viernes, 17 de octubre de 2014

El mito de la Cataluña progresista







El mito de la Cataluña progresista
En Cataluña nos caracterizamos por tener unos valores que podríamos definir como de izquierdismo no practicante
Lluís Orriols 18 OCT 2014  

El País .
Cataluña es una de las regiones más progres de Europa. O al menos eso nos dicen las encuestas. Según éstas, apenas uno de cada diez catalanes admiten abiertamente ser de derechas, una proporción tres veces por debajo de la media europea. Y es que, en Cataluña, el término derecha sufre de una pésima popularidad. La gran mayoría de los ciudadanos tienden a evitarlo a la hora de definirse políticamente y suelen preferir presentarse como de izquierdas o, a lo sumo, de centro.

Pero, ¿de verdad somos los catalanes tan progres como solemos afirmar? En realidad, hay motivos para pensar que nuestro izquierdismo es más de apariencia que de convicción. Por ejemplo, cuando se pregunta a los catalanes si estarían dispuestos a pagar más impuestos para, con ello, mejorar los servicios públicos, entonces, Cataluña se presenta como mucho más conservadora. Si lo comparamos con el resto de comunidades autónomas, los catalanes somos los que más nos definimos de izquierdas, pero a la hora de defender nuestro Estado del bienestar acabamos por debajo de la media española.

En definitiva, en Cataluña nos caracterizamos por tener unos valores que podríamos definir como de izquierdismo no practicante. Tenemos una tendencia a refugiarnos bajo la etiqueta de izquierdas aun no comulgando con algunos de sus principios más fundamentales. ¿Por qué en Cataluña nos produce cierto reparo declararnos como de derechas? ¿Por qué aparentamos ser más de izquierdas de lo que realmente somos? Una respuesta nos la ofrece el politólogo de Oxford Elias Dinas. Según sus investigaciones, si los catalanes (al igual que los vascos) somos tan progreses porque los términos izquierda y derecha han acabado contaminados por el debate territorial e identitario de tal forma que el término “derecha” ha pasado a tener connotaciones antiautonomistas.

En el debate público catalán se incurre demasiado a menudo en la siguiente secuencia argumental: ser españolista es de fachas y, como es sabido, los fachas son de derechas. Tal silogismo, sin duda tramposo, ha provocado que muchos acaben erróneamente considerando que definirse de derechas conlleva adoptar posiciones contrarias al catalanismo político. Es por este motivo que muchos catalanistas conservadores se muestran reticentes a presentarse ideológicamente como de derechas, pues esto podría acabar por interpretarse como un sentimiento de adhesión al nacionalismo español. Quizás sea por este motivo que Convergència incluya en el título preliminar de sus estatutos que es un partido ideológicamente “progresista”. O quizás esto también ayude a explicar por qué el auge del independentismo de los últimos años ha ido acompañado por un aumento de los catalanes que se definen como de izquierdas.

La confusión entre los conceptos derecha y españolismo ha provocado algunas disfunciones importantes en el debate político en Cataluña

La confusión entre los conceptos “derecha” y “españolismo” ha provocado algunas disfunciones importantes en el debate político en Cataluña. Quizás los principales damnificados de tal confusión son los partidos que se desmarcan abiertamente de la órbita del catalanismo político. Por ejemplo, Ciutadans nació con una clara vocación de ocupar el espacio de la izquierda no catalanista que, según sus fundadores, el PSC había dejado de representar tras encabezar el gobierno del tripartit en 2003. El izquierdismo originario de C's no solo se desprende de sus textos fundacionales sino también de su actual ideario, el cual asegura tener influencias del “socialismo democrático”. Aún asumiendo que C's se haya alejado de algunos de sus principios fundacionales, no hay duda de que el partido no se presentó a las elecciones catalanas de 2012 con un programa de corte conservador. Según los análisis de un grupo de investigadores de Deusto, el programa electoral de Ciutadans en esas elecciones era esencialmente de centro. Sin embargo, a pesar de sus manifiestos, de su ideario político y de presentarse a las elecciones con un programa moderado, la gran mayoría de los catalanes perciben a Ciutadans como un partido de extrema derecha.

Algo muy parecido le ocurre al PP de Cataluña. Si bien los populares se presentan a las elecciones al Parlament con un programa electoral similar (o incluso más moderado) que a las elecciones al Congreso de los Diputados, los catalanes ven a este partido como mucho más conservador. Nada menos que el 70% del electorado catalán considera al PP de extrema derecha, un porcentaje que representa casi el doble que el resto de los españoles. Y es que los catalanes ven al PP más de extrema derecha que los franceses al FN de Le Pen.

En definitiva, en Cataluña el nacionalismo ha contaminado la tradicional confrontación entre izquierda y derecha. Esta peculiar manera de entender el debate ideológico es particularmente dañina en un momento en que la cuestión nacional ha pasado a ocupar un primer plano en la agenda política. Para la buena salud de nuestro debate público, los catalanes deberíamos hacer un esfuerzo en intentar no confundir conceptos. Al fin y al cabo, no existe ninguna contradicción en considerarse españolista de izquierdas o catalanista de derechas. De lo segundo hay muchos, pero lamentablemente aún están por salir del armario.

Lluís Orriols es doctor en la Universidad de Oxford y profesor de Ciencia Política en la Universidad Carlos III de Madrid

lunes, 13 de octubre de 2014

Endesa y el capitalismo financiero especulativo.



 

 

 

 

 

 

 

 

Endesa: Anatomía de un escándalo financiero

En estos días de sobredosis de corrupción y escándalos financieros es fácil que pase desapercibido para la mayoría practicas inaceptables como en Endesa.
Manuel Lago |  

El Público.


Nunca antes, nunca ninguna empresa, había alcanzado una cifra similar. Estamos hablando de más de 2,5 billones de pesetas, una cifra brutal, difícil de asimilar y una autentica bofetada a la mayoría social de un país que cada día tienen que oír que no hay recursos para casi nada
En estos días de sobredosis de corrupción y escándalos financieros es fácil que pase desapercibido para la mayoría practicas inaceptables como las que acaba de anunciar Endesa. Esta compañía, una de las componentes del histórico oligopolio eléctrico español, fue una empresa de capital público -su nombre completo es Empresa Nacional de Electricidad- y la creó el estado en 1944 con la intención de controlar un sector estratégico como es la energía, a través de una empresa pública.  Hasta que Aznar acabó de privatizarla en 1998. Ahora ya no es ni de propiedad pública ni española: después de extraños movimientos y una truculenta historia de OPAs y contra OPAs acabo siendo propiedad de la italiana Enel desde 2009.
Pues bien, Endesa acaba de anunciar que el próximo día 29 de octubre va a repartir un dividendo entre sus accionistas de 14.605 millones de euros, un record absoluto en la historia de la bolsa española. Nunca antes, nunca ninguna empresa, había alcanzado una cifra similar. Estamos hablando de más de 2,5 billones de pesetas, una cifra brutal, difícil de asimilar y una autentica bofetada a la mayoría social de un país que cada día tienen que oír que no hay recursos para casi nada.
Un dividendo multimillonario que va a pagar una empresa española que se va, casi en su integridad, para Italia porque Enel posee el 92% del capital social de Endesa y por lo tanto cobrará 13.345 millones de euros. Recupera así una gran parte de lo que pagó para comprarla y redondeara el negocio cuando materialice el anuncio de sacar a bolsa una parte del paquete de acciones que posee.
La operación pasa de lo inmoral a lo escandaloso cuando se conocen algunos detalles
La operación pasa de lo inmoral a lo escandaloso cuando se conocen algunos detalles. Por ejemplo, que los beneficios de la compañía en 2013 fueron de 2.943 millones de euros y que por lo tanto, los dividendos que ahora distribuye multiplican por casi 5 veces esa cifra. Y que, con gran probabilidad, en 2014 se sitúen en el entorno de los 3.000 millones, muy lejos por lo tanto del disparatado reparto de dividendos.  Es cierto que se trata de un dividendo extraordinario vinculado en gran parte a la venta de los activos de Endesa en Chile, pero eso no hace más que añadir confusión a la operación, porque el comprador de esos activos fue, precisamente, Enel.
Estamos delante de una inaceptable y escandalosa operación de  descapitalización en la que se liquida una parte considerable del patrimonio de una compañía española -que era pública hace no mucho tiempo- a cambio de nada: Enel paga por la compra de los activos pero acto seguido lo recupera cobrando el dividendo y Endesa se queda sin activos y sin dinero. Se vacía una empresa española llevándose a una empresa de otro país una parte de su patrimonio acumulado durante décadas. Ingeniería financiera le llaman. Atraco también, porque Enel se queda con un tercio del valor de Endesa sin pagar nada.
Endesa no tiene suficiente liquidez y por lo tanto va a pedir un crédito, a endeudarse en 6.500 millones de euros para pagar ese dividendo brutal a Enel
Pero hay otro detalle estremecedor. Endesa no tiene suficiente liquidez y por lo tanto va a pedir un crédito, a endeudarse en 6.500 millones de euros para pagar ese dividendo brutal a Enel. Y adivine con quien se endeuda: con una empresa financiera propiedad de Enel que casualmente tiene su domicilio social en Holanda, un paraíso fiscal para este tipo de operaciones. Estamos ante un escándalo mayúsculo en el que están presentes todas las practicas condenables del capitalismo financiero especulativo, desde la privatización de una antigua empresa pública hasta la ingeniería fiscal para no pagar impuesto de sociedades pasando por la descapitalización de una compañía que forma parte de nuestra historia. Por cierto, está en manos italianas por la reacción centralista ante la posibilidad de que en 2005 una empresa catalana, Gas Natural, la comprara.
Y no, no son empresas privadas que puedan hacer lo que quieran. Porque esta operación descapitaliza y endeuda a Endesa en primer lugar pero eso afecta al conjunto de la economía española y, sobre todo, porque al final la vamos a pagar los ciudadanos a través de la reducción en el impuesto de sociedades  que Endesa va  a aplicar en los próximos diez años y en los precios de la energía.
Un comentario final: cuando pague el próximo recibo de la luz, cuando oiga hablar del déficit tarifario, cuando el ministro de industria y el oligopolio eléctrico le expliquen porque hay que seguir subiendo el precio de la energía, acuérdese de los 14.505 millones de euros del dividend

El nacionalismo mesocrático en Cataluña.



 
Un poco de historia comparada



Una de las claves de la historia social y política de los años de la gran depresión del XX fue el comportamiento de las clases medias y de sectores asalariados -los trabajadores de manguito o de cuello blanco-, a los que la depresión produjo una reacción de pánico ante su deriva hacia la proletarización. No querían ser proletarios y ante la realidad del empeoramiento de sus condiciones materiales buscaron la huida en la búsqueda de una condición “superior” la de comunidad nacional y en el apoyo de aquellos que generaron un discurso beligerante de comunidad nacional antiproletaria. Ese fue el motor fundamental de su adhesión al fascismo, al campo gravitatorio del fascismo (tesis de Ferrán Gallego y Francisco Morente); y con ello de su empeño en ocultar, destruir, todo discurso de clase. La comunidad nacional era comprendida como un cuerpo, en términos para-biológicos, o si queréis bio-sociales. La Francia eterna, la Alemania superior, la España imperial… La única propuesta política que frenó el avance del fascismo, aunque resultó tan exitosa que no pudo llegar a triunfar, fue la propuesta del Frente Popular; que evolucionó de una táctica defensiva (elecciones de febrero y mayo en Francia) a una estrategia propositiva de revolución popular (desarrollo de las consecuencias políticas de los acuerdos de Matignon y, sobre todo, de las consecuencias de la guerra civil española). En el discurso del nacionalismo catalán siempre hubo una componente no de identidad nacional sino de adhesión a la idea de una comunidad nacional; una comunidad nacional que es diferente… y superior, a las naciones/pueblos proletarias/os del Sur del Ebro. Una de las falacias del actual discurso nacionalista es el del abandono de ese etnicismo –que se refuerza en la misma proporción en que no consiguió y no consigue traducir la comunidad nacional en estado propio-: la falacia de la apertura a los que viven y trabajan en Cataluña (si se asimilan; rechazo del multiculturalismo) y de la apelación, en particular, a los inmigrante no peninsulares (los latinos, los norteafricanos –nadie quiere a los del Este de Europa-) a participar en el proceso. No es un abandono del comunitarismo nacionalista, del etnicismo que sólo admite que esa comunidad tenga una sola cultura propia (¿no puede haber un estado multinacional? ¿no puede haber una sociedad multicultural? Todo eso lo niegan en los hechos, atribuyendo además la culpa a los otros, aunque se maquille con “karakia”. Es simplemente un cálculo táctico, electoral, movilizar la inmigración más indefensa para que contrarreste la que se puede defender, la que puede seguir teniendo sus culturas. Los mismos que hoy charlatanean con el voto de las peruanas y los marroquíes -perdón, los amaziks que queda mejor- son los que ayer se quejaban airadamente porque esas peruanas y esos norteafricanos no hicieran una cola especial en los CAP y pasaran por delante de los nuestros Ese sentimiento de comunidad nacional superior se expresa en el “cofoïsme”, el que rezuma la propaganda de los cartelitos del color de la bandera de la peste; el que dice que Europa no puede prescindir de Cataluña y que, a pesar de todo, los españoles no podrán prescindir del cava catalán (el de Codorniu, no el de Freixinet)
Me temo que la onda expansiva del comunitarismo nacional que estamos viviendo se vea alimentada también por el pánico reflejo de huir de la España que se supone culturalmente inferior, “proletaria”; la España de los tramposos (pareciera que no tengamos Millets, ni…) la de los haraganes (nadie vive de renta en Cataluña), la de las mafias (¿aquí no hay prostíbulos protegidos por funcionarios?) etc. etc. Tiene también una base social muy mayoritariamente mesocrática: clases medias y sectores asalariados; y tiene algo de conflicto, de clase y cultural, entre las clases medias de comarcas y el cinturón urbano y obrero de Barcelona ( es un problema viejo, incrementado por el progreso material de las comarcas y sus clases medias).
¿Quién tendrá el beneficio estratégico de esa deriva? En el sentido más amplio quien está interesado en ocultar el discurso de clase. ¿Quién se llevará la derrota estratégica de una generación, por lo menos? Los que defienden el discurso de clase y la salida de la crisis sistémica por media de una alianza de clases populares. El nacionalismo, además de muchas otras implicaciones y consecuencias, aleja a las clases medias de esa alianza de clases, del frentepopulismo estratégico, puesto al día, que es –para mí– la única salida de izquierdas que tiene posibilidades y puede llamarse como tal.
¿Hay alguna chance en este “proceso” para los discursos independentista revolucionarios, por tanto no nacionalistas sino de clase? Yo no acierto a verla. No pueden confundirse los deseos con las realidades. No se si la última propuesta de Quim Arrufat es un reconocimiento de subordinación en el proceso: Arrufat no llama a las masas a manifestarse contra las vacilaciones de Mas, llama a ERC a formar con CDC un gobierno de “unión sagrada” para “blindar desde dentro” el “proceso”… así que éste “proceso” es el suyo, a pesar de que ellos no tienen en él ninguna opción dirigente, ninguna opción de iniciativa y renuncian a toda opción de ruptura. O yo me estoy equivocando de medio a medio, o más pronto que tarde, el independentismo revolucionario tendrá que romper con el ”proceso”, pero no sólo eso, tendrá que sumarse al exclusivo discurso de clase. También de eso hay un precedente histórico. En los años treinta una parte de los jóvenes –trabajadores de manguito y cuello blanco– que habían seguido a Maciá, se alejaron de él, se enfrentaron a Esquerra y se integraron en el Bloc Obrer i Camperol, y, más tarde en el PSUC, defensores de la identidad nacional –sin ninguna duda- pero no de la independencia(por más que algunos se empeñen en torcer y torturar sus discursos para esconder aquella realidad).

domingo, 12 de octubre de 2014

El gobierno del PP a la deriva en un régimen en crisis.


 
 
                       
 


Reino de España: el callejón sin salida del “arriolismo”
G. Buster · · · · ·

12/10/14





Poco podían sospechar Mariano Rajoy y la dirección del Partido Popular lo que se les venía encima cuando se reunieron en Sigüenza.

Aunque corren diferentes versiones (1 y 2) del seminario de estrategia con el que la dirección del Partido Popular suele comenzar el curso, celebrado este año en Sigüenza el primer fin de semana de septiembre, todas destilan una cierta melancolía. Un estado de animo que no permite "encontrar gusto ni diversión en nada" y que según Aznar, él no padecía.  Pero no es para menos, teniendo en cuenta que, desde las elecciones europeas de mayo, la crisis del régimen de la segunda restauración borbónica es tan evidente que ha obligado una precipitada sucesión en la Corona, una refundación lampedusiana del PSOE, la actuación del Tribunal Constitucional para suspender cautelarmente una consulta no vinculante en Cataluña e incluso, que ya es decir, a una crisis/rebelión de gobierno al sacrificar al pragmatismo electoral la contrarreforma tridentina de la ley del aborto de Gallardón.

Y todavía no habían llegado el Ébola, las "tarjetas negras" de Caja Madrid y el cierre del proyecto de depósito de gas Castor, con su mil millonaria compensación a la constructora de Florentino Pérez.

El nuevo escenario del partido de las clases dominantes, según Arriola, el subcontratista del diseño estratégico del PP, era una potencial minoría mayoritaria del 35%, dando por consolidado un suelo electoral del 30% y la recuperación de aquí a las elecciones generales de noviembre de 2015 de 5 puntos de un electorado conservador que sumó el 44,9% en las de 2011. Siempre y cuando haya una diferencia de otros 5 puntos con el PSOE y que este siga siendo el principal partido de la oposición. Como un eterno retorno nietzschiano, el mapa político retrotraería a los comienzos del régimen de 1978, cuando la UCD gobernó con 168 escaños y alianzas puntuales a su derecha y su izquierda…hasta que estalló, dando paso a la actual alternancia en crisis entre el PP y el PSOE, con apoyos puntuales de CiU.

La diferencia, sin embargo, es que entonces todos los partidos actuaban en el marco del pacto constitucional pactado. Actualmente, las derechas e izquierdas nacionalistas, IU y Podemos lo cuestionan moderada o frontalmente y el PSOE propone una "tercera vía" que, a pesar de sus limitaciones, la secretaria general del PP, Cospedal, ha definido como "no una reforma, sino un cambio de constitución". Y además, la falta de una mayoría potencial de 2/3 bloquearía cualquier posible reforma, convirtiendo la agonía del régimen en una larga melancolía.

En estas circunstancias, la pregunta que se hacían algunos portavoces mediáticos de la derecha, como Pedro J. Ramírez o J A Zarzalejos, es si Mariano Rajoy es el dirigente que se requiere, capaz de situarse por encima de intereses concretos de las distintas fracciones de las clases dominantes, de las distintas capillas ideológicas y religiosas de la derecha española, y mantener el timón en aguas turbulentas.

Y en eso llegaron el Ébola, las "tarjetas negras" de Caja Madrid y Castor, el proyecto estrella de la ingeniería española, aumentaba el déficit el sólo en 1.350 millones de euros. Mientras que la prensa más reaccionaria de Madrid se empeña en convencer a sus lectores que el movimiento por el "derecho a decidir" catalán se ahoga en sus contradicciones, Enric Juliana, corresponsal de La Vanguardia, el principal periódico de Barcelona, huele a motín en Madrid.

El viaje a China

Cuando finalmente Rajoy consiguió emprender su aplazado viaje a China, era evidente que las cosas se estaban torciendo, una detrás de otra. La condición impuesta por Beijing para aceptar la visita era el cierre de la causa abierta en la Audiencia Nacional contra numerosos dirigentes chinos por crímenes contra la humanidad cometidos en Tibet. La reforma de la legislación sobre la justicia universal solventó el asunto. Rajoy excluía a los dirigentes chinos del mismo "imperio de la ley" que quería aplicar sin vacilaciones al Parlament de Catalunya por la ley de consultas no vinculantes que había aprobado. Con el movimiento democrático de Hong Kong ocupando las principales arterias de la antigua colonia británica para exigir sufragio universal y elecciones libres, tuvo que esquivar cualquier comparación con el movimiento por el derecho a decidir catalán. Para el presidente del partido de Barcena ha debido de ser de gran interés escuchar las explicaciones de Xi Jiping sobre la campaña anti-corrupción en curso en China.

Los resultados económicos de la visita, con un desfase de uno a cuatro a favor de China en la balanza comercial, se limitaban a anunciar inversiones millonarias en un nuevo complejo de casinos en Madrid, en el que millonario chino Wang Jianlin sustituía al norteamericano-israelí Sheldon Adelson en "Eurovegas".  Sin embargo, del objetivo táctico más importante del viaje, el apoyo de China a la candidatura española al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, no se supo nada.

Ruiz-Gallardón y González-Echenique

Lo que desde luego no estaba en el programa -ya tensionado por el juego institucional de la convocatoria de la consulta catalana y su prevista prohibición cautelar por el Gobierno Rajoy tras el dictamen del tribunal Constitucional-, era la dimisión del ministro de justicia Alberto Ruiz-Gallardón.  La inesperada dimisión tuvo lugar pocas horas después de que Rajoy anunciase la retirada definitiva del borrador del proyecto de contrarreforma de la ley sobre el aborto y hubiese iniciado su visita a China. Con Rajoy en vuelo a Beijing, y el rey Felipe VI en Nueva York asistiendo a la asamblea general de Naciones Unidas, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría tuvo que acumular cargos y gestiones en una situación sin precedentes.

La fronda de la derecha nacional-católica del PP, incluidas las acusaciones del arzobispo de Alcalá de que el partido había sido "infectado por el lobby homosexual", pusieron de manifiesto lo arriesgado del cálculo electoral de Rajoy y Arriola, a la búsqueda de un centro-derecha erosionado por la crisis económica, incapaz de aguantar la polarización ideológica conservadora del electorado.

Con motivo de la salida de Ruiz-Gallardón del Ministerio de Justicia, hubo alguna salida más de papeles, como las recomendaciones de la secretaria general del mismo de que se reformase el proyecto de real decreto por el que se hacían cargo del Registro Central los despachos de los registradores de la propiedad, cuerpo del estado al que pertenece Rajoy, mediante un programa informático adaptado y gestionado por contrato directo a la empresa Futuver. Inútil decir que las preguntas parlamentarias formuladas sobre este tema por el diputado de IU Gaspar Llamazares se han quedado sin respuesta.

Tres días mas tarde, con Rajoy aun en China, se producía la segunda dimisión significativa, la del presidente de RTVE, Leopoldo González-Echenique, incapaz de mantener la viabilidad de las cadenas públicas de radiotelevisión con el nuevo recorte presupuestario de Montoro, a pesar de las reducciones de plantilla, de salarios en el nuevo convenio y de producción propia. Ricardo Sixto, representante de IU en la comisión de control de RTVE, denunció el "lamentable camino" hacia el modelo del Canal Nou valenciano o de Telemadrid. Acertó plenamente, porque el nuevo presidente de RTVE sería José Antonio Sánchez, director en funciones de la desmantelada Telemadrid y que aparece en dos ocasiones en los "papeles de Barcenas" por trabajos para el PP. Una nueva contribución a la credibilidad del programa de "regeneración democrática" enarbolado por el PP.

Los presupuestos de la "recuperación"

Si, de acuerdo a las diferentes versiones de la reunión de Sigüenza, la recuperación electoral del PP se confía a que se aprecien los "brotes verdes" de la recuperación económica, las noticias no pueden ser más lúgubres. A poco más de un año de acabar la legislatura, los principales objetivos económicos de la misma –los que obligaron a Rajoy a "abandonar" su programa electoral- siguen sin cumplirse: la deuda pública ha aumentado hasta el 99,7% y su sostenibilidad depende por completo de la política de liquidez del BCE; el paro, a pesar de la caída de la población activa, sigue por encima del 25%, con una reducción anual, en el mejor de los casos, de un 1%; la deuda externa es la segunda mayor de la OCDE y ha llegado al 103% del PIB.

No es que los presupuestos del 2014 tuvieran la menor credibilidad. Ha hecho falta recalcular el PIB e incluir los tráficos ilegales y la prostitución para situar su crecimiento en 2014 en el 0,7%, frente a las previsiones del 1,2% del gobierno. Pero en un contexto de fuerte desaceleración y perspectivas de una tercera recesión desde 2008 en Europa, las posibilidades de un crecimiento de la economía española en 2015 del 2% -inestabilidades políticas a las que echar la culpa, aparte– ha obligado al ministro de economía Guindos, autoproclamado candidato a la presidencia del Eurogrupo, a declarar que "nuestros datos muestran una recuperación acelerada en la que ya se incluye el empeoramiento del contexto internacional".

Esa esperanza se proyecta en unas cifras que equilibran exportaciones e importaciones en un 5% respectivo del PIB y confían a la demanda interna gran parte del crecimiento, "gracias a la corrección de los desequilibrios internos", a pesar de una tasa de paro del 23%, una caída de los salarios del 5% en el último año y la congelación de los sueldos del sector público por quinto año consecutivo.

El hecho es que el gasto social cae del 60% al 52% y las transferencias a las Comunidades Autónomas en un -13,6%, lo que debería sugerir un poco de prudencia, si no fuera por la mayoría parlamentaria asegurada que aprobará los presupuestos y el carácter claramente electoral de la explicación de los mismos. A pesar de que es muy difícil que convenza a alguien que no esté ya convencido.

Un gobierno a la deriva en un régimen en crisis

La revelación de la corrupción generalizada en el consejo de Caja Madrid -piedra angular de las fusiones bancarias que llevaron a la bancarrota de Bankia y al agujero negro de la crisis financiera que ha costado al presupuesto al menos 40.000 millones de euros- mediante la utilización de las tarjetas de crédito "negras", ha desbordado la capacidad de resignación no ya de las decenas de miles de "preferentistas" esquilmados, si no del conjunto de los ciudadanos. La confirmación de sus peores sospechas de que una buena parte de la izquierda política y sindical madrileña estaban involucradas en ese mundo de "ladrillo, tuneladoras y opera" del boom especulativo que el PP presidió en la Comunidad y la ciudad, ha quebrado los últimos vestigios de legitimidad que quedaban en la capital del Reino.

Cualquier intento de Rajoy y de la mayoría que aun le apoya en su partido de culpar al PP de Madrid, presidido por Esperanza Aguirre, sigue siendo por el momento impotente. No manda en Madrid. Y su modelo de salida de la crisis es repetir una vez más el mismo ciclo de especulación inmobiliaria, sustituyendo el "Eurovegas" de Adelson por la "Eurochina" de Wang. Es demasiado tarde.

La gestión de la crisis del Ébola en Madrid, lo ha puesto de manifiesto. Las consecuencias del desmantelamiento de la sanidad pública madrileña, a pesar de la resistencia de la "marea blanca", no han podido ser mas evidentes en el Hospital Carlos III y en las improvisaciones y errores en el tratamiento de los dos misioneros repatriados, que ha terminado con el contagio de la enfermera Teresa Romero y el aislamiento de otras 16 personas. Los intentos de culpabilizar a los profesionales sanitarios, que se ofrecieron voluntarios para tratar a los dos misioneros, por parte del consejero de sanidad de Madrid Javier Rodríguez, y la completa incompetencia de la ministra de sanidad Ana Mato, han terminado con la creación de un comité de crisis presidido por Soraya Sáenz de Santamaría, cuya única misión es gestionar la crisis de imagen del propio PP.

Encerrado en el Palacio de la Moncloa, Mariano Rajoy se ha convertido en un personaje del Decamerón. Rodeado por la peste, se acerca a la entrada del Hospital Carlos III para alentar a los posibles infectados de la epidemia, y a todos los que temen contagiarse, dejándoles en manos de un comité de crisis, mientras él se retira de nuevo a su palacio florentino a planear como sobrevive al final de la legislatura. Tienen que ser muy buenos sus cuentos, y no es precisamente Boccaccio, para que alguien se los crea.

Más allá de cualquier estrategia, las últimas encuestas son reveladoras de hasta que punto la crisis del régimen de la segunda restauración borbónica lo contagia todo. Según la encuesta de Metroscopia, realizada justo antes de la crisis del ébola y las tarjetas de crédito "negras", el apoyo entre los ciudadanos (censo) del PP se desploma del 31,6% de las elecciones generales, al 15,9% actual, con una importante desmovilización de su electorado, frente a una izquierda, dividida, que supera con mucho a la derecha. La proyección de voto a partir de esta encuesta sitúa al PP en un 26,9%, casi 9 puntos por debajo del escenario de Arriola en Sigüenza.

En las próximas semanas, el gobierno del PP se lo juega todo a intentar canalizar el descontento y la indignación general en un enfrentamiento nacionalista con el movimiento por el derecho a decidir catalán. Si fracasa, bien porque no consiga movilizar a su favor ese descontento o porque se vea desbordado en Cataluña, la crisis de gobierno, tantas veces pospuesta, se hará inevitable antes de las elecciones municipales y autonómicas. Su resultado, de confirmarse las tendencias de las encuestas, podría poner en cuestión el propio liderazgo de Rajoy antes de las elecciones generales de noviembre de 2015.

Sin embargo, la principal baza de la derecha sigue siendo la división y la falta de una alternativa clara en la izquierda, a pesar del ascenso espectacular, pero aun limitado, de Podemos. La movilización de la izquierda social, paralela pero autónoma de la movilización electoral de la izquierda política, es la condición para reabrir un debate táctico y estratégico sobre la necesidad de un frente de izquierdas, que articule la unidad popular necesaria para derrotar a la derecha. La diferencia entre la "vieja" y la "nueva" política es la conciencia de una ventana de oportunidad que permite superar la gestión resistencial de la derrota de los últimos veinte años gracias a un proyecto unitario, pero plural, de mayoría de izquierdas que sustituya la crisis del régimen del 78 por procesos constituyentes. Esa es, en definitiva, la clave de todo.

Gustavo Buster es miembro del comité de redacción de Sinpermiso







www.sinpermiso.info, 12 de octubre de 2014





El ébola y la privatización sanitaria madrileña.

















La crisis del ébola destapa la mala gestión del sistema sanitario en Madrid
  Celeste López .
Las decisiones que se adoptan hoy tienen sus repercusiones mañana. Una máxima que el común de los mortales suele tener en cuenta pero que, en política, no ocurre tanto. Al fin y al cabo las metas que se fijan tienen un objetivo de apenas cuatro años, el tiempo que transcurre entre unas elecciones y otras. Un ejemplo claro es lo que está ocurriendo en Madrid con el ébola: llega el virus en un momento en que se decidió reconvertir el hospital Carlos III en un centro de media estancia, eliminando su condición de centro de referencia de epidemias y enfermedades infecciosas emergentes. Y no será que no lo advirtieron de manera clara y rotunda los profesionales sanitarios que durante largos meses salieron a la calle un día sí y otro también para protestar por el desmantelamiento de la sanidad pública madrileña en lo que se conoció como la marea blanca. Pero la respuesta de los políticos fue la que ya es habitual, acusar a esos profesionales de movilizarse por la pérdida de privilegios. Craso error. Al final, la historia da a los sanitarios la razón.

El Carlos III es el claro ejemplo de lo que ha hecho la Comunidad de Madrid en materia sanitaria en la última década. El que fuera en su día el hospital pionero en España en atención a viajeros e inmigrantes, el que contaba con unas unidades de medicina tropical de referencia y que contaba con un laboratorio de microbiología y parasitología con métodos de diagnósticos "que pocos centros de España tienen", según la Sociedad Española de Medicina Tropical y Salud Internacional, en el 2013 (orden 1017/2013) la Consejería de Sanidad transformó este centro en un hospital de media estancia para atender a pacientes derivados de otros hospitales públicos.

Una decisión que ahora se comprueba no sólo errónea sino claramente injustificada en un mundo globalizado en el que la amenaza de virus de todo tipo está más que presente. Ahora, el Carlos III ha tenido que reconvertirse en lo que fue en un tiempo claramente insuficiente. Tanto es así que ayer mismo, expertos del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) han concluido que su infraestructura actual "no está diseñada para cubrir este tipo de emergencias" (ver información en la otra página).

Pero hay que remontarse al 2003, con Esperanza Aguirre a la cabeza, para entender qué es lo que ha ocurrido. Entonces, había unos veinte hospitales de gestión enteramente pública. Nueve años después, uno de cada tres hospitales es de gestión privada (total o parcial). Para dar entrada a la iniciativa privada, Aguirre llevó a cabo lo que denominó "plan de modernización de la sanidad pública madrileña que incluye la puesta en funcionamiento de ocho nuevos hospitales y 56 nuevos centros de salud, proceso que tendrá su continuación en el periodo 2007-2011 con la construcción de más de cincuenta y cinco centros de salud y otros cuatro nuevos hospitales", según consta en los comunicados de entonces de la consejería de Sanidad.

Se construyeron esas infraestructuras y el 31 de octubre del 2012, día de presentación de los presupuestos para 2013, el recién elegido presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, anunció su intención de sacar a concurso la gestión de seis hospitales públicos inaugurados en 2008 y de 17 centros de salud... Esto fue la gota que colmó el vaso porque era la segunda oleada de privatizaciones. De pronto, esos miles de profesionales que habitualmente se mantenían en silencio abandonaron sus consultas, cogieron sus batas y se lanzaron a la calle protagonizando una de las movilizaciones más intensas, largas y fructíferas de la historia reciente, la marea blanca. Uno de los éxitos de esta marea fue mantener la presión en la calle, mientras ponían en manos de distintos tribunales las decisiones que al respecto estaba tomando la Comunidad de Madrid: la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM) contrató un bufete de abogados para tramitar la oposición a las decisiones de la consejería en los juzgados. No era la primera vez que acudían a los tribunales, ya habían presentado querella por presuntas irregularidades cometidas en la fase de adjudicación para la gestión sanitaria externalizada de los primeros hospitales. En octubre del 2013, el juez de instrucción número 4 de Madrid, Marcelino Sexmero, ratificó la imputación por delitos de cohecho y prevaricación, que pesaba sobre los consejeros de Sanidad madrileños en la época de Esperanza Aguirre,Juan José Güemes y Manuel Lamela por su gestión en la primera época de la externalización sanitaria relativa a los hospitales Infanta Elena, en Valdemoro; el Rey Juan Carlos, en Móstoles; y el hospital de Torrejón de Ardoz.
Además de querer privatizar la gestión de los hospitales y centros de salud citados, el entonces consejero madrileño, Javier Fernández-Lasquetty, anunció también el cambio de uno de los centros más emblemáticos de Madrid, el de La Princesa: de hospital universitario puntero, por ejemplo, en neurocirugía , a centro especializado en la atención de mayores de 75 años. La batalla que presentaron los profesionales y, sobre todo, los vecinos de la zona, fue tal que poco tiempo después los responsables políticos de Madrid tuvieron que reconsiderar su postura. No ocurrió lo mismo con el Carlos III, que peleó y peleó para evitar su desmantelamiento como centro de referencia de enfermedades infecciosas. Gran parte de su personal especializado fue trasladado al hospital La Paz, incluidos los trajes de protección de los profesionales de los que tanto se hablan ahora.

El Carlos III ha sido la gran víctima de esta política iniciada hace una década. Porque los otros hospitales y centros de salud consiguieron salvarse de la quema. En enero de este año, el presidente Ignacio González anunciaba la paralización del proceso de privatización de los hospitales y centros de salud, tras la decisión de la sección tercera de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de ratificar la suspensión de la externalización. En su resolución, los magistrados han puesto números a "la dimensión extraordinaria del proceso" que podría no tener vuelta atrás en caso de que hubiera seguido adelante, dijeron. Un día después el consejero Javier Fernández-Lasquetty, presentaba su dimisión. En su lugar fue nombrado Javier Rodríguez, de 71 años, un hombre que apareció ante la prensa con una imagen de pacificador y dialogante, cualidades muy necesarias para un sector muy maltratado en los últimos tiempos.

Esas cualidades, sin embargo, no han aflorado. Hay que recordar que en el primer problema que ha surgido desde su acceso al poder, la crisis del ébola, Rodríguez no ha dudado en acusar a la auxiliar de enfermería de "ocultar datos" y de ser una indocumentada porque "no hay que hacer un máster para ponerse un traje". Este es el responsable del sistema sanitario de Madrid.
 Y ver ...



Ébola, España, África y el negocio de las farmacéuticas

Enlace con el artículo

jueves, 9 de octubre de 2014

El ébola está tras el cristal

 
Carta de un auxiliar de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital La Paz
Existe un riesfo mayor que el Ébola y está tras el cristal

Asociación Madrileña de Enfermería


Soy un enfermero de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital La Paz. El motivo de dirigirme a Ud. Es poner en conocimiento de la opinión pública los hechos que han ocurrido recientemente en relación con la “Crisis del virus Ébola”. No quiero con ello crear alarma social, pero si narrar lo que está siendo una realidad en el día a día desde hace unos meses del personal de enfermería de dicha UCI entre los que me incluyo.
Desde que se nombró al hospital La Paz como centro de referencia para el diagnóstico y tratamiento de dicha infección, en Abril 2014, el personal ha estado poniendo de manifiesto su disconformidad con tal medida y con las irregularidades que han estado cometiendo la dirección de enfermería de dicho hospital en su conjunto. (Ver archivo adjunto Notificación Juez).
Estas Irregularidades por resumir, se centran en que:
• El hospital no tiene la infraestructura adecuada para ingresar a pacientes afectados con este tipo de enfermedad (las famosas habitaciones de aislamiento de con presión negativa).
• Los protocolos originales del Ministerio de Sanidad fueron modificados a gusto para poder adaptarse a las carencias que tenía el hospital: Si no tenemos “presión negativa” decimos que “como no está demostrada la trasmisión aérea no es necesario tal medida”.
• Los protocolos generales de actuación (modificados o no) NO fueron entregados al personal para su conocimiento, ni tampoco fueron expuestos en las varias reuniones con la dirección de enfermería.
• Como Unidad de cuidados Intensivos exigíamos la realización de protocolos específicos de UCI (A día de hoy siguen sin existir o por lo menos al personal no han llegado)
• El personal exige la realización de cursos formativos y de capacitación para trabajar en situaciones como esta.
• El servicio de Medicina Preventiva del hospital imparte dos charlas informativas (45 minutos) de como son los equipos de protección personal necesarios. En aquellas charlas y por la inexperiencia del mismo personal que las impartía, los trajes se rasgaban, sustituían las calzas por bolsas de plástico, no existían escafandras completas y venían a decir poco más o menos que había que hacer un apaño para cubrirse la cara con cinta de carrocero.
Sin ser resuelto ninguno de estos temas por la Dirección del hospital, va pasando el tiempo y se comunica al personal que será el Hospital de la defensa “Gómez Ulla” quien asumirá estas emergencias pero como está en proceso de reforma para crear unas instalaciones adecuadas, hasta el mes de octubre seguiremos siendo hospital de referencia.
Así, sin hacer nadie nada nos presentamos en la noche del 5 de agosto, y el personal de guardia aquella noche entre los que me incluyo, a través de los medios de comunicación nos enteramos que se va a repatriar al sacerdote. Avisamos a nuestro inmediato superior (Supervisor de Guardia) el cual desconoce por completo el modo de proceder teniéndose que poner en contacto con el Jefe de Hospital de guardia aquella noche, el cual a su vez desconocía la noticia y comienza a activar el protocolo establecido (recordemos que hasta esa misma noche el paciente iba a ser ingresado en La Paz). Siendo el personal de UCI el encargado del recibir al sacerdote no se pone en conocimiento del mismo dicho protocolo.
Fue a la mañana siguiente, 6 de agosto, cuando gracias a dios, alguien advierte del peligro potencial de ingresar al sacerdote en un hospital de las dimensiones de La Paz, y sin las instalaciones adecuadas. Sobre las 14 horas se toma la decisión de que sea llevado a la 6ª planta del Hospital Carlos III dotada de salas de aislamiento con presión negativa. Desde ese mismo instante se comienza a dotar al hospital Carlos III de lo necesario para albergar al paciente. Aquí hay que señalar que dicha planta del hospital estaba cerrada y sin dotación de personal ni equipos pues a mediados de agosto darían comienzo las obras de transformación en una unidad de hospitalización para enfermos crónicos. Estaremos de acuerdo en que a esto se le llama “improvisar”.
Así durante toda la tarde del 6 de agosto y a toda prisa personal de ambos hospitales fueron dotando de medios dicha planta. Dándose casos curiosos en los que enfermeras del hospital La Paz transportaban en su propios vehículos material carente en el Carlos III. (Esto sí que es “Marca España”).
Ante la carencia de personal en el Hospital Carlos III por los motivos antes citados, las Direcciones de Ambos hospitales determinan que personal de la UCI de la Paz sea enviado al Carlos III. Y es aquí donde debido a la improvisación y la falta de criterio se comete otra negligencia más enviando a un personal sin formación alguna en Riesgos Biológicos a tratar a un paciente afecto de una de las infecciones más peligrosas conocidas declarada por la OMS a nivel mundial como Emergencia en Salud Publica. (Aquí conviene recordar que existe una unidad específica con formación para tratar estos casos: la Unidad NBQ o la Unidad Militar de Emergencias UME).
Y aquí se comete otra tropelía, Supervisores de enfermería y la propia Dirección de Enfermería de la Paz conocedores de que el personal a su cargo no está bien formado por que no se ha dado formación específica y no se le ha informado de los protocolos a seguir, ni cuál es su función cuando acudan a allí, se le obliga a desplazarse con coacciones y amenazas de perder su puesto de trabajo o abrírsele un expediente disciplinario si se niega a ser enviado al Carlos III.
A día de hoy y a pesar de que estas personas llevan varios días ingresadas, ni la dirección de enfermería ni dirección médica se ha ocupado de organizar simulacros de actuación impartidos por personal competente en las medidas de protección personal para el personal desplazado. Son las mismas enfermeras/os los que una vez allí en el Carlos III se informan de unos a otros como es el proceder y como hay ponerse las medidas de protección. Siendo justos, el personal del Carlos III que aún quedaba allí trabajando, con alguna más formación en estos casos que nosotros, nos intentan adiestrar y tranquilizar en este sentido. Pero esto ocurre allí minutos antes de entrar en la sala del paciente. Como dato curioso, la Guía para la selección y uso de Equipo de Protección Personal en ámbitos de atención médica, consta de 50 páginas. Y la Guía para la Atención de Pacientes con Virus Hemorrágico en los hospitales de EEUU consta de 225 páginas. Ambas del CDC de Atlanta y disponibles en “PDF” para cualquiera en su página web. Aquí no tenemos nada.
Es cierto que el personal muestra sus reticencias a acudir al Carlos III pero nadie se ha negado a tratar a un paciente. Solo advertimos que no hemos sido formados convenientemente y que dadas las características de la enfermedad el riesgo de contagio y posible trasmisión fuera de los muros del Carlos III es una realidad que como profesionales de la sanidad debemos poner en conocimiento de quien sea ya que nuestros superiores directos no nos escuchan. Las preguntas son claras: ¿Por qué se envía personal sin formación? ¡Es incongruente! ¿Por qué la responsabilidad última de evitar la propagación recae en personal sin formación específica? ¿Los americanos harían una cosa así?
Perdón por este último comentario. Me he prometido a mí mismo no caer en demagogia y ser lo más aséptico posible narrando de forma veraz los hechos.
Por otro lado la selección de este personal se ha hecho de forma arbitraria y sin criterio. Todo el personal de la UCI va a rotar por el Carlos III. Bien, protocolo de la OMS advierten que el personal sanitario o no, debe minimizar el tiempo de exposición en la sala con el enfermo así como reducir lo máximo posible el número de personas que atiendan de forma continuada al paciente. Pues bien si todo el personal de la UCI pasara por allí, ¿No estamos aumentando de forma exponencial el riesgo a una posible trasmisión? No es lógico y contraviene las medidas dictadas por la OMS.
Sigo. Al personal que pasa por allí no se le hace ningún tipo de seguimiento ni medida epidemiológica cautelar. Una vez terminado su turno se marcha alegremente a su casa y al día siguiente, si no te toca volver al Carlos III pues vas a trabajar a la UCI de la Paz con enfermos de diversa etiología en muchas ocasiones Inmunodeprimidos. Es un contrasentido que para subirte a un avión se tomen medidas y controles y yo pueda ir y venir y hacer mi vida normal como si nada. Esto no es coherente.
Para finalizar solo queda por recalcar que en todo este asunto hay mucha improvisación y mucha actitud temeraria por parte de los que de verdad, de verdad… no van a estar delante del virus mirándole a la cara. Escuchemos a los que están en la primera línea de fuego que algo tendrán que decir.
Le saluda atentamente.
Fuente: http://amenfermerianoticias.wordpress.com/2014/08/10/carta-de-un-enfermero-existe-un-riesgo-mayor-que-el-ebola-y-esta-tras-el-cristal/


 Y ver ...