La narrativa de guerra israelí y su creciente descrédito en
los medios internacionales
La elevada cifra de bajas civiles en Gaza, junto con un
número creciente de noticias falsas e imágenes difundidas por el aparato de
propaganda israelí, han afectado considerablemente a la credibilidad del
Gobierno de Netanyahu a escala internacional
Ana Garralda
25 de noviembre de 2023 22:35h 0
La crisis reputacional que atraviesa el Gobierno liderado
por Benjamín Netanyahu tras lo sucedido el pasado 7 de octubre es cada vez más
evidente. Si durante las primeras semanas los medios, especialmente los
europeos y norteamericanos, reproducían las declaraciones de los portavoces
israelíes, en detrimento de las voces palestinas e internacionales que las
cuestionaban, la tendencia ha ido cambiando según quedaban expuestos los
errores, las manipulaciones o la ocultación de hechos por parte de ese aparato
mediático.
Los periodistas se resisten a formar parte de la maquinaria
de propaganda israelí
Una realidad que ha ido in crescendo a medida que ha quedado
probada la asimetría existente entre los logros conseguidos por el Ejército
desde que iniciase su ofensiva en la Franja Gaza y el reguero de destrucción y
muerte que ha ido dejando tras ella. Según la Oficina de Comunicación del
Gobierno gazatí –una fuente que la ONU cita en sus informes–, la cifra de
fallecidos asciende a 14.500, de los que alrededor de 6.000 serían menores.
Además, casi la mitad de las viviendas del enclave costero han sido destruidas
o dañadas por fuego israelí.
Las pruebas aportadas por Israel, cuestionadas
Ni siquiera los reportajes de periodistas internacionales de
las cadenas de televisión CNN y BBC, o del periódico New York Times, empotrados
con el Ejército hebreo en las últimas semanas, le han proporcionado a Israel la
credibilidad que tanto ansiaba. En ocasiones, más bien, lo contrario. Un buen
ejemplo es lo sucedido en el interior del hospital Al Shifa, el más grande de
la Franja de Gaza y convertido en un objetivo militar destacado porque, según
Israel, era un “centro de comando y control de Hamás”.
Tras varios días de asedio, los soldados irrumpían en el
complejo a mediados de noviembre para buscar armamento y realizar
interrogatorios que pudieran arrojar luz sobre la localización de la vasta red
de túneles que –siempre según el Ejército israelí– se extiende bajo el hospital
y en la que sospechan que las milicias palestinas se escondieron o adonde
llevaron a algunos rehenes que capturaron en el sur de Israel. En un vídeo, el
portavoz militar Jonathan Conricus mostró el alijo encontrado: unas diez armas,
munición, chalecos antibalas y uniformes militares de Hamás, algunos de los
cuales estaban escondidos detrás de máquinas de resonancia magnética, tal y
como reveló.
Para respaldar esa narrativa, el Ejército anunció este
jueves el arresto del director de Al Shifa porque “bajo su administración, en
el hospital había una extensa actividad terrorista de Hamás”.
Sin embargo, un análisis realizado el pasado sábado por
periodistas de la televisión estadounidense CNN no excluyó la posibilidad de
que los portavoces castrenses “reorganizaran” las armas encontradas antes de
que los medios internacionales llegasen al lugar. La cadena apunta a que,
mientras en la imagen inicial grabada por Conricus se veía un único fusil
AK–47, el número de armas se multiplicó en una imagen posterior recogida por
las cámaras de Fox News o BBC. “No está claro de dónde vino el segundo AK–47 y
por qué no es visible en el clip anterior de las FDI (Fuerzas de Defensa de
Israel)”, afirmó CNN.
“La discrepancia entre el vídeo del propio Ejército y las
imágenes de BBC se debió al hecho de que se descubrieron más armas y activos
terroristas a lo largo del día”, alegaron portavoces israelíes a la cadena
estadounidense. “Las sugerencias de que las FDI están manipulando a los medios
de comunicación son incorrectas”, añadieron.
Por su parte, Hamás, que ha negado repetidamente el uso del
hospital para operaciones militares, emitió un comunicado calificando las
afirmaciones del aparato militar israelí como “una historia inventada que nadie
creería”. Uno de sus miembros, Bassem Naim, las definió en la cadena de
televisión qatarí Al Jazeera como “farsa” o “teatro”. “Una vez más Israel no
logró demostrar lo que ha estado afirmando durante semanas. Su objetivo es
ejercer presión sobre los hospitales, el personal médico y desplazar a la
población”, denunció Naim.
Días antes, su credibilidad volvía a ponerse en cuestión en
otro centro hospitalario, el de Rantisi, en el hoy devastado norte de la Franja
de Gaza. Durante una visita de otro grupo de periodistas internacionales al
sótano de ese pequeño centro médico infantil, un portavoz de las FDI les mostró
lo que –según él– eran pruebas de la infraestructura de Hamás: un puñado de
armas, explosivos, ropa y enseres usados por presuntos rehenes, una motocicleta
supuestamente utilizada en los ataques del 7 de octubre y un papel pegado en la
pared con grafía en árabe.
“Esta es una lista de guardias (de rehenes). Cada terrorista
tenía su propio turno”, aseveró Daniel Hagari, mientras le mostraba el
documento al reportero de CNN.
Poco después de la difusión del reportaje, cuyas imágenes el
Ejército ya había distribuido un día antes en redes sociales, medios de
comunicación y usuarios áraboparlantes desmentían la versión del portavoz.
“¡Esto es vergonzoso, Daniel! Borra antes de que cualquier hablante de árabe
vea como te humillas. Lo único (que hay) en esa 'lista de terror' son los días
de la semana (sábado-viernes)”, escribió en X (Twitter) el director de
comunicación de Euro-Med Human Rights Monitor, una organización de derechos
humanos con sede en Ginebra.
Tras el descrédito y la mofa pública, fuentes de las FDI señalaron
al canal 12 de Israel que “se cometió un error en la traducción de parte de la
tabla”. El vídeo, incluido el calendario, fue ampliamente difundido no
solamente por CNN, sino también por funcionarios y diplomáticos israelíes en
todo el mundo, como Aviva Klompas, miembro de la misión de Israel ante Naciones
Unidas.
Preguntas sin responder tras la matanza de civiles
La creciente crisis de credibilidad que afecta al aparato de
propaganda israelí no sólo se ciñe a lo que está ocurriendo en la Franja de
Gaza. Según pasan las semanas y se conocen más detalles sobre el ataque del 7
de octubre, surgen dudas y preguntas también en Israel.
Una investigación publicada recientemente por el diario
israelí Haaretz –inicialmente sólo en su versión en hebreo– plantea el que
quizá sea el interrogante más polémico por la carga emocional que conlleva, en
un país aún traumatizado por la peor matanza sufrida en décadas: ¿Mató Hamás a
todas las víctimas civiles del 7 octubre o una parte pudo morir por fuego de
sus propias fuerzas?
Según una fuente policial anónima citada por el periódico,
los misiles disparados desde al menos un helicóptero Apache de las FDI, enviado
a la zona una vez se tuvieron noticias de la incursión de los milicianos de
Hamás, habrían causado la muerte de algunos de los asistentes al festival de
música electrónica Nova, porque los pilotos tuvieron dificultades para
distinguir entre los combatientes y los jóvenes que estaban pasándolo bien. El
documento explica que “cuando se percataron, algunos decidieron emplear
munición de artillería contra los terroristas por su cuenta, sin tener
autorización de sus superiores”.
Después de esa y otras informaciones que cuestionan la
versión oficial de Israel, el ministro de Comunicaciones, Shlomo Karhi, ha
presentado una propuesta para prohibir la publicación de noticias
gubernamentales en Haaretz, así como la suscripción a este medio por parte de
cualquier funcionario. El ministro ha acusado al periódico de “sabotear a
Israel en tiempos de guerra” y de ser un “portavoz incendiario de los enemigos
de Israel”.
Las autoridades de este país tampoco han explicado cómo los
milicianos palestinos que irrumpieron desde Gaza en el sur de Israel –y
llegaron al lugar donde se celebraba la fiesta de música electrónica, donde
mataron supuestamente a unas 350 personas– pudieron causar una destrucción
masiva, tanto en los kibutzim como en las bases militares, si realmente
portaban armas ligeras, tal y como se aprecia en las imágenes recogidas por sus
propias cámaras 'gopro' o por las de seguridad distribuidas por la zona.
La semana pasada, el presentador de la estadounidense MSNBC,
Mehdi Hasan, preguntó al portavoz jefe del Gobierno israelí, Mark Regev, sobre
la revisión del balance de víctimas realizada por el Ejecutivo varias semanas
después de la masacre, pasando de 1.400 a 1.200 fallecidos. “Entendimos que
habíamos sobreestimado el número, cometimos un error. De hecho, había cuerpos
que estaban tan quemados que pensamos que eran nuestros, pero al final
aparentemente eran terroristas de Hamás”, respondió.
Aunque no ha ofrecido pruebas, la tesis sostenida por el
aparato militar de Israel mantiene que los combatientes de Hamás quemaron sin
distinción a civiles israelíes y sus propiedades, en atrocidades no vistas
desde el Holocausto. “Obviamente los combatientes de Hamás no se prendieron
fuego a sí mismos ni se quemaron hasta quedar irreconocibles”, apunta en su
blog el periodista palestino-estadounidense Ali Abunimah, cofundador de la web
Electronic Intifada y autor del libro 'The Battle for Justice in Palestine' (La
batalla por la justicia en Palestina). En su opinión, las fuerzas israelíes
entraron en pánico tras el asalto de Hamás y, ante la dificultad de distinguir
entre milicianos y ciudadanos, dispararon indiscriminadamente a todo lo que se
les puso por delante.
Abunimah basa sus afirmaciones en testimonios como el de
Yasmin Porat, una de las supervivientes del kibutz Beeri, cerca de la frontera
con Gaza. Esta mujer de 44 años dijo durante una entrevista en un programa
matinal de la emisora de radio israelí Kan, ocho días después de la matanza,
que “sin duda” hubo civiles israelíes asesinados por sus propias fuerzas de
seguridad. “Eliminaron a todos, incluidos a los rehenes (…). Hubo fuego cruzado
muy, muy intenso”, relató.
Por su parte, fuentes de la Aviación israelí admitieron
haber enviado a una veintena de helicópteros de ataque, que habrían disparado
enormes cantidades de proyectiles y misiles Hellfire el 7 de octubre. “El
relato de Porat, entre otros, subraya la necesidad de que Israel realice una
investigación independiente, si bien es poco probable que la permita alguna
vez”, apunta Abunimah.
https://www.eldiario.es/internacional/narrativa-guerra-israeli-creciente-descredito-medios-internacionales_1_10710954.html
Nota del blog .-
Estos hechos ya se sabían por otros medios .. por ejemplo.
https://thegrayzone.com/2023/10/27/israels-military-shelled-burning-tanks-helicopters/
..
Haaretz confirma que Grayzone informó que fue descartado
como una "conspiración" que muestra que Israel mató a sus propios
asistentes al festival..
https://thegrayzone.com/2023/11/21/haaretz-grayzone-conspiracy-israeli-festivalgoers/-
-
¿Qué pasó realmente el 7 de octubre?.
https://thegrayzone.com/2023/11/18/video-what-happened-october-7/
----------------
https://new.thecradle.co/articles/was-october-7th-a-hamas-or-israeli-massacre+
Israel admite que mató a los suyos en el festival de música
Nova..
https://new.thecradle.co/articles/israel-admits-it-killed-its-own-at-nova-music-festival
---------------------------
Israel ha sancionado a Haarezt por informar
https://www.europapress.es/internacional/noticia-ministro-comunicaciones-israel-propone-sancionar-diario-haaretz-difundir-propaganda-20231123175933.html
https://www.theinteldrop.org/2023/11/19/apartheid-israel-finally-admits-it-killed-its-own-at-nova-music-festival-biden-lied-again/
No hay comentarios:
Publicar un comentario