Europa ve lastrada su capacidad de apoyo a Ucrania y queda a merced de las decisiones de Trump
EEUU presiona a Ucrania para que acepte la cesión de territorios a Rusia ante la dura realidad de una Europa desunida y forzada a endeudarse para seguir ayudan
- Juan Antonio Sanz
- 21/12/2025
La lucha por la supervivencia de Ucrania es ya una carrera contra reloj. La paz vendida por el presidente estadounidense, Donald Trump, no le vale a Kiev, pues implica la renuncia a más de una quinta parte de su territorio ante Rusia. Pero además su posición en unas negociaciones de paz es cada vez más endeble. Ucrania necesita ingentes ayudas económicas en los próximos meses no solo para aguantar el embate militar ruso, sino también para garantizar la propia pervivencia financiera del Estado y sentar las bases de su reconstrucción.
Europa va a seguir ayudando a Ucrania, sin ninguna duda, pero a un alto costo: con el propio endeudamiento multimillonario de los Veintisiete, la renuncia a la buscada humillación financiera de Rusia y la constatación de que tendrá que aceptar algunas de las duras reglas del juego que Trump y Moscú están poniendo para el diálogo. Reglas que quitan protagonismo a Bruselas a la hora de decidir sobre el futuro de Ucrania, pero que la convierten en el pagador de buena parte del desastre de casi cuatro años de guerra.
Falta de credibilidad europea
El punto de vista de estadounidenses y rusos es en este aspecto el mismo: la incapacidad europea para tomar de forma cohesionada una medida de fuerza, con grandes riesgos ciertamente, como la utilización de los activos congelados rusos en Bélgica, para un préstamo destinado a paliar las necesidades de Ucrania en los próximos dos años, debería bajarle los humos a Bruselas. Si no hay unidad a la hora de adoptar una medida económica semejante, ¿qué capacidad de presión colectiva puede tener Europa, por ejemplo, en el ámbito de la disuasión militar, como han tratado de vender a bombo y platillo con su anunciado rearme las direcciones de la UE y la OTAN, ésta cada vez más desligada de EEUU?
La decisión tomada esta semana por la Unión Europea a la hora de buscar una salida digna a la ayuda destinada a Ucrania cerró de momento el uso para ese concepto de los activos financieros rusos, cerca de 210.000 millones de euros guardados en instituciones europeas. El paso, defendido a capa y espada por Alemania, fue bloqueado sin ambages por Bélgica, que tiene la mayor parte de esos activos inmovilizados, pero también hubo otros países, como Italia, que advirtieron del alto costo que tal medida, de facto una confiscación de fondos bancarios y su uso dudosamente legal, habría tenido para la credibilidad del sistema financiero europeo. Potencias económicas mundiales con grandes intereses financieros en Europa como China o la India miraban con un incómodo silencio qué dirección se tomaría finalmente.
Ante la incapacidad de los Veintisiete para arrostrar las consecuencias que habría tenido tal paso (incluida la confrontación con Rusia, que calificó esa eventual medida como una auténtica declaración de guerra), finalmente se decidió crear un fondo inicial de 90.000 millones de euros a partir del endeudamiento de los Veintisiete, para entregarlo como préstamo a Ucrania destinado a cubrir las necesidades bélicas y de otro tipo al menos para 2026 y 2027. Ese préstamo lo debería devolver Ucrania si Rusia, una vez alcanzada la paz, paga a Kiev las correspondientes reparaciones de guerra. Es decir, la UE se quedará sin ese dinero.
De esta forma, Bruselas ve reducida su capacidad de acción en unas negociaciones que este domingo continuaron a dos bandas en Florida y en las que ya venía siendo ninguneada por rusos y estadounidenses, y queda, si cabe, más sometida al papel que Trump le pueda dar. Europa se verá obligada a reconsiderar su estrategia de querer estar en primera fila en esas conversaciones so pena de que le pueda salir muy cara, económica y geopolíticamente, esa retórica contraria a cualquier trato con Moscú.
Y esta misma unidad en el rechazo a tratar con el Kremlin ya empieza también a hacer agua.
La cohesión europea ante Moscú se resquebraja
Rusia ya está aprovechando la punta de lanza que significa ese fracaso de las posiciones más radicales en la UE, lideradas por Alemania, favorables a expropiar sus activos financieros. El pasado viernes, al terminar la cumbre europea, el presidente francés, Emmanuel Macron, ya dejó en el aire la posibilidad de reanudar el diálogo con Rusia, una propuesta inusitada, pues Francia abanderaba, junto a Alemania, los sentimientos europeos más furibundamente antirrusos. Macron, por ejemplo, es el principal defensor del despliegue de una fuerza europea en Ucrania incluso antes de alcanzar un armisticio.
El Kremlin parecía estar esperando un mensaje así y este domingo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, daba una respuesta sin ambages: el presidente Vladímir Putin "ha expresado su disposición a dialogar con Macron". La última vez que ambos mandatarios hablaron, por teléfono, fue el julio pasado.
"Es bienvenido que el Kremlin haya dado su aprobación pública a esta iniciativa. En los próximos días decidiremos cuál es la mejor manera de proceder", indicó a su vez la Presidencia francesa en un comunicado. Según el Elíseo, "ahora que se perfila la perspectiva de un alto el fuego y una negociación de paz, vuelve a ser útil hablar con Putin. Eso es lo que ha dicho el presidente esta semana en Bruselas . En ese mensaje tras la cumbre de líderes de la UE, Macron abogó por una implicación europea en el diálogo directo con Putin si no se producían avances en las negociaciones dirigidas por EEUU. Era también una forma de tratar de salvar las apariencias tras el fracaso de la iniciativa destinada a confiscar los activos financieros rusos.
Zelenski le ve las orejas al lobo
Este domingo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ya percibió el peligro de que, al final, sea Ucrania la que quede expuesta a las decisiones tomadas por otros. Zelenski, receloso, abogó por continuar los cauces de diálogo abiertos, es decir, los liderados por EEUU y que este fin de semana se retomaron en Miami con la participación por parte de la Casa Blanca de Steve Witkoff y Jared Kushner, el yerno de Trump.
Tiene mucha razón Zelenski para mostrarse nervioso. Hasta ahora, Kiev había sustentado su oposición radical a una cesión de territorios a Rusia (los conquistados y todo el Donbás, incluso la parte que no ha sido ocupada) gracias al apoyo que en este sentido le había deparado Europa. Si ahora Francia negocia por su cuenta con Rusia y acepta en alguna medida esa parte del plan de paz lanzado por Trump en noviembre y que contemplaba esa entrega de territorios a Moscú, la suerte de Zelenski estará echada y de poco le valdría incluso celebrar un referéndum en Ucrania sobre esa cesión territorial.
La fórmula "territorios por paz" fue rechazada desde un principio por Zelenski y sus aliados europeos, y constituye el mayor escollo hasta el momento para alcanzar un mínimo consenso en una negociación. Hasta Trump ha recriminado en diversas ocasiones al líder ucraniano por negarse a reconocer el resultado de la guerra y alargar así la confrontación. La posición europea había sido única en este sentido, favorable a la soberanía ucraniana sobre todo su territorio.
Rusia ha hecho de esa reclamación territorial el puntal de su posición ante cualquier negociación para poner fin al conflicto de Ucrania: no solo quiere el reconocimiento de la anexión de las regiones de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón (además de Crimea, anexionada en 2014), sino que demanda también la parte de Donetsk (un 20% de su territorio) aún bajo control ucraniano.
Una nueva fórmula sobre los territorios en disputa
Una de las posiciones sobre las que se ha trabajado en los nuevos contactos en Miami entre los representantes estadounidenses con los rusos y ucranianos por separado apunta a una posibilidad que permitiría de alguna forma salvar la cara a las partes. Rusia debería renunciar a su reclamación de todo el Donbás y dejar en manos de Ucrania esa cuarta parte de Donetsk aún controlada por Kiev. Posiblemente este sea uno de los puntos que podrían abordar también Putin y Macron en una eventual conversación próxima. Las posibilidades de éxito, no obstante, son exiguas.
El problema es que la ofensiva rusa sigue, lenta, pero sin denuedo. La intención del Kremlin es crear una larga zona de separación entre los territorios rusos y los ucranianos, y por eso está conquistando nuevas áreas en el norte de Ucrania, en las regiones de Sumi y Járkov; en el sur, en Dnipropetrovsk, y en Zaporiyia. Si hay negociaciones, sería más fácil para Moscú renunciar a esas zonas supuestamente desmilitarizadas que a cualquier área del Donbás, el territorio histórico prorruso reclamado por Moscú desde 2014. Los renovados ataques sobre la ciudad portuaria de Odesa, también muy rusificada en el pasado, añaden un punto más de tensión al panorama bélico, con acusaciones de Kiev sobre la intención de Moscú de cerrar todo acceso ucraniano al mar Negro.
En estas circunstancias, la posición ucraniana podría hacerse incluso más insostenible. El propio Zelenski teme que la nueva ayuda prometida por la UE no llegue a tiempo para sostener al ejército ucraniano en los próximos meses, claves para la contienda. Los expertos, en cambio, señalan que la economía de guerra rusa, pese a sus graves hándicaps, podría aguantar el tirón varios años más y aprovechar el desgaste creciente europeo para más adelante imponer condiciones draconianas a Kiev y Bruselas, incluso con el beneplácito travieso de Trump.
Periodista y analista para Público en temas internacionales. Es especialista universitario en Servicios de Inteligencia e Historia Militar. Ha sido corresponsal de la Agencia EFE en Rusia, Japón, Corea del Sur y Uruguay, profesor universitario y cooperante en Bolivia, y analista periodístico en Cuba. Habla inglés y ruso con fluidez. Es autor de un libro de viajes y folclore.
Nota del BLOG .- Hay una información que no nos dicen y es que el presupuesto de KIEV para el año 2026 prevé unos ingresos de 2,9 billones de UAH (69 000 millones de dólares) y unos gastos de 4,9 billones de UAH. Y gran parte de la diferencia la cubrirán las potencias occidentales, y eso fue lo presentado ya por Zelenski pero la UE como no han logrado reunir la diferencia y solo 90 M M que ni llegan hasta la primavera, Y es aberrante que la UE dedique ahora mas de 90 .Mil millones de euros y ya van 200 . M . M .sin control y a una guerra perdida y encima a un régimen corrupto de nacionalistas de derecha aliado a los nazis ucranianos y que desde el 2021 durante los últimos casi 4 años de guerra encubierta con Rusia la UE no hayan hecho ni una auditoria de ese dinero .. como bien explicó Regina Laguna .... https://www.eldiario.es/opinion/tribuna-abierta/control_12
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