jueves, 3 de diciembre de 2020

Liberales .


Liberales

Un liberal-liberal defiende a rajatabla la cultura del mérito personal y por lo tanto rechaza los cargos, títulos u honores hereditarios. Eso lo lleva incluso a rechazar la idea de la monarquía, un sistema basado en la transmisión familiar de la jefatura de Estado

Marco Schwart

Qué obsesión la de ciertos dirigentes y exdirigentes de nuestra aún rancia derecha por proclamarse liberales, etiqueta con la que pretenden darse una pátina de modernidad. La desfachatez de estos personajes para moldear el lenguaje a su acomodo no conoce límites. Dejemos de una vez por todas las cosas claras: no son liberales. Serán otra cosa, algún híbrido ideológico extraño, alguna mutación carpetovetónica de Adam Smith o de quien sea, pero no liberales. El liberalismo de verdad no consiste solo en vociferar contra la intromisión del Estado cuando afecta determinados intereses particulares, sino que exige mantener ciertas posiciones relativas a la extensión de derechos que muy pocos de nuestros sedicentes liberales están dispuestos a asumir. Los liberales de la derecha española, que haberlos haylos, carecen de influencia en el PP y no son precisamente los que andan aireando sus certificados de liberalismo.

 Un liberal auténtico estaría, por ejemplo, inequívocamente a favor del matrimonio homosexual. No por la simpatía personal que le pueda despertar o no el colectivo gay, sino porque se trata de una ampliación de las libertades que no obliga a nadie a ejercerla y que no cercena la libertad de terceros. Sin embargo, cuando el Gobierno de Zapatero promovió la ley que permitía el matrimonio de personas del mismo sexo, el PP movilizó a sus huestes en manifestaciones multitudinarias de protesta. Y cuando se aprobó la ley en el Congreso, la recurrió ante el Tribunal Constitucional. El PP habló de "valores" y de la "defensa de la familia", argumentos morales que no invocaría un liberal.

 Un liberal genuino intenta estirar al máximo la libertad de expresión, con todas las consecuencias que a veces conlleva. El Gobierno del PP, en un momento de fuerte contestación callejera, sacó adelante en 2015 la Ley Orgánica de Protección de Seguridad Ciudadana, conocida como ley mordaza, de la que Amnistía Internacional señaló lo siguiente: "No respeta los estándares internacionales de derechos humanos y daña las libertades de expresión, información, reunión, política y asociación".

 Un liberal puro está a favor de despenalizar las drogas. El PP, cada vez que ha podido, ha hecho todo lo contrario: endurecer las sanciones para el consumo de estupefacientes. En 1991, cuando el liberal Aznar ya estaba al frente del partido, propuso modificar el Código Penal para castigar el consumo de drogas en "vías públicas" o "lugares de concurrencia". Sin entrar en el debate de lo acertadas o no que puedan ser las medidas restrictivas del consumo, lo indiscutible es que no son propias de una mentalidad genuinamente liberal.

 Un liberal-liberal defiende a rajatabla la cultura del mérito personal y por lo tanto rechaza los cargos, títulos u honores hereditarios. Eso lo lleva incluso a rechazar la idea de la monarquía, un sistema basado en la transmisión familiar de la jefatura de Estado. Como señalé en una columna anterior, la revista The Economist, considerada el templo del liberalismo, es consecuente con sus principios y se ha declarado contraria al concepto de la monarquía. En España, la derecha no solo defiende la Corona y tiene entre sus grandes figuras a personas que airean títulos nobiliarios heredados (todo lo cual es legítimo, pero no genuinamente liberal). También sataniza a todo aquel que se atreve a cuestionar el sistema monárquico con el argumento de que su objetivo es destruir el orden constitucional. Lo irónico es que la propia Constitución parece ser más liberal que la derecha, ya que permite defender las ideas e incluso modificar el propio modelo de Estado, eso sí, mediante unos procedimientos que hoy lo hacen prácticamente imposible.

 Un liberal coherente, sea o no creyente en su esfera individual, defiende el laicismo. Ya en el siglo XVII, John Locke, considerado el padre del liberalismo, abrió el debate sobre la libertad de religión y la separación de la Iglesia y el Estado. El historial del PP va en otra dirección: defiende la asignatura de religión evaluable y computable en los colegios, la presencia de símbolos religiosos en la toma de posesión de los miembros del Gobierno o las manifestaciones públicas de fe por parte de las autoridades. El PP es el único partido que incluye una referencia al cristianismo en sus estatutos. En el congreso nacional del partido de 2004, Gabriel Elorriaga y Ana Pastor quisieron suprimir esa expresión religiosa, pero los frenó el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández, quien después condecoraría a dos vírgenes por "méritos policiales". Más adelante, en el congreso de 2012, lo volvió a intentar, también sin éxito, la presidenta madrileña Cristina Cifuentes. El PP está en su derecho de defender de tal modo la presencia de la religión en la esfera pública, pero, lo sentimos, eso no es liberalismo.

 Un liberal defiende la eutanasia. "La eutanasia, entendida como la ayuda a morir o la asistencia al suicidio de quien no puede hacerlo por sí mismo, es éticamente legítima. Cada ser humano autónomo es propietario pleno de sí mismo, de su mente y de su cuerpo. Este derecho de propiedad o legitimación del control significa que el propietario puede hacer lo que desee con su propiedad siempre que no agreda la propiedad ajena. Las declaraciones de personas con creencias religiosas en contra de la eutanasia no son argumentaciones racionales, sino posturas frecuentemente reaccionarias y oscurantistas". El anterior párrafo está tomado del portal liberalismo.org, que tiene como objetivo "la divulgación del pensamiento liberal en el mundo hispanohablante". El PP se ha opuesto tradicionalmente a apoyar una ley de eutanasia invocando razones de trasfondo religioso. A lo máximo que ha llegado es a proponer una ley integral de cuidados paliativos para procurar una "muerte digna" al paciente, lo que no hay que confundir con la eutanasia activa, en la que el paciente tiene derecho a que se le quite la vida. Algunos dirigentes conservadores se han pronunciado en favor de una ley de eutanasia -como el exministro García-Margallo, que dijo que "no seguir viviendo es una decisión personal"-, pero no han logrado modificar la línea oficial del partido.

 Por último y no menos importante, un liberal de verdad defiende con todas sus consecuencias el libre mercado, con la mínima –o nula- intromisión del "Leviatán" llamado Estado. La escuela más puritana del liberalismo considera que los empresarios deben asumir todos los riesgos y, si llega el caso, pagar con sus propios bienes si fracasa el negocio. Aquella visión se rompió con la introducción del concepto de sociedad anónima, que permitió a los propietarios no responder con sus bienes ante situaciones adversas y dio un impulso decisivo al capitalismo como hoy lo entendemos.

 Para el PP, el liberalismo económico se limita a bajar impuestos a los ricos y a las sociedades, eliminar tributos al patrimonio o a las herencias y flexibilizar -eufemismo por precarizar- el mercado laboral. Pero el liberalismo económico es mucho más: es rehuir las subvenciones del abominable Estado, como las que recibió durante mucho tiempo la fundación FAES: según una reciente fiscalización del Tribunal de Cuentas sobre el ejercicio de 2016, la fundación presidida por el expresidente Aznar obtuvo de lejos la mayor cuantía de apoyo público (966.765 euros), seguida de la socialista Pablo Iglesias, con 623.240 euros. Liberalismo económico también es no reclamar inyecciones económicas para sectores y empresas amigos. Es no crear redes de financiación política a cambio de favores económicos con fondos del odiado Estado. Como sucedió con Fundescam, una oscura fundación del PP de Madrid presidido entonces por la liberal Esperanza Aguirre, a la que el liberal presidente de la CEOE, Díaz Ferrán, hizo generosas donaciones, tras lo cual recibió contratos públicos por 6,4 millones para sus empresas. Y, por supuesto, no crear entramados delictivos para saquear al Estado, como sucedió con Gürtel, a menos que digan –a estas alturas todo es posible- que la red formaba parte de un plan maestro para cumplir el viejo sueño liberal de reducir el Estado a la mínima expresión.

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/liberales_129_6463323.html

 Nota del blog .-

Nada de lo sucedido hasta la fecha desde 1993, en que José María Aznar puso en marcha la estrategia de derribar a Felipe González sin respetar ni siquiera el consenso antiterrorista, permite pensar que se pueda contar con la derecha española para una política de Estado .  A  Aznar le importo un pepino romper el consenso del 78, desmantelar los servicios secretos y llamar  movimiento de liberación a ETA y cederle a Pujol  todas las competencias que le pidió. Y luego acusar al PSOE  de hacerlo ellos. No es un partido que tenga sentido de Estado. Ni ha tenido un presidente jefe de gobierno estadista (  quiza quitado Fraga , que no fue presidente )  y lo más grave no creen en  España. Y no lo hacen porque se creen que España son ellos y como son tan podridos  vuelcan su imagen sobre la de España y se tapan  de banderas. Aznar hizo las grandes privatizaciones  de empresas públicas rentables y perdimos la soberanía económica  y repartiendo sus puestos entre amiguetes – ¿qué lo hizo Francia o Alemania?- y luego entro en el euro a destiempo por puro oportunismo como antes, para rematarlo e hizo a España un  país dependiente sin soberanía, para así poderlo manejar como cipayos o mayordomos de palacio sea de Berlín o de Washington, su idea solo es la pasta para ellos, y no son ni  liberales.  Ni demócratas cristianos  .  Son  como nacional católicos reprimidos una especie de “neocons”  castizos americanizados . Si añadimos a eso el desastre de la gestión de Rajoy en lo de crisis del  2008 lo rematamos. Se cargó la medicina pública puntera, en cirugía e investigación. Se cargó la naciente energía  solar y eólica puntera se cargó el I+D y de cultura  quien te ha visto y quién te ve.
Para tener cultura propia no se puede obviar nuestra memoria liberal y republicana y ellos su memoria es  meramente la frustación imperial católica  universal.  De Isabel Católica  a los Tercios de Flandes o los conquistadores americanos .Pero bajo el filtro de  la frustación imperial franquista.

 Y Aznar ya sabemos cómo terminó al servicio del peor periodismo  y de los buitres exteriores  contra su país. El deseo de la derecha es tener una casa en Miami o un apartamento en Washington o en las Bahamas cerca de un paraíso fiscal. Por que España solo es  su cortijo para saquerla . Y llevarse el dinero fuera  como hizo el émerito.  Su ejemplo es bien  la Iglesia Católica  Apostólica y Romana  , un Estado dentro del estado .tan unidos a ella , dependiente de un paraíso fiscal  , el Vaticano . ¡ Patriotas a Dios !   No por Dios ,  ni  de Dios . A mi los que tienen fe en Dios  o en  el Evangelio, me merecen un profundo respeto . -Quiza en eso por ser filosoficamente  agnóstico como Wittgenstein  o Hume y un ateo frente a la Iglesia Católica- .Por no tener no tienen ni fe en si mismos  y como la van a tener en España .O tener sentido de Estado . Su fe es un paraiso fiscal .Como han hecho con Madrid . No va más alla. Y su alternaviva Vox peor todavia. con su añoranza  del cortijo franquista. Por eso salio ese general cipayo diciendo lo de fusilar ahora a 26 millones de Españoles  que al final al saltar a las redes y a la prensa , le entro la  diarrea .Y lo negó.


martes, 1 de diciembre de 2020

Según el Washington Post , USA arma a los talibanes



Según el Washington Post , USA arma a los talibanes .

Oficialmente, el Pentágono lucha contra los talibanes en Afganistán. Sin embargo, según el ‎‎Washington Post, en realidad está armándolos en secreto para que luchen contra el Emirato ‎Islámico (Daesh), otro “enemigo oficial” de Estados Unidos (1).‎

VER.................(1)https://www.washingtonpost.com/outlook/2020/10/22/taliban-isis-drones-afghanistan/?arc404=true


  Nota del Blog .

Una cosa que nunca se explica es que los talibanes eran y son el  partido de los pastún . Son 50 millones ,y el mayor grupo étnico ,  que no solo están en Afganistán sino en Pakistán, y que fue partido o divido por Inglaterra en dos estados... Pero la mayoría  en Afganistán.  ALQUEDA es el núcleo duro  de la resistencia  pastún  y  nació  con el apoyo americano contra  los soviéticos  . Y el ISIS no tiene que ver nada , ya que es un Califato universal .Y ahora los americanos están armando a los talibanes contra el ISIS, Para romper la alianza anti ocupación americana  TALIBÁN-ALQUEDA -ISIS. Cosa que ocultan. Hay analistas que lo pintan peor  y es que realidad apoyan a los dos bandos, No  es inusual ya lo hicieron en la guerra IRAK-IRAN. Con el Iran contra .  Y en Siria apoyando a la fracción ALQUEDA-ISIS. Y la función  es que   el lobby de armamentos es un negocio y el gobierno americano no lo va a poder controlar. La mayoría de  declaraciones es puro cinismo político(2)... Y en realidad no saben cómo salir  de ese pantano.

Y uno se pregunta cómo pueden negociar con los talibanes  si primero los matan y luego lo intentan negociar... ALQUEDA  como dije antes es el núcleo duro de la resistencia talibán pastún en resiliencia.

Biden no cambiara nada en política exterior como  hizo Obama  ,es  un presidente que sigue  sosteniendo el carácter excepcional y el destino manifiesto americano. No es una cuestión de aprender  de  la Guerra de Corea  que quedo en tablas saltaron a Vietnam , tuvieron que salir y se metieron en Irak y Afganistán .La cuestión es su  sistema  de keynesianismo militar disfrazado de humanismo  democrático y cuestión es vender armas  y  la OTAN es su brazo industrial militar  , cada vez que en Europa avanzaba hacia el Este iba acompañado de ventas masivas de armas y cambiar las armas rusas por americanas .Gran negocio.  No es una cuestión de amigos o enemigos es una cuestión de negocios . Si un estado le compra armas son sus amigos sino son enemigos.

  Nota (2) .- Ver la explicación oficial ..https://www.eldiario.es/internacional/momento-decisivo-futuro-qaeda-pierde-vieja-guardia-acerca-afganistan-eeuu_1_6471568.html

Foto de mutilados afganos de la película  iraní   Kandahar . 2001 .

lunes, 30 de noviembre de 2020

domingo, 29 de noviembre de 2020

La OTAN , la UE y el nazismo.

 

Ceremonia del batallón Azov, conformado por militantes neonazis y hoy integrado a la Guardia ‎Nacional de Ucrania como “Regimiento de Operaciones Especiales”, bajo las órdenes directas ‎del ministerio del Interior ucraniano. ‎

Abstención de los países de la Unión Europea y de la ‎OTAN en el voto de una resolución de la ONU ‎contra el nazismo

 Manlio Dinucci

En medio de la mayor discreción mediática, los países miembros de la Unión Europea ‎y de la OTAN optaron por la abstención al someterse a votación una resolución de ‎la ONU contra la apología del nazismo. Pero esa abstención no es tan sorprendente. Desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, la CIA y posteriormente ‎la OTAN se dedicaron a reclutar y “reciclar” numerosos criminales nazis a través del ‎mundo. El reclutamiento y uso de neonazis por parte de la OTAN se ha intensificado últimamente en los países bálticos y en Ucrania. Esos elementos son ‎portadores y difusores de la ideología racial que nunca abandonaron. ‎

Ceremonia del batallón Azov, conformado por militantes neonazis y hoy integrado a la Guardia ‎Nacional de Ucrania como “Regimiento de Operaciones Especiales”, bajo las órdenes directas ‎del ministerio del Interior ucraniano. ‎

La Tercera Comisión de las Naciones Unidas –encargada de los asuntos sociales, humanitarios y culturales– adoptó, el 18 de noviembre de 2020, la resolución titulada “Combatir la glorificación del ‎nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar las formas ‎contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de ‎intolerancia”.‎

En esa resolución, la Asamblea General de la ONU recuerda que «la victoria contra el nazismo en ‎la Segunda Guerra Mundial contribuyó a establecer las condiciones que permitieron crear las ‎Naciones Unidas para prevenir las guerras en el futuro y preservar a las generaciones venideras del ‎flagelo de la guerra», alerta sobre la difusión de las ideas de movimientos neonazis, racistas y ‎xenófobos en numerosas regiones del mundo y expresa «profunda preocupación ante cualquier ‎forma de glorificación del movimiento nazi, del neonazismo y de quienes fueron en su día miembros ‎de la organización Waffen-SS». ‎

La resolución subraya más adelante que «el neonazismo es algo más que la mera glorificación de ‎un movimiento ya pasado; es un fenómeno contemporáneo» y precisa que los movimientos neonazis y ‎otros análogos contribuyen a:

«exacerbar las formas contemporáneas de racismo, discriminación ‎racial, antisemitismo, islamofobia, cristianofobia, xenofobia y formas conexas de intolerancia». ‎

Debido a todo lo anterior, la resolución exhorta los Estados miembros de las Naciones Unidas a ‎adoptar una serie de medidas para contrarrestar ese fenómeno. ‎

Esta resolución, adoptada por la Asamblea General de la ONU el 18 de diciembre de 2019, fue ‎aprobada ahora por la Tercera Comisión con 122 votos a favor –entre ellos los votos de 2 miembros ‎permanentes del Consejo de Seguridad: Rusia y China

Sólo dos Estados miembros de la ONU votaron contra esa resolución: Estados Unidos y Ucrania. ‎

Por su parte, siguiendo probablemente una directiva interna, los otros 29 Estados miembros de ‎la OTAN –entre ellos Italia– se abstuvieron. ‎

También se abstuvieron los 27 países miembros de la Unión Europea [1], incluyendo los 21 Estados ‎europeos miembros de la OTAN. En el total de 53 países que se abstuvieron de votar la ‎resolución contra la glorificación del nazismo y el neonazismo se cuentan igualmente ‎las abstenciones de Australia, Japón y de otros Estados socios de la OTAN. ‎

La significación política de esa votación es muy clara: los miembros de la OTAN y sus socios ‎boicotearon una resolución que, sin nombrarla, cuestiona directamente y sobre todo a Ucrania, ‎cuyos movimientos neonazis han sido y son utilizados por la OTAN con fines estratégicos.

Está ‎ampliamente demostrado que brigadas neonazis recibieron entrenamiento militar ‎de Estados Unidos y de la OTAN, que las utilizaron después en el putsch de la plaza Maidan –‎en 2014– y contra las poblaciones rusas de Ucrania, antes y después del regreso de Crimea a la ‎Federación Rusa, iniciando así en Europa una nueva confrontación análoga a la de la guerra fría. ‎

En ese sentido, resulta emblemático el papel del batallón Azov, fundado en 2014 por Andriy ‎Biletsky, conocido como el «Fuhrer Blanco», ferviente defensor de la «pureza racial de la ‎nación ucraniana, que no debe mezclarse con razas inferiores». ‎

Después de distinguirse por su ferocidad, el batallón Azov fue incorporado oficialmente a la ‎Guardia Nacional ucraniana, con la categoría de regimiento, y fue equipado con blindados y ‎artillería. Incluso conservó su emblema –que imita claramente el emblema de la división Das Reich ‎de las SS nazis– y la formación ideológica de sus efectivos, según el modelo de los nazis. El ahora ‎regimiento Azov se entrena con instructores estadounidenses, enviados a Ucrania desde ‎la ciudad italiana de Vicenza, y de otros países de la OTAN. En realidad, el hoy regimiento Azov ‎no es una unidad militar ucraniana sino un movimiento ideológico y político que sigue teniendo ‎como jefe a Andriy Biletsky, dedicado principalmente a “educar” a los jóvenes, inculcándoles ‎el odio contra los rusos y entrenándolos militarmente. Simultáneamente, en Kiev se reclutan ‎neonazis de toda Europa. ‎

Ucrania se ha convertido así en “vivero” del nazismo que renace en pleno corazón de Europa. ‎

En ese contexto se produce la abstención de Italia y de los demás países miembros de la OTAN y ‎de la Unión Europea en la votación sobre la resolución titulada “Combatir la glorificación del ‎nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar las formas ‎contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de ‎intolerancia” en la Asamblea General de la ONU. ‎

Y el parlamento italiano acepta eso, como cuando –en 2017– firmó un memorándum de ‎entendimiento con el presidente del parlamento ucraniano, Andriy Parubiy, fundador del Partido ‎Social-Nacional –según el modelo nacional-socialista hitleriano–, jefe de las brigadas neonazis ‎responsables de asesinatos y de feroces golpizas a opositores políticos. ‎

Este Andriy Parubiy, quien declaró en televisión que «el hombre más grande que practicó la ‎democracia directa fue Adolfo Hitler», agradeció ahora al gobierno de Italia su decisión de ‎no votar la resolución de la ONU contra el nazismo. ‎

Fuente

Il Manifesto (Italia)

viernes, 27 de noviembre de 2020

EL hijo del chófer.

 


El nacimiento de una nación. O dos

Guillem Martínez  

 “¿Por qué en nuestro país nadie dice la verdad?”. Esta pregunta, que Josep Pla refiere a Jaume Vicens Vives en una carta, es el lema de El fill de xofer –El hijo del chófer; Tusquets, 2020–, de Jordi Amat. La frase aparece como el epígrafe, el tráiler, el copón, la lógica, el momento fundacional del libro. Es la clave de su lectura y las palabras que le dan sentido. A través de ese sentido se puede intuir que el libro que empieza, que avanza, que termina, no es una biografía, sino un estudio sobre la verdad, ese objeto tan vasto que engloba en sí a la mentira. Es un estudio sobre la cultura, vamos, ese corpus desde el que se emiten, elegantemente y con permiso y consenso social, frases no refrendadas necesariamente por la realidad, como “qué bebé tan bonito”, “el carácter modélico de la transición española”, o “l’esperit cívic que ens caracteritza”. Es un estudio –agárrense y aparten a los niños– sobre el momento fundacional de la cultura democrática post-78, de la cultura nacional cat y esp, dos conceptos que en los años 80 ya estaban refundados. Cambiaron. Mucho. Tal vez 360 grados. Hace mil años, antes de la pandemia, en una entrevista, Amat me soltó, un poco mosca, que “no hay una investigación sobre la Cultura de la Transición –la CT de las narices– Cat, y quien tenía que hacerlo –aludía al trade-mark Comuns– no lo había hecho”. Pues bien, Jordi Amat lo ha hecho. A pelo. Desde otra cultura. La suya. El resultado es sexy, valiente, molesto, operativo y –en nuestro país nadie dice la verdad– camuflado como libro biográfico. Lo que, por lo que estoy observando en las reseñas, le ha evitado la primera ronda de capones. Bien por Amat.

El tramo formal del libro es, lo dicho, una biografía. De Alfons Quintà. Un psicópata que, por cierto, fue mi primer director en un diario. Por aquel entonces yo era incluso más joven que ahora, por lo que, a falta de precedentes vitales, no le di importancia. Lo vi como un paisaje o, al menos, intuí –y la Historia me absolvió– que todo director de diario esp/cat tenía estadísticamente algo de psicópata. Los psicópatas, en fin y por otra parte, no son seres importantes. Pero sí útiles. Se cuelan en tu vida, en tu trabajo o en tu piso para explicarte los límites. Son un límite. Son la brutalidad que la sociedad les permite. Son, por tanto, un indicador social. Son algo frecuente, por lo mismo, en el staff informativo y cultural local de un país en el que nadie dice la verdad, actividad que requiere esfuerzos colectivos continuos y directores llamativos. El acierto, la novedad, lo brillante de Amat es hacer coincidir en el hecho biológico de un psicópata –ese río; una persona es un río– dos momentos históricos que explican la Transición en Cat. Y, con ello, en Esp –Cat, al cabo, no es una seta, que nace solo del sol y la lluvia; desde los 80 es algo que nunca fue: la prolongación de la cultura política esp por otros medios; era eso, por todo lo alto, en 2017, por ejemplo, algo que el libro propone implícitamente–.

El acierto, la novedad, lo brillante de Amat es hacer coincidir en el hecho biológico de un psicópata –ese río; una persona es un río– dos momentos históricos que explican la Transición en Cat

Esos dos grandes momentos son, como ya habrán adivinado, A) y B). Sobre A). Quintà era el hijo del cómplice y chófer de Pla, una labor fundamental en el ignoto Empordà de la postguerra. Pla, por cierto, es otro psicópata, con un trato humano, en ocasiones, no muy diferenciado del que emitirá Quintà. El formulador del fascinante en-nuestro-país-nadie-dice-la-verdad, fue periodista a sueldo de Cambó desde los años 20, y espía franquista cuando esa máquina mataba a tutiplén y sus aliados torpedeaban barcos que venían de Marsella. Desde la postguerra, a través de Destino, revista falangista fundada por deslocalizados de la Lliga en Burgos, Pla –hasta que fue despedido por el último propietario de Destino, Jordi Pujol, por escribir desde posicionamientos proto-fascistas sobre el 25 de abril portugués– fabricó una nebulosa certera –incomprensible, ilógica hoy sin la capacidad cultural de descifrar toda aquella nube–, percibida por el lector de la época como sentido de la vida gourmand, cosmopolitismo, liberalismo y catalanismo. Algo en todo caso posible en un país en el que nadie dice la verdad. Pla, en todo caso, fue, y así lo señala Amat, el ¿único? escritor cat en cuyo entorno se formó una órbita de políticos –hoy lo habitual es lo contrario: los escritores, el intelectual, son satélites del político–. Amat denomina a ese grupo, o situación, y es un concepto brillante, el “Camelot de Pla”. Su núcleo duro son el historiador Jaume Vicens Vives –docente represaliado, historiador y magister de accesos diametralmente distintos a él como Vilar o Fontana; destinado a la Presidència de la Gene, murió mucho antes de ese spring, lo que fue un giro en el destino de Pujol–, Joan Sardà –Enric Juliana hace de él un perfil imprescindible en su magnífico Aquí no hemos venido a estudiar–, economista no franquista, próximo a ERC en su juventud, y creador del Plan de Estabilización, que sacó del hoyo al franquismo en 1959, si bien también a la sociedad, al límite de su capacidad de sufrimiento. Fabià Estapé, discípulo de Sardà y creador del Primer Plan de Desarrollo. Y Manuel Ortínez, una pieza clave, y oscura, en la Transición. En aquel momento era una suerte de community manager del Cotó –el Algodón, el empresariado textil cat–. En el postfranquismo lo sería del sector financiero. Ese grupo con chófer, y el chófer con hijo, en todo caso, son los autores de un plan. Consiste en asociarse con Tarradellas –Ortínez consigue que el Cotó sufrague su exilio, en pleno franquismo–, que Tarradellas delegue el Interior en Vicens Vives, y en fabricar, en torno a la institución Generalitat, una garantía de orden frente a las izquierdas en un posible proceso de apertura no necesariamente democrática. Sería, interpreto, una respuesta política al Plan de Estabilización, y desde él mismo. Desde la idea de que liberalizar la economía comportaría algún tipo de liberalidad. ¿Era una idea gaseosa? ¿Era un póquer salvaje y en serio? No se sabe. El grupo se disgregó con la muerte de Vicens Vives, en 1960. Lo importante, y lo importante del libro, es que ese plan, de la mano de Ortínez, vuelve en los 70. Es sancionado por Andrés Cassinello, el jefe de los servicios de inteligencia que también sancionó a los líderes del PSOE y les dio su OK. Es el plan que se materializa en la Transición en Cat. Es la vuelta de Tarradellas –sin relación ni contacto con la sociedad o con los partidos cat, pagado en esta ocasión por el Estado, y ya no por el Cotó, pocho desde 1973–, para garantizar el orden frente a las izquierdas. El plan es la única pieza de UCD proveniente del exilio. Algo posible en un país en el que nadie dice la verdad. Preciosismo: Amat explica cómo UCD le ofreció al PSC ser el gestor y beneficiario de esa apuesta. El PSC no contestó. Tal vez superado por la pirueta inverosímil. Es decir, no fue beneficiario. Lo fue, por pasiva, la derecha nacionalista, otro lenguaje y cosmovisión, beneficiada por Tarradellas. Con ese silencio PSC, visto lo visto, las izquierdas, y no solo las rupturistas, dejaron de ser determinantes en Cat en ese momento fundacional que supone Tarradellas, el orden, el servicio al Estado, el nunca decir la verdad. Punto para Amat.

Sobre el punto B) la esencia del libro. Se trata del caso Banca Catalana, que Quintà, delegado de El País en Cat, destapa en 1980 en un artículo brillante, arriesgado, repleto de sentido democrático y afán de control sobre el poder político y financiero. No se volverá a repetir uno igual en la democracia esp desde entonces. En breve, a su vez, Quintà cambia de bando. Se suma, previo pago, a lo que pretendía fiscalizar, a través de la dirección de TV3, gran proyecto de la primera legislatura de Pujol, ese comprador de seres humanos. Amat explica, en ese sentido, cómo Pujol, un empresario de medios informativos fracasado, triunfa en algo muy parecido, pero muy diferente. Los medios de comunicación públicos. En el trance de explicarlo, Amat emite varias perlas. La primera, el momento fundacional de la CT, disponible en dos libros, pero hasta ahora no ponderado en su desmesura: las memorias de Cebrián –un ejercicio de no decir la verdad, pero también de la incapacidad, vía vanidad, de no disimularla del todo–, y las agendas publicadas de Francesc Cabana –cuñado de Pujol, ejecutivo de Banca Catalana y un hombre honesto, me dicen, que hizo chiribitas cuando Pujol explicó lo del dinero negro que tenía en el extranjero–. Se trata de un encuentro en un restaurante MAD entre Cabana, dos ejecutivos más de Banca Catalana, y Cebrián y Polanco. Van a pedir que El País deje de publicar información sobre Banca Catalana. En el encuentro planea la figura de Pujol, accionista de El País y candidato a la Gene. Cebrián, que les explica que cada día habla no con uno, sino con dos, y hasta tres ministros, señala que también ha recibido llamadas del Banco de España al respecto. Que no se dejará presionar, que lo que ha hecho Pujol es, literalmente, de “impeachment”. El País, en todo caso, dejó de informar al respecto. La reunión es importante. Un lustro no hubiera existido. El poder financiero hubiera recurrido al político, y el político hubiera silenciado o modulado el asunto en la prensa. Ahora es el cuarto poder quién satisface las llamadas no de uno, sino de dos y hasta tres ministros, un Banco de España y una banca cat, unidos todos por la percepción de que no se debe juzgar un delito común, en tanto puede desestabilizar la democracia. Eso es la adaptación local de la democracia, esa cosa con sensibilidad desmesurada hacia el delito común cuando es económico. Es, lo dicho, la foto de un momento fundacional de la nueva cultura, la CT.

Tanto en Esp como en Cat, sólo saldremos de este día de la marmota si algo cambia en el periodismo y la Justicia .

La segunda perla es la participación de TV3, recientemente fundada por Quintà, en la lucha novedosa para evitar que ese impeachment, que finalmente no será efectivo, llegue a ser percibido en la sociedad. En ese trance, se fabrica, alehop, la cultura nacional cat en democracia. La CT cat. Quizás son las mejores y más polémicas páginas del libro parapetado tras una biografía. Amat explica que el nuevo Gobierno socialista no era partidario de judicializar la cosa –“No es que quieran condenarlo (a Pujol). No lo quieren ni juzgar”–. Explica cómo todo fue iniciativa de dos fiscales, Mena y Villarejo, comprometidos con el Estado de Derecho ya en el franquismo, y novatos en la nueva democracia novata. Explica cómo la cosa finalizó –por todo lo alto– con la votación de los jueces en BCN, que decidieron no juzgar a Pujol. Cuando hubo juicio del caso, por cierto, la condena vino a fijar –uala– que no era delito que un banco contemplara una doble contabilidad. Amat explica ese combate mediático ganado finalmente, y esa victoria pujolista más allá de lo judicial, “que no conseguirá una transferencia de poder sino que acabará por modificar el tablero del juego del Estado de 1978”. “Se trata de crear un momento populista para refundar el poder” en Cat. A través de la movilización en dos momentos mágicos. La toma de posesión de Pujol y, cuatro años después, cuando será exonerado. “El principal motor de la movilización (en la toma de posesión) es TV3”, en directo y con un reportaje previo, en el que “se entrevistaba al presidente de Omnium, que apareció como una de las entidades convocantes”. Más similitudes con el siglo XXI: en esa manifestación se cantó “L’Estaca”, de Lluís Llach. Ese día Pujol, en un discurso con balcón al uso, proclamó el nuevo marco de la derecha cat: “A partir de ahora, cuando alguien hable de ética y de juego limpio, seremos nosotros”. Cat, con un empresariado bancario chungo, y al uso en Esp, se alejaba culturalmente de Esp para crear el mismo objeto cultural vertical y político, y ser referente ético para sus consumidores. La inclusión de un político en un sumario era, por tanto, un ataque de la Esp inmoral y africana, a la Cat moral y europea. El caso Banca Catalana supuso, en fin, la mayoría absoluta de Pujol en las siguientes elecciones. Y algo más –lo apunto yo, que no Amat–, la imposición del marco Cat a las izquierdas. Todo lo que no sea ese marco es, aún hoy, españolismo, otro nacionalismo, o no-democracia. Es la normalidad cultural para varias generaciones. Amat explica ese marco –al usuario de la Cat del siglo XXI le resultará familiar; los subrayados son míos, así hago algo–: (la propaganda vertida en lo de BC) “ha sido un acto de fuerza sostenido, cubierto desde el primer momento por el manto de la noble mentira que siempre es el mito. El mito de la víctima cuyo sufrimiento se funde con el pueblo. El instante en el que las víctimas se convierten en cómplices para sentirse parte de una misma comunidad. En ese instante, con la entronización plena del mito político, se instaura un nuevo orden”. Sobre ese orden: “es el régimen dentro del régimen. Es democracia y son negocios (...), un subsistema del sistema. El corazón de la fiesta ha comenzado a latir”. Y no parará. No ha parado. En otro feliz hallazgo de relaciones, Amat aporta que el día en el que Pujol accedió al cargo, Juan Carlos I estaba en Arabia Saudí, tomando whisky, fumando puros de extranjis, y vendiendo armas por la vía no convencional. Es decir, que estaba haciendo lo mismo que Pujol, en otro ramo. Y que la exoneración de Pujol coincide con la ampliación de sus negocios. La coincidencia, en la misma empresa, de Prenafeta –el Manuel Prado y Colón de Carvajal de Pujol–, de Jordi Pujol Junior, y del joven Artur Mas, y cómo ese mundo emprendedor, vía Carles Vilarrubí, se relaciona profesionalmente con empresas de Manuel Prado y Colón de Carvajal. Es decir, el rey. Negocios, política y un anillo que los une a todos: una cultura para el/los país/países en los que nadie dice la verdad. Todos los países, todas las culturas nacionales son así. Se diferencian por la intensidad. En Esp/Cat, absoluta, asfixiante. Sin la mentira no existirían.

Recordemos, para salir del bucle, que entramos en él no por un psicópata, sino por un comportamiento patológico del periodismo, de la política y de la Justicia, al que se agregó la sociedad, que decidió que todo ello era verdad, incluso la verdad máxima: el sentido común. Lo que indica que, tanto en Esp como en Cat, sólo saldremos de este día de la marmota si algo cambia en el periodismo y la Justicia. Hoy, diría, no ha pasado. La de cosas que se aprenden de una biografía cuando no lo es. Cuando es, verbigracia, una biografía de la cultura cat, y en ocasiones, de la esp, desde la vuelta de Tarradellas/1977, hasta esta mañana a primera hora. Y, por el mismo precio, la sospecha de que la derecha cat y la esp van a intensificar, en el XXI, el juego con el juguete que crearon a finales del XX, si ningún periodista, o juez lo remedia. Por lo general, esos dos oficios sólo participan en un sentido de la partida. La partida, el juego, consiste en que nadie diga la verdad, y sacar beneficio –económico, honorífico– de ello. Consiste en seguir jugando, otra generación. Nuestras culturas participan de ese silencio desde hace décadas. Y varios poderes son, literalmente, eso en su esencia.

Le debemos una copa a Jordi Amat.

 https://ctxt.es/es/20201101/Firmas/34217/el-hijo-del-chofer-jordi-amat-banca-catalana-guillem-martinez.htm

 Y VER ..

https://rebelion.org/si-hablamos-del-leviatan-catalan-y-de-quinta-es-obligado-hablar-de-pujol/

jueves, 26 de noviembre de 2020

Las guerras de género de los neocón, la Iglesia y Vox ,


Las alianzas entre los neocón, la iglesia y Vox para agitar los consensos que consiguió el feminismo .

Un informe de la Fundación Rosa Luxemburgo analiza las relaciones entre los grupos ultraderechistas que forman el movimiento antifeminista en España y los discursos que utilizan .La racialización de la política sexual es una de las estrategias más peligrosas.

Beatriz  Asuar   Gallego     

El feminismo se alzó como un dique de contención ante el avance de la extrema derecha en España. Se apeló a esto porque tiene un potencial transformador no sólo para las condiciones de vida de las mujeres, sino sobre toda sociedad. Las últimas manifestaciones del 8-M y del 25-N llenaron las calles de ciudades de todo el país de mujeres y hombres contra las desigualdades y la violencia de género. Luchando contra el patriarcado, pero también defendiendo consensos y reclamando más avances y derechos. Pero este impulso generó una reacción que se ha ido haciendo más fuerte gracias a alianzas de los grupos más conservadores y neoliberales.

Las guerras de género: la extrema derecha contra el feminismo es un capítulo del informe elaborado por la Fundación Rosa Luxemburgo sobre la extrema derecha en España que aborda estas alianzas y la estrategia de la ultraderecha. El informe se publicará a principios de 2021 y lo ha coordinado el periodista Miquel Ramos. La periodista y doctora en Antropología Nuria Alabao ha sido la encargada de la parte de la que trata este artículo. "A veces el género se trata como si fuera algo accesorio a la ideología o se dice que se utiliza como cortina de humo para ocultar cuestiones más importantes como las materiales o económicas, pero no es así. Las cuestiones de género son profundamente materiales, tienen consecuencias directas en la vida de las personas y son centrales para la ultraderecha", comenta la autora a Público sobre el trabajo realizado.

En el último período electoral en España, desde las elecciones andaluzas hasta las pasadas generales, Vox estuvo en el foco mediático. En diciembre de 2018 el partido de extrema derecha entraba por primera vez en un parlamento y, con ello, todo el movimiento reaccionario comenzaba a ganar terreno. La victoria de Vox no fue de Santiago Abascal. Había lazos tejidos desde hace muchos años que favorecieron un marco en el que destacó especialmente la guerra al feminismo. El gran logro fue que consiguieron ponerse en primera línea, alineándose con las extremas derechas más reaccionarias del planeta y con fundamentalismos religiosos, agitando consensos y lanzando propuestas que suponen un retroceso respecto a los derechos de las mujeres y personas LGTBI.

Alabao identifica en el informe "cuatro tipos de activistas antigénero": la jerarquía de la iglesia católica, las asociaciones contrarias al aborto tradicionales, un nuevo lobby neoconservador y los partidos de extrema derecha. Son actores diferentes pero que tienen una agenda afín que va desde el matrimonio y la adopción para parejas del mismo sexo al aborto, la educación sexual y de género, la gestación subrogada, la violencia de género o las problemáticas transgénero y transexuales, especialmente respecto al acceso a los servicios públicos de salud.

La mayoría son consensos consolidados que han llevado años de lucha porque esto no es nuevo. Las alianzas de la extrema derecha contra el género se remontan a hace casi dos décadas, aunque la lucha feminista venga de mucho más atrás. En el informe se analiza el origen en el nacimiento de los 'neocón' que en España surgieron dentro del PP a partir del segundo Gobierno de José María Aznar. Pablo Carmona, Beatriz García y Almudena Sánchez realizaron un análisis de la era de Aznar en Spanish neocon. La revuelta conservadora en la derecha española en el que destaca, como en el informe, el movimiento que fue impulsado por medios de comunicación y que llegó a la sociedad civil. Agitaron políticamente muchas cuestiones pero hubo una guerra abierta contra el feminismo y llevaron la teoría a la práctica. Desde el gobierno de Esperanza Aguirre, laboratorio de los neocón, se financiaron organizaciones antiabortistas o religiosas integristas con dinero público.

La confrontación de los neocón creció durante el primer Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, sobre todo entre 2005 y 2011, cuando se impulsaron leyes fundamentales para la igualdad de género: la ley de matrimonio homosexual (2005), la reforma de la ley del aborto (2010), o la Ley de Educación que incluía la educación sexual y la lucha contra la homofobia en la escuela pública (2006). "La oposición a estas leyes generó varias olas de movilización antigénero que consiguieron articular a todos los movimientos diversos en manifestaciones masivas profamilia", señala el informe.

¿Qué actores estuvieron implicados? Desde la Iglesia católica a través de la Conferencia Episcopal y obispos a grupos como Hazte Oír o el Foro Español de la Familia. Activistas antigénero que apoyaron al PP en la campaña que le llevó a Mariano Rajoy a conseguir la mayoría absoluta. Pero durante este mandato el segmento del neocón del PP empezó a perder relevancia y las organizaciones ultras encontraron otro partido que representaban sus intereses. "Vox nace del sustrato de aquella revuelta neoconservadora cuyo resultado fue la fragmentación de la derecha contenida en el PP. El nuevo PP acabó abandonando las batallas contra la reforma de la ley del aborto del PSOE y su oposición al matrimonio homosexual. Esto significa que sector neocón y sus propuestas quedarán marginados dentro del partido, lo que constituirá el impulso definitivo para que de entre sus filas surgiesen elementos descontentos que fundarán un nuevo partido, Vox", explica la autora.

Esta herencia es la que hace que Vox se diferencie de otros partidos de extrema derecha como el Frente Nacional de Marine Le Pen. "En un contexto de emergencia indudable de las extremas derechas en Europa Vox supone una adaptación de estos partidos al contexto local. Sin embargo, es una cosa intermedia entre estos partidos más renovados y los postfascistas de Europa del Este al haberse alimentado de este ciclo generado por los neocón y el conservadurismo tan fuerte", continúa Alabao. El auge de Vox y su discurso, añade, tampoco puede entenderse sin articulistas que forman parte del establishment mediático, youtubers como Un Tío blanco Hetero o foros abiertos de internet como Forocoches o Burbuja.info desde los que se ha promovido el antifeminismo de forma incesante en los últimos años.

La renovación del argumentario y el paraguas de la 'ideología del género'

La ultraderecha utiliza una retótica antifeminista y en oposición a los derechos de las personas LGTBI, aunque han tenido que renovar su lenguaje para "hacerlos más aceptables". La autora destaca como Rocío Monasterio llega a decir que es parte del "feminismo español", aunque sus mensajes tengan el mismo objetivo. Para Abalao es en el fondo un "indicio" de que están intentando "dejar atrás los discursos más agresivos para ampliar su base social, al mismo tiempo que se decantan por una estrategia que pueda conseguirles votos de las clases más desfavorecidas, como prueba la fundación de un nuevo sindicato vinculado al partido, Solidaridad".

El concepto de 'ideología de género' es el paraguas usado por la ultraderecha en todo el mundo para aglutinar el antifeminismo

Una de las claves para entender este movimiento es el concepto de la "ideología de género", una terminología que surgió del Vaticano en el año 2000 "como reacción al impulso que se estaba dando a los derechos reproductivos de las mujeres a nivel internacional". El informe también recoge que en España este concepto surgió por primera vez en un documento de la iglesia católica del 2001 para denunciar intentos de "cierto feminismo radical" de conducir a "la guerra de los sexos" y en la presa a partir del 2004 con la etapa neocón. "Es uno de los elementos discursivos más exitosos porque establece un marco compartido con otras extremas derechas a nivel planetario –y con los fundamentalistas cristianos", alerta la periodista.

La autora también destaca la Ley de Violencia de Género como una de las batallas de género centrales. "Lo que hace aquí la ultraderecha es darle la vuelta invirtiendo el análisis feminista de la realidad para que parezcan que son los hombres las víctimas para agitar el consenso que hay en torno a la violencia de género. Es un concepto muy difícil de romper pero juega a agitar posiciones que son muy minoritarias pero en sectores muy movilizados", valora a este medio. Todo esto responde a la estrategia de promover la idea de que la violencia no tiene género basándose en falsedades como el número de denuncias falsas: "También llegan a culpabilizar a la inmigración. Abascal critica esta ley mientras se pregunta: ¿por qué no dan de verdad seguridad a tantas mujeres que se encuentran al violador del ascensor o a determinados inmigrantes ilegales?".

De aquí pasamos a otra de las claves: la racialización de la política sexual, vinculando las cuestiones de género a la raza o las migraciones, un discurso que también ha sido promovido por Donald Trump en numerosas ocasiones. El objetivo es disfrazar su discurso para poder escudarse en un 'los machistas son los otros'. "De esta manera, diciendo que defienden los derechos de las mujeres y las personas LGTBI en contra de las amenazas que suponen los hombres de origen no occidentales, o el Islam, buscan legitimar o encubrir sus propuestas racistas más disruptivas", señala Alabao. Esta es, de hecho, la estrategia que la antropóloga considera más peligrosa porque no sólo es que sea mentira, es que tiene una vía de crecimiento al apoyarse en el "malestar" de la sociedad y en el "miedo a lo desconocido".

Con esto último, más la batería de propuestas antisociales que lidera la ultraderecha en España, se busca recortar el propio Estado del bienestar: "Todas afectarían más a las mujeres que soportan los trabajos peor retribuidos, mayores tasas de temporalidad, parcialidad y pobreza. Cuando empeora la vida de los de abajo, no hay que dudarlo, aumenta la desigualdad entre hombres y mujeres".

https://www.publico.es/sociedad/alianzas-neocon-iglesia-vox-agitar-consensos-consiguio-feminismo.html

miércoles, 25 de noviembre de 2020

España sin eufemismos: la verdadera historia .


La escopeta nacional .

España sin eufemismos: la verdadera historia.

A muchos les parece extraño "el cambio" de Felipe González y Alfonso Guerra cuyo gobierno en 1982, dio el giro definitivo a la historia. ¿Y si no hubiera tal cambio? ¿Y si la modélica Transición es otro eufemismo?

 Rosa María  Artal.

"… y he visto que la cuna del hombre la mecen con cuentos,

que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos,

que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,

que los huesos del hombre los entierran con cuentos,

y que el miedo del hombre...

ha inventado todos los cuentos".

León Felipe (Zamora 1884–Ciudad de México 1968)

Se diría que la historia de España que oficialmente prevalece está plagada de eufemismos para esconder y dulcificar la realidad. Y, sin duda, es mucho más descarnada. Las trampas, hasta los timos de trileros, afloran en un retrato insoportable para la decencia, para la conciencia democrática e incluso la madurez como pueblo. Una historia que se llena también de mitos que a menudo recaen en quienes menos lo merecen. Francia juzga al expresidente de la República, Nicolás Sarkozy, por corrupción y tráfico de influencias. Le pillaron con las manos en la masa pidiendo trato de favor a un juez para otro chanchullo. Habrá que ver a colegas españoles de altas instancias, muertos de risa: España sí que lo ha sabido hacer. Magistralmente. Y con la complacencia y colaboración de una buena parte de la sociedad. Y, desde luego, de medios de comunicación y periodistas concretos.

 A Juan Carlos de Borbón, ex jefe del Estado español, le salen pufos de envergadura de continuo. Hasta casi perder la cuenta. Se ha revelado como una especie de yonqui del dinero (y el sexo) que utilizó su cargo para hacerse con una inmensa fortuna y sin siquiera pagar al país que tanto ama los impuestos reglamentarios. Dicho sin eufemismos, ahora salpiquen el texto de "presuntos" y "presuntamente". Desde que supimos, a comienzos de marzo –por la investigación de la justicia suiza–, de los 100 millones de dólares ingresados en una cuenta de ese país "por cortesía del rey de Arabia Saudí", los hallazgos similares se han multiplicado. Regalos multimillonarios a sus amantes, en particular a su favorita, Corinna Larsen, que se transforma para la crónica cortesana de princesa a pelandusca en cuanto empezó a contar. Y más cuentas y cuentas. Lo de hoy es que Juan Carlos, rey, escondió en Suiza durante dos décadas millones de euros en acciones de compañías del Ibex. Lo más florido: Iberdrola, BBVA, Santander, ACS, Acciona, entre otros. Algunos de ellos también tienen cuentas en paraísos fiscales que nos sangran.

La historia de Juan Carlos I sigue con la huida al paraíso de la autocracia de Abu Dabi en Emiratos Árabes Unidos. O con las cartas y movimientos estratégicos de la Casa Real –o sea, de su hijo y heredero Felipe VI– que renuncia a la herencia (no de la Corona) el mismo día de marzo que entra en vigor el Estado de Alarma por la pandemia. O que comunica en un texto de un folio la fuga del emérito un lunes de agosto.

El funcionamiento de España, casi como un reino medieval, quedó bien patente con las firmas y adhesiones a las tropelías de Juan Carlos por los grandes servicios a España que había prestado de más de 70 exministros y altos cargos. Muestra de una laxitud ética con la que un país no puede funcionar correctamente. Porque corrobora, una y otra vez, que quienes mueven los hilos en España comparten con Juan Carlos de Borbón una moral plagada de excepciones, atajos y privilegios, donde el fin que buscan justifica los medios.

Y que va mucho más allá en la práctica. Fernando González, Gonzo, en Salvados, entrevistó el domingo a José Bono, ex presidente del Congreso por el PSOE y a García Margallo, ministro de exteriores con el PP. Ese teléfono en la misma mesa de la sede de la soberanía popular que suena –¡durante la sesión!– para que el rey u otros opinen y hasta agradezcan que no se investiguen sus cuentas, sonroja a niveles insoportables. Y la comprensión de estas actitudes. Un ministro de exteriores que se reúne con la amante del jefe del Estado, para hablar "de asuntos privados" cuyo contenido, dice, no recuerda. Esta es la verdadera historia de España.

¿Y de dónde parte? A muchos les parece extraño "el cambio" de Felipe González y Alfonso Guerra, presidente y vicepresidente del gobierno del PSOE que, con su triunfo en 1982, dio el giro definitivo a la historia. ¿Y si no hubiera tal cambio? Aquel gobierno histórico aportó una hasta entonces impensable alternancia bipartidista en el poder y consolidó lo que había de ser el régimen del 78. Verán, un insobornable Nicolás Sartorius declaró esta semana: "No sé si hay pacto con Bildu, pero en la Transición pactamos con quien nos fusilaba". Comunista y aristócrata, intelectual y comprometido, pasó seis años en la cárcel condenado en el Proceso 1001 por pertenecer al sindicato CCOO. Con toda autoridad moral señala esa clave. Se firmó un contrato con los asesinos, con los tiranos, con los que destrozaron la ética de un país por varias generaciones. Porque nunca hubo dos partes: hubo un golpe, una guerra y una larga y terrible dictadura, hubo agresores y víctimas. ¿Y si la modélica Transición es otro eufemismo, y hay que hablar de un pacto en altura para maquillar y no cambiar?

En Felipe González tenemos a otra figura a la que hay que agradecer un sinfín de cosas que son normales en los países democráticos. Incluso más, sí. Entrar en la Comunidad Europea, sanidad y educación universal y aquella modernidad que el presidente vestía con una brillantez intelectual extraordinaria, mientras su segundo mordía "a la derecha" como el poli malo de la función. Dos personajes tan magistralmente elegidos para sus papeles que asusta constatarlo. Algo ayudaría a saber, a ver la certeza o falsedad de los supuestos dosieres, si España acabara con la anormalidad democrática de la Ley de Secretos oficiales. Pero eso no va a ocurrir en modo alguno.

Capa de modernidad, sin duda. Logros, importantes. Pero el bipartidismo dejó en sus puestos a quienes habían sustentado el franquismo en todos los estamentos esenciales para que fuera posible. Y ahí siguen muchos, y por supuesto sus herederos. Eso era el "atado y bien atado". Nadie pagó, nadie fue relevado siquiera por su complicidad con la dictadura. De aquel manto de impunidad, resurgen florecientes los franquistas y fascistas, los aprovechados, cosechando dinero y medios para su labor. La corrupción del franquismo sigue en la columna vertebral de España. Y reparte y atesora sus beneficios.

Cada vez es más evidente, que las batallitas políticas y mediáticas con las que los medios entretienen al personal son el señuelo que distrae de lo que realmente se cuece. Los "zascas" y "repasos" enardecen a la afición pero terminan siendo diabólicos. Podría admitir que, en algunos casos, sea solo seguidismo de una corriente de frivolidad que no profundiza en las causas. Pero el daño es igual de devastador. Y Twitter, Facebook y WhatsApp les vinieron a ver para ayudar en la tarea, como mero vehículo por supuesto. Con este panorama que, a diario los Trending Topic marquen lo que quiere destacar y molesta a la derecha, no lo hubieran imaginado ni en sus mejores sueños.

En definitiva, nos encontramos con un ex Jefe del Estado, rey, huido de su país y pringado a niveles de república bananera. No hemos despejado ni la X de los GAL, ni las historias fantásticas de hechos durísimos que hemos vivido. Ni siquiera saben los jueces quién es M.Rajoy en los papeles de Bárcenas. Hubo un presidente de igual nombre que, si nos dejamos de eufemismo, ha sido el mejor gerente, el más discreto y eficaz, que ha tenido la organización. Metió mano en la forma de elegir el Poder Judicial, aupó a jueces estratégicos y reformó los Códigos penales con la inclusión de la Ley mordaza. Implantó, solo con votos del PP que le daban mayoría, una Ley de Educación, la de Wert, cercana al creacionismo religioso, favoreció a las confesiones católicas en un país aconfesional, según la Constitución. Rajoy se propuso y consumó el mayor destrozo del Estado del bienestar de la historia, con durísimos recortes en sanidad, educación o investigación, ciencia y cultura. Mermó derechos laborales y el subsidio del paro. Hasta el IVA que había presuntamente combatido, lo aumentó del 18% al 21%. Con particular ensañamiento en la cultura. El IVA cultural español pasó a ser el mayor de la zona euro, con diferencias abismales. Lamentablemente muchos de los estragos de Rajoy continúan vigentes.

Pablo Casado sigue la misma senda, con las medidas que anuncia contra la ley de educación o el veto (consentido) a la renovación del Poder Judicial. Con esos eufemismos como el de buscar "la libertad de las familias". De no ser por lo que hizo y hace el Partido Popular parecería que solo quiere imponer su programa sin haber ganado las elecciones. "Solo". Pero el componente tramposo está bien a las claras. Igual es que la sociedad no es consciente de todo esto, no lo sabe o lo ha olvidado. Algunos medios y periodistas hacen una labor espectacular en ese sentido: en el de vender la moto, dicho sin eufemismos.

¿Qué es eso de "la pluralidad"? Supuestamente el intercambio de ideas, la confrontación de voces distintas en busca de clarificar los temas. En la práctica es un continuo uso de la zancadilla para el pensamiento, una distracción premeditada, una exaltación de las vísceras que no apela a la razón. Sería enormemente constructivo tener en España una derecha democrática y unos periodistas conservadores que expusieran con limpieza sus argumentos. Lo que cambiaría todo. Pero es que todo viene del mismo origen. El que tiende a expulsar a una parte del gobierno de coalición de decisiones importantes como el reparto de los fondos de reconstrucción europeos para contentar al bipartidismo clásico, que luego obliga a rectificar tras haber hecho el feo.

Es con lo que cargamos. La pluralidad habría ser en clave de honestidad y no lo es. Una democracia admite desde luego voces turbias, es la condición humana, pero los propios ciudadanos deben exigir limpieza, si son limpios. No sabemos en qué medida ha contaminado a la sociedad la porquería incrustada en su esqueleto.

En pocas palabras y sin eufemismos: la verdadera historia de la España actual, hija de sus trampas, nos aboca a deducir que nos han timado y nos siguen timando. Déjense de viejas guardias, guardias viejas, de privilegios y males menores que no han hecho otra cosa siempre que tapar inmensos daños. Somos ciudadanos de un país del siglo XXI, en un mundo atribulado, que quiere salir adelante afrontando sus problemas. Es lo que la mayoría vota. Se puede. Seguro. Para mí es esencial prescindir del ruido. Y huir de los cuentos que paralizan.

Ver la foto del texto , es bien elocuente .

https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/espana-eufemismos-historia_129_6456528.html

Nota del blog 

La oligarquía borbónica parasitaría.

LDM.

 Muy buen artículo el de Rosa M. Artal.,  por los datos además  en que se basa y aporta y que a un lector normal de prensa se le escapan .Como la frase  de Sertorius o lo del programa de Salvados  que nunca veo . Recordar el poema de León Felipe  genial y además abrir el artículo con él . La transición-transacción- traslación   fue una obra de marketing  bien vendida...muy lejos  de la realidad que fue una segunda  Restauración, tipo Cánovas. Con el rey soldado al frente del ejército franquista. La  mejor Historia de España  se publicó en el exilio, en México  y nunca se publicó aquí... era la de Ramos  Oliveira...leer lo que fue  España de 1875 a 1940 es bien  clara. Y la democracia actual solo es una repetición como comedia. Lo positivo ahora es que  no puede terminar  tan zombi como la otra, con las crisis tras crisis del siglo XX español   y en una tragedia. Ya que al estar en el euro y  sobre todo en la UE no es el marco  europeo de los años 30. El que España fuera la última monarquía restaurada no en Europa  sino en el mundo da que pensar   y más  con el comportamiento del ex rey volvemos al zombismo de la Restauración anterior hasta que vuelva a caer. La  monarquía actual es incapaz de asumir la complejidad plural del país, ya se vio cuando bronco a Cataluña, el rey actual  cabreado  utilizando el palo en vez  de  la zanahoria el 3-O y no saber mantenerse por sobre los partidos .Y más después de un 1-O  palizando la derecha del PP a los votantes , en una segúnda votación  meramente de consulta sin valor legal. Encima asi legitimandola.

También añadir otra  cosa, sería muy interesante ver el fracaso de las élites en España en el siglo XX- XXI. Ya sabemos que hoy están transacionalizadas y vendidas. Al igual ver   que  el ex rey, "escondió en Suiza durante dos décadas millones de euros en acciones de compañías del Ibex. Lo más florido: Iberdrola, BBVA, Santander, ACS, Acciona, entre otros. Algunos de ellos también tienen cuentas en paraísos fiscales que nos sangran". Bueno eso además viene de Franco que ordenó dar al ex rey un montón de acciones a comienzo de los años 60 cuando ya lo perfilo como sucesor. Pero Alfonso XIII   ya tenía muchas acciones,  ni la República las tocó, ejemplo el Metro de Madrid. Y luego las repartió entre sus hijos y Juan se llevó una buena tajada  que Franco garantizó.  Y ya las tenía en Suiza . Muy seguro no debía de estar el ex rey, cuando hizo eso. Al final la crisis del 2008 bien demostró el fracaso de nuestras élites apostando por el ladrillo  y un país de servicios  a su gusto y como tienen aún a España como si fuera un cortijo, del cual ya han vendido casi todo y son ya solo comisionistas  de la transnacionalización  .Y no solo el ex rey sino con los sillones de políticos del régimen del 78 giratorios en ellas. Y así  de desastre en desastre hasta el desastre final  , bunkerizados y banderizados con la monarquía.  Ya decían en la Restauración anterior que la Monarquía era el tapón de la botella  que había que agitar para hacerla saltar. Cuando agitan la bandera  roja y gualda, me dan ganas de reír ya que es la única soberanía simbólica  que les queda en su cortijo. En el fondo sino nos diéramos cuenta son ya tigres de papel  ,  eso sí  traidores y vengativos en su cainismo ancestral de caciques de latifundio , para  nada liberal  sino  nacional católico , colgados del sueño  del pasado imperial y enseñando la brocha policial heredada del franquismo de vez en cuando ,dentro de su capitalismo de cortijo como identidad .Acabamos de leer lo del Franco-Borbón y Vox y el paraíso fiscal de Luxemburgo y ahora ya sabemos de donde bienen algunas  de la superdonaciones  , mayores  que en ningun  otro  partido a ese nuevo clón del PP  ..https://www.eldiario.es/economia/luis-alfonso-borbon-asocio-familiares-vicepresidente-economico-vox-mediante-empresa-luxemburgo_1_6459795.html