Un atentado en la fase de los Imperios Combatientes
Cuando se cumplen treinta años de la cumbre de Ginebra, se
constata que el mundo ha evolucionado hacia un caótico y peligroso desorden
multipolar
RAFAEL POCH, París 18/11/2015
La dramática serie de atentados de París tiene lugar en la
fase de los Imperios Combatientes. El concepto designa lo que ha venido después
de la guerra fría, aquél conflicto Este-Oeste que creíamos lo peor posible. Su
eje central es la tensión entre la tríada occidental, que incluye a Japón
además de los Estados Unidos y la UE, y los llamados BRICs, las potencias
emergentes.
Esto de ahora es peor porque es mayor. No implica solo a dos
imperios del Norte, con sus respectivos vasallos del Sur como comparsas, sino
que afecta a más centros y geográficamente más dispersos. También es mayor el
número de esos centros en posesión de armas de destrucción masiva. Ya no son
solo aquellos dos viejos conocidos con uno de ellos, Estados Unidos, inventando
nuevas tecnologías militares (el submarino y la aviación estratégicos, los
misiles intercontinentales y sus sucesivos desarrollos con múltiples cabezas,
los misiles nucleares tácticos de crucero, la militarización del espacio) y el
otro, la URSS, poniéndose al día siempre por detrás y con la lengua afuera a
costa de la penuria de su población. Ahora la dialéctica deviene
multiplicación. Es peor, también porque el cambio de la fase bipolar a la actual
multipolar facilita disparates.
Los catorce años de la llamada “guerra contra el terror” han
sido un enorme desastre. El intento de alterar el estado de cosas en Oriente
Medio comenzó en 1990, en el mismo momento en que Moscú comunicó a Washington
que se retiraba del campo de batalla y que el Pentágono creyó que podría en
solitario con el peso del mundo. El atentado neoyorkino que la inauguró y
pretextó era un claro subproducto de la guerra fría. Bin Laden era resultado de
la cocina contra la URSS en Afganistán, un producto que adquirió vida propia.
Esos catorce años produjeron más de un millón de muertos, extendieron el
terrorismo y la violencia, crearon millones de refugiados y desplazados, y
desestabilizaron aún más, o simplemente disolvieron países enteros. El Estado
Islámico nace de diversas fuentes, pero su partida de nacimiento es
incomprensible sin atender al hecho central: que Estados enteros como,
Afganistán, Iraq, Libia y Siria, han sido disueltos y que todos ellos están
situados en, o alrededor de, la primera zona energética del mundo en una época
en la que el carácter limitado de esos recursos convierte la disputa por ellos
en asunto particularmente crucial de la disputa entre imperios.
La aparición de China como potencia emergente aspirante a
gran potencia, la recuperación de un orden elemental en Rusia y la afirmación
de nuevos sujetos imposibles de ignorar, en Asia (India), África (Sudáfrica) y
América Latina (Brasil), ha cambiado esa disputa. Eso no es todo, pero si es la
esencia de esta fase de los Imperios Combatientes. Los términos y polos de esa
disputa por recursos han cambiado y de momento se está dando lugar a una
situación en la que la afirmación del caos, el Imperio del Caos, es el
principal dato. Europa, con Francia en el centro, debería evitar implicarse en
esto pero la política de la OTAN-UE, heredera inercial de la fase anterior, le
arrastra a ello.
Washington, que ha contribuido sobremanera a fomentar una
guerra de religión en el mundo musulmán y ha fortalecido a Irán sin quererlo,
ha completado el desastre con una nueva aventura en Siria. Con el apoyo y el
dinero de los amigos del Golfo, que son versiones monárquicas parecidas al
régimen que propicia el Estado Islámico con sus propias agendas y objetivos
regionales, se fomentó la caída del régimen de Damasco, como se había hecho
antes con Sadam Hussein en Iraq y con el Coronel Gadafi en Libia. En este caso
se trataba de restar otro régimen laico hostil en la región, debilitar a Irán,
su aliado, y también a China de la que ese país es gran suministrador
energético. Al mismo tiempo, después de ampliar la OTAN en Europa del Este, en
violación del acuerdo de París de noviembre de 1990, se continuaba metiéndole
el dedo en el ojo al oso ruso en el Báltico, en el Cáucaso y en Ucrania, lo que
acabó con un zarpazo. La primera respuesta militar a un avance occidental en
Europa. Lo mismo ha ocurrido en Siria, con la participación militar rusa. Y
algo muy semejante a un cerco militar está ocurriendo alrededor de China. En el
mundo ya hay tres focos de tensión y contacto militar directo entre EE.UU,
Rusia y China: Ucrania, Siria y el Mar de China. Por todas partes el Imperio
del Caos prefiere optar por la presión militar hegemónica en lugar de reconocer
la nueva lógica multipolar y abrirse a un juego diplomático multilateral.
El miércoles 19 se cumple el treinta aniversario de la
cumbre de Ginebra entre Ronald Reagan y Mijail Gorbachov. Su resultado fue
inaugurar un consenso sobre la invencibilidad (e imbecilidad) de una guerra
nuclear que dio sólidos argumentos y perspectivas a importantes negociaciones
de desarme posteriormente malogradas. Recordar aquella ocasión perdida es
fundamental. Porque solo la diplomacia, y nunca la guerra entre potencias de la
destrucción masiva, resolverá en el mundo esta inquietante fase de los Imperios
Combatientes que amenaza con hacer saltar el siglo con otra gran guerra.
Nota del blog .-
En el caso francés es fundamental la clave interna solo había que recordar reportajes en Le
Monde , con yijadistas poniéndoles
colirios y que el País remitía al completo , cuando eran periodistas del
servicio secreto francés...bien conocidos .. Pues anda que Hollande no lo está
aprovechando a tope, entrando entre cadetes con sable en Versalles, si lo
hiciera Putin, se daría otra interpretación más acertada, y se vería como sube
en las encuestas, mientras la derecha francesa histérica, ve que las elecciones
que tenían ganadas se le escapan , si un atentado hecho por 8 descerebrados
además franceses provoca está respuesta ,y desemboca en cortinas de humo , que
además tapan su involucración cuando los dejaban salir y volver sin problemas a
Siria y se les adornaba como combatientes por la libertad , no veas, o los
recibían en Paris a bombo y platillo, bajo la cobertura del ejercito libre
sirio y la prensa de aquí y de allá les hacia el caldo…poco servio que protestábamos
algunos , y denunciáramos quien los estaba armando y financiando e igual con
Libia acompañados de una falsa izquierda bien pagada.. Y así si protestabas en
cierta prensa te baneaban no una sino tres veces...mientras
lanzaban editoriales pidiendo el bombardeo del gobierno sirio… Efectivamente es
la remodelación de la zona por el Imperio tras la guerra fría, empieza en
Afganistán con ella y al vencer siguió
solo o acompañado, por subordinados , Irak ,Libia , Siria, pero no olvidemos el
YEMEN DEL SUR y al otro lado Somalia, o ya antes apoyando en África las golpes
de estado y el asesinato de Lumumba o de Sankara y son solo ejemplos .. de allí
a otros lados de Indonesia a
Sudamérica...con dos fallos Corea y Vietnam... Pero cuando la crisis de los
misiles en Cuba tampoco cumplió el acuerdo sobre Turquía , poco podía esperar
Gorbachov que se cumpliera el acuerdo sobre la OTAN .. ni el mas actual en Libia .. Manipulando el acuerdo del
CONSEJO DE SEGURIDAD…que no paro ni
Rusia ni China, por eso les salio bien Libia, pues nada seguimos…apoyando con
Rambo III…en Siria
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