sábado, 2 de abril de 2016

Turquía y su relación con el ISIS documentadas una vez más



Las relaciones entre Turquía e ISIS documentadas una vez más


 Rojava Azadi   

       

Los documentos incautados por las YPG y las SDF refutan al Presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, el cual dice que Turquía impide el paso de las bandas del ISIS y de Al-Nusra a Siria. Los cientos de documentos que han sido encontrados por las fuerzas de autodefensa en las sedes de ISIS capturadas en las regiones de Hemis Til, Til Bırak, Hol, Kobanê, Monte Kızwan, Şeddadê y Gîrê Spî refutan las afirmaciones del presidente Turco Erdoğan, que declara que “cuando detectamos a miembros del ISIS estos son capturados y enviados de regreso.” En estos documentos pueden verse el paso de las bandas del ISIS de todo el mundo, especialmente de Kazajstán, Indonesia y Tayikistán, así como desde Turquía a Siria. Los documentos demuestran que las bandas del ISIS han estado utilizando los aeropuertos de Estanbul y Adana, que reciben permisos de residencia desde el Gobierno turco y que entraran en Siria y Rojava por Turquía desde el 2013.

LAS BANDAS DEL ISIS VIAJAN A SIRIA DESDE TURQUÍA

Después de la masacre de las bandas del ISIS en la capital belga de Bruselas el 22 de marzo, Recep Tayyip Erdogan afirmó que Turquía había “capturado a los autores de la masacre” y fueron enviados a sus países. Los documentos de las SDF en Şeddadê y Gîrê Spî muestran que cientos de bandas del ISIS viajan a Siria y Rojava con la ayuda del estado turco. El estado turco, cuyos lazos con el ISIS son cada día más claros, afirmó que había advertido a Bélgica sobre las cuadrillas, con el fin de encubrir su responsabilidades. Sin embargo, los documentos incautado por las SDF muestran que cientos de bandas del ISIS viajan a Europa a través de Turquía y Siria.

Los documentos antes mencionados incluyen billetes de autobús, visas electrónicas turcas, permisos de residencia y documentos con los sellos de inmigración turca y la oficina del aeropuerto.

ESTADO TURCO CONTROLA LA RESIDENCIA Y EL TRANSPORTE

Los documentos incautados incluyen permisos de residencia, aunque carecen de información sobre las fechas de entrada y salida a Turquía y muestran que las pandillas usan principalmente las regiones de Kilis y Urfa para su travesía a Siria y Rojava.

LAS RELACIONES DE TURQUÍA-ISIS SON CLARAS

La ayuda logística y militar del estado turco a las cuadrillas de yihadistas en Siria muestra que las relaciones de Turquía-ISIS son cristalinas. Los documentos incautados por las fuerzas de autodefensa incluyen información sobre el transporte de materiales químicos y explosivos desde Turquía a Siria. Uno de los documentos pertenece a un yihadista de Kazajstán llamado Bekmurzayev Meiirzhan, y otro firmado por el responsable, Erkan Aydoğa, del Departamento de la Policía Extranjera en Estambul y que pertenece a Argerim Sultán, también de Kazajstán. Las SDF también cogieron un documento mostrando que la cuadrilla de ISIS, Mukysh Tolganay, había entrado en Turquía a través de Estambul por el aeropuerto de Sabiha Gökçen. Otros documentos muestran que Abdulaziz Abdullah de Turkistán Oriental, Kiyomov Thumakul de Tayikistán, Syahhutra de Indonesia y cientos de otros grupos del ISIS tenía permisos de residencia emitidos por el estado turco.

A continuación, les compartimos algunos de los documentos que la SDF han recogido recientemente. Pronto compartiremos otros documentos sobre las clases de idioma Turco que reciben las bandas del ISIS y los manuales turcos que explican como hacer explosivos y veneno para las cuadrillas yihadistas.


Para ver y descargar las fotos de los documentos AQUÍ
Fuente ANF english
Traducido por Rojava Azadi
Texto completo en: http://www.lahaine.org/las-relaciones-entre-turquia-e

Texto completo en: http://www.lahaine.org/las-relaciones-entre-turquia-e

¿El Sarín de quién?

  El gas Sarín y la manipulación mediática ,

Siria, el gas Sarín y la manipulación mediática

  Eduardo Luque
 
A pesar del cúmulo de pruebas de que el gas lo lanzaron los terroristas pro-OTAN, los medios así como la pléyade de corifeos de la izquierda callan.

Los pueblos, en general, tienen poca memoria. En la sociedad actual la biblioteca de los recuerdos colectivos queda en manos de los medios de comunicación, son estos los que filtran difunden u ocultan los hechos más relevantes. En ocasiones los sucesos caen en el pozo del olvido y ahí permanecen para siempre; en otros momentos afloran y arrojan una tenue luz aclarando sucesos relevantes.
Uno de estos hechos se produjo en plena guerra siria (abril 2013). En aquel momento París y Londres advierten específicamente que la utilización de armas químicas contra el “levantamiento popular” será considerada como una línea roja que implicaría la intervención militar. En ese mismo momento los “medios” occidentales comienzan a hablar de las armas químicas que poseía Damasco. Dos meses más tarde el 21 de agosto de 2013 en un suburbio de la capital se informa que la población civil ha sido atacada con gas Sarín; dependiendo de las fuentes de información se habla de 280 a 1720 muertos, casi todos civiles, menos algunos soldados sirios.
La crisis siria alcanzaba uno de sus puntos de máxima fricción. Para los medios de comunicación el responsable sólo tenía un nombre Al Asad. Se focaliza y se refuerza de forma coordinada la campaña contra el presidente sirio. Prohombres de la derecha y la izquierda, esa que definía Domenico Losurdo como la izquierda Otanista [y Frabetti como los ni-ni] salen a la palestra con un único discurso replicado “ad nauseam”. Diarios como 'Le monde', los tabloides como 'Bild', seguidos de otros como 'El País', 'La Vanguardia' o 'El Mundo' y decenas más piden la intervención militar. Hollande ve la oportunidad de reencontrarse con su pasado imperial y ordena a los controladores aéreos estar preparados para la guerra. La firmeza de Putin que llegó a declarar “Defenderemos Damasco como si fuera Moscú” disuade a EEUU de intervenir militarmente y se acuerda destruir ese material bajo control internacional.
Este sería un hecho aislado, horrible, pero olvidado en el contexto de una guerra donde los horrores se multiplican a diario. Hace pocos días se produjo un hecho importante que pone al descubierto el cinismo de los gobiernos Occidentales. La organización encargada de la destrucción del armamento químico en Siria (OPAQ) fue así mismo responsable de estudiar las pruebas existentes sobre el ataque con gas Sarín. El informe oficial de este organismo no se ha hecho público en su página oficial (el ridículo de muchos políticos occidentales, entre ellos Obama, que proclamaron a los cuatro vientos la culpabilidad del ejército sirio, quedaría al descubierto). Al informe ha tenido acceso el ex eurodiputado francés, Michael Pinton. La conclusión es inapelable “La composición de aquel gas es diferente a la que se encuentra en los stocks del Ejército sirio”.
El informe recoge otro elemento importante. Se ha podido determinar que el gas usado en Damasco (Ghouta) era de procedencia libia. Después del asesinato del coronel Gadafi, gracias a la intervención “humanitaria” occidental, ese gas fue vendido a grupos anti-Asad, transportado por barco a puertos turcos desde donde por tierra pasó a Siria y fue usado finalmente contra la población civil. [A esto se suma la falsedad de las fotos de cadáveres publicadas por el autodenominado Observatorio Sirio por los DDHH, ONG de un solo miembro, financiada por EEUU]
La manipulación ha quedado al descubierto, pero los gobiernos occidentales cuentan con la desmemoria colectiva, para ello los medios de comunicación y algunas ONGs como HRW no dudaron, aunque no tenían pruebas, en señalar un responsable: Al Asad. Poco importó que la magistrada suiza Carla di Ponte, miembro de la comisión especial creada por las Naciones Unidas para investigar los crímenes perpetrados durante la actual guerra civil en Siria declarara “Disponemos de testimonios sobre la utilización de armas químicas, en particular de gas sarín. No por parte del Gobierno, sino de los opositores”.
Los grandes medios ocultaron la verdad y lo siguen haciendo. Seymour Hersh (periodista estadounidense galardonado con el premio Pulitzer) escribió un artículo (el sarín de quién?..http://cort.as/7Hlm) denunciando la manipulación de los hechos y señalando la responsabilidad de los grupos terroristas y la implicación de los gobiernos occidentales en la matanza. El afamado articulista señaló que la declaración de Obama del 13 de septiembre del 2013 atribuyendo el crimen a Al Asad estaba basado en mentiras y especulaciones interesadas. Este artículo de investigación tuvo una gestación compleja, que demuestra el control del poder político sobre los grandes medios. La investigación fue encargada por el diario 'The New Yorker', que la rechazó. Se ofreció posteriormente al 'Washington Post', que también lo rechazó. Finalmente fue publicado en el 'Review of Books'.
El Director de la CIA John Brennan en una entrevista a la 'CBS' reconocía hace pocas fechas (febrero de 2016) que los grupos terroristas sirios habían utilizado en diversas ocasiones este tipo de gas. En paralelo el coordinador de Inteligencia Nacional, James Clapper afirmó que Daesh había “utilizado productos químicos tóxicos en Irak y Siria, entre ellos” gas mostaza”. Frente a este cúmulo de pruebas y declaraciones los columnistas y comentaristas televisivos así como la pléyade de corifeos de la izquierda han callado, no reconocen sus errores, siguen obnubilados proclamando a los cuatro vientos la culpabilidad de Al Asad. No necesitan leer el informe de la OPAG porque la búsqueda de la justicia no tiene cabida en su concepto de realidad.


Leer texto completo 
Ojos para la Paz
Texto completo en: http://www.lahaine.org/siria-el-gas-sarin-y
 ...............
 Nota .- Ahora reconocen la utilizacion por parte de los  yijadistas el gas sarin  tanto en Siria como en Irak 
http://cort.as/ddLl

jueves, 31 de marzo de 2016

Una construcción comunitaria neorracista de la otredad .



Conmoción, espanto y fascinación (I)

 Diagonal.

“Estamos en guerra”, proclamó la portada de una revista que llegó a desplegarse en grandes carteles por los kioskos de Bruselas, a finales de noviembre de 2015. Mientras, militares y policías patrullaban calles vacías como consecuencia de la alerta máxima impuesta entonces por el gobierno belga.
La frase la pronunció François Hollande poco después de los atentados del viernes 13 de noviembre en París, y la reiteró en su solemne discurso presidencial en Versalles ante las dos cámaras legislativas francesas, donde esbozó el marco narrativo que justificaría medidas posteriores. “Francia está en guerra”, sentenció nada más comenzar.
Y, de alguna manera, también lo están el resto de los Estados europeos tras la activación de la cláusula de solidaridad del artículo 42.7 del Tratado de la Unión Europea. Desde entonces el gobierno socialista francés viene reiterando expresiones como “guerra contra el terrorismo yihadista” o “terrorismo de guerra”. El pasado 22 de marzo fue el turno de Bruselas: dos explosiones en el aeropuerto de Zaventem y una en la estación de metro de Maelbeek provocaron una treintena de muertos y casi trescientos heridos. El 22 de marzo el primer ministro francés Manuel Valls volvía a hablar de guerra a propósito de los atentados de Bruselas. El gobierno de derecha belga, en cambio, se muestra un poco más reticente a la hora de usar esas expresiones, en un país de precarios equilibrios políticos y comunitarios. En ambos países los atentados fueron reivindicados por el autoproclamado al-Dawla al-islamiyya o Estado Islámico.
Desde entonces el gobierno socialista francés viene reiterando expresiones como “guerra contra el terrorismo yihadista” o “terrorismo de guerra”
Pero ¿de qué guerra hablamos? La propaganda del Estado Islámico ha hecho referencia a las intervenciones militares de Francia y Bélgica contra dicha organización. Los ataques aéreos franceses en el norte de Iraq comenzaron en septiembre de 2014, pocos meses después de la toma de Mosul por el Estado Islámico. Bélgica se unió un mes después.
Los bombardeos franceses en Siria, por su parte, empezaron en septiembre de 2015. Sin embargo, lo cierto es que los autores confirmados de las masacres de París y de Bruselas fueron fundamentalmente franceses y belgas, esto es, nacidos y criados en Europa. Se trataría, pues, de una guerra transnacional, multiforme, asimétrica, espacial y temporalmente indefinida.
De hecho, el gobierno francés ha venido aprobando una serie de medidas dirigidas fundamentalmente al denominado “frente interior”, que incluye la acción de las fuerzas armadas y de los servicios de inteligencia, tanto fuera como dentro del territorio. El estado de urgencia ha sido prorrogado ya en dos ocasiones, y estaba prevista su constitucionalización. François Hollande propuso, según sus propias palabras, “un régimen constitucional que permita gestionar el estado de crisis”. Es decir, normalizar el estado de excepción y, si nos tomamos en serio los términos belicosos empleados, gestionar una guerra que podría adoptar diversas formas (selectiva, sucia, o civil).
El reciente abandono del proyecto de reforma constitucional por falta de acuerdo entre las fuerzas políticas, con ser una importante derrota política para Hollande, no garantiza sin embargo que su espíritu no impregne nuevas leyes, nuevas medidas, sobre todo tras las elecciones presidenciales de 2017. Semejantes iniciativas parecen anticipar una conflictividad social y política profunda, que en Francia pretende resolverse suspendiendo o transformando el sistema de garantías constitucionales y en Bélgica con el refuerzo de las fuerzas de seguridad o con sanciones “sociales” como la exclusión de las prestaciones por desempleo previstas en el Plan Canal. Ni Francia ni Bélgica son pues inmunes a la crisis política y social europea: descomposición de las clases medias, precarización, desigualdades crecientes, desempleo elevado en determinadas zonas y entre determinados grupos, etc. Todo ello atravesado por unas fracturas identitarias específicas.
La guerra se plantea esencialmente entre civilizaciones, enésima reedición de las tesis de Samuel Huntington. Con sus atentados en Europa el Estado Islámico buscaría atacar en nombre del Islam los “valores occidentales” seculares que detestan: en enero de 2015 la “libertad de expresión” (Charlie Hebdo), en noviembre nuestro “modo de vida” (fútbol, terrazas, Bataclán), en marzo de 2016 la Europa cosmopolita (aeropuerto de Bruselas, barrio europeo). Semejante narrativa parte de la concepción esencialista – y por tanto falaz - de una sociedad de identidad única y desproblematizada, que resulta atacada por elementos foráneos. Pero ni Occidente ni el Islam existen como unidades homogéneas ahistóricas, separadas de otras, igualmente homogéneas y atemporales. O mejor dicho, existen como coartadas ideológicas que impiden reconocer la realidad conflictiva de las relaciones de poder y de dominación, de las luchas y de resistencias, y de la difuminación de la frontera entre el “dentro” y el “afuera” de Europa. Una realidad compleja que es el resultado histórico de una modernidad capitalista que no puede entenderse correctamente sin la colonialidad constitutiva de la misma. El caso francés tiene además las particularidades propias de una V República (1958-) que nació precisamente de la cesura traumática provocada por la guerra de la independencia de Argelia (1954-1961) y que no ha sido ajena a su sangrienta secuela postcolonial (1992-2002).
La guerra se plantea esencialmente entre civilizaciones, enésima reedición de las tesis de Samuel Huntington
Los autores de las masacres de París y de Bruselas tenían como objetivo desestabilizar y atizar una guerra civil –e internacional- en términos sectarios. En Bagdad los predecesores salafistas suníes del Estado Islámico cometieron atentados masivos contra la población chií, identificada con el gobierno sectario de ocupación y con Irán, para provocar represalias que justificasen a su vez su papel protector de la minoría suní, en detrimento de otros grupos. Los atacantes franceses y belgas pretendían algo similar, provocar una reacción indiscriminada y desproporcionada del Estado y de los ciudadanos contra colectivos definidos como “musulmanes”. No es casual. Francia y Bélgica comparten fracturas de clase y de identidad importantes que hace tiempo que se vienen describiendo allí de manera obsesiva como “cuestión musulmana”, y como “cuestión islamista” en las ex colonias francófonas del Magreb. Ambos son los países europeos con la mayor tasa de combatientes islamistas per cápita.
Simplificando mucho, podemos decir que dicha cuestión vendrá sobredeterminada por la interacción conflictiva entre la naturaleza colonial del Estado-nación moderno y el desarrollo de diversos movimientos islamistas, incluyendo movimientos salafistas y yihadistas, corrientes que son minoritarias pero que han logrado desplegarse de forma potente en los últimos años. Comencemos por lo primero.
A lo largo de las últimas cuatro décadas, las instituciones políticas y mediáticas tanto de Francia como de Bélgica, fuertemente influenciada por la primera, han procedido a la construcción de una determinada representación del Islam con el fin de reafirmar una identidad nacional depurada de elementos alógenos. Las elites intelectuales francesas –especialmente los denominados “nuevos filósofos” post-68 – pasaron, tras la revolución iraní de 1979, a integrar el Islam en su denuncia del “totalitarismo comunista” y del tercermundismo, en un momento en que el Partido Socialista francés se embarcaba en el giro liberal y la consiguiente reconversión industrial. Son también los tiempos del primer cierre de la política migratoria (1974) y de la irrupción del Frente Nacional (creado en 1979) denunciando la invasión árabe. En este proceso pesará mucho la presencia de un importante porcentaje del proletariado industrial que procedía de las antiguas colonias junto con la difícil digestión de ese reciente pasado colonial. Los obreros argelinos, tunecinos o marroquíes pasaron en pocos años a ser calificados como inmigrantes, recuperándose un término colonial, el de “integración”, para subrayar la otredad de su descendencia, considerada ya desde el ángulo casi exclusivo de la identidad musulmana. El desarrollo del islamismo político durante los años ochenta y noventa,  el hundimiento del bloque soviético y especialmente la guerra civil en Argelia (que incluyó la comisión de algunos atentados en Francia), contribuyeron a reforzar esta construcción ideológica.
Pesa mucho la presencia de un importante porcentaje del proletariado industrial que procedía de las antiguas colonias
Este deslizamiento desde consideraciones de clase a categorizaciones culturales (“trabajadores hasta mediados de los 1970, “inmigrantes” entre 1975-1985, “musulmanes” desde entonces) va a traer como consecuencia un hecho al que no se le acaba de dar toda su importancia. La inflación de las referencias mediáticas a un “Islam imaginario” (título del libro de Thomas Deltombe sobre la materia) mostrará el intento más o menos consciente por parte de las elites de responder, según decía Laurent Fabius en 1983, a las “buenas preguntas” sobre el “problema de la inmigración” que planteaba el Frente Nacional sin caer en el racismo grosero del que hacía gala dicho partido a principios de los ochenta. Las “malas respuestas” del Frente Nacional serán reformuladas por las fuerzas políticas tradicionales y los medios de comunicación corporativos en términos renovados.
Para ello jugará un papel importante la reformulación del laicismo como continuidad del secularismo imperial y no tanto como expresión de la separación Iglesia-Estado o de la neutralidad de este último en materia religiosa. En realidad, lo que subyace en viejas controversias como la del uso del hiyab en los espacios públicos o la denominada modernización del Islam, que en Francia se retrotraen al período del Segundo Imperio, es el no reconocimiento de las personas de ascendencia árabe, africana o musulmana como franceses de pleno derecho. O, en palabras de Mohamed Amer Meziane, miembro del comité de redacción de la revista Multitudes, “la definición de las condiciones culturales de de la ciudadanía moderna”, “quién puede ser ciudadano pleno y quién no lo es o no lo es todavía”. Como explica Meziane, en el Magreb colonizado por integración se entendía el paso del estatuto de indígena (indigénat) al de ciudadano (francés), condicionado por la “reforma del Islam”, una secularización que es producida por el propio Estado colonial.
Paradójicamente, el Islam debe ser teocratizado antes de ser reformado: primero se produce la categoría colonial de “musulmán” como identidad única y monolítica, “una producción secular, étnico-jurídica y no confesional”, y es la adscripción estatal de las poblaciones a dicha categoría la que permitirá reducirlas como sujeto colonizado. “Al reducir al argelino a lo “musulmán”, el poder colonial hace del mismo una “minoría religiosa” en territorio francés y ya no el propietario legítimo de su tierra.” De ahí la recurrente distinción entre musulmanes “buenos” (integrados, secularizados) y “malos”, “moderados” y “radicales”, pero ante todo musulmanes. “Es por tanto la construcción secular de las fronteras de lo religioso y la asignación pública de las poblaciones colonizadas a pertenencias “religiosas” lo que permitirá al Imperio colonizar en nombre de la Revolución Francesa”. Y, en territorio metropolitano, configurar una peculiar modalidad de racismo.
Esta construcción perdura hasta hoy día. Cada vez resulta más frecuente que políticos, intelectuales y artistas hagan pasar comentarios racistas y xenófobos como críticas legítimas a la religión. Lo cual estimula controversias en términos sectarios. En los últimos años Francia asiste al crecimiento sostenido de los actos antimusulmanes, racistas y antisemitas (el Estado los clasifica y diferencia de este modo) y a una caída en picado desde 2009 del denominado “índice de tolerancia”, según los datos del gobierno. Con todo, el término “islamofobia” no permite dar cuenta del todo de esta modalidad fluida y variable de racismo, que facilita que los partidos de la nueva derecha radical exhiban de vez en cuando candidaturas “exóticas” pero integradas. En Bélgica organizaciones contra el racismo y la xenofobia vienen denunciando desde hace un tiempo el recrudecimiento del número de actos racistas en general.
Nos encontramos con diferentes mecanismos de discriminación y de exclusión social de árabes, negros, etc.
Si ampliamos la perspectiva, nos encontramos con diferentes mecanismos de discriminación y de exclusión social de árabes, negros, etc. mientras rechaza la misma idea de raza en nombre de la igualdad. Se trata, pues, de un racismo que ya no se admite como tal, al no atender a los criterios biologicistas de la “raza”,  y de una xenofobia que no alude tanto a los extranjeros como a los “alógenos”,  quienes no encajan en los cánones identitarios oficiales, ya provengan de fuera o hayan nacido dentro. El citado Meziane traza su origen en la raciología imperial francesa de la segunda mitad del siglo XIX, aquella que se basa en el acceso condicionado a la ciudadanía. A diferencia del racismo de los colonos y del racismo biológico (Gobineau) la “raciología imperial” del Estado “considera la raza como una entidad cultural perfectible, y no como una esencia biológica fija.” En Francia, su último avatar es el intento de constitucionalización de la retirada de la nacionalidad francesa a los condenados por delitos de terrorismo, aunque hayan nacido en Francia.
Esta segregación tiene su expresión geográfica, urbana, con suburbios como Seine-Sant-Denis en Francia o comunas como la de Molenbeek en Bruselas, Bélgica. Pese a su diversidad interna, también en cuanto a niveles de renta, su demografía se instala como amenaza en el imaginario de quienes se perciben como integrantes de las clases medias nativas. Para la socióloga belga Nadia Fadil, estas “inquietudes ponen de manifiesto una preocupación más amplia sobre la pérdida de control del imaginario nacional y la imposibilidad de contener la 'otredad'”. Así. el primer ministro francés Manuel Valls denuncia un “apartheid territorial, social, étnico” del cual los principales responsables serían los propios segregados por una República que los desprecia. Esta imagen estereotipada es reforzada por una prensa que solo se acerca a esas áreas urbanas cuando hay atentados o problemas.
Dos semanas antes de los atentados de 13 de noviembre en París, los medios rememoraban el décimo aniversario de la muerte de Zyed Benna y Bouna Traoré en la barriada de Clichy-sous-Bois, en Seine-Saint-Denis, en el transcurso de una persecución policial. El incidente dio lugar a una auténtica insurrección popular que en otoño de 2005 se propagó por todos los suburbios de Francia, síntoma evidente de que algo no iba bien en la República. La revista Charlie Hebdo conmemoró el aniversario de la insurrección con una portada en la que se retrata a los jóvenes que reventaron las calles en 2005 con un aspecto simiesco y asimilados al Frente Nacional, como si ellos fueran los responsables del ascenso de dicho partido. Y es que la reacción de la clase política y de los medios de comunicación a dicha revuelta siempre fue de gran hostilidad hacia unos jóvenes que quemaban la propiedad privada y atacaban los símbolos de la República, incluyendo los establecimientos escolares.
Programas de renovación urbana (Seine-Saint-Denis) y sucesivos programas sociales (Molenbeek, Schaerbeek) no han resuelto los problemas de fondo, como el elevado desempleo que dobla o triplica la media nacional, según las zonas. La posesión de determinados nombres obliga a redoblar esfuerzos para encontrar un empleo decente o una vivienda digna. La joven “chusma” (Sarkozy dixit) de ascendencia árabe o africana, como su equivalente negra en Estados Unidos, continúa sobrerrepresentada en las prisiones. Franceses o belgas que no terminan de serlo, que abuchean la Marsellesa en los estadios, que rechazaron la conminación de las escuelas a proclamar “Je suis Charlie” tras los atentados de enero de 2015, para indignación de la ministra de educación, la integrada Najat Belkacem. Como si el estatuto de ciudadanía exigiera no ya la defensa de las libertades sino la aceptación de la expresión concreta de un retrato denigrante. El término “franceses de papel”, empleado originalmente por la extrema derecha francesa en relación con los naturalizados, comienza a aplicarse también a los franceses nacidos en Francia pero que mantienen otra nacionalidad, o simplemente otras conexiones identitarias.
Programas de renovación urbana y sucesivos programas sociales no han resuelto los problemas de fondo, como el elevado desempleo
Otros países europeos presentan otras declinaciones de la misma tendencia, producto de diferentes recorridos históricos. Los admirados países escandinavos no escapan a esta deriva. Así por ejemplo, los responsables del Centro Multicultural de Botkyrka, que organizaron en 2013 una criticada exposición sobre la cuestión racial en Suecia, recuerdan que “Suecia no se sitúa al margen del mundo y su historia de racismo y colonialismo.” Allí, al igual que sucede con el modelo republicano francés, existe una negación del racismo que oculta “la discriminación y la segregación que es tan tangible y evidente para muchos de quienes no son vistos como suecos, y cuyas historias aportan un doloroso testamento del estado de cosas en Suecia.” “Si ciertos grupos de personas con similares orígenes se sitúan una y otra vez en los escalones más bajos de las tablas estadísticas, entonces hay razón para tratar de entender por qué y cuáles son las consecuencias de ello.” Dicha ocultación aflora con las ocasionales explosiones sociales, para sorpresa de los apologetas del modelo social escandinavo. De ahí que “la raza sea una categoría activa en Suecia, o mejor dicho, la “raza todavía se construye” todo el tiempo en la Suecia actual incluso aunque el mismo concepto haya sido descartado por las ciencias sociales y la política.”
Una construcción comunitaria neorracista de la otredad, en el sentido expuesto,  se está consolidando en Europa. A ella contribuye la contención nacional de la crisis financiera de la zona euro y la desastrosa gestión europea de las recientes migraciones. En particular, la crisis de gobernanza inducida por el reforzamiento de los controles fronterizos acentúa una percepción defensiva y temerosa de lo comunitario entre quienes se consideran autóctonos, que tienden a articularla en términos nacionales. La misma percepción se construirá de otra manera entre quienes se debaten entre diferentes pertenencias, sobre la base de otras referencias.
Este será el terreno abonado para la expansión del salafismo.

La Audiencia Nacional desmonta la teoría policial en torno al "terrorismo anarquista".

La Audiencia Nacional condena a 12 años de prisión a los acusados por la detonación de El Pilar
La sentencia también desmonta la teoría policial en torno al "terrorismo anarquista".
31/03/16 · 12:29

Campaña a favor de la libre absolución de Mónica y Francisco, los anarquistas acusados.
La Audiencia Nacional ha condenado a Mónica C. y Francisco S. a doce años de cárcel por la detonación en la Basílica de El Pilar de Zaragoza ocurrida en octubre de 2013. La sentencia, a la que ha tenido acceso Diagonal, da por probado que los dos anarquistas fueron los autores de la explosión, aceptando como prueba las imágenes recogidas por la policía en la que se ven a dos personas con el rostro cubierto en un bar cercano al templo –no hay imágenes tomadas dentro de la basílica–.
El texto del tribunal, firmado por los jueces Ángela Murillo –presidenta de la sala–, Paloma González y Juan Francisco Martel, condena a cada uno de los dos anarquistas a un total de doce años de cárcel: cinco por lesiones y siete más por daños con fines terroristas.
Leer más: Sin imágenes ni testigos del autor de la explosión en la Basílica de El Pilar
“Estamos totalmente en desacuerdo con que ellos sean los autores de los hechos, pensamos que no hay ninguna prueba al respecto”, afirma a Diagonal Pepe Galán, abogado de Francisco, quien anuncia que van a recurrir la sentencia. Mónica y Francisco llevan en prisión preventiva desde que fueron detenidos en noviembre de 2013. “Es muy posible que los mantengan privados de libertad mientras se resuelve el recurso que presentemos”, señala en abogado.

Desmontado el ‘fantasma del terrorismo anarquista

La sentencia de la Audiencia Nacional, por otra parte, desmonta la teoría en torno al “terrorismo anarquista” impulsada por Fiscalía, Policía Nacional y Mossos d’Esquadra y en cuyo marco se desarrollaron, durante los años 2014 y 2015 las operaciones Pandora 1 y 2, Piñata e ICE, por las que se cuentan más de 40 personas en espera de juicio. La sentencia señala que la propia Fiscalía retiró, en sus conclusiones durante el juicio, la acusación de integración en organización terrorista.
Sobre FAI/FRI señala que es “una organización informal paradigma del insurreccionismo, compuesto por un número indeterminado de grupos de afinidad dispersos por todo el mundo”. Mientras que de los Grupos Coordinados Anarquistas (GAC) afirma que es una plataforma coordinadora de grupos independientes.
“Los peritos nos dijeron que estábamos ante una organización a nivel mundial carente de organización, sin estructura, sin mando, sin poseer ni tan siquiera un requisito de los establecidos [...], por lo que no estamos ante una organización criminal ni ante grupos criminales a los que se refiere nuestro Código Penal”, afirma el texto de la sentencia. “Si se considerase a las FAI/FRI-GAC organizaciones terroristas serían tan defectuosas, incapaces y objetivamente disfuncionales que ni siquiera tendrían relevancia penal. Y es que una organización de estructura horizontal no es organización”, concluye.
Leer más: Si no hay terroristas habrá que inventarlos
La sentencia señala que, además, no se ha demostrado que Mónica y Francisco estuvieran integrados en FAI/FRI o en los GAC.

  La sentencia ...

 2016-3-31 Sentencia Basílica El Pilar


  y  ver ...




viernes, 25 de marzo de 2016

Los atentados no son una fatalidad, son resultado de una política aplicada por Washington y sus aliados.



Rodríguez en Rebelión.

.....


 25/03/2016 

Atentados de Bruselas: ¡no, señor primer ministro!

  Michel Collon

 
Los atentados no son una fatalidad, son resultado de una política. Aplicada por Washington. Luego por Londres y París. Bruselas les siguió servilmente

Ayer, como muchos en Bruselas, pasé horas intentando averiguar cómo se encontraban mis familiares y amigos. ¿Quién, por desgracia, habría podido hallarse en ese metro maldito, que yo también cojo para ir al despacho de Investig'Action? ¿Quién, por desgracia, habría podido hallarse cerca del Starbucks del aeropuerto, donde suelo tomar un té mientras espero el embarque de mi vuelo? Indagaciones aún más angustiosas si tenemos en cuenta que la red estaba evidentemente saturada.
En definitiva, como muchos en Bruselas, viví, durante un día, lo que viven desde hace años los iraquíes, los libios, los sirios y, antes de ellos, los argelinos. Al haber estado en más de una ocasión en lugares que habían sido bombardeados por los occidentales, sé cómo son los restos de cuerpos dislocados que ya nadie podrá volver a abrazar. He visto allí el dolor de aquellos a los que se les arrebata para siempre a su marido, su mujer, su hijo.
Como muchos en Bruselas, lloré y deseaba golpear a los criminales que arremetieron contra tantos inocentes. Pero el criminal no nace, se hace. Y la cuestión más importante es: ¿cómo han llegado a eso? ¡Negar a este ese punto el valor de la vida de tantos inocentes! Hacerlos sufrir y aterrorizarlos en vez de luchar -con esos inocentes- contra la injusticia que nos golpea a todos. ¿Quién ha intoxicado a esos jóvenes, quién les ha dado el ejemplo de la violencia, quién los ha sumido en la desesperación y, sobre todo, quién les ha armado? Criminales, sí, pero acaso no son también en parte víctimas, aunque este término resulte chocante.
Así que, cuando vi que nuestro primer ministro Charles Michel declaraba en conferencia de prensa que los belgas tenían que unirse y esquivaba con cautela la cuestión esencial: «¿Cómo hemos llegado a esto, quiénes son los responsables?», me enfurecí con ese hombre hipócrita que nos propone solo seguir como antes, cuando la pregunta que se hace la gente es precisamente «¿Cómo evitar que esto vuelva a suceder? ¿Qué políticas aplicar para poner fin a este engranaje infernal?».
¿Creen de verdad que la vigilancia y la represión van a impedir nuevos atentados? Algunos, sí, pero todos es imposible. Para eso hay que cambiar de política. Su política.
Einstein decía: «No se resuelve un problema con los mismos planteamientos que lo han creado». En efecto, no se acabará con el terrorismo hasta que no se hayan debatido sus causas profundas, con el fin de llevar a cabo una verdadera prevención.
Señor primer ministro Charles Michel, no le estoy agradecido. Porque se ha negado a plantear las cuestiones importantes: ¿Los Saúd y Qatar han financiado a los terroristas? Sí, los informes de los servicios estadounidenses lo afirman. ¿EEUU creó Al Qaeda? 
Sí, Hillary Clinton lo ha reconocido. ¿LA CIA organizó un campo de entrenamiento en Jordania? Sí, el célebre periodista estadounidense Hersh lo ha demostrado. ¿Fabius impulsó el terrorismo al declarar «Al Qaeda hace un buen trabajo»? Sí, miren su vídeo de Marrakech en diciembre de 2012.

En general ¿EEUU ha utilizado el llamado terrorismo islámico desde Bin Laden en Afganistán, en el 79, hasta la Siria actual, pasando por Bosnia, Kosovo, el Caucaso, Argelia, Iraq, Libia y otros muchos países? ¿No es preciso crear urgentemente una comisión de investigación sobre los vínculos EE.UU. - terrorismo y sobre el trasfondo estratégico de todos estos dramas? ¿Usted y Europa, van a seguir siendo el perrito faldero de EEUU? Usted se entusiasma como un niño cuando Obama le llama. Pero ¿por qué no denuncia su hipocresía ante estas guerras? Señor Michel, cuando pienso en todo ese sufrimiento que habría podido evitarse, no le estoy agradecido.
Es cierto que usted no es el único que utiliza la falsa retórica.
Señor ministro de Asuntos Exteriores Didier Reynders, tampoco le estoy agradecido. Ayer declaró que los terroristas atacan nuestro «modo de vida». Exactamente las mismas palabras que dijo Georges W.
Bush el 11 de septiembre antes de atacar Iraq y Afganistán con excusas falaces. Señor Reynders ¿por qué no hizo referencia a sus declaraciones de abril de 2013 en las que elogiaba a «esos jóvenes a los que quizás un día se les erija un momento como héroes de la revolución»1?
¿Por qué no quiso venir cuando le invité, en junio de 2013, a participar en un debate «Jóvenes en Siria, cómo impedir que vayan»? ¿Eso no le preocupaba? ¿Creía que para «cambiar de régimen» como usted dice, todos los medios eran buenos, incluso el terrorismo? ¿No pensó que animándoles a cometer ese tipo de actos allí, algunos vendrían a hacer lo mismo aquí? Señor Reynders, no le estoy agradecido.
Señora Milquet, tampoco le estoy agradecido. Usted era ministra del Interior en ese momento. Usted también se negó a participar en aquel debate, a pesar de nuestra insistencia, ¡cambiando constantemente de pretexto! Desde entonces, guarda silencio. ¿Avergonzada por haber ignorado los gritos de desesperación de las madres angustiadas al ver que sus niños -porque eran realmente niños de 16, 17, 18 años- partían hacia el infierno sin que Bélgica hiciera nada para detenerlos? ¿No le asaltan los remordimientos al ver lo que ha sucedido? Señora Milquet, no le estoy agradecido.
¿No es hora de abrir un gran debate sobre las consecuencias de la política internacional que Bélgica ha llevado a cabo en los últimos años?
1. ¿Europa debe seguir respaldando a EEUU y su política, que siembra la violencia en Oriente Medio?
2. ¿Bélgica debe seguir apoyando la violencia de Israel, negándose a hacer respetar el derecho internacional y tratando de «antisemitas» a los jóvenes que quieren defender los derechos de los palestinos?
3. ¿Bélgica debe seguir prosternándose ante los petrodólares de los Saúd (robados a los pueblos árabes en lugar de utilizar el dinero del petróleo y el gas en luchar contra la pobreza como en América Latina) cuando todo el mundo sabe que los Saúd financian la intoxicación de las mentes jóvenes mediante una versión envenenada y falseada del islam?
4. ¿Cómo se justifica el rechazo a conceder asilo a las víctimas de «nuestras» guerras en Iraq, Siria y Afganistán?
5. ¿Cuándo se hará público por fin el informe de la intervención «humanitaria» en Libia, donde la OTAN se alió con Al Qaeda para derrocar a Gadafi, violando la Carta de la ONU que prohíbe ese tipo de prácticas, con las consecuencias que esto ha tenido: Libia convertida en base del terrorismo internacional?
¿No es hora de abrir al mismo tiempo un gran debate sobre las consecuencias de la política social, o más bien antisocial, de los gobiernos belgas desde hace años?
1. ¿Pueden recortar sin cesar los presupuestos escolares, creando escuelas-aparcaderos en las que los profesores no tienen ni la formación adecuada ni los medios para enfrentarse a tantas cuestiones complejas sobre el mundo actual?
2. ¿Pueden recortar sin cesar los presupuestos de prisiones y reinserción, con el riesgo de que pequeños delincuentes se conviertan en delincuentes irrecuperables?
3. ¿Pueden recortar sin cesar los presupuestos de los medios audiovisuales públicos, de forma que los periodistas no tienen tiempo de profundizar en los temas (confidencias llegadas de dentro de la RTBF) y se ven condenados al reino del copi-pega y de las noticias basura, empujando así a los jóvenes, que se han vuelto desconfiados, hacia la teoría del complot o peor aún hacia los predicadores fanáticos y los reclutadores sin escrúpulos?
4. ¿Pueden seguir haciendo regalos a la banca y a las multinacionales que ya casi no pagan impuestos y revertir el déficit especialmente en los ayuntamientos, cuyos responsables carecen de los medios necesarios para ayudar a los jóvenes? ¿No es así como crean núcleos de desesperación como Molenbeek? (pero no es el único, también están Vilvorde, Verviers, Anvers y no olvidemos que los «euro-yihadistas» proceden de numerosos países europeos).
5. ¿Hay que extrañarse entonces de que tantos jóvenes hayan caído en las garras de los reclutadores profesionales? Sobre todo teniendo en cuenta que cuando se les denunciaba ante la policía, no siempre pero sí con bastante frecuencia, padre y educadores oían la siguiente respuesta: «¡Que se vayan a Siria, lo que no queremos es que regresen!».
6. ¿Tiene realmente derecho a mostrarse sorprendido ante los atentados de París y de Bruselas cuando la voz de alarma se había dado hace años y usted se negó a escuchar a los que lanzaron la alerta?
Ayer, cada padre tembló por sus hijos. Hoy, todos nos interrogamos sobre la educación que hay que darles frente a un mundo cada vez más violento. ¿Podremos ofrecerles una verdadera educación y un futuro? ¿Mañana cuál será la ciudad que se verá golpeada? La escalada del odio y el miedo, dirigida contra los musulmanes, favorece a la extrema derecha. ¿Es eso lo que usted quiere?
En suma, los atentados no son una fatalidad, son resultado de una política. Aplicada en Washington. Luego en Londres y París. Bruselas les siguió servilmente. Señores dirigentes, son, por lo tanto, corresponsables. ¿Tenemos derecho a debatir sobre ello -en «democracia»- o van a presionar de nuevo para que los medios de comunicación se callen?
Bruselas, 23 de marzo
Continuará:
¿Cuantas muertes harán falta para que los medios de comunicación abran por fin el debate?

en ..
 
http://www.lahaine.org/mundo.php/atentados-de-bruselas-ino-senor
________________
Civiles asesinados por el ejercito de la OTAN turco con el apoyo de la UE los últimos meses en Kurdistán ... http://www.lahaine.org/bruselas-o-la-condena-como

 

Atentados y acciones con muertos en Bagdad (Irak) desde el 2003
  http://www.lahaine.org/bruselas-o-la-condena-como
 Y ver este....enlace.. importante.

Atentado en Bélgica
Europa, ¿siembra lo que cosecha?
.................

Nota del blog...

En la cumbre de titulares de Interior en Bruselas, para acordar más cooperación, el ministro español, Jorge Fernández Díaz, tiraba de refrán: “Espero que podamos aplicar el dicho de que no hay mal que por bien no venga”, aseguró antes de reunirse con sus homólogos. Son las frases que quedarán en la historia… ¿Qué habrá querido decir? ¿Es sólo una frase desafortunada o se refiere a que hay réditos que se pueden obtener a partir de estas situaciones? ¿Cuáles serían?…
Por ahora queda en la reflexión acerca tanto que no conocemos,-pero a veces suponemos- y las curiosas coincidencias entre estos atentados y las actuales crisis de la UE.
 Estoy empezando a pensar lo peor......

 Agencias- Bruselas.- "La policía belga tenía informaciones a comienzos de diciembre del lugar donde estaba escondido Salah Abdeslam, el terrorista más buscado de Europa, pero no llegó a los servicios antiterroristas, revelaron este viernes varios medios locales" .

Pero además sale Turquía y dice AHORA que uno de ellos se lo habia reenviado y avisado . Este medio no para de apuntar la importancia de la cuestión kurda


 Imposible tanta neglicencia , ¿ a qué  juegan? . ¿ Buscan una intervención también en Libia , además de Siria y Irak?. Y las masacres de civiles en el Yemen y la utilización de gases tóxicos por los saudies , ¿ como no salen en la prensa?.¿es posible pensar que servicios de inteligencia occidentales y sus socios turcos, israelíes y saudí estén detrás de miembros vigilados, controlados de los grupos takfirí y se les deje realizar sus acciones en pos de objetivos políticos más globales?. Como se pregunta en el enlace de más arriba .

 No,  no es,  digamos una conspiración, es lo de siempre ,la configuración geopolítica de Oriente Medio desde 1914-1924  fue "inocententemente" establecida , para que NO hubiera paz en la zona.


 "Curioso" como siempre seguido a un atentado.....matan a un número "dos,tres o cuatro" de esa supuesta organización rapidamente...."curioso" también como enseguida "dan" con los cómplices o autores del atentado.....sea por que se "dejan" el pasaporte o el DNI cercano...o por que van en taxi a cometer los atentados......todo "curioso"..pero en fin, sin querer profundizar en cuestiones que dejarán más dudas que certezas....simplemente todo muy "curioso".Los autores de los atentados en Bruselas son los mismos yihadistas que combatieron en Libia a Muamar Gaddafi y en Siria  a Asad. Ya se lo aviso Gadafi The Guardian .

" ¿Es nuestro miedo rentable para alguien?, ¿Para quién?¿Quién empezó primero?¿Quién armó a los verdugos, quién les instruyó, financió, aconsejó?¿Serán estas preguntas sospechosas, punibles, criminales?¿Y ahora, qué?¿Preparamos más mortajas?, ¿Cavamos nuevas fosas?, ¿Fabricamos más cadenas?, ¿Recortamos más derechos?, ¿Alimentamos el fascismo?, ¿Condecoramos a quienes alardean de cruz gamada, de racismo?¿A quién le interesa nuestro miedo?¿A quiénes?" http://kaosenlared.net/nuestro-miedo



 

jueves, 24 de marzo de 2016

El antiperiodismo contra Venezuela.


 

 "En España hay una impunidad total a la hora de hablar de Venezuela.
Fernando Casado, autor de 'Antiperiodistas: confesiones de las agresiones mediáticas contra Venezuela', pone de manifiesto los secretos y vicios de la profesión periodística al escribir sobre Venezuela.
Youssef Ouled 

“Populismo”, “presos políticos”, “represión”, “colaboración con el terrorismo”, “dictadura”, “caudillo” son expresiones usadas por los medios para definir al Gobierno de Venezuela.
Se trata de denominaciones que ofrecen una visión “banalizada y amarillista” del Gobierno venezolano, según lo ha documentado el periodista Fernando Casado Gutiérrez (Córdoba, España) en su libro Antiperiodistas: confesiones de las agresiones mediáticas contra Venezuela (Akal).
Casado, que trabaja como profesor en el Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador y en
 la Maestría de Derecho Internacional Público de la
 Universidad Bolivariana de Venezuela, recoge en esta obra declaraciones de más de 70 periodistas de once periódicos de Estados Unidos, América Latina y de los tres principales diarios españoles: El País, El Mundo y el ABC.
El autor, a través de una revisión de las hemerotecas, ha realizado diversas entrevistas personales con los autores de esas informaciones, los cuales confiesan la distorsión de la información con el fin desprestigiar al Gobierno de Venezuela. El libro pone de manifiesto los secretos y vicios de la profesión periodística.

¿Cuál es la reacción que provocas cuando hablas de Venezuela en España?

En España se cuenta una realidad deformada, se magnifica lo negativo y se oculta lo positivo. La gente tiene un conocimiento sesgado de una sociedad venezolana que tiene cosas positivas que aquí no se conocen. Como este bombardeo desinformativo es continuo hay una concepción implantada como un dogma en el que Venezuela es un diablo. Aquí es imposible hablar bien de Venezuela, debido a esa visión homogénea creada por los medios que contribuyen a crear un pensamiento único.

¿Por qué es tan difícil ver un medio de comunicación que hable bien del Gobierno de Venezuela?

Se trata de un problema ideológico y económico. La Revolución Bolivariana pone en disputa el discurso liberal y la economía de mercado. Las empresas (privadas) hegemónicas del mercado defienden y profesan esa dominación del ideal liberal. Si alguien pone en duda la estructura del sistema en el que vivimos se convierte en un enemigo a batir. Las empresas mediáticas protegen sus intereses, se trata de un país que pone en duda su sistema, por eso es visto como un competidor, una amenaza.

¿Cuál es el objetivo de tu obra?

Poner de manifiesto que hay una manipulación evidente contra Venezuela. En este libro son los propios periodistas encargados de crear esa distorsión los que reconocen que lo hacen, se dan testimonios creíbles de que sí se manipula. Además, es una denuncia del mal periodismo con la intención de crear una referencia para desarrollar una mejor labor de este oficio.

¿Qué diferencia este trabajo de otras investigaciones y análisis sobre la desinformación de la prensa?

Es la primera vez que quienes son responsables de llevar a cabo la manipulación lo reconocen. Se trata de una obra incontestable, los responsables de construir esos estereotipos te cuentan cómo funciona esta manipulación. Tras leer el libro te das cuenta de cómo los medios manipulan y hacen llegar una realidad que no se ajusta al país. Son testimonios que desmantelan las imágenes preestablecidas.

¿A qué se refiere Bernardo Álvarez cuando habla de sound bites?

Los sound bites son palabras construidas por estos “periodistas”, son etiquetas que no tienen más explicación que la que se ha creado socialmente. Por ejemplo “chavismo”, con esta palabra echas por tierra cualquier teoría. Que se presenta un programa electoral que busca acabar con los desahucios, invertir en sanidad o educación, si te califican de chavista ya no puedes argumentar, porque la emotividad y la carga emocional que tiene ese sound bite han echado por tierra tu programa.

Según palabras tuyas, los periodistas son “responsables de crear los estereotipos existentes sobre el Gobierno venezolano”. ¿Son los periodistas una herramienta de desinformación?

Todos pertenecemos al sistema, a no ser que lo pongamos en disputa, lo que hacemos es reforzarlo. En el caso de los periodistas, en relación a las líneas editoriales tu no puedes ser independiente. Como decía Chomsky, si entras en un medio es porque tienes una convicción que compartes con ese medio, debes reforzar la línea editorial del medio y después te quedas porque refuerzas esa ideología. Si no lo haces, te echan.
Todos los periodistas independientes de la época de los 70 en El País, fueron reciclados a través de un ERE, periodistas muy buenos y con prestigio. Esto sucedió con aquellos que habían mostrado a lo largo de su carrera un mínimo disentimiento con la línea editorial, le sucedió a Maruja Torres, José Yoldi y otros muchos. Por el contrario, los que refuerzan la línea del medio, son ascendidos.

¿Manipula más la prensa española que la venezolana?

La prensa española privada manipula más. En Venezuela donde la mayoría de los medios de comunicación pertenecen al sector privado (más de un 80%), aunque tienen una línea ideológica contraria al gobierno, mantienen una decencia periodística que no tienen aquí. En España hay una impunidad total a la hora de hablar de Venezuela, el afectado por las informaciones no puede enfrentarse a lo que se dice sobre él. No va a venir Maduro desde Venezuela a España para denunciar una información falsa o injuriosa. Al no haber esa posibilidad, se manipula más, sin que pase nada.

En el epílogo del libro te centras en la cobertura del ABC al tratamiento informativo sobre la enfermedad de Chávez y calificas su labor como la de un blanqueador de información de la Agencia Central de Inteligencia...

Lo que este diario hizo en el caso del tratamiento de la enfermedad de Chávez es lo mismo que está haciendo ahora con la información sobre el Cártel de los Soles, vincula de forma directa el narcotráfico con el Gobierno venezolano. En mi libro explico el montaje que se da a una información interesada y proporcionada por los servicios de inteligencia estadounidenses, que este diario reproduce ocultando la fuente. El blanqueo definitivo se da cuando otros medios rebotan esa informaciones y sitúan como fuente al ABC, sin preocuparse de la veracidad o el origen, como hizo El Mundo. Además, en la obra se recoge la confesión de Ángel Expósito (en su momento director del ABC) quien reconoció que la CIA era la que les pasaba la información.

Hace unos días publicabas un artículo en el que hablas de víctimas dignas e indignas ¿La invisibilización de las partes responde a esta manipulación mediática?

Lo que no está en los medios no existe. Ocultar la información es una forma de manipular. El día 18 de marzo se publicaron en seis diarios españoles unas 21 notas sobre Venezuela, ninguna sobre la visita a Madrid de los familiares de las Víctimas de la Guarimba. Cuando se presentó el libro de Leopoldo López en su ausencia, se publicaron mas de tres docenas de notas sobre el evento. Se trata de víctimas dignas (para el sistema y los medios hegemónicos) que interesa magnificar. Luego están las otras víctimas, que además son las víctimas reales por las cuales Leopoldo está en la cárcel, éstas son ocultadas porque resultan un peligro para el sistema, por ello son consideras víctimas indignas y, por ende, ignoradas.

¿Cómo valoras el tratamiento recibido por los partidos de izquierda?

Entiendo que la nueva izquierda se desvincule de Venezuela, el estereotipo y el dogma es tan brutal que es normal que se quieran desprender de él. No tienen otra salida porque no encuentran la forma de explicar lo contrario. Si trataran de explicar cualquier tipo de relación saldrían más bombardeados de lo que ya lo están. Por ello, la opción de separarse es comprensible, en caso contrario, el sistema acabaría por destruirles


 Y ver..Venezuela hasta en la sopa




 Y  ...

http://www.lamarea.com/2016/03/21/tengo-venezuela-no-diga-amnistia-diga-impunidad

   ...

Dos años de intentos de debilitar a Podemos,

Cómo acabar de una vez por todas con Podemos

Dos años de intentos de debilitar a Podemos, que una y otra vez demuestran eso de "lo que no te mata te hace más fuerte"
Nada, que no aprenden. Llevan casi dos años buscando la kryptonita que deje a Podemos sin superpoderes, pero nada. No solo no la encuentran, sino que cada nuevo intento de debilitarlos hace bueno eso tan viejo de “lo que no los mata los hace más fuertes”.
No aprenden. Lo han probado todo. Primero, las acusaciones de complicidad con Venezuela, ETA, el comunismo y todo lo que dé miedo, apoyado en un cansino bucle de vídeos de Youtube sobre el pasado revoltoso de Pablo. Todavía hoy, de vez en cuando, sale un listo que ha encontrado la prueba definitiva, el enésimo vídeo de Iglesias paseando por el wild side. Vale ya, por favor: que alguien les explique que el 20D no quedaba un solo votante de Podemos que no supiera ya de las simpatías políticas de sus líderes. Ni uno.
Después vino la ofensiva mediático-judicial a cuenta de la financiación. Que si bolívares venezolanos, que si Irán le paga el teléfono, que si montaron una pequeña productora de tele local para disimuladamente pagarse el golpe de Estado… El grado de ridículo alcanzado no parece suficiente, pues aún insisten.
Como eso tampoco funciona, probaron con algo aparentemente más serio: analizar sus propuestas y demostrar que el “populismo” nos llevaría al infierno. Si gobernasen, hundirían la economía, nos echarían del euro, nos alinearíamos en el eje del mal, se rompería España, volveríamos al 36, al 98 o al 711, que ya no me aclaro. Luego llegaba el programa electoral, y resulta que no era para tanto, pero no nos confiemos: son lobos con piel de corderos, se disfrazan de socialdemócratas pero en cuanto conquisten el poder, zas, gulag al canto.
Así dos años, repitiendo en bucle las mismas acusaciones, las mismas sospechas sin demostrar, los mismos vídeos que ya tienen nieblilla VHS a fuerza de repetirlos. Y a cada ataque, más fuertes. No era eso tan cursi de “su odio, nuestra sonrisa”, sino el más suculento “su odio, nuestros votos”.
Dos años, repitiendo en bucle las mismas acusaciones, las mismas sospechas sin demostrar, los mismos vídeos que ya tienen nieblilla VHS a fuerza de repetirlos
Ahora viene el último intento, a ver si cuela: las divisiones internas. Crisis en Podemos. Enfrentamiento Iglesias-Errejón. Riesgo de ruptura. Las dos almas. Incluso llegando al chismorreo: que si Colau ha dicho que Pablo es arrogante (cosa que reconoce el propio Iglesias, vaya), que si el otro ha tuiteado no sé qué, que si el lenguaje corporal del líder, que si… No digo que no haya discrepancias, pero ya les adelanto yo el final de la historia: no se romperá Podemos, escenificarán en unos días la unidad interna con un pico entre Iglesias y Errejón, y otro cartucho de pseudo  kryptonita que los hace un poco más fuertes.
Si de verdad quieren acabar con Podemos antes de que lleguen más lejos, ya les digo yo el secreto, ahora que no nos oye nadie. Atiendan un minuto, que es muy fácil. No sé cómo no se les ha ocurrido antes. Para acabar de una vez por todas con Podemos hay dos balas de plata, a cual más costosa.
La primera es dejarlos gobernar, asumir parcelas de poder, ministerios, consejerías autonómicas, organismos públicos, esas cosas. Sillones, sí, pero también presupuesto. A ver si así la cagan, se estrellan y se acabó. Pero claro, tiene también el riesgo de que lo hagan bien, y nadie quiere asumir esa ruleta rusa.
La segunda, más efectiva aún, es acabar con todo aquello que ha dado a Podemos su fuerza actual. Y no es el fantasmagórico dinero venezolano, pero tampoco el innegable carisma de Iglesias o el mucho talento que milita en su partido. Aun reconociéndoles su inteligencia política, no habrían llegado tan lejos por sí solos si no cabalgasen una gigantesca ola de descontento ciudadano sin precedentes. Lo que da votos a Podemos, más que el odio de sus adversarios, es todo aquello que colmó la paciencia ciudadana: la corrupción, la impunidad, la desigualdad, el empobrecimiento, el fallo multiorgánico del sistema, la descomposición generalizada de los partidos clásicos, la obscenidad de esta última “década ominosa” que nos ha tocado vivir. Acaben con todo eso, y luego me dicen.
¿Qué, que no? Pues nada, sigan buscando en Youtube.


....................................



(Un clásico de la política sin dignidad ni escrúpulos) PP y Ciudadanos utilizan los atentados de Bruselas y el terrorismo para atacar a Podemos


 http://www.eldiario.es/politica/PP-Ciudadanos-utilizan-atentados-Bruselas-contra-Podemos_0_497650428.html