lunes, 1 de agosto de 2022

China puede provocar la suspensión de pagos en Ucrania .

 China puede forzar el incumplimiento de la empresa estatal de granos de Ucrania 

La medida del Exim Bank de China sería otro golpe para el acuerdo de grano para África entre Ucrania y Rusia. 

PK Semler

Asian Times 


El Banco de Exportación e Importación de China amenaza con forzar el incumplimiento de un préstamo de US$1.500 millones a la Corporación Estatal de Alimentos y Granos de Ucrania (SFGCU) pocos días después de que los gobiernos de Rusia y Ucrania acordaron reabrir los envíos de cereales y alimentos a África, según un banco cercano a la situación. 

“China Exim Bank está jugando duro y amenaza con enviar una nota predeterminada sobre el préstamo”, dijo el banquero. 

El banquero dijo que el gobierno ucraniano busca congelar por dos años unos 19.500 millones de dólares en pagos de deuda con los inversores privados más grandes del mundo junto con 5.000 millones de dólares en poder del Club de París y el Grupo de los Siete países encabezados por la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen. 

La supuesta amenaza del Exim Bank de China de descarrilar la reprogramación de la deuda se produce después de que Naftogaz, la compañía nacional de energía de Ucrania, se viera obligada a incumplir el martes después de que los acreedores se negaran a congelar los pagos de la durante la deuda de dos años. 

China Exim Bank no estuvo disponible de inmediato para hacer comentarios. 

Myron Wasylyk, el asesor estadounidense del director ejecutivo de Naftogaz, Yuri Vitrenko, dijo que la compañía entró en incumplimiento después de que el gobierno no dio su consentimiento para que Naftogaz pagara el cupón de bonos más reciente. 

“Queríamos pagar el cupón. El gobierno quería que retrasáramos el pago y los tenedores de bonos no aprobaron la demora”, dijo Wasylyk. 

Si China echa por tierra un aplazamiento de la deuda, en un préstamo que se originó bajo el gobierno del presidente ucraniano respaldado por Rusia, Viktor Yanukovych, en 2012, sin duda complicará aún más el acuerdo de envío de alimentos entre Ucrania y Rusia iniciado por el primer ministro italiano Mario Draghi y supervisado por Turquía. Presidente Recep Tayyip Erdogan. 

El ataque con misiles en Odessa arriesgó la expansión del conflicto actual al infligir daños en un importante activo de propiedad estadounidense, el puerto de granos de aguas profundas de Neptune operador por el conglomerado de alimentos más grande de Estados Unidos, Cargill Corporation, con sede en Minneapolis, Minnesota. 

En julio de 2021, Cargill adquirió una participación del 51 % en Neptune en el puerto de Pivdennyi, en las afueras del norte de Odessa. 

El puerto, que transportó hasta el 10% de las exportaciones totales de cereales de Ucrania, fue parte de una inversión total de unos 150 millones de dólares respaldada por la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo (BERD) . 

Pocas horas después de que Ucrania y Rusia firmaron un acuerdo con Turquía y las Naciones Unidas para reiniciar el envío de granos a África, el ejército ruso lanzó ataques con misiles contra el principal puerto de transbordo agrícola de Ucrania, Odessa. 

El ataque ruso a Odessa también planteó dudas sobre si los defensores más agresivos de la guerra en el Kremlin están socavando deliberadamente al presidente Vladimir Putin, especialmente porque el acuerdo de cereales para África ha sido la única señal de distensión entre Ucrania y Rusia desde el comienzo de las hostilidades.  

https://asiatimes-com.translate.goog/2022/07/china-may-force-default-on-ukraine-state-grain-firm/?  

 

Peter K Semler es el editor ejecutivo en jefe y fundador de Capitol Intelligence. Anteriormente, fue jefe de la oficina de Washington, DC para Mergermarket (Dealreporter/Debtwire) del Financial Times y dirigió la cobertura política y económica de la Cámara de Representantes y el Senado de EE. UU. 


Nota del blog .- Lo llamativo de este artículo son las dos partes que la prensa aquí no explica y además quien lo escribe . Primero que China puede provocar el default en Ucrania . Lo segundo es que cuando Moscú bombardeo el puerto de Odesa , después del acuerdo ,lo hizo sobre una empresa americana exportadora de cereales . Lo tercero es que lo enfoca como si fuera los duros del Kremlin, al contrario de la versión dominante donde el duro es Putin , recordemos que cuando sucedió Moscú se lo negó a Turquía y luego rectifico diciendo que bombardeo armas americanas .

viernes, 29 de julio de 2022

Europa acaricia con pavor las cabezas de sus hijos .

 Europa acaricia con pavor las cabezas de sus hijos .

  Guadi Calvo

Estos últimos días Occidente se ha encargado de demostrar que la crisis de Ucrania hasta ahora sólo está beneficiando a Moscú y no deja de producir efectos no deseados por los agentes del Departamento de Estado, confirmando el nivel de improvisación del plan del Pentágono, que con la pretendida defensa de Ucrania esperaba poner de rodillas al presidente Putin y desmembrar a la Federación de Rusia.

Lo que no se está verificando, al punto de que las consecuencias,  más allá de la muerte de rusos y ucranianos, la están comenzando a pagar los ciudadanos europeos y norteamericanos con inflación, desabastecimiento y una sensación cada vez más notoria de que algo está por cambiar de modo irreversible. Circunstancias que también sufre el resto del mundo, pero bueno, sabemos que ese resto es el resto.

Gracias al seguidismo sumiso de la OTAN, los mandatos de Washington han conducido a Europa al borde del colapso energético con todas las derivaciones que esto acarrea, fundamentalmente para la industria, dada la dependencia de muchos países europeos de los hidrocarburos rusos.

Es llamativo que nadie haya alzado la voz para advertir a los dirigentes europeos que se estaban gatillando en la boca cuando decidieron seguir a pie juntillas los planes del Departamento de Estado. Lo que también vale para los políticos norteamericanos que no se interpusieron a los nefandos planes de Biden y la canalla que lo maneja que ha llevado al país a una inflación del diez por ciento.

No cabe duda de que Rusia fue arrastrada a un conflicto que jamás tuvo intención de comenzar, ya que de haberlo querido y no estar apremiada por la amenaza de la OTAN, habría esperado al invierno para cortar los suministros energéticos, lo que rápidamente habría puesto a Europa de rodillas mendigando algo de calor para el inhóspito invierno. Lo que sucederá irremediablemente si el conflicto se extiende hasta entonces y posiblemente detone el sistema político que desde hace ya casi cinco meses ha mostrado que no es más que una cáscara hueca.

Rusia no se ha amilanado en estos meses de operaciones en Ucrania, y a pesar de la monumental catarata de armamento y medios norteamericanos y europeos puestos a disposición del ejército, los mercenarios y los grupos nazis que sostienen a Volodímir Zelensky, no han logrado hacer retroceder en nada a la Operación Z. que casi con exactitud de ajedrecista avanza cumpliendo ciclo tras ciclo de manera incontenible

Sin duda alguna sonrisa habrá brotado en el presidente Putin al ser informado de que algunos de sus conspicuos enemigos ya han comenzado a marchar a cuarteles de invierno, como el británico Boris Johnson, el italiano Mario Draghi o la estonia Kaja Kallas.

Lo que quizás sea para tomarse más en serio es el patético paso de comedia que protagonizaron el presidente francés Emmanuel Macron y su par norteamericano Joe Biden a la salida de una de las tantas reuniones de la cumbre del G-7 que se desarrolló el mes pasado en el castillo de Schloss Elmau en los Alpes Bávaros (Alemania), donde la se vio a Macron agarrando del brazo, casi con brusquedad, a un Biden ausente para, entre el ruego y la exigencia y olvidando que estaba frente a docenas de periodistas, reclamar acerca de la imposición norteamericana de que Europa deje de comprar petróleo ruso antes de fin de año, pleno invierno europeo, por si alguien no lo advirtió.

En ese momento Macron informó al geronte norteamericano, además de a todos los periodistas que en estado de éxtasis presenciaban la “mini cumbre”, de que en una entrevista telefónica con Mohamed bin Zayed (MbZ) el sheikh de Emiratos Árabes Unidos (EAU) le dijo: “Estoy al máximo (refiriéndose a la capacidad de producción petrolera)”, para seguir con que: “Los saudíes pueden aumentar en 150.000 (barriles por día), tal vez un poco más, pero no tendrán una gran capacidad antes de seis meses”.

Tal información fue lo que disparó a Macron a correr detrás de Biden a la vista de todo el mundo y entre el ruego y la exigencia pedirle que incrementara su producción petrolera. Algo que políticamente es muy difícil frente a las legislativas norteamericanas del próximo noviembre, dada la presión de los lobbies ambientalistas, lo que podría hacer tambalear, todavía más, al tambaleante presidente norteamericano.

Europa necesitará compensar la faltante de dos millones de barriles al día para sustituir las importaciones rusas y hasta ahora nadie parece con posibilidades de cubrir ese blanco que se generará si Estados Unidos no rectifica la prohibición de suspender la importación de los vitales insumos rusos.

La emotiva entrevista entre el desencajado Macron y el ausente Biden fue interrumpida por el asesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos Jake Sullivan, quien aconsejó a los egregios mandatarios que terminarán con el papelón público y se alejarán de los periodistas que transmitían en directo para los casi 450 millones de ciudadanos de la Unión  Europea (UE), muchos de los cuales en ese momento empezaron a acariciar con pavor las cabezas de sus hijos.

Como si faltasen noticias para profundizar la tragedia que vive Europa, se conoció que un nuevo misterio se precipitó a tierra en la noche del sábado, del que como todos los misterios la información es escasa. Un avión carguero ucraniano, fabricado en la era soviética, cayó entre las localidades de Antifilippi y Palaiochori, en el norte de Grecia.

El Antonov An-12 operado, según se dice ahora, por la carguera ucraniana Meridian, cubría la ruta Serbia-Bangladesh, con doce toneladas de “carga peligrosa”. Según vecinos de la zona, el avión explotó en el aire y se precipitó ya en llamas. Denys Bohdanovytch, director general de Meridian, informó de que los ocho tripulantes, todos ucranianos, habían muerto.

Mientras, las autoridades locales han ordenado a los vecinos del área  no salir de sus casas, sellar puertas y ventanas y utilizar mascarillas, en previsión de no aspirar “vapores peligrosos y tóxicos” emitidos por el material que transportaba la aeronave. Enseguida, hacia el lugar partieron patrullas entre los que se incluyen, además del personal de rescate, expertos en explosivos y llamativamente agentes de la Comisión de Energía Atómica griega, por lo que ya se está presumiendo que el vuelo no se dirigía al sudeste asiático, sino que transportaba algún tipo de armamento ¿nuclear? hacia Ucrania. Grecia ya presentó reclamos ante Serbia y Ucrania por no haber informado de las características de la carga.

Quizás sea hilar muy fino, pero sin duda es llamativo que el avión con la “carga peligrosa” haya partido de Serbia algunos días después de las declaraciones de su presidente, Aleksandar Vuvic, que con el dramatismo que la situación amerita declaró en una entrevista a medios rusos que cumplidos algunos próximos objetivos del Kremlin “Vladimir Putin, presentará una propuesta. Y si Occidente no la acepta, se desatará el infierno”.

Mientras tanto, las malas para el comediante Zelenski no terminaron en Grecia y en las declaraciones de Vuvic, ya que a pocas horas de conocerse la caída del Antonov con “carga peligrosa” se informó, sin poder confirmar que ambas noticias están relacionadas, de que Zelenski, despidió nada menos que a Ivan Bakanov, jefe del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) y a la fiscal de crímenes de guerra Iryna Venediktova, después de que se descubriera que, aparentemente, dirigían una red de espionaje rusa. Bakanov, hasta hace pocas horas, fue uno de los hombres más poderosos del Gobierno del comediante e íntimo amigo desde la infancia, mientras que Venediktova desempeñó un aguerrido papel en los juicios contra los prisioneros rusos acusados de crímenes de guerra. Según se ha conocido, la red de espías manejada por Bakanov y Venediktova tendría a más de 60 agentes entre los funcionarios gubernamentales, habiéndose conocido por lo menos 651 casos de supuesta traición y colaboración con Moscú. Muchos de los agentes descubiertos ya estarían trabajando, desde los territorios controlados por Rusia.

Estados Unidos, con grandes costos y sin haber logrado absolutamente nada más que provocar la muerte de miles de personas, la destrucción de decenas de ciudades y pueblos, además de una crisis financiera mundial que está poniendo todo de cabeza, por lo que nadie puede avizorar las consecuencias finales de este conflicto en el que Rusia ya ha conquistado una cuarta parte de Ucrania y las tres cuartas partes de su capacidad industrial. Un logro demasiado contundente para revertirlo.

Un viaje al caluroso desierto de la realpolitik

En una pirueta solo posible en el campo de la realpolitik, el presidente Biden, viajó al Golfo Pérsico -seguramente llevando en sus oídos el pedido desesperado de su amigo Macron- donde debió soportar el zamarreo de los saudíes a quienes durante la campaña electoral del 2019, para diferenciarse de Donald Trump, trató al reino de “Estado paría”, por aquello del asesinato del periodista Jamal Khashoggi en 2018, tras lo que se negó en su momento a entrevistarse con el príncipe heredero Mohamed bin Salman (MbS), hombre fuerte del régimen wahabita y responsable principal de la muerte del periodista, sin mencionar a Yemen, donde los muertos de MbS son centenares de miles más.

En la gira relámpago de la semana pasada también visitó el enclave sionistapara ratificar la alianza con su principal socio en el mundo, donde se volvió a comprometer con que Irán no tendrá acceso a energía nuclear, pero al menos no escuchó la insistencia de los sionistas de que era urgente iniciar una guerra urgente contra Teherán. Al tiempo Biden cumplió con la formalidad de pasar por Palestina, para enfrentar más tarde el verdadero motivo de su llegada Riad, donde se reunió con el rey Salman y con su hijo el príncipe MbS, lo que muchos interpretaron como un indulto de Biden al príncipe para avanzar enseguida hacia lo que importa, el petróleo. Del que hasta ahora no ha conseguido traerse un litro, lo que sin duda angustiará a Macron y al resto de los europeos, que se preparan para un fresco invierno. Tampoco Biden consiguió convencer a los sauditas de tomar una actitud más beligerante frente a Rusia.

A pesar del fracaso, Biden intervino en la cumbre del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) que se celebró en la ciudad saudita de Yedda con la presencia de sus seis socios: Arabia Saudita, Catar, Bahréin, Kuwait, Omán y los Emiratos Árabes Unidos, en la que también participaron Jordania, Egipto e Irak, donde insistió en que “No nos alejaremos y dejaremos un vacío para que lo llenen China, Rusia o Irán. Y buscaremos aprovechar este momento con un liderazgo estadounidense activo y basado en principios”. Sin especificar claro qué principios.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC

miércoles, 27 de julio de 2022

España.- Negreros y capitalistas .

Una historia de  la esclavitud  moderna española.

Jesús M ª Montero Barrado

  


Hace unos días finalicé la lectura de Negreros. Españoles en los tráficos y en los capitales esclavistas (Madrid, Los Libros de Catarata, 2021), cuyo autor es José Antonio Piqueras. Estamos ante un libro denso e intenso, lleno de personajes que, en muchos casos, se encuentran entrelazados entre sí. Es una historia de la esclavitud moderna española, centrada en el periodo que va de finales del siglo XVIII a finales del XIX y relacionada con el despegue del capitalismo. Está conectada con lo ocurrido en otros países, como Gran Bretaña, EE.UU., Francia, Países Bajos o Portugal, pero sin olvidarse, entre otros, de países  latinoamericanos como Brasil, Venezuela o Argentina, o las por entonces todavía colonias españolas de Cuba y Puerto Rico. .

En todos esos países o colonias se conocieron situaciones cambiantes en torno a la esclavitud, si bien cobró importancia el caso de Gran Bretaña, que a partir de 1807 tomó un camino contrario a la trata de personas esclavas, dedicándose a perseguir, apresar y enjuiciar a quienes se dedicaban a ella en las aguas del océano Atlántico. Eso no óbice para que su sistema económico -lo que no debe olvidarse- formara parte de la canalización de los capitales que circulaban y se generaban en torno a esa actividad, así como sus empresas se dedicaran a la compra de materias primas (sobre todo, el algodón) y de productos para el consumo europeo (como el azúcar, el tabaco o el café). Y tampoco debemos perder de vista la constatación, una vez más, de que en la historia del capitalismo, en gran medida en sus orígenes, la trata de personas y su utilización como mano de obra de esclava fue una de las principales fuentes de acumulación de capital.

En el libro se menciona a muchas personas, que son situadas en sus entornos familiares y en los consiguientes entrelazamientos matrimoniales que se fueron dando entre ellas. Se alude también, por supuesto, a las redes de intereses económicos y políticos que se fueron desplegando a lo largo de esos años, tanto en los lugares donde está presente la esclavitud de una forma directa como en la propia metrópoli española. Aparecen, así, inversores de las expediciones, capitanes de barco, comerciantes, compradores, cargos públicos de la isla, militares, políticos de la metrópoli… Fue frecuente un trasiego de ida y vuelta entre la Península y América por una parte de esos personajes. Y no faltó la corrupción sistémica que involucró a numerosas personas a base de mordidas, participaciones directas o encubiertas, etc. 

En el caso español el circuito de la trata hizo uso del tradicional comercio triangular iniciado principalmente  a partir del siglo XVII: barcos que salían con productos europeos hacia la costas africanas, donde se trocaban por personas esclavas con destino a América, para finalmente regresar con productos americanos, trabajados, a su vez, con mano de obra indígena y/o esclavizada. En otros casos las expediciones salían de la propia Cuba, e incluso de EEUU, en un viaje de ida y vuelta intercontinental. Cobraron, así, importancia puertos como los de La Habana, Santiago de Cuba, Cádiz, La Coruña, Nueva York, Charleston o Boston; factorías comerciales ubicadas a lo largo de las costas de Sierra Leona, Benin, Angola o Mozambique; centros financieros como los de Nueva York, Londres o Barcelona; o ingenios azucareros que se ubicaron a lo largo y ancho del oeste y el centro de Cuba. 

Se ha estimado que desde 1819 participaron en el caso español entre 2.000 y 2.500 barcos para tales menesteres, de los cuales hay constancia de unos 350 apresados por los barcos británicos y llevados algunos de sus responsables a juicio en tribunales especiales ubicados en Sierra Leona y La Habana. Fueron, pues, centenares de miles las personas llevadas forzosamente al continente americano, en especial al área del Caribe y en mayor medida a la isla de Cuba. 

En el libro se mencionan también las localidades originarias de donde fue saliendo a lo largo de esos años esa minoría de españoles: vascos, cántabros, gallegos, catalanes, andaluces… Formaron parte de esa minoría enriquecida a los que se conoció como indianos. Menos, como negreros, entre otras cosas para evitar la mala prensa y la pérdida de honor que esa denominación suponía. Y por nombrar a unos pocos, entre los más destacados estuvieron los hermanos Cuesta Manzanal, Juan Madrazo, Antonio Frías, Carlos Drake del Castillo, Juan José Zangróniz, Pedro Blanco, Juan Manuel Manzanedo («el hombre más rico de España»), Antonio López y López…

Hay unos pasajes del libro, los referidos al último de los nombrados, que pueden ilustrar lo que fue esa realidad: «el futuro marqués de Comillas dista de figurar entre los grandes negreros de la trata. Ese lugar corresponde a Joaquín Gómez, Juan José Zangróniz, Juan Zulueta, Pedro Blanco, Pedro y Santiago Cuesta Manzanal, Domingo Aldama, Juan Madrazo, Antonio Frías, Bernardo Martínez de Pinillos, los O’Farrill, y tantos otros» (p. 199). 

Y es que el cántabro Antonio López y López, con la ayuda de su hermano Claudio en los primeros momentos, pasó de ser un humilde tendero a adquirir varios ingenios en Cuba, que eran trabajados por centenares de esclavos. A mediados del siglo XIX decidió regresar a la Península, sin perder de vista lo que había sembrado en la isla. Empezó a invertir en empresas de navegación ubicadas en Alicante, Barcelona y Cádiz, y luego decidió instalarse en la capital catalana. Con el paso de los años, nombramiento de senador vitalicio incluido, «recibió de Alfonso XII en 1878 el titulo de marqués de Comillas. En 1881 el rey le otorgó la Grandeza de España de primera clase [que conllevó su nombramiento como senador vitalicio]. Al fallecer en 1883, el antiguo comerciante de tienda en Santiago de Cuba, que anunciaba en la prensa local su voluntad de comprar esclavos, presidía el banco Hispano Colonial, el Banco de Crédito Mercantil, la Compañía General de Tabacos de Filipinas, la Compañía Transatlántica de España y la compañía de seguros La Previsión. Era vicepresidente de la Compañía de Caminos de Hierro del Norte de España. Levantó  los astilleros de Matagorda [en la Bahía de Cádiz] y grandes fincas rústicas en varias provincias. Era el empresario-financiero-industrial- más importante del país.  Había comprado el palacio Moja en Barcelona y había hecho construir el palacio Sobrellano y una villa en Comillas, El Capricho, a Antonio Gaudí». Ya fallecido, su hijo Claudio fue quien dio vida a la famosa Universidad Pontificia de Comillas, elitista donde las haya y entregada para su gestión a la Compañía de Jesús (pp. 199-200).

Y un añadido/inciso, por mi parte, sobre este personaje: es el mismo al que le erigieron estatuas con el fin de perpetuar su memoria como modelo hombre de negocios, intrépido y triunfador. Una, la de Barcelona, fue retirada en 2018 por decisión del Ayuntamiento, después que se reconociera que sus méritos estaban basados, como los de tantos otros negreros, en la trata y explotación de personas esclavas. Otra de las estatuas está ubicada en su localidad natal de Comillas, donde continúa levantada, sin que exista voluntad de reconocer la historia oscura que se esconde tras el personaje.

Volviendo al libro, todavía hasta la actualidad no ha dejado de mantenerse la presencia de esos personajes a través de lo que fueron sus creaciones materiales (esto es, empresas e instituciones) y, claro está, de quienes las han ido heredando. A modo de ejemplos, es lo que ocurre con personajes como las hermanas Koplowitz, Manuel Soroa, la familia Rato y Rodrigo Rato, Fernando Suárez, los Primo de Rivera, Alejo Vidal-Quadras, José María de Areilza, los hermanos Goytisolo, Joaquín Satrústegui, la familia Terry, la familia Borbón (a través de María Cristina y su consorte Agustín Fernando Muñoz), Eusebio Güell y familia, la familia Ybarra, Antonio Goicoechea…

En el libro se hace mención a un «partido negrero», un poderoso grupo de presión formado para que las cosas de la esclavitud, independientemente de la situación legal, siguieran como desde décadas atrás se había conformado. Cobró importancia desde los años centrales del siglo XIX y, entre otras cosas, como se señala en el libro, estuvo en la raíz del asesinato del general Juan Prim. No debemos perder de vista que en 1870 fue cuando se abolió parcialmente  la esclavitud en Puerto Rico y que entre las intenciones del general, por entonces jefe de gobierno, estaba acabar con la recién iniciada guerra de independencia en la isla y hasta la concesión de la autonomía. Desde los medios de ese «partido negrero» Prim fue víctima de una campaña de prensa lanzada bajo la acusación de querer vender la isla a EEUU (p. 293).  A finales de ese año fue víctima de un atentado mortal, en el que estuvo involucrada gente con vínculos con ese grupo de presión, como el general Francisco Serrano o el duque de Montpensier. Pocos años después, con Antonio Cánovas al frente del gobierno, se sobreseyó el caso y fueron puestos en libertad quienes habían estado en prisión como inculpados.

Fue en ese contexto donde surgió un patrioterismo español, mezcla de racismo y clasismo desaforado, que, sobre todo desde 1898, fue ganando adeptos en los círculos políticos y militares. Entre los primeros estuvieron Ramiro de Maeztu o Antonio Goicoechea, miembros de los años 30 de la rama fascista monárquica. Y entre los últimos, algunos de los que participaron en el golpe de estado de 1936. Sí, los Sanjurjo, Mola, Cabanellas, Queipo de Llano, Kindelán, Dávila…  Y  ya para terminar, no podemos olvidarnos de algunas de las personas que mostraron su oposición a la esclavitud, dando con ello muestras de la dignidad que estuvo ausente en quienes participaron en el negocio negrero. Una de ellas fue el sevillano José María Blanco White, que estuvo entre los primeros liberales españoles y fue autor del libro Bosquexo del comercio en esclavos. El motivo que le llevó a escribirlo fue llamar la atención «en nombre de las victimas que la codicia de algunos de sus paysanos está arrancando todos los días de la costa de África» (p. 275). Otra de esas personas fue Agustín Argüelles, uno de los redactores de la Constitución de 1812 y el diputado que propuso el fin de la trata de personas esclavos. Objeto de duros ataques por ello, se refirieron a su propósito con el término de «humo filantrópico» (p. 276). Y también está el general Jerónimo Valdés, quien desde su cargo de capitán general de Cuba durante los años de gobiernos progresistas combatió las prácticas ilegales llevadas a cabo y la corrupción existente.

Hace unos años leí otro libro de José Antonio Piqueras, Cánovas y la derecha española. Del magnicidio a los neocon (Barcelona, Península, 2008), con el que no quedé defraudado, sino todo lo contrario, algo que ahora se ha repetido. Mientras estaba leyendo Negreros no paré de dar vueltas al carácter sórdido de lo que se cuenta a lo largo de sus 300 páginas. Y hablo de sordidez en un doble sentido: porque estamos ante la realidad de la forma más extrema y perversa de sometimiento, explotación y degradación llevada a cabo por unos seres humanos sobre otros; y porque, en el caso que nos ocupa, el español, ha estado pasando desapercibida para la gran mayoría, de manera que sus responsables, en cualquiera de los grados que hubieran participado, han pasado y siguen pasando como personas de honor.

(El artículo ha sido publicado en el blog del autor Entre el mar y la mesetahttps://marymeseta.blogspot.com/2022/07/negreros-de-jose-antonio-piqueras-un.html).