martes, 15 de septiembre de 2020

¿Una revolución de colores en Bielorrusia?

 

¿Una revolución de colores en Bielorrusia?

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Desde hace varias semanas se han producido una serie de protestas fuertes en Bielorrusia como consecuencia de las elecciones en las que el presidente Alexander Loukachenko fue reelegido con el 80% de los votos. La oposición liderada por Svetlana Tikhanovskaïa no reconoció el resultado de las elecciones, bajo el pretexto de un supuesto fraude y llamó a protestas en contra del gobierno con el apoyo explícito de la Unión Europea y particularmente los gobiernos de extrema derecha de los países bálticos, Polonia y Hungría.


 BORIS DIFFER

¿De dónde viene Loukachenko?

 

Loukachenko fue elegido de manera sorpresiva en el verano de 1994 derrotando al candidato social-demócrata que quería un acercamiento con el bloque occidental, y al representante de la nomenklatura poscomunista que habían permitido el desmembramiento de la URSS en 1991. Loukachenko fue elegido sobre la base de un programa centrado en la preservación de un sector público predominante en la economía, las prestaciones sociales heredadas de la URSS, la rehabilitación del pasado soviético, la celebración del papel de los ex-combatientes durante la Segunda Guerra Mundial y de los constructores del país en el período de posguerra, el desarrollo de industrias de alta tecnología creadas durante el período soviético, el rechazo a la OTAN y una política de cooperación con los países del espacio postsoviético y con los miembros de los países no alineados.

Este programa se ha mantenido como popular hasta la fecha de hoy, aunque una parte de la población se ha cansado de un sistema que privilegia el paternalismo a la democracia participativa. Está claro que hoy, varias potencias extranjeras desean provocar un cambio de régimen en Bielorrusia y empujan en este rumbo, lo que explica las presiones y las tentativas de manipulación de la opinión pública en Europa y Estados Unidos. En esta situación es muy importante tratar de evitar el flujo de desinformación y las exageraciones de la evolución real de la opinión pública en Bielorrusia.

Cuando la población eligió a Loukachenko en el 1994, lo hizo como reacción y rechazo a la política de empobrecimiento, privatizaciones y desmantelamiento de todo el legado soviético producto de la Perestroika y el Glasnost. Deseaba poner fin a las privatizaciones, a la polarización social en curso, al desarrollo de la criminalidad proveniente de la Rusia yeltsiniana, al reino de los oligarcas y a la fragmentación de la Unión Soviética. Claramente, era un voto pro-soviético aún cuando Loukachenko nunca ha tenido la intención de reconstruir un partido comunista ni seguir el desarrollo de una sociedad socialista. Se puede considerar la elección de 1994 como un pragmatismo de orientación social respetuoso de la herencia soviética.

 

Características del régimen político en Bielorrusia

 

Bielorrusia en la actualidad tiene un sistema fuertemente centralizado alrededor del poder ejecutivo (presidencial) que lleva a cabo una política paternalista de protección social y desarrollo económico bajo el impulso más o menos eficiente del Estado. Deja un espacio de desarrollo paralelo para el sector privado, pero sin favorecer demasiado el surgimiento de una nueva clase capitalista.

Este sistema deja poco lugar a las iniciativas procedentes de la sociedad civil y no contribuye a la politización de la población, por lo que se puede entender, hasta hace poco, una cierta pasividad del cuerpo social, las organizaciones, sindicatos y partidos políticos. Loukachenko se ha negado a la creación de un partido de masas que podría constituir su base militante, aunque ha logrado el apoyo de partidos como el Partido Comunista de Bielorussia que se mantienen, sin embargo, como autónomos frente al campo de acción presidencial.

 

Sobre la naturaleza de las manifestaciones actuales

 

Aún cuando existe una fracción de la población que está cansada del gobierno de Loukachenko, la organización de las protestas ha sido preparada por ONG ya muy conocidas. Desde hace quince años, jóvenes bielorrusos participan en seminarios de formación para la manipulación de la muchedumbre, bajo la tutela de organizaciones como la Fundación Soros, o la organización serbia Otpor surgida en el transcurso del derrocamiento de Milosevic, con el concepto de «revolución no violenta». Hasta hace poco no se había logrado un movimiento fuerte de protestas. Recientemente, la parte de la población que rechaza el paternalismo se ha manifestado con más fuerza. Pero fue sobre todo cuando se desató una represión fuerte e inesperada hacia los manifestantes, justo después de las elecciones, lo que empujó a una parte importante de la población hacia el movimiento de protestas. Esas protestas no fueron tan masivas como se ha querido presentar por los medios de comunicación occidentales.

No debe ser excluida la posibilidad de que la brutalidad con la que actuó la policía, desconocida hasta la fecha, haya sido provocada por funcionarios corrompidos hasta un cierto grado por oligarcas capitalistas rusos que desean aprovechar el descontento para empujar a Loukachenko en los brazos de Putin. Estos, como sus equivalentes en occidente, quieren poner  fin al “insolente” modelo bielorruso donde industrias muy desarrolladas pertenecen al Estado y funcionan muy bien.

Los oponentes sostienen que han logrado el apoyo de la mayoría de la población, y algunos sondeos muestran que, en Minsk, entre el 45% y el 50% de la población habría girado a favor de la oposición, más o menos heterogénea. Pero en la provincia la situación es muy distinta, donde la mayoría absoluta de la población respalda al gobierno de Loukachenko. Aun así, deja a la oposición un margen de maniobra de un millón de habitantes en la capital. Si bien Loukachenko ha perdido el apoyo de una parte de los obreros, la manifestación del 16 de agosto a Minsk ha logrado movilizar a decenas de miles de manifestantes. En todo el país se han dado grandes marchas a favor del gobierno. Estas contra-protestas han sido tardías porque la población no está acostumbrada a movilizarse, lo que constituye una de las principales debilidades del gobierno actual, de la cual es el propio responsable.

En las regiones de Brest y Grodno, se constató la entrada de manifestantes desde Polonia y Lituania con el respaldo de estos dos gobiernos, lo que explica las maniobras militares realizadas por el gobierno bielorruso.

 

La oposición rusa y occidental al modelo bielorruso

 

La industria y la agricultura bielorrusa producen mucho más que solo papas, como se quiere hacer creer en Occidente para ocultar las grandes capacidades tecnológicas que han sido desarrolladas desde la época soviética y también durante el gobierno de Loukachenko en el poder. Camiones gigantescos para las minas, tractores de alta calidad, industria espacial, informática, industria militar avanzada, etc. Una economía insolente a los ojos de los capitalistas para quienes la propiedad pública tiene que ser necesariamente asociada con atraso e ineficiencia. Además China, el nuevo enemigo decretado por EE.UU, ha apostado mucho a las capacidades productivas y científicas de Bielorrusia y gracias a su posición geográfica de puerta de acceso hacia Europa occidental, se ha vuelto imprescindible quitarle esa oportunidad, incluso si eso presupone dejarles parte del pastel a los oligarcas rusos. Los capitalistas saben cooperar para destruir a un sistema que limita sus ganancias, para después desgarrase entre ellos mismos y controlar el mercado. Todavía no es el caso de Bielorrusia, y así se ha mantenido desde hace 30 años, lo cual es muy irritante para las élites capitalistas europeas.

A pesar de las tensiones que se han producido entre Bielorrusia y Rusia desde hace varios años, la integración estratégica de los dos países es sólida y es difícil imaginar un desacoplamiento militar. Rusia no ha permitido que Bielorrusia entre en la OTAN. Moscú no necesita intervenir militarmente porque el ejército bielorruso está intrínsicamente integrado en las estructuras occidentales del ejército ruso, por lo tanto, es poco probable que llegue a apoyar a los sectores de la oposición y romper su lazo con el hermano eslavo. Por supuesto, esta situación ha dado a Rusia un papel central de mediador en la crisis actual. Los dirigentes occidentales más moderados saben que no pueden ignorar los intereses estratégicos de Rusia y que un cambio político en Minsk no podría abrir la vía a una integración del país a la OTAN. En cambio, los partidarios del “Deep State” no tienen ningún límite en sus apetitos y están dispuestos a arriesgar una guerra mundial para expandir su “espacio vital”, siendo la baja tendencial de la tasa de ganancia su principal motor.

A pesar de ello existen en Rusia capitalistas partidarios de la caída del gobierno de Loukachenko como el poderoso oligarca bielorruso establecido en Rusia, Dimitry Mazepin, patrón de la empresa rusa Ouralchem. Desde hace varios años este magnate desea adquirir la empresa bielorrusa estatal de Soligorsk, cuyo valor es estimado en 150 mil millones de dólares, pero se ha enfrentado al rechazo continuo de las autoridades de Minsk.

Según fuentes cercanas al poder en Minsk, Mazepin destinó mucho dinero para comprar a altos funcionarios bielorrusos dispuestos a cambiar de bando, con el objetivo de asegurar una privatización del país para repartirlo entre capitalistas rusos y occidentales. Las manifestaciones actuales son una bendición para esos capitalistas porque empujan al gobierno de Loukachenko hacia Rusia, donde la influencia de los oligarcas es suficiente para presionar al Kremlin con el fin de forzar al gobierno bielorruso a abandonar su principio de Estado Social y la defensa de la propiedad pública de las empresas clave de la economía. Para el Kremlin, el objetivo es obligar a Minsk a abandonar su modelo social, abriendo el país a privatizaciones masivas sin tener que lidiar por otro lado con una revolución de colores deseada por los sectores más extremistas en el oeste. En total, la KGB bielorrusa estima que 1800 millones de dólares han sido enviados a Bielorrusia en los últimos cinco años tanto por Rusia como por el Oeste para comprar altos funcionarios favorables a la integración con Rusia o a las organizaciones de oposición atadas a los intereses occidentales. Surgió así una tanda de burócratas corruptos que tienen más intereses en la privatización que en su propio mantenimiento en puestos gubernamentales menos remunerados.

 

La OTAN dividida entre partidarios del «putsch» y los «moderados»

 

El ministro bielorruso de asuntos exteriores, Vladimir Makeï, en particular, pero también otros cuadros importantes del país, están visiblemente en el bando pro-occidental y muy ligados al Reino Unido que está activamente involucrado en el apoyo a los movimientos de protesta. Putin había advertido a Loukachenko desde hace tiempo sobre esos vínculos con la potencia británica, pero este último se ha negado a limpiar su gobierno del «clan» pro-anglosajón, porque pensaba necesario mantener el equilibrio con los partidarios de la unión con Rusia. La embajada inglesa en Varsovia juega un papel central en orquestar las protestas en Minsk, en cooperación con los polacos y los países bálticos. Se sabe que las potencias occidentales están dividas entre un ala «moderada» que quiere preservar canales de negociación y cooperación con Minsk y Moscú, y una ala extremista, intervencionista, decidida a exacerbar todos los conflictos posibles en un mundo donde el sistema dominante está atascado en su propia crisis económica y sanitaria.

Francia y Alemania serían los moderados, incluyendo excepcionalmente a la administración Trump, mientras los partidarios extremistas se encuentran en Inglaterra y en lo que el New York Times llama el «Deep State»: los estados bálticos, Polonia, Hungría y la República Checa. Del lado ruso ocurre lo mismo, los oligarcas y los ministros de tendencias mundialistas ejercen una fuerte presión sobre Minsk, mientras los ministros del bando estadista y «patriota» son más favorables a la moderación con el gobierno de Loukachenko. Rusia ha perdido mucho dinero por apoyar a Bielorrusia, pero la principal razón se encuentra en la importancia de las industrias bielorrusas para la economía rusa, como la industria militar, espacial, el sector agro-industrial y la investigación científica. Loukachenko tiene, por lo tanto, mucho peso para imponer sus deseos a Putin en tiempos de paz. Debilitado por la crisis política, se vuelve dependiente del apoyo de Moscú para prolongar su estancia a la cabeza del Estado, y es muy dudoso que China esté dispuesta a respaldarlo cuando necesita mantener ante todo su alianza estratégica con Rusia e Irán, lo que hace a la posición bielorrusa secundaria en ese gran juego geopolítico.

La naturaleza del intento de cambio de régimen sigue un patrón similar al utilizado recientemente en Venezuela y Bolivia y marca claramente el uso sistemático de la teoría revolucionaria con fines de negocio por el imperialismo occidental. Urge desarrollar la lucha social y la solidaridad entre los pueblos para desactivar estos mecanismos de injerencia continua.

 

 

 

Comparación entres fotos actuales e históricas de las manifestaciones en Minsk donde se viralizó el uso de la bandera rojiblanca utilizada por el gobierno de colaboración con la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. La extrema derecha europea empuja el uso de símbolos relacionados con el nazismo como en el caso de Ucrania.

 

Editado por América Rodríguez para Investig’Action.

Fuente: Alainet 

lunes, 14 de septiembre de 2020

Militarizando la pandemia .

 


Militarizando la pandemia: Cómo los estados de todo el mundo eligieron respuestas militarizadas

  Andrew Metheven  

  “Dispárenles hasta que estén muertos”

 Estas fueron las órdenes del presidente filipino Rodrigo Duterte, sobre la forma en la que los soldados y el gobierno de los países deberían utilizar un enfoque «similar al de la ley marcial» para hacer cumplir el estricto confinamiento impuesto para limitar el impacto de la pandemia de coronavirus. Pronto se produjeron historias de abusos y asesinatos policiales por infracciones del confinamiento por cuarentena, entre ellas el tiroteo de un hombre en estado de embriaguez, jóvenes encerrados en una jaula para perros y presuntos infractores del toque de queda detenidos sin comida ni agua. Más de 1.000 personas en Filipinas han sido detenidas por infringir las condiciones del confinamiento, y Human Rights Watch ha criticado al Gobierno por utilizar tácticas similares a las de su «guerra contra las drogas», en la que la policía ha matado a miles de personas, incluyendo registros casa por casa, alentando a los vecinos a denunciar a otros en su comunidad de los que sospechen que tienen síntomas de Covid-19.

 Estos prácticas no se limitan a Filipinas – varios gobiernos han sido criticados por Michelle Bachelete, representante al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos quien dijo que «los poderes de emergencia no deberían ser un arma que los gobiernos puedan esgrimir para reprimir la disidencia, controlar a la población e incluso perpetuar su tiempo en el poder». Comprender la naturaleza militarizada de estos confinamientos y cierres nos ayuda a entender la naturaleza de la policía militarizada y la amenaza que supone para el bienestar y la libertad de nuestras comunidades, y por qué hay que resistirla y desafiarla. Fuera de las zonas de guerra reales, los encuentros con las fuerzas policiales pueden ser la experiencia más directa de la militarización para muchas personas, que están afectando a la vida de un gran número de personas. Antes de que se produjera la pandemia estaba claro que el militarismo se estaba normalizando cada vez más; ahora, teniendo en cuenta las enormes amenazas de la pandemia, los riesgos de una violencia extrema a manos de las fuerzas policiales militarizadas de todo el mundo se vuelven aún más extremos.

Cuando hablamos de «militarización», nos referimos a los estados que utilizan prácticas, sistemas, estrategias y mentalidades similares a las utilizadas por los ejércitos que participan en la guerra. La «mentalidad guerrerista» ha sido un tema impulsado por instructores que imparten talleres para las fuerzas policiales en los Estados Unidos, en los que se describe un enfoque de la labor policial que considera que los miembros de las comunidades son una amenaza que hay que contrarrestar y controlar, dando prioridad a los métodos violentos -incluso letales- para gestionar los conflictos y creando una mentalidad de «nosotros contra ellos». Este enfoque, unido a las armas de uso militar y a menudo a una deficiente rendición de cuentas, es una mezcla tóxica en cualquier situación, y muchos gobiernos de todo el mundo han respondido a la pandemia del coronavirus con bloqueos impuestos por las fuerzas policiales militarizadas.

La militarización va más allá de los actos individuales de violencia; se basa en una compleja e intrincada red de sistemas y estructuras. La violencia militarizada es organizada, deliberada y despersonalizada, impulsada por valores patriarcales y racistas, y la mayoría de las veces se dirige a los sectores más pobres y desfavorecidos de nuestras sociedades.

 Más allá de la violenta imposición de toques de queda y cierres, la militarización también se produce cuando los militares gestionan la respuesta de los estados a la pandemia. Entre los ejemplos de países en los que esto está ocurriendo se encuentra Indonesia, donde varios generales retirados ocupan puestos clave en la toma de decisiones, incluyendo el ministro de sanidad y el jefe del grupo de trabajo que coordina la respuesta del gobierno. Por lo tanto, no es de extrañar que el gobierno esté utilizando cientos de miles de efectivos para hacer cumplir las normas sobre el distanciamiento social y el uso de máscaras.

La militarización que vemos que se está llevando a cabo a través de la pandemia no salió de la nada, es un síntoma de mentalidades militarizadas profundamente arraigadas. Podemos verlo en el lenguaje empleado en la respuesta de los estados al virus: «pie de fuerza», «reunir a las tropas». Los valores del militarismo impulsan la retórica en la respuesta, que a su vez apoya las respuestas militarizadas y, en última instancia, permite la violencia y la opresión.

 Hay una variedad de formas en que los gobiernos militarizaron su respuesta a la pandemia. Comprenderlas nos ayuda a construir una imagen de cómo opera el militarismo, e identificar las oportunidades para desafiarlo.

 El Salvador

Human Rights Watch ha informado de que las fuerzas policiales de El Salvador han «detenido arbitrariamente a cientos de personas en nombre de la aplicación de restricciones» y que el presidente del país, Nayib Bukele, ha utilizado Twitter y los discursos difundidos a nivel nacional para alentar «el uso excesivo de la fuerza y la aplicación tapabocas, aunque esto no era un mandato del gobierno, o por salir a comprar comida o medicinas.

 Sudáfrica

En marzo, las fuerzas policiales de Sudáfrica dispararon balas de goma a los compradores que hacían fila frente a un supermercado de Johannesburgo cuando entró en vigor el confinamiento allí. En los vídeos se veía a policías y soldados fuertemente armados patrullando los barrios muy pobres donde los residentes tienen una capacidad limitada para aislarse, golpeando a las personas con látigos. En abril, los servicios de seguridad fueron acusados de matar a tantas personas por no cumplir el confinamiento como las que el propio virus había matado. Collins Khosa fue asesinado por las fuerzas de seguridad en su propia casa el 10 de abril después de que los soldados descubrieron lo que creían que era un vaso de alcohol en su patio (Sudáfrica prohibió la venta de alcohol durante el confinamiento).

 Thato Masiangoako, investigador del Instituto de Derechos Socio-Económicos de Sudáfrica, dijo a Reuters que «Esta brutalidad y violencia no es nada nuevo. Lo que es nuevo es que durante este encierro, se ha puesto más énfasis en estos abusos… Las fuerzas de seguridad se desplegaron principalmente en las zonas negras pobres como los municipios de alta densidad. Las áreas más ricas han sido protegidas de la violencia.»

Sri Lanka

A mediados de mayo, más de 60.000 personas en Sri Lanka habían sido arrestadas por romper las restricciones del país. El inspector general ha restringido los derechos de los ciudadanos a la libertad de expresión, ordenando a la policía que detenga a quienes critican la respuesta del gobierno al coronavirus, incluyendo a los funcionarios que «regañan» y señalan «cuestiones menores». El grupo de trabajo del gobierno encargado de gestionar la respuesta a la pandemia está dirigido por el General Shavendra Silva, un comandante militar que, según Human Rights Watch, «se enfrenta a acusaciones creíbles de crímenes de guerra durante los últimos meses de la larga guerra civil de Sri Lanka».

 Serbia

Además de utilizar el ejército y las fuerzas policiales militarizadas para imponer violentamente las restricciones, los estados han utilizado una violencia similar para responder a las protestas contra su manejo de la crisis. En Serbia, el «hombre fuerte» Aleksandar Vucic fue criticado por haber celebrado elecciones el 21 de junio -en las que su Partido Progresista Serbio obtuvo una victoria aplastante pero fue boicoteado por los partidos de la oposición- y por haber agravado la crisis al flexibilizar las normas sobre las grandes reuniones, antes de imponer un estricto toque de queda tras ganar las elecciones. Los manifestantes que exigían su dimisión intentaron asaltar el edificio del Parlamento, pero fueron golpeados y gaseados por la policía antidisturbios, que tomó como objetivo a los periodistas y atacó indiscriminadamente a las personas que no representaban ninguna amenaza y que estaban muy lejos de la protesta. La policía disparó bengalas a corta distancia desde vehículos y golpeó personas sentadas en bancos de un parque.

 Si no es militarismo, ¿entonces qué?

Los Estados optan por respuestas militarizadas debido a un amplio número de razones: porque otros sistemas y estructuras se ven privados de recursos; muchos consideran que los militares son ingeniosos, decisivos y eficaces en formas que los sistemas civiles/no militares nunca podrán ser; la violencia y la amenaza de violencia es una forma eficaz de crear miedo manteniendo el control; por la creencia de que, en una emergencia, la única opción de los Estados es utilizar medios coercitivos y autorizados para hacer cumplir las medidas que, en última instancia, beneficiarán a sus ciudadanos…

A medida que los movimientos de todo el mundo presionan para lograr una recuperación ecológica al enorme impacto económico, también deberíamos aprovechar la oportunidad para considerar cómo y por qué muchos estados recurrieron a esas respuestas militarizadas a la pandemia, y cuáles serían nuestras alternativas. Los militares despilfarran enormes cantidades de recursos que podrían haberse utilizado, durante muchos años, para construir sistemas de atención sanitaria y social más sólidos. El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo estima que el gasto mundial en el sector militar en 2019 ha sido de 1.917.000 millones de dólares, el nivel más alto desde 1988 y un aumento del 3,6% respecto a los niveles de 2018. Cuando se inyectan cantidades tan enormes de recursos en los ejércitos no es sorprendente que dominen los enfoques y las narrativas militarizadas, pero debemos ser claros: el militarismo no es la única opción, los enfoques militarizados no son alternativas neutrales a los sistemas que deberían ser gestionados y administrados por civiles, y debemos seguir impulsando enfoques para la gestión de emergencias que sean equitativos y justos.

 Translated by

Natalia García (ES)

 Fuente: https://wri-irg.org/es/story/2020/m

 

https://www.antimilitaristas.org/Militarizando-la-pandemia-Como-los-estados-de-todo-el-mundo-eligieron.html

sábado, 12 de septiembre de 2020

La crisis del liberalismo occidental .

 La luz que se apaga: Cómo Occidente ganó la Guerra Fría pero perdió la paz  eBook: Krastev, Ivan, Holmes, Stephen: Amazon.es: Tienda Kindle

 Y ver  un explicación del libro   por uno de los autores ..


 Ver artículo de Estephen Holmes. 


https://www.letraslibres.com/espana-mexico/revista/explicando-europa-del-este-la-imitacion-y-sus-descontentos

Y ver una entrevista con el otro autor Ivan Krastey

https://elcultural.com/ivan-krastev-solo-el-espiritu-critico-puede-salvar-la-democracia

 

 

Nota del blog.-

Lo que pasa es, que esto que dicen los autores en los enlaces que pongo solo es una parte del libro. Luego hablan  de Putin , Trump y Chi Jinping . La mejor parte  es  la de Trump. De Putín hacen   más bien una caricatura . Y de Jinping  están impresionados .Estephen Holmes trabajó para la Fundación  Soros en Rusia y Ivan Krastey  es un politólogo e intelectual liberal búlgaro. De mucho prestigio entre los liberales  Se echa de menos que  explicaran lo del Brexit ..O  explicarnos a Boris Johnson . Ya que  a Trump si lo analiza  y no es el este . El libro tiene unos límites   de interpretación ,ya que es  como un tratado de psicología política y como liberal muy centrado en los líderes nacional populistas , como si lo económico y social  no se tuviera cuenta. Y los pueblos menos . Lo fase neoliberal del liberalismo actual creador de fuertes desigualdades  ,ni se nombra ,ni existe .Al final  se  parece más a un libro de autoayuda liberal no solo para el Este , sino de ellos mismos .Como una penitencia . Recordemos que la Fundación Soros fue expulsada  de Hungría . Y en Rusia eran felices con Yeltsin . Sobre todo cuando bombardeo el primer  Parlamento elegido democraticamente por   salir mayoría roja y oponerse a las reformas salvajes . Putin al final es como si el diablo  se les hubiera escapado de la botella. Y cuando  les protesta porque  la OTAN llega a sus fronteras solo busca conflictos y amenazar a Occidente . Las sanciones contra  Rusia no existen .De todos modos  de los paises del Este solo citan Polonia y Hungria como iliberales , los demas no existen. Y como si en Polonia el trasfondo católico y religioso de  la propia  revolución democrática  hubiera sido superado .Y Ucrania   solo sale,  porque  Putin se apodero de Crimea. Con lo felices que eran a partir  de las revoluciones  de colores y todo volvia   ser como debia haber sido, lo anterior era anormal . Y ahora les salieron rana , como los rusos.. 

La conclusión final y lo digo yo y no ellos ,  sería que el muro también se les  cayó encima , todos sabemos que cuando existía el Imperio Soviético ,Occidente competía con ellos , en estado social y en libertades  , caído este ,  el capitalismo  occidental ya no  necesitan alternativa . Es lo que hay . .Y lo que decían los soviéticos  de Occidente , era tan verdadero como lo que podían decir el Occidente de ellos . El liberalismo no deja de ser una utopía pero lo niegan ,  y se les   convertió en una distopía del capitalismo tardio. El  comunismo existio pero el capitalismo hacen como si no. Jamas lo nombran y menos asociado al liberalismo. Todo lo explica la psicología política. 

Y respecto a la inmigraciones exteriores lo mismo . Las guerras de los americanos y  Occidente en lo que llevamos  de siglo han provocado  sobre 50 millones  de desplazados y muchos vienen a Europa  , a sus antiguas metrópolis ex coloniales. La destrucción de Irak , Libia , Siria y más  tuvo sus consecuencias . Y la mayoría además  eran justificadas para imponer la democracia liberal , ya que después  del 89  se sintieron triunfadores ¿ Pero a qué liberal le importa eso ?.No es solo una crisis del liberalismo sino del estado democrático liberal que ya no controla a sus fuerzas económicas , ni las globales .De ahí el miedo a China  .Una cosa era USA en los años 50  con un PIB mundial de casi el 50% y otra cosa es ahora con 18% o menos con la crisis . Ya no tienen potencia  para hacer lo mismo .La excepción americana se ha derrumbado y ya no son  ejemplo para nadie. Y ellos bien lo saben. Al final también es una crisis de Occidente .Y no precisamente de la que hablo Spengler . Al fin y al cabo “Occidente”, es  un eufemismo ideado para no hablar de las formaciones sociales que se extendieron de manera colonizadora por todo el mundo ,esclavizando y explotando al resto del planeta. De ahí su apogeo. Y lejos estamos  de aquella época  que los presidentes describían a EEUU en la Guerra Fría como el faro de la esperanza en el mundo como   una "City  on a Hill" .   

 LDM.

Como la élite USA saquea a la clase trabajadora.

 

EEUU. En el peor momento, la élite multimillonaria saquea a la clase trabajadora


En medio de una pandemia mundial, de un hundimiento económico sin precedentes, de un desempleo masivo, del hambre y la desesperación, el mercado de valores está en auge y los más ricos de los ricos son más ricos que nunca.

Desde el mes de marzo, más de 58 millones de personas en los Estados Unidos han solicitado formalmente un puesto de trabajo. El Internal Revenue Servic (IRS, Servicio de Impuestos Internos por su sigla en inglés, oficina recaudadora, dependiente del Departamento del Tesoro, NdT) prevé que la economía de los EE.UU. contará con casi 40 millones de empleos menos en 2021 que los previstos antes de la pandemia, debido a la prolongada depresión económica. Aunque ampliamente se reconozca que la economía no se «recuperará» con una actividad plena -incluso si los casos de coronavirus disminuyeran pronto- y que la actual depresión continuará durante mucho tiempo, las empresas están haciendo todo lo posible para que aumenten los precios de sus acciones.

En su búsqueda desesperada de beneficios, muchas grandes empresas proyectan despidos masivos y reconocen que los empleados que actualmente están en «desempleo técnico» no tendrán trabajo al final de este periodo, cuando vuelvan. El Wall Street Journal informa que un estudio reciente demostró que «casi la mitad de los empleadores estadounidenses que han despedido o suspendido personal debido al Covid-19 están planificando nuevas reducciones de personal durante los próximos 12 meses». Las empresas dicen que los trabajadores y trabajadoras con salarios bajos serán los primeros en ser despedidos.

Según el Washington Post, que compara las cifras actuales con las de la recesión de Bush-Obama, que comenzó en 2009, la cantidad de trabajadores víctimas de un recorte salarial, desde el principio de la crisis hasta el 1° de julio, fue el doble. Más de 10 millones de trabajadores del sector privado sufrieron reducciones salariales o fueron obligados a trabajar a tiempo parcial.

La compañía de automóviles Tesla (especializada en coches eléctricos, basada en la Silicon Valey, NdT) impuso a todos los trabajadores una rebaja de sueldo del 10% desde mediados de abril hasta julio. Durante el mismo período, las acciones de Tesla se dispararon y el valor neto de la fortuna del director general Elon Musk pasó de 25.000 millones de dólares a más de 100.000 millones de dólares. Salesforce, una compañía de programas informáticos (para el comercio y la industria) anunció niveles de ventas récord un día y el despido de 1.000 trabajadores el día siguiente.  Las acciones de la compañía subieron un 26%.

Otro estudio encontró que el 50% de todos los empleados de las pequeñas empresas que han sido despedidos desde el mes de marzo siguen sin trabajo. El 28% está todavía con licencia y el 22% ha sido despedido definitivamente. Incluso en las estadísticas de desempleo manipuladas y gravemente subestimadas por el gobierno, la cantidad de personas que han estado en el seguro de paro entre 15 a 26 semanas es casi el doble de lo que era en el momento más crítico de la recesión de 2009, y exponencialmente más elevada que en cualquier otro momento desde la Gran Depresión de la década de 1930.

Los proyectos de ley de «reactivación», firmados por Donald Trump y aprobados por los demócratas, ya han dado billones de dólares a las grandes empresas y el equivalente de decenas de miles de millones de dólares en reducciones de impuestos a los estadounidenses más ricos. Incluso dos tercios de la ronda inicial de préstamos del Programa de Protección de los Salarios (Paycheck Protection Program), supuestamente destinados a «pequeñas empresas», fueron a grandes corporaciones como la Ritz Carlton (cadena de hoteles de lujo, NdT), además del regalo de varios miles de millones de dólares entregados como honorarios a los bancos que efectuaban los préstamos.

Mientras que millones de trabajadores con bajos salarios, «muchos de los cuales trabajan en el sector servicios muy afectados como la hotelería, los viajes y el comercio minorista…han perdido sus empleos, han sido despedidos o han visto reducidas sus horas de trabajo», escribe el Wall Street Journal, «los ingresos de los profesionales de cuello blanco…han permanecido en su casi totalidad intactos».

Los súper ricos se enriquecen más que nunca

El 18 de agosto -un día en el que murieron 1349 personas a causa del Covid-19 y mientras que varias decenas de millones de personas estaban sin trabajo- el índice de bursátil S&P 500 alcanzó un récord histórico y el índice Nasdaq 100, basado sobre todo en la tecnología, se encontraba ya en un nivel récord. Los periódicos financieros anunciaron un nuevo «mercado alcista», prediciendo que el valor de las acciones seguiría aumentando.

El éxito fulgurante del mercado de valores en el contexto actual sorprendió a muchas personas. Apenas dos semanas antes de que las acciones alcanzaran un máximo histórico, los Estados Unidos habían anunciado el mayor retroceso económico, durante tres meses, desde la Gran Depresión. El hecho de llamarlo «el mayor retroceso» no basta para dar una idea de su magnitud. La contracción del 9,5% de abril a junio de 2020 fue cuatro veces superior a la mayor disminución registrada desde la Segunda Guerra Mundial.

Las economías del mundo entero están en caída libre. El PIB de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), las mayores economías del mundo, cayó casi un 10% durante el mismo período -cuatro veces más que durante la crisis mundial de 2009- y se espera que el PIB mundial disminuya un 5% este año, un porcentaje histórico. Sin embargo, el mercado de valores sube, insensible a todo eso, al tiempo que los extremadamente ricos tratan de exprimir hasta la última gota a los trabajadores.

Según Bloomberg News, la riqueza de las 500 personas más ricas del mundo aumentó en 871.000 millones de dólares desde principios de año, y que «el aumento de la riqueza se concentra especialmente en los primeros puestos del índice de multimillonarios». Teniendo en cuenta solamente la semana del 24 al 28 de agosto, las 500 personas más ricas del mundo aumentaron su riqueza en 209.000 millones de dólares. Los diez multimillonarios más ricos del mundo acaparan juntos más de un billón de dólares.

Jeff Bezos, el director general de Amazon, de lejos el más rico del mundo, tiene una riqueza personal de 204,6 mil millones de dólares a fecha del 26 de agosto. Gran parte de su riqueza proviene de las acciones de Amazon, las que aumentaron un 80 por ciento en lo que va de año. La riqueza de Bezos se duplicó casi durante la pandemia, en un solo día, ganó 13 mil millones de dólares.

Las estimaciones históricas varían, pero la mayoría está de acuerdo en que John D. Rockefeller y Andrew Carnegie son los únicos magnates americanos que más dinero han tenido, una vez ajustado a la inflación, que el que Jeff Bezos tiene ahora.

Este año, las mayores ganancias obtenidas en las acciones fueron para las empresas más grandes, especialmente en tecnología, ya que la pandemia y el hundimiento económico se convirtieron en una bendición para el capitalismo monopolista. Apple, un monopolio tecnológico, es ahora la compañía más cotizada del mundo, con una capitalización de más de 2 billones de dólares – la primera compañía en alcanzar este umbral – que se incrementó en 1 billón de dólares en sólo 21 semanas.

¿Cuál es el secreto del increíble éxito de Apple? Apple se lanzó en la mayor re-compra de acciones de la historia, comprando 360.000 millones de dólares de sus propias acciones desde 2012, según el New York Times. Esta táctica de auto enriquecimiento incrementa el valor de las acciones de una empresa, al comprarlas a los accionistas, les da dinero directamente, en decenas y cientos de miles de millones, y hace que esas empresas sean aún más ricas al reducir el número de acciones restantes que los inversores pueden llegar a comprar, lo que hace que suba el precio de las mismas.

En los dos últimos años, Apple gastó 141.000 millones de dólares en compras de acciones, después de que las reducciones de impuestos de Trump en 2017 permitieran a la compañía repatriar 252.000 millones de dólares en beneficios no sujetos a impuestos a los Estados Unidos. Apple había conservado el dinero en paraísos fiscales durante años, negándose explícitamente a pagar impuestos y alegando que si era repatriados a los Estados Unidos, el dinero se utilizaría para «crear» decenas de miles de puestos de trabajo – pero que no lo haría si tenía que pagar impuestos. La Ley de Trump sobre empleo y recortes fiscales de 2017 suprimió el impuesto a la repatriación basado en la misma premisa falsa y una vez el dinero en los Estados Unidos, esas sumas fueron utilizadas para el fin previsto desde el principio: ser directamente entregado a los accionistas millonarios y multimillonarios de la empresa. Uno de estos multimillonarios es el director general de la empresa, Tim Cook, aunque su fortuna de mil millones de dólares es bastante irrisoria para los estándares actuales de la clase dirigente.

Otros monopolios tecnológicos como Microsoft y Google obtuvieron también grandes aumentos. Amazon y Microsoft van a alcanzar a Apple a finales de este año, llegando al nivel de los 2 billones de dólares. La única empresa que cotiza en la bolsa y que se acerca a estas cifras, en el mundo entero, es la saudí ARAMCO, la empresa estatal de petróleo y gas de Arabia Saudita. A modo de comparación, el valor total de las acciones de Walmart, con mucho la mayor empresa del mundo en términos de ventas -es decir, los productos realmente fabricados y vendidos- es de 370.000 millones de dólares.

Según esta carrera salvaje del mercado de valores, los beneficios de las empresas cayeron casi un 25% en la primera mitad de 2020, pese a los gastos en productos de consumo -la gran mayoría de la economía de los Estados Unidos- apoyados en gran medida por el subsidio de desempleo de 600 dólares, los tipos de interés cercanos a cero y en menor medida, los cheques de incentivo de 1.200 dólares. El subsidio de desempleo sustituyó efectivamente los salarios perdidos por los desocupados, permitiéndoles seguir haciendo las compras necesarias, mientras que los intereses bajos impulsaron un gasto -inesperado- de los ricos, los que estuvieron en gran medida a salvo de la depresión económica.

Esas ganancias bursátiles, enardecidas y totalmente ficticias, son la razón por la que los directores generales, los principales accionistas y los ejecutivos de las empresas vendieron más de 50.000 millones de dólares en acciones desde mayo de este año. La CNN acota que esos «iniciados» («insiders»), como se les llama, «están al tanto de más información sobre la verdadera salud de sus empresas que el inversor medio». Y si confiaran en una recuperación del mercado, probablemente no estarían vendiendo ahora sus acciones».

El subsidio especial de desempleo llega al final, no hay ningún anuncio sobre futuros subsidios extraordinarios, y el gasto de los ricos, por sí solo, no será suficiente para mantener la fachada de una economía en pleno desmoronamiento histórico.

La clase trabajadora sufre mientras los ricos tiran manteca al techo

«La recesión terminó para los ricos, pero la clase obrera está lejos de poder recuperarse», escribió el Washington Post el 18 de agosto. Se han recuperado menos de la mitad -42%- de los empleos perdidos durante la pandemia y los que menos probabilidades tienen de volver a trabajar son los trabajadores con salarios bajos. Las personas de color y las mujeres son las que más han sufrido. Las mujeres representan dos tercios de las personas que ocupan los 40 trabajos peor pagados, y las mujeres negras son la mayoría de los trabajadores y trabajadoras mal pagados.EEUU1009 II

«Los hombres y mujeres negros han recuperado alrededor del 20% de los empleos que perdieron durante la pandemia», informa el Washington Post, mientras que los hombres y mujeres blancos han recuperado el 40 y el 45% de los empleos perdidos, respectivamente. Entre febrero y mayo de 2020, desaparecieron 11 millones de puestos de trabajo ocupados por mujeres. La Oficina del Censo de los Estados Unidos  (U.S. Census Bureau) informa que «uno de cada cinco adultos en edad de trabajar está desempleado debido a que el Covid-19 cambió las condiciones para el cuidado de los niños»: las mujeres corren tres veces más riesgo que los hombres de tener que dejar sus trabajos -y hasta cinco veces más propensas a reducir sus horas- para cuidar a sus hijos. La pérdida de puestos de trabajo que afecta a las mujeres hoy en día van a tener un impacto, incluso en las próximas décadas.

Entre 30 y 50 millones de personas en los Estados Unidos corren el riesgo de ser desalojados de sus hogares en los próximos meses, ya que las protecciones temporales contra el desalojo no tendrán más efecto. Una encuesta reciente de la Oficina del Censo de los EE.UU. establece que «casi la mitad de los inquilinos hispanos y el 42 por ciento de los negros dijeron que no tenían ‘confianza’ o que tenían ‘poca confianza’ en su capacidad para pagar el alquiler de agosto.

Paralelamente, los precios de los productos alimenticios están aumentando a un ritmo más rápido que nunca en los últimos 50 años, lo que hace que para muchos, la carne y los huevos sean inaccesibles. El precio de la carne vacuna aumentó un 25% este año. La misma encuesta de la Oficina del Censo concluyó que «el 20% de los hogares hispanos con niños y casi un cuarto de los hogares negros con niños dicen que no tienen suficiente para comer».

La fundación Kaiser Family Foundation estima que, en los Estados Unidos, 27 millones de personas perdieron el seguro médico durante la pandemia.

Mientras que millones de trabajadores luchan, pasan hambre y se ven constantemente amenazados y acosados por los propietarios de sus viviendas, los tipos de interés históricamente bajos estimulan enormes gastos por parte de los ricos. Las tasas de interés de las hipotecas son las más bajas en la historia de los Estados Unidos, lo que se traduce en niveles récord de compra de casas por parte de aquellos que no tienen problemas financieros. La venta de automóviles también aumenta gracias a las bajas tasas de interés. «Algunos concesionarios tuvieron el mejor mes de julio de su historia», informa el Washington Post. No hace falta decir que no vamos a ver esos coches en las filas kilométricas que esperan delante de los bancos de reparto de alimentos.

Aunque varios millones de personas sigan desocupadas, las ventas al por menor han vuelto a los niveles anteriores a la pandemia, con ganancias masivas para los grandes supermercados como Target, Walmart y Home Depot, que están registrando las mayores ventas de su historia. Mientras tanto, 100.000 pequeñas empresas cerraron sus puertas permanentemente a mediados de mayo y se estima que muchas más, cientos de miles, no va a sobrevivir a la pandemia y a la depresión económica que se está gestando, lo que dejará a millones de trabajadores sin empleo.

Los pequeños negocios cierran y empresas como Walmart y Target los remplazan. Eso forma parte del proceso que permite al capitalismo convertir el desastre en «oportunidad», acelerando su tendencia al monopolio y consolidando el mercado en cada vez menos manos, en lo que es una búsqueda desesperada de mayores ganancias.

La Reserva Federal imprime paladas de dinero para los ricos

La Reserva Federal (Banco Central) no ha dejado de imprimir dinero para entregárselo a los ricos. Durante el último derrumbe económico, bajo el mandato de George W. Bush y Barack Obama, la cantidad total había superado 29 billones de dólares. Sin ninguna duda, esta vez las cifras irán mucho más allá.

El New York Times del 18 de agosto dijo, a propósito de la creciente brecha económica entre capitalistas y trabajadores, que la Reserva Federal no tiene la intención de dejar de facilitar sumas colosales de dinero a los ricos. «La Reserva Federal puso en práctica nuevos programas para comprar bonos del Tesoro y otros productos financieros para tranquilizar a los inversionistas, y financia esencialmente estos programas con la creación de nuevo dinero», escribió el periódico.

Al principio de la crisis, la Reserva Federal compró inmediatamente 3 billones de dólares en bonos del Tesoro y obligaciones de las empresas, en gran parte bajo forma de compra de grandes cantidades de deudas de grandes empresas como Microsoft, Coca-Cola, McDonald’s, Exxon Mobil, Walmart, AT&T y Visa. Esas importantísimas compras de deuda por parte de la Reserva Federal financian a las empresas y disminuyen el costo de la emisión de deuda para las mismas.

La Reserva Federal tiene un programa de préstamos para pequeñas y medianas empresas, llamado Programa de Préstamos para la Calle Principal, pero el mismo no les ha otorgado casi ningún préstamo. De los 600.000 millones de dólares destinados a este programa, sólo fueron prestados 92 millones, o sea 0,015% de lo previsto. La razón es que a los bancos comerciales que conceden los préstamos y se quedan con un pequeño porcentaje de los mismos, mientras venden el resto a la Reserva Federal, no les interesa otorgar pequeños préstamos a las pequeñas empresas con intereses casi nulos, un beneficio casi nulo y un riesgo elevado si las pequeñas empresas quiebran. Los bancos preferirían utilizar esos fondos para financiar préstamos mucho más importantes, con intereses más elevados y mucho más rentables, a las grandes empresas que necesitan grandes cantidades de préstamos para salir de la crisis económica.

De esta manera, la mecánica natural del capitalismo, que se basa en la ganancia, permite que las grandes empresas desplacen a las pequeñas, haciéndose cargo de partes de mercado cada vez más importantes.

El capitalismo monopólico consolida sus conquistas

El mercado de valores se recuperó después del «mercado en baja» más corto de la historia, «una muestra clara de lo que los analistas describen como optimismo, orgullo o pura codicia especulativa», dijo el New York Times. Sin embargo, el mantenimiento de esas alzas bursátiles «depende en gran medida del gasto federal, de una política monetaria fácil y de la continuidad de los índices positivos en la búsqueda de vacunas antivirus». Como puede verse, aspectos tales como la reducción del desempleo, el aumento de las prestaciones sociales, el aumento de los salarios, la disminución de los casos de coronavirus y las muertes a corto plazo -por no mencionar los ingresos y beneficios reales de las empresas- no figuran entre las preocupaciones del mercado de valores.

Aunque los índices bursátiles alcancen niveles récord, las ganancias distan mucho de ser universales, incluso entre las grandes empresas. «Casi todas las ganancias de los principales índices bursátiles de este año se deben al aumento de los precios de las acciones de unas pocas empresas tecnológicas gigantes, lideradas por Apple, Amazon y Microsoft», informa el New York Times.

«Una economía débil puede ser, en realidad, muy buena para Wall Street», explica el Times, «si eso significa que la Reserva Federal mantiene el caudal de dinero fresco -lo que Wall Street llama liquidez- que circula a través de los mercados financieros». El New York Times señala también que esa es la razón que hace que los análisis muestren «poca conexión» entre el crecimiento económico y el mercado bursátil.

El 27 de agosto, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, anunció que el banco central mantendría las tasas de interés cercanas a cero a largo plazo, incluso si eso provocara un aumento de la inflación, anunciando abiertamente la intención del gobierno de tratar de llevar el mercado de valores lo más alto posible.

Michael Hartnett, jefe de estrategia de inversiones del Bank of America Global Research, citado por el New York Times, lo llama el mercado alcista «nihilista» de 2020. «El rendimiento del mercado frente a tales expectativas de crecimiento», escribe, «no es más que el último ejemplo de inversores que apuestan a que un crecimiento débil hará que la Reserva Federal siga inyectando dinero en el sistema financiero, lo que en última instancia potenciaría las acciones. En otras palabras, las acciones están subiendo no por el optimismo económico, sino porque el futuro parece bastante sombrío».

Es mucho peor que en 2009

Muchos economistas, incluido el Presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, predicen que el enlentecimiento actual durará aún mucho tiempo más. La economía de los Estados Unidos necesitó casi una década para crear la cantidad de puestos de trabajo perdidos en lo que va del año. La proporción de la población que tiene un trabajo se encuentra en su nivel más bajo desde la década de 1960, y mucho más bajo que durante la Gran Recesión.

El banco de inversiones de Wall Street, Goldman Sachs, prevé una contracción de la economía estadounidense de 4,6% para este año, casi el doble de la contracción del 2,5% registrada en 2009, el peor año de la Gran Recesión.

Con la caída de los ingresos fiscales de los estados, debido al despido de trabajadores o a las inscripciones en masa en el seguro de paro excepcional, los gobiernos estatales buscan ahora equilibrar sus presupuestos sin aumentar los impuestos a los ricos -¡Que dios no lo permita!- los que recibieron el 95% de las ganancias de ingresos desde la Gran Recesión de hace diez años, sino a través de un programa de austeridad masiva que afecta a los trabajadores pobres, especialmente a las mujeres y a las personas negras.

Desde febrero, 2,8 millones de empleados de los gobiernos estatales y locales han perdido sus empleos, más de cuatro veces más que los 750.000 empleos perdidos durante cinco años en la recesión de Bush-Obama. Se estima que otros 2,8 millones de empleados de los gobiernos locales y regionales podrían perder sus puestos de trabajo.

Esas supresiones masivas de puestos de trabajo en la administración de los estados se suman a las considerables reducciones de empleos en el sector público. Antes de la pandemia, 21 estados y Washington D.C. tenían menos empleos públicos que en julio de 2008. Estos puestos de trabajo son mayoritariamente ocupados por mujeres y personas negras. Además, la tendencia a afiliarse a un sindicato es mucho mayor que el promedio. La tasa de sindicalización en el sector público es actualmente del 37%, frente al 7% en el sector privado.

El gobernador demócrata de California, Gavin Newsom, impuso una reducción salarial del 10% a todos los empleados del estado y suspendió los aumentos salariales previstos. Newsom, que es multimillonario, prometió que su propio salario también iba a ser reducido un 10%, pero The Sacramento Bee se enteró dos meses después de que la promesa era falsa y que seguía recibiendo íntegro su salario mensual de 17.000 dólares.

El gobernador demócrata de Nueva York, Andrew Cuomo, prevé un plan de austeridad similar. Cuomo y los demócratas del estado ya redujeron miles de millones de dólares al programa Medicaid durante la pandemia, y también redujeron drásticamente el presupuesto de la educación pública. Cuomo, que se convirtió brevemente en el favorito de los medios de comunicación debido a sus conferencias de prensa diarias sobre el Covid-19, con una visión mucho más seria que la de Trump, se niega a aumentar los impuestos para los neoyorquinos ricos. En la ciudad de Nueva York hay 92 multimillonarios.

¿Qué más se puede decir de un sistema enfermo en el que el período más nefasto para la gran mayoría se convierte en el mejor de los tiempos para la elite empresarial? El capitalismo, administrado por sus socios gemelos: la guerra y el saqueo, no puede ser reformado. Debe ser abolido, por esa misma inmensa mayoría que soporta los males inherentes al sistema. Hoy en día, las primeras legiones de estas fuerzas están en las calles, en cantidades sin precedentes, para condenar el racismo sistémico del capitalismo. Augurio de luchas importantes para el período que se nos viene encima.

* Nick Baker escribe en Socialist Action. Artículo publicado en Counterpunch, 3-9-2020.

A l’encontre

Traducción de Rubén Navarro – Correspondencia de Prensa

 

viernes, 11 de septiembre de 2020

¿ Podría ser ilegalizado el PP ?'

 


                               ¿ Alguien sabe quien es M . Rajoy?

Ilegales

ANA PARDO DE VERA

En 2017, en pleno procés catalán, Casado y el ala más dura del PP plantearon la posibilidad de ilegalizar a los partidos independentistas, impidiendo que se presentara a las elecciones cualquier partido que quisiese modificar el modelo territorial y pretendiese romper la sacrosanta unidad de España. Como siempre ocurre en estos casos de patrioterismo de la derecha, ahondar en las causas de ese deseo legítimo y legal de independencia o en los anhelos mayoritarios -aunque insuficientes- de los catalanes ni se plantea; no hablemos de hacer política, que eso da mucho trabajo y roba demasiado tiempo: mano dura, ley, Poder Judicial afín y cárcel para silenciar disidentes.

 

En 2002, el PP de Aznar en el Gobierno y el PSOE de Zapatero en la oposición acordaron y dieron luz verde a la ley de Partidos Políticos para aislar a Batasuna, obligando a la izquierda abertzale a ser examinada desde los libros que leía hasta la ropa interior que usaba para considerarse apta y formar un partido legal que pudiera ir a elecciones. Hoy, EH Bildu es la segunda fuerza política en Euskadi y tiene grupo parlamentario propio en el Congreso con 5 diputados, ha condenado la violencia para lograr la independencia y reniega de ella -como aclaró una vez más su líder, Arnaldo Otegi, por ejemplo, en esta entrevista con Público. El PP, no obstante, sigue considerándolos ilegítimos e indignos de escaño, al igual que a todos los partidos que pactan con ellos, incluido el PSOE del Gobierno. "Ilegítimos", paradójicamente, por acatar la cuestionable ley de partidos del bipartidismo, algo que resulta grotesco si no fuera por las connotaciones antidemocráticas tan oscuras que conlleva.

 

 

Estamos en 2020, y en pleno boicot del PP de Casado al Gobierno de coalición y a la Constitución Española (art. 122.3) , revienta en toda su plenitud corrupta otro capítulo de las cloacas de Interior al servicio del Gobierno de Rajoy (titulado Kitchen), en esta ocasión, para fulminar a un adversario interno, el ex tesorero y ex todopoderoso Luis Bárcenas, cuya información sobre el funcionamiento del partido en materia de financiación y otras miserias era y es, al parecer, infinita. Canta La traviata el ex secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, número dos del ex ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz -sobre cuya ilegitimidad como político (ésta sí), las grabaciones difundidas en este diario no dejaron atisbo de duda-, y quedan expuestas las mezquindades (ilegítimas y presuntamente ilegales) de Dolores de Cospedal, ex ministra y ex secretaria general del PP, y de Rajoy, ex presidente del Gobierno que, como en el intento de destrucción del independentismo catalán y de Podemos mediante dosieres falsos difundidos por una estructura mediática cómplice, utilizaron al Estado, al comisario Villarejo y cantidades de dinero público aún por cuantificar para neutralizar a Bárcenas: querían robarle -y emplearon hasta la violencia contra su familia con un sicario y falso cura- la información que pudiera comprometer y condenar al PP.

 

El martes, tras conocerse las revelaciones del número dos de Fernández Díaz en Interior, confirmando el operativo parapolicial para perseguir a Bárcenas con las órdenes de Fernández Díaz y las indicaciones y supervisión de Cospedal y Rajoy, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, afirmó que la información sobre la operación Kitchen era suficiente para "ilegalizar al PP". Por supuesto, la derecha tardó una décima de segundo en rasgarse las vestiduras con la nariz bien alzada ante ese independentista "ilegítimo" -y por ellos, ilegal- que es Rufián. Pero vamos a analizar la ley de Partidos Políticos de PP y PSOE, pasando por alto la sentencia de la Audiencia Nacional -recurrida por el PP ante el Supremo- donde se confirma que el partido de Casado se financió ilegalmente y se enriqueció ilegítimamente. Vamos a ceñirnos a la Kitchen con su uso presuntamente ilegal de funcionarios, dinero y herramientas del Estado para torpedear la acción de la Justicia en el caso Bárcenas.

 

En la página 13 de la Ley Orgánica 6/2002, de 27 de junio, de Partidos Políticos, avanzamos directamente al "CAPÍTULO III, De la disolución o suspensión judicial de los partidos políticos", donde el art.10.2 explica las razones por las que:

 

"La disolución judicial de un partido político será acordada por el órgano jurisdiccional competente en los casos siguientes:

 

a) Cuando incurra en supuestos tipificados como asociación ilícita en el Código Penal [¿Un partido que crea, por un lado, un sistema de financiación ilegal para hacerse y mantener el poder y enriquecer a sus dirigentes y, por otro, una estructura parapolicial con recursos del Estado para salvaguardar los intereses del partido saltándose la legalidad más elemental puede considerarse una "asociación ilícita"?]

  

b) Cuando vulnere de forma continuada, reiterada y grave la exigencia de una estructura interna y un funcionamiento democráticos, conforme a lo previsto en los artículos 7 y 8 de la presente Ley Orgánica [sobre organización y actividad democrática del partido, democracia interna o derechos y deberes de los afiliados].

 

c) Cuando de forma reiterada y grave su actividad vulnere los principios democráticos o persiga deteriorar o destruir el régimen de libertades o imposibilitar o eliminar el sistema democrático, mediante las conductas a que se refiere el artículo 9 (Art.9.1 Los partidos políticos ejercerán libremente sus actividades. Deberán respetar en las mismas los valores constitucionales, expresados en los principios democráticos y en los derechos humanos. Desarrollarán las funciones que constitucionalmente se les atribuyen de forma democrática y con pleno respeto al pluralismo)".

 

Nunca he sido partidaria de una ley de Partidos Políticos como la que tenemos, ni entonces ni ahora: no todos los afiliados ni dirigentes del PP son unos corruptos, conozco a muchos/as que defienden sus ideas democráticamente y están muy incómodos y preocupados con lo que estamos sabiendo. Pero no deja de ser una ironía del destino que una ley del Gobierno Aznar pudiera perfectamente, y a tenor de los hechos, llevarse por delante hasta su "disolución" al partido refundado por Aznar. La tentación tiene que ser muy grande para este Gobierno, aun con un Poder Judicial bajo el manto del PP. Claro.

 FUENTE ..https://blogs.publico.es/dominiopublico/34386/ilegale