Los clamorosos silencios del lobby promarroquí
español
Por Luis Portillo Pasqual del Riquelme*/ Lo Que Somos
Hay que seguir trabajando cada día en apoyo de la causa
saharaui.
Lo cierto es que lo que realmente protegen esas “muy
cuidadas” relaciones políticas es la ocupación ilegal del Sáhara Occidental, la
impunidad frente al genocidio del pueblo saharaui… con napalm, fósforo blanco,
bombas de fragmentación y ametrallamiento aéreo…
Con motivo de la reciente visita de los reyes de España a
Marruecos, el diario El País publicó el 12 de febrero pasado un artículo de
opinión firmado por María Teresa Fernández de la Vega, en su condición de
presidenta del Consejo de Estado, titulado “Marruecos y España, unidos en la
diversidad”. Formaba parte de un amplio dispositivo propagandístico ideado para
complacer al régimen alauita y publicitar las presuntas razones del viaje que
emprendían – ¡por fin! – los monarcas españoles al país vecino, después de
varias intentonas fallidas (léase “desplantes” de Mohamed VI). En dicho
dispositivo publicitario participaban, en diversos medios de comunicación,
otros destacados miembros del lobby promarroquí: José Luis Rodríguez Zapatero,
en su condición de expresidente del Gobierno, en el diario La Razón; Ana
Palacio, exministra de Exteriores y también ‘miembra’ del Consejo de Estado, en
El Mundo; Amirah Fernández, investigador del Real Instituto Elcano, en El País;
Josep Borrell, actual ministro de Exteriores, a través de declaraciones a
diversos medios; o Luis Planas, exembajador en Marruecos, ministro de
Agricultura y conspicuo lobbista merecidamente condecorado por Marruecos -como
también lo fuera el exministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos– con el
Gran Cordón de la Orden del Wissam al Alaoui, por los servicios prestados, como
siempre entre bambalinas…
El artículo publicado en El País subrayaba –al igual que los
publicados en otros medios- la importancia ‘estratégica’ de Marruecos y los
intereses mutuos; cantaba las excelencias del vecino alauita y, sobre todo, las
inmejorables oportunidades para los buenos negocios…; destacaba el “momento
particularmente dulce” que atraviesan las relaciones comerciales bilaterales y
señalaba que va en interés de todos “cuidar el excelente trato político y
comercial” para así poder “seguir trabajando en beneficio de la paz, el progreso
y la democracia”. En opinión de la firmante, el ‘estratégico’ viaje de los
Reyes servía, también, para que las dos Casas Reales “forjen sus relaciones
personales”, que –siempre en su opinión- hermanan a sus pueblos, como puede
hacerlo también el fútbol con la candidatura conjunta para el Mundial de 2030,
sugerida por el presidente Pedro Sánchez en su anterior visita a Mohamed VI.
Rebosante de jabón, lisonjas y florituras, el mencionado
artículo eludía y silenciaba –al gusto de Rabat- una cuestión crucial, no solo
en la relación de España con Marruecos sino también en el terreno de las
relaciones internacionales, el derecho internacional y la justicia universal, y
que se pretende ocultar a los lectores y al mundo: la invasión y ocupación
militar del territorio saharaui por el ejército marroquí, 43 años de ignominia
colonial, la pertinaz represión del ocupante, la sistemática expulsión del
Sáhara Occidental de eurodiputados, juristas, observadores, periodistas y
estudiantes para impedirles constatar la realidad; la culpabilidad de los
gobernantes españoles, la traición de los ‘socialistas’, el abandono de los
principios anticolonialistas, el permanente chantaje alauita, la impune
violación de la legalidad internacional por un régimen al que se le siguen vendiendo
armas con las que se reprime al pueblo saharaui,… y la ejemplar resistencia de
un pueblo que lucha pacíficamente por el respeto de los derechos humanos, por
su legítimo derecho a su propia tierra, a sus recursos naturales, a su propia
vida en paz y libertad, y que ha sido capaz de construir su propio Estado, la
República Árabe Saharaui Democrática (RASD), de cuya proclamación (Bir Lehlu,
27 de febrero de 1976) se cumplen ahora 43 años, con el reconocimiento de más
de ochenta países, a pesar de tantas maniobras rastrerasen su contra. En
resumen, un panegírico falaz y una operación propagandística de un cualificado
elenco de aduladores entusiastas del régimen alauita, que silenciaba también la
gran deuda de la Monarquía española con el pueblo saharaui y que pretendía
vendernos la burra de un Marruecos inocente y sus excelsas relaciones con
España.
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha
fallado reiteradamente que el Sáhara Occidental es un territorio distinto y
separado de Marruecos, conforme al estatus de territorio no autónomo –pendiente
de descolonización- establecido por la ONU. A pesar de ello, el lobby
promarroquí también ha trabajado denodadamente en las instituciones de la
Europa comunitaria, con el inestimable apoyo de los funcionarios españoles,
llevando a cabo oscuras maniobras para que prosiga el latrocinio de los
recursos nacionales saharauisy la violación del derecho internacional, como
señalan los propios eurodiputados. ¿No decía el Sr. Felipe González Márquez que
en el Sáhara Occidental no había riqueza ni actividad económica alguna? A un
expresidente del Gobierno se le supone suficientemente informado, por lo que
tales manifestaciones solo pueden calificarse de mentiras o cinismo. O ambas
cosas a la vez.
El panegírico de la Sra. Presidenta del Consejo de Estado
oculta deliberadamente la verdad, tratando de blanquear así el crimen
colonialista de Marruecos, como quiere el Majzén y como se viene haciendo desde
que se diera la orden de “encapsular el tema del Sáhara Occidental”. Y ahora,
ya no sólo impiden hablar del Sáhara Occidental en el Congreso de los
Diputados, ¡en nuestro propio país!, por pavor al rey marroquí, sino que,
además, deportan y entregan al enemigo a quienes huyen del régimen alauita
perseguidos por el mero hecho de ser saharauis. Un ‘encomiable trabajo’
conjunto de los ministerios de Interior y Asuntos Exteriores (‘Asuntos
Marroquíes”) que ha sido inmediatamente denunciado ante la Comisión Europea por
la eurodiputada de Izquierda Unida (IU) Marina Albiol.
Que hayan tenido que ser nada menos que la presidenta del
Consejo de Estado de España, el expresidente del Gobierno y también consejero
estatal, Sr. Rodríguez Zapatero, y la no menos consejera ‘binacional’, Sra. Ana
Palacio, los principales encargados visibles de poner alfombra roja a la
fanfarria real alauita, puede dar una idea de hasta dónde han llegado el poder
y los manejos del lobby promarroquí y en qué opacas y sumisas tareas anda
metido el susodicho Consejo de Estado, que todos sufragamos. Si el Departamento
español de Exteriores es conocido despectivamente como ‘Ministerio de Asuntos
Marroquíes’, nada de extraño tiene que también el Consejo de Estado se dedique,
en sus ratos libres, a hacer lobby en beneficio de la monarquía alauita y en
contra del pueblo del Sáhara Occidental, en coherencia con los “intereses
estratégicos” clarificados por la señora Fernández de la Vega y sus compañeros
del lobby.
Al rey marroquí –que siempre quiere más y más ‘pasta’ de la
UE- le sobran dineros, palacios, lujos, propiedades y viajes de placer, que muy
bien podría dedicar a mejorar la vida de su pueblo, en lugar de pedir dinero y
chantajear al vecino
Respecto a la afirmación de la presidenta del Consejo de
Estado de que “las relaciones políticas [España-Marruecos] han estado siempre
muy cuidadas”, mediante “una política de Estado que protege la estabilidad de
nuestra relación”, lo cierto es que lo que realmente protegen esas “muy
cuidadas” relaciones políticas es la ocupación ilegal del Sáhara Occidental, la
impunidad frente al genocidio del pueblo saharaui (con napalm, fósforo blanco,
bombas de fragmentación y ametrallamiento aéreo), la violación del IV Convenio
de Ginebra, de las resoluciones de NN.UU, de la jurisprudencia de la UE, de la
legalidad internacional. Y todo eso, en última instancia, sí que genera
inestabilidad, inseguridad, desafección, odio y descrédito institucional. Como
también es cierto que esas relaciones y esa política han sido de subordinación
y sumisión de España a las exigencias del Majzén (“la otra rendición de
Breda”): primero, se vendió al pueblo saharaui mediante los ilegales e
ilegítimos “Acuerdos Tripartitos de Madrid” y, después, se le intenta utilizar
descaradamente como moneda de cambio, para hacer buenos negocios, tapar las
vergüenzas y humillaciones de los gobernantes españoles y procurar superar los
chantajes alauitas. En cambio, lo que sí debiera ser una honesta ‘política de
Estado’ es la definitiva, y de una vez por todas, descolonización del Sáhara
Occidental -vergüenza pendiente de nuestra inacabada Transición-, que España,
como potencia responsable de iure, debiera liderar, en lugar de mirar para otro
lado como si nada hubiera sucedido.
Por su parte, la también muy influyente lobista, consejera
estatal y ¡simultáneamente! también consejera de la empresa pública marroquí de
fosfatos, OCP, Ana Palacio, parece haber abjurado hoy de su firme posición de
antaño: “El Sáhara no es moneda de cambio. Nuestra postura sobre el Sáhara está
fundada en muchísimas cosas, pero desde luego en ningún caso será moneda de
cambio para mejorar nuestras relaciones con Marruecos” (El País, 26/09/2002).
La carne es débil y el bolsillo también, pero el Sáhara Occidental y el Pueblo
Saharaui no tienen por qué ser moneda de cambio de las intrigas y traiciones de
nadie; y mucho menos para calmar las ambiciones expansionistas de la monarquía
alauita.
Al rey marroquí –que siempre quiere más y más ‘pasta’ de la
UE- le sobran dineros, palacios, lujos, propiedades y viajes de placer, que muy
bien podría dedicar a mejorar la vida de su pueblo, en lugar de pedir dinero y
chantajear al vecino y a Europa con el terrorismo, el narcotráfico y las
pateras. Y lo mismo cabe decir del ingente gasto militar y de seguridad, y de
la montaña de prebendas utilizadas para mantener la ocupación militar de la
mayor parte del Sáhara Occidental usurpado, mientras un 91 por ciento de los
jóvenes marroquíes manifiestan su deseo de abandonar su propio país, aunque sea
jugándose la vida en patera (digital marroquí LesEco.ma).
Lo dice muy claro Ignacio Cembrero (elconfidencial.com):
“Ese pavor a indisponer a Marruecos explica, entre otras muchas cosas, la doble
vara de medir del Ejecutivo socialista, y también del PP, en relación a su
defensa de los derechos humanos más allá de las fronteras de España. Hasta el
20 de enero el número de presos políticos, cerca de 500, según dos ONG locales,
era muy superior en Marruecos al de Venezuela —273 según el Foro Penal
Venezolano—. La gran mayoría de los marroquíes encarcelados no son islamistas,
sino jóvenes activistas rifeños víctimas de la represión que padece la región
desde mayo de 2017.” “Desde 2014, la inmigración, los problemas de Ceuta y
Melilla y la fluidez de la relación política al más alto nivel han ido a
peor,…—la económica va viento en popa—“. “La mayoría relativa (un 22%) de los
[inmigrantes] que llegan por mar son marroquíes, muchos de ellos jóvenes
rifeños. Algunos cuentan al desembarcar a la policía que no tuvieron ningún
impedimento para zarpar de la costa del Rif, como si las autoridades de Rabat
les quisieran facilitar la salida para rebajar así la presión social dentro del
país.” “El 80% [de los menores no acompañados, MENA] son marroquíes que no
pueden ser repatriados por la falta de colaboración de Rabat.” “Atenazado por
la inmigración y la necesidad de contar con Marruecos en la lucha
antiterrorista, el Gobierno español ha multiplicado los gestos hacia el vecino
del sur. Se ha batido el cobre en Bruselas para conseguir los 140 millones de
euros en ayudas o para que los nuevos acuerdos de asociación y pesca entre la
UE y Marruecos incluyan al Sáhara Occidental. Gilles Devers, el abogado francés
del Frente Polisario, ya ha anunciado que recurrirá los nuevos acuerdos y,
según fuentes jurídicas, tiene todas las de ganar.”
Ese testimonio de un muy acreditado profesional de la
información –y hay multitud de tales testimonios- desautoriza de plano las
aduladoras lisonjas de los panegiristas del lobby, que no dicen ni una sola
palabra de todo lo anterior, lo ocultan, silencian, mienten, intoxican o
simplemente desinforman. Como ha señalado Javier Cercas en otro contexto (“El
triunfo de los mentirosos”), hay que denunciar una y otra vez las mentiras y
los silencios cómplices, la manipulación mediática e institucional, la
ocultación interesada de la verdad; en nuestro caso, la responsabilidad de
España y Marruecos en la tragedia saharaui. Sería inútil pedir a los
cualificados miembros del lobby que no nos vendan las pretendidas bondades de
Marruecos ni los suculentos negocios basados en ‘intereses mutuos’; pero ya que
no tienen capacidad moral para defender los legítimos derechos del pueblo
saharaui, al menos podrían limitarse a describir simplemente la realidad, no a
ocultarla o tergiversarla. En palabras del senador Pablo Rodríguez Cejas: “no
es admisible que las relaciones de España con Marruecos sean un pretexto para
encubrir y silenciar una situación de injusticia, de ocupación por la fuerza,
de intransigencia e impunidad por parte de Marruecos, que incumple
sistemáticamente las normas básicas del derecho internacional”.
Fútbol y elecciones
Marruecos no puede ser admitido por la FIFA como país
candidato para el Mundial de Fútbol 2030. El Mundial es un importante evento
deportivo que representa un reconocimiento internacional y un honor –además de
cuantiosos beneficios económicos- para el país finalmente designado. Ni
Marruecos lo merece ni el mundo puede permitirlo. Marruecos debe ser excluido
de ese honor y esos beneficios mientras sea un Estado gamberro que viola
impunemente los derechos humanos y la legalidad internacional, persiste en la
ocupación manu militari del Sáhara Occidental y en la represión del Pueblo
Saharaui, mantiene en condiciones infrahumanas a los presos políticos,
chantajea a los gobiernos europeos, impide el acceso al territorio no autónomo
del Sáhara Occidental y, en definitiva, constituye un serio obstáculo para la
paz en la región.
Quienes promuevan, permitan o autoricen, en su caso, la
inmerecida candidatura de Marruecos, serían cómplices de la ilegal e ilegítima
ocupación del Sáhara Occidental condenada por la comunidad internacional, de
los crímenes que se perpetran cotidianamente por causa de dicha ocupación, y de
obstaculizar una verdadera solución a la ilegal ocupación marroquí del
territorio saharaui, la última colonia en África. Adicionalmente, aceptar
arteramente la candidatura de Marruecos para ese evento deportivo, en su actual
condición de potencia ocupante del Sáhara Occidental, podría suponer el
desprestigio de la FIFA(respaldando la violación de la legalidad internacional
por parte de Marruecos) y el boicot y una campaña mundial de protestas, como ya
sucedió con el boicot internacional a la celebración del Mundial 1978 en
Argentina bajo la dictadura de los generales, hoy juzgados y condenados.
Hay que seguir trabajando cada día en apoyo de la causa
saharaui. Estamos ahora a las puertas de las elecciones generales en España, el
28 de abril; y de las autonómicas, locales y al Parlamento Europeo, el 26 de
mayo. Podemos contribuir a solucionar el ‘conflicto saharaui’ votando a
aquellos partidos y formaciones políticas que han demostrado su apoyo a la
justa causa del pueblo saharaui y a su derecho a la autodeterminación, incluida
la opción de la independencia, y que así lo lleven en sus respectivos programas
electorales. De esta manera podremos aunar esfuerzos con nuestros
representantes electos y reclamarles que cumplan y trabajen por lo que han
prometido a sus electores: ¡Justicia y Libertad para el Pueblo Saharaui!
* Doctor en Ciencias Económicas, exprofesor de Estructura
Económica Internacional en la Universidad Autónoma de Madrid
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Desfile en Marruecos en 1936
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