El 'negrero' López y López gana al 'marqués' de Comillas en Barcelona
La ciudad catalana retira la estatua en honor al marqués de
Comillas tras la polémica entre el ayuntamiento cántabro y el
consistorio que lidera Ada Colau
Muchos indianos que se enriquecieron en América lavaron su imagen con donaciones e inversiones tras hacer dinero con el tráfico ilegal de personas
Muchos indianos que se enriquecieron en América lavaron su imagen con donaciones e inversiones tras hacer dinero con el tráfico ilegal de personas
Antonio López y López dejó de serlo
cuando se hizo millonario. Su conversión en marqués de Comillas, el 3 de
julio de 1878, supuso también el olvido de una historia oscura que
explica, en buena medida, lo que lo convirtió en un noble cuya muerte el
16 de enero de 1883 provocó la proliferación de hagiografías: "Madrid,
Santander, Cádiz, Alicante, La Habana, París y otras y otras ciudades
han demostrado el sentimiento que les causara la pérdida del eminente
financiero y modesto ciudadano, dedicando a su memoria manifestaciones
tan elocuentes, como sentidas, que atestiguan el elevado concepto que el
señor López supo conquistar en toda España y aun en el extrangero
(sic)" ( Homenaje que la Ciudad de Barcelona tributó a la Memoria del Excmo. Sr. D. Antonio Lopez y Lopez, Marques de Comillas, Imprenta Peninsular, 1883).
El elevado concepto de las élites sobre el multimillonario marqués fue
revisado por primera vez por otras gentes sin títulos ni posición social
durante los primeros días de la Guerra Civil. Entonces, en 1936, la
multitud destrozó la estatua levantada en homenaje al marqués en 1884
para denunciar lo que representaba el marqués: el enriquecimiento a
costa de otros, el esclavismo, la rancia burguesía que financiaba la
arquitectura modernista con la plusvalía de innombrables negocios. Tras
la victoria de los golpistas, ya en 1940, todo "volvió a su lugar" y,
desde entonces, hasta este fin de semana, una reproducción de la estatua
original ha contemplado la evolución de una Barcelona que ahora cumple
con la petición de diversos sectores: la retirada definitiva de la
figura del 'insigne' cántabro. La memoria física del marqués desaparece y
se rebautiza la plaza con el nombre de Idrissa Diallo, joven senegalés
muerto en 2012 en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la
Zona Franca.
María Teresa Noceda, la alcaldesa de Comillas, la villa
que vio nacer a López y López, se acordó una semana antes de la
desaparición de la estatua y protestó por correo electrónico contra la
decisión del Ayuntamiento de Barcelona, que consideraba un
"despropósito". Y aunque Noceda reconoce que la faceta empresarial del
marqués pudo tener "algunos aspectos oscuros", la alcaldesa no ve
problema y admite que, en general, tras la riqueza empresarial puede
haber episodios turbios: "¡Qué empresario no los ha tenido! [aspectos
oscuros]", y destaca su labor como filántropo y mecenas cultural.
¿Aspectos oscuros?
La alcaldesa de Comillas, en su carta, cometía algunos errores
históricos, que el Ayuntamiento de Barcelona se ha encargado de
recordarle. Escribía Noceda que López y López, acusado de enriquecerse
con el tráfico de personas esclavizadas, "no cometió ninguna ilegalidad,
porque vivió en una época en que se permitía".
Es
lo que pasa con la amnesia sobre algunos personajes. Cuando López y
López traficaba con personas desde Cuba o desde Barcelona con destino a
las florecientes plantaciones de la isla antillana estaba prohibido. Es
decir, España mantenía como legal la esclavitud pero no el tráfico de
personas esclavizadas, en virtud de un tratado firmado con Inglaterra en
1817, 14 años antes de que el púber Antonio viajara de Santander a
Cuba.
La historia exitosa de López y López, que según el
relato oficial pasó de la pobreza a la riqueza gracias a su espíritu
emprendedor y a su pericia, no es tan romántica como se cuenta. Antonio
fue embarcado de urgencia hacia Cuba para evitar las consecuencias de
una reyerta callejera en la que se vio envuelto en Comillas cuando tenía
14 años. El patrón de su madre, viuda y trabajadora doméstica de la
época, ayudó al muchacho y lo metió en una de sus fragatas y Antonio
montó un baratillo con el que sobrevivía en Santiago de Cuba acosado por
las deudas. Pero olfato no le faltó y logró casarse con la hija de su
millonario casero, Luisa Bru Lassús. La dote de Luisa y el apoyo
económico de su suegro, Andrés Bru Puñet, eliminaron las deudas y
permitieron al joven cántabro invertir y enriquecerse.
Hay poca información sobre sus negocios en el tráfico de personas y eso
se debe a dos hechos. El primero es que se trataba de una actividad
ilegal y ya se encargaban los traficantes humanos de no dejar huellas.
La otra es que el relato pormenorizado de sus andanzas ilegales,
descrito por su propio cuñado Francisco Bru, en un libro titulado 'La
verdadera vida de Antonio López y López por su cuñado Francisco Bru',
fue secuestrado por el marqués de Comillas. La historia también se
reescribe y cuando se levantó la segunda estatua en su homenaje en
Barcelona se eliminaron las dos figuras de personas negras que estaban a
sus pies en la primera versión de 1884.
La historia
de éxitos 'legales' de López y López es de sobra conocida: la compañía
Trasatlántica –que floreció a la sombra de la familia real-, el Banco
Hispano Colonial, la Compañía de Tabacos de Filipinas, sus inversiones
inmobiliarias en Barcelona… Para alabar su figura ya está el Palacio de
Sobrellano en Comillas o los múltiples edificios públicos en Cantabria
que llevan su nombre. Parece que la retirada de una sola estatua
mancilla la memoria.
¿El único negrero?
Antonio López y López no fue el único cántabro que "hizo las américas" a
costa de algún "aspecto oscuro" -"¡Qué empresario no los ha tenido!",
que diría María Teresa Noceda-. Le gana si cabe Juan Manuel Manzanedo,
nombrado marqués de Manzanedo en 1864 y duque de Comillas, su pueblo, en
1875. El negocio esclavista de Manzanedo está fuera de toda duda y a él
se le debe buena parte de la inversión inmobiliaria que dio forma a la
Puerta del Sol o al Barrio de Salamanca en Madrid. Alguna sombra acumula
también Ramón Pelayo de la Torriente, marqués de Valdecilla desde 1916 y
que tuvo plantaciones en Cuba en tiempos en que plantaciones eran
equivalentes a esclavos. Hoy, en 2018, sus descendientes siguen
ostentando los títulos, aunque no agiten su memoria.
El fenómeno no era exclusivo de Cantabria. Esta época de bonanza cubana
aprovechando el declive de las plantaciones británicas y francesas en El
Caribe permitió financiar buena parte de la llamada revolución
industrial catalana y sembró de escuelas, hospitales y obras de
beneficencia el norte de España. Como se explica en la exposición
permanente de la casa museo del Marqués de Valdecilla, había que lavar
la cara y contrarrestar la envidia local ante el enriquecimiento
americano de personajes que, en general, marcharon pobres de la
península.
En el libro ‘ Negreros y esclavos, Barcelona y la esclavitud atlántica’ (Icaria,
2017) se hace un relato pormenorizado del inmenso negocio que había
alrededor del tráfico ilegal de personas esclavizadas por parte de
empresarios, navegantes y aventureros catalanes. Aunque los
investigadores reconocen que "los escrúpulos de los propios
comerciantes, muy preocupados por enmascarar la naturaleza de sus
operaciones, dificulta la tarea de aislar en las contabilidades
mercantiles los asientos con el tráfico de esclavos", sí rastrean el
origen de algunas personas poderosas y conocidas y llegan hasta
capitanes "negreros" o comerciantes de seres humanos.
Ese es el caso de políticos como Artur Mas, cuyo tatarabuelo Joan Mas
Roig era capitán de estos navíos; de las hermanas y también políticas
Ana y Loyola de Palacio, cuyo antepasado Francisco de Arango y Parreño
era esclavista; el diplomático y político Luis Guillermo Perinat,
heredero de Tomás Perry, dueño de ingenios con unos 400 esclavos; el
propio Joan Güell, padre del famoso mecenas conde de Güell relacionado
con Gaudí, era un reconocido esclavista; el político Vidal-Cuadras... La
lista es inmensa.
Como explicaba hace poco el
antropólogo catalán Gustao Nerín, cualquier fortuna nacida alrededor de
los años 30 del siglo XIX tiene todos los números para haberse originado
en el esclavismo. "El ladrillazo de los tatarabuelos", lo denominaba a
principio de 2017 en una charla en la que demostró que el tráfico de
personas generó más riqueza que las mismas plantaciones de azúcar a las
que iban destinados los esclavizados. El tatarabuelo López y López no
parece haber sido diferente.
http://cort.as/-2Y0J
http://cort.as/-2Y0E
y ver ..
y ver
y ver los grandes apellidos ...
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