Esta viñeta de Mongolia es referencia a que Almeida quiere una estatua de un legionario en Madrid y mantener la calle a Millán Astray la foto original era Franco con Millán Astray
La gran escapada a la derecha
Ya no hay otra derecha en España que la populista. Y están
felices de encontrarse en Colón compartiendo barbacoa
Manuel Rivas
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Este debe de ser el único país del mundo donde se hunde el
centro político y no es noticia. O ese centro no era centro o las
noticias en España dejaron de ser noticias. O las dos cosas.
Aquí desaparecen 23 diputados, todos los que tenía
Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, y nadie abre diligencias. Cuando era
“meritorio” en un periódico coruñés, las vacaciones de verano transformaban al
aprendiz en un auténtico todoterreno. Así, acudía en las tardes de verano a la
comisaría de Coruña, donde el portavoz policial, el muy competente señor
Utrilla, convertía el robo de un radiocasete en asunto de primera página y te hacía
sentir como si fueses Truman Capote atando cabos por el robo de un rodaballo en
Kansas. Acostumbraba a adornar los casos con un estiloso toque final: “Se
abrieron diligencias”. Lo de “abrir diligencias” daba un aliciente a cualquier
noticia. Vete tú a saber lo que pasa una vez que abres una diligencia. Qué se
lo pregunten a John Ford.
Por el contrario, aquí se desvanece como humo, de un día
para otro, todo un movimiento político, lo que era el palo de la bandera
del “constitucionalismo”, se hunde el
centro peninsular, hay una hecatombe liberal, el cataclismo de la moderación
moderada, y nada, como si cayese una piedra al pozo. Asistimos a la extinción de la modernidad reaccionaria,
de la derecha del siglo XIX y pico, del baluarte nacional antinacionalista, del
iliberal neoliberalismo postliberal y nadie abre ni una triste diligencia. Yo
ya no digo que se abran de las grandes, un apocalipsis mediático, un colapso de
titulares, pero sí, por lo menos, una pesquisa, un discreto parte, un obituario
en ABC escrito por un dinosaurio vanguardista. No que rompiesen a llorar las
nubes. Un principio de lágrima en la glándula liberal. Una pequeña,
pequeñísima, diligencia.
Pero lo más asombroso todavía estaba por ver. No solo la
desaparición de facto de Ciudadanos no ha merecido una triste vigilia ni una
miserable cháchara mediática sobre la deriva del invento, una pifia de seísmo,
por lo visto, sino que a los mandarines “liberales” se les ve la mar de
contentos. Triunfales. Cualquier observador interesado en el acento de la
verdad vería las elecciones de la Comunidad de Madrid como un entierro de la
derecha liberal. Pero lo exotérico y esotérico se dan la mano y bailan felices
una parodia de libertad, con música taurina, sobre las cenizas del
librepensamiento. Todo sería distinto si al menos un librepensador, de los
eximios, se hubiese inmolado, moderadamente, aunque fuera desde una columna de
ficción. Pero nada. Nadie quiere quedarse fuera de juego. En el miedo a la
irrelevancia, triunfa lo fulgurante. Y lo fulgurante es la escapada. Ya veremos
hacia dónde.
Ciudadanos tuvo su fulgor en el momento pirotécnico
anticatalanista, y cayó en la irrelevancia cuando hizo un “Macron” en el
tablero español. Su código de barras, por decirlo así, era más que borroso. Ese
movimiento que se presentó primero como “socialdemócrata”, después como “centro
liberal” y finalmente como “la contra-izquierda” pasó de ser el partido mimado
a un juguete roto, un invitado de repesca en la gran barbacoa de los poderes
conservadores. Cuando el autómata quiso tener algo de vida propia, ser de
verdad bisagra, vino un vendaval del servicio meteorológico de la derecha y lo
quitó de en medio en un plis plas.
Contado así parece un cómic infantil. Pero lo que ha
ocurrido en Madrid tiene mucho de dibujos animados. Los trazos de Ayuso, por
ejemplo, son diseño manga. David Foster Wallace, el autor de La gran broma, dio
una conferencia en la ceremonia de graduación de una promoción universitaria,
un texto que se haría célebre y que tituló “¿Qué es el agua?”, y que tiene como
núcleo un breve cuento. Dos peces jóvenes van nadando por el río, se les acerca
un pez viejo y grandote y les pregunta:
– ¿Qué tal muchachos? ¿Cómo está el agua?
Los pequeños huyen asustados. Cando están ya lejos, hacen un
alto y uno de ellos pregunta al otro: “¿Oye? ¿Qué es el agua?”
Una operación triunfante como la de la campaña reaccionaria
en Madrid, solo puede explicarse por la sustracción del sentido de las palabras
esenciales. Fue un auténtico trabajo de carterista más que de cartelista. Pero ese mensaje político pudo salir adelante
porque está siendo pavimentado desde hace tiempo por los protagonistas de la
“gran escapada”. ¿Qué escapada es esa?
De Henry Kissinger,
un dinosaurio jefe, se dice con ironía que, si hay una escapada, él siempre
estaría dispuesto a participar, pero con una
condición imprescindible: que la escapada sea a la derecha. Y en eso
están con entusiasmo gran parte de las élites de la cháchara dominante en
España. Dispuestas a la escapada, siempre que sea más a la derecha.
Poderes lobistas ultramillonarios como los Koch y el
“trumpismo” consiguieron desfigurar al partido republicano estadounidense, que
hoy es un monstruo viscoso, un OPNI. Un
Objeto Político No Identificado. El populismo fue durante los últimos años el
enemigo público para los analistas sensatos y moderados. La gran amenaza. Pero,
claro, al populismo también hay que mirarle el código de barras. Hay populismos
y populismos. Como los pimientos de Padrón, que unos pican y otros no. El
populismo era el demonio si el populista era de izquierdas. Esa connotación
negativa del populismo desapareció en España con Isabel Díaz Ayuso, que es un
puro artefacto populista. Pero los populistas de derechas no son populistas:
son gente “simpática”, “campechana”. Ya no hay otra derecha que la populista. Y
están felices de encontrarse en Colón compartiendo barbacoa con el churrasco
del “enemigo”, sin que falte beautiful socialista cada vez más ugly people. No,
el enemigo no es exactamente el procés. ¡El procés lleva ahí hace siglos a
fuego lento! El verdadero enemigo, a quien hay que quemar en efigie, es Pedro
Sánchez y su coalición de izquierdas (judeo-masónica-liberal-comunista-democrática-europea,
en churrascada con denominación de origen).
Quieren el poder como sea, pero muchos, en el atropello de
la escapada, no saben ya quién son ni a dónde van ni con quién se la juegan. En
Sangre sabia escribe Flannery O’Connor: “El lugar del que venís ya no está; el
lugar al cual creíais que ibais no existió jamás, y el lugar donde estáis no
sirve de nada, a menos que podáis alejaros de él”.
Manuel Rivas
Es escritor y periodista. Premio Nacional de Narrativa por
su libro de relatos “¿Qué me quieres amor?”. Su última obra publicada es “Zona
a defender” (Alfaguara). Es co-director de la revista mensual en lengua gallega .
https://ctxt.es/es/20210601/Firmas/36255/derecha-populismo-Colon-Vox-Cs-PP-Manuel-Rivas.htm
Nota del blog .- Vamos a ver , Bannon se fue al carajo , se dedica ahora a vender pastillas contra la pandemia .Y Trump perdio . Hubo un momento en que el lepenismo en las últimas elecciones presento un programa social . pero luego al perder la segunda vuelta Marina volvió hacia atrás y cambio de programa e intenta unir la derecha francesa , desintegrados los viejos partidos , pero hoy toda la derecha radical populista es antisocial pero al mismo tiempo los neoliberales cada vez son más derecha radical ,sin dejar de ser neoliberales , por eso aquí la verdadera derecha radical nacional populista ya lo es Ayuso y Casado con el neocon Aznar incluido .Y Vox la ala dura y el Cs el ala blanda . Pero es muy difícil unir la derecha en un solo un partido .Aunque todos vengan mas o menos del PP de la mayoría de Rajoy . Vox efectivamente se cree que serán ellos pero no tiene flexibilidad . El problema es que en el desierto de lo real el problema va por otro lado , con la post pandemia .se acabo la austeridad y hay que subir impuestos véase el programa de Biden o el FMI o la OCDE o la UE , pero al mismo tiempo se parece mucho a los años 30 cuando los fascismo eran muy flexibles en sus planteamientos y en su ascenso . Madrid no es España y no será posible una revolución nacional fascista con su nacionalismo económico xenófobo .Les falla lo cultural . Es totalmente reaccionario .Y el fascismo era futurista . Ahora bien Casado lo que hace es como estar en pura gimnasia política , hagamos como si fuéramos a ganar o hagamos como si hubiéramos ganado , como si vendiera cosméticos caducados, solo ganando en Madrid y en Galicia , y con programas bien diferentes , pura filfa .