viernes, 20 de noviembre de 2020

Las mentiras de la derecha sobre la Ley Celaá.


 La nueva ofensiva de la derecha contra la educación salpica de mentiras las medidas de la ley Celaá

La Lomloe, la nueva ley de educación, se ha aprobado en el Congreso entre ataques de las derechas y protestas de la educación concertada, privada y católica. Los reproches se centran en bulos o medias verdades que no se encuentran en el texto de la ley.

 Defender la educación pública y de calidad no es solo defender un derecho fundamental, es defender el futuro de millones de estudiantes. En Público, a través de nuestro periodismo, alzamos la voz contra los recortes que generan desigualdad, y no permitiremos que destruyan algo tan esencial como la educación.

 Beatriz  Asuar  

Fuente . El Público.

La nueva ley de educación, la Lomloe, se ha aprobado este jueves en el Congreso entre gritos de "libertad" de los diputados de PP, Ciudadanos y Vox. Todas las leyes de educación en España han sido polémicas porque, pese a la importancia de esta norma, nunca ha habido consenso parlamentario. Por esto la bautizada por las derechas como 'ley Celaá' se ha convertido en la octava de la democracia. Pero la polémica no se ha quedado en la Cámara  

 La patronal de la concertada ha sido la que se ha posicionado más en contra de la nueva norma bajo las proclamas de "Eliminan la concertada", "libertad", "prohíben la religión" o "se vende la lengua castellana". Una campaña contra la ley, alimentada por las derechas, que tiene un largo recorrido.

 Durante el confinamiento, cuando se comenzó a tramitar la norma en el Congreso, ya se hicieron "quedadas digitales" contra la ley. Entonces eran seis asociaciones, ahora integradas la mayoría en Más Plurales, las que promovían las protestas: Escuelas Católicas, la Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos (Concapa), la Confederación de Padres de Alumnos (Cofapa), la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), el Sindicato Independiente de Enseñanza de Madrid (FSIE) y la Federación de Enseñanza (FeUSO).

Pero, igual que pasó entonces, las críticas dicen poco sobre la calidad del sistema educativo. Los reproches se centran en bulos o medias verdades que no se encuentran en el texto de la norma educativa .https://www.publico.es/sociedad/claves-lomloe-nueva-ley-educacion.html

 La religión no desaparece, es de oferta obligatoria

Las asociaciones aseguran que la ley acaba con la religión, pero lo que hace la reforma es que esta materia sea de oferta obligatoria en los centros, pero de elección voluntaria. Se elimina, eso sí, la obligación para los que no eligen religión de cursar otra asignatura alternativa. Se suprime también el artículo que permitía que Religión computara para la nota media del alumno y ya no contará ni para el acceso a la Universidad ni para la obtención de becas. Pero, en ningún caso, desaparece su oferta.

 No se acaba con los centros especiales

Los opositores a la ley dicen que la norma quiere acabar con los centros de educación especial. Sin embargo, lo que se expone es un plan de diez años en el que el Gobierno y las Administraciones educativas trabajen, de acuerdo con el artículo 24.2.e) de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas y en cumplimiento del cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, para que "los centros ordinarios cuenten con los recursos necesarios para poder atender en las mejores condiciones al alumnado con discapacidad".

El objetivo es que los centros de educación especial continúen escolarizando a los alumnos y alumnas que requieran una atención muy especializada y que desempeñen la función de centros de referencia y apoyo para los centros ordinarios.

Límites a la concertada para garantizar la igualdad

El texto no propone ninguna reforma que acabe con la educación concertada. El portavoz de Más Plurales ha asegurado que la norma supone un "ataque directo a la libertad de enseñanza" pero lo que cambia la ley es que elimina el concepto de "demanda social", añadido en la LOMCE por el PP, para dar más poder a los padres sobre la elección del centro de sus hijos. Para la patronal de la concertada este cambio acabará con las escuelas de esta red.

 Sin embargo, el cambio no tiene que acabar con la concertada, una red de escuelas que ya existía antes de la LOMCE y de la aplicación de este concepto. El cambio real es que se añade un paquete de medidas destinadas a corregir la segregación del alumnado por razones socioeconómicas, por sexo u otras razones.Imagen de archivo de una manifestación en contra de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) celebrada en Valladolid. EFE

En este sentido, el primer cambio es que los centros que segreguen no recibirán fondos públicos. Algo que va ligado con un cambio para garantizar la igualdad de género y la igualdad de condiciones en el sistema educativo. Pero, además, esto no significa que menos alumnos vayan a la concertada, es que las Administraciones tendrán capacidad de distribuir al alumnado para garantizar un equilibrio, evitando los 'colegios guetos', centros públicos en los que la mayoría del alumnado tienen dificultades, sobre todo, socioeconómicas.

Fomento de la red pública y fin de las cuotas

Otro de los argumentos de los opositores para decir que se acaba la concertada es la medida de acabar con la polémicas cuotas. En la ley este punto es cierto, así como la clara apuesta por la enseñanza pública. Sin embargo, lejos de acabar con la concertada, lo que hace es garantizar el derecho a la educación pública. Por un lado, se establece que hay que fomentar los centros públicos y frena la entrega de suelo municipal para la construcción de centros concertados.

 Pero, además, establece el fin de las polémicas cuotas que imponen muchos centros concertados para garantizar el carácter gratuito. Un estudio de la Confederación Española de Asociaciones de padres y madres del alumnado (CEAPA) y la Asociación de Colegios Privados e Independientes (CICAE) señaló  que el 90% de los colegios cobran una cuota base a las familias y que en un 89% de los casos son obligatorias.

 El castellano tampoco desaparece

El castellano ha sido también objeto de conflicto entre los opositores a la ley. Tras aceptar una enmienda pactada entre PSOE, ERC y Unidas Podemos, la nueva ley elimina el concepto de "lengua vehicular" para el castellano. No obstante, el texto añade que las administraciones educativas deberán controlar que al final de la enseñanza obligatoria exista un "dominio pleno" del castellano así como de la lengua cooficial que haya en su comunidad. Como ocurre con la demanda social, lo que se hace es eliminar un concepto que se incluyó en la ley Wert porque hasta 2013 el castellano no era lengua vehicular.

Nota...  Este articulo tiene mas enlaces  para verlos en el original picar aquí...

https://www.publico.es/sociedad/lomloe-nueva-ofensiva-derecha-pone-foco-educacion-salpicando-mentiras-ataques-ley-celaa.html

jueves, 19 de noviembre de 2020

Crítica de un documental sobre Unamuno.

 

Ramón Mercader en Salamanca o la muerte de Unamuno a martillazos con la historia

 Severiano Delgado

 Bibliotecario. Licenciado en Historia. Autor de «Arqueología de un mito» (Madrid: Sílex, 2019)

Fuente . Conversación sobre la historia . 

En estos días el cineasta Manuel Menchón ha estrenado un documental titulado Palabras para un fin del mundo en el que afirma que la narración de la muerte de Unamuno consolidada en los libros de historia es mentira, e insinúa que su muerte  fue provocada por una acción criminal del falangista Bartolomé Aragón Gómez.

Menchón dice que su documental[1] es una investigación rigurosamente histórica con la que desmonta la “versión oficial” sobre la muerte de Unamuno. “El relato oficial sobre ese día es falso. Parece un cuento de Dickens, en la última tarde del año un antiguo alumno, Bartolomé Aragón, va a ver a su viejo profesor, descubre, al ver cómo le arden las zapatillas, que está muerto, y sale de la habitación al grito de ‘yo no lo he matado’. Hasta ese día, nadie de la familia le había visto nunca”, relata. Indagando en el perfil del último hombre que ve con vida al autor de La tía Tula, concluye que no solo no había sido alumno suyo, sino que les separaba “un abismo ideológico”. “En ninguna de las 25.000 cartas que escribió, Unamuno habla de él. Aragón pertenecía al aparato de propaganda del Régi­men, que tenía un centro de actividades en Salamanca, y había participado en la quema de libros. Todos los documentos sobre su muerte son irregulares, desde la hora, a la causa, hemorragia bulbar, imposible de determinar sin una autopsia”, añade. “No sabemos qué pasó exactamente ese día, pero todo apunta a otra cosa, y sí podemos decir que la versión oficial impuesta por el Régimen es falsa”.

Sin embargo, no presenta prueba alguna de sus afirmaciones, cosa inevitable porque la tesis que sostiene es materialmente falsa. Lo que hace Menchón es lo contra­rio del método historiográfico: siembra su documental de juicios temerarios, dudas infundadas, conjeturas, elipsis, elu­cu­braciones y puntos suspensivos que dan pábulo a una teoría de la conspiración para crédulos, como todas las supuestas investigaciones históricas que pretenden acabar con lo que denominan “versión oficial” de tal o cual hecho. Menchón parte de una conclu­sión, fruto de su fantasía, a la que quiere llegar, cual es que Barto­lomé Aragón mató a Miguel de Unamuno, y cuando los elementos objetivos que se encuentra por el camino no coinciden con el relato que quiere contar, los oculta, los tergiversa o los hace coincidir a martillazos.

En este caso, además, se pretende conseguir que la conclusión del lector sobre un hecho histórico objetivo dependa de la ideología del lector: porque si la “versión ofi­cial” de la muerte de Unamuno es una impo­sición del régimen franquista, entonces el público antifranquista tiene que sentirse moralmente obligado a dar la razón a Menchón y sostener que Unamuno fue asesinado por un taimado falangista, y que este hecho cri­minal ha sido ocultado mediante una gigantesca conspiración de silencio y manipula­ción que solo ha podido desenmascarar Manuel Menchón muchos años después. Sin embargo, de lo expuesto por Menchón en el documental y en sus múltiples intervencio­nes promociona­les en la prensa escrita y radiada, resulta evidente que el cineasta desco­noce la historia de Salamanca, tiene graves errores de concepto en lo relativo a la histo­ria de la Guerra Civil y maneja los datos y documentos con una falta de rigor espeluznante.

 La película de Alejandro Amenábar Mientras dure la guerra se definió desde el princi­pio como una obra de ficción. En virtud de la libertad de expresión y de creación, el autor de ficciones puede permitirse licencias que el historiador no debe reprochar, puesto que son dos campos intelectuales distintos. Pero Palabras para un fin del mundo se presenta como una investigación histórica, y por tanto ahí el historiador sí puede intervenir.

 SIGUE  …

https://conversacionsobrehistoria.info/2020/11/18/ramon-mercader-en-salamanca-o-la-muerte-de-unamuno-a-martillazos-con-la-historia /

 El libro del autor  de este artículo


 Nota del blog .

 Por LMD .

En  un post anterior  yo colgué  un artículo  del Diario.es , que resumía el documental  pero ya había dicho allí en comentarios bajo el seudónimo de Adiro , que Unamuno era un nacionalista hispanista y adorador de Castila y eso era lo que le atraía  a la Falange y  querían hacerlo suyo..  El  acepto el golpe militar hasta que se dio cuenta de lo que eran y lo que estaban haciendo . Unamuno apoyó la rebelión militar del 36, creyendo que los generales sublevados materializarán su ansiada rectificación de la República. Pero  además  la   República  lo  destituyó del rectorado  y los nacionales  lo restituyeron en él .Pensó o mejor en su caso creyó , que seria un pronunciamiento semejante a los del siglo XIX, no una guerra larga y sangrienta. Cree que los militares, que se han alzado dando vivas a la República, pactarán con los sectores moderados  . Después del fusilamiento del  pastor  Etilano dice   que  se considera responsable de la catástrofe: “Fui uno de aquellos que deseaban conocer a la humanidad sin conocer al hombre”. Augura que sea cual sea la victoria, su destino será enfrentarse a los vencedores.  Pero tuvo la valentía de enfrentarse y murio al poco tiempo.  Los falanguistas  se apoderaron de su cuerpo y su entierro.

Todas  estas polémicas no cambian lo que ya se sabía. Por muy discutible que sea la conclusión y la frase  que dijo , «Venceréis, pero no convenceréis», o también «Vencer no es convencer» . ver la  wiki https://es.wikipedia.org/wiki/Vencer%C3%A9is,_pero_no_convencer%C3%A9is..

Pero también  mencionó  a Rizal..que era un  intelectual  filipino muy vivo para los intelectuales   no solo del 98   sino como fue  para la del 14  .y los republicanos  como Azaña en su libro en  El Jardín de los frailes,  también  menciona como leían  a Rizal  , también pensar que lo fusilaron a Rizal acusado de ser independentista filipino  que  no lo era  ,era autonomista y es toda una mención bien aclaratoria con lo unitarista que Unamuno  y que no acepto el Estatuto del 32 de Cataluña ..

Unamuno  había dicho  de  Rizal:  

“Rizal estudió Filosofía y Letras en Madrid por los mismos años en que estudiaba yo en la misma Facultad, aunque él estaba acabándola cuando yo la empezaba. Debí de haber visto más de una vez al tagalo en los vulgarísimos claustros de la Universidad Central, debí de haberme cruzado más de una vez con él mientras soñábamos Rizal en sus Filipinas y yo en mi Vasconia. Creo, en efecto, que desgraciadamente le alcanza a España responsabilidad en aquel crimen. Creo más, y lo digo como lo creo: creo que fue España la que fusiló á Rizal. Y lo fusiló por miedo. Por miedo, sí. Hace tiempo que todos los errores públicos, que todos los crímenes públicos que se cometen en España, se cometen por miedo…" 1907 ..  Wenceslao E. Retana  publicó en Madrid  en 1905 . Vida y escritos del Dr. José Rizal y va acompañado por un importante epílogo de Miguel de Unamuno. Y es  la biografía clásica sobre  Rizal . La más actual y muy buena es la  de Benedict Anderson,  (2008). Bajo tres banderas. Anarquismo e imaginación anticolonial. Madrid: Akal

Recordemos que el ahora era un hombre  de orden y digamos conservador , pero cuando la dictadura de Primo de Rivera el terminó en Lanzarote y luego exiliado.  Había sido  muy critico con los militares . Apoyo la  República profundamente pero luego como Ortega se distanció . No queria anarquistas ni bolcheviques .Pero los  problemas del  golpe y la guerra  también los  tuvo  Ortega  , pero estaba en  Madrid  , aunque se exilió y logro salir de  España bajo protección  republicana  y digamos  por precaución frente al  problema  digamos  también revolucionario, pero que tampoco   que yo recuerde no le volvieron a dar la catedra  y los franquistas  dijeron  que murió reconciliado con la Iglesia, aunque esta versión de los últimos momentos del filósofo ha sido desmentida de forma rotunda por su familia. 

 Por eso ahora también pongo este post , que crítica  y rectifica bastante el anterior .Tampoco   vi el documental de la polémica.

 El artículo del Diario.es , está en el enlace de arriba de este artículo y publicado en este bloc .  .

La ley mordaza en Francia .

 Rechazo en Francia a una ley que censura imágenes de la represión

El gobierno francés impulsa un proyecto de ley que censura las imágenes de los actos represivos de la policía y otras fuerzas estatales.

 Diario Octubre  

Más de medio millón de personas ya adhirieron a un petitorio contra esta iniciativa, que representa un virulento ataque a los derechos de informar y estar informado.

Silvia Le Boënnec, París.— Nadie podrá difundir este tipo de imagen si esta ley es sancionada. Una nueva ley impulsada por el gobierno francés se propone castigar con multas de 45 mil euros y hasta con un año de cárcel la difusión de imágenes de fuerzas policiales cuando reprimen manifestaciones y cometen arrestos violentos. El artículo 24 de la ley de “Seguridad global” introduce esos castigos y la repuesta ha sido una petición firmada por más de 560 mil personas contra lo que consideran “un ataque inédito a la libertad de informar”.

El 17 de noviembre, la Cámara de Diputados tiene previsto tratar la proposición de ley llamada “Seguridad Global” (PPLSecuritéGlobnale). El proyecto precisa en ese artículo que se reprimirá con 45.000 euros de multa y un año de cárcel la difusión, “con el fin de atentarcontra la integridad física o psíquica la imagen de la cara o cualquier otro elemento de identificación de un funcionario de la policía o de la gendarmería cuando actúa en el cuadro de una operación policial”.

Frente a este proyecto, considerado como “un ataque inédito al derecho de informar”y “una ley liberticida como ninguna otra”, que procura imponer “un cuadro restringido del control ciudadano sobre las prácticas de ciertos policías”, más de 560.000 personas firmaron la petición. “En la actualidad es la única manera de dar visibilidad a los casos de impunidad policial; si esta ley es votada la impunidad de las fuerzas represivas será casi total. Debemos impedir esto, por todas las

víctimas de la violencia policial pero también por las víctimas venideras. No dejemos que avasallen nuestras libertades fundamentales”, escriben los firmantes. El periodista David Dufresne, en el sitio digital Allô Place Beauveau (plaza Beauveau es donde se sitúa el Ministerio del Interior), recogió varios testimonios en contra del proyecto.

Uno de los testimonios es el de la hija de Cédric Chouviat, fallecido a los 42 años durante un arresto practicado en París por la policía, el 3 de enero de 2020. “Con la ayuda de los videos, pudimos contradecir las mentiras de los policías” subrayó la hija de Chouviat, y agregó que “es por eso que esas imágenes son nuestro único medio de defensa”.

Similar es el caso de Geneviève Legay, también víctima de violencias policiales el 23 de marzo de 2019 en Niza, quien declaró al periodista que “si los abogados, periodistas, mi familia y yo misma, hubiésemos difundimos esos videos con la nueva ley, podríamos ser juzgados por el tribunal correccional” y recibir una condena de cinco años de cárcel.

Ese punto de vista es compartido por Mathieu Molard, redactor en jefe del medio independiente StreetPress, quien afirmó que “con este texto, no se podrán hacer imágenes directas de manifestaciones, no más videos profesionales o amateurs en la red”. “Estos videos son la base de numerosas investigaciones. Entre ellas la de los chalecos amarillos mutilados, el asunto Benalla, que salpicó hasta al presidente, demostrando el desfuncionamiento del Estado en su más alto nivel. No hubiéramos sabido nada del asesinato del señor Chouviat”, agregó Mathieu Molard.

Hasta Claire Hédon, Defensora de los Derechos de Francia, un cargo que no puede revocarse, dijo estar particularmente preocupada por las restricciones que conciernen a la difusión de imágenes de los agentes de las fuerzas en el ejercicio de sus funciones. En un aviso publicado el 5 de noviembre, ella pidió que la libertad de informar no se vea impedida por el proyecto de Ley que será debatido en el Congreso francés.

Hédon consideró que la información del público y la difusión de las imágenes relativas a las intervenciones de la policía son legítimas y necesarias al buen funcionamiento de la democracia, como el ejercicio del derecho de control ciudadano del comportamiento de las fuerzas de seguridad. Para eludir las disposiciones previstas en esta proposición de ley, un movimiento belga de militantes por el derecho a la información propuso seguir difundiendo imágenes de represiones policiales con la etiqueta #CettePh.

Videos disponibles en

https://www.youtube.com/results?search_query=%23PPLSecuriteGlobale


 y ver  ... https://mpr21.info/francia-pasa-de-los-disturbios-esporadicos-a-una-verdadera-guerrilla-larvada/

martes, 17 de noviembre de 2020

Después de Trump. ¿ Qué ?

 

La tercera vía está de vuelta: el papel de los intelectuales sistémicos

"Hay un dato que empieza a aparecer en letra pequeña, como comentario en el marco de un debate más general: Sanders nunca hubiese ganado a Trump"

"Tengo la seguridad de que los rasgos básicos de la política internacional del Trump serán seguidos por Biden"

"El retorno de la “tercera vía” pone fin a los minoritarios intentos de una salida por la izquierda de la crisis de la socialdemocracia y es funcional al tipo de integración europea dominante"

Manolo Monereo  

 ¿Ha perdido Sanders? Muchos se preguntarán a qué viene esto, ya que el conocido político demócrata norteamericano perdió hace tiempo frente a Biden y ahora solo se presentaba como senador. Me estoy refiriendo a otra cosa, a lo que podríamos llamar las múltiples consecuencias que va a tener la victoria de Biden. Hay un dato que empieza a aparecer en letra pequeña, como comentario en el marco de un debate más general: Sanders nunca hubiese ganado a Trump; para vencer a los populismos de derechas hace falta hacerlo desde la moderación y el centro-izquierda, el extremo centro que diría Tarik Alí.

 

Cuando cambia la administración norteamericana -es el Imperio- muchas cosas cambian en su mundo del que, de una u otra forma, formamos parte. Todos quieren ser vencedores, hacer méritos y apostar al futuro. Asombra la ingenuidad de una parte significativa de la izquierda que hace suyo el triunfo de Biden, que alaba la consistencia de la “democracia americana” y sueña con un mundo mejor. Trump es muy de derechas, la mayoría de las veces brutal, y conseguía como nadie hacerse antipático; no podía disimular su autoritarismo mezclado con supremacismo racial y un nítido desprecio por los sectores populares. Aun así, casi la mitad del pueblo norteamericano votó por él. Solo la Covid-19 lo pudo vencer. Tendríamos que explicar las raíces de un fenómeno que ya estaba en la sociedad norteamericana y que ahora ha ganado coherencia y fuerza.

 Los EEUU vuelven y pasan a la ofensiva. Esa podía ser la consigna del momento. Muchos llevaban años esperándolo: vuelven los nuestros. Se ve con claridad que ha sido el trumpismo, una forma de repliegue ante un cambio geopolítico de grandes dimensiones. El presidente derrotado puso de manifiesto lo que todos sabían, que la hegemonía norteamericana en el mundo estaba en cuestión y que aparecía con mucha fuerza una potencia que los desafiaba. Los EEUU llegarán hasta el final para impedirlo, hasta el final y sin escatimar medios. Los europeos no están en capacidad para entender eso. Lucha por el poder puro y duro. Borrell quiere que aprendamos a pensar geopolíticamente, no será fácil. La diplomacia “a martillazos” de Trump dejaba claro que EEUU no estaba para juegos florales y que la amenaza era existencial. La prioridad era el hemisferio oriental y allí iba a concentrar todas sus fuerzas. A los aliados europeos les señalaba tareas: ocuparse del frente ruso, incrementar sus presupuestos militares y contribuir enérgicamente a la contención de China. La OTAN valía si cumplía estas misiones y mostró hasta la saciedad que no iba a perder mucho tiempo en convencerlos.

 Tengo la seguridad de que los rasgos básicos de la política internacional del Trump serán seguidos por Biden. Cambiarán muchas cosas, pero no lo sustancial. Lo primero será una nueva estrategia. Los demócratas son especialistas en combinar poder duro y poder blando con mucha sofisticación; usan los medios de comunicación con pericia y confían que su modelo de vida siga siendo su mejor tarjeta de visita. Saben que no pueden ganar solos a una China en alianza con Rusia; es decir, necesitan construir un bloque trilateral que los aísle, los contenga y los sitúen a la defensiva. Una de las claves será la lucha cultural, los dispositivos discursivos y la industria de la comunicación en un sentido amplio. Los intelectuales volverán a cumplir misiones de importancia, legitimando las nuevas directrices de los poderes fuertes y combatiendo las ideas nocivas, todo lo que tenga que ver con el socialismo y que cuestionen el orden capitalista, púdicamente denominado “Orden internacional liberal”.

 Las relaciones internacionales tienen estas cosas desagradables. La lucha por el poder, pido disculpas, es permanente, no descansa y llegará hasta la guerra; sí, la guerra. La derecha demócrata, que es la que ha ganado, no se debe olvidar, lo hará con oficio y de oficio. Saben de qué va esto. Se preparan para un periodo largo de acumulación de fuerzas, de desgate planificado e de complicidades múltiples, sumando aliados y disputando todos los espacios posibles. Lo hicieron una vez y lo volverán a hacer. Su estrategia será compleja y no tendrán demasiados problemas para intervenir en frentes ambiguos o impresentables. Usarán todos los medios, todos los instrumentos legales o paralegales; económicos o financieros, guerras hibridas o convencionales, inteligencia artificial y manejo fino del ciberespacio. O sea, una estrategia prolongada, sistemática e integral.

 Los dispositivos hegemónicos serán muy importantes y los intelectuales sistémicos pieza clave. Los intelectuales orgánicos, tal como los hemos conocido, son cosas del pasado. Sus funciones se han socializado y degradado. El mundo del capitalismo financiero concede poco a la política y prefiere a gestores de imagen y potentes aparatos de comunicación. Los tiempos están cambiando y lo harán más, mucho más y rápidamente. La figura que emerge es el intelectual sistémico. Su papel es definir lo políticamente correcto; lo que se puede debatir y lo que no; sacar de la esfera pública los intelectuales críticos, condenarlos al ostracismo y vetar su presencia en los medios. Sus instrumentos son emitir discursos disciplinarios, criminalizar al disidente y etiquetarlos. Ellos son los operadores del discurso, los funcionarios de un poder que quiere construir marcos cognitivos e imaginarios sociales renovados para una conflagración global que quiere volver a un nuevo bipolarismo, al enfrentamiento existencial entre un Occidente bajo hegemonía de EEUU y un Oriente con su centro en China. Los primeros, liberales, partidarios del multilateralismo y libre comercio, comprometidos con los derechos humanos; los segundos autoritarios, nacionalistas, con capitalismos fuertemente intervenidos y corruptos, con valores culturales incompatible con las libertades individuales. No será fácil. El 15 de noviembre China y 14 países han firmado la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) un Tratado que crea una zona de libre comercio en la región de Asia-Pacífico. Se lo ha calificado de histórico; algo de eso hay. Abarca a un tercio del PIB y de la población mundial. Lo singular: no están los EEUU y lo han suscrito Australia, Corea del Sur y Japón, tres aliados clave de la gran potencia norteamericana.

 La “depuración” de Jeremy Corbyn, nada más y nada menos que por antisemitismo, no es un acto singular y define una estrategia. El laborismo vuelve a la tercera vía y lo hace de la manera más radical posible, criminalizando a su antiguo secretario general y poniendo a la izquierda del partido a los pies de los caballos del sistema. Imagino que Corbyn se dará ahora cuenta que su dependencia de la derecha del partido ha sido nefasta y que no tener una postura clara sobre la UE, no solo le impidió ganar a Johnson, sino que, y es lo peor, hizo imposible la renovación y democratización del partido. Starmer, el nuevo secretario del Partido Laborista, anticipa un movimiento que será bastante común muy pronto, a saber, forjar una sólida alianza entre el gobierno demócrata estadounidense y lo que queda de la socialdemocracia europea. No es nuevo, lo fue con Clinton y, en parte, con Obama y ahora es mucho más necesario. Reforzar el vínculo transatlántico implica también una alianza de los social liberales, la renovación en clave post material de su ideario, apertura a Los Verdes y, en general, a las fuerzas centristas en un sentido amplio.

 El retorno de la “tercera vía” pone fin a los minoritarios intentos de una salida por la izquierda de la crisis de la socialdemocracia y es funcional al tipo de integración europea dominante. Tampoco esto es nuevo. La tercera vía fue un intento más de “norteamericanización” de la vida pública europea, de poner fin a su identidad de postguerra; es decir, una democracia basada en el conflicto de clases, el constitucionalismo social y el control político del mercado. El sueño de las élites europeas sería traducir el sistema político americano a una Unión Europea en crisis, necesitada más que nunca de ideas y proyectos. Más Europa, profundizar en este tipo de integración europea, significará romper el nexo fundante entre soberanía popular y autogobierno de las poblaciones; entre libertades individuales y derechos sociales. Por vía de los hechos, a espaldas de los pueblos, se transita hacia democracias plutocráticas, limitadas y crecientemente autoritarias; la independencia nacional es devaluada hasta hacerla irreconocible y se acepta como inevitable la sumisión a un orden imperialista.

 Los intelectuales sistémicos tienen una prodigiosa capacidad para adelantarse a los que mandan, buscar nuevas agendas e identificar a los enemigos. Su habilidad para integrar es inmensa; su especialidad es sumar a cuadros de la izquierda “mala”, combinando a la perfección el halago y el reconocimiento. El primer paso es siempre el mismo: acceso a los medios, salidas profesionales adecuadas y enganche a instituciones donde se reparten privilegios y prestigio. Lo sustantivo es el poder del poder, es decir, capacidad para definir y etiquetar normativamente a los demás. Detectan con finura los críticos integrables de aquellos que no se plegarán al poder; toman nota y archivan la información.

 Refundar el vínculo euroatlántico y construir con solidez alianza con la nueva clase gobernante norteamericana va a exigir mucho trabajo, dedicación y hacer fuertes a unas élites que necesitan de nuevos relatos, nuevos imaginarios e ideas fuerza solventes. Pedro Sánchez se ha adelantado de nuevo -Iván Redondo siente crecer la hierba- y propone una alianza estratégica con los EEUU, más allá de Alemania y Francia. Temo, que pronto, muy pronto, los ministros de Unidas Podemos que con tanta ilusión han recibido a Biden, se darán cuenta que la nueva Administración del amigo norteamericano será un político internacional más intervencionista, más dura que Trump en áreas decisivas y mucho más beligerante en los alineamientos políticos.

 https://www.cuartopoder.es/ideas/2020/11/17/la-tercera-via-esta-de-vuelta-el-papel-de-los-intelectuales-sistemicos/


 Nota del blog  ..Bueno  ,hay ducumento anterior a las elecciones .“Guiar el mundo democrático”. Tal es el lema que parece resumir el programa de política exterior de Joe Biden. Para concretar el sentido de esa ambición, el candidato demócrata a las elecciones presidenciales estadounidenses firmó en marzo de 2020 un artículo titulado “Por qué América debe volver a dirigir”. y por ahí  ..https://www.foreignaffairs.com/articles/united-states/2020-01-23/why-america-must-lead-again

 Y ver ..https://desinformemonos.org/el-nuevo-capataz/

lunes, 16 de noviembre de 2020

El 'bibliocausto' español .

 

Quema de libros en el patio de la Universidad Central de Madrid, en la calle San Bernardo. Año 1939

El 'bibliocausto' español, la quema de libros por el franquismo durante la guerra y la posguerra .

En cada localidad conquistada se saqueaban librerías, editoriales y bibliotecas para hacerlas arder en la plaza pública. Tras la caída de la Alemania nazi el régimen franquista intentó borrar parte de su pasado. Ahora un documental rescata un vídeo inédito de una quema de libros en Madrid.

La ley española de amnistía .

 


Foto  ( El padre Pietro -Aldo Fabrizi- rezando por uno de sus fieles el partisano Manfredi -Marcello Pagliero- torturado y muerto  por la Gestapo en la película  Roma Citta Aperta  1945 de  Roberto Rosellini ).

LA LEY ESPAÑOLA 46/1977, DE AMNISTÍA, MAS CITADA QUE LEIDA,

 Por Joan E. Garcés

https://www.rebelion.org/docs/105976.pdf


(González Pacheco alias " Bill el Niño " ,   fallecido  por coronavirus , 2020  , sin ser investigado y sin que se le retirasen sus medallas pese a las querellas de sus víctimas torturadas ) Foto. Repùblica de las ideas .

 



domingo, 15 de noviembre de 2020

España: Impunidad judicial .

 Reino de España: Impunidad judicial .

Ignacio Sánchez Cuenca  

En el artículo federalista 78, Alexander Hamilton defendió que, de los tres poderes que componen el sistema representativo, el judicial es el más débil, pues carece de la “fuerza” del ejecutivo y de la “voluntad” del legislativo; afirmó también que el poder judicial “nunca podrá atacar con éxito a ninguno de los otros dos” y, por lo tanto, “ha de adoptarse toda precaución posible para permitirle defenderse de los ataques de estos”. La precaución principal consistió en otorgar a los jueces total independencia con respecto a los otros dos poderes.

En la democracia representativa, el judicial desempeña el papel de guardián último del sistema. Es quien tiene la última palabra sobre la interpretación de las leyes y sobre la adecuación de los actos políticos a la legalidad. Partiendo del supuesto de su debilidad intrínseca, los teóricos nunca se preocuparon por la cuestión de establecer un contrapeso al poder judicial. No intentaron dar respuesta a la pregunta que quién vigila a los vigilantes. En los debates constitucionales de finales del siglo XVIII, nadie podía imaginarse que el judicial pudiera actuar según intereses políticos.

Las cosas han cambiado mucho desde entonces. Los jueces han ido adquiriendo un protagonismo cada vez mayor en la actividad política (judicialización de la política) y, por eso mismo, resulta ingenuo seguir manteniendo la ficción de que el judicial es siempre un poder débil y carente de motivaciones políticas.

Al no contemplar la posibilidad de motivaciones políticas, el sistema extraordinariamente desarrollado de controles mutuos de la democracia representativa carece de mecanismos para corregir lo que podemos llamar “abusos judiciales”. Hasta tal punto es así que en tiempos recientes se ha inventado un término, lawfare , para describir las ofensivas políticas del judicial. Quien quiera saber más sobre lawfare , puede iniciarse con el estupendo artículo que ha escrito José Luis Martí en el número 50 de la revista Idees (1).

Aunque resulte polémico decirlo, creo que la actuación de los jueces con respecto al conflicto catalán representa un caso palmario de abuso judicial. Y lo más grave es que no hay forma de reparar dicho abuso porque los jueces, ejerciendo la independencia que les garantiza el ordenamiento constitucional, se saben impunes.

Así, se ha producido una cadena de abusos judiciales consistente en lanzar acusaciones exageradas e injustificadas que respondían a una intencionalidad política evidente. No se trataba de ajustar la acusación a los hechos ocurridos, sino más bien al revés: forzar lo que sucedió en el otoño del 2017 hasta que encajara en el delito de rebelión, que era el que políticamente convenía. La acusación de rebelión puede entenderse como la traducción

jurídica del concepto político que adoptó la derecha nacionalista española para referirse a la crisis constitucional catalana: golpe de Estado. Recuérdese que el único precedente del delito de rebelión en nuestro periodo democrático era el del 23-F. Para establecer la conexión entre la desobediencia institucional y un golpe de Estado fue necesario inventarse una violencia que nunca ocurrió.

La Fiscalía no tuvo necesidad de disimular y, de forma insistente, se refirió durante el juicio al golpe de Estado. El propio fiscal Javier Zaragoza, en un ar­tículo publicado en La Vanguardia el pasado 24 de agosto, hablaba de golpe de Estado. Jordi Cuixart ha solicitado la recusación del magistrado del Tribunal Constitucional Antonio Narváez Rodríguez por haber afirmado en una conferencia que los sucesos de otoño del 2017 fueron un intento de golpe de Estado más grave que el del 23-F. Si el problema ca­talán se reduce a “golpismo”, la única ­respuesta coherente es la acusación del delito de rebelión.

Se dirá que todo esto carece de relevancia, que lo que importa es la sentencia final y que esta, para irritación de los sectores más reaccionarios, no condenaba por rebelión, sino por sedición. Pero esta valoración es incompleta. Gracias a la acusación exagerada de rebelión, se pudo derivar la causa al Tribunal Supremo, el más politizado de nuestros tribunales, con una cómoda mayoría conservadora, quebrando así el derecho al juez natural. Además, al acusar a los líderes independentistas de rebelión, se pudo impedir, por ejemplo, que Oriol Junqueras ejerciera el cargo de diputado en el Congreso español, interfiriendo de forma grave el proceso democrático (se suspendió a Junqueras porque la ley de Enjuiciamiento Criminal contempla específicamente en el artículo 384 bis, como causa de suspensión de cargos públicos, la acusación de rebelión o terrorismo). Asimismo, la gravedad de la acusación de rebelión fue importante para el mantenimiento de la prisión preventiva hasta la condena final. Por lo demás, el Tribunal Supremo pudo parecer moderado al desestimar en su sentencia la rebelión y mantener la condena menos grave por sedición, aunque, a mi entender, resulte tan inverosímil y politizada como la de rebelión, dada la ausencia del decimonónico “alzamiento”, ya sea “tumultuario” (sedición) o “violento” (rebelión).

La cosa, por desgracia, no acaba aquí. Se han celebrado o están por celebrar otros muchos juicios, también basados en acusaciones enormes. Además, los jueces han aplicado la plantilla antiterrorista en el caso de Tamara Carrasco y en el de los CDR detenidos en septiembre del 2019. Y hace unos días se ha puesto en marcha una nueva operación de infausto nombre, Vóljov, basada en informes altamente cuestionables de una Guardia Civil también politizada, con inclusión de una historia delirante sobre la intervención del ejército ruso en Catalunya.

¿Quién responde por todos estos atropellos? ¿No tiene consecuencias para fiscales y jueces instructores haber dado cobertura jurídica a la aberración política del “golpe de Estado”? Como mucho, los promotores de estas causas pueden encontrarse con que sus acusaciones quedan en nada o en poco. El derecho es así, dirán algunos: en ocasiones las acusaciones se confirman, en otras no. Pero esto va más allá de un defecto de técnica jurídica. No estamos hablando de un caso concreto, sino de un patrón de acusaciones que obedece a un planteamiento ideológico ajeno a la justicia y que tiene efectos directos sobre el sistema político.

La democracia representativa no cuenta con recursos institucionales para hacer frente a este problema de impunidad judicial. Sería conveniente, al menos, tener un debate sobre este asunto. Y empezar a pensar en cómo resolverlo.

Ignacio Sánchez Cuenca  es profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid. Entre sus últimos libros, 'La desfachatez intelectual' (Catarata 2016), 'La impotencia democrática' (Catarata, 2014) y 'Atado y mal atado. El suicidio institucional del franquismo y el surgimiento de la democracia' (Alianza, 2014).

Fuente:

https://www.lavanguardia.com/opinion/20201114/49434659024/impunidad-judicial.html

 Nota del blog .. (1) ..https://revistaidees.cat/es/lawfare-y-democracia-el-derecho-como-arma-de-guerra/