar, Blinken evocó una escena truculenta que pretendía ilustrar el salvajismo de Hamás y la imposibilidad de negociar con una organización así: “Un niño y una niña pequeños, de seis y ocho años, con sus padres, en torno a la mesa del desayuno”, presentaba Blinken solemnemente. “Al padre le habían sacado un ojo delante de sus hijos. A la madre le mutilaron el pecho, a la niña le amputaron un pie y al niño le cortaron los dedos antes de ejecutarlos”.


Un grupo de ‘rescate’ israelí salpicado de escándalos alimenta las mentiras del 7 de octubre | ctxt.es

ORIGINAL en..

  https://thegrayzone.com/2023/12/06/scandal-israeli-october-7-fabrications/

miércoles, 13 de diciembre de 2023

El Maidán de 2014 fue una bandera falsa .

 Un juicio ucraniano demuestra que la masacre de Maidán de 2014 fue una bandera falsa


KIT KLARENBERG

 

11 DE DICIEMBRE DE 2023

 Una masacre de manifestantes durante el golpe de Estado de Maidán en 2014 preparó el escenario para el derrocamiento del presidente electo de Ucrania, Viktor Yanukovych. Ahora, un explosivo juicio en Kiev ha producido evidencia de que los asesinatos fueron una bandera falsa diseñada para desencadenar un cambio de régimen.

Dos policías acusados de disparar masivamente contra manifestantes de la oposición en la plaza Maidán de Kiev en 2014 fueron liberados después de que un tribunal ucraniano determinara que los disparos mortales de la infame masacre se realizaron desde un edificio controlado por la oposición.

 El 18 de octubre de 2023, el Tribunal de Distrito de Sviatoshyn de Ucrania determinó que, de los cinco agentes enjuiciados, uno sería absuelto directamente, mientras que otro fue condenado a tiempo cumplido por presunto "abuso de poder".

 Los tres restantes, que ya no viven en Ucrania, fueron condenados en ausencia por 31 cargos de asesinato y 44 cargos de intento de asesinato. Esto, en virtud de una opinión de la Corte Suprema que estipula que los sospechosos pueden ser considerados colectivamente responsables de las acciones de un grupo considerado criminal.

 El veredicto significa que nadie se enfrentará a penas de cárcel ni será castigado de ninguna manera por su presunto papel en la infame masacre de Maidán, en la que murieron más de 100 manifestantes, desencadenó una avalancha de condenas internacionales y condujo directamente a la caída del presidente Viktor Yanukovych, que huyó del país pocos días después.

 El juicio comenzó en Kiev en 2016, pero el caso languideció durante años. Las cosas se complicaron aún más en 2019, cuando el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky intercambió a los cinco acusados por prisioneros retenidos por los separatistas del Donbás. Posteriormente, dos de ellos regresaron de forma voluntaria para comparecer ante el tribunal.

 Como era de esperar, el veredicto ha provocado indignación entre las familias de las víctimas, y los abogados de la acusación dicen que planean apelar. Por el contrario, los principales medios de comunicación han permanecido hasta ahora inquietantemente indiferentes. En un aparente intento de distorsionar el resultado del juicio, Varios puntos de venta — incluyendo Reuters — simplemente se referían a que el tribunal "sentenciaba" a los oficiales en sus titulares. El Kyiv Post fue en cuanto a afirmando falsamente que los cinco habían sido declarados "culpables" de los "crímenes de Maidán".

 Pero hay más en la historia de lo que estos medios han dejado ver. Como reconoció incluso el Kyiv Independent, financiado por Occidente, "un ex investigador de alto nivel" que anteriormente tenía la tarea de investigar la masacre dijo el veredicto años seguidos de sabotaje deliberado por parte de las autoridades ucranianas, que "han hecho todo lo posible para asegurarse de que no haya resultados reales".

 La cuestión de por qué los funcionarios de Kiev tratarían de sabotear la investigación ha sido ignorada en gran medida por los medios de comunicación tradicionales. Pero el veredicto ofrece algunas pistas muy reveladoras.

 

"Personas desconocidas" detrás del asesinato

A lo largo del documento de 1.000.000 de palabras hay pasajes que demuestran de manera concluyente que el fuego de los francotiradores emanó de edificios controlados por la oposición a Yanukovich. En conjunto, estos extractos sugieren fuertemente que la masacre de Maidán fue una bandera falsa llevada a cabo por elementos nacionalistas que tenían como objetivo asegurar el derrocamiento del presidente.

 Las pruebas "fueron suficientes para concluir categóricamente que en la mañana del 20 de febrero de 2014, personas con armas, desde las que se dispararon, se encontraban en las instalaciones del Hotel Ukraina", concluyó el tribunal.

 Otra sección revela que "Hotel Ukraina" era "territorio... no estaba controlado por las agencias de aplicación de la ley en ese momento". Numerosas grabaciones de video muestran que antes, durante y después de la masacre, el edificio fue invadido por el partido opositor de extrema derecha Svoboda, cuyos líderes utilizaron las instalaciones para coordinar sus actividades contra Yanukovich en las calles de abajo.

 En al menos 28 de los 128 tiroteos considerados durante el juicio, el tribunal dictaminó que si "debido a la falta de información, la naturaleza incompleta o contradictoria de los datos presentados", la "participación de agentes de la ley no ha sido probada" y que "no se puede descartar a otras personas desconocidas".

 Además, el veredicto excluyó efectivamente cualquier implicación de los servicios de seguridad e inteligencia rusos en la masacre, una Teoría de la conspiración promovido en gran medida por elementos pro-Maidán.

 "El 'rastro ruso' no fue confirmado después de examinar los documentos relevantes", concluyó el tribunal. Concluyó que aquellos individuos que eran sospechosos de tener vínculos con la inteligencia rusa, y que estaban siendo "constantemente monitoreados", no tenían "ninguna participación en los eventos en la calle".

 Para el Dr. Ivan Katchanovski, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Ottawa que ha pasado años documentando pruebas abrumadoras de la responsabilidad de la oposición en la masacre, estos hallazgos son una reivindicación de su investigación que debería haberse producido hace mucho tiempo. En declaraciones a The Grayzone, explicó que la condena en ausencia de tres agentes de policía por el asesinato de 28 manifestantes de Maidan y el intento de asesinato de 36 se basó "en un único examen balístico forense fabricado".

 El defectuoso "examen forense de las balas revirtió [los] resultados de otros 40 exámenes balísticos" realizados anteriormente, cada uno de los cuales, señala Katchanovski, "mostró que las balas de los Kalashnikovs de la policía Berkut no coincidían con las recuperadas de los cuerpos de los manifestantes asesinados en Maidán".

 Al final, "el juicio produjo un volumen extraordinario de pruebas que demuestran que los manifestantes fueron tiroteados desde varios edificios controlados por elementos pro-Maidán", dice, señalando a los "más de 100 testigos, incluidos 51 activistas antigubernamentales heridos durante el tiroteo, [quienes] testificaron haber recibido disparos desde estas áreas, o haber visto francotiradores ubicados allí".

 Por otra parte, el veredicto rechazó una Reconstrucción del modelo 3D del tiroteo de tres activistas de Maidan, producido por un "estudio de arquitectura no convencional" con sede en la ciudad de Nueva York llamado SITU. Este falso análisis, que fue Financiado 100.000 dólares por la sucursal de Kiev de la Open Society Foundations, de George Soros, Muy promocionado por The New York Times y otros medios de comunicación occidentales y presentado como prueba definitiva de que las fuerzas de seguridad ucranianas eran responsables de las muertes. Pero el modelo SITU cambió la ubicación de las heridas de las víctimas, de costado o parte posterior de su cuerpo hacia el frente, y alteró los ángulos de la trayectoria de las balas para condenar fraudulentamente a la policía por sus asesinatos.

 Como explica Katchanovski, "esto es fraude y desinformación deliberados".

 "El modelo falso de SITU permitió a The New York Times y a muchos otros negar la existencia de los francotiradores de Maidan y calificar de 'teoría de la conspiración' cualquier sugerencia de que la masacre fue una 'bandera falsa'", dice.

 Pero si los oficiales de Berkhut no fueron responsables de las docenas de muertes de ese día, la pregunta sigue siendo: ¿quién fue?

 Los asesinos de Maidan se trasladan a Odessa

En agosto de 2023, el New York Times revelado que el traficante de armas ucraniano Serhiy Pashinksy, una vez condenado abiertamente por el propio Zelensky como un "criminal", se había convertido en el principal proveedor privado de armas a Ucrania. Pashinsky obtuvo granadas, proyectiles de artillería y cohetes "a través de una red transeuropea de intermediarios", y luego vendió, compró y revendió las armas "hasta que el comprador final, el ejército de Ucrania, pague más". El ajetreo lo ha enriquecido con cientos de millones de dólares.

 Pashinsky, un ex parlamentario ucraniano, fue una figura central en el golpe de Estado de Maidán. Como La Zona Gris Posteriormente se revelóél ha sido acusado por tres mercenarios georgianos de orquestar personalmente la masacre de febrero de 2014, suministrar las armas utilizadas y elegir personalmente los objetivos a los que disparar. Cuando los periodistas israelíes confrontó a Pashinsky Sobre estas acusaciones, amenazó con hacer que sus socios los rastrearan en su casa y los "destrozaran".

 Durante el juicio de Maidán, los abogados defensores mencionaron de manera destacada a esos mismos francotiradores mercenarios georgianos. Junto con los líderes de Maidán, y Respaldado por Occidente Los francotiradores también estuvieron implicados en la masacre de Odessa de mayo de 2014, un incidente espantoso en el que decenas de manifestantes anti-Maidán de habla rusa fueron conducidos por la fuerza a la Casa de los Sindicatos de la ciudad, que luego fue incendiada. En todos los, 46 murieron debido a quemaduras, envenenamiento por monóxido de carbono e intentos de escapar de los horrores saltando por las ventanas. Según los informes, las víctimas no mortales ascendieron a unas 200.

 Katchanovski dice que, al igual que en el caso de Maidán, la evidencia apunta al papel de un complot extremadamente bien organizado para llevar a cabo los asesinatos de Odesa:

 Un francotirador georgiano que confesó su papel en la masacre de Maidán en un documental israelí también reveló que uno de los organizadores de la masacre los envió a Odessa justo antes del ataque contra los separatistas allí.

 Después del golpe, encubrimiento tras encubrimiento

Desde el principio En el juicio de Maidán, figuras ucranianas de extrema derecha sometieron a testigos y fiscales a una campaña de intimidación. Durante los procedimientos, activistas neonazis del C14 y de Azov irrumpieron en la sala del tribunal, atacaron a los acusados y colocaron neumáticos fuera del tribunal en una aparente amenaza de incendiar el edificio. El presidente del tribunal fue incluso golpeado por un activista de Maidán.

 "La presión encubierta de la administración de Zelensky y la extrema derecha es probablemente mucho mayor de lo que hemos visto públicamente", comentó Katchanovski a The Grayzone. "El poder judicial de Ucrania no es independiente. El gobierno de Zelenski interfiere de forma rutinaria y abierta en los procedimientos, e incluso destituyó a todo el Tribunal Constitucional. Es una situación muy difícil para los jueces y el jurado. Hubo amenazas directas de la extrema derecha de condenar a los acusados".

 En consecuencia, algunos manifestantes heridos que inicialmente testificaron sobre la presencia de francotiradores en los edificios controlados por Maidan posteriormente revocaron sus relatos. Posteriormente admitieron que la fiscalía se reunió con ellos en privado, para discutir lo que habían dicho en el estrado de los testigos. Para Katchanovski, "esta es una prueba de que el encubrimiento llega a la cima del gobierno ucraniano".

 Muchos ucranianos, especialmente en el este, han mantenido esta misma sospecha desde que el gobierno nacionalista ucraniano posterior al golpe de Estado de Maidán adoptó una amplia gama de medidas Ley de amnistía en 2014. Esa legislación otorgó a los manifestantes de Maidán inmunidad general contra el enjuiciamiento por todos los delitos graves imaginables, incluidos el asesinato, el terrorismo y la toma del poder. La ley también prohibía la investigación oficial de cualquier agitador antigubernamental por estos crímenes, y ordenaba la destrucción de todas las pruebas pertinentes que se hubieran reunido previamente.

 Un funcionario de alto rango de la Fiscalía General de Ucrania ha Admitido que los fiscales encargados de la investigación y el juicio de la masacre de Maidán fueron seleccionados y nombrados de forma encubierta nada menos que por Pashinsky. Los esfuerzos para llevar a cabo una comisión parlamentaria para investigar los asesinatos fueron bloqueado por Petro Poroshenko, el presidente de Ucrania rabiosamente antirruso que sucedió al derrocado Yanukóvich en 2014.

 La manipulación oficial era comprensible, argumenta Katchanovski, dado lo fundamental que es la narrativa de Kiev sobre la masacre de Maidán para la legitimidad del gobierno ucraniano. El asesinato masivo de bandera falsa condujo directamente a Yanukovych, justificando la retirada de las fuerzas gubernamentales del centro de Kiev, la toma de edificios gubernamentales por parte de activistas de Maidan y la destitución inconstitucional del presidente por parte de la legislatura ucraniana.

 Todos estos acontecimientos allanaron el camino a la guerra civil de ocho años en el Donbás, que se cobró la vida de más de 14.000 personas y precipitó la invasión rusa en febrero de 2022. Para Katchanovski, el vínculo entre la masacre de bandera falsa y la guerra en curso en Ucrania es obvio. El veredicto, dice, lo deja aún más claro.

 Como represalia por sus investigaciones pioneras sobre la masacre de Maidán, la casa y la propiedad de Katchanovski fueron confiscadas ilegalmente por los tribunales locales en 2014 "con la participación de altos funcionarios". Sin embargo, el profesor sigue más decidido que nunca a llegar al fondo de la historia.

 "Algún día, la verdad de lo que sucedió será reconocida oficialmente, la única pregunta es cuándo", prometió. "El retraso en el reconocimiento y la falta de justicia en este caso ya le han costado muy caro a Ucrania. Hay muchos conflictos, incluida la guerra en curso, que se desencadenó a partir de la masacre de Maidán. Innumerables personas han sufrido innecesariamente como resultado. Ya es hora de la verdad y la reconciliación".

https://thegrayzone.com/2023/12/11/ukrainian-maidan-massacre-false-flag/


    Y  ver  ..La masacre de Maidan en Ucrania: revelaciones de juicios e investigaciones | afriKando (africando.org)

sábado, 9 de diciembre de 2023

El estado racista de Israel.

 

 “Nos enfrentamos a una ideología judía racista que se cree con licencia moral para matar”

ILAN PAPPÉ 

Chiara Cruciati 

(Sin Permiso) 8/12/2023

El sábado 25 de noviembre había una larga cola frente a la Biblioteca de la Universidad de Génova: cientos de personas esperaban para asistir a una charla con el historiador israelí Ilan Pappé, organizada por BDS Génova, Assopace y Tamu Edizioni. Pudieron entrar setecientas; el resto tuvo que quedarse fuera. Se trataba de un acto muy esperado con uno de los principales exponentes del mundo académico israelí y de un contrarrelato basado en investigaciones históricas irrefutables.

“La historia enseña que la descolonización no es un proceso fácil para el colonizador”, afirmó Pappé al término del largo debate. “Pierde sus privilegios, tiene que devolver las tierras ocupadas, tiene que renunciar a la idea de un Estado nacional monoétnico. Los pacifistas israelíes creen que un día se despertarán en un país igualitario y democrático. No será tan sencillo, los procesos de descolonización son dolorosos: la paz comienza cuando el colonizador acepta desbaratar sus propias instituciones, constitución, leyes, distribución de recursos. El día que termine la colonización de Palestina, algunos israelíes preferirán irse, otros se quedarán en un territorio libre en el que ya no serán carceleros de nadie. Cuanto antes se den cuenta los israelíes de esto, menos sangriento será este proceso. En cualquier caso, la historia siempre está del lado de los oprimidos, todo colonialismo está destinado a terminar”.

Chiara Cruciati, periodista de Il manifesto, entrevistó al profesor Pappé al margen del acto.

Durante años se ha hablado de la “gazificación” de Cisjordania: el asedio de Gaza como modelo para gestionar las islas palestinas en que Israel ha dividido Cisjordania. ¿Sucederá ahora lo contrario? ¿Se convertirá Gaza en Cisjordania?

No creo que Israel tenga un plan en este momento. Hay varias opciones. Una es la creación en Gaza de una especie de Área A- o B+ [Los Acuerdos de Oslo dividieron la región palestina de Cisjordania en tres sectores administrativos denominados Área A, Área B y Área C]: la idea de los “moderados”, como Gantz y Gallant, es confiar un trozo de la Franja a la Autoridad Nacional Palestina y crear una zona tampón de 5-7 kilómetros. Es una idea ridícula: Gaza apenas tiene 12 kilómetros de ancho en su parte más ancha. La otra opción, la de la ultraderecha gobernante, es una limpieza étnica lo más amplia posible, expulsando a los palestinos a Egipto, o como mínimo al sur de Gaza, y llevando a los colonos al norte. Es demasiado pronto para saber qué ocurrirá, al igual que es demasiado pronto para saber cómo reaccionará el mundo, si habrá una guerra en el norte con el Líbano, o si esto provocará una intifada en Cisjordania.

Tras negar la Nakba durante 75 años, hoy el Gobierno israelí la menciona abiertamente, habla de una Nakba 2023, de la necesidad histórica de la expulsión. Este abandono de toda moderación, incluso verbal, al plantear la limpieza étnica como solución, ¿de dónde procede?

Los que negaban la Nakba eran el centro y la izquierda. La derecha nunca la negó, sino todo lo contrario: estaban orgullosos de ella. Así que no es sorprendente que utilice este término. La otra razón es que Israel trata el 7 de octubre como un acontecimiento que lo ha cambiado todo; ya no siente que tenga que ser cauto en su discurso racista, al hablar de genocidio y limpieza étnica. Percibe el 7 de octubre como una luz verde para actuar.

Si el sionismo hubiera surgido hace siglos, posiblemente habría logrado eliminar a la población indígena, como en EEUU

El crecimiento gradual pero inexorable de la ultraderecha israelí en los últimos treinta años nos lleva a observar una evolución del sionismo de tendencia religiosa. Las declaraciones de miembros del Gobierno, empezando por Netanyahu, que invocan la Torá para justificar las barbaridades y las políticas de Ben Gvir y Smotrich, son un ejemplo de ello. ¿Qué es hoy el sionismo? ¿Se puede ver un proceso de implosión en esta evolución?

Antes incluso del 7 de octubre, no se trataba ya de sionismo. Iba más allá, hacia un judaísmo mesiánico. Esta gente, como los fanáticos islamistas, cree que tiene a Dios de su parte. Se trata de una evolución ideológica que ha dominado al sionismo pragmático y liberal, arrastrándolo consigo. Hoy nos enfrentamos a una ideología judía mesiánica, racista y fundamentalista que no sólo cree que Palestina pertenece sólo al pueblo judío (como afirmó Netanyahu con la Ley del Estado-Nación de 2018), sino que piensa que tiene licencia moral para matar y expulsar a todos los palestinos. Se trata de una evolución ideológica extremadamente peligrosa. Antes del 7 de octubre, la sociedad israelí ya experimentaba un choque abierto entre el sionismo secular y el sionismo religioso. Ese enfrentamiento resurgirá y demostrará que lo único que mantiene unidos a los israelíes es el rechazo a los palestinos. Para el sionismo, éste es el principio del fin: un proceso de veinte o treinta años en términos históricos. Ocurrirá porque se trata de una ideología colonialista en un mundo que va hoy en otra dirección. Si el sionismo hubiera surgido hace dos o tres siglos, probablemente habría logrado el objetivo de eliminar a la población indígena, como ocurrió en Australia y los Estados Unidos. Pero apareció en un momento en que el mundo ya había rechazado el concepto de colonialismo y los palestinos ya habían desarrollado su identidad nacional.

¿A qué se debe el giro a la derecha de la sociedad israelí tras el asesinato de Rabin y el impulso pacifista que anima a un amplio sector de la población?

Ser sionista liberal siempre ha sido problemático. Tienes que mentirte a ti mismo todo el tiempo, porque no se puede ser socialista y colonizador a la vez. La sociedad se cansó de ello, se dio cuenta de que tenía que elegir entre ser democrática y ser judía. Eligió la naturaleza judía. Decidió que la prioridad era establecer un Estado racista, en lugar de compartirlo con los palestinos. Era inevitable, una consecuencia lógica del proyecto sionista. El Israel de hoy es mucho más auténtico que el Israel de los años 90.

Ser sionista liberal implica mentirte a ti mismo todo el tiempo, no se puede ser socialista y colonizador a la vez

El 7 de octubre representó una ruptura traumática para la sociedad israelí. La cuestión palestina había quedado relegada a un segundo plano, “gestionada”, como suele decir Netanyahu. ¿Podría esta conmoción dar lugar a una toma de conciencia de la necesidad de una solución política?

Llevará tiempo. El futuro inmediato estará marcado por el odio y el impulso de venganza. Será difícil hablar de una solución de dos o un Estado. A largo plazo, sin embargo, es posible que Israel comprenda que los palestinos no van a ir a ninguna parte y no se van a quedar callados, haga lo que haga Tel Aviv. Mucho dependerá de Europa y Estados Unidos: si siguen sin ejercer ninguna presión, será difícil que se oigan las voces más razonables de Israel. La sociedad civil no es suficiente; necesitamos que cambien los responsables políticos. Este tipo de procesos llevan tiempo, pero es posible que de esta horrenda tragedia salga algo positivo. También dependerá de los palestinos, de si pueden unirse, de si se restablecerá la OLP. También hay diferencias entre ellos: los que viven en Cisjordania quieren el fin de la ocupación y la opresión, no están a favor de un Estado. Pero los que viven dentro de Israel lo quieren, al igual que los refugiados de la diáspora, para quienes un Estado significaría que podrían regresar.

La durísima campaña contra Gaza y el deseo declarado de expulsar a los palestinos ha provocado una reacción masiva de protestas públicas en todo el mundo y en los países del Sur global, en contraste con las posiciones de los Estados occidentales. ¿Estamos asistiendo a un cambio de paradigma a nivel mundial que tendrá efectos a medio y largo plazo?

Estamos asistiendo a un proceso de globalización de Palestina: una Palestina global que está formada por la sociedad civil, por ciudadanos, por movimientos tan diversos como los movimientos indígenas, Black Lives Matter, los feminismos: en otras palabras, todos los movimientos anticoloniales, que puede que sepan poco sobre la cuestión palestina, pero saben lo que significa la opresión. Esta Palestina global debe ser capaz de enfrentarse al Israel global, formado por los gobiernos occidentales y la industria militar. ¿Cómo hacerlo? Conectando las luchas contra las injusticias de todo el mundo en una única red. Aquí, en Italia, significa luchar contra el racismo.

Ilan  Pappé   es un  gran historiador israelí


 https://www.sinpermiso.info/textos/ilan-pappe-entre-ser-una-democracia-o-un-estado-judio-israel-eligio-lo-segundo

Fuente: Il manifesto global

miércoles, 6 de diciembre de 2023

El laboratorio de Palestina

                                                                           


 

Israel clausura su laboratorio humano en Gaza

Por Chris Hedges

  | 25/11/2023  

El Cairo, Egipto:

 Los palestinos son ratas de laboratorio humanas para el ejército, los servicios de inteligencia y las industrias de armamento y tecnología israelíes. Los drones, la tecnología de vigilancia israelí –incluyendo el software espía, los programas de reconocimiento facial y la infraestructura de biometría– junto con vallas inteligentes, bombas experimentales y ametralladoras controladas por inteligencia artificial, se prueban contra la población cautiva de Gaza, a menudo con resultados letales. A continuación, estas armas y tecnologías se certifican como «probadas en combate» y se venden en todo el mundo.

Israel es el 10º mayor traficante de armas del planeta y vende su tecnología y armamento a unas 130 naciones, incluidas dictaduras militares de Asia y América Latina. Las ventas de armas israelíes ascendieron a 12.500 millones de dólares el año pasado. Su estrecha relación con estas agencias militares, de seguridad interna, de vigilancia, de recopilación de inteligencia y de aplicación de la ley, explica el apoyo fulgurante que los aliados de Israel prestan a su campaña genocida en Gaza. Cuando el presidente colombiano Gustavo Petro se negó a condenar el ataque del 7 de octubre de los grupos de resistencia palestinos como un «ataque terrorista» y dijo que «el terrorismo está matando a niños inocentes en Palestina», Israel detuvo inmediatamente todas las ventas de equipos de defensa y seguridad a Colombia. Esta cábala global, dedicada a la guerra permanente y a mantener a sus poblaciones vigiladas y controladas, factura cientos de miles de millones de dólares al año. Estas tecnologías están consolidando un totalitarismo corporativo supranacional, un mundo en el que las poblaciones están esclavizadas de formas que los regímenes totalitarios del pasado sólo podían imaginar.

El ataque genocida a Gaza es un capítulo más de la limpieza étnica que lleva a cabo desde hace un siglo el proyecto colonial de colonos israelí. Va acompañado, como ocurre con todos los proyectos coloniales, por el expolio de los recursos naturales, el agua, la tierra y el gas natural de los campos marítimos de Gaza, a veinte millas náuticas de la costa, los cuales contienen más de 300 billones de metros cúbicos de gas natural. En un mundo de recursos cada vez más escasos, especialmente el agua en Oriente Próximo, y de desplazamientos causados por la crisis climática, Gaza es el preludio a un aterrador nuevo orden mundial. A medida que la democracia se debilita y muere, la desigualdad económica se amplía y la pobreza y la desesperación aumentan, la clase dirigente mundial hará con todos nosotros –cuando nos inquietemos e intentemos rebelarnos– lo que les está haciendo a los palestinos.

No hay mucha distancia entre Gaza y los campos y centros de detención creados para los migrantes que huyen a Europa desde África y Oriente Próximo. No está muy lejos el bombardeo de Gaza de las interminables guerras en Oriente Próximo y el Sur global. No son muy distintas las leyes antiterroristas utilizadas para criminalizar la disidencia en Israel de las leyes antiterroristas introducidas en Europa y Estados Unidos.

El 7 de octubre los palestinos de Gaza escaparon de su jaula de laboratorio. Se enfrascaron en una orgía sangrienta contra sus sádicos amos. Casi 12.000 palestinos han sido asesinados y 30.000 heridos (incluyendo 4.700 niños)* desde el 7 de octubre en el huracán de proyectiles, balas, bombas y misiles que están convirtiendo Gaza en un paisaje lunar. Cerca de 30.000 palestinos están desaparecidos o enterrados bajo los escombros. Pronto los palestinos se verán convulsionados por las enfermedades infecciosas y el hambre. Los que sobrevivan, si Israel tiene éxito en su limpieza étnica, se convertirán en refugiados, una vez más, al otro lado de la frontera, en Egipto. Quedan muchos palestinos para experimentar con ellos en Cisjordania. Se acabaron los negocios en Gaza.

Israel, que no es signatario del Tratado sobre el Comercio de Armas, lleva mucho tiempo suministrando armamento a algunos de los regímenes más atroces del planeta, como el gobierno del apartheid de Sudáfrica y Myanmar. India es el mayor comprador de drones militares de Israel. Israel proporcionó drones, misiles y morteros a Azerbaiyán para su invasión y ocupación de Nagorno-Karabaj, que desplazó a 100.000 personas, más del 80% de la etnia armenia del enclave. Israel vendía napalm y armas al ejército salvadoreño, así como al régimen asesino del general José Efraín Ríos Montt en Guatemala, cuando cubrí las guerras de la década de los 80 en Centroamérica. Los subfusiles Uzi de fabricación israelí eran las armas preferidas de los escuadrones de la muerte centroamericanos. Israel también vendió armas a los serbios de Bosnia, a pesar de las sanciones internacionales, cuando cubrí la guerra de Bosnia en la década de los 90, un conflicto que se cobró la vida de 100.000 personas.

«Israel es un actor clave en la estrategia de la UE para militarizar sus fronteras y disuadir nuevas llegadas, una política que se aceleró enormemente después de la afluencia masiva de migrantes en 2015, principalmente debido a las guerras en Siria, Irak y Afganistán», escribe Anthony Loewenstein en «El laboratorio de Palestina: Cómo Israel exporta la tecnología de la ocupación por todo el mundo». «La UE se ha asociado con las principales empresas de defensa israelíes para utilizar sus drones y, por supuesto, los años de experiencia en Palestina son un argumento clave para la venta».

«Las similitudes entre la frontera que separa a Estados Unidos de México y el muro de Israel a través de los territorios ocupados crecen año tras año», escribe. «Uno inspira al otro, con las empresas tecnológicas siempre buscando nuevas formas de apuntar y capturar a los supuestos enemigos. En EE.UU. el uso de herramientas de vigilancia de alta tecnología para controlar la frontera fue respaldado tanto por republicanos como por demócratas. Durante los años de Trump, la empresa Brinc, apoyada por el multimillonario Peter Theil, ensayó la posibilidad de desplegar drones armados que dispararían a los migrantes con una pistola paralizante a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México».

Los drones Heron TP «Eitan», fabricados por Israel Aerospace Industries –la mayor empresa aeroespacial y de defensa de Israel y el mayor exportador de armas del país– son utilizados por Frontex, la agencia europea de la guardia de fronteras y costas, para vigilar y disuadir a las embarcaciones de inmigrantes y refugiados en el Mediterráneo. Los drones, que vuelan hasta 40 horas seguidas, pueden modificarse para transportar cuatro cohetes Spike con vainas de fragmentación de miles de cubos de tungsteno de 3 mm que perforan el metal y «provocan el desgarro de los tejidos de la carne», en esencia, despedazan a la víctima. Se utilizan habitualmente contra los palestinos.

«Es casi imposible cruzar el Mediterráneo [como migrante]», dijo a Loewenstein Felix Weiss, de la ONG alemana Sea-Watch. «Frontex se ha convertido en un actor militarizado, su equipamiento procede de zonas de guerra», añadió.

Elbit Systems, la mayor empresa privada de armamento de Israel, suministra a la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos (acrónimo: CBP) torres de vigilancia de alta tecnología que utiliza a lo largo de la frontera con México. También suministró a la CBP su avión no tripulado Hermes en 2004 para probar la viabilidad de su uso en la frontera.

Pegasus, una herramienta de espionaje telefónico producida por la agencia de ciberinteligencia israelí NSO Group, fue utilizada por los cárteles de la droga mexicanos para atacar a la periodista Griselda Triana, después de que su marido Javier Valdez Cárdenas, también reportero de investigación, fuera asesinado en 2017. El gobierno mexicano está directamente implicado en la persecución de periodistas y miembros de la sociedad civil con el programa espía Pegasus, según la investigación y el análisis del Citizen Lab de Canadá. Después de que el reportero Jamal Khashoggi fuera asesinado y descuartizado en el consulado saudí en Estambul en octubre de 2018, se descubrió que un cliente de NSO tenía como objetivo el teléfono de su prometida, Hanan Elatr. Pegasus transforma un teléfono móvil en un dispositivo de vigilancia móvil, con micrófonos y cámaras activados sin el conocimiento del usuario.

El agua de mofeta**, un líquido de olor pútrido, se probó y perfeccionó en palestinos, a menudo con equipos de filmación israelíes que grababan los ataques para mostrar a los clientes potenciales la eficacia del producto químico.

«Las fuerzas israelíes riegan habitualmente barrios palestinos enteros con agua de mofeta, rociándola deliberadamente en domicilios particulares, empresas, escuelas y funerales, practicando lo que el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem denomina ‘una medida punitiva colectiva’ contra los pueblos palestinos que participan en protestas contra la violencia colonial de Israel», informó The Electronic Intifada en 2015. Ese mismo año, el Departamento de Policía Metropolitana de San Luis compró 14 botes de agua de mofeta para utilizarlos contra los manifestantes tras las protestas que estallaron cuando la policía mató al adolescente afroamericano desarmado Michael Brown en Ferguson (Misuri).

Israel ha creado un sofisticado sistema de reconocimiento facial, Red Wolf (Lobo Rojo), para fichar a todos los palestinos de los territorios ocupados. La tecnología «se utiliza ampliamente» para «consolidar las prácticas existentes de actuación policial discriminatoria, segregación y restricción de la libertad de circulación, violando los derechos básicos de los palestinos», explica Amnistía Internacional en su reciente informe titulado «Apartheid automatizado«. El medio de investigación francés Disclose reveló que la policía francesa lleva ocho años utilizando ilegalmente software de reconocimiento facial proporcionado por la empresa tecnológica israelí BriefCam. La tecnología de BriefCam permite a los usuarios «detectar, rastrear, extraer, clasificar [y] catalogar» a las personas «que aparecen en las grabaciones de videovigilancia en tiempo real».

Las ametralladoras AI, fabricadas por la empresa israelí Smartshooter, pueden disparar granadas aturdidoras y balas  de goma, así como gases lacrimógenos. Se perfeccionaron en ensayos contra los palestinos en Cisjordania. Smartshooter obtuvo recientemente un contrato para suministrar al ejército británico su «sistema automático de puntería y disparo» Smash, que puede acoplarse a armas pequeñas como fusiles automáticos.

Israel, según Jeff Halper en su libro «War Against the People» (La guerra contra el pueblo), está a la vanguardia  de los proyectos de soldados cíborg y ha desarrollado un sistema de radar que ve a través de las paredes. Como explica The Electronic Intifada, el complejo militar-industrial de Israel ha construido «un tanque llamado Crueldad, un dron de 20 gramos con forma de mariposa, una embarcación sigilosa llamada Tiburón de la Muerte, una serie de armas con nombres de insectos o fenómenos naturales (avispones biónicos, polvo inteligente, drones libélula y microrobots Smart Dew), insectos cibernéticos, un centro de entrenamiento de ‘guerra urbana’ de 600 edificios apodado Chicago y una bomba de un megatón con capacidad de impulso electromagnético».

Harper señala que durante la ocupación de Irak, el ejército estadounidense reprodujo las tácticas utilizadas por Israel contra los palestinos. Construyó una barrera de seguridad alrededor de la Zona Verde de Bagdad, impuso cierres en ciudades y pueblos, llevó a cabo asesinatos selectivos, copió las técnicas de tortura israelíes y utilizó puestos de control y controles de carretera para aislar ciudades y pueblos.

Israel entrena y equipa a las fuerzas policiales estadounidenses, enseñándoles tácticas agresivas, respaldadas por armamento y vehículos militares pesados, que se utilizaron en Ferguson y Atlanta durante los enfrentamientos de la policía con los activistas que protestaban contra Cop City***.

Halper llama a esto la «palestinización» de los conflictos mundiales.

«Como hay tantas empresas israelíes involucradas en el mantenimiento de la infraestructura que rodea a la ocupación, estas compañías encontraron formas innovadoras de vender sus servicios al Estado, probar la última tecnología en palestinos y luego promocionarlos en todo el mundo», explica Loewenstein. Y aunque «las industrias de defensa están cada vez más en manos privadas», tras décadas de privatización neoliberal, «siguen actuando como una extensión de la agenda de política exterior de Israel, apoyando sus objetivos y su ideología a favor de la ocupación”.

La clase dirigente mundial contrarrestará las fuerzas desestabilizadoras contra la desigualdad, el recorte de las libertades civiles, el colapso de las infraestructuras, el fracaso de los sistemas sanitarios y la creciente escasez provocada por una crisis climática que se acelera, tachando de «animales humanos» a todos los que se resistan. Este nuevo orden mundial comenzó en Gaza. Terminará llegando en casa.

N. del T.:

*Las cifras son del 17 de noviembre, cuando el artículo fue publicado originalmente. A 23 de noviembre, el número de muertos palestinos asciende a 14.100 (5.840 niños) y el de heridos a 32.850, sin contar los 225 palestinos asesinados en Cisjordania por el ejército israelí.

**: Los palestinos que han sido rociados con este compuesto lo describen como “una mezcla de excrementos, gases pestilentes y un asno en descomposición”. Fue creado por la empresa israelí Odortec y empleado por primera vez por el ejército israelí en la Cisjordania ocupada en 2008.

*** Cop City, la Ciudad de la Policía, es una instalación en proceso de construcción en Atlanta (EE.UU.) para entrenar a fuerzas policiales y militares contra la guerrilla urbana.

Fuente: https://chrishedges.substack.com/p/israel-is-shutting-down-its-human

Chris Hedges es un periodista estadounidense ganador del Premio Pulitzer. Fue durante 15 años corresponsal en el extranjero para The New York Times, ejerciendo como jefe para la oficina de Oriente Próximo y la  de los Balcanes

 Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo .

https://rebelion.org/israel-clausura-su-laboratorio-humano-en-gaza/...

                                                                                       

 

NOTA DEL BLOG .-

Yuval Abraham 5/12/2023

 “La autorización extendida del ejército israelí para bombardear objetivos no militares; la relajación de las limitaciones impuestas en cuanto a las muertes de civiles previstas, y el uso de un sistema de inteligencia artificial para generar más objetivos potenciales que nunca parecen haber contribuido a la naturaleza destructiva de las fases iniciales de la presente guerra de Israel en la Franja de Gaza, según revela una investigación de +972 Magazine y Local Call. Es probable que estos factores, como explican miembros y exmiembros de los servicios de inteligencia israelíes, hayan contribuido a producir una de las campañas militares más mortíferas contra los palestinos desde la Nakba de 1948.

 […] Varias fuentes, que hablaron con +972 y Local Call con la condición de respetar su anonimato, confirmaron que el ejército israelí tiene ficheros de la inmensa mayoría de objetivos potenciales en Gaza –incluyendo viviendas– que estipulan el número de civiles que es probable que mueran en un ataque a un objetivo en particular. El número se calcula y lo conocen con antelación las unidades de inteligencia del ejército, que también conocen con seguridad poco antes de llevar a cabo un ataque cuántos civiles más o menos van a morir.

 […] “Nada ocurre por accidente”, señala otra fuente. “Cuando una niña de tres años muere en una casa en Gaza, es porque alguien en el ejército ha decidido que no pasaba nada por matarla, que era un precio que merecía la pena pagar para alcanzar [otro] objetivo. Nosotros no somos Hamás. No disparamos cohetes sin apuntar. Todo es intencionado. Sabemos exactamente cuánto daño colateral hay en cada casa”.”

 Artículo completo:

 https://ctxt.es/es/20231201/Politica/44958/Yuval-Abraham-972-Magazine-Local-Call-gaza-muertos-palestina-habsbora-ia-inteligencia-artificial.htm




martes, 5 de diciembre de 2023

¿Comerciar con el terror?

Una investigación señala que inversores conocían con antelación el ataque de Hamás a Israel y lo aprovecharon en Bolsa

Daniel Yebra

5 de diciembre de 2023 22:39h

 Una investigación publicada este lunes en Estados Unidos señala que algunos inversores conocían con antelación el ataque de Hamás a Israel y sacaron provecho en bolsa. Poco después de conocerse este informe, la agencia Reuters recogió que las autoridades israelíes están comprobando estos hechos, que han detectado Robert J. Jackson, Jr., de la Universidad de Nueva York, y Joshua Mitts, de la Universidad de Columbia.

 La investigación —titulada “Trading on terror? (1) apunta a que inversores desconocidos sabían que Hamás tenía un plan para ejecutar un atentado en Israel el 7 de octubre y a que habrían utilizado esta información en los días previos para “ponerse cortos” en empresas cotizadas del país atacado y obtener ganancias con estas operaciones.

 Traducido de la jerga financiera, ponerse cortos o bajistas significa apostar contra las acciones de empresas concretas, esperando que caigan. Es una operación que ciertos inversores realizan cuando consideran que una compañía va a tener problemas y que el precio de sus títulos va a descender. Es decir, consiste en anticiparse a las pérdidas de una empresa en bolsa y aprovecharse de ellas en beneficio propio.

 Apostar en corto es una práctica legal y habitual de grandes fondos especuladores, conocidos como 'hedge funds' [fondos de cobertura], pero está extendida a todos los agentes que participan en los mercados financieros. La ortodoxia económica defiende que estas apuestas bajistas sirven para “identificar debilidades y desinflar burbujas”, según palabras de la CNMV de España.

Es habitual que firmas de inversión como Goldman Sachs lancen recomendaciones públicas sobre posiciones bajistas en una empresa o en un índice, como podría ser el Ibex 35. Da igual que las pérdidas de las compañías sean consecuencia de una crisis económica o que se traduzcan en despidos masivos. Tampoco importa que tengan que ver con un conflicto bélico y con miles de asesinatos, como en el caso actual que han estudiado Robert J. Jackson, Jr. y Joshua Mitts.

 Tras el ataque de Hamás, la mayoría de compañías israelíes efectivamente cayeron en bolsa, al desencadenarse inmediatamente una guerra que ya dura casi 2 meses y que ha provocado una grave crisis humanitaria en el territorio palestino de la Franja de Gaza. El índice Tel Aviv Stock Exchange [TASE, que reúne a las empresas más negociadas de Israel, al igual que lo hace el Ibex 35 en España] llegó a hundirse un 23% desde el 5 de octubre al día 26 de ese mismo mes.

 En su informe, los investigadores de la Universidad de Nueva York y de la Universidad de Columbia documentan “un aumento significativo de las posiciones cortas [short-selling, en inglés] en decenas de empresas israelíes que cotizan en Tel Aviv” en las semanas previas al atentado.

 Robert J. Jackson, Jr. y Joshua Mitts señalan especialmente a Banco Leumi, uno de los principales valores del índice TASE. Según han detectado, se registraron “4,43 millones de posiciones cortas sobre él durante el período del 14 de septiembre al 5 de octubre, que generaron ganancias de 30 millones de séqueles [7,5 millones de euros, aproximadamente, al cambio actual]”.

 “Las posiciones cortas de ese día superaron con creces las que se produjeron durante muchos otros períodos de crisis, incluida la recesión posterior a la crisis financiera, la guerra entre Israel y Palestina de 2014 y la pandemia de COVID-19”, añaden los investigadores estadounidenses. “Nuestros hallazgos sugieren que inversores que tenían información sobre los ataques del 7 de octubre, antes de que ocurrieran, se beneficiaron de estos trágicos sucesos”, concluyen.

 Sin duda, una de las caras más inhumanas y codiciosas de los mercados financieros es la reacción de ciertos inversores ante las crisis geopolíticas y los conflictos bélicos. Aquello de que “la guerra no es buena para nadie” nunca fue exactamente así. En el ensayo Los mongoles en Bagdad, el economista José Luis Sampedro resumía así las ventajas económicas de una guerra “para quienes se la administran”: “Los agentes de bolsa recomiendan comprar acciones de empresas de armamento mientras dura y luego acciones de constructoras para la reconstrucción”.

 Esta es un hecho que se ha repetido históricamente, y que también se está dando ahora. Distintas empresas armamentísticas han subido en bolsa tras el inicio de la guerra entre Israel y Hamás. Por ejemplo, las acciones de la estadounidense Lockheed Martin han ganado cerca de un 13% desde el atentado terrorista que desencadenó el conflicto. Solo en la sesión posterior al ataque se dispararon un 9%. Otro grupo norteamericano del sector, Raytheon Technologies, acumula ganancias del 20%. Lo mismo ocurre con Northrop Grumman y General Dynamics o con las francesas Dassault Aviation y Thales, la italiana Leonardo, la británica BAE Systems o las alemanas MTU Aero Engines y Rheinmetall AG.

 Un pico de apuestas bajistas el 2 de octubre

Pero las posiciones cortas detectadas por los investigadores de la Universidad de Nueva York y de Columbia afloran un grado más de crueldad en los mercados financieros. Entre las principales evidencias de su informe destaca un pico de apuestas bajistas (apuestas a que iban a sufrir pérdidas) sobre empresas cotizadas de Israel “el martes 2 de octubre, pocos días antes del ataque” de Hamás.

 Gráfico de la investigación de Robert J. Jackson Jr. y Joshua Mitts en el que muestran un pico de posiciones cortas sobre empresas cotizadas en Israel el 2 de octubre, días antes del ataque de Hamás. Estas apuestas bajistas esperaban que las acciones de las compañías israelíes sufrieran pérdidas, como finalmente ocurrió tras el atentado.

“El pico es tan alto (más de 200.000 acciones) que es difícil ver los demás valores en el gráfico, que rara vez superan las 10.000 acciones”, explican Robert J. Jackson, Jr. y Joshua Mitts. De acuerdo con la misma investigación, solo el 3 de abril se superaron los niveles de posiciones cortas del 2 de octubre sobre empresas de Israel. Recientemente, se ha sabido que Hamás planeó ejecutar otro gran ataque el 5 de abril, aunque finalmente no lo hizo hasta octubre.

 Aunque menores, el informe documenta otros picos llamativos durante 2023, sobre los que no aporta una interpretación. En declaraciones concedidas a la CNN, Joshua Mitts advirtió que “solo estamos viendo la punta del iceberg. Hay muchas más cosas que no podemos detectar pero que los reguladores deberían considerar”. Otros investigadores consultados por elDiario.es coinciden en que se trata de un trabajo “serio pero preliminar”.

 El profesor de Universidad de Columbia añadió que él y Robert J. Jackson, su coautor, están “muy seguros” de que la actividad comercial es “excepcional” y “extraordinaria” en comparación con más de una década de negociación. “Vincularlo con Hamás es muy especulativo y no estamos sugiriendo esto. Existe una amplia gama de posibilidades”, concluye.

La agencia Reuters recoge que “las autoridades israelíes están investigando esta afirmación”, publicada este lunes por Robert J. Jackson Jr., de la Universidad de Nueva York, y Joshua Mitts, de Columbia .

https://www.eldiario.es/economia/investigacion-senala-inversores-conocian-antelacion-ataque-hamas-israel-aprovecharon-bolsa_1_10743676.html

 

 

Nota  (1) Jackson, Jr., Robert J. y Mitts, Joshua, ¿Comerciando con el terror? (4 de diciembre de 2023). Disponible en SSRN: https://ssrn.com/abstract=4652027 o http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4652027

https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=4652027

viernes, 1 de diciembre de 2023

Todos perdedores

 

                                                             


Todos perdedores

 Wolfgang Streeck (1)

 3 MAR 2022

 ( Un artículo antiguo  pero bien clarificador )

La unidad occidental está de vuelta. Cuando Europa occidental vuelve a “Occidente”, la Unión Europea es reducida a una entidad de prestación de servicios de apoyo geoeconómico en beneficio de la OTAN, es decir, de Estados Unidos.

Explicar el descenso del sistema de Estados europeo a la barbarie de la guerra por primera vez desde el bombardeo de Belgrado por la OTAN en 1999 precisa de algo más que de un psiquiatra lego. ¿Qué hizo que Rusia y “Occidente” se involucraran en un interminable juego de forcejeo al borde del abismo que finalmente ha precipitado a ambos contendientes al fondo del mismo? A medida que transcurren estas monstruosas semanas, comprendemos mejor que nunca lo que Grasmci ha debido entender por interregno: una situación “en la que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer” durante la cual “aparece una innumerable variedad de síntomas enfermizos”, como el de países poderosos entregando su futuro a las incertidumbres de un campo de batalla envuelto por la niebla de la guerra.

 Nadie sabe en estos momentos cómo terminara la guerra en torno a Ucrania ni cuánta sangre se verterá para concluirla. Lo que sí podemos intentar, sin embargo, es reflexionar sobre cuáles han podido haber sido las razones —no olvidemos que los seres humanos tienen razones, por muy absurdas que estas puedan parecer a quienes los observan— que han llevado a Estados Unidos y Rusia a este intransigente y arrogante enfrentamiento belicoso. Este es el cuadro: una confrontación creciente en el curso de la cual se evaporan con celeridad las posibilidades de que cada una de las partes se halle en condiciones de aceptar dignamente otra cosa que la victoria total, lo cual termina con el criminal asalto de Rusia contra un país vecino con el cual ha compartido en otro momento la pertenencia a un Estado común.

 En este escenario encontramos paralelismos notables, así como también asimetrías obvias, dado que tanto Rusia como Estados Unidos se enfrentan desde hace mucho tiempo a un progresivo declive de su orden social nacional, así como de su posición internacional, lo cual les hace pensar que deben detenerlo en estos momentos so pena de que se prolongue indefinidamente. En el caso ruso, lo que observamos es un régimen tanto estatista como oligárquico, que se enfrenta al creciente malestar de su ciudadanía, rico en petróleo y en corrupción, que es incapaz de mejorar la vida de la gente corriente mientras sus oligarcas amasan una ingente riqueza y que se halla inclinado a utilizar métodos dictatoriales severos contra todo tipo de protestas organizadas. No depender únicamente de la fuerza bruta, algo no especialmente atractivo, exige estabilidad, la cual deriva de la prosperidad económica y del progreso social, que se hallan supeditados en este caso a la demanda global del petróleo y del gas que Rusia debe vender. Ello requiere, sin embargo, el acceso a los mercados financieros y la adquisición de tecnología avanzada, todo lo cual Estados Unidos había comenzado a negarle desde hace algún tiempo.

 Algo similar sucede con la seguridad exterior, dado que durante las dos últimas décadas Estados Unidos y la OTAN han penetrado política y militarmente en lo que Rusia, realmente familiarizada con las incursiones extranjeras, considera su cordon sanitaire. Los intentos de Moscú de negociar en este ámbito han conducido a que la Rusia postsoviética haya sido tratada por Washington del mismo modo que su predecesora, la Unión Soviética, con el fin último de lograr que se produzca un cambio de régimen en la misma. Todos los intentos efectuados para poner punto final a este sometimiento han acabado en nada; la OTAN ha avanzado cada vez más, instalando recientemente misiles de alcance medio en Polonia y Rumanía, mientras Estados Unidos ha tratado a Ucrania como si fuera territorio propio, como atestiguan las declaraciones virreinales de Victoria Nuland [subsecretaria de Estado de Asuntos Políticos] sobre quién debería dirigir el gobierno de Kiev.

  En un determinado momento, el régimen ruso concluyó evidentemente que la imparable erosión, interna y externa, continuaría imperturbable su curso a no ser que se optará por una acción decisiva, que pusiera fin a este deterioro. Lo que se produjo a continuación fue la acumulación de fuerzas militares en torno a Ucrania durante la primavera de 2021 acompañada por la demanda de un compromiso formal por parte de Washington de respetar de ahora en adelante los intereses de seguridad rusos todo ello con la pretensión de desencadenar un conflicto abierto en vez de librar uno latente, quizá con la esperanza de movilizar el patriotismo ruso que en otro momento derrotó a los alemanes.

 Si nos ocupamos del lado estadounidense, encontramos un resentimiento que se remonta a principios de la década de 2000, una vez que Yeltsin, el hombre sobre el terreno de Estados Unidos tras el hundimiento de la Unión Soviética, cediera la hacienda a Vladimir Putin en la estela del desastre social y económico causado por la “terapia de choque” aconsejada por el socio estadounidense. El intento de Putin de que Rusia se incorporase a la OTAN bajo los auspicios del Nuevo Orden Mundial fue rechazado y ello a pesar de todos sus esfuerzos para ayudar a Washington en su invasión de Afganistán. Las objeciones rusas a la ampliación de la OTAN en 2004 –que entonces amenazaba su frontera noroccidental– se toparon con la declaración de Bush y Blair a favor de la política de puertas abiertas brindada a Georgia y Ucrania en la cumbre de Bucarest celebrada en 2008.

El establishment político estadounidense, dirigido entonces por el ala del Partido Demócrata capitaneada por Hillary Clinton, comenzó a tratar a Rusia como a un Estado fallido, concediéndole un trato similar al dado a cualquier otro país que se hubiera zafado del control estadounidense como, por ejemplo, Irán. Incluso la elección de Trump en 2016 fue atribuida a maquinaciones rusas encubiertas por parte del partido perdedor, lo cual abortó políticamente los intentos iniciales del nuevo presidente de lograr algún tipo de acomodo con Rusia (¿Recuerdan ustedes su inocente pregunta de por qué todavía existía la OTAN tres décadas después del fin del comunismo?). Al final de su mandato y para reparar daños con el Estado profundo estadounidense y con los votantes, Trump optó por volver a la bien rodada senda antirrusa.

 Para Putin, habiendo ido tan lejos como había ido, la elección se planteaba sin contemplaciones entre la escalada y la capitulación. Fue en este momento cuando el método mutó en locura

Para el sucesor de Trump, Biden, como para Obama-Clinton, Rusia se ofrecía como un conveniente archienemigo, tanto doméstica como internacionalmente: pequeña económicamente, pero dispuesta a retratarse como grande por mor de sus armas nucleares. Tras el debacle mediático de la retirada estadounidense de Afganistán gestionada por Biden, mostrar una posición de fuerza frente a Rusia parecía un camino seguro para exhibir el músculo estadounidense, lo cual forzaría a los Republicanos a unirse detrás de Biden como el líder del “mundo libre”  resucitado. Washington retomó la diplomacia de la intimidación y rechazó categóricamente toda negociación en torno a la expansión de la OTAN. Para Putin, habiendo ido tan lejos como había ido, la elección se planteaba sin contemplaciones entre la escalada y la capitulación. Fue en este momento cuando el método mutó en locura y comenzó la criminal y estratégicamente desastrosa invasión terrestre de Ucrania por parte de Rusia.

 Para Estados Unidos rechazar las demandas referidas a las garantías de seguridad exigidas por Rusia era un modo conveniente de fortalecer la lealtad incondicional de los países europeos de la OTAN, una alianza que se había tambaleado en los últimos años. Ello concernía sobre todo a Francia, cuyo presidente había diagnosticado recientemente a la Alianza “en estado de coma”, pero también a Alemania con su nuevo gobierno, cuyo partido dirigente, el SPD, era considerado demasiado amigo de Rusia. Rondaba también el asunto pendiente del nuevo gaseoducto, el Nord Stream 2. Merkel, en tándem con Schröder, había invitado a Rusia a construirlo, confiando en colmar así el déficit existente en el suministro energético alemán causado previsiblemente por el Sonderweg del país tras su decisión de abandonar el carbón y la energía nuclear. Estados Unidos se opuso al proyecto, al igual que lo hicieron otros muchos actores en Europa, incluidos los Verdes alemanes. Entre las razones de esa oposición se contaban los temores ante el hecho de que el gaseoducto incrementaría la dependencia de Europa de Rusia y que su construcción haría imposible que Ucrania y Polonia interrumpieran el suministro del gas ruso, si Moscú eventualmente se comportara de un modo incorrecto.

 La confrontación en torno a Ucrania, al restaurar la lealtad europea al liderazgo estadounidense, resolvía instantáneamente este problema. Al albur de la desclasificación de determinados documentos de la CIA, la denominada “prensa de calidad” europea, por no mencionar a los sistemas de radiodifusión públicos, presentaron la situación en rápido deterioro como una lucha maniquea entre el bien y el mal, los Estados Unidos de Biden contra la Rusia de Putin. Durante las semanas finales de Merkel, el gobierno estadounidense disuadió al Senado de optar por imponer duras sanciones contra Alemania y los gestores del Nord Stream 2 a cambio de que la primera accediera a incluir el gaseoducto en un posible futuro paquete de sanciones. Tras el reconocimiento ruso de las dos provincias orientales separadas de facto de Ucrania, Berlín pospuso formalmente la certificación reguladora del gaseoducto, lo cual no fue considerado suficiente. En la conferencia de prensa celebrada en Washington tras la visita del nuevo canciller alemán, Biden anunció, con Scholz situado a su lado, que si fuera necesario el oleoducto se incluiría definitivamente en el paquete de sanciones ante el silencio de este. Pocos días más tarde, Biden aceptó el plan del Senado al que previamente se había opuesto. Después, el 24 de febrero, la invasión rusa obligó a Berlín a hacer de motu proprio lo que de otro modo había sido hecho por Washington en nombre de Alemania y de Occidente: enterrar el gaseoducto de una vez por todas.

 Los gobiernos europeos otorgaron a Estados Unidos, un declinante imperio realmente alejado de Europa, el poder absoluto de representación a la hora de tratar con Rusia

Así pues, la unidad occidental estaba de vuelta, jaleada por el aplauso jubiloso de los comentaristas locales, agradecidos por el retorno de las certidumbres transatlánticas de la Guerra Fría. La perspectiva de entrar en batalla en alianza con la ejército más formidable de la historia mundial eliminó al instante los recuerdos de los recientes meses anteriores, cuando Estados Unidos abandonó sin prácticamente aviso previo no solo Afganistán sino también a las tropas auxiliares movilizadas por su aliados de la OTAN en apoyo de la en otro momento actividad estadounidense predilecta, la “construcción de naciones”. No importó tampoco la apropiación por parte de Biden de la práctica totalidad de las reservas del banco central afgano, que rondaban los 7,5 millardos de dólares, para ser distribuidas entre los afectados por el atentado del 11S (y sus abogados), mientras Afganistán sufre una hambruna de proporciones nacionales. Olvidado quedó también el desastre legado por las recientes intervenciones estadounidense en Somalia, Iraq, Siria y Libia y la absoluta destrucción, seguida por un abandono expeditivo, de enteros países y regiones.

 Ahora se trata una vez más de “Occidente”, la Tierra Media luchando contra Mordor, para defender a un valiente pequeño país que solo quiere “ser como nosotros” y para ello únicamente desea cruzar los umbrales de las puertas de la Unión Europea y de la OTAN y ser admitido en el seno de ambas organizaciones. Los gobiernos europeo-occidentales suprimieron debidamente el resto de recuerdos de la rudeza, firmemente arraigada, de la política exterior estadounidense, inducida por el mero tamaño del país y por su localización en una isla continental a la que nadie puede alcanzar con independencia de los desastres que produzca cuando sus aventuras militares se tuercen. Y, sorprendentemente, estos gobiernos otorgaron a Estados Unidos, un declinante imperio realmente alejado de Europa, que tiene intereses diferentes a los europeos y que se enfrenta a innumerables problemas propios, el poder absoluto de representación a la hora de tratar con Rusia sobre nada menos que el futuro del sistema de Estados europeo.

 

Y, ¿qué decir de la Unión Europea? Dicho sintéticamente, cuando Europa occidental vuelve a “Occidente”, la Unión Europea es reducida a una entidad de prestación de servicios de apoyo geoeconómico en beneficio de la OTAN, es decir, de Estados Unidos. Los acontecimientos acaecidos en torno a Ucrania están poniendo en evidencia más que nunca que para Estados Unidos la Unión Europea es esencialmente una fuente de regulación económica y política dirigida a los Estados que deben ayudar a “Occidente” a circundar a Rusia por su flanco occidental. El mantenimiento en el poder de gobiernos proestadounidenses en los antiguos Estados satélites soviéticos, lo cual puede ser costoso, dota de atractivo al reparto de cargas a tenor del cual “Europa” paga el pan, mientras Estados Unidos proporciona la capacidad de fuego o la imaginación de la misma. Esto convierte a la Unión Europea, en efecto, en un auxiliar económico de la OTAN. Entretanto, los gobiernos europeo-orientales se sienten más felices confiando en Washington para su defensa que en París y Berlín, dada la probada facilidad para desenfundar del primero y la segura lejanía de su base de operaciones patria. A cambio de la protección estadounidense implementada mediante la OTAN, así como gracias al patronazgo estadounidense en su relación con la Unión Europea, países como Polonia y Rumanía albergan misiles estadounidenses supuestamente instalados allí para defender a Europa contra Irán, aunque desafortunadamente su órbita deba atravesar el cielo de Rusia.

 La implicación para el comportamiento de von der Leyen y los suyos es confirmar su estatus subordinado. La extensión de la Unión Europea a Ucrania y a los Balcanes occidentales, incluso a Georgia y Armenia, es considerada por Estados Unidos como una decisión que en última instancia debe tomar Washington. Francia en particular todavía puede objetar a la ulterior ampliación, pero nadie sabe cuánto tiempo será capaz de persistir en su postura, especialmente si Alemania puede ser obligada a pagar la factura. (Aunque los procedimientos formales de acceso relativos a Ucrania todavía no han comenzado von der Leyen ha declarado: “Los queremos dentro”). Por otro lado, siendo Polonia estrictamente antirrusa y pro OTAN será difícil ahora castigarla reduciendo las ayudas económicas que recibe de la Unión Europea por lo que el Tribunal de Justicia Europeo considera las deficiencias presentes en su “Estado de derecho”. Lo mismo sirve respecto a Hungría, cuyo indócil presidente se ha vuelto cada vez más antirruso. Con el retorno estadounidense, el poder de disciplinar a los Estados miembros de la Unión Europea ha migrado de Bruselas a Washington DC.

 Una cosa que los europeos de la Unión Europea, especialmente aquellos del tipo de los Verdes, están aprendiendo estos días es, por un lado, que si permites que Estados Unidos se ocupe de tu protección, la geopolítica arrasa el resto de la política, y, por otro, que aquella es definida únicamente por Washington. Así es como funciona un imperio. Ucrania, una compañía dividida entre una colección increíble de oligarcas, pronto comenzará a recibir el apoyo incrementado de “Europa”. Ello no será, sin embargo, sino una fracción de lo que los oligarcas ucranianos depositan regularmente en los bancos suizos, británicos y, es de creer, estadounidenses. Los indicios apuntan a que comparada con Ucrania, Polonia e incluso Hungría están, para decirlo con una expresión castiza, más limpias que una patena. (¿Quién podría olvidar el salario que cobraba Hunter Biden como director no ejecutivo de una compañía gasística ucraniana, cuyo principal propietario estaba entonces siendo investigado por un caso de lavado de dinero?).

 Europa occidental, con independencia de la forma política que asuma, funcionará como nunca antes en tanto que ala transatlántica de Estados Unidos en una nueva guerra fría (o quizá caliente)

Lo que sigue siendo un misterio, obviamente no el único en este contexto, es por qué Estados Unidos y sus aliados se mostraron fundamentalmente despreocupados ante la posibilidad de que Rusia respondiera a las continuas presiones para que se produjera un cambio de régimen en su seno, dada la denegación por parte “occidental” de una zona de seguridad que le resultara satisfactoria, fortaleciendo su alianza con China. Es cierto que históricamente Rusia siempre quiso ser parte de Europa y que algo similar a una especie de asiafobia se halla profundamente anclada en su identidad nacional. Moscú es para los rusos la Tercera Roma, no la Segunda Pekín. En un momento tan tardío como 1969, Rusia y China, ambas comunistas en aquel momento, chocaron por una frontera común en el rio Ussuri. En este contexto en el que Rusia se enfrenta a una fractura indefinida con Occidente y China sufre escasez de materias primas, esta última puede optar por intervenir y proporcionar a la primera tecnología moderna de factura propia. En un momento en el que la OTAN está dividiendo el continente euroasiático en “Europa”, incluida Ucrania, contra Rusia, comprendida como un enemigo no europeo de Europa, el nacionalismo ruso puede, contra su grano histórico, sentirse forzado a aliarse con China, tal y como preanunciaba la extraña fotografía de Xi y Putin sentados al lado el uno del otro en la apertura de las Olimpiadas de Invierno de Pekín.

 ¿Será la alianza entre China y Rusia el resultado imprevisto de la incompetencia estadounidense o, por el contrario, un resultado buscado de su estrategia global? Si Moscú fuera a unir su suerte a la de Pekín, dejaría de existir para siempre perspectiva alguna de un acuerdo ruso-europeo à la française. Europa occidental, con independencia de la forma política que asuma, funcionará como nunca antes en tanto que ala transatlántica de Estados Unidos en una nueva guerra fría, o quizá caliente, librada entre los dos bloques de poder globales, uno declinante, que confía en revertir la marea, el otro confiado en su ascenso.

 Únicamente una Europa en paz con Rusia, que respete sus necesidades de seguridad, podría esperar liberarse del abrazo estadounidense, tan efectivamente renovado durante la crisis ucraniana. Esta, podemos presumir, es la razón por la que Macron ha insistido durante tanto tiempo en que Rusia forme parte de Europa y en la necesidad de que “Europa”, de acuerdo por supuesto con la representación que él mismo y Francia se hacen de ella, tome medidas para garantizar la paz en su flanco oriental. La invasión de Ucrania por parte de Rusia ha puesto fin durante un largo periodo de tiempo, si no definitivamente, a este proyecto. Pero entonces este nunca fue un comienzo muy prometedor, dada la dependencia sentida por Alemania de la protección nuclear estadounidense, a lo que se añaden las dudas alemanas sobre las fantasiosas ambiciones globales francesas, redefinidas como ambiciones europeas que deben ser financiadas por el poderío económico alemán. Y Rusia puede, con cierta justificación, haber cuestionado si, bajo estas condiciones, Francia será capaz de expulsar algún día a Estados Unidos del asiento del conductor europeo.

  

Y así pues el ganador es… ¿Estados Unidos? Cuanto más se prolongue la guerra, debido a la resistencia exitosa de la ciudanía ucraniana y de su ejército, más obvio será que el líder de Occidente, que habló en nombre de Europa cuando se preparaba la guerra, no está interviniendo militarmente en nombre de Ucrania cuando ha estallado esta. Estados Unidos se ha concedido a sí mismo un permiso de ausencia especial, como Biden dejó claro desde un principio. Si analizamos su historial, esto no es nada nuevo: cuando su misión se hace inmanejable, los estadounidenses se retiran a su distante isla. Sin embargo, tal y como lo contemplan los alemanes cuando se preguntan dónde está Estados Unidos, Alemania puede comenzar a sentir dudas sobre el compromiso de la potencia estadounidense a la hora de proceder a la defensa nuclear del país. Este compromiso, después de todo, sustenta la pertenencia de Alemania a la OTAN, su adhesión al Tratado de No Proliferación Nuclear y el hecho de que el país albergue en torno a treinta mil militares estadounidenses en su suelo.

 En este contexto, el presupuesto especial de 100 millardos de euros, anunciado hace unos días por el gobierno de Scholz y destinado a cumplir la promesa, que se remonta a 2001, de gastar el 2 por 100 del PIB alemán en armamento, se asemeja a un sacrificio ritual para apaciguar a un dios enfurecido del que se teme su abandono de los creyentes menos fervientes. Nadie piensa que si Alemania hubiera gastado ese 2 por 100 de su PIB en armamento, cumpliendo así la demanda de la OTAN, Rusia se hubiera abstenido de invadir Ucrania o que Alemania habría sido capaz y se hubiera mostrado dispuesta a correr en su ayuda. En todo caso, llevará años antes de que pueda disponerse del nuevo armamento, por supuesto el último existente en el mercado, y antes de que se halle a disposición de las tropas. Además, consistirá exactamente en el mismo tipo de armamento del que Estados Unidos, Francia y el Reino Unido ya disponen en abundancia.

 Por otro lado, la totalidad del ejército alemán se halla bajo el mando de la OTAN, esto es, del Pentágono, así que el nuevo poder de fuego se añadirá al de esta no al de Alemania. Tecnológicamente el nuevo armamento estará diseñado para ser desplegado a escala global en “misiones” similares, por ejemplo, a la de Afganistán o, más probablemente, para ser operativo en el entorno de China para asistir a Estados Unidos en su creciente confrontación en el mar de la China meridional. No hubo debate alguno en el Bundestag sobre qué tipo de nuevas “capacidades” militares serían necesarias ni para qué serían estas utilizadas. Como ha sucedido en el pasado, durante el mandato de Merkel, este extremo fue dejado a la determinación por parte de “los aliados”. Una de tales partidas podría ser el Futuro Sistema Aéreo de Combate, adorado por los franceses, que combina cazabombarderos, drones y satélites dotados operativamente de alcance mundial. Existe una nimia esperanza de que en algún momento se produzca en Alemania un debate estratégico sobre lo que significa defender su propio territorio en vez de atacar el de otros. ¿Puede la experiencia ucraniana contribuir a desencadenar esta discusión? Es improbable.

Wolfgang Streec1   es Director emérito del Max Planck Institute for the Study of Societies de Colonia.


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 ,y ver  4..

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