lunes, 15 de septiembre de 2014

La banca y la opacidad fiscal.








 Economía digital


El lado oscuro de los Botín. Ana Patricia pertenece al consejo de Comercio e Inversión (FSTIB, por sus siglas en inglés) creado por el ministro británico George Osborne para promover la industria financiera de la City, el mayor centro de opacidad fiscal del planeta. David Cameron la califica de superstar de las finanzas, una glosa que la acompaña hasta la presidencia dinástica del Santander.

Ana Patricia tendrá otras cualidades profesionales, que sin duda las tiene. Pero, lamentablemente, la jefa de Santander UK ha mostrado en la City su buen hacer en la ruta del dinero caliente, un espacio radial que comunica Londres con los principales paraísos fiscales del mundo. La hija del fallecido Emilio Botín ha crecido a la sombra de la excepción británica, un cheque en blanco en medio de una Europa incapaz de armonizar a sus estados miembros. Forbes la sitúa en el penúltimo eslabón de las cien mujeres más poderosas, pero Bloomberg la sube hasta el puesto 50. Y es que la objetividad tiene un precio; no es la vara de medir de estas publicaciones ancladas en la suculenta publicity.

Entre 2002 y 2010 fue la presidenta de Banesto, filial del Santander, y su traslado a Londres se interpretó por muchos como un paso más en la sucesión. Está casada con Guillermo Morenés, el socio de su hermano Javier Botín en JB Capital Markets, una gestora de patrimonios que fue pillada con enormes cantidades de activos sintéticos en 2008 procedentes de la operativa fraudulenta de Bernard Madoff, el financiero encarcelado en Nueva York, tras un escándalo sin precedentes desde los tiempos de la burbuja de los Mares del Sur.

Madoff colocaba activos en España a través de Capital Markets pero, al conocerse el desfalco, todo se tapó con dinero del Santander. Don Emilio cicatrizó la aventura de su yerno, Morenés, y la de su propio hijo, Javier, con la misma destreza con la que antes taponaba hoyos en Pedreña, el golf santanderino que inició a su primer yerno, el gran Severiano Ballesteros.

El de los Botín es un mundo atado y bien atado. Además de financiero, el difunto Emilio ha sido el banquero deportista. Ha patrocinado el básquet o el golf y ha abanderado los bólidos de su amigo Fernando Alonso, piloto en horas bajas en la fórmula 1 de Ron Denis y Bernie Ecclestone, dos filibusteros milagrosamente inmaculados. Los Botín han sabido entrar en el mundo de los patrocinios a gran escala en el que mandan las instancias sin dueños, los drock’s box de los negocios, al estilo FIFA y UEFA, plataformas capaces de impartir normas y dictar leyes sin hacerse responsables de ninguna entidad física y sin practicar ninguna rendición de cuentas. Don Emilio ha sabido ser la sombra de la propiedad sin ser específicamente el propietario único. Ha sido el padre padrone sin ser patrón.

Es el bueno de la familia entre los hijos del mítico Botín Sanz de Sautuola. Ha engrandecido el Santander, mientras que su hermano Jaime Botín (tío de Ana Patricia), navegante solitario en su velero Adix, escamoteó una participación en Bankinter y fue sancionado por la CNMV. Digamos que Jaime, síndrome de Diógenes donde los haya, escogió el mar e hizo méritos ante la familia con algún trabajito indócil. Ana Patricia entra en el selecto grupo de presidentes de empresas del Ibex 35, el sancta sanctorum del poder económico, al que solo pertenecen otras dos mujeres, Ana María Díaz, presidenta no ejecutiva de DIA, y Esther Koplowitz (FCC).

El ranking doméstico de los ricos es ciego ante el dolor social de millones de españoles atrapados en dificultades económicas de una crisis de liquidez provocada por los motores de la oferta monetaria desregulada.

La flamante presidencia de Ana Patricia se debe al voto unitario del consejo de Banco Santander (los estatutos de la entidad establecen una mayoría de dos tercios) al que pertenecen el consejero Javier Marín y la propia Ana Patricia. El Santander tiene su particular puerta giratoria. Su consejo de administración congrega a empresarios de postín, como Rodrigo Echenique o Juan Miguel Villar Mir, a ex ministros abrasivos de la etapa Aznar (Abel Matutes o Isabel Tocino) y también a profesionales de probada virtud, como los hermanos Matías y Juan Rodríguez Inciarte o Guillermo de la Dehesa, ex socialista gallego que señoreó los pazos de la condesa de Fenosa en el puente de mando de Banco Pastor.

No todos los citados están de acuerdo en la herencia de Ana Patricia. Sobre todo si nos atenemos al principio de rigor en la gestión más que al derecho de propiedad accionarial. Pero en los bancos, el voto es una consigna; su cooptación tiene mucho que ver con el número de ceros que figuran en las compensaciones y dietas que reciben los vocales de sus órganos mercantiles.

domingo, 14 de septiembre de 2014

Los senderos de gloria no conducen sino a la tumba ,

Víctimas de las grandes mentiras (y 2)
Gregorio Morán · · · · ·
 
14/09/14
 


Cuando las sociedades tienen mucho pasado y oscuro presente, como nos ocurre a nosotros, suceden cosas tan insólitas como festejar una derrota cual si se tratara de una efeméride -véase por ejemplo la descarada manipulación de 1714 que tan buena rentabilidad está dando a la generación intelectual más corrupta e incompetente de la Catalunya contemporánea-. Porque cuando los “clérigos”, que diría Julien Benda, eligen los aniversarios que desean promocionar para que los poderes políticos los respalden y los subvencionen dadivosamente, siempre aparecen las huellas de las grandes mentiras con absoluto desdén a sus víctimas, convertidas ahora en anónimos patriotas antes de que existieran las patrias.

No hay caso más evidente en nuestra historia como el de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Porque en otras, la Segunda (1939-1945), por ejemplo, aparecen ideologías; ya están presentes el fascismo y el nazismo, el comunismo y la socialdemocracia, el exterminio de civiles por motivos de raza: el holocausto judío, los gitanos, los homosexuales… En la Primera no, y por eso constituye uno de los objetos de estudio más difíciles. Un relato somero de cómo comenzó descubre la frivolidad de responsabilizar al asesino del príncipe heredero austriaco por un nacionalista ¡serbio-bosnio!, Gavrilo Princip, un espécimen más interesante en el campo psiquiátrico que en el político.

¿Acaso las grandes potencias imperialistas europeas querían la guerra? No todas, ni de la misma manera. El instinto suicida, tan proclive a la política y que suele enmascararse bajo formas diversas como defensa de los valores patrióticos, el honor, la dignidad de la nación, etcétera, ha tenido en España excelsos valedores, aún antes de la aparición del psicoanálisis. Bastaría recordar 1898 y la crisis de Cuba para entender que las víctimas de las grandes mentiras siempre fueron las mismas: la tropa y la evidencia. Mientras que los líderes, sacando pecho, observados con mirada contemporánea, podrían ingresar en un psiquiátrico.

Me fascina la Primera Guerra Mundial, que empieza siendo una brutal, torpe e irresponsable guerra imperialista para transformarse a lo largo de cuatro años en una puja de nacionalismos que convertirá a las clases populares en carne de cañón de una matanza absurda por interminable -la guerra de trincheras- que nunca nadie logró explicar. Porque de la Primera Gran Guerra nació todo. Comunismo y fascismo, capitalismo monopolista e imperialismo desfachatado; bastaría decir que ninguna otra guerra cambió tanto el mapa del mundo. Se lo repartieron con un cartabón, un compás y un tiralíneas.

Pero si me interesa especialmente esa Primera Gran Guerra es porque rompe todos los esquemas y dibuja una situación nueva que se consolidará hasta hoy. Los intelectuales se convertirán por primera vez y de una manera inequívoca en portavoces del poder; unos aliadófilos y otros germanófilos. Por supuesto, como se diría ahora, “sin ánimo de lucro”; es decir, cobraban dietas y regalías. La paradoja intelectual más llamativa es que si bien esa Gran Guerra europea dio pie para obras notables de la cultura crítica -bastaría ese Buen soldado Svejk de Hasek-, lo mejor estaba por llegar. El cine aportaría dos piezas maestras: Rey y patria (1964), de Joseph Losey, y la demoledora Senderos de gloria (1957), de Stanley Kubrick, una obra maestra basada en una novela del norteamericano Humphrey Cobb, voluntario guerrero, que acaba de ser publicada en castellano (Capitán Swing), y que en mi opinión es superior al filme aunque sea menos eficaz que una película.

Desconozco si hay un gran ensayo sobre el siniestro papel de la intelectualidad durante esa Primera Gran Guerra, donde aparezcan las vulgaridades del exquisito Thomas Mann en su deleznable dietario ideológico “de un apolítico”, por señalar lo más llamativo y emergente de la alta cultura de la época. Pero sí puedo decir que hay un libro magnífico, publicado en España tal que ayer, ninguneado con ese silencio que se gasta el sector académico de presuntos historiadores, porque probablemente se trate de un chaval sin padrino. Se titula 1914. Aliadófilos y germanófilos en la cultura española (Cátedra).

En apenas 250 páginas el autor, Andreu Navarra Ordoño, hace una pasada por la intelectualidad española y sus posiciones ante la Gran Guerra que podría resumirse de una manera cruel: la frivolidad irresponsable de nuestros intelectuales de la época. No hay ni uno que desenmascare el carácter imperialista primero y nacionalista luego de esa guerra de rapiña, fabricada por asesinos profesionales, sin complejos, como demuestra con una claridad meridiana el libro de Humphrey Cobb y el filme de Stanley Kubrick. Entre la notable inteligencia de entonces, que algún bendito llegó a denominar nuestra “edad de plata”, no hay ningún pacifista, ni neutralista siquiera. Es verdad que no se refiere a los partidos políticos ni a los grupos radicales sino a la intelectualidad establecida y algún político con ambiciones literarias.

Mientras en Francia, implicada en la guerra hasta las cachas y con una ofensiva nacionalista que no le haría ascos al asesinato de los disidentes, había un Romain Rolland, cuyo Más allá de la contienda, recién editado también en castellano (Nórdica), tiene un valor y una audacia incontestable quizá atenuada por la prosa engolada del autor, que no obstante recibió el Nobel de Literatura en 1915.

Nosotros no disponemos de ninguno. O aliadófilos como Unamuno, Blasco Ibáñez… y germanófilos tan singulares como Jacinto Benavente, Pío Baroja o Eugenio d’Ors, y de vez en cuando alguna genialidad radical que rondaba el crimen como las opiniones de Ramiro de Maeztu o de Azorín, ya metido en la tarea insistente de ganarse a un poderoso para sobrevivir en buen estado, en este caso De la Cierva, la extrema derecha de los conservadores. ¿Qué decir de la frase de Francesc Macià, francófilo pagado, un militar al que la candidez popular, tan heredera del carlismo, llamaba l’Avi (el abuelo), que escribió en La Publicidad de Barcelona y en plena contienda que se habría de cobrar 9 millones de muertos: “¡Qué maravilla de guerra!”?

Pero de todos los personajes que intervinieron, aunque fuera en sus prolegómenos, el que más me ha impresionado siempre, el que para mí conserva un vigor de viejo luchador, de socialista impecable -entonces los había- es Jean Jaurès. Líder indiscutible del socialismo francés, orador arrebatador, con una cultura de profundidad. Tuvo claro desde el primer momento que esa guerra europea que se perfilaba en el horizonte podía ser el final de la Internacional Socialista como organización obrera; no lo vivió, pero acertó. La II Internacional se acabaría con él o más bien con lo que él significaba. El socialismo como hermandad de la clase obrera frente al capital, eso que suena en este momento más viejo que La Santa Espina, aunque a la gente le cueste creerlo, murió con él.

Fue acosado como una alimaña por la derecha de su país e incluso un intelectual como Léon Daudet sugirió sobre papel de prensa su condena a muerte, por delito de lesa patria y traición al nacionalismo emergente. Hay quien desde la perspectiva tertuliana asegura que no es importante el personaje que lo mató. ¡Vaya si lo es! Ese patriota que le disparó era un nacionalista acérrimo de la Francia profunda (Reims), para quien el líder socialista representaba todo lo que debía ser borrado de la realidad. Se llamaba Raoul Villain, y fue absuelto del crimen en 1919 por un tribunal tan nacionalista y desfachatado que condenó a la viuda de Jaurès a pagar las costas. El asesino se retiró a Eivissa donde vivió muchos años, hasta que un grupo militante lo ajustició en el año 1936.

En ese libro magnífico que escribió Humphrey Cobb y que sedujo a Stanley Kubrick figuran unos versos de Thomas Gray que dan sentido a todo: “Los senderos de gloria no conducen sino a la tumba”.

Gregorio Morán es un columnista habitual en el diario barcelonés La Vanguardia. Amigo de SinPermiso y veterano resistente y luchador político en el clandestino Partido Comunista de España bajo el franquismo, Morán  es un periodista de investigación que ha escrito, entre otros de aguda critica cultural, libros imprescindibles para entender el proceso que llevó en España de la dictadura franquista a la monarquía parlamentaria actual. Está a punto de aparecer en la editorial Planeta de Barcelona un gran libro suyo de investigación crítica de la cultura española del último tercio del siglo XX: El Cura y los Mandarines. Cultura y política 1962-1992.


La Vanguardia, 13 de septiembre de 2014

sábado, 13 de septiembre de 2014

La ONU sobre deuda soberana.

 
 
 
 
El triunfo de la perseverancia
La resolución del G77+China ante la ONU sobre deuda soberana

Alainet


El G-77+China (conformado por más de 130 países) aprobó en el marco de la Asamblea General del 9 de septiembre de 2014, la propuesta de crear un mecanismo de reestructuración de deuda soberana sustentado en la Organización de Naciones Unidas (ONU). Dado que todos los países del G-7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Gran Bretaña) son altamente endeudados (usando la definición del Banco Mundial de más de ciento por ciento de la deuda en relación al PIB), este mecanismo podría aplicarse más allá de las economías emergentes y en desarrollo para abarcar a todos los países que suscriban el mismo. En adelante, tendrán un año para construir el mecanismo pudiendo seguir los lineamientos de la UNCITRAL (Comisión de las Naciones Unidas para el derecho mercantil internacional).(1)

La votación a favor representa un triunfo latinoamericano liderado por Argentina y propuesto por Bolivia. Recibió el apoyo de todos los países de América Latina a excepción de México. Costa Rica y el Perú cambiaron su voto en el último momento. Sin embargo, es una mala noticia para la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil europea que trabajan el tema de la deuda si se toma en cuenta que sus gobiernos emitieron los votos en contra. La excepción es Noruega, que ha tomado una postura positiva sobre el asunto. En América Latina, los profesores Oscar Ugarteche y Alberto Acosta propusieron una Tribunal Internacional de deuda soberana construido desde la ONU, publicado en español en 2006 por Polis y en inglés en el 2007 por el Finnish Journal of Latin American Studies. Esto diferencia su propuesta de la de otros países europeos y de la del propio Fondo Monetario Internacional (FMI). Desde el 2000, el mundo se dirigía hacia una crisis de deuda y no existían mecanismos en ciernes, como mostraron Argentina en el 2001 y Uruguay en el 2002.

La profesora Anne Krueger propuso en 2001 desde el FMI y con el apoyo de la ONU, un mecanismo de reestructuración de la deuda soberana (SDRM por sus siglas en inglés) que operaría dentro de casa. El argumento era que había mucho contagio financiero. El proyecto fue echado abajo por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en agosto del 2002. John Taylor ha escrito cómo la ayuda del Departamento del Tesoro en el caso de Uruguay, en agosto de 2002, facilitó la recuperación económica de dicho país,(2) lo que fue una detonante para acabar con la iniciativa del SDRM.

Únicamente en el 2014, después del caso del fondo de inversión NML Capital contra Argentina y del fallo final del juez Griesa, quien ordena que los últimos acreedores que no han restructurado, cobren más que los primeros que renegociaron su deuda, es que quedó en evidencia que hay un problema financiero de carácter sistémico. La respuesta no tardó en llegar por parte de la Asociación Internacional del Mercado de Capitales (ICMA por sus siglas en inglés), el mismo día que la iniciativa del G-77+China se introdujo en la Asamblea General para su votación, el 29 de agosto del 2014.

Las reformas propuestas por el ICMA, respaldadas por el Tesoro de Estados Unidos, en esencia afirman que las reglas estadounidenses aplicadas sobre Argentina están equivocadas. Afirman que "[…] el emisor no tendrá ninguna obligación de pago igual o catastral en cualquier momento con respecto a cualquier otra deuda externa y, en particular, no estará obligado a pagar otra deuda externa en el mismo tiempo o como condición para el pago de las cantidades adeudadas bajo los bonos y viceversa".(3) Al mismo tiempo acaban con el pari passu.

En segundo lugar, reducen los umbrales para el numero de tenedores de bonos que puedan entrar en una negociación "que se transmite por la mayoría de: (A) al menos el 66 2/3 por ciento del monto del capital total de los títulos de deuda en circulación de las series afectadas; y (B) más de 50 por ciento del monto total del capital de los valores en cada una de las series afectadas [...]". Estas reformas van en la dirección correcta, pero son insuficientes.

El G77+China ha hecho una incursión en la internacionalización de las cortes, la ley y la jurisdicción que será resistida por los once países que votaron en contra: Alemania, Reino Unido, Estados Unidos, Israel, Japón, Australia, Canadá, Hungría, República Checa, Irlanda y Finlandia. A favor votaron Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, (BRICS) más la mayoría de América Latina, África y Asia. Las abstenciones vinieron básicamente de Medio Oriente y los países insulares más algunos nuevos países europeos junto con Francia, Grecia, España e Italia. En cuanto a la abstención gala, es sorprendente dado que el Club de París tiene por sede el Tesoro francés, mientras que los países mediterráneos con alto endeudamiento se mostraron renuentes a asustar a los mercados financieros internacionales. La abstención de Francia debe por tanto verse como un voto en contra, y la de los países mediterráneos como un voto a favor.

La reacción de la representante de Washington, Terri Robl, puso sobre la mesa el hecho de que no esperaban la presentación de la propuesta, y mucho menos que obtendría mayoría absoluta de votos. La estadounidense sostuvo que un mecanismo (de reestructuración de deuda) se está discutiendo actualmente en el FMI si bien, en el 2002, el Departamento del Tesoro bloqueó al SDRM a cambio de un mecanismo de mercado. El segundo argumento en contra de Robl es que iba a crearse incertidumbre económica, punto que no fue levantado ni en el año 2002 ni en el más reciente debate del ICMA. El lanzamiento del UNCITRAL no creó ninguna incertidumbre. También dijo que en el pasado, el Tesoro había preferido los mecanismos de mercado, recordándole a los memoriosos sobre lo ocurrido en el 2002.

En suma, la resolución ante la ONU es un golpe al dominio de todos los mecanismos legales relacionados con las finanzas de parte del capital financiero internacional, y es un primer paso en la dirección correcta hacia la construcción de un mecanismo global para las finanzas globales. El gobierno de Estados Unidos odiará esto, pero no importa, los problemas globales requieren soluciones globales, independientemente de las creencias del Departamento de Estado y el ICMA y del equipo del Proyecto para el Nuevo Siglo Americano. Otro mundo es posible y vamos para allá.

Notas:


(1) ONU. “Resolution on sovereign debt restructuring adopted by general assembly establishes multilateral framework for countries to emerge from financial commitments”, en http://bit.ly/ZgNvUO.

(2) Taylor, John B. “The 2002 Uruguayan Financial Crisis: Five Years Later”, en http://stanford.io/ZiAc67.

(3) IMCA. “Sovereign debt information”, en http://bit.ly/1py54um.

Oscar Ugarteche es economista peruano, trabaja en el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Miembro del SNI/Conacyt. Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA) www.obela.org y presidente de ALAI www.alainet.org. Miembro de Latindadd.

Fuente: http://www.alainet.org/active/77099

jueves, 11 de septiembre de 2014

La doctrina Botín.

 




El banquero impune

Emilio Botín pasa a la historia judicial por haber dado su nombre a una doctrina. Nunca fue juzgado y cuidó en especial sus relaciones con los poderosos... o con los que podrían serlo algún día.

JULIA PÉREZ Madrid 11/09/2014


El Público .es.






Emilio Botín pasará a la historia judicial como el banquero que consiguió una doctrina jurídica propia: la doctrina Botín, con la que el Supremo cambió en 2007 su criterio de décadas sobre la acción popular y el banquero eludió así ir a juicio.
El banquero cántabro contrató a los mejores despachos de abogados para eludir acciones judiciales que le salpicaron a lo largo de la vida. Nadie consiguió sentarlo en el banquillo, a pesar de que lo intentaron muchos.
Esta capacidad para elegir a despachos de trabajo doctrinal potente, plagados de abogados del Estado en excedencia, unida a su especial trato personal con quien algún día podría tener poder o influir en sus negocios, aunque estuvieran de baja forma, contribuyeron a que nunca fuera juzgado.
Una decisión bancaria le persiguió durante casi 25 años y dio origen a la doctrina Botín del Tribunal Supremo sobre la acusación popular. Es el caso de las cesiones de crédito. Entre 1987 y 1989 su banco comercializó este producto financiero, captó unos 2.600 millones de euros con este producto opaco al fisco y se comprometió a no revelar el nombre de los clientes a Hacienda. Se calcula que el perjuicio patrimonial a las arcas públicas pudo ascender a 84 millones de euros.
En 1996 la Audiencia Nacional aceptó la tesis de la defensa, según la cual una acción popular no podía seguir adelante si no había una acusación particular de alguien directamente perjudicado. El Supremo asumió esa limitación a la acusación popular por nueve votos frente a cinco del Pleno de la Sala de lo Penal celebrado el 17 de diciembre de 2007.
Posteriormente, el Supremo acabó matizando este criterio y permitió una acusación popular en solitario si estaban en perjuicio intereses colectivos.

Pacto para evitar el Constitucional

La acusación popular recurrió al Tribunal Constitucional pero, voilá, retiró el recurso en el último momento: había alcanzado un acuerdo privado con Botín. El despacho Uría y Menéndez negoció el pacto en su nombre.
Para entonces ya había fallecido el principal impulsor de esta acusación popular: Rafael Pérez Escolar, uno de sus principales enemigos, ex consejero de Banesto en la época de Mario Conde. Sus ‘herederos' en la Asociación para la Defensa de Inversores y Clientes (ADIC) eran Antonio Panea e Iván Hernández. Se desconoce la cuantía económica que alcanzó dicho acuerdo, pero la asociación que impulsaba la acción popular fue disuelta.
Emilio Botín sólo se sentó en el banquillo en noviembre de 1996, pero sólo para el planteamiento de las cuestiones previas de este caso.  Y no pudo ocultar su molestia ante su mediático recibimiento a su llegada a la Audiencia Nacional.
El banquero no se sentía cómodo en sus comparecencias ante los juzgados y tribunales. Pero sabía cuidar este ámbito, y requería defensas discretas y contundentes. 

Valores Santander: 7.000 millones en 13 días

Botín también se caracteriza por quedar en posición discreta ante los escándalos aunque los protagonizara. Mucho se habla de las preferentes de Bankia, pero poco de los Valores Santander con los que captó 7.000 millones de euros en 13 días de septiembre de 2007. Ocurrió dos meses antes de que su caso de las cesiones de crédito fuera resuelto por el Supremo y afectó a 129.000 clientes. 
Este producto financiero complejo fue colocado a muchos clientes particulares, en especial a jubilados, cuando ya se veía los dientes a la gran crisis económica. Muchos han tenido que ceder ante el Santander con quitas elevadas para transformarlos en acciones. Algunos juzgados han condenado al banco a devolver el dinero a quienes se negaron a pactar con el Santander.
El pasado mes de junio, la Audiencia Nacional admitió a trámite la querella presentada por 33 de los afectados. En este juzgado se están acumulando diversos perjudicados, cuya cifra se aproxima ya al centenar.

El dinero en Suiza, archivado

La Audiencia Nacional archivó en noviembre de 2012 otra causa contra Emilio Botín y su familia por un presunto fraude fiscal al tener dinero en cuentas de Suiza. El caso fue archivado porque el banquero y once familiares habían regularizado su situación ante Hacienda con el pago de 200 millones de euros en 2010.
La denuncia se presentó cuando apareció el nombre de Emilio Botín y cinco de sus seis hijos en la lista de cuentas helvéticas del HSBC Private Bank. Pero ya habían regularizado su situación.
La familia explicó que era una herencia del padre de Botín, dinero que habría sacado de España cuando estalló la Guerra Civil en 1936.

"Querido Emilio", archivado


Emilio Botín siempre tuvo especial cuidado en el trato con los poderosos, aunque estuvieran en baja forma. A las cúpulas del PP y del PSOE las atendía personalmente.
Mariano Rajoy siempre agradecerá que cuando más golpes recibían, allá por 1990 cuando estalló el caso Naseiro, Botín fue el único banquero que les echó una mano. La amistad entre ambos se fraguó entonces. También José Luis Rodríguez Zapatero estaba agradecido a Botín, quien lo alababa en público a pesar de las críticas que recibía. O Alfredo Pérez Rubalcaba...
La clave era el trato humano que les dispensaba: siempre se ponía al teléfono cuando llamaban.
Basta recordar el "querido Emilio" con el que el juez central de instrucción 5, Baltasar Garzón, se dirigía al banquero por carta para pasar la gorra y financiarle unos cursos en Estados Unidos.
Aquí también el Tribunal Supremo archivó la querella contra Botín por un delito de cohecho. Era el año 2012. El banquero declaró como testigo.
Otra querella fue por comercializar el fondo inmobiliario del banco a pequeños ahorradores, sin advertirles del riesgo. El banco, con su filial Banif, captó 640 millones de euros en comisiones entre 2003 y 2008.
Esta querella había sido presentada por el abogado Javier Sotos, quien había impulsado la querella por aportar dinero a Garzón y, junto a Antonio Panea, interpuso varias causas contra el Santander.

Las reuniones de los tres grandes banqueros para tratar Bankia

Otra caso abierto en la Audiencia Nacional en la que compareció como testigo ha sido la instrucción de Bankia, en cuya causa prestó declaración en mayo de 2013.
En plena crisis económica, los grandes banqueros se reunían en La Moncloa con Mariano Rajoy para abordar reformas económicas.
Pero hubo una serie de reuniones convocadas por el ministro de Economía, Luis de Guindos, para tratar la quiebra de Bankia. Participaron Botín (Santander), Isidoro Fainé (La Caixa) y Francisco González (BBVA). Al día siguiente del último encuentro se produjo la dimisión de Rodrigo Rato al frente de Bankia.


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 10 puntos sobre Emilio Botin..
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MARC FONT / @MARCFONTRIBAS | 10/09/2014
Emilio Botín Sanz De Sautuola y García de los Ríos ha mort aquest dimecres als 79 anys. Lluny de la imatge deïficada que s’ha volgut vendre, ha estat protagonista d’una trajectòria controvertida.
La desaparició del president del Banco Santander, la principal entitat financera de l’Estat espanyol i una de les més grans d’Europa, ha provocat una allau de reaccions entre la classe dirigent, que bàsicament s’hi ha desfet en elogis. Besnét, nét, fill, germà i pare de banquers, la seva trajectòria no ha estat ni molt menys impol·luta i ha acumulat escàndols i punts foscos. En repasso uns quants.
1. Enorme influència política
Amb independència que governés la UCD, el PSOE o el PP, les relacions d’Emilio Botín i el Banc Santander amb la Moncloa han estat sempre molt i molt fluïdes. Clar defensor (i impulsor) de les reformes financeres del govern de Zapatero, el consell d’administració de l’entitat ha estat un tradicional refugi d’antics alts càrrecs polítics de les principals formacions de l’Estat. Les famoses portes giratòries. A més a més, el Santander també ha estat un creditor habitual dels grans partits i, sense anar més lluny, el 2006 va perdonar un deute de 12 milions d’euros al PSOE després de 19 anys d’impagament. Una bona acció per garantir-se (encara més) influència i, en certa manera, impunitat.
2. Doctrina judicial a la carta per protegir-lo
Poc després que Botín rellevés el seu pare al capdavant del banc, l’entitat va treure al mercat les anomenades cessions de crèdit, un producte financer amb el qual va captar uns 2.400 milions d’euros fins al 1991. Arran d’una denúncia de l’acusació popular, el banquer i tres directius del Santander van ser imputats per frau fiscal i falsedat documental, amb els quals haurien causat un perjudici fiscal de 84 milions. El novembre de 1996, l’aleshores ja gairebé omnipotent banquer va asseure’s al banc dels acusats pel plantejament de les qüestions prèvies del judici. Ja no passaria d’aquí. L’Audiència Nacional espanyola va fer cas de la defensa i va aturar el procés amb l’argument que l’acusació popular no podia tirar endavant si no comptava també amb el suport de la Fiscalia o l’acusació particular. El 2007, el Tribunal Suprem tombava el recurs de l’Associació per a la Defensa dels Inversors i donava llum verd a l’anomenada doctrina Botín. Ras i curt, es va canviar la doctrina judicial existent fins aleshores per protegir el banquer.
3. Frau milionari a Hisenda
El 2010, la cèlebre llista Falciani va servir per descobrir que la família Botín acumulava comptes multimilionaris a Suïssa, al banc HSBC. Una denúncia de la Fiscalia Anticorrupció va suposar l’inici d’una investigació contra la família del banquer per frau, però el pagament de 200 milions d’euros a Hisenda va permetre regularitzar el patrimoni ocult i tancar el procés judicial. L’arxiu del procés va provocar queixes dels tècnics d’Hisenda, que van denunciar un tracte de favor a la família Botín. La nissaga càntabre mai va revelar la quantitat de la fortuna dipositada a Suïssa, però algunes estimacions la situen per sobre dels 2.000 milions d’euros. Com en la majoria de punts foscos en la trajectòria de Botín, els grans mitjans estatals i catalans van tractar el banquer amb guant de seda i un dels millors reportatges sobre la fortuna oculta del fins avui factòtum del Santander va publicar-se al New York Times.
4. Amant dels paradisos fiscals
El Banco Santander acumula any rere any beneficis astronòmics i, en part, ho aconsegueix gràcies a l’enginyeria financera -legal- d’operar des d’alguns dels principals paradisos fiscals del món. Segons, la darrera edició de l’Observatori de la Responsabilitat Social Corporativa, l’entitat comptava el 2012 amb 79 filials ubicades en paradisos fiscals, set més que un any enrere. Bàsicament les concentra a Delaware (Estats Units), les Bahames, Irlanda i Puerto Rico. Operar des de paradisos fiscals permet, legalment, reduir al mínim la factura fiscal d’una empresa i, per tant, contribueix a debilitar les arques públiques de les administracions, tal com vaig explicar aquí.
5. Rebaixar al mínim la factura en impostos
A banda de les filials en paradisos fiscals, el primer banc de l’Estat espanyol també aprofita les nombroses exempcions i deduccions fiscals i esprem al màxim les legislacions internacionals per minimitzar la factura impositiva. Segons recull l’informe d’Oxfam Intermón Tanto tienes, ¿tanto pagas?, la memòria anual del Santander reconeixia que el 2008 havia obtingut uns beneficis globals d’11.200 milions d’euros, però només n’havia pagat 57 en concepte d’impost de societats. El gravamen real va ser, per tant, del 0,5%, lluny del 30% nominal que, suposadament, han de pagar les grans empreses a Espanya. Els darrers canvis normatius també afavoreixen una menor càrrega tributària a companyies com el Santander, que acumula anys aportant menys a les arques públiques del que nominalment. Es beneficia d’una fiscalitat cada cop més regressiva.
6. L’1%: sous d’escàndol i l’indult de la mà dreta
Emilio Botín ha estat un dels grans exponents estatals de l’1% i clar beneficiari de les creixents desigualtats que el capitalisme neoliberal accentua. El 2012, la revista Forbes li va atribuir una fortuna de 850 milions d’euros. L’any passat va embutxacar-se prop de tres milions per la seva tasca com a màxim representant del Santander. Ara bé, durant anys no va ser el banquer més ben pagat d’Espanya, sinó que aquesta posició corresponia a Alfredo Sáez, qui va ser la seva mà dreta. Sáez, que el 2011 es va beneficiar d’un polèmic indult del govern de Zapatero després de ser condemnat per un delicte d’acusació falsa, va cobrar de l’entitat 12,7 milions el 2011 i 8,2 el 2012. El conseller delegat del Santander va jubilar-se el 2013, amb una pensió extraordinària de 99 milions. L’1% de l’1%, amb una enorme influència en les decisions polítiques.
7. Tracte amable de la gran premsa
El tracte amable, per dir-ho finament, dels principals grups mediàtics cap al Banco Santander està vinculat a l’enorme poder i influència d’una entitat que, segons dades de l’estudi anual d’InfoAdex, va gastar-se més de 35 milions en publicitat en mitjans de l’Estat el 2012. A més a més, la revista Cafè amb Llet va explicitar fa poc que persones vinculades al grup financer ocupen càrrecs als consells d’administració dels grups Zeta i Prisa. A banda, pràcticament tots els conglomerats de mitjans tenen uns enormes passius bancaris i, com no podia ser d’altra manera, el Santander n’és un dels creditors habituals.
8. Escàndols amb la crisi
Tot i vendre’s com a modèlica, la gestió de Botín al Santander també ha tingut nyaps. El febrer d’enguany, el BOE va donar a conèixer les dues sancions que la Comissió Nacional del Mercat de Valors (CNMV) va posar a l’entitat per valor de gairebé 17 milions. El motiu és que el banc va incomplir la llei del Mercat de Valors en vendre uns bons convertibles a estalviadors que no tenien el perfil indicat -no tenien els coneixements financers necessaris- i no informar posteriorment de l’evolució del risc del producte. En total 129.000 clients que van veure’s enganxats per l’estafa van haver d’assumir pèrdues de més del 50% del capital aportat.
9. Finançament d’armes
Entre els molts sectors amb els quals fa negoci el Banc Santander, hi ha la indústria armamentística. L’entitat que fins avui presidia Emilio Botín ha finançat nombroses empreses d’armament espanyoles i internacionals, ja sigui mitjançant crèdits, amb fons d’inversió, amb la participació en l’accionariat de les companyies o finançant les exportacions. En total, els darrers anys l’aportació a la indústria de la guerra supera amb escreix els 1.000 milions d’euros, com ha denunciat la campanya Banco Santander sin armes. A més a més, ha aportat uns 750 milions a companyies vinculades a les bombes nuclears.
10. Protagonista de desnonaments
Molt en la línia del filantrocapitalisme, el Santander regit per Botín s’ha caracteritzat per una àmplia despesa cultural, esportiva i, sobretot, educativa -com explica el company Joao França-, però això no ha significat, ni de lluny, que hagi tingut en compte les necessitats dels ciutadans atrapats per la crisi. Segons dades de la Plataforma d’Afectats per la Hipoteca (PAH), el Santander és la quarta entitat de l’Estat que més desnonaments i execucions hipotecàries ha portat a terme. La plataforma també va assessorar afectats de Catalunya, Madrid i Múrcia en la presentació d’una denúncia contra el banquer i la seva filla per un suposat delicte d’estafa a causa de la comercialització de productes financers tòxics, com les hipoteques escombraria.


martes, 9 de septiembre de 2014

Romanticismo e historia sagrada.







Història sagrada i romanticismo


 : Andreu Mayayo

 Data: 04 septiembre 2014  

Treball , Revista de IC .


L’espot publicitari del Tricentenari clou amb l’actriu Silvia Bel pregonant, tot mirant fixa a la càmera, el lema de la campanya institucional de la Generalitat: “Ara la Història ens convoca”. La Història -si no és la Història Sagrada- no ens convoca a res, ja tenim prou feina els historiadors en establir la complexitat dels fets i en fer esment a la pluralitat de visions i d’interpretacions. La Història, a tot estirar, ens alliçona, ens ajuda a ser més crítics i a desempallegar-nos dels fonamentalismes de tot tipus. La grandiloqüència del lema obeeix, ben segur, a que els comissaris ( de la Generalitat i de l’Ajuntament de Barcelona) no són historiadors sinó publicistes i dels bons. En tot cas, la responsabilitat no és seva sinó dels que els han contractat.

De moment la Generalitat (Govern i Parlament) no ens convoca a l’acte institucional del Parc de la Ciutadella -que per voluntat del president Maragall prenia disseny d’Estat-  sinó al Fossar de les Moreres que, com diu la llegenda, no s’hi enterra cap traïdor (Rafael Casanova, tampoc). El conseller portaveu del Govern, Francesc Homs, rebla el clau subratllant: “Volem que sigui una Diada excepcional, una mirada romàntica al passat, per afermar-se en el present i projectar-se cap al futur”. La raó històrica deixa pas als sentiments i les emocions. D’aquí les proclames pujades de to del president Mas anunciant sense embuts l’arribada de l’hora gran, que recorda l’hora greu pronunciada pel president companys el 6 d’octubre de 1934.

Així, doncs, convocats per la Historia Sagrada, amarats de romanticisme i esperonats per un President lliurat a l’ètica de les conviccions tot bandejant l’ètica de les responsabilitats, no fa res estrany que els mitjans de comunicació, públics i privats, hagin aconseguit crear un clima d’efervescència total i absoluta, de clímax final, de caixa o faixa, de o rei o res, de lluita final, de fi de la Història…. Sense oblidar el paper ben galdós del Consell de Transició Nacional o, pitjor, del Consell de Garanties Estatutàries posant més rauxa que seny en l’anomenat procés. La voluntat política ho aguanta tot, la realitat política no. Tot és possible però tot no és probable.

La Volada de coloms del 9-N ens amaga la data clau del 24-M, les eleccions municipals. Aquesta sí que serà la mare de totes les batalles electorals d’aquest curs polític on, si no ho distorsiona la nova llei electoral (amb una nova picada d’ulls PP-CiU), es produirà un canvi profund en el mapa polític català i espanyol. CiU pot passar del pal de paller a simplement la palla.

domingo, 7 de septiembre de 2014

Francia .-La implacable lógica de la adaptación neoliberal .

 

 

 

 

 

 

 Francia: Hollande-Valls, o la implacable lógica de la adaptació n neoliberal 

Escrito por  Jean-Philippe Divès

¿Cómo ha podido Arnaud Montebourg imaginar que su ataque contra la política económica del gobierno del que era ministro de economía no desencadenaría una tormenta, que ha acabado con su expulsión? Más allá de las trayectorias personales, la crisis de finales de agosto se sitúa en la lógica implacable de las evoluciones a las que asistimos desde comienzos de 2014.
La primera en disparar ha sido la antigua ministra de vivienda y dirigente de EELV (Europe Ecologie Les Verts), Cécile Duflot, vía la publiacación de las páginas del libro que relata su experiencia en el gobierno. “Por no haber querido ser un presidente de izquierdas, no ha encontrado jamás ni su base social ni sus apoyos. A fuerza de haber querido ser el presidente de todos, no ha sabido ser el presidente de nadie”. “A fuerza de utilizar los argumentos y las palabras de la derecha(...) ¿cuál es la diferencia con la derecha? ¿Un carné de un partido diferente?” /1.
Algunos días más tarde, Montebourg desenfundaba a su vez, denunciando “la reducción dogmática de los déficits, que nos conduce a la austeridad y al paro”, “aberración económica, pues agrava el paro, un absurdo financiero, pues hace imposible el restablecimiento de las cuentas públicas, y un siniestro político, pues echa a los europeos en brazos de los partidos extremistas”. Más aún, atacaba abiertamente a Angela Merkel, y por tanto a la “pareja franco-alemana”: “Si tuviéramos que alinearnos con la ortodoxia más extremista de la derecha alemana, eso significaría que, aunque los franceses votaran por la izquierda francesa, en realidad estarían votando por la aplicación del programa de la derecha alemana” /2.
Se ha contado que Valls habría ido a ver a Hollande para decirle: “o Montebourg o yo”. De todas formas, ningún presidente ni primer ministro puede aceptar sin reaccionar tales críticas, salvo que quiera ver su autoridad reducida a la nada, por no hablar de la coherencia de la acción gubernamental. Nada acredita por otra parte la idea de que hubiera habido entre Valls y Hollande algún tipo de oposición. “La diferencia es que el primer ministro asume claramente lo que el presidente no se había atrevido a decir a los electores. Manuel Valls ha impuesto quizá a François Hollande que diera la cara, que fuera claro, pero los dos hombres están perfectamente de acuerdo sobre las cuestiones económicas. El candidato socialista en 2012 defendía un discurso similar respecto a la empresa (...). En mi opinión, la pareja ejecutiva funciona bien, pues comparten las mismas ideas. Hay una diferencia clara de estilo y de personalidad, siendo Valls más franco y directo que Hollande, lo que da al primero una indudable superioridad retórica, pero su alianza se mantiene por el momento” /3.
Adiós por tanto a Montebourg, pero también a Benoit Hamon -antes de 2012, el dirigente del ala izquierda del PS- así como a Aurelie Filippetti, que, como ministra de cultura, se había mostrado un poco condescendiente frente a los trabajadores intermitentes del espectáculo. Bienvenido Emmanuel Macron, el joven banquero adulado de los medios de negocios e inspirador del pacto de responsabilidad, instalado en economía para dejar clara la diferencia. Luego vinieron las declaraciones de amor de Valls a la patronal, saludadas por la ovación en pie en la universidad de verano del Medef (la patronal francesa). Con, más que una reafirmación de la orientación neoliberal, la promesa de que ésta será profundizada y su aplicación acelerada.
Contradicciones que se habían vuelto insostenibles
Tres acontecimientos o procesos han concurrido en el desencadenamiento de esta crisis: el coming out neoliberal de Hollande, confirmado luego con el nombramiento de Valls; los malísimos resultados del PS en las municipales de marzo y las europeas de junio, acompañados de los éxitos de la extrema derecha; la nueva degradación de la situación económica desde comienzos de año.
Tras haber mentido durante su campaña electoral (“mi enemigo es el mundo de las finanzas”), Hollande había mantenido primero fragmentos de discurso que podían aún dar una vaga impresión de izquierdas, apoyándose sobre algunas medidas simbólicas, en particular el famoso tramo de imposición al 75% (que, según el nuevo ministro de economía sería ¡“Cuba, pero sin sol”!. Pero lo que quedaba de ambigüedad fue levantado a partir del 31 de diciembre de 2013, cuando el presidente anunció su adhesión a la “política de la oferta” (que privilegia los márgenes y la competitividad de las empresas en detrimento del poder de compra y del consumo), y en consecuencia el pacto de responsabilidad coelaborado con el Medef.
La pesada derrota de las municipales ha constituido una primera sanción. Nombrando como consecuencia a Valls como primer ministro, Hollande manifestaba sin embargo su voluntad de proseguir e ir más lejos, en lo que la mayor parte de los comentaristas describían, en oposición a las “viejas ilusiones de la economía administrada”, como un giro socialdemócrata o social-liberal (en realidad, bastante clásicamente neoliberal).
Que en ocasión de la formación de su primer gobierno, Valls haya hecho alianza con Montebourg y Hamon, partidarios de un relanzamiento por la demanda y de una dosis de soberanismo económico, forma parte de los misterios de la política burguesa-institucional. Eso no ha impedido sin embargo una derrota en las elecciones europeas, agravada por el hecho de que el FN se ha visto por primera vez a la cabeza de un escrutinio nacional; ni la caída libre de la popularidad de Valls (del 60% a menos del 40% en tres meses), tras un estado de gracia tan efímero como engañoso.
El otro elemento que tiene un gran peso en la situación -y constituye la tela de fondo del descrédito gubernamental así como de la crisis política global- es la instalación en el estancamiento económico, con las amenazas de nueva recesión, incluso de deflación. El crecimiento ha sido nulo en el primer y segundo trimestre (mientras que la actividad retrocedía de abril a junio en Alemania y en Italia). El corolario inevitable es la subida permanente del paro. A ojos de la inmensa mayoría, los más de 500.000 parados suplementarios desde la elección de Hollande rubrican su fracaso. A partir de ahí, dos interpretaciones y dos tipos de respuesta son posibles. Una, a la que Montebourg, Hamon o Dulfot se han adherido, estima que la política seguida es errónea y que han que modificar la dirección o cambiarla del todo. La otra, que prevalece, considera que esta política, cuyos resultados tomarán tiempo, no ha ido suficientemente rápida ni suficientemente lejos. En cualquier caso, está libre la vía para que estallen las contradicciones que hasta ahora habían permanecido ocultas.
Además de a la credibilidad de las autoridades del estado, el despido rápido de las voces discordantes responde a una segunda razón: la presión de la patronal, que exigía ser tranquilizada. “Las disensiones, en el seno mismo del gobierno así como de la mayoría parlamentaria, plantean un gran problema: provocan incertidumbre, dificultan la confianza, y por tanto el crecimiento (...). Lo que cuenta, son las previsiones de las familias y de las empresas. Para eso son precisas la unidad, la estabilidad, la constancia. Sin embargo los anuncios del ejecutivo son turbados por la confusión creada por quienes pretenden defender una política diferente” /4.
¿Un Schröeder francés?
Se ha hecho la comparación por quienes esperan que Valls (u Hollande, o la pareja) se convierta en el “Gerhard Schröder francés”. Hace diez años, fue en efecto un dirigente socialdemócrata quien impuso en Alemania una adaptación brutal a las exigencias del neoliberalismo, obtenida por una bajada de los salarios y la destrucción de numerosas conquistas sociales. No es una incongruencia. Desde el punto de vista de la burguesía francesa (e incluso internacional), tal ha sido incluso desde el comienzo la función posible y deseada de un gobierno de izquierdas: hacer el trabajo sucio que Sarkozy no había sido capaz más que de esbozar, de forma que se resolviera el diferencial de competitividad del que sufre el capitalismo francés respecto a sus principales concurrentes.
Las primeras medidas anunciadas desde la puesta en pie del gobierno Valls 2 -congelación o supresión de los umbrales sociales, extensión del trabajo al domingo, puesta en cuestión más en general del Código de Trabajo, nuevos retrocesos en lo referido a las 35 horas, supresión o aligeramiento de las medidas de bloqueo de los alquileres tomadas últimamente por Duflot- van todas en ese sentido.
Queda por saber si Hollande-Valls serán capaces de llevar este proyecto hasta el final. Y a qué precio.
La crisis va a continuar
La estructuración de una disidencia, a través de la nueva corriente “Viva la izquierda”, ilustra el hecho de que la crisis del PS está todo menos resuelta, cualesquiera que sean las inconsecuencias de los “rebeldes”, incluso desde un punto de vista keynesiano-burgués más allá del cual no van. La causa primera de los enfrentamientos y divisiones internas no reside, en efecto, en divergencias ideológicas -a las que se habían bastante bien acomodado hasta ahora los “socialistas”-, sino en el rechazo por las clases populares de la política de austeridad, conduciendo por su parte a una verdadera ruptura política con el gobierno y el PS.
En estas condiciones, una prosecución del hundimiento y una marginación política, a imagen del proceso que el PASOK ha conocido en Grecia, comienzan a resultar hipótesis creíbles.
Más allá del PS, es todo el dispositivo político de la burguesía, en pie desde los años 1980, el que está sacudido por el ascenso del FN y las divisiones persistentes en el seno de la UMP, segundo pilar del bipartidismo y de la alternancia izquierda-derecha. La amplitud del problema ha sido puesta en evidencia en dos sondeos, publicados a mediados y finales de agosto por el Journal du Dimanche. Según el primero, el 85% no otorga su confianza al gobierno; según el segundo, más del 60% estima que los partidos políticos son inútiles, y más aún que son “incapaces de reformarse” o que están “alejados de las preocupaciones” de quienes se suponen que representan.
Hablar hoy de “crisis de régimen”, como han hecho a la vez Le Figaro y Libération, tiene que ver sin embargo con una cierta exageración. Las instituciones políticas continúan, en efecto, funcionando. Para que se paralicen, sería preciso que los “rebeldes” se atrevieran a oponerse al gobierno, es decir, que le pongan en minoría votando contra el presupuesto y la anunciada ley “sobre el crecimiento”. Como no están dispuestos a poner en riesgo su puesto en elecciones legislativas anticipadas, no hemos llegado (¿aún?) a esa situación.
Notas
1/ Extractos de “De l´intérieur. Voyage au pays de la désillusion”, Editions Fayard, publicado el 25/08/2014.
2/ Discurso en la “Fiesta de la rosa”, el 24/08/2014 en Frangy-en-Bresse.
3/ Según el profesor de ciencias políticas, Christian Bouillaud, entrevistado el 27/08/2014 por Figaro Vox.
4/ Según Emmanuel Macron en su entrevista al Point del 28/08/2014
L´anticapitaliste N° 57, setiembre 2014
https://npa2009.org/
Traducción de Faustino Eguberri – Viento Sur












Piketty y las leyes de la economía.




 







Las leyes de la economía: Piketty
Alejandro Nadal · · · · ·

07/09/14





Algunos de los libros más citados son con frecuencia los menos leídos. Y la obra de Thomas Piketty Capital en el siglo XXI es quizás el ejemplo más reciente. Lástima, porque la lectura desordenada de algunos pasajes y crónicas conduce a conclusiones superficiales y apreciaciones equivocadas sobre uno de los fenómenos más importantes de la historia, la desigualdad económica.

El texto de Piketty se convirtió en un fenómeno literario, una proeza para un libro sobre economía de más de 650 páginas. Se trata de una aportación importante al promover el debate sobre desigualdad económica y los males que entraña, en especial para la democracia y la vida en sociedad.

Pero, ¿es que Piketty es el primero en analizar la desigualdad económica y sus implicaciones en la economía del siglo XXI? La respuesta es negativa. Muchos antes que Piketty han examinado este problema y de manera más profunda. Dos ejemplos son James Galbraith y su equipo en la Universidad de Texas y el grupo de economía política de la Universidad de Massachusetts en Amherst, con Gerald Epstein y Bob Pollin a la cabeza. Otra muestra es el economista Branko Milanovic, cuyo trabajo sobre desigualdad internacional cubrió encuestas ingreso-gasto en hogares de 91 países. Destacan también los trabajos que publica desde 1988 el equipo del Economic Policy Institute en sus informes sobre empleo, desigualdad, salarios e ingresos familiares en Estados Unidos. Y como la lista no se acaba, surge otra pregunta: ¿por qué el libro de Piketty atrajo tanta atención sobre un tema que se había venido trabajando desde años atrás?

La respuesta de Thomas Palley, otro macroeconomista con importantes investigaciones sobre el tema, es que el pequeño mundo de la economía dominante en las universidades delestablishment, nunca quiso reconocer el valor de estos trabajos porque sus autores permanecen etiquetados como de izquierda y reconocerlos como interlocutores equivale a legitimarlos. Según Palley parece que el tema de la desigualdad sigue siendo un tabú a menos que sea discutido por la persona ‘correcta’.

Piketty es quizás esa persona. Su libro encuentra perturbadoras tendencias en materia de desigualdad creciente, pero sus herramientas analíticas y sus recomendaciones de política económica dejan mucho que desear. Los conceptos utilizados son los que convencionalmente utiliza la teoría económica neoclásica y han sido desacreditados en debates teóricos bien conocidos. La ignorancia de Piketty sobre estos debates es sorprendente porque tienen que ver precisamente con la definición decapital, palabra clave en el título de su obra.

Entre otras cosas, Piketty sostiene que cuando la tasa de remuneración al capital aumenta más que la tasa de crecimiento de la economía se fortalece la tendencia a una creciente desigualdad. Pero eso implica que Piketty posee una medida del capital pues, de otro modo, su tasa de remuneración carecería de sentido. El problema es que en la definición de este autor el capital es una colección de bienes heterogéneos (edificios, máquinas) y lo único que los une es una medida en términos monetarios. Ahora bien, se sabe desde la controversia sobre la teoría del capital de hace cincuenta años que el valor monetario de esos bienes heterogéneos no puede ser utilizado en sustitución de la cantidad de máquinas y edificios utilizados en la producción.

Este no es un detalle técnico. El corolario de lo anterior es que el capital no recibe una ganancia por su participación en la producción. Los propietarios de las máquinas y edificios no reciben una remuneración ligada a la productividad marginal del capital. Y ahora sí estamos cerca de la médula del problema. En sus leyes fundamentales del capitalismo Piketty utiliza el principal elemento ideológico de la teoría convencional sin cuestionarlo. El establishment le ha respondido: con este tipo de análisis edulcorado sí podemos entablar un diálogo sobre la desigualdad. Bueno, quizás algo es algo.

Piketty encuentra que la desigualdad existe y que hay épocas en las que puede intensificarse. Pero vayamos a la pregunta de fondo: ¿cuál es la causa de esa desigualdad creciente según Piketty? La respuesta se encuentra en varios pasajes y se puede sintetizar en sus palabras: el principal impulso de la desigualdad proviene de la difusión del conocimiento y la inversión en capacitación. Esto es música a los oídos del coro de economistas neoliberales que llevan años afirmando que la desigualdad proviene de un sesgo en el proceso de cambio tecnológico en la economía que proporciona mayor remuneración para ciertos grupos de trabajadores (los que poseen mayor calificación) y menor para otros (los menos calificados).

Todo esto explica por qué el libro de Piketty carece de una buena discusión sobre las causas del estancamiento de los salarios en las principales economías capitalistas a partir de los años setenta. Podemos hablar de desigualdad, por cierto, pero no de salarios. Podemos hablar del capital en el siglo XXI, pero no demasiado sobre capitalismo.






La Jornada, 3 de septiembre 2014



 Y ver una crítica marxista...



 http://marxismocritico.com/2014/09/05/resena-de-el-capital-en-el-siglo-xxi-de-thomas-piketty/