sábado, 20 de marzo de 2021

150 años de la Comuna de París.

 150 AÑOS DE LA COMUNA DE PARÍS

"Feas, incendiarias y marisabidillas": las comuneras que aterrorizaron a la burguesía

La Comuna de París supuso un hito de la lucha feminista. Su presencia a pie de barricada despertó una brutal represión por parte del poder de la época, que veían en su libertad y autonomía un peligro a tener en cuenta 


Mujeres de la Comuna de París
Fotomontaje que muestra la prisión de Chantiers en Versalles con prisioneras de la Comuna de París.  Ernest Charles / MUSÉE CARNAVALET – HISTOIRE DE PARIS
JUAN LOSA 

El conflicto nunca cesa. Nos acompaña desde el origen del origen y cabe pensar −no es descartable− que sea inherente al ser humano. Mal que le pese a los devotos de la concordia con sus margaritas y sus soporíferos cumbayás, la historia de la civilización es, también, la historia de esa tensión por transformar el mundo y cambiar la vida.

"¡Nos creímos tan fuertes que quisimos ser mansos!", anotaba Rimbaud a pie de barricada en plena euforia comunera. No es para menos, la revolución hermana al personal convirtiendo vidas de prestado en trozos diminutos de Historia con mayúscula. Es la hora de los parias, es el momento de la turba, la llamada de los que se quedaron sin nada y echaron mano de la dignidad.

Se cumplen 150 años de la Comuna de París, se cumple siglo y medio de aquella epifanía insurreccional cuyos ecos todavía hoy reverberan. Una música, no me negarán, que suena tristemente bella y que entonaron durante 60 días y sesenta noches hombres y mujeres, de igual a igual. Aquel hito de las clases populares, que fue también feminista, removió la división del trabajo a pie de barricada.

Fueron obreras, costureras, panaderas, cocineras, floristas, niñeras, limpiadoras y cantineras, pero también defendieron la comuna fusil en mano, también protegieron sus arsenales, se organizaron y tomaron la palabra en todos los debates. "¡Ciudadanas, todas resueltas, todas unidas, a las puertas de París, en las barricadas, en los barrios, en todas partes!", clamaba Élisabeth Dmitrieff, líder de la Unión de Mujeres.

Y así fue. En todas partes. No sólo en la retaguardia. La profesora Dolors Marín, doctora en Historia Contemporánea y experta en movimientos sociales y memoria histórica, evoca aquellos días como una mezcla del fragor del momento y de una intensa tradición de lucha que se remonta a la Revolución francesa. "Pasó algo muy parecido a lo que se vivió el 19 de julio del 36 en nuestro país, el pueblo salió a la calle para armarse, pedían armas para defender lo que les pertenecía, las milicianas corrían al frente y a las barricadas junto a sus maridos, compañeros y hermanos, ni más ni menos", explica Marín.

Mujeres de la Comuna
Mujeres arrestadas durane la Comuna.  Grabador anónimo / MUSÉE CARNAVALET, HISTOIRE DE PARIS

Un compromiso con su tiempo que está fuera de toda duda. El periodista comunero Prosper-Olivier Lissagaray, cuya seminal obra Historia de la Comuna de París de 1871 −que acaba de reeditar Capitán Swing− refería así el ímpetu de sus compañeras de lucha: "Las que se han quedado son mujeres fuertes, entregadas y trágicas, que saben morir igual que aman, con ese espíritu puro y generoso que recorre, lleno de vida, las profundidades populares desde 1789. Estas compañeras de trabajo también quieren asociarse a la hora de la muerte".

No hay duda; venían preparadas de casa. Muchas de ellas ya participaron en las revoluciones de los años 20 y en la del 48. Un currículum revolucionario y un grado de politización para nada desdeñable. "Son las herederas naturales de Olympe de Gouges, que redactó la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en 1791, pero también de Fourier y Saint-Simon, prebostes del socialismo utópico francés". 

La maestra anarquista Louise Michel, que dejó por escrito lo vivido aquellos meses en La Comuna de París (La Malatesta Editorial), cifró en unas 10.000 las mujeres que participaron de primera mano en las actividades de La Comuna. Un trasiego revolucionario que aprovecharon para reivindicar, curiosamente, lo mismo que ahora. "Su lucha −prosigue Marín− no difiere mucho de la actual, sus bastiones eran el derecho a la enseñanza, una enseñanza que fuera laica y racionalista, y la igualdad salarial". 

Las petroleras

Mujeres de la Comuna
Las petroleras, chivo expiatorio de la prensa de la época.

La prensa burguesa cargó las tintas. Los editores aderezaron sus prejuicios de clase con una buena ración de patriarcado y el resultado fue una campaña sin precedentes contra aquellas mujeres libres. "Les molestaban, querían colocar a la mujer de nuevo en su sitio, empezaron a inventar que llevaban moños incendiarios y que escondían material explosivo bajo sus faldas, las tildaban de feas y marisabidillas por el simple hecho de que sabían leer, algo así no se podía permitir", explica la profesora Marín.

Pero más allá de la caricatura versallesca, las petroleras o incendiarias existieron. Vaya si lo hicieron. Dado que el siempre socorrido cóctel molotov estaba aún por inventar, se servían del petróleo para proceder a lo que viene siendo el caloret faller. Decenas de mujeres convirtieron en auténticas piras los formidables palacetes burgueses que salpicaban la ciudad. 

Conforme el sueño revolucionario fue decayendo a causa de las acometidas del poder político y sus esbirros, llegó el momento de la represión. Una represión que fue brutal y que se cebó, con especial saña, con la mujer. "Las burguesas les hundían los ojos con la punta de las sombrillas, mataban a sus hijos delante de ellas, las deportaban a Nueva Caledonia, sus vidas no valían nada", lamenta Marín.

El fin de La Comuna tras dos meses de resistencia y autogestión inaugura una tradición de derrotas que llega hasta nuestros días. Aquel 28 de mayo, mientras las fuerzas versallescas sometían a los últimos insurrectos y comenzaban a barruntar ya la salvaje represión que vendría, aquel día se tensaba para siempre el extremo de una fértil cultura de clase que se forjó a sí misma a base de hambre y alienación. Ecos de una melodía tristemente bella que no puede dejar de sonar. 

Mujeres de La Comuna
Mujeres de la Comuna ante el Consejo de Guerra de Versalles, 2 de septiembre de 1871.  Ernest Charles / MUSÉE CARNAVELET - HISTOIRE DE PARIS
https://www.publico.es/culturas/feas-incendiarias-marisabidillas-comuneras-aterrorizaron-burguesia.html
 y ver  ...https://ctxt.es/es/20210301/Politica/35378/Comuna-Paris-150-aniversario-revolucion-Louise-Michel-chalecos-amarillo.htm
 y ver  ..https://www.cuartopoder.es/internacional/2021/03/18/la-comuna-de-paris-y-la-pervivencia-del-espiritu-revolucionario/

viernes, 19 de marzo de 2021

Como los libertarios liberales giraron a la extrema derecha.

 

¿Qué quieren los libertarios y por qué giraron a la extrema derecha?

Fuentes: https://www.eldiplo.org


La extrema derecha quiere cambiar el mundo. Y mucha gente está convencida de que eso es lo que el mundo necesita. Con combinaciones de nacionalismo, posiciones antiestado, xenofobia, racismo y misoginia, pero también guiños a la comunidad LGBTI y consignas ecologistas, con un aura de incorrección y novedad que atrae a los jóvenes, las llamadas “derechas alternativas” están protagonizando una revolución en la política occidental. Aquí compartimos un fragmento del nuevo libro de Pablo Stefanoni publicado por Siglo XXI editores.

Es más de medianoche de un sábado templado en Buenos Aires en el fin del verano de 2019. En el teatro Regina, un clásico del centro porteño, transcurre una curiosa obra. El “actor” es un excéntrico economista que en los últimos a años viene ocupando los talk shows televisivos en una cruzada antikeyneasiana nunca vista en la Argentina. Envuelto en una bandera de Gadsden (1) y con música de Una Bandita Indie de La Plata, Javier Milei entra al escenario como el “último punk”, el “único que nos puede salvar del socialismo apocalíptico”. Para el público es una salida de sábado: parejas de jóvenes, con curiosidad de ver en persona al economista estrella del momento y sacarse selfies con él, simpatizantes de las ideas libertarias que buscan escuchar discursos contra los políticos (“parásitos adoradores de la religión Estado”), los impuestos, los empresauros (empresarios que viven del Estado) y la decadencia argentina.

La obra se llama “El consultorio de Milei” y cada tanto vuelve a sala llena a diversos teatros del país. En la austera escenografía, evidentemente hecha a las apuradas, se destacan algunos retratos que constituyen el panteón liberal- libertario. John Locke, Milton Friedman, Ludwig von Mises, Friedrich Hayek y Murray Rothbard. Y el propio John Maynard Keynes. Las razones de su presencia, en un extremo del escenario, se develarán pronto: el economista británico recibirá “en persona” los gestos obscenos que le lanzará Milei, que considera que su obra es “pura mierda” escrita para “políticos mesiánicos y corruptos”. Milei es, sin duda, quien puso en circulación, con más fuerza desde 2015, una serie de tópicos libertarios, e incluso anarcocapitalistas, en un país ajeno a semejante desprecio por el Estado. De hecho, los libertarios se quejan de que “Argentina es el país más zurdo del mundo”.

La mayoría de los nombres de los retratos colgados en el escenario posiblemente le dicen algo al lector, al menos quizás los escuchó nombrar alguna vez. Salvo uno: Murray Rothbard. Este libertario estadounidense, con formación en la Escuela Austríaca de economía de Mises y Hayek, es, no obstante, una figura clave para entender los puentes entre libertarios y extrema derecha. Leer a Rothbard –fui descubriendo mientras me documentaba para la escritura de este libro– echa luz sobre lo que a priori parece un mundo de contradicciones y permite ordenar de otro modo las piezas y dar sentido al tablero de ideas. Fue él quien, en los primeros años noventa, bautizó la síntesis libertario-conservadora como “paleolibertarismo”, como una forma de articular ideas libertarias y reaccionarias. De hecho, los libertarios del siglo XXI –en el sentido que la palabra tomó en los Estados Unidos– parecen ubicarse cada vez más a la derecha. Estos son los libertarios de los que nos ocuparemos en este capítulo.

En el caso argentino, sus ideas atraen a muchos jóvenes apenas posadolescentes, que encuentran en Rothbard una fuente de inspiración, incluso accesible en español a partir de las traducciones de la editorial Unión. Estos jóvenes admiran a Donald Trump y a Jair Bolsonaro, defienden la libertad de portación de armas (aunque la mayoría de ellos seguramente apenas sabría apretar el gatillo) y se oponen a la legalización del aborto; muchos de ellos participan del movimiento celeste. Por eso, además de Milei muchos tienen como referente a Agustín Laje, un influencer argentino y producto de exportación, que escribió con Nicolás Márquez el best seller El libro negro de la nueva izquierda (2016) que tiene en la portada una imagen del Che Guevara con los labios pintados. Laje está embarcado en una guerra cultural contra el feminismo y, más en general, contra el progresismo, y aspira a ser una especie de Gramsci de derecha (Elman, 2018). No es el primero que lo intenta –el italiano siempre generó cierta fascinación en la derecha–. Laje también ofrece su pastilla roja para acceder a la verdad ocultada por un sistema controlado por el progresismo. En su caso, la pastilla azul (la de la esclavitud mental) no es sinónimo de Chomsky sino de Judith Butler, expresión máxima de la “ideología de género”, aunque a veces su combate “políticamente incorrecto” se extiende a una revisión prodictadura de los anos setenta (tarea en la que se destaca, sobre todo, Márquez).

Recientemente, aprovechando una estadía en España, Laje se acercó a Vox, al que reivindica como la “derecha de verdad”. Su canal de YouTube tiene setecientos cincuenta mil suscriptores y es invitado con regularidad a dar conferencias en América Latina, de las que participan figuras de primer orden de las derechas “de verdad” de esos países, incluido algún presidente o expresidente. “Recuperar el término ‘derecha’, como hace Vox, es una buena forma de articular distintos conjuntos de ideas que se parecen mucho”, dijo al diario El Español, que presentó de manera sensacionalista al argentino como “El gurú que inspira a Vox”.

Milei y Laje se dividen las tareas: uno vende la red pill económica (para matar el virus keynesiano) y el otro la red pill cultural (para acabar con la “ideología de género”). Muchos jóvenes las compran. Sus conferencias, videos de YouTube o polémicas en Twitter llegan a miles de personas y constituyen, sobre todo, un fenómeno subcultural. Muchos sienten que están en la caverna resistiendo a la “policía del pensamiento”.

Más allá de “los neoliberales de siempre”

Sería cómodo, desde el progresismo, despachar el fenómeno de los libertarios diciendo que “son los neoliberales de siempre”, que los liberales siempre apoyaron dictaduras y defienden la libertad cuando les conviene, por lo que no habría nada nuevo, ni contradicción alguna, en esta “nueva derecha”. Pero también se puede hacer el esfuerzo de captar la novedad y la potencia de este libertarismo contemporáneo para presentarse como “rebelde” frente al statu quo, lo que el progresismo muchas veces ya no logra, y construir una narrativa, aunque a menudo rocambolesca, acerca del mundo actual. Para tratar de entender este fenómeno que recupera ideas libertarias y conservadoras y tiene su base en la cultura política estadounidense hay que llevar la mirada algo más lejos en el tiempo y el espacio, precisar de qué hablamos cuando hablamos de libertarios –y paleolibertarios– y tomar en serio sus ideas aunque tengan una fuerte carga utópica (¿la izquierda puede acusar de utópicos a otros?) y resulten repulsivas en muchos aspectos, dado que no ocultan sus posiciones antiigualitarias. Pero bucear un poco en este (sub)mundo puede ser también productivo para contrastar ideas y prejuicios, y una puerta para descubrir personajes que organizaron su vida en pos de diversas formas de utopía capitalista, a veces tan utópicas que, en caso de plasmarse, quizás ya no podríamos hablar estrictamente de capitalismo, al menos no como lo entendemos hoy en día.

Los libertarios solían combinar su deseo de destruir el Estado con la convicción de que cada uno es dueño de su vida –de consumir o no drogas, de acostarse con quien quiera, etc.–en su ámbito privado. El Estado no tiene por qué meter sus narices ahí. Esto los volvía más o menos progresistas en el ámbito de la cultura. Pero eso cambió. Cada vez más, nos topamos con gente que se autoidentifica como “libertaria” y que repite los discursos de las extremas derechas. Esto llevó al estudiante de la Universidad de Óxford Elliot Gulliver-Needham a formularse de manera explícita el interrogante de por qué los libertarios viran hacia la extrema derecha, en un artículo (2018) que es una de las mejores versiones sintéticas de esa problemática. Se trata, sin duda, de una pregunta muy relevante, ya que hoy resultan notables –y en alguna medida, curiosas– las convergencias entre libertarios y reaccionarios, entre antiestatistas y autoritarios e incluso racistas. El libertarismo es un degradé que va desde liberales clásicos hasta anarcocapitalistas (ancap) o anarquistas de mercado (2). Se trata de una corriente afincada sobre todo en los Estados Unidos, donde se conecta con ciertos valores del “espíritu liberal” de sus fundadores.

En verdad, los libertarios pueden admitir algunas formas protoestatales, pero estas deberían ser siempre locales y voluntarias, es decir, debería ser posible salir de ellas; pero en el mundo actual el éxito del Estado no es posible. Por eso, dado que ya no quedan territorios por fuera de alguna soberanía estatal para “desertar”, esta debería reducirse al mínimo posible. Este tipo de libertarismo se distingue del libertarismo de izquierda en la medida en que abraza una utopía capitalista, aunque, como veremos, en la historia no han sido escasos los puentes entre libertarios de “izquierda” y de “derecha”, sobre todo en los años sesenta y setenta del siglo XX.

Las fronteras son muchas veces difusas, porque el Estado es un enemigo común. El libertarismo navega, así, en aguas movedizas entre la izquierda y la derecha. Se puede defender “libertariamente” el consumo de drogas, el aborto y otras demandas hoy progresistas, o se puede propiciar que el mercado infinito abarque incluso los “mercados incómodos”, como la venta de órganos o la privatización de la seguridad e incluso de la justicia; se pueden rechazar las guerras y el imperialismo, pero también bregar por el fortalecimiento de las iglesias, familias y empresas como contrapeso del poder del Estado. Sí, también esto último, y de hecho es la variante de extrema derecha del libertarismo la que se muestra más dinámica, capaz de tender puentes y armar coaliciones con otras derechas, a diferencia del libertarismo más “puro”, como el del Partido Libertario de los Estados Unidos, que se encuentra cada vez con mayores dificultades para conseguir aliados (3)

No es inusual que las utopías libertarias de derecha –a menudo alimentadas por la ciencia ficción– se mezclen, de manera promiscua, con (retro)utopías conservadoras que buscan regresar a algún tipo de pasado dorado o avanzar hacia futuros antiigualitarios. Aunque a primera vista libertarios y reaccionarios no deberían tener un terreno ideológico en común, existen algunas sensibilidades compartidas que habilitan articulaciones que, solo en apariencia, aparecen como demasiado extrañas. Tanto los libertarios como los reaccionarios odian la “mentira igualitaria” –como hecho fáctico y como valor–, desprecian todo pensamiento “políticamente correcto”, comparten su incomodidad con la democracia e imaginan formas posdemocráticas capaces de evitar la “demagogia de los políticos” y las “supersticiones estatistas de las masas” (Raim, 2017). Tanto unos como otros pueden formar parte de coaliciones populistas, como la que llevó a Trump al poder en 2016, que hablan en nombre del pueblo contra las élites. Y, no menos importante, todos odian, por igual, a los ya mencionados “guerreros de la justicia social”, un término paraguas utilizado en los Estados Unidos para descalificar no solo la lucha por la justicia social en sentido estricto sino la defensa del feminismo, los derechos civiles y el multiculturalismo.

Casi cualquier cosa que orbite en la constelación progre. Pero más allá de los desplazamientos de sentido de este término, el rechazo a la idea de que la justicia social pueda ser posible –y más aún, deseable– tiene un largo recorrido y se aúna con la defensa del laisser faire y el rechazo al Estado: cualquier idea de justicia social tiene como precondición el Estado, el cobro de impuestos y la redistribución de la riqueza. Con el tiempo, el concepto incluyó otras facetas igualitarias en el terreno del género, la “raza” y el ambiente.

Notas

1. La bandera amarilla y negra, hoy usada por los libertarios, es una bandera revolucionaria estadounidense con una víbora y la leyenda “No me pises”.

2. Véase Nozick (2017) sobre el minarquismo y la justificación del Estado mínimo. Vale la pena, también, el libro El capitalismo utópico de Rosanvallon (2006), en el que hace una genealogía de la “ideología de mercado”.

3. Eso le pasó a la guatemalteca Gloria Álvarez: cuando escribió Cómo hablar con un progre, el libro fue un éxito entre los libertarios de derecha; cuando escribió Cómo hablar con un conservador… silencio de radio. Hoy es típico que frente a un comentario racista un libertario diga algo así como “Puedo no estar de acuerdo, pero defenderé con mi vida tu derecho a decirlo”, mientras que frente a un progresista, la respuesta será algo así como: “¡Comunista!, hay que acabar con esos ‘guerreros de la justicia social’”.


Fragmento del capítulo 3 (páginas 97 a 103) del libro: ¿La rebeldía se volvió de derecha? Cómo el antiprogresismo y la anticorrección política están construyendo un nuevo sentido común (y por qué la izquierda debería tomarlos en serio), Siglo XXI editores, febrero 2021.

Ver  más aquí  .

Fuente  .- https://rebelion.org/que-quieren-los-libertarios-y-por-que-giraron-a-la-extrema-derecha/

Pablo Stefanoni, Jefe de redacción de la revista Nueva Sociedad. Autor de ¿La rebeldía se volvió de derecha?, Siglo Veintiuno, Buenos Aires, 2021.

jueves, 18 de marzo de 2021

Recordando Siria y la manipulación mediática

Siria y la manipulación mediática

... (  Extracto del texto completo en el enlace que le sigue ) . "Los medios españoles, La VanguardiaEl PeriódicoPúblico… El Mundo, se afanaron en recoger esas noticias. Este último diario fue capaz de inventar las manifestaciones “masivas” contra el régimen en febrero del 2011 en Damasco, cuando la misma Al-jazeera (la emisora estrella de Qatar) recogía que no se habido producido ninguna movilización en contra del presidente. Se ha alcanzado el extremo del absurdo de que cuando el EIS ponía coches bomba frente a edificios de la seguridad pública o el ejército, inmediatamente los medios lo atribuían al propio “régimen”. El número de noticias inventadas o tergiversadas sobre la crisis podría dar lugar fácilmente a una gran enciclopedia; el objetivo, como sabemos, es crear en la opinión pública interna y externa una imagen cada vez más desenfocada.

La manipulación informativa en la crisis del país del Orontes ha sido sabiamente dosificada para mantener una imagen de verosimilitud. En una primera fase los dos centros de creación de documentales para el ejército denominado en aquel momento “rebelde” –lo que hoy conocemos como EIS o Daesch– se situaron físicamente en Hamburgo y Líbano, con la participación de las Televisiones francesas, especialmente agresivas. El gobierno galo movilizó a las agencias de noticias afines mientras creía poder retornar al statu quo de potencia colonizadora anterior al tratado Sykes-Picot de 1916. En paralelo de financiación –según revelan los cables de Wikileaks– unos 6 millones de dólares son aportados por el Departamento de Estado de EEUU en el período 2006-2010; otras cifras son donadas también por potencias occidentales y las monarquías dictatoriales del Golfo. Otros actores se irán sumando progresivamente. Los últimos videos de las decapitaciones del Daesh, su puesta en escena, su calidad de imagen revelan la participación de especialistas y directores de cine, especialmente de Hollywood, en su realización.9 Hay serias dudas de la verosimilitud de algunas de estas ejecuciones. El grupo de hackers CyberBerkut ha reivindicado que la siguiente y otras fotografías fueron hackeadas a un colaborador muy próximo al senador ultraderechista John McCain, donde se demuestra que el Daesh cuenta con recursos técnicos sólo a disposición de las grandes potencias...."  

https://www.elviejotopo.com/topoexpress/siria-y-la-manipulacion-mediatica/

...... ver

https://www.middleeasteye.net/news/revealed-british-government-covert-propaganda-campaign-syria

 ..... ver 

https://www.infolibre.es/noticias/club_infolibre/librepensadores/2017/04/19/el_fraude_espiral_guerra_siria_63957_1043.html

Nota del blog .- El  volver a reproducir  estos textos está en que  la prensa no ha rectificado , incluso Eldiario.es . reproduce  un texto de The Guardian con los mismos tópicos y falsedades .

( Añado mis  comentarios  al artículo )

Decir que la guerra en Siria empezó porque el Gobierno decidió ignorar y responder con balas a las demandas de reformas y más democracia por parte de un sector de la población, sencillamente, es repetir una mentira que no se sostiene. Las protestas de la “primavera siria” adquirieron enseguida un carácter violento. Por poner un ejemplo, el tercer día de protestas los manifestantes prendieron fuego en Daraa al Palacio de Justicia, las sedes de dos compañías telefónicas, la sede del Partido Baaz y varios edificios más. Desde el inicio de las protestas el Estado había perdido el monopolio de la violencia. El 6 de junio de 2011, solo tres meses después de las primeras protestas y antes de que hubiese estallado la guerra, los opositores ejecutaron a 120 soldados sirios. Para ese momento ya se hablaba de 400 miembros de las Fuerzas de Seguridad asesinados y otros 1.300 heridos. Tampoco se trataba de una insurrección popular. Poco antes de las revueltas de marzo conocidas como ‘la revolución’, en febrero de 2011 se intentó convocar un Día de la Ira. Fue un fracaso. Ya entonces medios como el New York Times aseguraban que la oposición no tenía base social y que estaba ligada a organizaciones integristas.

El informe de la misión investigadora de la Organización para la Prohibición de las Armas ‎Químicas anuncia oficialmente que: ‎ ‎1- No se encontraron indicios de ninguna arma química. ‎ ‎2- Los yihadistas de Yeish al-Islam no autorizaron la misión de la OPAQ a analizar los cadáveres. ‎Por consiguiente, se ignora la cantidad real de muertos e incluso si realmente los hubo. ‎Los yihadistas de Yeish al-Islam mantuvieron alejados a los miembros de la misión de la OPAQ ‎hasta que supuestamente quemaron los cuerpos de todas las víctimas anunciadas. ‎ ‎3- La misión pudo finalmente analizar el lugar del supuesto ataque químico 2 semanas después del ‎incidente –lo cual no constituye una dificultad para descubrir indicios del uso de armas ‎prohibidas. Bajo la mirada de un gentío hostil, los miembros de la misión comprobaron que ‎se habían utilizado 2 proyectiles capaces de portar algún elemento toxico clorado. ‎Mientras los miembros de la misión realizaban su trabajo, cayó en el lugar una granada que mató a ‎‎2 personas e hirió a otra. ‎ Por consiguiente, el bombardeo que Estados Unidos, Francia y Reino Unido perpetraron ‎contra Siria como «represalia» fue, además de ilegal, totalmente injustificado. ‎ Los sirios están a la espera de sus excusas. ‎https://www.eldiario.es/internacional/theguardian/crimen-regimen-sirio-vuelve-enterrar-muertos-alepo_1_7317635.html

Que The Guardian nos  siga vendiendo que los muertos solo los produjo Asad  es de vergüenza  informativa  , ¿Dónde están los otros cementerios ?? .Y los de los  más de 150 mil soldados sirios muertos , ¿ NO EXISTEN?. Los casi siete millones  de refugiados bajo el gobierno de Asad tampoco . Pero además es como si no se hubiera  hecho critica sobre las mentiras   de esta guerra como si solo hubiera intervención exterior a favor de Asad , mientras Israel y USA   siguen bombardeando y Turquía matando  kurdos .

Las acusaciones de la organización Human Rights Watch (HRW) sobre el uso de barriles llenos de explosivos por parte de las fuerzas armadas de Siria para bombardear a su propia población civil, fueron calificadas como falsas   En el desmentido, la Red cita al director de HWR, Kenneth Roth, quien reconoció el pasado 9 de mayo del 2015  haber empleado "por error" una fotografía de la destrucción provocada por bombardeos israelíes sobre la franja de Gaza como supuesta prueba del uso de barriles explosivos por el ejército sirio. Roth explicó su desliz después que en las redes sociales el sitio Moon of Alabama publicara el verdadero origen de las fotos utilizadas por HWR. Tras reconocer la primera pifia, el director de Human Rights Watch insistió en divulgar otra imagen que, según él, mostraba los daños causados por la fuerza aérea siria en la ciudad de Alepo. La segunda fotografía también resultó desmentida por Moon of Alabama, quien afirmó que la instantánea fue captada por AFP y corresponde a la zona de Hamadiyeh, barrio cristiano de Alepo atacado por los terroristas. Y  NADA  aquí The Guardian  NO SE ENTERO 

Tampoco se entero de esto  https://wikileaks.org/opcw-douma/#OPCW-DOUMA%20-%20Release%20Part%204  la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) se ha convertido en una herramienta al servicio de los intereses geopolíticos de un grupo reducido de países. El correo electrónico revelado por WikiLeaks fue autentificado por una comisión internacional ‎independiente de la que formaba parte el ex director de la OPAQ, José Bustani.

Finalmente se comprobó que el correo electrónico del inspector Henderson había sido ‎escamoteado y posteriormente eliminado de los archivos de la OPAQ por el diplomático francés ‎Sebastien Braha, director de la oficina del director general de la OPAQ .El miércoles ‎8 de abril de 2020, el nuevo Equipo de Investigación e Identificación ‎‎(Investigation and Identification Team - IIT) de la OPAQ “reformada”, equipo encabezado por ‎el mexicano Santiago Oñate –ex presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ‎de México–, publicó un informe donde acusa a la fuerza aérea siria de haber utilizado gas sarín en ‎la localidad de Latamné, el 24 y el 30 de marzo de 2017, y cloro el 25 de marzo del mismo año. ‎El nuevo informe no sólo afirma que tales crímenes existieron sino que además “deduce” que ‎el presidente sirio Bachar al-Assad es personalmente responsable

miércoles, 17 de marzo de 2021

El robo de las obras de arte por los franquistas.

 


El reparto del régimen franquista de obras de arte robadas en la posguerra (y del que la Iglesia fue la gran beneficiada)

Una investigación sobre las devoluciones del patrimonio artístico español durante la posguerra saca a la luz la diáspora de las obras que se dio por parte del régimen franquista. Miles de ellas entregadas en depósito a diferentes instituciones, la falta de un inventario estatal hace imposible su localización actual.

 Guillem Martínez

¿Qué hizo el franquismo con las miles de obras custodiadas o evacuadas por la República durante la guerra? Esa es la pregunta que rondaba en la cabeza de Arturo Colorado Castellary desde hace años. Ahora encuentra respuesta. Un minucioso estudio publicado bajo el título Arte, botín de guerra. Expolio y diáspora en la posguerra franquista (Cátedra, 2021) da buena cuenta de cómo la devolución del patrimonio artístico español realizada por el régimen terminó con la desviación de multitud de obras que jamás fueron devueltas a sus dueños legítimos. Entre los agraciados, diferentes organismos (civiles y políticos, militares, culturales y centros educativos), pero también la Iglesia, con un patente trato preferente, y algunos particulares que no dejaron pasar la oportunidad de beneficiarse del momento.

Todo comienza con el estallido de la Guerra Civil, como tantas cosas que aún no tienen respuesta. La República desarrolló todo un plan de protección del patrimonio artístico creando la Junta del Tesoro Artístico (JTA), encargada de la búsqueda, recopilación y depósito de miles de obras. Junto a ella, un comité internacional constituido por las principales galerías de arte de los países democráticos, como el Louvre en París o la National Gallery de Londres, quienes propiciaron la evacuación de algunas de las obras más importantes del momento desde Madrid a València, de ahí a Catalunya y, después, su ubicación en el Palacio de la Sociedad de Naciones en Ginebra. Entre ellas, más de 500 obras selectas del madrileño Museo del Prado.

Colorado afirma que la protección del patrimonio artístico en la zona franquista fue ínfima: "Hay declaraciones de algún responsable del Ejército que decía que haberse preocupado por las obras de arte hubiera sido considerado como derrotismo. Realmente, la intervención que llevaron a cabo se ubica en la posguerra", remarca el historiador catedrático de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). De esta forma, el escritor cierra una amplia y documentada trilogía que comenzó con la publicación de Éxodo y exilio del arte.La odisea del Museo del Prado durante la Guerra Civil y que continuó con Arte, revancha y propaganda. La instrumentalización franquista del patrimonio durante la Segunda Guerra Mundial, ambas monografías publicadas por Cátedra.

Fuentes del Ejército habrían afirmado que preocuparse por las obras de arte en la guerra sería considerado derrotismo

Al fin y al cabo, el presente volumen analiza la gestión franquista de aproximadamente 17.000 obras de las que prácticamente la mitad fueron desviadas hacia otros destinatarios que no eran sus propietarios y que, sin embargo, reconocían en muchos casos como suyas. Mientras las cárceles estaban ocupadas por 270.000 prisioneros por motivos políticos al inicio de la posguerra y el nuevo régimen ejecutaba a miles de republicanos que habían sobrevivido a la muerte en las cárceles y los campos de concentración en los que el hambre, la miseria y las enfermedades eran la tónica general, el Servicio de Recuperación Artística pasaba a la acción.

 8.000 obras desviadas entregadas en depósito

Esta entidad, configurada para que gestionara el retorno del patrimonio mueble español a sus legítimos dueños, más tarde se pasaría a llamar el Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional (Sdpan) y actuaría, mayoritariamente, en Madrid y Barcelona. Pero las obras no siempre fueron devueltas a sus propietarios. Colorado utiliza la experiencia del duque de Alba como paradigma de la gestión franquista. ¿Qué ocurrió exactamente con él? "El ducado de Alba, lógicamente, tenía y tiene una de las grandes colecciones particulares de España, por no decir la mayor. El Palacio de Liria de Madrid, que le pertenecía, fue incautado por el Partido Comunista. Se conservó en perfectas condiciones, incluso se abrió al público como museo. En noviembre de 1936, un bombardeo del bando franquista, apoyado por italianos y alemanes, causó un incendio en el Palacio. Las obras de arte que albergaba fueron salvadas a hombros de los milicianos que lo custodiaban, algunas de ellas enviadas a Ginebra y otras depositadas en los grandes almacenes de arte de la República", responde Colorado.

Y la historia continúa: "Acabada la Guerra Civil, el grueso de las obras se devuelven al duque de Alba, pero otras se desvían a otros destinatarios. Así se demuestra que, incluso conociendo al propietario de esas obras, prefirieron desviarlas. De las 17.000 estudiadas, más de 8.000 fueron desviadas y entregadas en depósito", relata el historiador. De esta forma, la monografía estudia las fórmulas utilizadas por el Sdpan para la devolución de las obras, en cuyos informes se diferenciaba claramente entre devolución al propietario y la entrega en depósito.

Para el primer caso, la fórmula habitual utilizada por el Sdpan era que la persona en cuestión "reconoce que son de su propiedad". Así de simple. Después lo cambiaron, alineándose con la retórica impuesta por el nacionalcatolicismo, por lo que dicha persona "jura por Dios y por su honor reconocer como de su absoluta propiedad". Más allá de estas fórmulas para entregar cientos de obras de arte, la entrega en depósito es la más controvertida. "¿Cómo se puede entregar en depósito una obra a quien dice que es suya? Ese es el tema fundamental de la investigación, y podemos concluir que hubo una auténtica diáspora de obras de arte en todo el territorio nacional", agrega el propio Colorado.

La Iglesia, la gran beneficiada

Según el estudio, 3.761 piezas artísticas fueron entregadas en depósito a 35 museos, 2.330 a organismos, y 2.040 a la Iglesia. Esta última institución, erigida como baluarte moral del régimen franquista, tuvo un trato preferente en cuanto a las devoluciones. El propio Colorado lo define como una compensación a la Iglesia por las múltiples pérdidas ocasionadas durante la Guerra Civil por la "barbarie roja", cuya "propaganda franquista en este sentido ha dejado una huella tan profunda en la mentalidad española que, en principio, a muchos podría parecerles justificado este trato preferente por parte del Sdpan", advierte en el libro.

 La Iglesia recibió regalos de gran valor por parte del régimen nazi

Por otra parte, la Iglesia también obtuvo un regalo de los nazis, que quisieron compensar los daños que habían sufrido durante la guerra. "Les entregaron un conjunto importante de piezas procedentes de Polonia, fundamentalmente orfebrería religiosa. Fue otra manera más de materializar la colaboración entre el nazismo y el franquismo", explica Colorado.

El historiador explicita cómo hubo casos en los que la Iglesia se benefició de obras que ni le pertenecían ni habían perdido por los asaltos e incendios al comienzo de la guerra. Es el caso de León, donde la sublevación franquista había triunfado desde el primer momento y, por lo tanto, sus templos no sufrieron daño alguno. Sin embargo, tanto el Palacio Episcopal como el Obispado de la ciudad recibieron dos depósitos de piezas patrimoniales. En este caso en concreto de los tantos que el autor aporta en el libro, un hecho llamativo es que el Palacio Episcopal de León recibió una obra de procedencia conocida y que nunca sería devuelta a su propietario.

Expolio a las colecciones de los republicanos

Algo parecido sucede con algunas obras que fueron enviadas a Ginebra, perfectamente inventariadas, al igual que con las colecciones privadas de los republicanos exiliados o asesinados en el frente. "La colección de Pedro Rico, el alcalde republicano de Madrid, comprendía más de 25 pinturas que fueron repartidas entre diferentes organismos de la capital. Lo mismo sucedió con el coronel republicano José Sicardo y su mujer Mariana Carderera, que ya en la posguerra los franquistas entraron en su domicilio y se llevaron más de un centenar de objetos artísticos que distribuyeron a capricho. O el caso del nacionalista vasco Ramón de la Sota, cuyas 300 obras también fueron repartidas y algunas de sus pinturas decoraban el despacho de Ramón Serrano Suñer cuando era ministro de Gobernación", ejemplifica Colorado.

Según Colorado, cientos de obras  de arte fueron robadas por los franquistas a altos cargos republicanos

El propio catedrático de la UCM agrega que con la llegada de la democracia a España se produjeron algunas recuperaciones por parte de las familias afectadas por este reparto desigual. Es el caso de la familia De la Sota, quien pudo obtener un conjunto de piezas que les habían arrebatado. Aun así, el historiador considera que el grueso de las obras diseminadas y entregadas en depósito sigue estando en el lugar al que fueron entregadas, aunque la falta de un inventario a nivel estatal en torno al patrimonio artístico español dificulta enormemente la tarea de su localización.

El arte robado como premio a los vencedores

Hubo obras que también fueron entregadas en depósito a particulares. Según la investigación, hasta 579 piezas localizadas a aquellos que las reclamaban como suyas, de las cuales 21 procedían del extranjero. Otro caso diferente fueron las piezas utilizadas para decorar las residencias de Francisco Franco, tanto las públicas, como el castillo de Viñuelas y el Palacio de El Pardo, como las privadas, como el Pazo de Meirás y el Palacio del Canto del Pico. Según la base de datos utilizada por el autor, hay 482 piezas en paradero desconocido.

Tal y como concluye Colorado, "se podría decir que con su política de devoluciones y entregas en depósito el franquismo estaba ejecutando una especie de amortización o una contradesamortización, viejo sueño pendiente de la derecha española. El arte se convertía en poder y en símbolo de la utilización política del patrimonio, lo que permitió saquear a los republicanos exiliados o en prisión y premiar a los vencedores. En última instancia, la instrumentalización política del patrimonio".

https://www.publico.es/culturas/reparto-del-regimen-franquista-obras.html

 y ver  ...https://www.eldiario.es/cultura/arte-botin-guerra-franquismo-expolio-republica-salvaguardar_1_7284224.html

Y ver   ...https://scandallos.wordpress.com/2018/11/05/el-robo-de-la-coleccion-duque-de-hernani-por-la-familia-real-espanola/

martes, 16 de marzo de 2021

¿ Guerra entre farmacéuticas ?

Sobre la suspensión de la vacunación de AstraZeneca

Son una fake new


Llevan décadas mintiendo a la sociedad con respecto a las vacunas. Los portavoces de la industria farmacéutica (divulgadores, prensa científica, asociaciones médicas, etc.) han afirmado categóricamente que las vacunas son 100 % seguras y que “las vacunas”, en general, producen inmunidad de grupo. Ambas son falsedades.

Después ha llegado la pandemia más tecnificada de la historia, nos han prometido que será la técnica, y únicamente la técnica, la que nos librará y podremos volver tranquilamente al suicidio colectivo de masas en el que estábamos embarcados antes del confinamiento internacional. No han querido tener en cuenta el papel de las desigualdades en la incidencia y mortalidad. Han ocultado desvergonzadamente el papel de la salud pública porque no es técnico y no genera mercancías jugosas.

Nos han mentido diciendo que jamás se aprobaría una vacuna que no tuviera todas las garantías de seguridad, o sea, que fuese 100 % segura. Y es mentira porque la vacuna, como cualquier otro medicamento induce una respuesta en el sistema inmunitario. Esta respuesta, por muy equilibrada que sea, a la fuerza producirá reacciones exageradas en algunos individuos. Y por muy baja que sea la incidencia de efectos secundarios, cuando se vacuna a millones de personas en unos días, se producirán “muchos” casos, incluso muertes. Los gobiernos han tratado a la sociedad como infantes, los “comunicadores” la han tratado como potenciales enemigos de la ciencia y la razón, magufos y antivacunas en potencia irracionales.

El fetichismo tecnológico dominante ha hecho apostar por estrategias novedosas (RNA y adenovirus de chimpancé) cuyos efectos a medio largo plazo y en “el mundo real” se desconocen, en vez de virus atenuados u otras estrategias clásicas. La agencia europea, en su proceso privatizador, niega la financiación a vacunas más “razonables” como la finesa, pública, y aunque de DNA recombinante, era administrada con spray nasal. Una estrategia más acertada al probablemente inducir mejor memoria celular y menos efectos secundarios. Pero lo de que sea una universidad la que produzca la vacuna es de comunistas. Mejor privaticemos la de Oxford-Astrazeneca, que misteriosamente los medios dejaron de llamar así.

Ahora algunos países, por razones que desconozco, deciden desoír a su agencia, la europea del medicamento, y sin información pública, sin evidencias deciden suspender temporalmente la vacunación, solo la de Astrazeneca.

Las consecuencias son dramáticas, y no sólo por el retraso en la vacunación que llevará a muchas muertes. Caos informativo. Después de un año de dimes y diretes, de mascarilla “de entrada no”, de desinfecciones de ruedas y edificios inteligentes sin ventanas, de meter los aerosoles debajo de la alfombra, de espacios de trabajo y transportes públicos esterilizantes y parques infantiles supercontagiadores, después de todo esto decimos a esas cajeras de los supermercados que todas son necesarias, pero algunas más que otras así que no les toca vacunarse, y que a las profesoras que vacunaron el domingo estén tranquilas, pero a las trabajadoras de visita a domicilio que esperen que se merecen precaución, pero que para la policía sí era segura.

Ahora le voy a explicar a las compañeras del sindicato que no se preocupen, que se fíen del Gobierno que sigue la mejor evidencia disponible. Es difícil pelear contra las teorías de la conspiración de la gente honrada cuando las vacunas de RNA de Pfizer y Moderna han producido algo más casos de trombos que la de Astrazeneca. ¿No será una guerra entre farmacéuticas?(1)

De 17 millones de vacunados en la UE, se han notificado 40 casos de trombos. Menos que los causados por las pastillas anticonceptivas, pero claro, no es solo cosa de mujeres; menos que los que se producirían en esos 17 millones sin la vacuna.

Los gobiernos se están comportando como terroristas de la salud, generando pánico, desconfianza, y alimentando el neofascismo trumpiano del individualismo negacionista y las fake news. Porque son una fake new.

Visita la página: cienciamundana.wordpress.com(2)

Nota del blog (1).-https://www.investigaction.net/es/pfizer-o-como-sacar-provecho-de-una-pandemia/

Nota del blog (2).  AVISO . El autor no es negacionista 


lunes, 15 de marzo de 2021

Viaje a Siracusa .


Heidegger, entre Madrid y Siracusa

Manuel Rivas
 
Fuentes: Ctxt


“El espectáculo organiza con destreza la ignorancia de lo que sucede”, escribió Guy Debord. Hay que reconocer que lo que está sucediendo en la política de Madrid responde a una extraordinaria organización de la ignorancia. No sabemos lo que sucede, el porqué sucede, pero sucede.  Ni siquiera está claro que eso que sucede, y sucede a ritmo trepidante, las noticias como tráiler de un estreno, vaya a suceder. En principio hay dudas legales en la organización de la ignorancia, pero la protagonista indiscutible, la presidenta Ayuso, se mueve por la Casa Real de Correos con la determinación de un Napoleón le Petit en su 18 Brumario. De hecho, parece avanzar sin titubeos en el futuro borroso, festejando el conflicto. Y donde se dice “determinación” debería decirse “decisionismo”. La gestualidad, las palabras, esa sonrisa oblicua de Grande de España que le transfirió Aguirre, ese pisar hípico de botas altas sobre la alfombra roja, vienen a decir: “Los actos de quien manda se traducen en ley”. En este escenario histórico, la convocatoria electoral necesita un rumor de cruzada, y lo tiene, algo así como “¡Dios y Madrid lo quieren!”, pero lo que retumba al final es un algoritmo caníbal: “Socialismo o libertad”. 

Guy Debord también escribió que, inmediatamente después de organizar la ignorancia, el espectáculo organiza “el olvido de lo que, a pesar de todo, ha llegado a conocerse”.  

Ahí tenemos, por lo menos, un apunte de causalidad. Resulta realmente extraordinario el constatar cómo en pocas horas se organizó el olvido. Estaban en el aire, en las pantallas, en la tinta, y en el polen común de la conversación popular, grandes cuestiones de Estado. Estaba en primera el “circulo vicioso” que tiene atrapado este país. La corrupción coronada, los sobresueldos ilegales a exgobernantes, la financiación irregular de las campañas de la derecha en Madrid –con pelos y señales–, el tufo de la red de cloacas del Estado, con Villarejo, inspector principal del “alcantarillado” haciendo calceta en casa… Por otra parte, esta era la semana prevista para que el Gobierno de coalición de izquierdas anunciase el mayor acuerdo de ayudas directas para los sectores más abatidos por la pandemia. 

Es previsible que, en estos casos, funcionen a tope las maniobras de distracción. Lo que no es previsible es que las montañas desaparezcan, de repente, desaparezcan. Se conviertan en llanos. En horas, la organización del olvido tuvo la eficacia de un eclipse total. ¡Demasiado para el ‘efecto mariposa’ de Murcia! El zafarrancho de la derecha de Madrid no pudo ser improvisado. De hecho, en Murcia lo arreglaron en un plisplás siguiendo una norma del “círculo vicioso” ya descrita por Flaubert hace mucho tiempo: Hay gente que está dispuesta a pagar para venderse.

La “pataleta” de Ayuso en Madrid pronto apareció en gran parte de los medios como “la gran jugada”. Por una parte, todas las gallinas echaron a volar y se oscureció el cielo y, con él, los grandes casos de corrupción. Por arte de birlibirloque, salieron casi de inmediato estupendas encuestas. Por otra, la responsabilidad de romper el acuerdo de Gobierno en la comunidad no fue de quien lo rompió sino de la parte leal, en este caso, Ciudadanos. Pero el séptimo de caballería mediático, sin prueba alguna, se encargó de buscar un “Judas” colectivo a la medida. Los que no se suiciden políticamente en Ciudadanos serán tratados, políticamente, como “falsos positivos”. Es decir, linchados. 

Guy Debord terminaba escribiendo: “Lo más importante es lo más oculto”. Y aquí estamos. En lo más oculto. 

Esta no es una “catarsis” de la derecha, como algunos han dicho. Tampoco es una operación genial y espontánea por parte de Ayuso. Pero sí es una operación de gran calado. Pase lo que pase en las elecciones,  se ha laminado el potencial espacio moderado de una derecha democrática. Ahí están los clamorosos silencios. Hay algo todavía peor y posiblemente irreversible: la derecha está siendo alegremente devorada por la ultraderecha. Es el triunfo de la “excitación destructiva” y del “círculo vicioso”. Hay mucha gente en el mundo que hoy mira atónita ante esta entrega peligrosa. Porque no solo se trata de una estrategia electoral, que es repugnante, sino que también se vende el alma. No creo que sea ficción decir que Ayuso, al final, será en realidad una presidenta al servicio de la derecha más reaccionaria. ¡Pobre libertad!

El problema político de Madrid es un problema para toda España. No solo se está produciendo una convulsión en el mapa político. Vemos cómo, paralelamente a este reagrupamiento extremista, el pensamiento peligroso, el pensamiento bruto, va ocupando espacios y tomando posiciones.

El gran filósofo Martin Heidegger acabó sucumbiendo a la seducción del partido nazi en 1933 y aceptó, gobernando Hitler, el cargo de rector  en la universidad de Friburgo. Su discurso de toma de posesión es de los que deja el corazón helado. Una persona de inteligencia excepcional adulando el pensamiento bruto, aquella maquinaria que preparaba la barbarie. Después de un tiempo en el cargo, dimitió y volvió a su trabajo docente. Un compañero le preguntó con sorna: “¿Qué tal tu viaje a Siracusa?”.  Era una referencia a Platón que había querido convertir al tirano de Siracusa en un rey-filósofo y estuvo a punto de perder la cabeza en el intento.

Lo más importante es lo más oculto, sí. 

Leo a gente inteligente, gente que te ayudó a pensar con sus libros y artículos, gente que amaba la libertad y se rebelaba contra la injusticia, y tengo la impresión, una punzada dolorosa, de que demasiados han perdido los escrúpulos y se están yendo de viaje a Siracusa. 

Manuel Rivas es escritor y periodista. Premio Nacional de Narrativa por su libro de relatos ¿Qué me quieres amor?. Su último libro se titula Zona a defender (Alfaguara).

Fuente: https://ctxt.es/es/20210301/Firmas/35361/Ayuso-elecciones-mocion-de-censura-Madrid-Socialismo-libertad.htm