viernes, 3 de abril de 2015

Hegel , Haití y la Historia Universal por Susan Buck-Morss

















Acostumbrados como estamos a una visión fragmentaria de la historia, solemos pasar por alto conexiones sutiles pero de gran trascendencia. Por ejemplo, se habla mucho de la dialéctica amo-esclavo de Hegel, pero poco sobre su posible relación con un acontecimiento que el filósofo alemán no pudo haber ignorado: la Revolución haitiana de 1791-1804. Para Susan Buck-Morss, es evidente la influencia en Hegel del primer movimiento revolucionario de América Latina: el período en que compuso la Fenomenología del espíritu –donde aparece por primera vez la idea de la lucha entre identidades que se reconocen mutuamente– coincide con la revuelta de los esclavos haitianos, ampliamente comentada en la prensa europea que Georg W. Friedrich seguía con asiduidad.

El breve libro que el lector tiene en las manos no sólo explora la lógica de esta asociación, poco discutida en los estudios hegelianos tradicionales, o sus implicaciones para nuestra recepción de este autor, sino que invita a la reflexión sobre las bases ideológicas de la sociedad occidental moderna, fundadas en un ideal de libertad que pasaba por alto la esclavitud real. Además rescata la noción de universalidad en la historia, no como instrumento para borrar la diversidad de la experiencia humana, sino para superar restricciones conceptuales y enlazar la pluralidad en un conocimiento útil para todos.


Según recuerda Cyril Lionel Robert James en su obra Los jacobinos negros (Toussaint L’Ouverture y la revolución de Saint-Domingue) en 1789 la colonia caribeña de Santo Domingo suministraba dos tercios del comercio exterior de Francia, baluarte del capitalismo europeo. Era la perla colonial más preciada. Toda su economía (azúcar, café, añil, algodón y cacao) descansaba sobre los brazos de de medio millón de esclavos que se rebelan en agosto de 1791. Ya por entonces Macandal, esclavo prófugo, organiza guerrillas por las montañas de la isla. François-Dominique Toussaint L’Ouverture fue el principal líder negro. La lucha duró 12 años. Los esclavos derrotaron a los blancos locales y a los soldados de la monarquía francesa, una invasión española, una expedición británica de 60.000 hombres y otra francesa similar bajo el mando del cuñado de Napoleón Bonaparte. La victoria sobre la expedición de Bonaparte en 1803 dio por resultado (a pesar del apresamiento de L’Ouverture y su muerte en el fuerte de Joux en Francia el 3/4/1803) la proclamación de la República de Haití el 1/1/1804. Haití fue pionero en toda Nuestra América en declarar la independencia (hecho “olvidado” por la historia oficial que no acepta que los negros de las colonias fueron la vanguardia de la libertad). La transformación de esclavos temerosos en revolucionarios capaces de derrotar a los imperios más poderosos y organizar —ya sin explotadores— una nueva sociedad es una de las épicas más grandes de la historia mundial. Los esclavos conquistan la libertad no sólo para ellos sino para toda la especie humana, conmocionando el pensamiento mundial, como demostró Susan Buck-Morss en su libro Hegel y Haití, que aquí reproducimos.

De allí surge la célebre “dialéctica del amo y el esclavo”, núcleo de la Fenomenología del espíritu del filósofo alemán G.W.F.Hegel [1770-1831], maestro de Karl Marx. Haití marcará a fuego no sólo a Hegel (y a través suyo a Marx) sino también la conciencia política del libertador Simón Bolívar y su lucha contra la esclavitud.


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