Una Gran Coalición llamada Ibex35
En 2013, mientras España era
rescatada por la UE y se agravaban los recortes, aumentó la
transferencia de gobernantes del PP y del PSOE a empresas clave. El
Ibex35 se convertía, literalmente, en el gobierno en la sombra
22 de
Junio de
2016
¿Qué sucedería si Esther Koplowitz
tuviera que negociar con un gobierno de Pablo Iglesias los casi 1.000
millones de euros en préstamos que adeuda a Bankia (junto al BBVA)? (una
deuda cuyo pago y vencimiento el ministerio de Luis De Guindos —y sus
emisarios de BFA-BANKIA— han prorrogado hasta 2020). ¿Y si Florentino
Pérez tuviera que negociar con Nacho Álvarez los créditos de Bankia que
avalan sus acciones en ACS? O, vayamos más allá: ¿qué pasaría si un
eventual gobierno de Podemos se enfrentara a los 500 millones de euros
que pide el dueño de ACS para costear las pérdidas del AVE a Francia?
Ahora, reformulemos estas preguntas en clave electoral: ¿apoyará el PSOE
un gobierno liderado por Podemos, tal y como demandan las preferencias
de sus electores, con un mandato que implique revertir o modificar los
intereses y expectativas de los grandes empresarios del país? ¿O apoyará
una gran coalición con PP y Ciudadanos, aunque esto suponga su
automática y acelerada pasokización?
Aunque es cierto que no hay oráculo politológico que
muestre el futuro, sí pueden alumbrar algunos antecedentes: el PSOE y el
PP se han unido durante 24 años para defender los intereses de los
grandes gestores del Ibex, generando una enorme dependencia mutua entre
el Estado y las grandes empresas del Ibex, lo cual hace que muchos
miembros del aparato estatal y de las grandes empresas actúen como un
mismo “bloque”. El diccionario geológico llama bloque a aquel “fragmento
de la corteza terrestre delimitado, total o parcialmente, por fallas,
que constituye una unidad geológica y que tiene un comportamiento
tectónico unitario”.
El PSOE y el PP se han unido durante 24 años para
defender los intereses de los grandes gestores del Ibex, generando una
enorme dependencia mutua entre el Estado y las grandes empresas
Una muestra de esta unidad tiene su reflejo en el
flujo constante de ministros, secretarios, subsecretarios y presidentes
de órganos reguladores que pasan velozmente a estas empresas (alrededor
de un 20% de todos los consejeros del Ibex a lo largo de 24 años).
También se muestra en el torrente continuo de recursos públicos drenados
a estas empresas y por ende, a sus propietarios, los grandes garantes
de los partidos tradicionales (con donaciones, condonaciones y cuotas de
poder económico), y los primeros interesados en las grandes
coaliciones. Una cifra: de 2004 a 2008, el periodo en que aparecen en
los papeles de Bárcenas
los pagos en negro de OHL al PP, un tercio de la facturación del grupo OHL venía de adjudicaciones de comunidades gobernadas por el PP.
Políticos en los consejos
Comencemos por 1991, año en que arranca el índice
bursátil Ibex35. Heredero del FIEF 35, en el nuevo índice aparecen siete
empresas participadas por el Estado (Fecsa, Repsol, Telefónica,
Sevillana, Tabacalera, Endesa y Unión Fenosa), aportando el 40% de la
capitalización total. Si exploramos los consejos de administración de
esas empresas podemos encontrar 134 consejeros procedentes del Estado
(el 27% del total), ya sea en administración local, autonómica, nacional
o extranjera. Los más relevantes, aquellos que ocuparon un cargo en el
gobierno y la alta administración, cargos políticos sujetos a
nombramiento por parte del gobierno, eran un total de 114.
Ese año, a pesar de los 16 años pasados desde su
muerte, la figura de Franco aún estaba muy presente en el poder
económico. De los 114 consejeros, 36 habían sido nombrados altos cargos
del gobierno durante el franquismo. La mayoría de ellos, en empresas de
la construcción, como Antonio Carro Martínez (Vallehermoso), que fuera
ministro de Gobernación, o los ministros de Trabajo Licinio de La Fuente
(Dragados) y Fernando Suárez González (Urbis).
Sólo el PSOE le superaba, sentando en las poltronas
del Ibex a 46 consejeros. A diferencia del sector vinculado al
franquismo, los ex altos cargos socialistas se extendían por múltiples
sectores, como el bancario, las empresas de energía y las empresas
públicas: Miguel Boyer, el ministro “expropiador” de Rumasa, se sentaba
en la constructora de las Koplowitz (FOCSA) y en Vidriera Española. Otro
ministro del PSOE en los años ochenta, Joan Majó Cruzate, titular de
Industria, acabó en Catalana de Gas. Majó no es cualquiera: sustituyó en
Industria a Carlos Solchaga, el gran conseguidor de puestos en el
Ibex35.
Pero el Ibex también era un trampolín político: en
otro sector, el de las telecomunicaciones, se sentaba Elena Salgado, que
20 años después sería todopoderosa ministra de Economía y Hacienda con
Zapatero. Entonces, tras su paso por las direcciones generales de varios
ministerios (Obras Públicas y Economía), acabó en la pública
Telefónica. En la misma empresa pública coinciden políticos del PSOE
procedentes de múltiples ministerios: de Asuntos Exteriores, como el
ministro Carlos Westendorp y Cabeza. Y del Ministerio de Industria, como
secretario general de planificación industrial entre 1990 y 1994,
Eugenio Triana, diputado también del PSOE.
Los restos de la UCD
El siguiente sector político de importancia en 1991 es UCD. Desaparecido como actor político relevante, se convierte en un lobby
económico de gran envergadura. Veinticinco consejeros de empresas del
Ibex tuvieron su primer cargo durante el periodo de gobierno de UCD.
Entre ellos destaca, sin duda, Leopoldo Calvo Sotelo Bustelo, el sucesor
de Suárez. Su retiro en el Ibex35 es todo un símbolo de la carrera de
los ministros de la UCD: de presidente del Gobierno pasa a ser consejero
del Banco Hispanoamericano. En este banco coincidirá con miembros del
PSOE como Vicente Álvarez Areces (alcalde de Gijón), o con ministros del
franquismo como Antonio Barrera de Irimo, ministro de Hacienda entre
1973 y 1974.
Los consejos de administración de las empresas del
Ibex, aunque mantienen una unidad-bloque, están sujetos a cambios en su
composición interna, que varía en función de los cambios en el gobierno.
Tal es la influencia del Estado que, tras la victoria de Aznar, los ex
altos cargos de gobiernos del PSOE pasaron de ser 46 a 17. Por otro
lado, tras cuatro años de gobierno del PP, aparecen los primeros altos
cargos del Estado en estas empresas: el ministro de Obras Públicas con
el PP entre 1996 y 2000, Rafael Arias-Salgado, pasó velozmente ese mismo
año a Carrefour. O José Joaquín Puig de La Bellacasa Urdampilleta,
desde 1997 miembro del Consejo de Estado por nombramiento del Consejo de
Ministros de Aznar, simultaneando el cargo con su puesto en el consejo
de la hotelera Sol-Meliá.
2004-2010, vuelve el PSOE
De nuevo con el PSOE en el Gobierno desde 2004, la
foto del Ibex35 en 2010 muestra cómo el control del BOE y de SEPI le
permite retomar posiciones perdidas en el conjunto del Ibex35. Pasa de
17 a 25 miembros. Durante este periodo, el PSOE desembarca con toda su
artillería, desde el vicepresidente del Gobierno Narcís Serra I Serra,
el presidente Felipe González o Josep Borrell, ministro de Obres
Públicas y luego presidente del Parlamento Europeo. La preferida, Gas
Natural, donde Serra y González comparten sillón. En 2010, el Ibex era
una burbuja todavía: mantenía niveles de capitalización de 2004, aunque
la tasa de paro había alcanzado el 14,7% y España se encontraba en
recesión, con un retroceso del 3,6% del PIB. Entonces la vieja guardia
del PSOE se adentra por completo en las grandes empresas españolas.
En 2010, el Ibex era una burbuja todavía: mantenía
niveles de capitalización de 2004, aunque la tasa de paro había
alcanzado el 14,7% y España se encontraba en recesión, con un retroceso
del 3,6% del PIB
El PP, a pesar de perder el Gobierno nacional, no se
queda atrás, con siete ex altos cargos en empresas del Ibex. Del periodo
del gobierno de Aznar saldrán consejeros como José Folgado Blanco,
secretario de Estado en Industria, que pasará a formar parte de Red
Eléctrica, la corporación participada por SEPI. O, emulando a Salgado,
De Guindos, cuyo puesto en Endesa fue una premonición de su ascenso a
ministro en 2012. Antes había sido secretario de Estado en los dos
últimos años de legislatura de Aznar. Endesa, la gran empresa pública de
electricidad, había sido vendida a la italiana Enel, aunque quizá por
patriotismo mantenía en nómina a otros políticos, como Miguel Roca
Junyent, el defensor de la infanta, concejal y diputado por
Convergencia.
Hay que decir que el PSOE es un hueso duro dentro del
Ibex. Mantiene un suelo fijo en su cuota de poder económico, algo que se
refleja en su leve retroceso en este selecto grupo tras perder el
gobierno en 2011 y sufrir una severa derrota en las elecciones: de 25 ex
altos cargos, pasa a colocar 20. La escudería González es quizá la más
beneficiada, pues mantiene su cuota de poder, con el propio González,
Luis Carlos Croissier Batista, su ministro de Industria, o Miguel Boyer
(Economía y Hacienda). Las empresas preferidas por la casa, las de
energía: Red Eléctrica, Repsol y Gas Natural. En cuanto a los altos
cargos del PP, estos pasan de 7 en 2010 a 9 en 2013. Y no son
cualquiera, ya que aparece la plana mayor del Gobierno de Aznar: Josep
Piqué (Exteriores), Angel Jesús Acebes (portavoz del Gobierno), Juan
Carlos Aparicio Pérez (ministro de Trabajo), José Folgado Blanco
(Industria), Abel Matutes (Exteriores) o Isabel Tocino Biscarolasaga
(Medio Ambiente).
Mientras España había sucumbido al rescate y se
agravaban los recortes, en el Ibex35 se afianzaba la transferencia de
miembros del Gobierno del PP y PSOE hacia empresas clave
Pero veamos las consecuencias de este desembarco en
empresas del Ibex de ese gobierno en la sombra: su posición en el sector
eléctrico permite tener la cuarta factura eléctrica más cara de Europa,
con un incremento del 70% desde el inicio de la crisis, frente al 50% y
40% de Alemania y Francia, respectivamente.
También tolera un agujero de 25.000 millones con las
eléctricas, cuya financiación llevará a pagar unos intereses de 3.250
millones hasta 2026. En el sector del petróleo y gas, el preferido por
el PSOE, podemos estar orgullosos de su labor: la venta de gasolina en
España tiene el margen de beneficio más elevado (precios antes de
impuestos) de Europa (0,403 frente a 0,378 de la media europea), y sus
empresas acumulan sucesivas multas de la CNMV por pactar precios.
No se puede olvidar al hijo predilecto de los
gobernantes hispanos: el sector financiero, rescatado en su conjunto, y
en particular a Bankia, la gran prestamista de barones del Ibex como
Florentino Pérez (450 millones en 2002 para la compra de Dragados, 1.100
para comprar Iberdrola en 2003, y 2.058 millones para ampliar dicha
participación en 2006), las hermanas Koplowitz (840 millones a la
sociedad patrimonial) o el marqués de Villar Mir (535 millones entre
2009 y 2011), además de la gran accionista de Mapfre, Iberdrola, Iberia,
Indra, Ebro Foods o BME.
La consecuencia de rescatar a Bankia fue acabar con
todas las cajas de ahorros, principal fuente de financiación local y
autonómica hasta ese momento de numerosos proyectos sociales y
económicos.
¿Será relevante esta gran coalición del Ibex35 a la
hora de formar gobierno? Como dijo a principios de junio Felipe
González, que el viernes cerrará la campaña del PSOE en Madrid, todo es
una cuestión de compatibilidad: “Los pactos tienen que hacerse con
quienes sean compatibles con las reformas que se quieran hacer”.
http://ctxt.es/es/20160622/Politica/6815/Ibex-35-elecciones-26J-franquismo-sociol%C3%B3gico-econom%C3%ADa-empresas.htm .. En Público.es